"Am I the only one who hears the sirens calling? Am I the only one who feels the pain? It's times like these when the sorrow shadows all the laughter. Times like these when the hurt goes on and on forever. Times like these I wanna fade away"
Eran las primeras horas de la mañana cuando habíamos llegado al lugar y apenas parecía que habíamos llegado, ya que no había un edificio concreto. Simplemente, había unas escaleras que bajaban y una puerta de metal pesada en medio de una pared de ladrillos. Todo eso parecía estar escondido entre una bajada llena de árboles y hojas caídas de los mismos. Salimos del coche y lo primero que vimos fue una gran estructura de cemento y ladrillos alzándose justo encima de la puerta. El paso del tiempo había tratado al sitio de tal manera, que ahora parecía una vieja fábrica. Claramente, habían pasado unos 70 años desde la última vez que alguien pisó ese sitio.
Dean sacó la llave de su bolsillo, mientras Sam y yo cargábamos a los pequeños en brazos. Abrió la puerta oxidada acompañándola de una patada y cuando entramos, era plena oscuridad. Los chicos iban con linternas para iluminar el camino, pero rápidamente nos dimos cuenta de que fuimos a parar directos a unas escaleras que bajaban. La planta de abajo era gigante, había telégrafos antiguos, radios, una centralita.. pero lo más impresionante era una mesa grande en la que la superficie de la mesa era el mapa del mundo.
-¿Dónde está la luz? -preguntó Dean en voz alta mientras se volvía loco buscando.
Solté un suspiro, levanté mi mano y con un ligero movimiento en los dedos, todas las luces del lugar se encendieron.
-¿Por qué no has hecho eso antes? -preguntó Sam.
-Porque os hace ilusión ir con las linternas por ahí jugando a Scooby Doo -murmuré con ironía.
Bajamos las escaleras una vez podíamos ver nuestros pasos y nos dimos cuenta de que había otra sala más allá de la que habíamos visto. Esa sala contenía diferentes mesas y estanterías con libros, así como diferentes artilugios. Era un búnker y nosotros éramos su legado.
-Hemos encontrado la Batcueva.
Cruzamos el pasillo que se abría por un lado del salón y seguimos todo ese pasillo para observar tantas habitaciones que no íbamos a utilizar. Sin embargo, decidimos que a pesar de tener sitio, no íbamos a estar muy alejados. Como era evidente, Dean y yo íbamos a compartir una habitación, los pequeños iban a estar en otra que estaba justamente a nuestro lado y Sam dos habitaciones más alejadas.
Evidentemente iba a dejar mi apartamento, ya que este sitio era un lugar más seguro al que nosotros sólo teníamos acceso. Después de hacer la pequeña mudanza de todo lo que teníamos en el coche, que era realmente poco comparado con lo que tenía en el piso, decidimos darnos una ducha, ya que lo necesitábamos. Al principio, el primero en ducharse iba a ser Dean, pero cuando estaba colocando la ropa en los armarios, escuché cómo me llamaba desde el baño.
-¿Qué pasa? -pregunté, cuando abrí la puerta del baño y asomé mi cabeza.
-¿Sabes dónde está el champú? -miró hacia todos los lados del baño con los brazos abiertos y desnudo delante de mí.
-Entra en la ducha, seguro que está en una de las cajas que no he desempaquetado, ahora te lo traigo -cerré la puerta a mis espaldas y volví a la habitación. Después de 5 minutos, lo encontré, así que volví al baño- Dean, tengo tu champú mágico anticaída.
-Eres la mejor, ¿lo sabías? -sonrió él en respuesta.
-Sí, sí, pero date prisa que yo también quiero ducharme y no sabemos cuánto aguante tiene el agua caliente aquí.
-Entonces.. -sonrió de lado, sacó su brazo para cogerme del mío y me miró a los ojos- Ahorremos agua caliente.
Sonreí mientras me quitaba la ropa, una vez estaba desnuda, Dean dio un paso atrás para dejarme entrar.
-¿Te ayudo?
-Bueno, si te ofreces -me encogí de brazos mientras me acercaba al agua dándole la espalda. Dean empezó a lavar mi pelo suavemente y cuando acabó, empezó a acariciar mis hombros y besar mi cuello.
-¿Alguna vez te he explicado cómo de complicado es tener sexo en la ducha? -preguntó entre besos, yo negué con la cabeza- ¿Quieres una clase práctica?
-Me encantaría.
Me giré para estar cara a cara, apoyé mis manos sobre su pecho y empecé a acariciarle como él había hecho conmigo. Dean no tardó en apoyar mi espalda contra la pared, dejando su pecho caer sobre el mío. Pasé mi mano por su nuca y le acerqué a mi boca mientras le rodeaba con una pierna alrededor de la cintura. Su mano izquierda pasó a mi cadera, apretando mi piel mientras su mano derecha seguía agarrando mi cuello. Poco a poco, sus manos fueron bajando, acariciando mis piernas.
-¿Crees que Sam nos mataría si le damos otro sobrino? -murmuró con lujuria.
-Yo te mataría antes por pensar que mi vagina es una boca de metro -le respondí con una risa seria.
-Lo siento, ¿quieres que pare? -Dean se apartó un momento y me miró preocupado.
-Ni se te ocurra -coloqué mis manos en su espalda y le acerqué a mi. Dean sonrió ligeramente y entró con suavidad mientras sus ojos se clavaban en los míos. Solté un gemido, que sonó un poco fuerte, pero para que no se escuchase tanto, Dean abrió más el grifo para que el sonido del agua cubriera los gemidos.
Media hora más tarde, ambos salimos en albornoz y nos acercamos a Sam para saludarle. Al parecer, él se había metido de lleno con los libros de la biblioteca y tenía varios abiertos sobre una mesa.
-La presión de la ducha de los Hombres de Letras es una maravilla -Dean le informó de buena fe.
-No lo suficiente -Sam le respondió sin levantar la cabeza, dándonos a entender que aún así nos había oído- Sigo sin saber cómo tenemos agua y electricidad.
-No voy a apuntar eso a mi lista de quejas -hablé- Chicos, creo que hemos encontrado algo importante, algo que podría ayudarnos y a la humanidad, pero también creo que nos merecemos un descanso. Quizá esta es nuestra oportunidad.
-Tienes razón, ¿y sabéis qué creo que se merece un buen descanso? -Dean nos miró con una sonrisa ilusionada- Una buena comida.
-Oh dios, espero que eso no signifique "darse una ducha" de nuevo -Sam arqueó sus cejas y nos miró.
Sin decir nada, Dean se metió de lleno en la cocina y yo fui a comprobar cómo estaban los pequeños. Se habían cansado del viaje y estaban durmiendo. Ambos se veían tan vulnerables, que cada paso que daba en el búnker me ayudaba a convencerme de que este podría ser el hogar en el que crecieran. Sam seguía leyendo cuando volví al salón y me senté a su lado, Dean apareció unos minutos más tarde con tres platos y una hamburguesa en cada plato.
-¿Las has hecho tú? -Sam se sorprendió, Dean asintió- Pensaba que no sabías ni lo que era una cocina.
-La verdad es que sabe cocinar muy bien -defendí a mi pareja- Pruébala Sam.
Sam la probó y abrió los ojos sorprendido, mientras tragaba asintió de forma agradecida. Dean y yo íbamos a darle el primer bocado, cuando su teléfono sonó. Kevin había llamado y parecía urgente.
***
Sam y Dean se encargaron de entrar en el sitio seguro dónde estaba Kevin, que era en un barco amarrado en un puerto. Yo me quedé atrás con los pequeños en el coche hasta que ellos me indicasen que era seguro entrar. Dean me hizo una llamada perdida, así que entré en el barco y los observé a los tres de pie, estaban en silencio pero algo me decía que no era un silencio de malas noticias.
-He averiguado cómo cerrar el infierno -Kevin me dijo orgulloso.
-¿Qué has..? -me quedé sin palabras pero automáticamente me salió una sonrisa gigante- Eres un cabronazo chico. ¿Entonces qué tenemos que hacer?
-Es un hechizo, algunas palabras en enochiano que tienen que ser pronunciadas después de acabar las tres pruebas.. pruebas como en Hércules.
-Así que Dios creó una serie de pruebas y cuando las superemos se cerrarán las puertas -Sam recapituló- ¿Cuál es la primera?
-Sólo he podido descifrar una y es repugnante -explicó Kevin- Tenéis que matar a un sabueso infernal y bañaros en su sangre. ¿Dónde váis a encontrar uno?
-Suelen ir a los tratos de los cruces de camino así que buscaremos a un pringado que haya vendido su alma hace 10 años -Dean dijo sin complicaciones, sin ver fallos en su plan- Sam y yo vamos a buscar material que nos falta, Laura y Kevin quedaos aquí e id buscando información.
Sam y Dean salieron del barco y me quedé a solas con Kevin y mis hijos. Le eché un poco de bronca a Kevin ya que parecía que llevaba unos días sin ducharse, así que mientras yo buscaba información, él se dió una ducha.
-Ya me siento mucho mejor -murmuró cuando volvió vestido con ropa limpia.
-Kevin, tienes que parar un poco -le aconsejé- Duerme un rato, tómate el día libre.
-No -negó él claramente- Hay que volar el infierno, así podré salir y volver a casa.
-Sí, pero no puedes vivir así y sé que no quieres, que lo odias pero créeme, esto de salvar el mundo es un maratón, no un sprint. Tienes que cuidarte más.
Kevin iba a hablar, pero la puerta del barco se abrió de nuevo cuando entraron los Winchester, así que simplemente asintió. Les informé de que había encontrado signos demoníacos hace diez años alrededor de Shoshone, Idaho. Casualmente una familia de granjeros, los Cassidy encontraron petróleo lo que es raro ya que según estudios geológicos no había nada.
***
Llegamos a la granja de la familia Cassidy y allí nos recibió la chica que dirigía la propiedad y que trabajaba para la propietaria. La chica, Ellie, nos miró extrañados, ya que vio a dos hombres con una mujer y dos bebés. Se imaginó que veníamos a buscar faena, así que actuando un poco conseguimos el trabajo. Ellie me indicó que tener a los bebés no era el mejor entorno, pero que no había problema en que una de las chicas que trabajaba para la família los cuidase en las horas en las que estaríamos trabajando, realmente le seguí la corriente pero no íbamos a estar ahí ni tan siquiera un par de días.
Como habíamos llegado relativamente tarde, ese día no tuvimos que trabajar, así que nos limitamos a quedarnos en nuestras habitaciones buscando más información que podíamos necesitar para el perro infernal. En ese momento fue cuando me di cuenta de que Dean estaba decidido a matarlo y ser él quién completase las pruebas, algo que no me hacía gracia. Un grito aterrador nos llamó la atención y los tres sabíamos lo que ese tipo de grito significaba. Dean fue el primero en levantarse y salir corriendo hacia la dirección del grito sin tan siquiera preocuparse por dejar a sus hijos llorando ya que se habían asustado. Sam me miró unos segundos, al menos él tuvo la decencia de pararse, pero se marchó cuando yo le indiqué que me quedaría allí con ellos tranquilizándoles.
Los hermanos no tardaron mucho en volver a la habitación. Al parecer, habían matado al marido de la propietaria. Le habían arrancado la cabeza. Los policías pensaron que había sido un lobo, pero a nosotros nos parecía mucha coincidencia. Como los chicos pensaron que habíamos perdido la oportunidad, empezaron a recoger sus cosas. Por un momento me sentí aliviada, pero aún así estaba cabreada por Dean, hablaba con tal normalidad que ni tan siquiera se había dado cuenta de mi mal humor o de cómo estaban sus hijos. Tiré el teléfono a la cama con rabia y salí de la habitación dando un portazo. Llegué a parar a los establos, dónde la mujer del muerto, que era la propietaria, estaba cepillando a su caballo.
-¿Está bien, señora Cassity? -le pregunté.
-Sí -asintió apenada, apenas susurrando- Lo estoy y sé que no debería porque quería a Carl, pero no recuerdo por qué.
-¿Qué quiere decir? -insistí, la mujer parecía estar fuera de órbita. Anestesiada.
-Carl se crió por aquí, fuimos juntos a clase y siempre andaba detrás de mí, pero yo siempre me burlaba de él.
-¿Cuándo empezaron a estar juntos?
-2003 -respondió mirándome- Había una fiesta, Carl estaba ahí y fue como verlo por primera vez. De repente era gracioso, guapo y listo. Carl y yo fuimos felices durante 10 años pero ahora está muerto y no estoy triste.
Volví de nuevo a la habitación, ambos me miraron pero no me dijeron nada, estaban ocupados haciendo sus maletas, sin embargo les oí hablar sobre llamar a un demonio de los cruces de camino y obligarle a entregarles un perro.
-No vamos a invocar a un demonio -les dije en un tono serio- Cuando Crowley se entere que hemos llamado, no mandará a un perro, mandará a cien. Deberíamos quedarnos aquí, acabo de hablar con Alice en el establo. Carl no vendió su alma por el petróleo, la vendió por su mujer.
-¿Crees que ese demonio firmó con más de un idiota?
-No sería la primera vez -me encogí de brazos- Esta familia es rica porque alguien compró un billete de ida al sótano y mañana estarán todos aquí.
Esa misma noche, no podía dormir y no dejaba de darle vueltas en la cama. Comprobé la hora y eran pasadas las 3 de la mañana. Me tumbé boca arriba de nuevo y como no pude conciliar el sueño, me levanté y salí al porche a fumar.
-¿Qué pasa contigo? -me preguntó Dean de forma tranquila mientras se sentaba a mi lado. Al parecer le había despertado.
-¿Y contigo, Dean? -le miré con ojos apenas abiertos y cansados- ¿Qué es lo que te pasa que siempre tienes ganas de lanzarte al pozo?
-¿A qué viene esto, Laura? -Dean se molestó un poco- ¿Es por las pruebas?
-Sí, claro que es por las putas pruebas -di la última calada.
-¿No crees que sea importante encerrar a todos esos cabrones?
-Sabes que sí, que estoy a favor de cerrar las puertas del infierno, ¿pero por qué tienes que hacerlo tú? -solté finalmente, relajando mis hombros- No sabes cómo pueden afectar las pruebas, sabemos de sobra que todo conlleva un precio y estás dispuesto a pagarlo sin saber cuál es.
-No me importa pagarlo, llevo toda mi vida pagando un precio en vano, al menos esta vez servirá de algo.
-¿Se supone que esa es la explicación que tengo que decirle a Alec y Freya cuando mueras? -reí por no llorar- ¿O prefieres que lo ponga en tu lápida?
-¿Enserio vas a utilizarlos como excusa?
-¿Pero tú te estás oyendo? -me levanté indignada- ¿Sabes cuál es tu problema? Que no te has dado cuenta de qué eres padre. No has asumido ese cargo y no tienes intención de hacerlo. De lo contrario, dejarías que Sam hiciera las pruebas.
-Claro, por qué dejar que mi hermano muera me va a hacer sentir mejor -se indignó a mi mismo nivel.
-Dean, tú tienes una familia que cuidar.
-¡Él es mi familia! -gritó en mi cara, pero en cuánto lo soltó, pude ver en su cara como se arrepintió de lo que había dicho. Yo y sus hijos también éramos su familia, pero al parecer no contábamos. Me eché hacia atrás dolida por lo que había dicho, le miré unos segundos y volví dentro.
***
Al día siguiente, todos los invitados de la familia habían llegado a la casa para honrar la muerte de uno de los suyos. A medida que iban llegando, la gestora de la propiedad, Ellie, nos fue explicando quiénes eran. Todos y cada uno de ellos eran triunfadores, así que no teníamos una persona clara con la que fijar nuestro objetivo. Nuestra jefa repartió nuestras tareas mientras la familia estaba ahí; Dean en el grill haciendo la carne y Sam y yo de camareros. Hubo un momento en el que salía a buscar un plato de comida y vi como Dean estaba mirando de forma interesante a Ellie.
-¿Impresionada? -le preguntó él sobre sus dotes en la parrilla.
-Me gusta un hombre que sepa de carne -murmuró ella de vuelta.
Ellie se giró y nos encontramos de cara, a pesar de qué sabía que tenía una relación con Dean y teníamos hijos, no se avergonzó de ligar con él, de hecho me miró desafiante. Me quedé parada observando cómo entraba al comedor dónde estaba toda la família, con un ligero movimiento en la mano, volqué un jarrón y eso provocó que se resbalara con el agua quedando en ridículo delante de todos.
Mientras Sam y yo hacíamos nuestro trabajo de camareros, escuchábamos la conversación que se mantenía sobre la mesa. Al padre de la familia le habían dicho que su nueva mujer, Ivanka, era una prostituta por la edad que tenía. A la hermana pequeña la despreciaban por ser diferente y además, habían contado que se había acostado con el difunto. La otra hija Cin, era una cantante de country que le daba mucho a la bebida.
-No recuerdo la última vez que comimos juntos -Alice, la viuda habló.
-Fue en la antigua casa, la cochambrosa, cuando papá invitó a cenar a ese viajante -Cin respondió y automáticamente, Sam y yo nos miramos.
-Era encantador y inglés -murmuró la otra hermana- ¿Cómo se llamaba? ¿Kenny? ¿Crow..? Crowley.
Vimos a Dean haciéndonos señas para acercarnos a él desde la ventana, así que salimos de forma discreta y nos encontramos con él. Tenía a Kevin al teléfono.
-He encontrado algo en la tabla sobre los sabuesos, ¿esto os dice algo? -Kevin hizo una breve pausa y leyó- "Las bestias solo pueden ser vistas por malditos o con un objeto quemado por fuego sagrado".
-¿Aceite sagrado? -pregunté en voz alta mirando a los chicos- Podemos utilizarlo con unas gafas.
-Está bien, yo me encargo de prepararlas, vosotros quedaos aquí y aseguraos que nadie de la familia se va -Dean nos ordenó.
Cuando Sam y yo volvimos al comedor, nos dimos cuenta de que el padre de la familia y la hija pequeña se habían marchado. Salimos corriendo rápidamente detrás de ellos y les encontramos saliendo de la propiedad y adentrándose en el bosque con un par de escopetas.
-El lobo que mató a Carl lo va a pagar -nos advirtió el señor.
-Iré con vosotros -Sam dijo ansioso, para intentar protegerlos.
-¿Sabes algo de caza, chico?
-Un poco, sí.
La hija menor, por órdenes del padre, le dio la escopeta a Sam. A pesar de que no nos hacía gracia, teníamos que dividirnos. Volví sola por el camino de la entrada dirección al comedor cuando vi una pequeña luz en los establos y un sentimiento extraño me invadió. Acercándome poco a poco y sin hacer ruido, observé como Ellie estaba pegada al cuerpo de Dean, su cara prácticamente a la suya. Dean y yo habíamos discutido, pero él no iba a irse con otra a la mínima. Aún así, no quería meterme hasta que no fuese necesario.
-Me pareces muy guapo -murmuró a centímetros de sus labios con un tono seductor- ¿Quieres venir a mi habitación y acostarte conmigo?
Pude ver en el rostro de Dean como luchaba por decir que no. Realmente estaba inspeccionando cada detalle de su cara. Su ceño fruncido sin saber dónde mirar, pero no se había movido. Apenas podía respirar de la tensión que sentía en ese momento, sobre todo teniendo en cuenta el pasado de Dean.
-No puedo -murmuró finalmente- Quiero a Laura.
-Vamos, sé que tú y Laura no estáis bien.. os oí discutir anoche -ella insistió mientras recorría un dedo por el pecho de Dean- Creo que te vendría muy bien descargar esa rabia conmigo..
-¿Yo también puedo descargarla? -le pregunté en el oído mientras agarraba de su pelo con fuerza y la apartaba de Dean. Ellie tenía la boca y los ojos abiertos, pero aún así no estaba muy asustada- Vamos a hacer una cosa, si te largas de aquí y no te vuelves a acercar a nosotros, puedes salir con la cara intacta. A mí me parece un buen trato.
Ella asintió con un poco de temblor y en cuánto la solté salió corriendo sin mirar atrás. Sacudí las palmas de mis manos y sonreí a Dean, que estaba parado con la boca abierta. Fue entonces cuando escuchamos un tiro.
***
Sam volvió corriendo ayudando al hombre mayor a su lado, al parecer "algo invisible" había matado a la hermana pequeña, así que era de poner todas las cartas sobre la mesa. Reunimos a la familia en el salón.
-¿Qué era esa cosa? -preguntó el hombre preocupado.
-Un sabueso del infierno -respondió Sam- Cuando vendes tu alma a un demonio, viene y te la arranca.
-¿Un demonio? -preguntó la viuda.
-Crowley -respondí- Sabemos que estuvo aquí hace 10 años cumpliendo sueños. Si no firmaron, no os pasará nada pero si alguien firmó necesitamos saberlo ya, así que manos arriba.
-Estáis locos -exclamó Cin, la borracha- No vendí mi alma.
-Alguien lo hizo, cuanto antes lo admita ese idiota, antes os podréis ir el resto -Dean se metió esperando a que alguien hablase, pero nadie lo hizo- Está bien, vamos a sellarlos.
-Vamos a poner polvo goofer en puertas y ventanas, así el sabueso no podrá entrar -explicó Sam para que se tranquilizasen, pero antes de nada, sacó varias esposas- Cuando el sabueso se acerque, quizás oigan o vean cosas, las esposas son para que no se hagan daño.
-Cuando uno pierda la cabeza, sabremos quién va a ser comida para perros -Dean soltó de forma graciosa, pero con odio a la familia.
Los tres nos alejamos de la familia para que no nos oyesen hablar mientras nosotros discutiamos que debíamos hacer. Había ido a buscar a los bebés y los había traído con nosotros, a pesar de que es el sitio al que iban a ir los perros, prefería que estuviesen conmigo dónde al menos podía protegerlos.
-Vosotros os quedáis aquí cuidando de los bebés y averiguáis quién vendió su alma -Dean nos dijo claramente- Yo exploraré el terreno a ver si puedo cazar a ese sabueso.
-No vas a ir solo, te acompañaré -Sam habló antes de que yo pudiese decir algo- Están esposados y si se queda Laura, tú necesitarás refuerzos.
-Necesito que estéis a salvo -Dean paró, pero al ver que Sam le seguía se sinceró- El circuito de obstáculos de Dios, ya hemos hecho cosas parecidas. Ojos amarillos, Lucifer, el puto Dick Roman.. los dos sabemos cómo acabará esto.
-¿Y qué? ¿Has decidido qué vas a hacerlo tú? -Sam le preguntó de vuelta, sorprendido, intercambiando una mirada conmigo.
-Soy un soldado, Sam -Dean se justificó- Tú siempre has sido el cerebro, además me dijiste que habías visto una salida. Quiero que salgas, quiero que tengas una vida.
-¿Y tú no la tienes? Dean, tienes lo más parecido a la felicidad que cualquier cazador pueda imaginar -Sam me defendió- No me importa morir si sé que lo he hecho para que cuides de ellos.
-No me vas a convencer, Sam -Dean volvió a caminar.
-Espera -murmuré en voz alta para que me escuchase Dean, cogí a los dos bebés en brazos y me acerqué- No voy a intentar pararte ni hacerte cambiar de opinión, después de tanto tiempo sé que es darme con una pared. Simplemente quiero que te acuerdes de sus caras cuando estés matando al sabueso, porque cuando lo estés haciendo, estarás matando a su padre.
Dean les dio un pequeño beso en la cabeza y se marchó. Una única lágrima salió por mis ojos y sin poder quitármela por tener las manos ocupadas, Sam lo hizo por mi.
-¿Estás bien? -me preguntó con voz dulce.
Negué ligeramente la cabeza, pero entonces miré a mis pequeños. Sus ojos grandes y brillantes y sus sonrisas tan inocentes, que sin poder evitarlo sonreí.
-No sé qué hacer, Sam -murmuré suavemente- Ni tan siquiera sus hijos pueden superar el amor que siente por ti. No te ofendas.
-No me ofendo -sonrió, entendiendo lo que quería decir- Aunque no lo parezca, también está haciendo esto por ellos, para que no crezcan como lo hemos hecho nosotros. Quiere hacer un mundo mejor para que estén más seguros.
-Lo sé, yo también daría cualquier cosa para que estuviesen a salvo, pero Dean siempre va a estar dispuesto a lanzarse al fuego y nada ni nadie puede pararlo. No puedo vivir con alguien que prefiere sacrificarse a luchar por su vida.
Sam asintió convencido por mis palabras, se agachó para coger un par de gafas y me entregó una, él se puso la otra. Me indicó que me quedase allí dentro protegida y que por nada del mundo saliera. Acto seguido, abrió la puerta y salió él también.
Habían pasado más de 20 minutos y extrañamente nadie de dentro se había visto afectado por el sabueso. Lo que me pareció extraño hasta que caí en la cuenta de que la familia no era la única que estaba en la casa. Ellie también. Imaginé que los chicos se habrían dado cuenta. Lamentablemente, no podía hacer nada por ayudarles, no sin poner la vida de mis hijos en riesgo, así que simplemente me senté a esperar con ellos mientras escuchaba los reproches que se hacía la familia.
Pocos minutos después, la puerta de la entrada se abrió, rompiendo el círculo de polvo. Alarmada me levanté, pero cuando vi la figura de Dean entrar por la puerta, me tranquilicé. Si él había roto el círculo, significaba que habían acabado. Cuando le vi entrar con las gafas puestas, no pude evitar morderme el labio inferior y pensar que estaba buenísimo, pero rápidamente recordé que seguía enfadada con él así que se me pasó. En lugar de saludarme, directamente fue hacia la familia para quitarles las esposas y cuando volví mi vista, vi a Sam manchado de sangre. Sam había completado la prueba.
Hola!!! Lo siento por subir capítulo un mes y medio después, pero entre el bajón de lectores en la novela y que estoy ocupada preparando todo lo necesario para la convención de Supernatural a la que voy en un par de semanas, se me ha ido el santo al cielo, pero he vuelto y la semana que viene próximo capítulo!!