GATO: Deséalo y perderás [+18...

By thebabypes

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Una joven oficial de policía deberá entrar al mundo del boxeo clandestino en los suburbios lugares de Londres... More

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EPÍLOGO
E X T R A

T R E I N T A Y D O S | C O M O U N A F A M I L I A

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By thebabypes

«Dolía ver cuanto sufrimiento había pasado él, y realmente quise rehacer mi vida con ese hombre que me hacía sentir una mujer y no un trozo de basura como otros hombres me habían hecho sentir a lo largo de mi vida»

Afrodita.

AFRODITA.

Tomé de la mano a mi hija, la cual tenía una sonrisa de oreja a oreja tras salir del médico, ya que nos había dado buenas noticias sobre la enfermedad de ella y es que la quimio estaba dando resultado.

Si, a pesar de que después de la sección de quimio de hoy que recibió mi pequeña y que estaba completamente cansada y mal por ello, esa noticia nos había sentado muy bien. Tanto fue así que podía ver a mi hija pletórica y parecía, incluso, que los efectos secundarios de la quimio no parecían hacer tanto efecto como otras veces. Al menos, no mucho, debido a la felicidad de las buenas noticias.

Se estaba curando, y aunque todavía quedaban cosas que hacer, sabía que mi hija podía curarse, como tantas y tantas veces pedí a gritos a quien pudiese escucharme y, sobre todo, que le diese fuerzas.

Fue ahí cuando al salir del hospital vimos a un hombre rubio, atractivo y de pie, apoyado en un coche clásico, esperándonos con paciencia.

Llevaba puesta ropa básica y parecía sorprenderme al verlo con camiseta, ya que normalmente no solía llevar casi nunca. Por no hablar de ese tatuaje que tenía en todo su brazo de una serpiente y que ese día se veía con claridad.

Paola, la cual parecía mucho más feliz que en otras ocasiones, me observó sonriente y dijo;

—Mamá, es Bruce —habló con entusiasmo.

Mi pequeña, sin que yo pudiera reaccionar a tiempo, me soltó de la mano y se fue corriendo hacia Serpiente, el cual la esperaba con los brazos abiertos.

Ella y Serpiente siempre habían tenido buena relación desde el poco tiempo que se conocían. Fue de casualidad, cuando iba a llevar a mi hija al médico. Era uno de esos días en los que ambas estábamos nerviosas y, antes de entrar, nos encontramos con Bruce y consiguió hacer sonreír a mi hija y a mi estar un poco más tranquila, aunque no se me quitase del todo.

Se llevaba tan bien que al verlo a él y a ella lo bien que se llevaban, y las sonrisas, me hizo sentir algo en el pecho que deseó poder ver esa imagen más continuamente.

Serpiente la levantó con sumo cuidado para mirarla mejor a los ojos, sonriente.

—Las veo contentas —dijo él, mirándome a mí y analizando mi mirada para ver si yo también me encontraba bien.

Me acerqué a ellos y acariciando la cabeza de mi pequeña con dulzura, respondí;

—El médico nos ha dado buenas noticias.

Paola agarró con fuerza las mejillas de Bruce para hacer que la mirase y le preguntó;

—Bruce, ¿nos invitas a un helado para celebrarlo?

Serpiente me miró unos segundos, pidiéndome permiso con la mirada y yo asentí.

—Por supuesto.

La volvió a colocar en el suelo y le abrió la puerta trasera del coche, subiendo mi pequeña y colocándose ella sola el cinturón de seguridad. Yo me acerqué a mi hija y la besé en la frente, feliz por la lucha que había tenido ella y que estaba superando con creces.

Cuando me alejé de ella y Serpiente cerró la puerta, suspiré, sacando todo el aire que tenía sin que mi hija me mirase y parecía que mis piernas empezaban a fallarme, por todas las cosas que habíamos pasado ambas en el hospital y fuera de él. Parecía tener suficiente fuerza cuando peor estaba mi pequeña y, ahora que el médico nos había dado buenas noticias, las fuerzas parecían irse.

Tanto fue así, que sentí la mano de Serpiente sujetándome la cintura, pegándome a su duro pecho.

Nos miramos un largo rato, teniendo esa química que tanto hemos sentidos por mucho tiempo y que, hasta hace poco, empezamos a llevarlo a más.

Con tan solo la mirada, le agradecí que me sujetase cuando más lo necesitase y Bruce me dedicó una sonrisa cariñosa para luego acompañarme al asiento del copiloto.

—¿Te ha seguido Magnus? —cuestioné, preocupada.

Él negó con la cabeza.

—Me he asegurado de que no sea así. —Silenció unos segundos y luego, mirándome a los ojos, preguntó. —¿Estás bien?

Suspiré y asentí.

—Si... —Miré a mi hija en el asiento trasero del coche, jugando con su peluche, el cual siempre solía llevar al hospital para hacerle compañía—. Sobre todo, me gusta verla así de feliz. Siempre lo está, pero hoy es diferente. Le brillan incluso los ojos. —Lo volví a mirar, observando los hermosos ojos azules de Bruce y estando todavía más enamorada de él. Sonriente por estar en los momentos que más lo necesitamos, dije. —Gracias por venir a buscarnos.

Serpiente me besó en los labios dulcemente y me guiñó un ojo antes de subirnos al coche e irnos a la heladería más cercana.

🥊

En la heladería, observé como mi hija y Bruce se llevaban bien, riendo y entendiéndose entre ellos, teniendo incluso bromas y hablando de series infantiles.

Me hacía feliz verlos así y realmente deseé iniciar una familia con Bruce a mi lado. No sabía si él estaría preparado para dar ese paso, era muy rápido, muy temprano, por lo que preferí no decirle absolutamente nada.

Entonces, fue cuando mi pequeña habló;

—Bruce.

—Dime, Paola.

Se pensó la pregunta unos segundos para luego lanzarla al aire;

—¿Tu eres mi papá ahora?

Casi escupo el helado que tenía en la boca al mirar la reacción de Bruce, el cual se quedó congelado sin saber que decirle. Me miró, buscando ayuda y susurró;

—Eh... Bueno, yo...

Decidí entrar antes de que siguiera sin saber que decirle.

—Creo que es una pregunta muy directa, cariño.

—Pero, ¿estáis saliendo? —Siguió preguntando.

Lo observé y Bruce, por la mirada que ponía, supe que quería que le dijese que sí.

—Es complicado... Pero Bruce va a formar parte de esta familia algún día.

La mirada de él fue completamente tranquilizante y hasta sonrió mucho más que antes.

—¿Ese día puede ser ya? —Volvió a preguntar, algo insistente.

Ambos sonreímos y, sin responder a esa pregunta, ya que era muy pronto, pasamos una tarde en aquel lugar bastante hermoso y disfrutamos de ese día, juntos.

🥊

Serpiente nos llevó a casa, llevando a Paola en brazos, ya que se había quedado dormida en el trayecto. Por lo que dejé que entrase a nuestra casa.

Mi hermana acababa de llegar de trabajar y saludó amablemente a Bruce, el cual se llevaban bien y eso que al principio mi hermana, al verlo con tatuajes, creyó que sería uno de esos hombres malos donde trabajaba. Pero nada que comparar y ella lo entendió.

Subimos los 2 al cuarto de mi pequeña y la dejó en la cama. Luego yo la arropé y le di las buenas noches, a pesar de que no me escuchase.

Bruce y yo fuimos a mi cuarto para hablar, ya que quería hacerle algunas preguntas y, cuando entramos a mi pequeño cuarto, vi como analizaba el lugar. Sobre todo, mirando la cama y luego acercándose a la ventana, para mirar la calle.

Me senté en la cama, cruzándome de piernas y disfruté de ver como Serpiente observaba el lugar.

—Envidio tu calle —dijo Serpiente.

Y yo le respondí;

—Yo envidio la libertad que tienes de estar con cualquiera y no ser esclavo de un hombre que solo te maltrata.

Él dejó de mirar la calle y me miró para luego acercarse a mí con rapidez.

Se sentó a mi lado y dijo;

—Si pudiera hacer algo... Más que sea lo más mínimo...

Lo tomé de la mano y, con una sonrisa en el rostro de tenerlo en mi vida, respondí;

—Ya lo haces.

Hubo un pequeño silencio entre ambos, pero necesitaba hacerle una pregunta que no paraba de rondarme en la cabeza.

—Bruce, tu sabes mi historia... El motivo por el cual entré aquí, en esa mierda... Pero, ¿cuál es tu historia?

Silencio nuevamente.

Mucho silencio.

Al ver su expresión, supe que había algo que me escondía y que le costaba hablar de ello. Lo sabía muy bien.

Podía sentir su dolor y, por su reacción, supe que no debía hacerle esa pregunta, por lo que rectifiqué.

—Lo siento, no debí...

Él me puso su mano sobre mi mejilla y preguntó;

—¿Recuerdas que una vez te dije que me he enamorado solo 2 veces en mi vida? —Asentí—. Una eres tú y la primera mujer de la que me enamoré fue mi novia del instituto; Alice. Llevábamos muchos años juntos y la amaba con todo mi ser... —Calló unos segundos, mientras que yo lo escuchaba, pendiente a lo que me decía. —Cuando le pedí matrimonio, no me respondió, pensé que no quería casarse conmigo, pero se desmayó entre mis brazos. —Noté como su mano empezaba a temblar sobre mi mejilla, por lo que la retiró rápidamente, pero yo la tomé entre mis manos y lo acaricié con cariño—. Ese día comenzó un infierno para ella, ya que la diagnosticaron leucemia con 19 años.

Silencié al imaginarme ese dolor, ya que lo estaba viviendo por mi propia hija.

Muchas veces deseaba tener yo esa enfermedad por ella, para que así ella no sufriera y pudiera vivir su infancia felizmente, sin dolor, sin sufrimiento. Pero nuevamente, ella me demostraba que era mucho más fuerte que yo. Y al mirar los ojos Serpiente, lo entendí.

—La llevé de médico en médico para buscarle una cura y me hacía falta dinero —susurró. —Un día, un hombre me habló del boxeo clandestino en Londres y decidí entrar. Ganaba bastante pasta y podía pagarle sus tratamientos, pero ella no mejoró y yo me quedé aquí sin poder salir.

Supe que ese "no mejoró" significaba que había fallecido. Tristemente, tragué saliva sin poder mirarlo y sin poder imaginarme una vida sin mi hija. Por lo que haría lo que fuera para salvarla.

Apreté mis manos sobre las suyas, dándole apoyo, fuerzas.

—Lo siento mucho.

Él negó con la cabeza y continuó;

—Después de eso, creí que acostarme con todas las mujeres que encontrase sería una solución para mi corazón roto, pero solo empeoraba y terminé siendo el juguete de todos... —Me miró a los ojos y susurró. —Tu, en cambio, me has hecho sentir diferente... Hasta he tenido que trabajar mucho ligar contigo.

—¿Ligarme? —bromeé. —Muchas veces te ponías nervioso o te ibas con otras viendo que estaba prohibida para ti.

Él sonrió.

Pero lo que dijo, por último, me dejó pensativa.

—Creo que pronto podremos salir de esta.

¿Salir del boxeo clandestino? Lo dudaba.

—Bruce... No digas mentiras.

—No miento, Venus... Lo sé. —Miró hacia otro lado desesperado y luego me miró a mí—. Alguien cercano a nosotros está haciendo lo posible por sacarnos y, después de eso... Podríamos intentarlo, juntos.

Sabía que era difícil salir, pero no significaba que no deseara ese futuro con él. Por lo que pegué mis labios sobre los suyos y los besé con amor.

—Te amo, Venus... —murmuró una vez me separé de él—. No quiero arrepentirme de no decírtelo antes.

Arrugué mi frente al escuchar eso, y al sentirlo como una despedida.

¿Porqué me estaba diciendo eso? Y más en este momento, después de decirme que saldríamos de esta.

No lo entendía y eso me asustaba.

—¿Por qué suena como una despedida? —cuestioné.

Pero en vez de recibir una respuesta de él, sus labios sellaron los míos con amor y nos quedamos ahí, besándonos en mi cuarto, imaginándonos un futuro juntos, sin problemas y en familia... Luchando por seguir adelante.


***

Y aquí tienen un nuevo capítulo de «GATO».

Les he regalado un capítulo corto y familiar, porque lo que se viene será intenso.

Estaba pensando en adelantar el final de la novela, quizás suba algún capítulo sorpresa durante la semana, pero no prometo nada. Por el momento subiré solo los domingos y avisaré si una semana subo 2 capítulos :3

¿Que les ha parecido el capítulo?

¿Que piensan sobre la relación de Serpiente y Afrodita?

Por cierto, he estado pensando sobre hacer una mini historia del chico que desapareció y la detective privado. ¿Que les parece? Ya que no creo que salgan más en la novela y creo que su historia merece ser contada, aunque sea cortita.

Nos leemos el domingo :3

Patri García

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