Me desperté por un rayo del sol pegando en mis ojos así haciendo que los cerrase de inmediato.
Sentí un peso en mis pies al intentar moverme, dirigí mi mirada hacia allí y me di cuenta de que Simba estaba en ese sitio sin moverse de esa posición.
Saque los pies cuidadosamente de las sábanas y me puse de pie con dificultad, agarre las muletas y me dispuse a caminar hasta la puerta donde al abrirla me esperaba Lili.
— Buenos días — me saludo con su agradable sonrisa
— Buenos días Lili — sonreí — ¿Contenta?
— Así es — asintió varias veces
— ¿Y eso a que se debe? — empezamos a caminar hacia las escaleras
— Pues a que estás aquí, viva y que hoy por fin después de años salimos todos juntos de compras — lo dijo con tanto entusiasmo que es difícil no mirarla con ternura
— Ay Lili — la abrace — Hoy va a ser increíble — le juré
Ella me ayudó a bajar las escaleras y llegamos las dos juntas donde estaban los demás y como no estaban desayunando unos deliciosos crepés.
— Buenos días cochinos — salude y me senté al lado de Julia
— Buenos días — contestaron algunos a unísono
— ¿Y porque cochinos? — ya se estaba quejando Dylan
— Porque llegó a venir un poco más tarde y para mi no hay — rieron — Pues yo no me rio, soy yo la que no ha comido en 8 meses eh
— Lo sabemos enana, no te preocupes que no te faltarán — me aseguro Kj
— Eso espero — y en ese momento empecé a comer como una auténtica cochina.
[...]
— ¿Te gusta este? — me pregunto Julia
Agarro un vestido algo escotado color rojo vino, que llegaba por encima de las rodillas y con un pequeño lazo en el costado derecho.
— Es bonito, pero también tengo que pensar en ropa de cada día porque no tengo nada de nada — le dije mirando un conjunto azul marino — ¿Y este?
Ella solo hizo una cara de aprobado y siguió mirando ropa, la verdad me apetecía tener mi ropa, estoy segura de que tengo ropa en casa pero no se donde estará.
Por otro lado los chicos estaban sentados en unos sillones de terciopelo rosa esperándonos, cosa que me causó mucha gracia verlos con cara de amargura y con todas las bolsas de las chicas.
Dylan me pilló riéndome de ellos y se levantó.
— ¿Qué te parece tan gracioso? — quedó a unos instantes de mi
— Vuestras caras — seguí con la risa — ¿Tanto os aburrís?
— Muchísimo — cole hasta salto del sillón
— Pues Vámonos a otro sitio — dije y alzaron una ceja — No me apasiona esta tienda
Fue lo necesario para que Kj me cogiera de la mano y saliéramos de ahí lo antes posible mientras yo reía. Las chicas se quedaron ahí sin saber que nosotros nos habíamos ido a pasear por el centro comercial.
—¿Dónde os apetece ir? — les miré
— Vamos a una sala de juegos — propuso Melton
Y así lo hicimos, pusimos rumbo hacia la sala de juegos a mi paso lento ya que con las muletas era algo difícil seguir su paso así que ellos decidieron seguir el mío, son más adorables.
Llegamos dentro y a los chicos se le iluminaron los ojos cuando vieron las carreras de coches de diez minutos donde te podías montar y manejarlos tú.
— Montaros anda — reí viéndolos
— ¿Y tú? — preguntó casey
— Yo me quedo aquí, viéndoos — sonreí
— No, me quedo contigo — se ofreció Cole y negué
— No, sé que te hace mucha ilusión montarte así que ves, no me pasará nada y te estaré viendo — me sonrió y asintió dejando un beso en mi frente.
Los chicos se fueron a montarse a los coches mientras yo me sentaba en una silla mirándolos desde la parte de arriba, ellos eran los siguientes que salían a la carrera.
Una mano tocó mi hombro y me sobresalté. Mi mirada vio a un chico rubio de ojos verdes como los míos y una sonrisa radiante.
— Hola — saludo — ¿Qué hace una chica tan guapa aquí sola?
— Hola — reí — Gracias pero estoy esperando a mis amigos — señale la pista
— ¿Y qué te ha pasado? — cogió una silla y se sentó a mi lado
— No lo sé — reímos — No sé cómo me lo he echo
— ¿Y te duele mucho? — su tono era preocupante
— Se puede soportar — sonreímos — ¿Cómo te llamas?
— Soy Iván, ¿Y tu? — puso un mechón de pelo detrás de mi oreja
— Me llamo Lena
— Bonito nombre, te pega — alce una ceja
— ¿Me pega?
— Si porque bonito nombre, bonita chica — guiño un ojo y solté una carcajada
Mi mirada se fijó en la carrera y no me di cuenta cuando ya había empezado y cole iba el primero mientras que nos echaba miradas furiosas de vez en cuando.
— La carrera va a acabar y mis amigos son muy protectores conmigo y no me apetece tener una discusión ahora — sonreí algo nerviosa, quería que se fuera.
— Entiendo pero quiero que sepas que no me da miedo que me pillen contigo — se levantó de su silla — Pero como tú me lo pides, me iré, preciosa
— Gracias.
Cogió un papel y escribió algo, después me lo extendió.
— Mi número, por si quieres saber más de mí — guiño un ojo y junto con una sonrisa se fue alejando de mi.
Suspire.
Mi mirada se dirigió hacia la carrera y ya no estaban dentro de los coches, gire mi cabeza hacia el lado izquierdo y los vi viniendo a mí decididos y algunos con cara de ¿Enfado? No sabía descifrarlo pero lo último que me apetecía ahora era discutir después de meses sin verlos.
—¡Hola! — salude alegremente
— Hola — respondió Casey
— ¿Cómo os lo habéis pasado? — me levanté de la silla.
— No mejor que tú — soltó Cole.
— ¿Qué hablas? — fruncí el ceño
— ¿Quién era ese? — me pregunto kj aún intentando contenerse
— Un chico que vino, no lo conozco — alce los hombros
— ¿Y que quería? — Cole cogió el papel con su número que me dio de mis manos. Alzó una ceja con expresión dura — ¿Su número?
— Si — el papel volvió a mis manos ya que se lo arrebaté
— ¿Le llamarás? — preguntó Kj
— No
— ¿Segura? — volvió a hablar
Asentí
— Pues rómpelo — habló Dylan
— ¿Y si no quiero? — ya me estaba molestando la actitud de los Sprouse
— Entonces si le quieres llamar — dijo Melton
— No, pero ¿Y qué pasa si quiero hacerlo? — mi cara de expresión cambió radicalmente.
Cole suspiró.
— ¡No te entiendo! — alzó la voz.
— ¡Yo tampoco a ti! — hablé de la misma forma.
Cogí las muletas y me di la vuelta, aunque mi paso era lento me esforcé por caminar rápido hasta llegar a una tienda de ropa, la primera que encontré y decidí seguir el objetivo, comprar ropa.
[...]
— ¡Por fin te encuentro! — dijo Julia al verme cogiendo un pantalón
Rei
— ¿Dónde estabas? — me miró fijamente
— En la sala de juegos con los chicos — mi mirada seguía mirando la prenda
— ¿Y ellos donde están ahora? — miro a su alrededor
— No lo sé — alce los hombros restándole importancia
— ¿Pero no estabas con ellos? — achicó los ojos — ¿Os habéis peleado?
— ¡Bingo! — sonreí falsamente — Acertaste
— ¿Qué ha pasado?
Yo seguía con mi mirada en ese pantalón así que ella me quitó el pantalón de mis manos así haciendo que la mirara a ella.
— Deja de mirar la ropa y cuéntame qué ha pasado — me miró intensamente
— Nada, que un chico se ha acercado a mí y ellos ya se han puesto como leones.
Julia giró los ojos.
— Siempre igual — asentí — Hay que encontrarlos
— Paso — suspire — No me apetece verles ahora, entiéndeme, he vuelto de un secuestro de ocho meses y me lo pagan así?
Negué.
— Vale, pues voy a buscarlos a ver por donde están.
— Me iré a casa — avise a Julia.
— ¿Cómo te irás? — preguntó mientras caminábamos a la salida de la tienda.
— Avisaré a mi padre que venga — ella negó.
— No es necesario, Lena espérate y vamos todos juntos — cogió mis manos.
— No quiero, por favor — apreté sus manos — Te aviso cuando llegue — le di un beso y me fui por mi camino.
Papá llegó en menos de treinta minutos a mi ubicación, cuando me monté en el coche solo pensaba en llegar a casa y fundirme en un baño de agua caliente y relajarme por unos instantes.
Mi padre solo me miraba, sé que tenía ganas de preguntarme porque no me había vuelto con ellos así que empecé yo.
— ¿Qué, papá? — le mire e hicimos contacto visual
— ¿Qué pasa? — abrió los ojos
— Que sueltes ya lo que me tengas que decir — reí
— ¿Porque has decidido volver antes? — su mirada se dirigió a la carretera
— Básicamente un chico se acercó a mí, me dio su número de teléfono y los chicos no se lo han tomado muy bien — mire mis manos jugando entre ellas — Sobre todo Dylan y Cole, no los entiendo, papá
Él sonrió.
— Lena, ellos solo te intentan proteger, sé que ya no eres pequeña pero para nosotros lo sigues siendo y Cole, es normal que esté así. Te quiere y no puede ocultar sus celos.
Suspire tirando la cabeza hacia atrás.
Papá aparco el coche en la puerta de casa y me miro.
— ¿Qué pasa? — le mire
— ¿Quieres a Cole? — preguntó de repente y me puse bien sentada
— Se lo dije a él en su momento, me contó toda la verdad y me siento verdaderamente engañada todos estos años. Le dije que necesitaba tiempo para adaptarme después de haber salido del secuestro y si, lo quiero pero necesito un poco de calma.
Él solo se limitó a sonreír y a abrazarme con fuerza.
— Tómate el tiempo que necesites, las decisiones son muy importantes.
Sonreímos mientras el con su dedo índice toco la punta de mi nariz como cuando lo hacía de pequeña.