El tiempo había pasado muy rápido. Los amigos de Jisoo y Suho ya se encontraban ahí y, Jennie, se sentía algo sola al ver que todos hablaban. Menos ella, se sentía como la nueva en una escuela.
—Ven aquí, Jenn —le llama Jisoo, palmeando el piso a su lado.
Jennie corrió, pero Suho, a propósito, le ganó el lugar.
—Uy, lo siento mucho, Jennie —el pelinegro se encongio de hombros y Jisoo lo miró mal— ¿Qué? —preguntó al verla.
—Te estás pasando, Suho —murmuró.
Suho chasqueó la lengua, no le había importado.
Jisoo miró a Jennie con un puchero. Su lado izquierdo también estaba ocupado, así que finalmente, Jennie se sentó del otro lado.
Todos hablaban de cosas triviales, finalmente Jennie se había unido a la conversación, cayendoles bien a todos y haciendo a Suho enojar por eso.
De repente, Karina dice:
—Oigan. Vi en internet que, según el lenguaje corporal, cuando estás sentando en círculos grandes de gente, como este, tus pies siempre apuntaran hacia la persona que llama más tu atención dentro de la habitación —todos comenzaron a reír.
—¡Tonterías! —dijo Jungkook.
—¿Qué? Lo dice la psicología, bola de ignorantes...
Mientras la pelimorada se excusaba y los demás reían, Jisoo y Jennie voltearon a ver hacia sus pies y después ver hacia quién apuntaban. Cuando sus miradas se toparon, se sorprendieron, así que comenzaron a sonrojarse y esquivaron sus rostros instantáneamente.
El corazón de ambas latía tan rápido. Jennie sentía sus mejillas arder. Jisoo se mordió el labio con nervios, tomando algo de vino para calmarse.
Pero Suho había visto. Él también quería ver hacia quién apuntaban sus pies. Y, obviamente, estos apuntaban hacia su prometida. Pero se había dado cuenta de lo que había ocurrido entre ambas.
Comenzaba a molestarse. Era más que claro que pasaba algo.