Tartaglia estaba muy cerca de Zhongli mientras cargaba al bebé en brazos, estaba sonriendo y su emoción se reflejaba en su rostro.
— Es precioso.
Zhongli estaba exhausto pero sonrió cuando escucho ello.
Lo había hecho bien y Tartaglia se lo hizo ver muchas veces.
El bebé estaba llorando y Tartaglia con cuidado se lo dio en los brazos a Zhongli. Según lo que había investigado, debía darle al recién nacido a Zhongli, los latidos de su corazón debían calmar al bebé y de ese modo hacerle sentir seguro.
Eso y que también el cordón umbilical no había sido todavía cortado, Tartaglia no se atrevía a hacer ello para no causarle algo malo al bebé.
Pero por lo visto todo estaba bien.
Tartaglia se relajo cuando escuchó las sirenas de la ambulancia y también vio como Zhongli pese a lo cansado que estaba sonrió para besar la frente del bebé.
Todo estaba bien.