Escuche mi alarma sonar avisando me que ya era la ira de despertar para comenzar mi otro día de universitaria, el problema aquí es que ya estaba despierta desde hace un largo rato, un muuuuy, largo rato, eso significa que no había dormido casi nada en toda la noche y tal vez me duerma en muchas de las clases por el cansancio.
Adormilada, me levanté de la cama y me dirigí al baño, no sin antes tomar mi toalla, porque en el caso de que mamá no estuviera en casa y mis dos hermanos estén ocupados, ya no habrá nadie más que me la traiga.
Cuando salí de bañarme y me cambie camine al comedor donde estaban Edward y Chistian, mientras mamá buscaba algo en los cajones.
- Buenos días -dije bostezando.
- Te vez terrible -río, vi que a Chistian también se le safaba una sonrisita, los mire molesta.
Ah, entonces no me hablas pero te ríes de las bobadas de Edward...
- Al menos yo ya no tengo que coger las clases que a ti te están dando, y en cuanto termine la universidad, seré libre, a diferencia de ti -sonríe orgullosa de el intento de burla que hice.
- ¡oye!, ¡Eso no se vale! -se cruzó de brazos "molesto" .
- Pues debiste pensarlo antes de molestarme -conteste sentando me en el comedor con ellos.
- Bueno, al menos tu si piensas en ser libre mudando te después de graduar te -esta vez la que habló fue mamá, obviamente esas palabras eran una espada de doble filo para el mayor de sus hijos, quien no dijo nada y sólo siguió comiendo su plato con la cabeza agacha, me me mordi la parte de adentro de mi mejilla nerviosa, el ambiente se puso tenso otra vez, ella siempre hace eso.
Con una sola palabra era capaz de callarnos a todos.
Y es que hace mucho Chistian y mamá discutieron porque el quería seguir viviendo aquí después de graduarse, pero como el se la pasaba más afuera que en su propia casa mamá le negó eso, ella decía que era una pérdida de tiempo que siguiera pagando por una persona que casi ni vive con ella, se insultaban muy a menudo, nunca supe en concreto lo que se decían en las discusiones, estas cosas me las contaba Edward porque en ese tiempo yo seguía viviendo en mi cuarto sin salir ni ver a nadie, y sólo comía porque Edward iba a mi habitación y me traía comida, de otro modo creo que hubiera muerto de hambre por mi terquedad.
Me sentí mal al enterarme que mi hermanito tuvo que escuchar todas esas peleas e insultos el solo, porque yo de egoísta e inmadura no quise salir de mi cuarto, cuando me enteré de eso me eche a llorar abrazando lo pidiendo le que me perdonara por ser tan débil.
Pero volviendo al tema.
La única razón por la que el sigue viviendo aquí es porque acordaron que el pagaría parte de la renta y pagaría sus propias cosas, como si estuviera viendo en un departamento alquilado pero con su familia.
Aunque no entiendo para que luchó tanto si al final nisiquiera nos dirige la palabra.
Termino de comer y se levantó sin decir nada, sólo lo mire caminar hasta su cuarto y ver como cerraba la puerta, mire a mamá quien al parecer ya había encontrado lo que estaba buscando, sus llaves.
- Mamá, no tienes porque ser tan dura con, el paga por cada cosa que consume en esta casa y se la pasa casi todo el tiempo en su cuarto que casi ni se siente, me gustaría que fueras más linda con el -me atreví a decirle con un poco de nerviosismo por como reaccione a mis palabras.
Se quedó callando un momento y luego soltó una pequeña risa de burla.
- Bueno, ¿y de que me sirve a mi tenerlo aquí si nisiquiera puede hacer bien el único trabajo que tiene aquí? -la mire confundida, ella lo noto y siguió- tu misma lo dijiste, siempre esta en su cuarto, nunca sale a menos que sea para trabajar y cuando está en casa se le olvida que tiene una familia, si no pudo cuidar a su hermana en vida dudo mucho que sea lo suficientemente responsable como para cuidarlos a ustedes... -entró sus llaves a su cartera y se fue, dejándome con las palabras en la boca, ella siempre es así, lanza una bomba difícil de digerir y luego se marcha porque sabe que estaré lo suficientemente shokeada como para detenerla.
Mire a Edward, sabía que el sería el más afectado en sus palabras, el era el que pasaba más tiempo con Melisa, y que haya dicho esas palabras sólo le clavan más profundo la estaca en su corazón.
Y no lo digo sólo por la nostalgia que le tenemos, cada uno se culpa por lo que le paso, los tres tenemos el mismo remordimiento...
"- ¿por qué no le preste más atención? -"
Esa era la pregunta que nos hacíamos todos, Edward principalmente, un día llegó a mi cuarto llorando porque tuvo una pesadilla con Melisa y me dijo que era su culpa, el notaba que Melisa se sentía un poco débil pero nunca dijo nada, se culpaba de que si hubiera sido más atento con ella, seguiría aquí y podrían jugar los dos juntos.
Hasta el día de hoy no me a dicho la pesadilla, porque según el "aún no está listo para hablar de eso" .
Sip, cada uno está roto a su manera, sólo que ninguno quiere revelar todo el tormento de los demonios que tenemos.
Al menos se un poco de los problemas de uno de ellos...
Me levanté de la mesa y le di un beso en la mejilla a Edward, el en un gesto de asco se lo limpio, lo mire feo y el me sacó la lengua, rodé los ojos con una sonrisa y me fui, respire profundo y calme mi respiración, tenía que cambiar el ambiente exterior, no quería deprimirme cada vez que salía.
Se me ocurrió irme a la universidad en bicicleta, reí tras ese pensamiento, está un poco lejos y creo que me cansaría más de lo normal si voy en ella, por otro lado, haría más ejercicio como solía hacerlo antes, me haría bien.
Y luego recordé;
Deja la bicicleta en la calle...
Estrelle mi mano en mi cara.
Señor, no pierdo mi cabeza porque la tengo pegada al cuerpo.
Me frustraba un poco por ya no tenerla, e tenido esa bicicleta por años, tiene un valor sentimental para mi, y el echo de que la haya dejado en la calle y el pensamiento de que tal vez alguien se la hubiera robado no se iba de mi cabeza.
Trate de calmarme pensado en otra cosa que me distraiga, obviamente no funcionó, y empecé a sacar el celular de mi mochila.
Bueno, será a llamar un taxi.
Por suerte había taxis disponibles a esa hora, llegó más rápido de lo que esperaba, al llegar a la universidad me asegure de que no estuviera a la vista de Félix, no quería hablar con el ahora, no estaba lista para darle la cara después del escándalo que hice, corrí a el aula que me tocaba y la encontré vacía, por supuesto que lo estaba, es decir, aún no era la hora de que comience la clase pero prefiero aparentar que llegue temprano y preparada a vagar por los pasillos corriendo el riesgo de que Félix me vea.
Y luego caí en cuenta por segunda vez en este día.
Félix toma las mismas clases que yo.
Solté un suspiero agotador dejando caer mi cabeza en mesa de la silla.
Este va a ser un día largo...
Levante mi cabeza y busque en mi mochila la libreta que me había encontrado -obviamente no la iba a dejar sola en casa con el riesgo de que mi mamá o uno de mis hermanos la encuentre- acaricie la portada pensativa, está libreta me había ayudado más de lo que creí que hiciera, aún si no se quien a escrito en ella, soy consciente que no me puedo quedar con ella para siempre, no sería correcto, una libreta como esta debe ser importante para el que la tenga, y eso me hace pensar que el dueño debe estar muy preocupado por ella.
La abrí en una página aleatoria.
"Éxodo 14: 14
Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos."
"Aunque parecen palabras simples, en el momento de tormento de verdad que te da paz leer estas palabras, y recordar, que no tienes que lidiar con esto sólo, no por ser creyente significa que eres inmortal, y ser un verdadero cristiano significa reconocer que necesitas a Dios en tu vida, incluso cuando crees que puedes lidiar con tus problemas tu mismo... "
- ¿Estas aquí sola? -di un soltó al escuchar esa voz, me había sorprendido, definitivamente no esperaba que viniera alguien en este momento- ay, perdón, no quería asustarte -se disculpó riendo mientras se acercaba a mi y se sentaba en una silla a mi lado, su mirada se posó rápidamente en la libreta que tenía arriba del pupitre y yo lo mire por igual- ¿qué hacías?, ¿Estabas escribiendo?, ¿qué escribes?, ¿Puedo ver? -abrí la boca tratando de responde pero no se me permitió, antes de poder decir cualquier cosa ella ya había cogido la libreta en sus manos y empezó a hojear la de manera aleatoria.
Por alguna razón me incomodaba que leyera esa libreta, sentía como si estuviera invadiendo mi privacidad -cuando en realidad la que había invadido la privacidad de alguien había sido yo- me estaba poniendo nerviosa al no saber si quitarle el cuaderno o dejar que lo lea a su antojo.
Vi como sonreía con dulzura, no sabía lo que había leído pero me picaba la curiosidad de saber lo que fue, aún así, mis ganas de quitarle el cuaderno se incrementaron, me acerque a ella y de la misma forma inesperada en la que ella me había cogido el cuaderno de esa manera o más veloz se lo arrebate y lo apreté fuerte contra mi pecho, como si lo soltara lo perdería para siempre, me miraba confundida, trate de sonreír para que no pensara que me había molestado con ella, pero para mi mamá suerte, parecía una sonrisa forzada, lo que le hacía notar mi incomodidad al respecto de que tocará ese cuaderno, mí cuaderno.
Aunque no sea mío realmente.
- ¿está... Todo bien? -pregunto mirando me con una cena alzada, me quedé callada por un rato sin saber que decir con mis sonrisa incómoda en el rostro.
- Por... ¡supuesto!, de maravilla, ¿has visto lo precioso que está el día?, wow, ni una nube, hermoso, bello, glorioso -hable de prisa y sin parar, ella parecía que estaba analizando mis palabras para entenderlas con claridad y yo sólo ensanche mi sonrisa aún más nerviosa y estoy muy segura de que ahora parece una mueca de dolor.
Genial, ahora tengo que preocuparme de no asustarla.
Su cara por otra parte mostraba preocupación y curiosidad.
- ¿segura de que estas bien? -inclinó un poco la cabeza hacia un costado mirando me a mi y de vez en cuando la libreta.
- ¡Claro!, ¿porqué tendría que estar mal? -solté una risa nerviosa, miro mi libreta y luego sonrió, no puedo saber exactamente que significa esa sonrisa que tiene ahora, dado que no la conozco bien, pero con lo impredecible que me e dado cuenta que es, no creo que sea nada bueno para mi.
- Genial, entonces... ¿me prestas la libreta un rato?, Me encanta lo que has escrito en ella, es algo realmente hermoso, digo, para alguien que duda de si cree o no.
Oh no, estoy perdida.
- ¿para qué? -se me ocurrió preguntar.
- Nada en especial, sólo que me conmovió mucho el contenido y quiero saber más sobre lo que escribiste -puso sus manos debajo del pupitre y me sonrió con inocencia.
Bueno, nunca me a molestado compartir, pero en este caso es distinto, no la conozco, no se si es ordenada, limpia, si sabe cuidar las cosas, si garabatea cuadernos, nada, y no puedo estar tranquila prestando la libreta a alguien que conocí hace pocos días, pero si no lo hago, me preguntara el porque de mi negación y no se rendirá hasta obtener la respuesta, estaba acorralado, suspire.
- Esta bien, solo... Cuida lo mucho -le entendí la libreta, ella la miro con la misma sonrisa y lo agarró.
- ¡Claro!, Tu confía en mí -lo jalo para que lo soltara y después de unos tirones lo solte, vi como lo miraba con felicidad que yo hace minutos, sonríe tranquila.
Tal vez lo cuide incluso mejor que yo...
Al menos eso espero.