Érase una vez un niño, un niño lindo.
Nació en Costa Rica el 9 de Agosto en el año 2004.
Pequeño, tierno con una mezcla de diversión en su rostro, tal vez no era el mejor cuidando cachorros.
Ojos marrones al igual que su cabello, su look de bebé era un corte de hongo, mejillas infladas con un toque rojizo y una sonrisa que fácilmente podía contagiarte.
Se podría decir que no fue una persona normal, de hecho, no es una persona normal pero eso no importa, lo normal es aburrido.
Fue creciendo y las cosas cambiaron, el mundo, las personas o los sentimientos hicieron que esa chispa fuera desapareciendo.
Se apagó y volvió a prender, una y otra vez, jamás se rindió, luchó tantas veces, demasiadas veces que como consecuencia causaron heridas de batalla.
Pero, no todo fue malo, encontró un refugio, un hogar construido por ciertas personas que se dedicaron a cuidarlo, cuidarlo cada momento.
La música también ayudó, bueno, a todos nos ayuda pero con él fue una ayuda un poco más especial, escribe lo que siente y lo convierte en canciones que luego le dan estabilidad cada que las escucha o canta de nuevo.
Es inteligente, habla español, francés y algo de inglés, siempre busca la manera de seguir aprendiendo y de saber cosas nuevas, eso lo hace admirable.
Se muchas más cosas de él, pero esto solo es un comienzo transformado en un pequeño resumen, aunque me encantaría contar cada pequeño detalle de su niñez no me corresponde, primero, porque es su vida y segundo, cuento con poca información ya que no estuve en la mayor parte de su niñez.
Aunque si soy honesta, me hubiera encantado conocerlo antes.