Tiempo muerto

By Galleta_Maria

6.5K 363 106

Después de meses de tonteos e indirectas, María ha decidido confesarle a Chanel lo que siente por ella, pero... More

Tiempo muerto
Cruzando líneas
Comienzos
Es complicado
El día que todo empezó
El día que nos equivocamos
Fluyendo
Normas no escritas

Hay muchos tipos de relaciones

664 37 7
By Galleta_Maria

-A ver si yo lo estoy entendiendo... ¿Vais a seguir con esto?

Yo asentí, y Raquel me miró como si no terminara de creérselo. Habíamos quedado para tomar algo en mi barrio, en una terracita que había cerca de mi casa. Ambas llevábamos las gafas de sol e íbamos vestidas bastante de sport, porque aunque todavía nos pareciera alucinante, había pasado una semana desde Eurovisión y la gente nos reconocía por la calle.

-Mery, tía, piénsatelo bien. –Bufó. -Creo que podéis salir muy mal paradas.

-Ella ya lo ha hablado con Bastián. -Aseguré. -Quiero decir, no es que él no estuviera al tanto pero... -Carraspeé y bajé la voz. -Después de la última noche en Turín...

Raquel dio un sorbo de su vaso, sin quitarme la vista de encima.

-De verdad pensaba que sería algo pasajero, que cuando acabara todo, simplemente pasaríais y... -Comenzó.

-No es posible, Raquel. -Suspiré, mirándola a los ojos. Sabía que a través de las gafas podía intuir mi mirada, porque ella también la mantuvo fija.

-Es que puede salir muy mal, María. –Insistió.

Yo asentí. Sí, lo sé. Lo sé a ciencia cierta. Sé que podía salir horriblemente mal, pero es que no me encontraba en disposición de dejar de ver a Chanel así. No podía simplemente verla como una amiga corriente ahora. No después de haber pasado tantos meses enredada en su piel. Y separarnos tampoco estaba en la ecuación, entre otras cosas porque después del éxito de SloMo en Eurovisión, probablemente nos esperaba un verano bastante movido.

-Y a Bastián... Esto le parece bien, ¿no? –Continuó Raquel.

-Sí. –Me encogí de hombros. -Es un tío muy libre, ya sabes.

Raquel sacudió su cabeza, alucinando.

-Mira. –Le dije. -Chanel y yo sabíamos que esto podía pasar. Y al principio no dijimos nada, ya lo sabes, pero creo que Bastián ha pensado mejor las cosas.

-Las ha pensado porque le conviene, María. Y queda mucho mejor decir "soy tan libre que me da igual que te acuestes con otra" a "sé que me has puesto los cuernos reiteradamente".

Yo apreté los labios, tenía un punto de razón. Si bien es cierto que Chanel nunca ocultó a Bastián que le pasaban cosas conmigo, no estoy tan segura de que él supiera a ciencia cierta el nivel de implicación de esas cosas.

-Y lógicamente va a aceptar que os sigáis acostando. –Continuó Raquel, y me miró como si fuera obvio. –Es eso o nada.

-No creo que... -Negué, pero ella me interrumpió.

-Chanel preferiría perderos a los dos antes que perderte a ti, María.

Yo agaché la cabeza, suspirando, y Raquel me cogió la mano entre las suyas por encima de la mesa, apretándola. Me sonrió un poco triste y bajó el volumen de su voz:

-Mery... Esto era algo anecdótico e incluso... excitante, cuando tenía una fecha de caducidad. Pero ahora no la tiene, y quizás eso sea mucho peor que saber que todo tiene un final.

Ni siquiera era algo previsto, no era algo que estuviera en mis planes. Nunca me habría metido así en una relación, jamás me habría implicado de esa manera con alguien que ya estaba en pareja, y muchísimo menos habría aceptado de buen grado ser la amante de alguien. De hecho, en el momento en el que Chanel me dijo que tenía pareja aquel día tras el ensayo, decidí que jamás volvería a mirarla como algo más que a una amiga. Y lo mantuve, férreamente, y en ocasiones fue una ardua tarea porque los labios de Chanel siempre sabían como seducirme y cómo doblegar mis convicciones.

Nos mirábamos a escondidas, cuando pensábamos que la otra no nos veía. Suspiraba por ella cuando se soltaba el pelo y lo sacudía frente al espejo después de los ensayos. Temblaba como una hoja cuando sus manos agarraban mi cintura ayudándome a marcar los pasos.

Y apartaba la mirada cuando Bastián la cogía de la mano al volver a casa.

En realidad, aunque pareciera que estaba sufriendo, lo cierto es que fui capaz de recomponerme rápido. Soy una persona muy flexible, y siempre intento buscar el lado positivo de las cosas, por eso, para mí, estar cerca de Chanel para mí era más que suficiente. Tenía un trabajo que me encantaba en Malinche, estaba rodeada de mis amigos y mi gente, salía, me iba de fiesta, bailaba, compartía momentos con la gente que quería. Con el paso de las semanas, incluso me encontré riendo y compartiendo cosas con Bastián cuando todos quedábamos a tomar algo después del ensayo del musical.

Pero después de aquella tarde de invierno, cuando Chanel supo que había sido seleccionada para el Benidorm Fest, las cosas cambiaron abruptamente.

De un día para otro, los seis, Pol, Raquel, Exon, Josh, Chanel y yo, comenzamos una vida de prácticamente 24 horas juntos. El tiempo apremiaba, y Chanel y yo pasamos de estar ensayando con muchas personas alrededor en el musical, a aprovechar cualquier descanso para encerrarnos en una sala y practicar los pasos. Tuvimos que pedir favores y horas en el musical para poder ensayar la coreografía de SloMo a tiempo completo. En ocasiones llegábamos a nuestras casas pasada la madrugada, sin cenar y con los pies destrozados.

Me sentía más cansada que en toda mi vida, pero pletórica, feliz. Estaba viviendo mi mejor momento, y eso era gracias a la piña que habíamos formado los seis. Cuando uno de nosotros, o varios a la vez, desfallecía, siempre había alguna gracia de Pol, alguna palabra de ánimo de Chanel, algún vídeo que Josh nos enseñaba en el móvil para hacernos reír. Habíamos conseguido crear una fortaleza alrededor de nosotros seis segura, impenetrable, y sobre todo, irrompible.

Entre nosotros no había barreras. Era como si nos conociéramos de toda la vida y hubiéramos tenido toda la confianza del mundo desde siempre, y era algo indescriptible, porque, simplemente, habíamos conectado entre los seis. Es muy difícil conectar con una sola persona a ese nivel, pero nosotros habíamos conseguido que todos conectáramos así entre todos, porque el nivel de confianza y de seguridad que teníamos entre todos nosotros no se parecía a nada que hubiéramos vivido antes.

No había pudor, no había secretos. Desde el primer día que comenzamos los ensayos de la coreografía, nos desnudábamos los unos delante de los otros, nos besábamos, nos abrazábamos, nos dábamos calor cuando lo necesitábamos, llorábamos, reíamos. Íbamos al baño juntos, nos duchábamos juntos, dormíamos juntos. Éramos una familia en el más estricto sentido de la palabra, éramos más íntimos con nosotros mismos que con cualquier pareja que pudiéramos tener.

Y eso fue el detonante.

-Uf, amor, qué bien te queda ese top. –Chanel resopló, mordiéndose el labio y haciéndome un exhaustivo repaso visual, sin reparo alguno.

Yo sonreí, presumida. Me encantaba provocarla. Me encantaba provocarla y que me mirara así, igual que me encantaba saber que siempre procuraba sentarse a mi lado para hacerme cosquillitas en los brazos.

-¿Pero la habéis visto? –Chanel miró al resto del equipo, señalándome con la cabeza.

Pol y Exon rieron.

-Sí, cariño, ya sabemos que te pone caliente. -Josh se burló de ella, acercándose a mí. –Me pone hasta a mí... Mira qué tetas. –Sin reparo alguno, llevo sus manos a mi pecho, manoseándolo.

Yo reí, apartándole la mano y dejando que el pelo que caía sobre mi cara tapara un poco mi repentina vergüenza.

-Sí, ahora pone cara de modosita. –Rió Raquel, y yo con ella. –Mírala, la cabrona, como sabe...

Chanel sonrió, acercándose a mí, apartó a Josh de un empujón y me abrazó con fuerza, besando repetidas veces mi mejilla. Yo cerré los ojos, dejándome hacer.

-Pero qué guapa eres, por Dios. –Exclamó, y yo reí.

Lo cierto es que esta Chanel era muy diferente a la Chanel que conocía del musical. Comenzó pareciéndose a la Chanel que estaba conmigo en los ensayos, a solas, pero terminó siendo algo mucho mejor. Era desinhibida, coqueta, divertida. Atrevida, descarada, pero también seria y sensible. Y quizás por eso me olvidé tan rápido de que había probado sus labios. Olvidé que había acariciado sus curvas bajo la ropa y que había acercado tanto mi cuerpo al suyo que había conseguido crear un espacio estanco entre su vientre y el mío.

Y sobre todo, me había olvidado de que tenía pareja.

Aunque de eso también tenía mucha culpa ella.

-¿Te vas con tu churri? –Preguntó Raquel, un viernes cualquiera al acabar el ensayo. Yo afiné el oído, recogiendo mis cosas del suelo.

-¿Qué? –Chanel la miró confusa.

-Tía, tu novio, ¿Bastián? –La rubia la miraba sorprendida.

-Ah... -Chanel cabeceó, riendo. –No, qué va, está de finde en la casa de un amigo en la Sierra.

-Ah. –Raquel apretó los labios. Sabía que quería decirle algo más, y me extrañaba que no lo hiciera, entre nosotros no había problema en decirnos las cosas tal y como las pensábamos.

-¿Amor? -Chanel la miró con la ceja levantada, esperando.

Raquel suspiró.

-No, digo que... Que me extraña. Que me extraña que se pire para un día que tienes así como libre, ¿no? –Chanel se encogió de hombros y Raquel cambió su expresión a una más preocupada al verla así. -¿No estáis bien?

-Si, o sea, estamos bien, pero no sé, no somos ese tipo de pareja. Yo tengo mis cosas, él las suyas... Hacemos una vida bastante apartada, pero lo prefiero así.

-Uf, tía. –Raquel cabeceó. –Yo no podría, lo siento. Es que si es mi pareja, quiero compartir cosas con él, no solo estar con él cuando quiera acostarme con alguien o me apetezca ir al cine.

-Pero es que eso puedes hacerlo también sin pareja. O con otras personas, aunque tengas pareja. -Resolvió rápidamente Chanel.

Raquel me miró a mí, que había estado prestando atención durante toda la conversación, preguntándome con la mirada.

-Yo... Yo no sé si podría. –Dije sinceramente. –Hay muchos tipos de relaciones, supongo que depende del momento de tu vida y de con quien estés...

-Eso es. –Asintió Chanel. –Yo estoy en un momento de mi vida en el que quiero estar con vosotros, quiero empaparme de todo esto y quiero disfrutarlo al máximo. Y él también está con sus movidas, sus cosas, y estamos bien así. No tenemos una relación "tan formalizada" -hizo comillas con sus dedos- en ese sentido.

-No, si está cojonudo. –Dijo Raquel. –Mientras lo llevéis bien, está genial. –Suspiró y se echó la mochila al hombro. –Pero yo... Me voy con mi churri, que a mí si que me apetece ver una peli en el sofá con él. –Y se despidió, haciendo una reverencia y guiñándonos un ojo.

-¿Y tú? –Chanel me miró. -¿Qué haces esta noche?

Nuestro acercamiento fue paulatino, ni siquiera estaba premeditado. Y nuestra cercanía, fortuita, pero también inevitable. Chanel siempre terminaba abrazada a mi cintura y yo siempre encontraba en sus piernas el mejor asiento para las largas esperas en los aeropuertos. Nuestros compañeros no veían con malos ojos ese comportamiento, pero sí eran conscientes de que cada día que pasaba, nuestra relación se iba estrechando cada vez más.

Que el roce de sus manos en la mejilla de Raquel, no era el mismo roce que en las mías, y que la forma que Chanel tenía de mirarme no se parecía en absoluto a como miraba a ningún otro.

-¿Os habéis liado ya?

-¡Pol!

Chanel le reprendió, dándole un toque en el brazo, y él rió. Chanel y yo tonteábamos como de costumbre a su lado, haciéndonos cosquillas y aprovechando para meternos mano entre risa y risa. Pol nos miraba negando con la cabeza.

-Chica, es que todo el día sobándoos...

Exon asintió exageradamente con la cabeza, dándole la razón, mientras buscaba en su cartera la tarjeta de crédito. Habíamos parado en el McDonalds de la T2 de Barajas para comprar algo de beber antes de embarcar hacia Lisboa.

-¿Mery, quieres algo tú? -Exon me miró, y yo le sonreí culpable, él ya sabía lo que quería. -No tía, no te da tiempo a comerte el helado.

-¿Un helado te vas a comer ahora? -Pol me miró frunciendo el ceño.

-Un Sundae de fresa. -Dije contenta y Pol puso cara rara. -¿No lo has probado? -Abrí la boca alucinada.

-Reina, no te da tiempo, eh. -Volvió a decirme Exon.

-Vaaaaaale... -Suspiré.

-Además, no sé por qué te gusta tanto el Sundae, donde se ponga el McFlurry...

-No tienes ni idea. -Lo miré entrecerrando los ojos.- Me ofende que no valores que...

-El Sundae está mucho más bueno. El de fresa... -Corroboró Chanel, casi salivando. -Aunque es verdad que el McFlurry de Oreo...

Levanté el dedo índice de mi mano y lo puse enfrente de su cara.

-No me hagas que te pierda el respeto, eh.

-Depende de cómo me pierdas el respeto igual me interesa...

Chanel se mordió el labio, riendo, y yo volteé los ojos al ver su sonrisa pícara, ya estaba pensando mal.

-Aquí vamos otra vez... -Suspiró Pol.

-Hasta que se pasen de la raya... -Susurró Exon.

Lo que no sabíamos ninguna de las dos es que fue justo en ese viaje, nuestro primer viaje tras ganar el Benidorm Fest, cuando Chanel y yo nos pasamos de la raya.

Nos pasamos tanto que ya no supimos volver atrás.

Continue Reading

You'll Also Like

518K 53.2K 133
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
75.9K 6.3K 19
"No, claro que no, es obvio que no me gusta Bradley, el es mi enemigo y... Maldito idiota, sal de mi mente, haces que mi corazón se acelere." Max es...
94.7K 9.4K 58
☆ y me pueden decir diez mil cosa' de ti pero yo pongo mi alma en el fuego por ti nadie sabe, lo que yo haría no saben que ni con cien mencione' van...
608K 81.4K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!