Flor de Daphne ✓

By Yelitcr

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Cuando Daphne conoció a Ethan, vio a un chico lindo y extraño, que constantemente la observaba con una intens... More

Epígrafe
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Epílogo

Capítulo 26

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By Yelitcr

Dejaron sus mochilas en casa de la mujer, para después dirigirse al cementerio, éste se hallaba en las afueras del pueblo, la Señora Farrell y Judith los guiaron al lugar. Incluso el cementerio del pueblo se veía hermoso, combinando con el aura del resto del lugar, entre las tumbas había muchas plantas floreadas, algunas muy crecidas y otras que parecían cuidadosamente cortadas.

Daphne constantemente durante el camino dirigía su mirada a Ethan, estaba muy pendiente de él, el chico estaba muy callado, su expresión era una mezcla de seriedad y tristeza, pero sus ojos estaban apagados.

—Es aquí —habló la mujer señalando hacia una de las tumbas—. Está algo descuidada.

Las tres mujeres se quedaron a unos metros de la tumba, mientras que Ethan se acercó hasta quedarse de pie frente a ésta. Tenía una relativamente pequeña cruz de mármol, algo ladeada y polvorienta, y a ambos lados de la cruz había dos matorrales secos. El nombre de Emily estaba muy visible, pero del apellido Rain, sólo se alcanzan a distinguir “Ra”. Abajo se distinguía que estaba el año de su muerte, pero no tenía un año de nacimiento. Una pregunta surgió en la mente de Ethan.

—¿Qué edad tenía? —cuestionó el chico sin darse la vuelta.

—Decía que tenía veintitrés, pero creo que era más joven, tal vez tenía unos diecinueve. No estoy segura.

—Ya veo —dijo Ethan, sin apartar sus ojos de la tumba—. Si que está... muy descuidada.

—No he venido en unos siete años. La última vez que vine, los matorrales de rosas Emily que sembré aún florecían, ahora están totalmente secos.

—¿Rosas Emily? —preguntó Daphne extrañada.

—Es un tipo de rosa —dijo Judith.

—Así es —habló la señora Farrell—. La gente suele sembrar flores junto o sobre las tumbas, pensé que las Emily serían perfectas para ella, era su nombre —explicó.

—Vámonos —escucharon de pronto la voz de Ethan y las tres voltearon hacia éste. El chico finalmente se dio la vuelta y se alejó del lugar sin decir nada más.

Sin decir nada los cuatro regresaron al pueblo, de nuevo Daphne mantuvo su mirada constantemente en Ethan su mirada no cambiaba. La chica se sentía muy preocupada, se sentía mal porque al final no habían hallado realmente lo que esperaban. Tenía la esperanza de que al final de este viaje, Ethan pudiese ver a su madre de frente, no que tuviera que pararse frente a su tumba.

—Deberían quedarse a almorzar —les sugirió la Señora Farrell cuando se aproximaron a su casa—. Si hicieron el camino hasta aquí a pie, deben estar agotados, el regreso por el camino también será agotador, deberían reponerse un poco y comer antes.

—No quisiéramos molestarla —dijo Daphne.

—No se preocupen. Además —miró a Ethan mientras Judith abría la puerta de la casa—. Hay algo que me gustaría darte, Ethan.

El chico que mantenía la vista distraída al rededor, dirigió la mirada a la mujer.

—¿De qué se trata? —preguntó con curiosidad.

—Estoy segura de que en algún lado tengo una foto de tu madre, de los días en que trabajó en el cultivo de flores.

—¿En serio? —al escuchar eso cambió en la expresión en su rostro, casi se veía entusiasmado.

—Tendré que buscarla, pero estoy segura de que la tengo —aseguró la Señora Farrell—, la buscaré mientras Judith prepara el almuerzo.

A pesar de que Daphne, le ofreció ayuda a Judith para preparar la comida, la chica aseguró que le gustaba más cocinar sola, así que la Señora Farrell les pidió a ella y a Ethan que la ayudarán a revolver algunas cosas que tenía guardadas en una vieja habitación. Al entrar a esta, tanto Ethan como Daphne se miraron perturbados por la cantidad de cosas que ahí había. Entre cajas de ropa, papeles, viejos muebles, cuadros y figuras talladas en madera, el lugar se veía muy revuelto, además de que había mucho polvo. Sin embargo, la mujer les aseguró que en alguna de esas cajas o muebles había entre algunos papeles fotografías que se habían tomado en festividades del pueblo o durante las épocas de mayor cosecha.

—El Señor Jones era el dueño de más de la mitad de estos terrenos, cuando falleció sus hijos decidieron abandonar el pueblo y vendieron todas sus tierras —hablaba la Señora Farrell.

La mujer les contaba sucesos de su vida en este pueblo mientras los chicos buscaban entre todas esas cosas cualquier fotografía que hubiera, se suponía que ella también buscaba, permanecía sentada en una silla revolviendo cajas a su alcance, pero cada cierto rato se cansaba de inclinarse y descansaba mientras sólo continuaba hablando, parecía que ni siquiera le afectara el polvo que se alcanzaba cada vez que movían o abrían las cajas, ellos a cada ciertos minutos tenían que apartarse un momento para respirar lejos de éste.

—Cuando adquirí algunos terrenos, sólo contrataba a los trabajadores para que produjeran en la tierra y pude descansar en mi vejez. No tuve que volver a atender partos —hablaba la Señora Farrell recargada contra su silla mirando hacia el techo.

—¿Judith es su única familia? —preguntó Daphne.

—No, sólo trabaja conmigo, ayudándome en lo que necesite. Aunque como dije la conozco desde que nació —explicó la mujer—. Mi única familia fue mi esposo, falleció hace mucho, mucho antes de que de que Emily llegara este lugar.

—Fue algo muy noble lo que hizo por Emily —habló Daphne—. Darle asilo y apoyarla con el parto. Fue muy amable.

—No lo sé, tal vez no lo fue —negó la mujer, Daphne dirigió la mirada hacia ella—. Nunca me consideré alguien amable, o al menos no tanto. Pude ser más amable y ofrecerle más apoyo para que permaneciera aquí con su hijo, pero no lo hice, no creía que ella pudiera ser una buena madre sólo porque se lo hubiera propuesto de la noche a la mañana, y aunque realmente lo hubiera sido, yo no quería bebés en esta casa, así que cuando dijo que te dejaría en un orfanato me pareció lo mejor —admitió dirigiendo esta vez la mirada a Ethan, Daphne también volteó hacia él. El chico parecía ignorar lo que la mujer decía, sólo continuaba hurgando entre las cosas. Ni siquiera había respondido a las preguntas de la mujer sobre qué hacía ahora o en donde vivía, sólo Daphne había respondido que vivían Forddgul.

En un profundo silencio continuaron buscando sólo Ethan y Daphne. Llevaban ya un rato revisando el lugar, pero no se habían encontrado ni una sola foto.

—Tu nombre es Daphne ¿no? —habló de pronto la Señora Farrell, la chica la miró inmediatamente—. También tienes el nombre de una flor.

—Sí —afirmó la chica—. De hecho, mi madre me nombró por esa planta, cuando nací vio que en mi...

—Encontré algo —habló de pronto Ethan, se levantó y se acercó a la mujer con una pequeña caja en la cual había fotografías—, debe ser alguna de esas.

Le entregó la caja a la mujer y ésta procedió a mirar cada una de las fotos. Eran algunas fotos que parecían tomas desde lo alto del pueblo en las que se veían lo campos cubiertos de flores, otras en la que estaban los trabajadores saludando a la cámara mientras recogían flores, o sólo descansando junto a los campos, también estaban camiones llenos de flores. La mujer se tomó su tiempo de ver cada una de las fotos, Ethan se sintió desesperado cuando ella se detenía a mirar incluso las fotos en las que evidentemente no había ninguna mujer. Ambos chicos permanecieron en suspenso, mientras esperaban a que ella terminara de revisar las fotos.

—No —dijo la mujer después de revisar la última foto—, no es ninguna de éstas.

Los chicos dejaron salir al mismo tiempo un pesado suspiro, evidenciando su decepción por esto.

—¿Está segura de que tenía una foto de ella? —preguntó Ethan, empezando a dudar de eso.

—Estoy muy segura. En algún lugar entre estas cajas está junto a algunas fotos más —aseguró la mujer.

Daphne regresó a revisar las cajas, mientras que Ethan sólo la miró un momento, preguntándose si siquiera valía la pena seguir buscando algo que probablemente no estaba aquí. No había venido hasta este lugar para encontrar una foto, sino a una persona, y no lo había hecho, nunca podría hacerlo, tal vez ya deberían haberse ido.

Daphne que hurgaba en una de las cajas, elevó su mirada a Ethan, y notó que este la miraba, vio algo de desesperanza y cansancio en su mirada. Le sonrió conciliadoramente.

—Tranquilo —le habló de manera suave—, vamos a encontrarla.

Ethan quiso tomarse en serio esas palabras, más esto mismo ella aseguraba mientras hacían todo este viaje, y evidentemente las cosas no habían resultado como se esperaba. Si decir nada, y algo resignado en la idea de que no encontrarían nada, volvió a revisar las cajas.

Al cabo de un rato más de revisar las cajas fue Daphne quien esta vez encontró otro montón de fotos, las cuales inmediatamente le fueron entregadas a la Señora Farrell, quien las revisó con toda lentitud para finalmente decir que tampoco estaba entre esas, mermando más las esperanzas de Ethan y aumentando sus pensamientos de que no encontraría nada. Después de un par de horas, Judith los llamó para almorzar.

—Podría ser —habló Ethan, mientras movía con el tenedor la ensalada de su comida—, que la fotografía de Emily se haya perdido.

—No lo creo, debe estar ahí, en algún lado, pero definitivamente está ahí —aseguró la mujer—, aparecerá en algún momento.

—Esa habitación, bodega o como quieran llamarle —habló Judith—, está hecha un desastre y llena de cosas que no han visto la luz en años. La Señora Farrell no deshace de nada sólo lo guarda ahí, seguramente está ahí, pero les tomará un poco encontrar lo que buscan.

—La encontraremos —dijo esta vez Daphne estirando su brazo para tomar la mano de Ethan, sólo le dio un pequeño apretón y la apartó, al tiempo que le mostraba una sonrisa.

El chico la miró, le daba cierto conforte ver esa sonrisa, le motivaba a continuar aun cuando sus esperanzas cada vez eran menos. Ninguno dijo nada más sólo terminaron de comer en silencio, y después de esto regresaron los tres a buscar la foto, mientras que Judith los alcanzaría para seguir buscando después de limpiar todo lo del almuerzo.

Al cabo de un par de horas estaban los tres jóvenes buscando en el contenido de las cajas y muebles, Ethan y Daphne estaban totalmente concentrados en la búsqueda, dejando a un lado todo lo que no fuera una fotografía, y sólo deteniéndose para respirar lejos del polvo cada cierto rato, la Señora Farrell ya había dejado de buscar por completo sólo estaba sentada esperando a que ellos le acercaran las fotos que hallaran, Judith sí estaba buscando, pero casa ciertos minutos se quedaba observando o curioseando con uno que otro objeto que encontraba.

La lentitud de ambas desesperaba a Ethan, tenía ganas de decirle a una que se concentrara en buscar y a la otra que ayudara y no sólo se quedara sentada, pero por supuesto, no podía exigirle nada a ninguna. No estaban obligadas a hacer esto, sólo le estaban haciendo un favor.

Las horas pasaron en esa habitación, Daphne y Judith no encontraron ni una sola fotografía en ese tiempo, mientras que Ethan si bien encontró más fotos, cuando la Señora Farrell las revisó, nuevamente dijo que no era ninguna de esas, Ethan insistió en que tal vez la foto fuese alguna de las que ya habían encontrado, pero la mujer aseguró que no era así.

Para cuando la tarde cayó, Judith fue a preparar la cena y los chicos permanecieron en el lugar buscando, al cabo de un rato la Señora Farrell también salió del lugar diciéndoles que le llevaran alguna foto que encontraran. Finalmente, después de casi haber revisado todo el contenido de esa habitación, Judith los llamó para cenar.

—Podrían descansar por hoy —habló la Señora Farrell—, han pasado casi todo el día registrando ese lugar. Está bien si pasan la noche aquí, mañana podrían continuar. Tienen hasta el medio día para tomar un transporte que sale desde el pueblo hacia la central de autobuses más cercana, otro sale a las siete, pero no creo que para esa hora ya hayan terminado.

—Creo que sería buena idea —dijo Daphne—. Falta poco por revisar, seguramente entre esas cosas...

—Gracias por la ayuda —habló Ethan de pronto—. Gracias por la información que pudo darnos sobre mi madre, pero nos iremos a las siete.

—¿Ya no quieres la foto? —cuestionó en la mujer. Ethan se vio algo fastidiado.

—Francamente, dudo mucho que esa fotografía esté ahí. Tal vez hace tiempo que haya dejado de existir —Ethan miró hacia Daphne—. Ya inhalamos suficiente polvo. Nos iremos a las siete.

La Señora Farrell no quiso insistir, entendía el sentir del chico, había hecho un largo viaje para conocer a su madre y se había encontrado con una situación bastante decepcionante. Lamentablemente no había mucho que ella pudiera hacer por él más que decirle lo poco que sabía de Emily, y al menos entregarle esa foto que estaba segura que tenía, para que al menos de cierta manera pudiera conocerla.

La mujer les permitió asearse, primero pasó Ethan, después Daphne. Cuando regresaba a la sala de la casa en donde había dejado a Ethan, escuchó ruido en la habitación en la que habían estado buscando, pensó que tal vez el chico había querido continuar buscando, sin embargo, se lo encontró sentado en la sala.

—Están buscando —dijo inmediatamente Ethan—. Dijeron que si cambiaba de opinión podía ir ayudarlas.

—¿Por qué no...

—No —la interrumpió Ethan—, no quiero buscar. Es inútil.

Daphne se sentó a su lado, ambos se quedaron en silencio, Ethan sólo miraba hacia el suelo. La chica lo miraba, se sentía terriblemente mal, esto no había resultado como ella esperaba, en verdad tuvo esperanza de hallar a Emily, creía que estaban muy cerca, no imaginaba como debía estarse sintiendo Ethan en ese momento, evidentemente no estaba bien. Esa mirada en su rostro había persistido todo el día.

Al cabo de un rato, la Señora Farrell y Judith salieron de la habitación, por un momento Daphne esperó que realmente hubiesen hallado la fotografía, pero inmediatamente notó que no era así, cuando sin decir nada se pasaron por un lado de la sala.

Eran casi las ocho de la noche cuando Judith les trajo unas sábanas y almohadas para que se acomodaran en los sofás de la sala. Era muy temprano y no tenían sueño, sin embargo, se acomodaron para dormir, uno de los sofás era individual, así que Ethan sólo se quedó sentado ahí esperando que en algún momento lo alcanzara el sueño, mientras que Daphne sólo estaba acostada mirando hacia el techo, el ambiente se sentía muy pesado, ella se sentía terriblemente acomplejada por la situación.

—Todo este viaje... —habló de pronto Ethan, llamando la atención de Daphne— fue una pérdida de tiempo.

—¿Qué? —expresó Daphne extrañada girándose para verlo.

—No sirvió de nada venir hasta aquí —dijo el chico con la mirada hacia abajo, se veía triste, pero se oía molesto.

—No digas eso —Daphne se enderezó para sentarse en el sofá.

—Sólo es la verdad —aseguró Ethan.

—No, no es así —negó la chica—. Pudiste saber quién era tu madre, saber su nombre; y ahora sabes que ella en verdad te amó. Sé que no era lo que esperabas; no era lo que yo esperaba. Pero no digas que fue una pérdida de tiempo, porque no es así.

—Disculpen —escucharon a Judith que entraba a la sala. Los miró un momento como si estuviera avergonzada, con sus manos tras la espalda—. La Señora Farrell acaba de acostarse y recordó algo.

Se acercó a Ethan y detrás de su espalda sacó una fotografía, Ethan se enderezó al ver eso.

—Esta es la foto de tu madre —le entregó la fotografía al chico, éste muy sorprendido la tomó—. Estaba guardada en un cajón de su tocador.

—¿Estaba en su habitación? —expresó Daphne un poco fastidiada—. Inhalamos polvo por horas buscándola.

—Lo sé, lo lamento —dijo la chica bastante apenada—. Es una mujer mayor, y es muy olvidadiza.

—¿Puedes creerlo? —dijo volteando hacia Ethan, pero el chico ni siquiera pareció pareció percatarse de que ella le hablaba, parecía absorto en la fotografía.

—Ya debo irme —habló Judith—. Buenas noches.

Después de que la chica se fue, Daphne se mantuvo mirando a Ethan que a su vez seguía sólo viendo la fotografía. Al cabo de un rato, la chica se levantó y se acercó para ver la foto en las manos del chico, en ésta se veía a una chica bastante joven parada detrás de una camioneta cargada con flores, Emily. Ella sonreía mirando a la cámara, usaba una playera de mangas largas, pantalones y sobre su cabeza tenía un sombrero. Su cabello estaba sujeto en una coleta baja a un lado, tanto su cabello como sus ojos eran oscuros, iguales a los de Ethan.

—Creo que te pareces a ella —dijo Daphne volteando hacia Ethan con una sonrisa.

El chico seguía ensimismado mirando la foto de su madre. Su expresión se había suavizado, tenía una mirada que sólo podría describir como una mezcla de alivio y nostalgia. Daphne sintió que Ethan necesitaba un momento a solas, así que regresó al su sofá y se acostó mirando una vez más a Ethan observando la foto de Emily.

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Continuará...
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Nos leemos a la próxima.

Gracias por leer.

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