-Mami arriba, mami, mami -El omega sintió un par de piecitos saltar en su cama, cubrió su cara con las cobijas tratando de volver a dormir, pero se destapo con velocidad al escuchar un costalazo en el suelo de la habitación, retuvo el aire en sus pulmones con preocupación hasta que la vio riendo ligeramente
-No me dolió – Aseguro y salió corriendo de la habitación a la velocidad de la Luz, haciendo sonreír de oreja a oreja al omega, la cual se borró rápidamente al escuchar otro golpe en el suelo y de nuevo un alegre grito diciendo "No me dolió" el omega soltó una risa -Astrid, con cuidado amor! -Grito desde la comodidad de su habitación, su pequeña era muy torpe, algo similar a él.
Cuando por fin se sintió con la fuerza necesaria se levanto de su cama con pasos torpes, tropezándose con sus botas que había dejado caer sin precaución la noche anterior, se dirigió al baño y lavo su rostro y sus dientes, tratando de despertar por completo, y como todos los días tomo una ducha calentita, y no muy larga pues tenia una Alfita corriendo de allá para acá con pasitos torpes rompiendo todo a su paso, salió de la ducha y se vistió con un cárdigan de colores, unos jeans negros, una camiseta blanca, sus converse negros y una bandana negra sosteniendo sus rizos, luego de un rato se preocupo cuando escucho silencio, en ese momento le dio la razón a su madre.
"Lo peor que puedo escuchar en la casa es silencio por que significa que alguno de los dos quedo inconsciente y el otro esta demasiado ocupado tratando de despertarlo" Su mamá se los decía a Gemma y a el todo el tiempo, a veces aún se los dice.
Bajo las escaleras con prisa y al no ver a su pequeña grito -Astrid?- no obtuvo respuesta -Marco!
-Polo! -Se escucho escaleras arriba, claro, ya sabia donde estaba, así que subió dirigiéndose a la habitación donde dormía Jules
-Buenos días pelusa- Saludo abrazando a su cachorrita agachándose y abrazándola por la espalda dándole múltiples besos en las mejillas, marcándola con su aroma a frutos rojos causando risitas en su pequeña
-Mami, basta -Dijo entre pequeñas risas mientras jugaba con las manitas de su hermanita, Jules
-Nada de basta, o es que ya no me amas? -pregunto con dramatismo en su voz, recargando una mano en su frente, reclinando su cabeza hacia atrás ligeramente
-Te amo mas que a nada mami -Aseguro su cachorrita mientras se lanzaba a su regazo marcando a su mami con su aroma a café con leche, un olor poco común para la edad de Astrid, con sus cinco cortos años ya hablaba hasta por los codos y excesivamente posesiva con el omega
-Y yo a ti pelusita, corre a cambiarte si -La niña sonrió de lado a lado, emocionada, era su primer día en tercero de preescolar, corrió fura de la habitación tropezando con sus propios piecitos, aun así no se detuvo.
Tuvo que adaptar toda la casa cuando Astrid aprendió a caminar, remplazando las cosas de vidrio con cosas de plástico, porque su cachorrita era terriblemente torpe con sus piecitos, y al ser una Alfita pura, a veces se trasformaba en Lobita sin intensión, siempre tenia las cosas rompibles bajo llave, le recordaba mucho a el de pequeño.
Se levanto del piso y tomo a su bebe en brazos, aun no sabia su casta pero Harry juraba que seria una linda omeguita con su aroma suave a Lilas y su actitud tranquila, pacífica, callada y observadora, todo lo contrario a su hermana.
En realidad, criar a sus dos hermosas cachorritas fue mas complicado de lo que él jamás pensó, y lo que jamás le desearía a ningún omega, ni a nadie.
Cuando Harry recién cumplido 15 conoció a Gabriel, su ex-Alfa. Ambos de la misma edad, se amaban, o Harry eso creía, fueron novios por cuatro años, los primeros dos años fueron los mas hermosos, Gabriel le llevaba flores a Harry siempre que podía, lo endulzaba con palabras dulces y le prometía amor eterno, pero cuando cumplieron tres años, el cambio, se volvió seco, un poco cortante con Harry, el corazoncito del omega se estrujaba cada que el Alfa le respondía de esa manera, pero el estaba aferrado a que el era su Alfa, así que nunca dijo nada, así fue por dos años, hasta que cuando Harry cumplido 19 años, descubrió que estaba en estado, estaba emocionado, el siempre quiso una familia, y al fin se estaba cumpliendo su sueño, Gabriel ese día le prometió llegar temprano a casa para celebrar el cumpleaños del omega, pero no llego hasta la madrugada, Harry lo espero despierto, quizá el trabajo había ocupado un poco mas de su tiempo, así que en cuanto lo vio entrar corrió hacia el emocionado
-Gab, tengo que decirte algo -Estaba más que emocionado
-Ahora, Harry?, estoy cansado, lo hablaremos luego. -trato de rodear a Harry, pero este lo detuvo
-Por favor, Gab
-Que, Harry?
Harry subió a la altura de sus ojos una prueba de embarazo con una ligera sonrisa en su rostro, el Alfa la tomo en su mano, vio la prueba analizando y miro al omega con indiferencia, para devolvérsela, la sonrisa se borró enseguida
-No lo quiero- Dijo el Alfa y rodeo a Harry
-Disculpa? -El alfa miro al omega
-Dije, que NO lo quiero, Omega.
-Ga-
-Harry dije que estoy cansado, entiendes, no quiero hablar, y no quiero eso -Señalo en vientre de Harry y el omega solo puso sus manitas encima protegiéndolo, el alfa se dirigió a la Habitación, el omega se derrumbó en lágrimas en ese momento.
Harry tuvo a su Cachorrita, Gabriel acepto que la tuviera, pero lo sentencio diciendo "La tendrás Harry, pero yo no cuidare eso, está claro para ti?", El rizado no tenia otro lugar para ir, y estaba demasiado asustado como para decirle a su familia, así que se quedó.
Para cuando Astrid tenia tres años, Gabriel le había prometido que cambiaría, que sería alguien nuevo y amaría a su Hija incondicionalmente, Harry le creyó, solo endulzaba sus oídos, Gabriel consiguió lo que quería, estar con el omega de nuevo, al mes se dio cuenta que había quedado en estado de nuevo, y entonces Harry decidido, no podía quedarse.
El omega había estado ahorrando así que un día que el alfa salió a un "Viaje de trabajo" el omega empaco todas sus cosas y las de su pequeña, tomo un poco mas de dinero del que Gabriel tenia guardado, por que bueno, el era un idiota que nunca ayudo a pagar las cosas de Astrid, empaco todo y subió las cosas al carro de su mejor amigo, pero dejo una pequeña nota para el Alfa, cuando fue alentado por su mejor amigo
"Te quise tanto, Gabriel, pero solo me usaste y lo sabes, me alegro que jamás nos hayamos enlazado, no entiendo como me pudo gustar alguien como tú, ojalá disfrutes tu vida, Adiós Gabriel.
Pd: Seria una lastima encontrar tu coche algo rayado."
Se atrevió a escribir lo ultimo cuando escucho un rechinido y al girarse vio a su mejor amigo rayando el auto del Alfa.
Ahora vivía en un apartamento bonito, lo suficientemente grande para el y sus cachorros, Astrid tenia cinco años y Jules 2, y no podía estar más feliz, aunque si, aun soñaba con encontrar al amor de su vida, ese del que su mamá le hablaba y les contaba en cuentos a Gemma y el, aun soñaba con encontrar a su destinado, pero mentiría si dijera que no tuviera miedo, tenia miedo de encontrar a alguien como Gabriel y arriesgar a sus dos lucecitas.
-Mami!, el tio Zee, ya llego!
Harry tomo a su bebe en brazos para bajar y ver a su mejor amigo con su cachorrita en brazos
-Listo vámonos -dijo el Alfa pelinegro cuando vio al rizado bajar, con Jules en brazos
Ambos caminaron al auto y acomodaron a las Cachorritas en sus sillitas y Zayn arranco el auto dirigiéndose al preescolar de Astrid
-Hazzie, divino de mi corazón y mi alma
-No.
-Ay, Harold, todavía no sabes lo que te voy a pedir
-Dime...
-Acompáñame a una fiesta
-No
-Ay Harry
-Ay Zayn -Imito el rizado a su mejor amigo, remplazando el nombre
-No se vale Harold
-Zayn, con quien voy a dejar a las niñas?
-Conozco a alguien qu-
-No, no voy a dejar a mis bebes con alguien extraño
-No es un extraño, por completo.... Se me su nombre
-No me digas?! -Dijo el omega con sarcasmo -nombre, amigos de toda la vida -exagero su voz con sarcasmo, sacando una sonrisa a Zayn
-Eres un aguado -Harry rio con fuerza, quitándose el cinturón cuando Zayn estaciono, para bajar del auto y desabrochar las sillitas de las niñas
-Te espero? -Pregunto Zayn desde le asiento
-No, Zee, no te preocupes, tu tienes tu junta y aquí cerca hay una cafetería que quiero probar
-Bien, cuídate, okay?, si necesitas algo, llama, no importa que
-Si, Zaynie, ya ve, se te hace tarde
El pelinegro se despidió de Astrid y Jules y arranco el auto
Harry aseguro a Jules en sus brazos y con la otra mano sostuvo la manita de su cachorrita, para dejarla en la entrada del preescolar
Se agacho para dejar un besito en la frente de su cachorrita -Promete, que te portaras bien, y por favor Astrid, trata de no caerte ni estrellarte con nada, si?
-Lo prometo mami -Dio un besito en la frente de su mami y corrió para entrar
El omega se distrajo un segundo, cuando sintió un agradable aroma a café y sauce, giro su cabeza tratando de encontrar el dueño del aroma cada vez sintiéndolo más cerca, para al fin encontrar al dueño
Un Alfa.
Un Alfa muy atractivo.
Nuestro Alfa.
Nuestro Alfa muy atractivo.
Harry escucho a su Omega; Magami, hablarle
Era un Alfa alto, usaba un traje negro a la medida sin embargo no llevaba el saco, solo la camisa, sin corbata, ligeramente abierto de los primeros botones, dejando ver un poco su tatuaje cerca de las clavículas, tenía el cabello desordenado, haciéndolo lucir aun mas guapo, con unos ojos azules hermosos, un pequeño rastro de barba, labios finos y con tono de rosa muy tenue
-Hola – Saludo el Alfa, su voz retumbando en las orejitas del Omega, Magami fingió un desmayo de manera exagerada
Pero cuando estuvo apunto de responder alguien interrumpió llevando se su atención por completo
-Señor Styles -Enseguida miro a una profesora que lo llamaba en la puerta
-Si?
-Le comento que hace unos momentos Astrid entro corriendo, pero se distrajo y se estrelló con la pared y no le para de salir sangre de su nariz
Harry estrello su maño en la frente y enseguida entro con prisa y pasos rapidos a la escuela, viendo a su pequeña con sus ojitos rojos y un papel cubriendo su nariz tratando de impedir el flujo de sangre, enseguida se arrodillo enfrente preocupado, marcándola con su aroma
En cuanto Astrid vio a su Mami solo alcanzo a decir -No me dolió... -Y le dio una sonrisita, el omega no pudo evitar sonreír cuando vio su adorable sonrisita sin un diente
Lo que el Omega no noto es que quizá todo estaba siendo observado con adoración por un Alfa de bonitos ojos azules y aroma a Café y Sauce.
Pero solo Quizá.