the only exception

By mooneyyy

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Alya De Santis today su vida ha tenido un solo objetivo, entrar a la máxima categoría del automovilismo, la F... More

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By mooneyyy

"Cuando estoy lejos de ti, soy más feliz que nunca."

El sonido de la alarma comenzó a sonar indicándome que estaba a punto de amanecer y debía levantarme para entrenar o de otra forma Carol se encargaría de que me arrepintiera de no hacerlo.

No había señales de que mi madre estuviera despierta así que para no preocuparla le dejé una nota indicándole que regresaría antes de que ella despertara.

El sol no tardaría en salir así que sin perder más tiempo me vestí y salí de la casa sólo para calentar un poco.
Salir a correr era de mis actividades favoritas pues sólo era yo con mis pensamientos y podía reflexionar sobre un montón de cosas, algo así como cuando lavaba los platos en casa.

Estaba tan sumergida en mis pensamientos que sin darme cuenta había llegado a la colina en donde se encontraba la capilla en donde mi hermano y yo habíamos compartido tantos recuerdos. Este era el lugar en donde realmente me sentía cerca de él.

Mi corazón se conmovió y podía sentir como mis ojos volvían a aguadarse. Desde que Enzo partió me había convertido en alguien que difícilmente lloraba pero al tratarse de mi hermano, era la persona más frágil en el mundo.

Me senté en los viejos escalones de concreto esperando a que el sol saliera. Tal vez no era lo mismo que ver el atardecer y las luces iluminando el pueblo pero ya estaba aquí y no podía desaprovecharlo.

— Creo que empezaré por decir que lamento no visitarte, no había tenido el suficiente valor para regresar...—Mi nariz comenzaba a moquear y tenía un gran nudo en la garganta, señal de que estaba a nada de soltarme en llanto— No ha sido lo mismo de que te fuiste y yo...—Mi labio temblaba a medida que hablaba— Te extraño tanto, me haces mucha falta.

Y entonces, no pude más.

No podía controlar los sollozos ni las lagrimas que brotaban de mis ojos una tras otra. Quería a mi hermano de vuelta.

Tal vez para muchas personas pueda resultar raro que estuviera hablando como si hubiera alguien aquí a parte de mi pero necesitaba creer que él de verdad me escuchaba, que en donde sea que estuviera, él me escuchaba.

Cuando el llanto cesó, pude aclarar mi garganta y continuar hablando.

— Han pasado muchas cosas desde que te fuiste...Gané el campeonato en la Fórmula 2 y al fin lo logré, entré a la Fórmula 1...—Tomo el pequeño dije de libélula que tengo colgando en mi cuello— Justo como lo dijiste que lo haría. Soy compañera de George ¿Puedes creerlo? —Suelto una pequeña carcajada— Sólo quería que supieras que estoy aquí gracias a ti, prometo que haré las cosas bien y estarás orgulloso de mi. Te amo Enz.

Me quedé unos minutos más admirando el amanecer hasta que dieron las 7 entonces volví a casa y terminé mi rutina de entrenamiento en el gimnasio que teníamos en casa, me propuse preparar el desayuno para mamá antes de que Domenico llegara y me echara por "ensuciar su cocina" pero antes de que pudiera si quiera abrir el congelador me encontré con mi madre tomando café en el patio trasero.

9 de la mañana, algo temprano para ella.

— Buenos días...—Me siento junto a ella.

— Buenos días mi cielo, madrugaste ¿No?

— Ya es algo normal para mi. Quería preparar el desayuno antes de que despertaras pero veo que te me adelantaste.

— Cuando vives en una casa con pilotos aveces tienes que ganarles en algo. —Ríe— Sugiero que esperemos a Domenico, no quiero que se vuelva loco cuando te vea cocinando.

— Ese hombre tiene que aprender a compartir la cocina —Me quejo— Desde que tengo memoria no dejaba que nos acercáramos si quiera a preparar un omelette.

— Y con mucha razón, no olvidemos cuando trataste de prepararte un té y tuvimos que llamar a los bomberos.

La cocina no era mi fuerte en ese entonces, pero tras vivir tres años con mi abuela me convertí en una perfecta cocinera. Ella siempre decía que tenía que aprender para cuando estuviera lejos de casa y ella no pudiera cocinarme la cena.

Ambas reímos al recordar el pasado, de verdad estaba disfrutando cada segundo que pasaba en este lugar.

— Estaba pensando...—Su tono de voz me indicaba que tramaba algo— Deberíamos invitar a Carlos a cenar con nosotros esta noche.

Era un rotundo no.

Después de anoche no quería tenerlo cerca ni un sólo milímetro, mucho menos quería que se asociara con mi familia. No porque considere que sea mala persona, simplemente que me gustaba tener mis asuntos y drama familiar lejos de todo lo relacionado a mi trabajo y eso incluía a Sainz.

— No creo que sea buena idea.

— ¿Por qué?

— Tal vez tiene planes.

— ¿Por qué no lo llamas y le preguntas? Sería encantador verlo de nuevo.—Insiste.

— Yo...

— Vamos cariño, tenemos que ser buenas anfitrionas además, me encantaría saber como están sus padres.

Mi madre se veía tan emocionada con la idea que no podía decirle que no. Podría tolerar un poco más al idiota de Carlos sólo por ella, además estaba segura de que mi madre se encargaría de mantenerlo lejos de mi bombardeándolo con sus preguntas.

— Esta bien. Lo llamaré...— Acepto de mala gana.

Si tan sólo tuviera su número...

— Preferiría si lo hicieras ahora, tengo que comenzar a organizar todo para que sea una noche amena. —Presiona.

— Uhm...si sólo dame dos segundos. Voy por mi teléfono y regreso.

Llamé al único que podría darme el dato que necesitaba y  que a mi me esta hora no haría muchas preguntas.

— ¿Hola?...—La voz adormilada sonó del otro lado de la bocina.

— ¿Sigues dormido? Son las nueve Lando.

— ¿Qué quieres Alya? Estaba teniendo un gran sueño. —Se queja.

—¿Crees que puedas enviarme el contacto de Carlos? Por favor...

— ¿Para qué?

— Necesito preguntarle algo.

— ¿Por qué no sólo le envías un mensaje por instagram o yo que se?

— ¡Sólo envíamelo!

— ¡Bien! Si con eso me dejas dormir tranquilo —Dice con fastidio y a los pocos segundo ya tengo un mensaje con el contacto— Eres una mandona ¿Te lo habían dicho?

— Muchas veces, gracias. Ya puedes volver a soñar con ser dj. Te amo —No le doy tiempo de responder cuando termino la llamada.

—¿Aly? ¿Ya tienes una respuesta? —Escucho a mi madre a lo lejos.

— ¡Estoy en eso!

Miro la pantalla con el nombre del Español en ella tetándome a fingir una llamada y decirle a mamá que no había aceptado pero antes de que guarde el teléfono en los bolsillos de mi hoodie mi madre aparece junto a mi.

— Creo que sería mejor si yo lo invitara, así no puede rechazar la invitación ¿No crees?

Carmen Rivera era una mente maestra cuando se lo proponía.

— Creo que mejor me lo dejas a mi...

Sin otra opción pinché el icono de llamada rogando para que nadie contestara y terminar con todo esto.

Uno, dos tonos, si sonaba el tercero daba por terminada la llamada.

— ¿Hola?

Maldito seas Sainz.

— Eh Hola Carlos, habla Alya...

No hay respuesta de su parte más que silencio. ¿Me habrá colgado?

— Alya, que sorpresa. ¿Cómo tienes mi número? Eso podría contar como "acoso" —Imita las palabras que le dije ayer.

— ¡Que gracioso!— Finjo una risa ya que mi madre estaba junto a mi atenta a lo que decía.

— ¿Llamas para disculparte por haberme golpeado con ramas?

— ¿Qué? ¡No! Por supuesto que no. Mi madre quiere saber si tienes planes para esta noche....

Eso sonaba tan mal.

—¿Cómo dices?

— Eh...si. —Suspiro

— Creo que estoy perdido. ¿Por qué tu madre quiere saber si tengo planes esta noche?

— Porque quiere invitarte a cenar pero vas a rechazar la invitación porque estas muy ocupado esta noche ¿De acuerdo? —Murmuro sólo para nosotros mientras me alejo un poco de mi madre.

— ¿Y por qué habría de estar ocupado?

Aprieto mi mandíbula. Lo estaba haciendo para molestarme.

— ¿Que estas ocupado? Que lástima...—Digo en voz alta para que mi madre escuche.

— Déjame hablar con él —Me susurra mi madre y yo niego con la cabeza.

— No, eso no es lo que dije Alya.

— Que pena, tal vez...—Soy interrumpida por mi madre que me quita el teléfono de las manos y se aleja de mi.

—¿Carlos? Hola, soy Carmen la madre de Alya. Tal vez no me recuerdas pero conocimos a tus padres hace tiempo. —Su tono de voz cambia por completo a uno exageradamente agradable— Si...Por supuesto...— Me picaban las manos por quitarle el teléfono de las manos y colgar pero mi madre no lo iba a permitir. ¿De qué tanto hablaban?—Supe que estabas en la ciudad y me preguntaba si te gustaría venir a casa a cenar esta noche...

Por favor que diga que no...

—¡Excelente! —Me mira con éxito en su rostro.

Que alguien me saque de aquí.

— No muchas gracias a ti Carlos, ya te pasó con Alya...hasta la noche, chao....—Me entrega el teléfono— Dijo que si—Murmura con emoción.

— Que alegría —Digo con ironía mientras tomo el teléfono.

Mi madre me dice algo que no logro escuchar y se marcha de vuelta al interior de la casa.

— ¡¿Qué hiciste?! —Exclamo una vez que estoy sola. — Te dije específicamente que rechazaras la invitación.

— ¿Cómo podría decirle que no a tu madre?

— ¿Qué no se supone que tienes un vuelo que tomar?

— Tengo tiempo. ¿Por qué no quieres que me conozca? ¿Te avergüenzas de mi? ¿O de tus actos? Tal vez le interese saber que su hija va por las calles golpeando a las personas con ramas y arbustos.

— Eso te lo merecías, por tu culpa estuvieron rondando fotografías de nosotros por internet. Kate tuvo que pagarle a la chica para que las borrara.

— Bueno es una suerte que Kate sea muy buena en su trabajo ¿No crees?

— Hablo en serio Sainz. No pudiste escoger un peor momento para aparecerte.

— No es para tanto Alya ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Resoplo resignada, al menos podría venir con Rupert.

— Sólo trae a Rupert ¿Quieres?

— Tu madre no dijo nada sobre un +1 así que sería muy maleducado de mi parte llevar a otra persona.

—Sainz...—Digo con tono de advertencia.

— Aunque me guste escucharte decir mi nombre preferiría que no lo malgastaras de esa forma. Envíame la dirección —Y cuelga dejándome con las palabras en la boca.

Suelto un quejido de frustración cuando veo que desaparece la pantalla de llamada. Juro que no había nadie más exasperante que este hombre.

~

Mi madre estaba organizando la velada  como si el mismísimo Ayrton Senna viniera a cenar. Ojalá así fuera, pero en su lugar teníamos al molesto de Sainz.

Como a mi no me interesaba nada relacionado con la supuesta cena y nuestro invitado, me distraje en el simulador que teníamos en casa. Esa era una de las ventajas de vivir con pilotos de la Fórmula 1, teníamos uno bastante realista en el estudio junto con los trofeos de mi padre y alguna que otra cosa de recuerdo.

— ¡George! Déjame ir. —Alex llevaba quejándose desde que inició la partida porque George estaba decidido en arruinarle la carrera a toda costa. — ¡GEORGE!

Del otro lado de escuchaban las carcajadas del rubio, llevábamos al menos cinco intentos de terminar la carrera pero simplemente no podíamos.

— Creo que es suficiente por hoy, fue...interesante jugar con ustedes —Comento saliendo del juego.

—¿Ya te vas? ¡Pero apenas vamos empezando! No no me dejes con este imbécil. —Me pide el Tailandés.

—  ¿De qué hablas? Llevamos con esto al menos dos horas. Tengo una vida Albono.

Con Alex éramos buenos amigos, lo había conocido gracias a George pues esos dos parecían pareja a todos lados que iban estaban juntos. Siento pena por sus chicas. Y era una lástima que Alex se quedara sin asiento esta temporada después del desaire de RedBull. Pero así era esto, si no rendías, estabas fuera. Era por eso que me enfocaba en que mi desempeño fuera perfecto, no quería perder mi lugar cuando trabajé tanto para obtenerlo.

— ¿Qué tal las cosas en casa fiera? — Pregunta el ojiazul.

— Si Aly ¿Cuándo nos invitarás a disfrutar del paraíso mediterraneo? —Lo secunda su amigo.

— Tal vez en un futuro muy muy lejano cuando dejen de esconder su amor.

— ¿Esconder? Cariño nuestro amor no es secreto. Todo el mundo sabe que George me ama. — Me sigue el juego el pelinegro.

— Oh por dios no vuelvas a decirme cariño, eso fue asqueroso —Bromeo— Los dejaré solos para que puedan arreglar su matrimonio tranquilamente.

— ¡Necesitamos a nuestra terapeuta de pareja! —Grita George.

— Pues llamen a Lando, él puede reemplazarme. Los veo después. —Me despido de ellos y apago la consola.

Más tarde ayudé a mi mamá con algunas cosas en la casa, de verdad no entendía su obsesión porque todo fuera perfecto para esta noche, entonces recordé que lo perfeccionista lo heredé de ella.

Un par de horas después el timbre de la reja me indicó que ya estaba aquí así que por medio de la cámara de la entrada pude observarlo. No se veía nada mal...
A su lado venía Rupert en el volante, ya me imaginaba la tortura que era para Sainz no conducir el bonito auto en el que venían.

Él sonido de la puerta principal resuena en todo el recibidor. Al abrir la puerta la imagen de un Carlos Sainz sosteniendo dos botellas de vino y tal vez me tenga que cortar la lengua después pero si que se veía en exageradamente atractivo con esa camisa blanca y un par de pantalones marrones. Debería ser ilegal dejarlo usar camisas de ese tipo.

— Vino, que considerado de tu parte —Digo con sarcasmo.

— También es un placer volver a verte Alya —Responde de la misma forma pero no sin antes de analizarme de pies a cabeza.

Jamás había visto esa mirada en él con anterioridad y no se porqué sentí mi pelvis apretarse.

— Ojalá pudiera decir lo mismo pero...

— ¡Oh Carlos, que maravilla verte de nuevo! Por favor pasa —Mi madre aparece detrás de mi saliendo del estudio.

¿Qué hacía ella en el estudio? Es muy raro que lo visite.

— Señora De Santis, gracias por invitarme. Su casa es preciosa.—La saluda como si se conocieran de antes, técnicamente lo hacían pero vamos, él aún usaba pañales.

— Gracias querido, la última vez que te vi en persona tu apenas eras un pequeño.

— Eso escuché, ojalá hubiéramos tenido la oportunidad de presentarnos antes. Traje un par de botellas de vino como agradecimiento por la invitación —Se las extiende y mi madre las toma.

— No te hubieras molestado, Alya cariño ¿Puedes decirle a Domenico que las ponga en hielo por favor? —Me las entrega como si yo fuese alguna especie de staff en la casa.

— Claro..—Digo entre dientes y camino hacía la cocina. — Domenico Potresti mettere questi in frigo per favore? (Domenico ¿Podrías poner estas en la nevera por favor?)

No quisiera ser él en estos momentos. A mamá siempre le ha gustado ser espléndida con las visitas y en mi opinión, a Domenico no le pagaban lo suficiente para cumplir todos sus caprichos.

Giacomo Conterno, Barolo Monfortino dell'85— Lee la etiqueta de las botellas— qualcuno di importante ci visita? (Nos visita alguien importante)

Nessuno speciale. (Nadie especial) —Me recargo en la isla del centro de la cocina observando la comida que sirve— Questo sembra delizioso Cos'è? (Esto se ve delicioso, ¿Qué es?)

— Quindi non ci piace l'ospite. (Así que no nos agrada el invitado) —Deduce por la forma en la que mi rostro se deformó cuando preguntó por Sainz— È una nuova ricetta e ti chiederò di smettere di provare con il tuo dito, inquini il mio cibo. (Es una receta nueva y te voy a pedir que dejes de probar con el dedo, contaminas mi comida) —Me regaña por degustar sus platillos.

Domenico siendo Domenico.

Per favore servitemi del vino più adulterato che abbiamo nella cava, ne avrò bisogno per sopravvivere alla serata. (Por favor sírveme del vino más adulterado que tengamos en la cava, lo necesitaré para sobrevivir la velada) —Finjo sufrimiento haciéndolo reír.

Me encamino de vuelta al recibidor en donde podía escuchar las voces de mi madre y Carlos pero me detuve en seco al escuchar una tercera voz que podría reconocer en cualquier lugar.

Esto no esta pasando. No se suponía que debía estar aquí.

Salgo de la cocina con cautela deseando que sólo fuera un producto de mi imaginación o el eco de la voz de Carlos distorsionado por el vacío pero siento mi estomago caerse cuando lo veo parado frente al español dándome la espalda.

En este momento maldigo a Sainz por decir "¿Qué es lo peor que podría pasar" porque claramente esto era lo peor que podría pasar.

— Alya mira quien se nos unió... —Mi madre suelta el comentario acentuando su mirada.

Ella sabía y no me lo dijo.

Tras ese comentario, la atención de ambos hombres se centra en mi y  en mi sigiloso caminar.

Cuando sus ojos se encuentran con los míos todos los recuerdos reviven en mi cabeza, mi padre y yo nos parecíamos demasiado físicamente y cada vez que miraba mis ojos a través del espejo veía los de él mirándome como ahora lo hace. Su rostro no muestra alguna señal de alegría ni disgusto, simplemente es frío y neutro, sin expresión alguna.

Alessandra, a cosa è dovuto il piacere della tua visita? (Alessandra, ¿A qué se debe el placer de tu visita?)

De verdad odiaba que me llamara Alessandra, sólo era un recuerdo del egocentrismo de mi padre y sólo me llamaba así cuando quería recalcarme que todavía existía.

Volevo vedere la mamma... (Quería ver a mamá) — Murmuro sintiéndome chiquita.

¿Cómo se supone que debía reaccionar después de no verlo por más de dos años? Este hombre hizo de mis últimos años aquí un infierno.

— Nos da gusto que Aly este en casa, el trabajo la tiene fuera y casi nunca nos visita. —Mi madre trata de aligerar la tensión en la habitación.

— Por supuesto, pasáremos mucho tiempo fuera de casa cuando iniciemos temporada, pero ya se acostumbrará —El español me guiña un ojo tratando de reconfortarme.

Mi padre al escucharlo me mira fijamente como si estuviese uniendo los hilos hasta que mi madre comenta algo que estaba segura que no se esperaba.

— ¿Iniciemos? —Pregunta mi padre.

— Alessandro, Claire firmó a Aly como la nueva piloto de Williams para esta temporada. — Le enfatiza mi madre.

Siento sus ojos clavarse en mi pero no puedo descifrar ni un poco de lo que piensa.
El ambiente se tensa por completo pues nadie dice nada, ni siquiera Sainz, no quería imaginarme lo incómodo que debe ser para él.

Una de sus cejas se alza y junto a ella sus labios se curvan en una especie de "sonrisa" burlona. — Veo que al fin tienes lo que querías ¿No es así? —Dice condescendiente.

— Y sin ayuda alguna, si. —Respondo de la misma forma.

Observo como su mandíbula se aprieta un poco pero sus labios no se mueven, permanecen burlándose en mi propia cara.

— Claire tomó una buena decisión al elegir a su hija como su segunda piloto, estoy seguro de que puede aportar mucho al equipo. —Se expresa el español regalándome una sonrisa que parece más una mueca de comprensión.

Mi rostro se suaviza al verlo y siento algo extraño en mi estomago. No tenía ni idea de porqué se comportaba de esta forma hacía mi cuando prácticamente lo he estado maldiciendo desde que pisó Portofino.

— Si, claro...—Pronuncia con un ligero toque de sarcasmo en su voz.

Quería decirle muchas cosas en este momento y si no fuera porque Carlos estaba aquí probablemente estallaría contra él pero tenía la sospecha de que eso era lo que él buscaba y no iba a darle el gusto.

— ¿Por qué no pasamos al comedor? La cena ya debe estar lista —Mi madre nos interrumpe para terminar con todo esta incómoda situación. — Alessandro cariño, ¿Puedes guiar a nuestro invitado? —Sugiere.

— Por supuesto, por aquí hijo. Me encantaría saber como va todo por Maranello.

Carlos pasa a mi lado para seguir a mi padre no sin antes regalarme un guiño. Por alguna extraña razón ese simple gesto se sintió como algo reconfortante aunque fue rápidamente sustituido por el sentimiento de traición cuando miré a mi madre.

— ¿Qué hace aquí? Creí que habías dicho que regresaría en unos días —Le susurré una vez que estaban lejos de nosotros.

—No tenía ni idea de que volvería tan pronto, lo siento tanto cariño...

Resoplo resignada a que continue la velada, ya estaba aquí y no podía irme como si nada.

— Sólo terminemos con esta tontería. —Respiro profundamente para prepararme para mi mejor actuación.

Espero que me den un Oscar por la interpretación que estoy a punto de realizar.

Me senté frente a Carlos estando un poco alejada de mi padre, entre más distancia hubiese, mejor para todos. Cualquiera podría notar lo incómoda que me veía en la habitación y Carlos por supuesto no era la excepción pues cuando nuestras miradas se cruzan
mueve sus labios silenciosamente un "¿Todo bien?" A lo que respondí levantando mi pulgar como una señal de que así era.

La cena comienza con tranquilidad, mi madre como era de esperarse, comenzó a bombardear con información a Sainz, narrando el como nuestros padres se conocían de hace tiempo y la buena relación que tenían.

Por mi parte, decidí mantenerme al margen guardando silencio pues la conversación no ameritaba mi intervención, simplemente estaba ahí, disfrutando de la comida y pretendiendo que no existía. Ahora entiendo lo que dijo Rup.

—Entonces...—Mi padre alza un poco la voz atrayendo las miradas de todos— Carlos, ¿Te sientes listo para esta temporada?

— Por supuesto, estoy bastante emocionado porque comience. Con Charles hemos estado probando el auto y tengo el presentimiento de que nos irá bien.

— Charles es un gran chico —Comenta mi madre.

— Y un buen piloto, tiene mucho futuro por delante. La escudería esta en buenas manos con ambos al volante —Asegura mi padre.

¿Me molestaba que se interesara más en otros pilotos que en mi, su propia hija? No, ya estaba acostumbrada a ello.

— Aunque me parece que tendrán algo de competencia este año. Aly es bastante rápida y estoy segura de que llevara ese Williams al limite —Mi mamá me guiña el ojo con una pequeña sonrisa.

Se que lo hace para hacerme sentir mejor pues Enzo hacía lo mismo cuando mi padre me excluía de las conversaciones. Mi hermano ignoraba todo lo que papá decía y soltaba un comentario sobre mi que me sacaba una sonrisa.

— Tendrá suerte si termina la carrera. —Y de nuevo su tono sarcástico. Como siempre denigrando mi trabajo, cuestionando y sobajando cada cosa que hacía.

A los ojos de Alessandro De Santis, yo jamás sería lo suficientemente buena.

— Alessandro...—Mi madre lo reprende entre dientes.

— Solo trato de decir que no llevemos las expectativas tan altas, el quipo no ha dado resultados en mucho tiempo, les hace falta estrategias y un buen auto. Se necesitaría un milagro para codearse con los mejores y dudo mucho que pase.

La mesa se queda en silencio pero puedo sentir esos ojos cafés sobre mi, esperando por mi reacción ante los desaires de mi padre.

Pero no iba a caer en sus provocaciones.

Sin decir ni una sola palabra y con la mirada al frente, decido optar por beberme la copa entera del estúpido y costoso vino de Sainz.

— Deberías tener más cuidado con el alcohol Alessandra...

Un comentario pasivo-agresivo más y juro por Dios que me iré de aquí. Ya me daba completamente igual lo que Sainz creyera sobre nosotros.

¿Quería conocerme? Entonces le daría lo que quiere.

— No te preocupes padre. Sólo bebo cuando quiero evitar mis problemas —Le regalo la sonrisa más falsa que puedo y alzo mi copa una vez más para simular un brindis antes de beber por completo el líquido en ella.

El silencio inunda el comedor, la tensión y la incomodidad es sumamente evidente y el tintineo de la copa cuando la coloco de nuevo en la mesa parece ensordecedor.

— Brindemos entonces... —Alessandro se levanta con su copa en mano captando la atención de todos. —Por nuestro invitado —Se inclina levemente hacia el Español a su derecha— Que esta temporada esté llena de podios y victorias.

Con fastidio alzo mi copa junto a los demás y bebemos simultáneamente.

— Y por Alya —Continúa dejándome anonadada.

Mi mirada viaja con rapidez hacia él quien tiene una sonrisa que no estoy del todo segura que sea completamente sincera y puedo sentir como mi corazón comienza a acelerarse. ¿Qué está haciendo?

— Porque su único problema sea poder salir de la sombra de su hermano y la mía. Será un camino duro así que esperemos tengas una cava amplia en casa. —Me guiña el ojo y bebe de su copa.

Maldito hijo de...

Miré a los demás esperando las reacciones incomodas y así fue. Carlos parecía extremadamente confundido, por supuesto, es difícil entender la relación que llevaba con mi padre, en cambio mi madre sólo miraba el plato de comida sin expresión alguna. Ella estaba acostumbrada a este tipo de enfrentamientos entre mi padre y yo pero sabía que lo estaba pasando mal pues su noche planeada estaba siendo un daño colateral por nosotros dos.

— Que divertido padre...—Comento con sarcasmo.

No quería terminar de arruinarla así que simplemente bebí del cristal.

Domenico llegó para salvar lo poco que quedaba de la noche llevando a la mesa un postre típico de Madrid en honor a Sainz.

El madileño no podía dejar de sonreír, parecía un niño pequeño con el platillo. Su sonrisa era tan contagiosa que inconscientemente mis labios se habían curvado mientras lo miraba comer.

Al menos alguien estaba feliz de estar aquí.

La cena termina cuando el castaño dice que tiene que regresar a donde se estaba quedando pues aún tiene un par de cosas que empacar para tomar su vuelo a Bahrein.

— De nuevo les agradezco mucho por su invitación, nunca me imaginé que estaría cenando con Alessandro De Santis en su hogar. Fue una gran noche. — Les agradece a mis padres mientras nos dirigimos al recibidor.

— Siempre eres bienvenido hijo. Espero verte  en el podio seguido. —Le advierte con una sonrisa.

No iba a fingir que no me dolía escuchar a mi padre diciendo ese tipo de cosas a otra persona, deseando que fuera yo en su lugar aún después de lo qué pasó, aún quería ser yo la persona que Alessandro se alegrara de ver, la persona que apoyara, pero se que pido demasiado y no puedo vivir de fantasías.

Me guardo toda esta mierda para mi, la dejo a un lado y finjo mi mejor sonrisa para indicarle a Sainz que debíamos irnos pues yo lo llevaría a su lugar.

Una vez estando dentro del auto durante el camino no puedo dejar de pensar en todo lo que pasó esta noche, quería olvidarlo y despejarme.

— Eso fue...—La voz de Carlos interrumpe mis pensamientos.

—¿Intenso? Lo sé...

— Iba a decir increíble pero también algo intenso. No se si era mi imaginación pero te noté algo tensa en toda la noche.

No podía dejar que él u otra persona se enterara de el infierno que llamaba casa cuando estaba Alessandro aquí, prefería lidiar con los problemas familiares a puerta cerrada, como dicen por ahí "Los trapos sucios se lavan en casa".

— Estoy perfectamente bien.—Digo cortante mientras conduzco.

— Lo que dijo tu papá...¿No hablaba en serio verdad?

¿Por qué hacía tantas preguntas?

— No, por supuesto que no. A él le gusta...hacer ese tipo de bromas. Sólo olvídalo ¿Quieres?, no es nada.

—Es que me pareció que...

— ¿Sainz? No es de tu incumbencia así que olvídalo. —Respondo con firmeza.

Se que probablemente estoy siendo una perra con él pero la relación que tenga con mi familia era asunto mío y si algo odiaba era que se entrometieran en mis asuntos.

— Bien. —Dice entre dientes y puedo notar que le molestó mi forma de responder a sus preguntas.

El resto del camino se mantuvo en silencio al igual que yo hasta que aparcamos fuera de la villa.

—Supongo que te veré en Bahrein...—Comenta aún dentro del auto.

— Supongo que si...—Murmuro.

Aprieta levemente los labios y asiente pero aún no ponía un pie fuera del auto.

Lo observo con detenimiento, no había apreciado lo bien que se veía por culpa de todo el drama con mi padre. Mi mirada recorre desde su perfecta cabellera pasando por esos intensos ojos cafés y sus largas pestañas adornándolos, su larga nariz...

Ya sabes lo que dicen de las narices grandes. Dice la vocecita en mi cabeza de forma fugaz.

Cierra la boca Alya. Me reprimo.

Continúo hasta detenerme en sus labios, frondosos y rosados. No pude evitar recordar aquel beso y lo bien que lo hacía...

De pronto pude sentir una presión entre mis piernas y fue lo que necesitaba para darme cuenta de lo rara que estaba siendo.

— ¿Planeas quedarte aquí toda la noche o...? — Regreso mi mirada hacía el frente.

Sus labios se curvan y niega levemente sólo para salir del auto. — Te veré en la pista entonces.

— No puedo esperar para patear tu trasero —Le guiño el ojo causando una risa en él y se gira para pasar el umbral. —¡Oye!

Se gira hacia mi confundido — No tenías porque decir cosas buenas sobre mi frente a mis padres solo para tratar de agradarme.

— No lo hice por eso, simplemente es la verdad...—Se encoge de hombros y una de mis comisuras se levanta en un intento de sonrisa ladeada.— Pero ya que lo mencionas ¿Funcionó?

Esta vez mis labios se expanden por completo y un bufido sale de ellos. — Ni un poco. —Enciendo de nuevo el auto y me marcho dejándolo detrás para volver a casa.

Pensé en tomar mis cosas y quedarme en un hotel hasta que mi vuelo a Bahrein llegara pero me parecía injusto que fuese yo la que se moviera sólo porque mi padre estaba ahí. La única opción era ignorarlo por completo hasta olvidar su presencia y eso es lo que haría.

Al llegar a casa me dispuse a ir directo a mi habitación y no salir hasta mañana, no quería atravesarme con mi padre y menos después de toda la mierda que dijo esta noche. Las luces estaban apagadas a excepción de la sala, supuse que era mi madre porque le encantaba leer por las noches antes de ir a dormir así que me dirijo directo a las escaleras cuando escucho su voz.

— Te creía más inteligente Alessandra...—Era mi padre quien hablaba del otro lado de la sala de estar.

— ¿Disculpa? —Camino hacia la habitación solo para encontrarlo bebiendo su usual whiskey.

— ¿Tener un amorío con un compañero de parrilla? No parece ser un movimiento inteligente, sobre todo cuando recién acabas de ingresar.

— ¿Qué te hace pensar que tengo algo con él?

—¿Me dirás que sólo es una casualidad que esté aquí al mismo tiempo que tu? Por favor, conozco a los Sainz y las casualidades no son propias de ellos. —Bufa.

Tenía razón acerca de la visita del español pero no iba a darle la satisfacción de hacérselo saber.

— No tengo por qué discutir lo que hago de mi vida contigo y mucho menos sobre las acciones que otros hacen.

Su mirada sigue fija en la chimenea frente a los sofás mientras sigue bebiendo el alcohol de su vaso de cristal.

— ¿No crees que merezco saber que es lo que haces cuando mi apellido es el que esta en juego? 

— Por favor Alessandro, dejé de interesarte desde hace mucho y la prueba está en que no tenías ni idea de que tu propia hija esta a punto de correr en la Fórmula 1. —Bufo con desdeño.

— Lo creas o no, querida Alya. —Pronuncia mi nombre como si estuviera burlándose de mi— Mi vida no gira entorno a ti, tengo cosas más importantes que requieren de mi atención, así que deja de hacer berrinche sólo porque no obtienes la atención que crees merecer.

La tensión comenzaba a centrarse en mi nuca por cada palabra que salía de su boca. Era inaudito como podía ser un completo imbécil y verse tan tranquilo.

— Claro...—Murmuro— Porque perderte de los mejores años de mi vida es de poca importancia. No me sorprende, siempre ha sido así.

— Y aquí vamos de nuevo...— Pronuncia extenuante como si mi sola presencia lo fastidiara siendo él quien comenzó todo esto. — ¿Por qué no sólo dices lo que quieres decir y terminamos con esto?

Ganas no me faltaban para decirle a mi padre todo lo que he guardado durante años, pero no estaba segura de que valiera la pena. Alessandro jamás escuchaba.

— ¿Quieres escuchar lo que tengo que decir? Bien, empecemos por el hecho de que nunca estuviste para mi cuando mi carrera comenzó, y si te aparecías sólo era para remarcarme lo mala que era, nada se te escapaba, siempre resaltando mis errores porque eso te encantaba ¿No?. Desde que tengo memoria nunca dejaste pasar la oportunidad para discutir conmigo, era tan desgastante que por eso me marché y ni siquiera te tomaste la molestia de preguntar por mi. Olvidaste que aún tenías una hija, desaparecí de tu vida como si fuera una estúpida persona más en el mundo y ni siquiera te importó ¿Te parece poco eso papá?— Las palabras salían de mi boca con rabia mezclada con dolor y él ni siquiera se inmutaba. Simplemente me miraba como siempre lo hace, con desprecio y disgusto.

— No me vengas con eso Alya —Niega con incredulidad— No eras la única que necesitaba de mi presencia pero siempre fuiste egoísta así que no me sorprende. Y si tu decidiste marcharte fue por decisión propia, yo no te orille a nada.

— ¡Tu me hiciste odiar este lugar! ¿Sabes lo mucho que deseaba volver aquí? Con mamá y todo lo que fue de mi vida pero simplemente no podía porque sabía que esto pasaría y míranos, de vuelta a lo que creí haber dejado atrás. No puedes dejar que tus hijos disfruten de lo que aman ¿Y me llamas a mi egoísta? Por favor Alessandro, el egoísta aquí eres tu, y no sólo hablo por mi. —Mi pecho subía y bajaba agitadamente gracias a la impotencia que sentía en este momento, sabía que lo siguiente que diría era caer extremadamente bajo pero era muy tarde para arrepentirme— Jamás dejaste que Enzo disfrutara de lo que más amaba, siempre hacías de sus momentos los tuyos, presionándolo de más para que todo el mundo viera que Alessandro De Santis aún era relevante. Siempre queriendo más a costa de otros porque para ti nada es suficiente.

De pronto su cara se tornó roja cuando mencioné el nombre de mi hermano, se que le duele al igual que a todos aquí pero ya no podía pensar antes de hablar gracias a todo el enojo que sentía.

— ¡NO TE ATREVAS A MENCIONAR A ENZO! —Grita eufóricamente mientras su dedo me señala.

— ¿Qué es todo este escándalo? —La voz de mi madre y el sonido de sus pisadas se escucharon mientras bajaba las escaleras —¿Alya, Alessandro?

—Te molesta porque sabes que digo la verdad ¿No es así? — Ignoro a mamá encarando a mi padre.

— ¡No sabes ni una mierda! Solo hablas porque siempre estuviste celosa de él, la pobre Alya deseando estar en su lugar. Pues te diré algo, jamás serás como él. —Escupe con rabia— Nunca serás ni un poco de lo talentoso que era y te quedarás bajo su sombra al igual que la mía. No importa cuanto te esfuerces nunca podrás ir más allá de "Alya De Santis, la hija de o la hermana de" así que te sugiero que bajes de tu nube de fantasías porque la caída será dura y no me molestará decirte "Te lo dije"

—¡Alessandro! —Lo reprocha mi madre detrás mío.

— ¿Cómo podría estar celosa de mi propio hermano? ¿Te estas escuchando? ¡Enzo era infeliz contigo a su lado! Aveces me alegra que no ya no esté aquí porque así al menos se libró de ti.

Justo después de pronunciar la última palabra es cuando me doy cuenta del gran error que cometí. No era realmente lo que pensaba y había ido muy lejos con esto.

— ¡Alya De Santis! ¡¿Cómo puedes decir eso?! ¿Estas loca? —Mi madre se escucha horrorizada por mis palabras y es entonces que mis ojos comienzan a cristalizarse.

Quería tragarme todas mis palabras y jamás haber insinuado que prefería a mi hermano muerto, pero esto es lo que Alessandro causaba en mi, él sacaba lo peor de mi y lo odiaba por eso.

— Felicidades Alya, muchas felicidades. —Dice con cinismo.

Aprieto mi mandíbula con tanta fuerza que estoy segura de que si no paro, alguno de mis dientes quebrará.

— Te odio. —Murmuro.

— Ódiame todo lo que quieras, pero tu y yo sabemos que digo la verdad.

— Haré que te tragues todas tus palabras, eso te lo prometo.

— ¡YA BASTA! Estoy harta de escucharlos a los dos. Alya sube a tu habitación —Interviene de nuevo mi madre extremadamente molesta.

Nunca la había visto así y no estaba segura si sólo era conmigo el asunto pues ni siquiera miraba a mi padre.

— ¡Ahora! — Ordena cuando no me muevo de mi lugar.

Con mucho coraje y lagrimas en mis ojos subí las escaleras directo a mi habitación, azotando la puerta tras de mi y sin pensarlo comencé a arrojar mis pertenencias a mi maleta pues quería salir de aquí lo más pronto posible.

— ¿Qué es lo que estás haciendo? —Mi madre pregunta desde el marco de la puerta mirando mi equipaje.

— Me voy. —Contesto sin mirarla.

— ¿Estas loca? ¡No puedes irte a las dos de la mañana!

— No puedo seguir un segundo más aquí, no con él.

— Sólo está herido, no debiste decir esas cosas sobre tu hermano ¿Como se te ocurre?

— ¡A mi también me duele mamá! Pero aquí no parece importarle a nadie una mierda lo que yo sienta o diga. Así que es mejor que me vaya.

— Alya...

— No, ya estoy harta de que siempre justifiquen todo lo que dice o hace sólo para hacerme sentir mejor, primero Enzo y ahora tu. Yo ya acepté que no quiere nada que ver conmigo ¿Por qué tu no puedes hacer lo mismo?  Estoy harta de que intentes maquillar la verdad.

Se que mis palabras duelen cuando estoy molesta, mis impulsos aveces me ganan y ella no tenía la culpa de nada, sólo quería que mi relación con mi padre no colapsara pero ya era muy tarde.

— Cuida tu tono conmigo señorita, que no se te olvide que hablas con tu madre.

— Adiós mamá...

Dicho esto salgo de la habitación con mi equipaje en mano ignorando los llamados de mi madre mientras bajo las escaleras. Llegando a la puerta pienso dos veces mirar hacía atrás pero instantáneamente me arrepiento porque Alessandro me mira sentado en el sofá y antes de que atravesar la puerta lo último que veo son sus ojos puestos en mi mientras bebe de su vaso.

Y de pronto, volvía a ser la misma Alya de 18 que dejaba su hogar, sólo que esta vez, no estaba segura de poder regresar.












6517 palabras sólo porque tiene mucho tiempo que no actualicé. LO SIENTO MUCHÍSIMO! Perdí un poco la inspo pero pude terminarlo. Ojalá les gusté y lo disfruten.

Los De Santis son una familia dramática pero que les puedo decir. Este cap quise enfocarlo más al asunto de su familia que a la interacción con Carlos pero ya se vienen los momentos con el amor de nuestras vidas.

Btw ¿Cómo andan mis lectoras tifosis? ¿Ya lloraron por milésima vez al igual que yo por nuestro predestinato? JAJA lo bueno de todo esto es que Carlos sale p3 y de verdad espero que llegue al podio.

No olviden votar y comentar lo que opinan sobre la historia! De verdad disfruto mucho leerlas.

Besooos!🤍

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