Esto era un fiasco ¡¿Para que demonios tanta tarea?! acaso no se conforman con hacernos escribir todo un diario completo ¡NO! se sienten orgullosos de hacer que nuestras manos escriban tanto que hasta confundimos los cubiertos con lápices, es enserio, ¿Se imaginan escribir sobre la ensalada? ¡Créanme es horrible!.
Salía con paso apresurado de la biblioteca de la universidad, repleta de libros ya que no tengo computadora propia, así que para cumplir con mis deberes debería de aguantar a la amargada de biblioteca, que al parecer vive en una eterna depresión con su novio.
—¡Devonne! ¡Devonne!—Me gritaba una persona, que por su voz reconocía esa ternura. Sus tacones apresurados tocaban firmemente en el suelo. Me giré en seguida a brindar una sonrisa a mi querida Decana Lia Newman, su figura delgada, alta y morena se detuvo junto a mi mostrándome una cara de alegría mientras que en sus manos jugaba con un sobre.
—Hola, Lia ¿Como estas?— Le pregunté acomodando un poco mejor los libros de mis brazos.
—Mi querida, Muy bien— Dijo moviendo sus brazos con cierto entusiasmo.
—¿Porque tan contenta?— Pregunté en tono gracioso, ella soltó una tierna carcajada.
—¡Por esto!— Me dijo bailando el sobre blanco frente mi cara cual tenia escrito mi nombre el frente.
—¿Ya me sacaran del proyecto de becas? Lia ¡Por favor! Amo esta universidad y sabes que no tengo donde ir ni donde estudiar si me sacan del pro...— Hablaba desesperada por el miedo que me invadió.
—No, devonne es..— Intentaba hablar pero yo no paraba y la interrumpí.
—...Programa porque amo la carrera y ya casi termino solo un semestre mas, amo esta universidad, me encanta—Hablaba con mi cara de suplica, ya mis cejas no podían juntarse mas al tope de mi frente. Ella seguía riéndose.
—Cielo, me dejas explicarte es...— Ella intento a hablar con su impecable sonrisa, pero yo volví a interrumpirla.
—...encanta todo, sin embargo tu Lia, eres como mi madre y no quisie...— Seguía suplicándole ya haciendo pucheros. Ella se harto y me tomo de los hombros.
—¡Ya has silencio tonta! déjame hablar— Dijo entre risas apretándome los hombros, yo me callé automáticamente dejándola que hable. —¿Te acuerdas del trabajo por el cual aplicaste?— Yo asentí dudosa. —Pues ¡Aquí tengo la respuesta!— Dijo emocionada.
—¿Ya la viste?— Pregunté emocionada también, ella negó con la cabeza haciendo que su hermosa y abundante cabellera castaña muy riza se moviera divertida.
—Esperaba entregártela para que la leas personalmente— Dijo Sonriente
—Pues a ver, ¡¿Que esperas?! Ábrela—Le ordene acercándome a su lado, ella muy contenta empezó a despegar la tapa pegada para luego sacar una carta impresa. —...Después de un cordial saludo, mediante este medio le informamos a la señorita Devonne Lewis Romano, ha sido invitada a una entrevista con el señor Brad Kendrick para quedar en acuerdos laborales, su cita ha sido plasmada para este sábado del presente mes...—Terminé de leer y quede algo confundida, pero me imagino que es algo bueno ¿no?. —¿Que significa?— Le pregunte a Lia, me miro con sus oscuros ojos brillando de alegría.
—¡Te entrevistaran para el trabajo! es algo muy bueno, eso significa que están interesados en ti— Contestó muy emocionada, yo no pude evitar sacar una sonrisa alegre.
Punto y final a este trabajo. Tiré el lápiz y me recosté estirando mi cabeza hacia atrás de la silla, voté un gran suspiro y luego coloque mis manos sobre mi cara, sentía que esta me hormigueaba por estar constantemente con la cabeza hacia abajo. Me tocan la puerta de mi habitación en la universidad y quite mis manos sobre mi cara, me levante vagamente de la silla y encorvada llegué hasta la puerta, abrí esta para presentar a la loca peli rosa de Roxie, vestida como una stripper de club barato.
—¿Que se te ofrece?— Le pregunté sin muchas ganas, esta sonrío mascando su chicle de forma imprudente, parecía un camello comiendo yerba.
—Hoy Mike hará una fiesta en su casa en el campus ¿Acaso no piensas venir?— Me preguntó con su voz chillona y acento de niña fácil. Yo entrecerré los ojos, no tenia ánimos de lidiar con jóvenes locos, con drogadictos, alcohólicos y andar pisando condones sucios llenos de semen ¡Ugh! paso.
—No, gracias ya tengo planes— Le dije mientras cerraba la puerta, pero ella puso su tacón de 4 pulgadas entre mi puerta, obligándome a abrirla de nuevo. —¿Que?— Le pregunté fastidiada.
—¿Me prestas veinte dólares?— Me preguntó en forma dulce. Si 20 dólares para comprarse algo de yerba y fumársela con vagabundos, la última vez me tomo cincuenta y nunca me devolvió el dinero.
—¡Da tu culo y consigues mas! para que te tragues tu yerba de mierda— Le dije asqueada y ella abrió su boca sorprendida dejando ver su chicle púrpura todo mascado.
Yo cerré la puerta y arrastre mis pies hasta mi cama, me tiré como un saco de papas, estaba realmente cansada. Miré hacia mi lado y veía que en el baño estaba la canasta brotada de ropa sucia, tenia que ir al lavadero pero prometo levantarme temprano para ir a lavar y dicho esto cerré mis ojos para descansar.
Me puse unos leggins deportivos, un sostén y una blusa con la marca de nike, me coloqué una sudadera color púrpura y por último me coloque mis tenis para correr. Me hice una cola bien alta haciendo que las punta toquen la mitad de mi espalda, ya tenia el pelo demasiado largo, rozaba mi cintura. Tomé la ropa sucia y salí de mi habitación con la canasta en las manos.
Caminaba por el campus rumbo a la entrada principal para salir a la lavanderia mas cercana, ya una vez en el estacionamiento una persona llama mi nombre.
—¡Hey Dev! ¿Una ayuda?— Me preguntó una voz varonil. Miré hacia mi lado izquierdo donde provenía la voz y sonreí al ver el cuerpo muy tallado y musculoso de Trend sentado en el bonete de su carro, su carro es muy llamativo ya que lo ha personalizado para carreras. Hoy lucia muy apuesto, su cabello bronce, sedoso y peinado hacia atrás con un corte bajo a los lados, una camiseta blanca, unos jeans y unos vans azul marino, me acerque a el e inmediatamente tomó mi canasta.
—¿No es molestia?— Le pregunté algo avergonzada. Es mi amigo desde hace mucho tiempo, pero aún me da cositas que me haga favores, nunca me gusta abusar.
—Sabes que no, lindura— Dijo abriendo la puerta trasera de su carro para inclinarse y dejar la canasta apestosa sobre el asiento. El se voltio hacia mi y con un leve empujón cerró la puerta.
—Bueno, gracias Trend— Le dije sonriendo. El me devolvió la sonrisa y rodeo el carro para abrir la puerta del copiloto.
—De nada, ahora entra aquí y vamos a la lavandería— Dijo gracioso. Yo solté una leve carcajada y con saltos me acerque a el para subirme al carro, el rodeo su vehículo y se sentó en el piloto para luego arrancar.
Después de que mi ropa pasara por el proceso de lavarse y secarse, me encontraba doblando la ropa junto a Trend, el de vez en cuando me salta con tontas bromas que aunque fueran estupidas, me lograban alegrar el día.
Llegué a mi habitación y deje la canasta en una esquina, ya se me hacia tarde para la clase de calculo, empezaba en 15 minutos y el aula estaba casi a la mitad del campus, así que no tuve otra que irme con todo y ropa de ejercicios, solo tome mi bolso y salí corriendo de mi habitación. Pero todo esto es culpa de Trend, el fue el de la idea de primero parar en iHop para desayunar pancakes.
Al fin, terminó esa agotadora clase con el barrigón sin vida del de calculo, me tenia un lado alzado, ya no aguantaba su poca pedagogía, no sabe dar clases, que se dedique a bufón y tal vez le vaya mejor.
Recordé que debía los libros a la biblioteca. Bufe y tome todos los libros de mi escritorio, salí de mi habitación y caminé hasta el lugar del silencio.
—Buenas tardes Lucy, aqui te dejo los libros que tome— Le dije sin muchos ánimos dejándolo en el mostrador.
—De acuerdo Devonne— Dijo mosqueando ¿Acaso no se hartaba de vivir en esa depresión?. Tecleaba en su computadora mi matricula y los títulos de los libros que tomé. —¿Sabes Devonne? los hombres son unos sucios todos, andan con cualquiera mientras te dicen que te aman, son unos rastreros...— continúa la chica. Y ahi vamos, solo rode los ojos y tumbe mi cabeza boca abajo sobre mi brazo encima del mostrador mientras escuchaba sus amargas y aburridas oraciones, esperando mi factura. —¿Piensas igual?— me preguntó mientras me daba la factura.
—¡No! Nos vemos, tengo cosas que hacer— dije mientras me alejaba de su ambiente frío. Salí de la biblioteca de camino a la otra clase, hasta que alguien me empuja haciéndome avanzar dos pasos sumamente torpes.
—¡Hola!— Me gritó en el oído entre risas, lo mas loco que hay, damas y caballeros... Ena.
—Hola, Ena— Le saludé con un abrazo mientras reíamos. Ya era normal y me había acostumbrado a sus locuras.
—¿Como estas?— Preguntó mientras caminábamos por el campus.
—Bien y ¿tu?—Le pregunté, ella suspiro.
—Super— Dijo dando vueltas como una tonta, yo la miré por un segundo.
—¿Se puede saber?— Le pregunté juguetona. Ella dejo de girar y veía como sus mejillas se tornaban un poco rosa y soltaba una carcajada vergonzosa mientras miraba mas atrás de mi, yo me giré par ver que era y pues un apuesto moreno le hacia caritas sexy junto a movimientos sexuales disimulados. Yo la miré con la cejas mas alzadas que nunca y pues ¿Que mas iba a esperar de esta frustrada?. Ella se jugueteaba los senos por afuera mientras se reía.
—Ya entiendo, eres una sucia Ena— Le dije riendo mientras me alejaba de ella dejándola en sus actos sexuales a distancia. Ella reacciono a los 5 minutos y empezó a correr detrás de mi.
—¡Espera! ¡Dev!— Gritó a lo lejos para que me detuviera. Yo solo disminuí mi paso para que me alcanzase.
Uff después de una larga jornada de estudios, terminé agotada de tanto estudiar. Ya solo me faltaba un semestre para terminar todo esto, ¡Ah! que alivio, ya por suerte mañana es sábado. Miré hacia mi mesita de noche y me fijé en la carta que me dio Lia, verdad que mañana será mi entrevista.