La Leyenda de las Facciones y...

By CamiloNavasAlvear

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Athena, después de siglos desde que existe, ha decidido expandirse y formar alianzas con el resto de seres, i... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Capitulo 54
Capitulo 55
Capitulo 56
Capitulo 57
Capitulo 58
Capitulo 59
Capitulo 60
Capitulo 61
Capitulo 62

Capitulo 37

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By CamiloNavasAlvear

-Así que este es el Inframundo, o Infierno, ¿eh...?- Mei observo el gran arco que era la puerta y vio el paisaje adelante: rocoso, sin vida y muy desalentador. -Es tal y como lo imagine-.

-Estamos demasiado lejos aun- hizo notar Ikki a sus hermanos. -No perdamos tiempo y comencemos a avanzar-.

Los otros tres asintieron y todos comenzaron a correr, cruzando la entrada al Inframundo. No paso mucho para que vieran las turbias aguas del Rio Aqueronte, aunque si les sorprendió ver al Espectro Caronte, esperándoles con una sonrisa sardónica en su vieja barca, que era iluminada por un par de lámparas de cera.

Eso les dejo claro una cosa: Perséfone los había estado esperando.

-Bienvenido sean al Infierno, Santos de Athena- el Espectro los saludo con la mano y bajo de un salto. -Normalmente transporto a Santos muertos, aunque últimamente a los vivos les gusta mucho pasear por acá- Caronte vio a Shun y Hyoga. -¡Oh! Pero si los conozco a ustedes dos, han crecido mucho desde la última vez, y veo que están con unos nuevos amigos. Me alegro, el castaño ruidoso nunca me cayo bien-.

-¿Conocido suyo?- Les pregunto Mei a los dos señalados.

-Caronte es el Espectro que custodia el Rio Aqueronte. Solo él puede llevarnos al otro lado. Si intentamos cruzar nosotros, nos perderíamos para siempre- explico Hyoga.

Caronte asintió efusivamente. -Si, si; pero espero que recuerden que mis servicios siempre tienen un costo, y a los Santos vivos se les cobra extra. Y antes de que me amenacen, como su amigo les explico, solo yo puedo llevarlos al otro lado, así que saltémonos esa parte-.

-No vamos a negociar con el enemigo- rechazo tajantemente Ikki, pero Shun le puso una mano en el hombro y paso por su lado.

-¿Esto será suficiente?- Shun, que había traído una pequeña bolsa atada a la cintura, se la mostró a Caronte. En la bolsa habían muchas monedas griegas de oro.

El Espectro se le cayo la mandibula de la sorpresa y todos podrían jurar que debajo del casco, sus ojos cambiaron al signo del dólar.

-¡Esto si es un pago!- Caronte tomo la bolsa y vio las monedas. -Como se esperaba de quien fue elegido como huésped del señor Hades, sabes complacer a un Espectro. ¡Muy bien! Los llevaré al otro lado-.

-¿De donde sacaste esas monedas?- Pregunto Hyoga con la ceja levantada.

-Estaba seguro que Caronte sería uno de los Espectros que resucitaron, así que le pedí al Patriarca un poco del dinero del Santuario antes de partir. Sabes que prefiero evitar la batalla cuando es posible, aun si es contra un Espectro- respondió Shun.

Ikki suspiro, fastidiado. -Tú nunca cambias, hermano...-.

-Tomaré eso como un halago-.

-Solo apurémonos-.

Los cuatro Caballeros de Oro se subieron a la barca de Caronte y el Espectro comenzó a remar.

-El viaje tomará algunas horas, así que pónganse cómodos y disfruten del paisaje, Santos- aviso el Espectro.

Este sería el viaje más largo de sus vidas, al menos para Ikki.
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(En el Santuario)

-¡No puedo creer que lo hayan enviado!-.

-No necesitas gritar, estamos a tu lado, Erda-.

La actual Saintia de Centauro le envío una mirada molesta a June, que solo la ignoro, mientras Xaoling miraba a su compañera con una sonrisa nerviosa.

Las mujeres estaban en la cabaña de June. Hace poco menos de una hora, a todos en el Santuario se les fue informado de la misión de los cuatro Caballeros Dorados en el Inframundo. Normalmente no se les informa al resto del Santuario las misiones de rango dorado, pero se tenía que explicar la falta de cuatro de sus mejores guerreros, y también para poner en alerta a todo el Santuario para prepararse, ya que a falta de sus mejores guerreros, el resto de soldados y Caballeros debían estar más listos que nunca.

Eso puede ser tanto bueno, como malo. En la mayoría de veces era más lo último, ya que pone ansiosos y preocupados a todos, y eso podría provocar accidentes o peor.

Cuando Erda escucho que Mei fue uno de los cuatro Caballeros enviados a terminar la guerra contra la Diosa Perséfone, se preocupo mucho, aunque no lo admita, pero era evidente. La Diosa Perséfone quería algo con Mei, y Athena se le ocurre enviarlo de nuevo al Inframundo para una misión. ¿No había nadie mejor?

-Entiende, Erda. Mei-san es un Caballero de Oro, no se le puede dar trato preferencial porque su enemigo quiere algo de él, además, conociéndolo, se hubiera quejado de que no lo hubieran enviado- dijo Xiaoling. Ella era amiga de Mei, lo conoció por Erda y se llevaron bastante bien, al punto de respetarlo como guerrero.

Erda suspiro irritada. -Lo se, pero...-.

-Si te preocupa tanto, ya deberías confesártele- hablo June, mientras se cepillaba su largo cabello rubio frente a un espejo.

-¡¿Qué...?!- La castaña se sonrojo.

June dejo su cebillo en el escritorio con la mesa y se dio vuelta. -Vamos Erda, todos en el Santuario sabemos que te gusta Mei, es obvio, creo que hasta el mismo Mei sabe. Incluso, entre las aprendices de Amazonas y Saintias tenemos una apuesta de cuando una pareja se formara, en la que están ustedes dos-.

-¿Qué carajos? ¿Es en serio?- Erda miro a Xiaoling en busca de respuesta, quien aparto la mirada y silbo desentendida. -Son unas malditas...-.

-June-san tiene algo de razón, Erda. Creo que deberías confesártele a Mei. También debes gustarle y harían una poderosa pareja-.

-No tengas miedo, Erda. Es normal, pero todas te apoyamos, incluyendo a Athena- dijo June con una sonrisa.

-Es fácil para ti decirlo, no todas tenemos la suerte de conocer a nuestro amado desde la infancia- Erda hizo un puchero, con las mejillas algo sonrojadas.

June rio dulcemente.

-Me sorprende que estés tan tranquila, considerando que Shun esta en el Inframundo. No tiene buen historial en ese lugar-.

La sonrisa de June se borró y suspiro tristemente.

-No es eso... la verdad, estoy asustada por Shun, pero aprendí hace mucho que no sirve de nada detenerlo, a pesar de que no le gusta luchar, esta decidido a hacerlo si es para proteger a otros. Esa idea solo se ha reforzado aun más desde que se volvió un Caballero Dorado, así que lo menos que puedo hacer por él es apoyarlo y no ser un estorbo para él-.

-Guau... que maduro se escucho, June-san- comento Xiaoling, impresionada.

-Me tomo tiempo aceptarlo. Cuando tu novio es un héroe puede ser muy difícil, pero lo vale-.

-Si... ¿y para cuando la boda?-.

Ahora fue el turno de June de sonrojarse por las palabras de Xiaoling. Ella y Shun no han tocado el tema del matrimonio, pero sería mentira decir que no espera que eso pase, o que no ha estado soñando en su boda ideal.

Ignorando de momento a sus dos amigas, la mirada de Erda se posa en la Luna que se ve desde la ventana de la cabaña. Estaba reflexionando seriamente las palabras de sus amigas y tienen razón. Ella no era una cobarde, era una guerrera, y honestamente, se canso de solo verlo y actuar tímidamente. Cuando lo vuelva a ver, se le declarara directa y de modo que ese tonto pueda notarlo.

-Vuelve a salvo, Cangrejo- le deseo en su mente, llamándolo con el apodo con el que lo llama de vez en cuando cuando están en una misión.
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(En el Inframundo)

Caronte no había bromeado. Habían estado viajando alrededor de tres horas en bote. Ni Shun ni Hyoga se acordaban que el viaje había sido tan largo, pero puede que se les olvidará ese minúsculo detalle o no le tomarán importancia por haber estado siempre alerta en aquella ocasión.

Mei deslizo la mano por fuera de la barca con la tentación de tocar las aguas del Rio Aqueronte, pero se detuvo a centímetros de esta cuando se percato que los cuerpos hundidos se acercaban a su mano.

-Deja tu mano en la barca. No quiero regresar por ti si te hundes- sugirió Ikki fríamente.

-Se nadar, y aquí estoy en mi elemento- contesto con cierto orgullo, pero hizo caso y regreso su mano dentro de la barca.

-En este lugar eso significa una desventaja enorme para ti, Santo- la fría y seria voz chillona de Caronte resonó muy cerca del oído del peliazul teñido, provocando que este se sobresalte un poco.

-¿A que te refieres?- Pregunto Hyoga de brazos cruzados y abriendo los ojos. Los había tenido cerrados en una especie de meditación para mantener la calma y no aburrirse, era un truco que su maestro Camus le enseño.

-Muchas cosas han cambiado en el Inframundo desde que mi señor Hades fue herido injustamente por Athena- menciono el barquero, pudiendo visualizar a lo lejos la otra orilla del rio.

-¿En serio?- Pregunto Mei con una sonrisa escalofriante al oír ese trato "injusto" de Athena a Hades. -Yo creo que tu Dios tuvo lo que se merece-.

-Tu eres el Santo de Cáncer, ¿no es así?- Caronte soltó una carcajada que le erizo los pelos a Mei. -Y no solo eso, también esta el chico que iba a ser el huésped del alma del señor Hades, eso si es premio doble-.

-¿Tu ya sabías que era el huésped de Hades cuando nos conocimos?- Pregunto Shun por curiosidad.

Caronte asintió. -Si. Tenías cierto parecido al señor Hades, pero lo confirme cuando me mostraste el medallón. No existe Espectro que no sepa del medallón y su significado, pero no dije nada porque creía que era un plan de la señora Pandora. Solo por eso y por la gentileza de tu alma que me mostraste no les cobre nada aquella vez-.

-Ve al punto, Espectro- siseo Mei, mirando amenazantemente a Caronte, quien no se inmuto ante esa mirada y el tono de amenaza.

-Desde que mi señor no esta, la Reina ha movido todos los recursos y hecho todo lo posible para mantener intacto el Inframundo, ya que nuestras Prisiones son las que más alma reciben de todos los Infiernos del mundo, incluso más de otros Panteones. También por eso a aceptado regalo de esos Demonios y de Ares. Demonios y algunos Berserkers, además de los Espectros les esperan, pero ustedes dos...- señalo con los dedos de su mano a Mei y Shun. -Representan un gran botín para la Reina. No puedo creer que Athena sea tan estúpida para enviarlos-.

Mei se levanto enfurecido, listo para golpear al Espectro hasta matarlo a golpes, pero Hyoga lo detuvo colocándole una mano en el hombro.

-No le hagas caso, Mei, solo dice eso para hacerte enojar- la mirada calmada, pero sincera de los ojos azules de Hyoga, convencieron a Cáncer de volver a sentarse, mientras maldecía en voz baja a Caronte y Perséfone.

Todos sabían que la Reina del Inframundo buscaba algo de él, pero resulta que también busca algo de Shun, tal vez algo con su vieja conexión con Hades. Puede que haya sido una mala idea enviarlos a ambos a esta misión, pero con sus números y las circunstancias no había de otra.

-Llegamos- anuncio el Espectro, encallando la barca con cierta rudeza, permaneciendo inerte viendo a sus cuatro pasajeros bajar.

Cuando pisaron tierra, los cuatro Dorados miraron el frio camino de roca que conducía a la primera de las Ocho Prisiones del Infierno Griego.

Cuando apenas comenzaron a caminar, se detuvieron de inmediato al sentir el Cosmos del Espectro arder.

Claro... no puede ser de otra manera.

-¡Corriente Arremolinada Aplastante!- Elevando su Cosmos, Caronte junto sus manos por las muñecas y concentro su Cosmos en estas, creando una esfera violácea que era rodeada por unas especulaciones rojizas con toques de morado, creando una fuerte corriente de aire, que al ser lanzada, formo un torbellino de agua y aire contra el grupo.

-¡Polvo de Diamantes!-.

Los cuatro brincaron lejos del área de impacto de la técnica, esquivando sin problemas el ataque. Hyoga libero su poderosa ráfaga de aire frío que choco con el remolino, creando un choque de aire y aire frío que tiraba escarcha por todas partes, pero que cumplió su objetivo de parar el ataque.

Ese choque fue cosa de un segundo, en donde todos aterrizaron después de eso.

-Los Espectros si que son unos aprovechados- escupió Ikki.

-El pago fue para traerlos hasta el otro lado del rio, nunca dije nada de que los dejaría avanzar- respondió Caronte, rodeado del aura de su Cosmos.

Shun entrecerró los ojos. -Hay algo raro en él...-.

-La fuerza de su ataque no es normal en un Espectro- Hyoga estuvo de acuerdo con el peliverde. Aunque no lanzo su técnica con todo su poder, debería haber sido suficiente para superar la técnica enemiga. -Además... siento otra energía aparte de Cosmos venir de él, casi como...-.

-¿Magia?- Termino Caronte sonriendo dentudamente, revelando en el frente de su casco el símbolo de una serpiente que formaba el logo del infinito. -Un beneficio de unirnos a la Brigada del Khaos. Todos los Espectros que quedamos vivos recibimos el poder de Ophis, el Dragón del Infinito, lo cual aumenta nuestro Cosmos y potencia la fuerza de nuestros ataques-.

-Ophis...- a todos se les fue explicado quienes eran Ophis y Gran Rojo, así como su leyenda y que son considerados los dos seres más fuertes del Mundo, y que Ophis era la líder de la Brigada del Khaos. -No sabía que la Magia podía potenciar el Cosmos- menciono Shun. -¿O será algo que solo Ophis puede hacer por ser especial?-.

-Puedes divagarlo más tarde, matemos al Espectro primero- dijo Ikki.

-¡No será tan fácil, Santo!- Caronte salto con el remo en mano y su Cosmos encendido, pero toda esa valentía se interrumpió cuando recibió un golpe que destrozo su mandíbula. -¿Eh?-.

Antes de darse cuenta, Caronte recibió cientos de golpes a la velocidad de la luz que se vieron como destellos rojizos que lo golpearon antes de caer al suelo con la armadura destrozada en pedazos.

-Co...mo...- fue el último aliento de Caronte.

Ikki bajo su brazo, demostrando que fue él quien lo acabo. -Ya perdimos mucho tiempo. Apresurémonos- se dio media vuelta y comenzó a caminar.

Mei suspiro encogiéndose de hombros. -Siempre tan impaciente-.

Shun miro con lástima a Caronte, antes de que él y sus otros hermanos siguieran a Leo hacía la Primera Prisión.
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(En el Santuario)

-¡Alto! ¡No puede pasar más! La entrada a los Doce Templos del Zodiaco esta prohibida a todos cuando el sol cae-.

Dos guardias detuvieron a cinco figuras con capucha carmesí que ocultaban su rostro y cuerpos. La figura que lideraba el grupo extendió su mano, y los dos guardias vieron como dos grandes alas salían de la espalda del sujeto, y los decapitaba.

-Estúpido-.

-¿Podemos comenzar a matar? Sabes que me encanta matar por la noche- comento una de las figuras encapuchadas, por su voz, era una mujer.

-Prefiero el día, es más fácil ver a los enemigos paralizados con expresiones de terror antes de matarlos cuando hay sol- dijo otra figura, también femenina por la voz.

La figura que lideraba el camino asintió. -Andando. Hay que aprovechar mientras la mayoría de la Elite del Santuario esta fuera para atacar-.

Los cinco encapuchados subieron por las escaleras, no tardaron mucho en detenerse al ver su primer obstáculo.

Kiki de Aries estaba de pie a la entrada de su Templo. Desde que el resto se fue al Inframundo, él, Shiryu y Marín se pusieron a hacer guardia toda la noche en su Templo. Ahora, viendo a las cinco figuras que sin duda eran enemigos, es donde debía mostrar su valía como Caballero Dorado.

-Con que tu eres Kiki de Aries, el discípulo de Mü, quien fue discípulo del anterior Patriarca- hablo la figura que lideraba el camino de los cinco.

-Así es, y siento el Cosmos lleno de violencia y sed de sangre en los cinco. ¡Identifíquense!-.

Las cinco figuras se quitaron sus capuchas que se elevaron al aire. Kiki afilo su mirada al reconocer las armaduras carmesí como la sangre.

-Berserkers...-.

-Es lindo. Yo me encargo de él- dijo una de las dos mujeres del grupo. Era una mujer joven adulta de un cuerpo voluptuoso, cabello castaño largo y ojos azules. Su piel era muy pálida y tenía un lunar debajo del ojo derecho. Su armadura escarlata la protegía en toda la zona superior y revelaba un poco de escote, mientras que la parte inferior era una falda de metal corta con botas de tacón que le llegaban dejado de la rodilla. También usaba un casco con la forma de la cabeza de una araña -Se ve que todavía es virgen, me gusta matar a esos-.

-No juegues con él, Leyshia, tenemos trabajo que hacer- dijo su compañera, de cabello negro corto. La armadura de ella cubría sus piernas y la parte superior de su cuerpo hasta los senos y mostraba sus hombros. Tenía un casco que le cubría los ojos y tenía un visor para ver, del casco caían hacía atrás seis cables de metal.

-No seas aburrida, Mindy~, te volverás tan gruñona como la líder- la conocida como Leyshia hizo un puchero a su compañera, ahora identificada como Mindy.

-Si te escuchará, te rompería las piernas y te haría correr...-.

-Dejen de parlotear- el que hablo esta vez fue un hombre detrás del grupo. Tenía cabello rapado de color azul, piel negra y ojos café, su armadura cubría casi todo su cuerpo, excepto la zona de pectoral, donde solo tenía una placa protectora en donde se ubica su corazón encima de una camisa roja. Tiene una especie de aletas en manos y piernas, y tiene un casco que cubre casi toda su cabeza con la forma de un tiburón, donde su rostro es rodeado por colmillos. -Las mujeres si que son chillonas-.

-No seas así, puede que a la vuelta te haga algo lindo- dijo Leyshia coquetamente.

-Soy gay, mujer-.

-¿En serio? Que desperdicio-.

-Tengo que estar de acuerdo con Leonardo. Me gusta matar, como a todos, pero esta vez hay que apegarnos al plan- dijo el hombre que lideraba el grupo. Su armadura cubría totalmente su cuerpo y tenía rasgos de plata opaco en su armadura, además de tener dos alas grandes de halcón en su espalda de filosas plumas. Su casco era una careta que envolvía su rostro. Su piel era muy pálida y su cabello era de color verde marino de ojos rojos.

Pero lo más llamativo era una amplia sonrisa divertida que rallaba lo loco.

Kiki entrecerró su mirada. De los cinco enemigos, sentía que ese hombre era el más peligroso y poderoso de todos.

-Pero jefe...- chillo el quinto miembro. Un hombre bajito de armadura escarlata que simulaba a un sapo con cuernos, y tenía los cuernos en el casco que tenía forma de la cara y ojos de un sapo.

Pero el líder tomo la cabeza a ese miembro, su agarre era tan fuerte que parecía que le reventaría con solo su fuerza.

-Nadie más que mi señor y el comandante me dicen que hacer- soltó a su miembro. -Ahora, ocupémonos del trabajo, aunque siempre podemos disfrutarlo-.

-No dejaré que den un paso más allá de la Casa de Aries- Kiki proyecto entre él y sus enemigos el Muro de Cristal.

-¿Realmente crees que vinimos solo?- El líder lanzo una bola de fuego al aire que exploto.

El castaño vio eso con gesto confundido, hasta que escucho una explosión a lo lejos, en los terrenos del Santuario.
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-¡Ya tienen sus ordenes! ¡Destruyan todo lo que puedan y maten a tantos soldados, aprendices y Caballeros que vean! ¡Demuestren porque son parte del Batallón del Desastre!- Ladro un hombre de armadura escarlata que tenía el diseño de las viejas armaduras griegas con una capa azul a un grupo de hombres de armaduras iguales, pero sin capa.

-¡Si!- Gritaron el resto de soldados, adentrándose.

-¡No dejen que den un solo paso al Santuario!- Grito un soldado raso del Santuario al resto de soldados y guardias que estaban en la cercanía.

Tres guerreros Berserkers saltaron al aire y acabaron con esos soldados. Uno de ellos se regodeo, pero fue enviado al suelo cuando recibió un ataque de Cosmos.

-¡Protejan el Santuario!- Grito un Caballero de Bronce, que estaba acompañado por otros tres y eran seguidos por varios soldados.

Así, el primer choque entre los soldados del ejercito de Ares y los soldados de Athena ocurrió.
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-¿Un ataque a gran escala?- Kiki veía el fuego que comenzaba a surgir de la batalla que estaba comenzando entre ambos ejércitos.

-Solo un pequeño spoiler de lo que se vendrá más adelante- rio el líder de los cinco, como si dijera un buen chiste. -Ahora queremos pasar, así que...-.

Abrió sus alas y creo un torbellino con solo batirlas, pero este choco y se devolvió por el Muro de Cristal, siendo desecho por el mismo que la creo con un movimiento de mano.

-Creo que ni siquiera se han presentado- menciono Kiki.

-Cierto, siempre se me olvidan presentarme. Soy Lior de Amasu, el Sub Comandante del Batallón del Desastre, y se me dio la tarea de dar este saludo por el comienzo de esta nueva Guerra Santa-.

-¿El Sub Comandante? Eso te hace el segundo al mando de tu batallón, solo detrás del líder, ¿no es así?- Pregunto Kiki para cerciorarse.

-Así es. Mi líder no se molestará nunca para este tipo de cosas, pero yo siempre estoy encantado en todo lo que tiene que ver con batallas y muerte- Lior se lamio el labio inferior sádicamente. -Así que espero que me diviertas- miro al resto de soldados que trajo. -Ustedes avancen, yo me encargo de él-.

-No los dejaré pasar. Mientras mi Muro de Cristal este, cualquier ataque que lancen se les será devuelto con el doble de fuerza- explico Kiki, en posición de combate.

-Yo me encargo de romperlo entonces- dijo el miembro que Lior estuvo a nada de reventarle la cabeza, dando un paso adelante. -¡Les demostraré la grandeza de Gor del Sapo-Toro, del Batallón del Desastre!-.

El Berserker elevo su Cosmos. Kiki sintió que el Espectro tenía un Cosmos muy débil, apenas el de un Santo de Bronce, así que no entiende como cree que podrá destruir su Muro, pero que lo intente.

Embestida Demoledora!- Saltando, Gor estrecho su cabeza con el Muro. Su cuerpo se estremeció y salió despedido hacía atrás, con la sangre cayendo de su cráneo y nariz, pero no parece dolerle.

Kiki abrió los ojos al ver el agujero en su Muro de Cristal que Gor dejo, y que de a poco, creaba fisuras a lo largo que destruyeron su técnica, que cayo como pedazos de vidrio al suelo.

-¿Cómo...?- Kiki estaba impresionado que alguien de un Cosmos tan débil destruyera su técnica.

-¡No importa que técnica defensiva uses, Embestida Demoledora lo destruirá en pedazos!- Exclamo triunfante Gor. Lo que tenía de débil, lo compensaba con su técnica que destruía cualquier técnica defensiva.

Aunque su sonrisa de victoria se arruino cuando Lior avanzo encima de él, pisándolo, seguido del resto.

-Aunque mi Muro de Cristal se destruyo, ¡no dejaré que avancen!- Elevando su Cosmos, Kiki lanzo un puñetazo.

Puñetazo que fue detenido por el propio puño de Lior, que también era rodeado por su aura de Cosmos carmesí.

-Me divertiré contigo un rato- Lior miro a los que lo seguían. -Ustedes adelántense-.

-¡Si!- Gritaron los cuatro y comenzaron a correr al interior del Templo de Aries, aunque Gor lo hacía un poco más lento.

-¡Esperen!- Kiki iba a perseguirlos, pero Lior aprovecho su descuido y le dio un golpe que lo mando a estrellarse con una columna de la entrada, desquebrajándola.

-Esto es solo es divertido si también te concentras en la lucha, mocoso- dijo Lior burlonamente, sin perder su sonrisa divertida.

En el suelo, Kiki se limpio la sangre que cayo de su nariz por el golpe. Se puso de pie y de un tirón se arranco la capa. Tenía que confiar en que Shiryu y Marín se encargaran de los Berserkers que alcanzaron a avanzar, mientras que él tenía que encargarse con el que era el más poderoso del grupo.

Y con el fuego y sonido de las batallas en el Santuario, el reloj marco la media noche en el Santuario.
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(En el Inframundo)

-Esta es la Primera Prisión-.

Shun y los demás observaban el mármol esculpido a la perfección que daba forma a aquella intimidante fortaleza y a un palacio inmenso, teniendo a sus pies unas escaleras largas y anchas hasta el pórtico con grandes columnas que sostenían aquel techo a dos aguas. El mármol blanquecino contrastaba lo oscuro del Infierno Griego y realzaba la gigantesca puerta doble de madera con detalles dorados y tenía a los lados grandes ventanas parecidas en diseño a la puerta.

-En este lugar es donde debería estar Minos, pero como esta muerto, estará el Espectro Lune de Balrog. Es un Espectro muy poderoso, de no haber sido por Kanon, nos hubiera matado- menciono Shun, avanzando los primeros escalones. -Como lo conozco, seré quien lo enfrente mientras el resto sigue adelante-.

Ikki lo detuvo, colocando una mano encima de su hombro. -Como casi te asesina, seré yo quien lo enfrente. No tomará mucho tiempo y los alcanzaré casi enseguida- Ikki no soportaba que alguien que lastimo a su hermano siguiera en pie. -Además, es casi adecuado que sea yo el que enfrente al que cuida este lugar, ya que este es el palacio del juicio, y yo tengo mucho porque ser juzgado-.

-Hermano...-.

-Dejémoselo a Ikki- Hyoga apoyo a Leo. -Fácilmente nos alcanzará, además que no podemos perder mucho tiempo-.

-Como digas, Hyoga-.

Subieron por los escalones, e Ikki abrió la puerta doble enseguida. Al dar un pie en el interior, el lugar se ilumino de braceras extendidas por toda la sala, revelando una silueta que los miraba fríamente.

-Caballeros de Athena- Lune los recibió, su cabello blanco largo y sus ojos lilas los observaban con una furia fría y vestía con ropas de un juez de algún siglo pasado. -¿Han venido a declarar sus pecados?-.

Ikki les envió una única mirada a sus compañeros, que asintieron y lo pasaron corriendo.

En el momento que los tres salieron, Leo sintió tres Cosmos amenazantes sobre él.

-¡Tu cabeza será para el Batallón del Fuego!- Grito uno de los tres Berserkers de Ares que dejo en el Inframundo. El que grito tenía un hacha en mano.

-Solo los cobardes atacan por sorpresa- haciendo estallar su Cosmos y sin moverse, Ikki expulso una onda de Cosmos que alejo y estrello a los Berserkers contra los pilares del palacio.

Lune se quito las ropas de juez, mostrándose con su armadura y látigo en mano con el signo de Ophis brillando en el dorso de su mano derecha.
.................................

Los otros tres Dorados atravesaron corriendo el valle oscuro del viento sin complicaciones. Sintieron los Cosmos de los Berserkers, pero ninguno se preocupaba. La confianza que tenían en Ikki y en su fuerza era absoluta.

Vieron alzarse frente a ellos la Segunda Prisión del Inframundo, con aquella extraña decoración egipcia que contrastaba con el estilo Griego del lugar.

-Cuidado, aquí esta Pharaon de Esfinge. Es un Espectro que ataca con su arpa y puede quitarte el corazón con su melodía- Shun recordó como ese estilo de combate los sorprendió a él y a Seiya la primera vez. De no ser por Orfeo, hubieran muerto. -Si ya estamos aquí, tal vez pueda ver el campo de flores...-.

No divago más en su interior al llegar a las puertas de la Prisión y abrirlas.

Todos inmediatamente se taparon las narices al sentir un pútrido hedor.

-¡Qué olor tan asqueroso!- Se quejo Mei, avanzando con cuidado.

Estuvieron en alerta todo el tiempo, pero ningún Espectro se les apareció. Atravesaron la Segunda Prisión, dejando atrás la oscuridad y el mal olor del lugar, y frente a ellos paso un campo lleno de pasto verde y hermosas flores de diferentes colores que iban de blanco, amarillo hasta rojo.

-¿Cómo existe un lugar así en el Inframundo?- Pregunto Mei sorprendido.

Shun camino, sintiendo el aire fresco que daba el campo. Se hinco delante de una flor blanca y acaricio con la punta de sus dedos los pétalos de la flor.

-Este campo de flores, es el único lugar en el Inframundo donde crece la vida. Aquí fue donde Orfeo y Eurídice estuvieron juntos hasta que Seiya y yo llegamos- relato con tristeza al recordar aquella hermosa pareja y el final que tuvieron, final digno de los personajes mitológicos de donde obtuvieron sus nombres.

-¿Qué les paso?- Pregunto Hyoga.

-Eurídice falleció por la mordida de una serpiente, y Orfeo, con el Octavo Sentido, descendió al Inframundo y le pidió a Hades su alma a cambio de tocarle una melodía. Hades cumplió, pero Pandora los engaño e hizo que Eurídice no pueda salir del Inframundo y Orfeo se quedo para estar con ella. Cuando nos lo topamos, se revelo el engaño y decidió ayudarnos a acabar con Hades... aunque al final su sacrificio no sirvió de nada... al menos quiero creer que ahora esta con Eurídice en paz-.

-Por supuesto que no- los tres Santos se giraron, viendo a Pharaon de Esfinge de pie. -Orfeo solo era un tonto que traiciono tanto a Athena como a Hades por una mujer que no valía la pena y termino muriendo de manera patética. Su alma debe estar pudriéndose en la Octava Prisión-.

-¡No te burles de él!- Grito Shun. Casi siempre era calmado, pero no permitirían que se burlaran de alguien que respetaba como Orfeo, cuyo único pecado fue amar.

-Te has vuelto más agresivo desde nuestro último encuentro, Andrómeda. Esta vez me aseguraré de tomar tu corazón y ofrecérselo a la señora Perséfone-.

Pharaon iba a tocar las cuerdas de su instrumento, pero las sintió muy tiesas y heladas. Al ver, abrió los ojos sorprendidos al verlas congeladas.

-¿Qué es esto? ¿Quién pudo hacerlo?- Alzo la mirada buscando al culpable, encontrándolo rápido en Acuario, ya que su mano emitía un aire frío.

-Alguien tan malvado y corrompido como tú nunca entendería la sinceridad del amor que las personas pueden sentir a otros. ¡Ahora recibe el golpe del Cisne! ¡Polvo de Diamantes!-.

Hyoga ejecuto su técnica con todo su Cosmos. El Espectro de Esfinge no pudo hacer nada ante la velocidad del aire helado que lo golpeo con violencia, levantándolo del suelo y destrozando su armadura y cuerpo desde dentro. Cuando cayo al suelo, ya estaba muerto.

Dos veces murió en el mismo campo de flores.

-No perdamos más tiempo, o Ikki nos alcanzara y se burlara de que estamos sin hacer nada- comento Hyoga con cierto tono de broma, sacándole una sonrisa a Mei.

Los tres Dorados siguieron su camino a la Tercera Prisión.
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(Con Ikki)

Ikki miro al Espectro peliblanco, sin perder la presencia de los Berserkers de Ares que no murieron por su onda de Cosmos y se estaban recomponiendo, estando muy furiosos con él.

-Tu nombre es Ikki de Leo, ¿no es así?- Pregunto Lune.

-Así es-.

-Como estabas acompañado del cuerpo mortal del señor Hades, ya debes saber quien soy, pero por la cortesía de este lugar, me presentaré de todos modos: soy Lune de Balrog, Estrella Celeste del Talento-.

-No me interesa quien seas, me basta con saber que eres un enemigo al que debo eliminar-.

-Los humanos son muy insolentes. Espero que estés listo para pagar por tus pecados, porque yo seré tu juez-.

-Un Espectro como tú no es capaz ni de juzgarse a si mismo, es imposible que puedas juzgar los míos- Ikki miro con fiereza a Lune, cerrando su puño con fuerza, el cual se rodeo del aura roja rozando lo anaranjado de su Cosmos que embargo por completo su cuerpo.

Los tres Berserkers y Lune comenzaron a sentir una opresión aplastante y un intenso calor emanar de aquel hombre, pero ninguno dio un paso atrás.

-Ya lo veremos- Lune trataba de mostrarte calmado y confiado, aun cuando la presión del Cosmos de su enemigo le hizo derramar una gota de sudor. -¡Látigo Ardiente!- Halo su látigo hacía atrás, tomando impulso y después yendo hacía su enemigo.

En respuesta, Ikki solo levanto su brazo derecho, que fue enrollado por el látigo e impidió que se moviera... aparentemente.

-Este látigo se enrolla de acuerdo a la cantidad de pecados que has cometido en vida, pero creo que al ser un Caballero Dorado, mi técnica no ha podido calcular exactamente todas tus fechorías cometidas, pero puedo conformarme con despedazarte el brazo primero- explico Lune, jalando su látigo que estrangulaba el brazo del guardián de la Quinta Casa, que miraba con aburrimiento la técnica. -¿Qué te pasa, Leo? ¿Acaso no sabes que hacer?-.

-Es patético que creas que con una técnica de este calibre baste para siquiera retenerme. No importa cuanto hayan potenciado su Cosmos y ataques, no bastara para hacerme siquiera cosquillas- se burlo Ikki con tono desinteresado.

-¡No seas arrogante, humano!- El Berserker con el hacha iba a aprovechar que Ikki no podía moverse para cortarle la cabeza.

-Son ustedes los arrogantes. Subestiman a los humanos, a pesar de haber demostrado varias veces lo peligrosos que podemos ser- Ikki elevo de golpe su Cosmos, que se manifestó como un aura ardiente, haciendo saltar de retroceso al Berserker. -Primero me encargaré de este látigo-.

Toco el látigo con la punta de su dedo izquierdo, prendiéndole llamas el arma que lo envolvía y extendiéndose por el largo de la cuerda. Lune soltó su arma antes que lo tocaran. No moriría de la misma manera dos veces.

-¡Por el Señor Ares!- Los tres Berserkers fueron de inmediato y al mismo tiempo contra Ikki.

-Ustedes lo pidieron- Ikki dio un gran salto, quedando encima de los tres guerreros de armadura roja. -¡Plasma Llameante!-.

Millones de golpes a la velocidad de la luz fueron como destellos rojizos que golpearon a los tres Berserkers sin piedad, matándolos en el acto, dejando sus cuerpos en el suelo con quemaduras.

-Esa técnica...- Lune había investigado a los Caballeros Dorados y sus técnicas para prepararse. -Esa es la famosa técnica de los Caballeros de Leo: el Plasma Relámpago, pero... es diferente a lo que sabía-.

Ikki aterrizo delante de los cadáveres. -Por que no es el Plasma Relámpago. Los rayos no son mi estilo, así que tome la técnica de los Caballeros de Leo y la adecué a mi propio estilo de combate, creando una nueva técnica: el Plasma Llameante. Miles de golpes de fuego a la velocidad de la luz que además de golpear a quienes la reciben, también reciben quemadoras con cada golpe- explico su técnica.

-Eres de temer, Ikki de Leo, ¡pero por eso mismo tengo que acabarte!- Grito Lune. -¡Reencarnación!-.

Balrog elevo su mano derecha y desplego una carga de energía morada que impacto directamente en Ikki. Su técnica le permitía acceder a las memorias del Santo, aunque la usaba mayormente para juzgar a las almas y decidir a que Prisión del Inframundo irían.

Ikki permaneció en calma, percibiendo como sus peores recuerdos eran sacados a la luz, iluminando las tinieblas de su mente y contemplados por aquel Espectro.

Lune vio los recuerdos de Ikki. Vio cuando este asesino a su maestro Ilti, para luego robar la armadura de Sagitario, vio a Ikki como Fénix enfrentar a Shun y los demás, y vio de manera rápida y sin detalle su victoria ante los Santos de Plata, ante Mime y Bud de Asgard, ante Kaza, y los mismos Espectros que derroto hace 9 años, hasta llegar a ver su participación en la derrota de su señor Hades.

-Tus crímenes son de violencia, violencia a tus propios camaradas de orden y de sangre, violencia ante guerreros que incluso yo no considero que merecían morir todavía, y sobre todo, violencia ante mi señor Hades. ¡Son crímenes que merecen el peor castigo! El primer valle de la Sexta Prisión suena un buen lugar, pero para alguien como tú podría ser una piscina, ¡así que te enviaré a la Cuarta Prisión!-.

Un destello violáceo salió de las mano izquierda de Lune que disparo hacía Ikki, quien abrió los ojos y libero su Cosmos que se manifestó como unas llamas que tomaron la forma de la cabeza de un león, que se trago aquella luz.

-¡¿Qué...?!-.

-Tienes razón Lune, he cometido demasiados pecados incluso contra mis hermanos. Es algo que nunca olvidaré, pero gracias a eso, pude abrir los ojos a la verdad y pelear junto a mis hermanos de sangre por la justicia. Eso es algo por lo que siempre le estaré agradecido a la vida- Ikki no esquivaría sus pecados, él es consciente más que nadie de cuan graves son. -Ahora, recibe las llamas del Fénix, que con su fuego, alimentan los colmillos del león. ¡Alas Ardientes del Fénix!-.

Antes que Lune pudiera darse cuenta, estaba atrapado en un torbellino de llamas. Ikki junto ambos brazos y los levanto al aire, separándolos y bajándolos, para juntarlos de nuevo hacía adelante, liberando un poderoso viento que alimento las llamas que manifestaba y tomaron la forma de un fénix que se dirigía a Lune.

El impacto de la técnica al Espectro ilumino por mucho el interior de la Primera Prisión, que tembló ante el poderoso impacto. Cuando la técnica se termino de ejecutar, solo quedo polvo como único rastro de Lune de Balrog.

Terminado con sus enemigos, Ikki comenzó a correr hacía la salida para llegar rápido con sus compañeros.
.....................................

(En el Santuario)

El líder de los soldados Berserkers cayo muerto con los ojos sin vida. June, que fue la responsable de eliminarlo y portando su mascara, vio a su alrededor.

-Honestamente, así no fue como quería pasar esta noche de chicas- comento June.

Erda, aterrizo a espaldas de su amiga rubia. -Pues yo lo estoy pasando bien-.

-Si que eres una marimacha-.

-¿Podemos concentrarnos más en detener al enemigo, por favor?- Comento Xiaoling, dándole una patada a un soldado Berserker.

-La chica tiene razón, ¡concéntrense!- Exclamo George. -¡Electrocución Espiritual!- Lanzo su técnica a un grupo de soldados, que cayeron al ser electrocutados con gran intensidad.

El combate ya llevaba algo de tiempo y han habido varias muertes de ambos lados, pero con la llegada de más Caballeros de Bronce y Plata, el lado de Athena ha comenzado a ganar ventaja, aunque eso no parece desalentar a sus enemigos, pero todos los Santos consideraban que era cuestión de tiempo antes de la victoria.

-Escuche que un grupo de Berserkers se colaron a las Doce Casas del Zodiaco. Espero que Kiki-san y los demás estén bien- comento Xiaoling.

-Son Caballeros Dorados por algo. Aun si son poco ellos tienen sus deberes de proteger los templos, concentrémonos en el nuestro, que es derrotar a los invasores- respondió George.

-¡Si!-.

(...)

Shiryu estaba en la entrada de su Templo. Era una fortuna que Shunrei y Ryuho estuvieran por ahora en los Cinco Picos, y el lugar en donde estaba ocurriendo el ataque en los terrenos del Santuario era lejos de la zona en donde los aprendices entrenaban, por lo que Shoryu estaba fuera de peligro.

Podía sentir el Cosmos de Kiki luchar y el Cosmos de su enemigo. Era uno muy poderoso, al nivel de un Caballero Dorado, pero solo le quedaba confiar en él. Ahora tenía que cumplir su deber de detener a los intrusos que se acercaban a su Templo.

Leyshia, Mindy, Leonardo y Gor se detuvieron en medio de las escaleras al ver al Santo de Libra de pie, ya esperándolos. Todos sentían el calmado, pero intenso Cosmos de su enemigo, sentían como si vieran a un dragón proteger su cueva.

Pero a pesar de eso, ninguno le temía. En el ejercito de Ares les enseñaban a nunca temer a los enemigos, porque el miedo que tenían de fallarle al Dios Ares y su pasión por los combates era mayor.

-Según la información que tenemos, actualmente solo hay tres Caballeros Dorados protegiendo los Templos. Gor y yo nos encargaremos de este tipo, ustedes vayan a encargarse del otro Dorado que queda- ordeno Leonardo a las chicas.

-Nosotras no recibimos ordenes de hombres- espeto Mindy.

-Si quieren, pueden enfrentarme los cuatro a la vez, porque no dejaré que ninguno de ustedes pase- incito Shiryu, elevando su Cosmos dorado que rodeo su figura.

-¡No nos subestimes!- Grito Gor, elevando su Cosmos. -¡Embestida Demoledora!-.

-¡Espera, Gor!- Leonardo intento detenerlo, pero ya era tarde.

El Berserker de Sapo-Toro se lanzo hacía Shiryu, quien lo vio acercarse como si viniera en cámara lenta. Se hizo a un lado, y cuando su enemigo ya estaba pasando de largo, le dio un golpe de karate en el cuello, rompiéndoselo.

El cuerpo de Gor cayo muerto a la entrada del templo.

-Qué idiota. Morir de un golpe es patético- se burlo Mindy.

-Al menos sirvió para pasar la Casa de Aries y como juguete para ese León mientras avanzábamos- menciono Leyshia.

-¿Quién sigue?- Shiryu estaba en guardia.

-Yo seré tu oponente- el Berserker de piel negra dio un paso adelante en los escalones. -¡Soy Leonardo de Tiburón, del Batallón del Desastre!-.

-Soy Shiryu de Libra, Caballero Dorado- se presentó Shiryu.

-Bien, Shiryu... ¡aquí vamos!- Leonardo elevo su Cosmos, Shiryu analizo que debía estar al nivel de un Caballero de Plata. -¡Mordida de Tiburón!- Libero su ataque de Cosmos, que tomo la forma de un tiburón.

Shiryu bloqueo la técnica con el escudo de oro que tenía en el antebrazo izquierdo. El impacto de la técnica fue bueno, pero no fue capaz de moverlo; pero mientras soportaba la técnica, noto que sus pies de repente no podían moverse, al ver abajo, vio una especie de tela encima.

-¿Pero que...?-.

-¡Con permiso!- Leyshia y Mindy pasaron a su lado y corrieron hacía el Templo.

-¡Esperen!- Shiryu uso su Cosmos para esfumar la técnica de Leonardo y perseguirlas, pero la tela que tenía en sus pies hacía que no pudiera moverse. -¿Qué es esta tela?- La observo más detenidamente. -¿Es... telaraña?-.

-Ahora que las mujeres se fueron, podemos pelear tranquilos- dijo Leonardo en guardia. -Es una pena que los Caballeros Dorados sean nuestros enemigos, ya que son muy apuestos, pero así es la vida- elevo su Cosmos lo más alto que podía. -¡Meteoro Oceánico!-.

Leonardo junto sus brazos adelante con las palmas abiertas y los dedos doblados hacía adelante. Se rodeo de Cosmos por todo el cuerpo y de un impulso, se lanzo hacía Shiryu. Lo golpeo en el pecho de la armadura, haciendo que retroceda arrastrar, y sin quererlo, liberarlo de la tela que le impedía mover los pies.

Que era lo que Shiryu quería.

-Ese fue un buen golpe. Un Caballero de Bronce o de Plata habría quedado muy mal al recibirlo- elogió el pelinegro.

Leonardo abrió los ojos de horror al ver que su técnica no le hizo ni un daño a su enemigo.

-Ahora es mi turno de atacar- Shiryu elevo su Cosmos. -¡Dragón Naciente!- Lanzando un puñetazo, un majestuoso dragón dorado de Cosmos se formo, atrapando a Leonardo en sus fauces.

El dragón brillo y exploto en el cielo, y a la mitad de las escaleras que iban hacía Libra, cayo muerto el segundo Berserker.

Shiryu miro al interior de su Templo: las dos Berserkers ya salieron y están subiendo a Escorpio. Podía alcanzarlas fácilmente y derrotarlas, pero no sabía cuantos enemigos faltaban por venir, así que debía quedarse a proteger la Casa de Libra y dejar que Marín se encargue de ellas.
..................................

(En el Infierno)

Mei se sacudió las manos. Actualmente se encontraba en la Tercera Prisión, donde los esperaban una pequeña tropa de soldados Berserkers y uno que otro Demonio. Él se encargo de todos mientras Shun y Hyoga avanzaban.

-Veo que la tuviste fácil- el peliazul teñido se giro para ver a Ikki acercarse.

-¡Ikki, hola! Si, se me dio la gana de practicar un poco combate cuerpo a cuerpo con ellos, aunque no fueron un reto, y parece que tampoco lo fue el tal Lune para ti-.

-Claro que no, pero es lo que había que hacer. Ahora falta seguir a Shun y Hyoga-.

Cáncer y Leo comenzaron a correr.

-Según Hyoga, el camino de la Tercera Prisión es largo. Les tomo a él, Shiryu y Kanon dos horas salir de la Tercera Prisión, así que pensamos que sería un buen lugar para descansar un poco y hacer guardia rotativa para seguir más tarde-.

Ikki asintió, de acuerdo con esa idea. Igual no había prisa en terminar la misión, aunque tampoco se tomarían mucho tiempo.

Y mientras los cuatro recorrían las Prisiones del Inframundo Griego, eran inconscientes de lo que pasaba en el Santuario.
........................................

N/A: Hasta aquí el capitulo. El siguiente continuara donde se dejo, y se verá que tal le va a Kiki en su lucha. El personaje de Lior de Amasu es uno de Ares Chapter, pero el resto de Berserkers son OCs míos, ya que se sabe poco o nada de los miembros del ejercito de Ares, tengo que hacer lo que pueda y que el ejercito de Ares no parezca ser solo extras que se mueren.

En Ares Chapter, Lior es el líder del Batallón del Desastre, pero aquí es el segundo al mando. Pronto revelaré a los líderes de cada batallón. Tampoco será el único Berserker de ese Spin-off que usaré, aunque como no se han mostrado en el manga, tendré que inventarles las técnicas. Cualquier idea de técnica es bienvenida.

Ares no perdió el tiempo y lanzo un ataque al Santuario, aunque parece que algo más trama, mientras que en el Inframundo, Perséfone saco provecho de su alianza con la Brigada del Khaos, aunque no le esta sirviendo mucho.

Sobre la técnica de Ikki, como explica, es el Plasma Relámpago, solo que es de fuego en vez de rayos de luces, o verdaderos relámpagos en algunos mangas. Dejarle usar el PR no me parece adecuado para él, que se le asocia mucho con el fuego y es canon que maneja ese elemento. Claro, aparte de esa técnica, también tiene las del Ikki de Episodio G Assassin y las que ya usaba, como se vio que aun usa las Alas Ardientes del Fénix.

¿Qué opinan del nombre que le di a la técnica? ¿Les gusta? Por que fue algo difícil pensar la palabra que cambiaría "Relámpago" en el nombre de la técnica.

Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.

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