Anochecer Tras El Amanecer (D...

By Dylivm

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La historia de Louis Gerald Train sigue, pero ahora en México y no sabe si algún día para encontrar a su más... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capitulo 11
Capítulo 12
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capitulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19: Final

Capítulo 13

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By Dylivm

Oficialmente Richard Vallaj y yo, Louis Gerald Train, ya éramos una pareja; me puso bastante feliz ese hecho porque, lo voy a decir, entre Richard y yo había un vínculo irrompible desde la primera vez que nos encontramos en junio del año 2020; el año donde el mundo se fue a la mierda por la maldita pandemia que nos tocó vivir. Y hablando de eventos desafirtunados. Me vacunaron contra el virus del covid-19; tres dosis, gracias a esto fue que nunca me infecté de covid.

Tras terminar de hacer mis cosas que hacía diario (comencé a hacer rutinas de ejercicio porque me empezaba a ver un poco más gordito; aproximadamente unos 3 kilos más de mi peso ideal, y aunque no tenía problemas con mi peso, me puse a pensar que podría lucir un poco menos atractivo para mi novio Richard Vallaj; cielos, ¡qué fantástico sonaba decirlo en voz alta!). Como decía: tras terminar de hacer todos los pendientes que tenía, caí en la cama bastante rendido y caí en un profundo sueño; pero mi tono de llamada me despertó apenas un par de horas después de ir a la cama.

—¿Hola? —sí, era mi mamá y sonaba aún más triste de lo normal, estaba llorando y eso no era algo que fuera común en ella—. ¿Mamá? ¿Todo bien?

—Tu papá me fue infiel —¡no es cierto! ¡Estúpido bastardo! ¡Dios mío!—. No sé cuántas veces lleva haciéndolo, solo sé que necesito unas palabras de apoyo —escuchar a cualquier mamá sollozar era algo que no se le deseaba ni a tu peor enemigo, ella se escuchaba fatal y no era justo. La señorita Theresa Brown se merecía el cielo entero y todo lo bueno de la vida. Me referí a ella por su nombre de soltera, porque dejé de considerar a David Train como mi padre en ese preciso momento.

Seguí escuchando a mi mamá mientras les escribía a mis compañeros de mi trabajo que no me presentaría en un mes, sí, me amenazaron y tal vez perdí mi empleo con la disquera. Pero eran problemas personales y debían entenderlos (sí, ¡eran problemas personales que necesitaban arreglarse ya!). Tras escribirles, comencé a buscar el vuelo a Chicago más próximo. Decidí viajar en una agencia de viajes muy segura y con buena reputación; además de contar con un precio accesible, el vuelo más próximo podría ser a las 9 am y costaba menos de diez mil pesos mexicanos; pero si quería un vuelo rápido serían más de diez mil y menos de catorce mil pesos mexicanos; no contaba con ese dinero (todos los gastos de mantener una casa: agua, luz, gas, internet, renta), así que elegí el vuelo de $9,688 por un mes de viaje. Pero antes debía saber qué fue lo que había pasado y cómo fue que mamá se dio cuenta de lo que había pasado.

—Encontré lápiz labial color carmín en la camiseta de tu padre, además de también haber encontrado cabellos rubios en su saco —mi mamá estaba llorando y sollozando porque no podía creérselo. Solo que había una incongruencia ahí, así que solo dije:

—Ah, ok, entiendo, es una tragedia. Pero, oye, mamá, creo que te estás olvidando de un pequeño detalle —olvidó algo, la incongruencia de la que hablé—. Tu cabello también es rubio y tú usas lápiz labial color carmín.

—No quieres hacerme Gas Lighting en este instante, jovencito —mi mamá me comenzó a platicar que ese día no usó lápiz labial ese día y que llevaba teñido su cabello de rojo desde hacía un mes (más o menos) antes de la llamada (julio)—. Eso fue la primera vez.

—¿Hubo más?

—Sí, dos veces más y la más reciente fue hoy: fui a su despacho, porque olvidó la cena, y me encontré a una señorita sentada en las piernas de tu padre mientras le daba respiración de boca a boca.

—¿«Respiración de boca a boca»? —hablé con voz crédula y mamá refunfuñó.

—Se estaban besando, solo quise usar un eufemismo, Louis Gerald —en ese momento, mi vuelo ya estaba pagado.

—Pedí un vuelo, sale mañana en la mañana y llego allá a la una de la tarde, mamá.

—¿Que hiciste qué cosa? —luego de regañarme y decirme que no era necesario que fuera a verla; le dije que ya estaba hecho el pago y que eran aproximadamente menos de quinientos dólares estadounidenses—. Cariño, no debiste hacerlo, estaré bien; solo necesitaba desahogarme con alguien y tú fuiste mi primera opción.

—¿Realmente lo fui?

—De acuerdo, tu abuela fue la primera opción; pero resulta que ella y tu abuelo están en Hong Kong con todo y pandemia.

—Pero después fui yo, ¿verdad?

—Probablemente llamé a tu tía, pero recordé que tuvimos un par de problemas por la cena de navidad de hace cuatro años.

—Ok, ¡no me interesa saber qué número de opción fui! —casi grité, sin embargo, sí me interesaba—. Voy para allá, llego a la una de la tarde.

—Con cuidado, amor. Nunca quise que renunciaras a tu trabajo ni a tu sueño por mí —ellos debían entenderlo, porque eran problemas personales, mamá casi volvía a llorar—. Dice mucho de ti como hijo que hagas eso por mí.

—¿Es una broma, mamá? —ella me negó mientras engujaba sus lágrimas y se sonaba la nariz—. No es nada, comparado a todo lo que has hecho por mí, ¿sabes?

—Gracias, cariño —después, mamá se despidió y eligió seguir durmiendo, al igual que yo; pero ¿dónde estaba papá? ¿Por qué tanto misterio? Who knows?

Decidí seguir durmiendo un ratito más, pero no pude hacerlo porque mi equipaje no iba a empacarse solo, decidí tomar: camisas, pantalones, ropa interior, lentes de sol, muchísimos cubrebocas y un par de dulces mexicanos; palanquetas de cacahuate y alegrías de amaranto (bastante sabrosos, a decir verdad) para mi madre. Después sí me fui a dormir y decidí poner mi alarma a las cuatro de la mañana porque se supone que debía llegar unas dos horas antes al aeropuerto. Desperté y rápidamente me di una ducha, desayuné algo ligero y volví a revisar que todo estuviera en orden y en su lugar.

Basura✓
Equipaje✓
Ventanas cerradas✓
Gato…

¿QUÉ? Me llevé mi mano a mi cara, ¿qué carajos iba a hacer con Hades? Llamé a Diego, llamé a Leo y llamé a Fátima; no pensaba dejar a mi gatito en manos de Jair, Esteban o alguien de la discográfica.

Fátima me respondió:

—¡Buenos días, Louis! —me saludó alegremente—. ¿Todo en orden? ¿A qué debo el honor de tu llamada?

—¿Cómo estás, Fátima? —intenté no hacer mucha conversación con ella debido a que ya era algo tarde y debía estar en el aeropuerto muy temprano, quizá solo dormiría un par de horas. Pero elegí ser sincero con ella y le pedí, de favor, que si podía mudarse a mi casa un mes para cuidar a Hades. Ya iba saliendo de mi casa con todo y maletas.

—No creo poder mudarme aún, hablaré con mi mamá y depende mucho lo que ella me diga; aunque sí da por seguro que hoy iré y trataré de quedarme lo más que pueda a cuidar a Hades. Me encantan los gatos, ¿sabes?

—Te lo agradecería mucho —hablé sin ningún tipo de condescendencia en mi voz o algo parecido—. Te dejo la llave debajo de mi tapete de entrada, yo estoy por salir y confío en que lo harás.

—No te preocupes, ¿puedo invitar a Diego y a Leo? —le respondí que sí, sí los podía invitar—. Mil gracias, eres un sol, no haremos nada malo, puedes estar tranquilo. Suerte en tu vuelo y ya vete porque ya son cuarto para las siete; básicamente, me despertaste —me disculpé y despedí de ella, llamé a un Uber y me fui en dirección al Aeropuerto; no llegué tan tarde (de hecho, el Uber tardó en llegar como 28 minutos a una calle cerca del aeropuerto, tuve que caminar después). Claro que en el aeropuerto había mucha gente que esperaba que les diera un autógrafo o una foto (mis fans me reconocieron, a pesar de que llevaba gafas de sol), tuve que negarme a un par. Todo por no llegar temprano a mi vuelo.

Pero en el vuelo me fue bien, llegué bastante tranquilo a mi destino principal: Illinois (ya estando ahí, tomé otro taxi hasta mi casa; crecí en Itaville, una ciudad a las afueras de Chicago, e Illinois estaba cerca por veinte minutos en auto). Por obvias razones, ya no tenía llaves de mi casa (y quizá mamá había cambiado la cerradura). Cuando golpeé la puerta y presioné el timbre, pude percatarme de que no había nadie en casa (mamá debería estar en el hospital y solo deseé que haya echado a mi padre de su casa).

Me fui con mis maletas al parque Orange para relajarme un poco (decidí ponerme mis lentes de sol; otra vez, una bufanda, mi cubrebocas y un sombrero. Un look nada fuera de lo ordinario; sarcasmo, para que nadie me reconociera, lo peor fue que sí funcionó). Fui al Walmart más cercano y me compré una Coca-Cola bastante fría, porque el calor me mataba, y un paquete de cigarrillos (ya que se consideraban drogas a nivel mundial y una de las reglas de todos los aeropuertos era que no se podía viajar con drogas a otros países o estados).

Llegué al parque Orange y vi los árboles con su tronco color café; café… ese color me recordaba al café que tiró Marcus el día que me reclamó por ser un poquito más popular que él y también, ese mismo día, Lezley me llamó por primera vez «amigo» (asimismo reconoció que no estaba del lado de Marcus Miller; todo un drama). ¡Mi vida era un puto drama, carajo! Eran aproximadamente las dos de la tarde en punto; en ningún momento me quité ni mi sombrero, mis gafas de sol o la bufanda; a pesar del calor, me los dejé puestos para que nadie me reconociera.

—¡Te veo y no lo creo! —ay, Dios, no; ¡una fan me reconoció! Tal vez era mi fan #1 y más personal—. Aunque traigas todo ese disfraz encima, puedo saber que eres tú, Louis Gerald. No te ocultes —pero se trataba de mi mejor amiga, y mi más grande fan: ¡la señorita Lezley Anderson!, se aproximó a mí para, de esta forma, estar frente a frente ella y yo—. ¿Qué haces aquí solito, my dear friend?

—Quise darme un break del mundo del espectáculo, mi estimada —le di un abrazo en cuanto le expliqué; más o menos, la razón por que me encontraba en Itaville a mitad del mes de julio—. ¿Tú qué haces aquí?

—Vivo aquí, quiero decir; estoy aquí durante mis vacaciones y vuelvo a la escuela en septiembre —ella también llevaba un cubrebocas (la seguridad ante todo, claramente)—. No creí volverte a ver por aquí jamás.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Quiero decir que tú ya estás empezando a ser conocido a nivel mundial, entonces asumí que no regresarías a tus viejas raíces, porque estás en el pico más alto de tu carrera. Algo así como la película de Hannah Montana —Lezley y su analogía son dos cosas de las que me consideraba fanático.

—Lo sé —soné un poquito soberbio—. Pues estoy aquí, dándolo todo, ¿sabes quiénes harían falta?

—¿Nosotros? —Logan se aproximó a nosotros junto con Ryck y Candy. Lezley, al igual que yo, se emocionó y corrió a abrazar al grupito que recién llegaba.

You bitch! —me paré en frente de Candy, con la finalidad de recordarle lo que nos hizo en la despedida de Marcus Miller hacía unos años atrás—. ¿Quién te crees que eres? ¿Por qué carajos fingiste que no nos conocías?

—Louis, cálmate —Logan lo pidió amablemente—. Te lo pido por las buenas, no me hago responsable de lo que te haré si me obligas a pedírtelo por las malas.

—Déjalo en paz, Logan, él tiene una buena razón para enfrentarme —Candy me defendió—. Creo que les debo una explicación a ustedes tres —nos señaló a Ryck, Logan y a mí—, así como también te debo una explicación a ti, Lezley. Acomódense, por favor.

Buscamos el lugar donde ensayamos para el show de talentos hace cinco años. Wow! Recuerdos desbloqueados. También nos acomodamos de tal forma que parecíamos un semicírculo humano.

—Tengo que admitir que me salí del grupo de WhatsApp, sin avisarle a nadie, porque me avergoncé un poco de ustedes y el grupo. Y está el hecho de que  nadie hablaba —tal vez todos la miramos con una mirada de pocos amigos, Ryck estuvo a punto de levantarse e irse de ahí, solo que Candy detuvo su marcha y no pudo salir—. No hablábamos de nada importante y quise buscar otros aires en la universidad; Katherine y Marie me convirtieron de la perdedora que fui en Apple White a una diva universitaria.

—¿Katherine y Marie estudian en Yale?

—Correcto, Logan

—Continúa —le pedimos Ryck y yo.

—Me comentaron que ellas me transformaron. ¡Y tienen toda la boca llena de razón!, ellas me recomendaban qué ropa debía ponerme, calzado, peinado y qué bolso debería usar para que las tres fuéramos combinadas a la escuela.

—Esas brujas —Lezley susurró y le asesté un golpe con mi codo para avisarle que la escuché, así fue como ella y yo comenzamos a reír por lo bajo.

—¿Eran una especie de Mean Girls? —Ryck me robó las palabras, estuve a punto de hacer la misma pregunta. Pero él me ganó.

—Sí y Katherine era Regina George, Marie era más como Gretchen y Karen; yo era Cady Heron —después de que Candy mencionara el nombre de Gretchen, se me vino a la mente la plática que Richard tuvo con su asistente del mismo nombre: Gretchen, y cómo se refirió a mí como su novio for the first time in forever. Sonreí a pesar de todo lo malo—. ¿Dudas?

—No, Candy, pero es mi turno de hablar, quiero darles un anuncio algo importante.

—Adelante, Louis.

—Lezley, Candy, Ryck y Logan…: Richard Vallaj y yo por fin somos novios, oficialmente —me emocioné y vi las miradas de ellos (Ryck y Logan) sonrieron como si de verdad estuvieran sintiendo esa felicidad por mí—. Oficialmente él me lo pidió y no pude negarme; aunque sí lo dudé un poquito.

—¿Eres feliz con él? —preguntaron Lezley y Candy al mismo tiempo.

—Bastante feliz —me abrazaron, deseándome el mejor de los éxitos.

—Espero que no te haga daño, Louis… —la verdad es que Richard a veces lo hacía, salvo que decidí saltarme esa pequeña e insignificante parte.

—De lo contrario, le va a ir mal —Ryck terminó de decir lo que Logan estaba diciendo.

—También habrá daño por mi parte si te hace algo, Louis —gracias, preciosa Lezley.

—Estamos juntas en eso, chica —Candy se apoyó del hombro de Lezley.

—Son las mejores amistades y las mejores personas que he conocido… en años.

—Hay que hacer una promesa, Lezley y ustedes tres —nos señalo a Logan, Ryck y a mí—. Tenemos que prometer que estaremos aquí para nosotras y nosotros, este lugar, donde nos comentó Lezley que Marcus Miller tiró su café y que usamos para ensayar los pasos de baile destinados al show de talentos. Pero al final cambiamos la canción y ya no bailamos nada, como sea. Este será nuestro lugar seguro. Solo estiren su mano y el resto las ponemos una encima de la otra —dicho lo cual, Candy estiró su mano dentro del círculo que formamos.

—Aquí también fue el lugar donde Lezley, por primera vez, me llamó «amigo» —sonreí por lo bajo al recordar esos viejos recuerdos.

—Lo sé —Lezley me envolvió en un abrazo enorme y muy cariñoso—. No nos equivocamos al confiar plenamente en ti, y ahora eres mi mejor amigo, Louis.

—Lo prometo —Logan fue el primero en estirar su mano, después de Candy, dentro del centro del círculo humano que nuestros cuerpos formaban.

—Lo prometo —con una sonrisa deslumbrante, Ryck estiró la mano y la puso encima de la extremidad de Logan; volví a tener recuerdos desbloqueados por su fingida relación y cómo eran el uno con el otro. Tan lindos.

—Lo prometo —extendí mi mano con un gran entusiasmo y sostuve la mano de Ryck, este me miró y sonrió (¿todavía sentía algo por mí? Quizás).

—Candy, chicos… —¿Lezley no estaba segura de poner la mano encima y sellar la promesa?—. Siento mucho amor por ustedes cuatro ¡y no estoy dudando en colocar la maldita mano encima de la mano de Louis!, lo prometo —sonrió y colocó su mano encima de la mía; el orden de las manos fue: Candy, Logan, Ryck, yo y Lezley hasta el final, parecía un sándwich con la mano de Candy como base y la mano de Lezley como cierre. Candy nos cantó a Lezley, Ryck, Logan y a mí el coro de la canción que cantaron en el show de talentos. Esa canción de Little Mix.

—“Always Be Together” —Lezley mencionó el título de la canción; nuestra canción, por siempre y para siempre—. Y espero que así sea por siempre.

Decidí abrazar a mi grupo, me devolvieron el abrazo y esos momentos en mi vida eran los mismos que me llenaban de felicidad, alegría y amor. No había resentimientos por parte de Logan o Ryck, porque fuimos amigos mucho antes de ser pareja (Logan) y nunca hubo problemas con Ryck por el hecho de que sentía un poco de atracción por mí. Todo en orden con respecto a los dos. Me separé del grupo y solté un grito cuando pensé que olvidé por completo mis maletas con todo mi dinero, las llaves de mi casa, mis tarjetas de crédito, mi teléfono celular, mis identificaciones; ¡todo estaba ahí y lo perdí!

—¡Creo que perdí mis maletas! —¡me quería morir!, comencé a hiperventilarme porque mis cosas no estaban por ningún lado (comencé a llorar después de la hiperventilación)—. Ya no tengo nada, ¡nada!

—¿Dejaste tu iPhone en tus maletas?

—Sí, olvidé mi maldito iPhone justo ahí, ¿qué voy a hacer?

—No sé, ¿rastrearlo con el rastreador de iPhone? —Lezley siendo Lezley.

—Maravillosa idea.

—O puedes comprarte otro —Ryck y Candy encogieron los hombros.

—El problema no es el teléfonoz ahí tenía su visa, pasaporte, identificación oficial tanto de México como de París y Estados Unidos…

—De París no, amiga —interrumpí un poquito a Lezley—. Nunca fui parisino.

—Les decía que tiene identificaciones de México y Estados Unidos, su dinero y su ropa, ¿tienes algo de ropa en la casa de tus padres, Louis? —dije que sí con la cabeza.

—¡Él se preocupa por cosas más importantes que un maldito iPhone!

—Llena los formularios que te pide la página de iCloud —eso hice y mi teléfono parecía seguir en el parque Orange, lo cual me parecía muy fuera de lo común. Pensaba que alguien ya se lo había llevado a otro lugar.

—Según esta cosa dice que está aquí, pero el parque es enorme para buscar unas maletas —comencé a preocuparme mientras se activaba mi sexto sentido.

—Tienes amistades que te ayudarán a buscarla —Ryck me ofreció una sonrisa que irradiaba sinceridad. ¿Por qué de repente Ryck me parecía muy guapo si yo estaba con Richard? Esos ojos azules y esa sonrisa contagiosa… ¡No! Mi corazón era de Richard Vallaj y punto.

Estuvimos deambulando por todo el parque sin ningún resultado de mi maleta.

—¿Alguien puede explicarme cómo es que fue posible haber perdido mis maletas con todas mis cosas? —estuve al borde del llanto (otra vez)—. ¿Podemos rectificar y rehacer nuestros pasos?

—Logan, Ryck y yo llegamos con Lezley y contigo; sí, realmente solo íbamos pasando, y aún tenías tus maletas contigo, Louis —extrañé tanto a Candy—. Después nos movimos a donde ensayamos para el show de talentos, y honestamente, ya no me fijé si seguías teniendo tus maletas.

—¡Tenemos que rectificar! —casi grité, Lezley puso su mano en su oreja para simular que la iba a dejar sin escuchar por mi grito—. Hay que ir a donde estábamos Lezley y yo, una vez ahí, ustedes llegan por donde llegaron y vamos siguiendo los mismos pasos, sin tomar atajos.

Y así lo hicimos, rectificamos nuestros pasos (al mismo tiempo, yo no paraba de decir que necesitábamos rectificar para ver si las dejé en algún lado).

—Suenas como Scarlett de la película As Above, So Belowy Logan tenía razón en todo lo que decía—. ¿Sí recuerdas que vimos esa película en Netflix alguna vez, Gerry? —¡carajo, Logan!, Lezley, Candy y Ryck lo apoyaron en lo que dijo.

—Lo siento si suena así —me sinceré con mis amistades—. Pero es que, después de ver esa película, me parece importante e interesante que rectifiquemos todo para saber si no hicimos algo mal y que esta vez salga bien, ¿me entienden?

—Sí, te entendemos completamente, amigo.

—Oigan, quiero hacerles una pregunta un tanto importante —nadie sabía lo que Ryck iba a preguntarnos, así que le dijimos que podía preguntar lo que él quisiera.

—Adelante —me miró tras decir esto.

—¿Se imaginan qué hubiera pasado si yo hubiera estado con Louis Gerald en vez de Logan?

—No tenemos tiempo de esas cosas, ya pasaron años —y Lezley tenía razón, Ryck ya estaba grande para ese tipo de cosas.

—Te diré qué hubiera pasado —me preparé para el mejor speech ever—. Tal vez hubiéramos durado muchos años, tal vez nunca me hubiera ido a París, hubiera aprovechado la beca que Richard me regaló y simplemente hubiera estudiado teatro musical para hacer musicales en Broadway y tal vez me hubiera convertido en un famoso actor; mi sueño de verdad, ¡esto de ser cantante is bullshit!

—¿Nunca te hubieras enamorado de Richard? —¿lo dijiste de verdad, Candy?

—Probablemente no, nunca —me dolió imaginarme mi vida sin él a mi lado y que en su lugar estuviera Ryck, tal vez no hubiera habido tanto drama como con Louchard, tal vez y solo tía vez. Pero solo se trataba de un simple y sencillo “what if?.

—¿Aún te gusta? —deseé que Logan cerrara la boca por un segundo, Ryck se quedó callado y nos empezó a preocupar su silencio. Al mismo tiempo deseábamos que hablara, lo deseé mientras Ryck me estudiaba en silencio—. ¡Habla ahora, maldito cobarde!

—Cállate, por el amor de Dios, Logan.

—Ahí están tus cosas, Louis Gerald —por fin Candy las encontró y fue por ellas, estaban reposadas en un árbol cerca de donde estábamos—. Voy por ellas mientras ustedes siguen su discusión —Candy comenzó a caminar por mis cosas, le pedí que no fuera por ellas; claro que ella no escuchó y me dijo que no me preocupara por absolutamente nada.

—En cuanto a ustedes dos —Lezley se preparó para regañar a ambos—. Logan, deja a Ryck en paz, si le gusta o no le gusta Louis, ¡es su maldito problema! Y Ryck, ¿realmente eran necesarias aquellas preguntas que hiciste? —Ryck respondió que «solo sentía curiosidad». That was some bullshit!

What kind of person do you think I am? A bad one? —no se dirigió a nadie en particular.

—No, no eres una mala persona —¿en qué momento había vuelto Candy a nuestro grupo con mis cosas?—. Entiendo que tu intención no era mala, solo que no usaste las palabras correctas, Ryck.

—¿Dijiste que no dijo las palabras correctas, Candy? —¿no podías cerrar la boca un rato, Logan?

—Sí, Logan, no dijo las palabras correctas.

—Me parece que fue más que eso.

—¡Ya cállate la puta boca, Logan! —Ryck ahora se defendió—. Solo fue una maldita pregunta.

—Fueron dos —Logan levantó los dedos índice y corazón, haciendo el símbolo de Love & Peace, de su mano derecha para indicarnos que Ryck nos había hecho dos preguntas.

—¿No entiendes que te calles la puta boca, Logan? —jamás me imaginé a Candy gritarle una palabra altisonante a Logan.

—A ver, el problema aquí es que no me quiero callar, Candy. Tengo mucho que expresar y existe la libertad de expresión aquí y en el resto del mundo —«por favor, Logan, deja de hacer el problema mas grande y cállate», pensé. Lo que dijo después nos sorprendió al grupito de exestudiantes de Apple White que estábamos ahí presentes—. Es tu culpa, Louis Gerald Train.

—Desde que existe la libertad de expresión, expresas puras idioteces, Logan —susurró Candy, pero nadie (salvo yo) la escuchó.

—¿Cómo dices, perdón? —Lezley tampoco entendía qué pasaba y fue por eso que le preguntó esto a Logan con una actitud desafiante.

—Yo estaba enamorado de Louis, se acercó a nuestra mesa, ¿y qué dijo exactamente?

—¿No lo recuerdas, Logan? —lo miré a los ojos—. Tú estuviste ahí cuando todo eso pasó —y encogí los hombros.

—Quiero estar seguro de que ellas lo recuerden —se colocó frente a mí y nos miramos con una mirada que irradiaba odio entre ambos—. ¿Tienes algún problema con eso, Louis Gerald?

—Prácticamente, dijimos que Louis no se podía sentar con nosotros porque no sabíamos si era un cabrón como lo fue Marcus Miller conmigo al inventar que tengo un Teratoma —Lezley fue la primera en hablar.

—Es correcto, si nunca hubieras llegado a nuestra mesa, tal vez nunca hubiera pasado nada de esto.

—Me acerqué a su mesa porque ya estaba harto de Marcus Miller y todo lo que me hacía —intenté defenderme, porque no era posible que fuera mi culpa—. Ya hablamos de esto y varias veces.

—Y ahora lo perdonaste.

—¿Y? ¿Tiene algo de malo? —se lo cuestioné a Logan—. Tú también lo perdonaste por lo que te hizo y eso fue igual de grave.

—¡Ya cállense y dejen de pelear, por favor! ¿Quieren? —Candy se veía desesperada porque estábamos volviendo a pelear—. Sí, si peleamos es culpa tuya, Louis Gerald, y por favor, cállate. No se te ocurra decirme una sola palabra —y sí me callé.

—Va a ser un poco difícil si consideramos que Louis Gerald no hace lo que le sugerimos —Logan encogió los hombros.

—¿Por qué tanto odio hacia mí? —arremetí contra Logan y me abracé a Ryck (parecía ser mi nuevo lugar seguro, pero solo era por el cariño que le tenía)—. Mejor dicho, ¿por qué tanto odio hacia nosotros dos? ¿No puedes superar que conseguí a alguien mejor? Además de que tú fuiste quien decidió que Ryck y tú tuvieran una falsa relación, y de esta forma, yo la rompiera; ¡qué enfermo!

—¿Fue idea de Logan?

—No me digas que no sabías, Lezley.

—Ni yo —Candy tampoco sabía.

—Pues sí, Logan lo planeó todo para hacerme quedar como el villano de la historia; ahora lo saben —encogí un poco los hombros al tiempo que intenté separarme de Ryck, él decidió atraerme más hacía sí mismo, y para ser sincero, yo lo dejé. Porque me sentía bien abrazándolo.

—Se siente tan bien abrazarte después de mucho tiempo —susurró en mi oído—. Ojalá pudiera quedarme así contigo por siempre.

—Tengo novio y no lo pienso dejar por nadie, Ryck —también le susurré—. Ya hay que soltarnos, ¿no crees?

—Un minuto más, por favor —se lo concedí y me lo agradeció.

—Ya suéltalo, ¿no? —Logan siendo él mismo. Por eso decidí romper con él, Dios—. Se suponía que tú tienes novio, Gerald.

—Es que fue mucho el sentimiento de extrañarlas y extrañarlos a ustedes, amistades —Lezley, Candy y Logan se echaron a reír—. Menos a ti, Logan —nos echamos a reír una fuerte carcajada, otra vez (menos Logan)—. Tu risa es tan hermosa y melódica, Ryck.

—Ten por seguro que si nunca hubiera estado con Logan, nosotros hubiéramos estado juntos —creo que le di esperanza de estar conmigo—. Solo que no podemos estar juntos porque estoy con Richard Vallaj, lo sabes, ¿no? —y se la quité. ¿Fui un maldito por darle esperanzas para luego quitárselas? Sí, lo fui, y siempre lo seré.

—Conseguiré a alguien más. Aunque, es invaluable lo que me hiciste sentir desde que me di cuenta de que estoy enamorado de ti —¿por qué de repente me llovían tantos pretendientes? Quiero decir: Logan, David, Richard, Diego, Leonardo y ahora Ryck; en orden de a quien le gusté primero (o eso pensé). De hecho, Ryck fue el primero, de toda la lista, en sentir atracción por mí. Entonces la lista quedaría así: Ryck, Logan, David, Richard, Diego y Leonardo.

—¿Qué tanto murmuran ustedes dos?

—Logan, ya cállate, ¿quieres?

—Lo dijo Lezley —esta vez sí habló Logan, ¡ay, por Dios!

—¿Qué te pasa y por qué sigues abrazado a Ryck? —Candy tenía razón.

—No sé, es que no nos hemos visto en años, simplemente, lo extrañaba mucho y quise abrazarlo —pensé que eso que dije no me iba a servir de nada.

Saqué mi teléfono móvil de mi bolsillo trasero (sin soltar ni un segundo a Ryck), la pantalla se encendió tras recibir una notificación de un mensaje.

«—¿Adivina quién está en Itaville y te está viendo abrazar a tu amigo? ¿Cómo se llamaba?». Me llegó un mensaje el cual provenía de un número desconocido, probablemente, alguien lo haya enviado a través de un teléfono desechable. Y por «alguien» me refería a mi más grande fan. O solo que se hubiera tratado de…

—¡Ay, no, Richard! —grité al tiempo que Ryck y yo nos soltábamos para ver mi teléfono.

—¿Qué pasó? ¿Richard está aquí? —no, pero ojalá lo estuviera.

—No, él no está aquí, o eso creo. Aunque, de hecho, no estaría nada mal que estuviera aquí —le respondí a Candy, de repente ellas y ellos me miraron con una mirada horrorizada por haber soltado mi comentario después de estar tan cariñoso con Ryck.

So what? —y Ryck se veía bastante molesto conmigo por separarme de su abrazo. Pero sí, debo admitir que me estaba muriendo de calor (a pesar de que era una época en donde la temporada de lluvias estaba presente).

—Apuesto a que no saben quién me escribió —les mostré el mensaje—. ¿Y bien? ¿Qué opinan?

—Pensé que el acoso…

—Yo no lo considero acoso, Logan —lo interrumpí de repente de una forma abrupta.

—Pensamos que el hecho de que ese loco te estuviera mandando mensajes ya había terminado hace muchos años, Louis —yo también lo creía, Lezley.

—Al parecer no —le respondí y comencé a pensar en si me había tomado una foto (de hecho, eso sí era acoso).

—También me mandó un mensaje cuando yo estaba en México, me escribió que si estuviéramos en el mismo país y en el mismo pueblo, ya hubiera dejado atrás el anonimato.

—¿Tú crees que de verdad lo haga?

—Espero que sí, Candy. Aunque, de hecho, me encanta el anonimato que mantiene, lo vuelve sexy.

—Te dije que dejaría a cualquiera de nosotros dos por él, Ryck —¿no tenías otro lugar para decir estupideces, Logan?

—¿Qué carajos te pasa, Logan? ¡Ya cállate, ¿no?! —las personas que estábamos ahí reunidas pensábamos igual que Lezley, pero ella fue la única en decirlo. Logan hizo ademán de cerrar la boca como si se tratara de un cierre—. Just like that, that's how I like.

—¡Gracias, Lezley! —Ryck y Candy le agradecieron.

—Aunque ya llevábamos un rato pidiéndole que se calle y no hacía caso —refunfuñé y vi la mirada de Logan, estaba ansioso por hablar, pero se calló y no dijo nada más.

—Siempre me hace caso a mí —Lezley mostró orgullo ante su comentario.

Me sobresalté cuando mi teléfono celular empezó a vibrar, vi la llamada y era el mismísimo Richard Vallaj (me llamó a través de una videollamada vía FaceTime); entré en crisis y pensé en no responderle, al final sí lo hice.

—¡Hola, Richard! —me puse un poquito (bastante) nervioso.

—¡Mi amor! —Ryck comenzó a verme con cierto tipo de tristeza por verme hablar con mi novio.

—¿Todo en orden, cariño? —una gota de sudor frío resbaló por mi cuello y cayó al piso.

—Eso mismo me pregunto yo, ¿estás bien? ¿Por qué estás sudando? —mierda, me atrapó—. Yo salí a comer y recuerda que ya se me permite tener cualquier tipo de aparato electrónico.

—Todo en orden, corazón; estoy sudando porque me dio un poco de calor…

—No hace calor —Lezley me interrumpió.

—¡Shhhh! —le siseé a Lezley para que se callara—. Would you shut your mouth, please? —Lezley puso los ojos en blanco y se calló la boca.

—¿La que habló fue Lezley? —tal vez me atrapó—. ¿Qué haces en Itaville? Pensé que ya no íbamos a volver a Itaville tras lo que pasó hace dos años.

—Sí, así era, es solo que… —vi las miradas de Lezley, Candy, Ryck; en especial la de él y Logan, prestando especial atención a cada detalle de lo que decía—. Quise venir a recordar viejos tiempos y nunca pensé encontrarme con Lezley, Candy, Ryck y Logan; salió mejor de lo que esperaba.

—Después perdió sus maletas, Richard —sí, era bastante raro que Ryck y Richard interactuaran entre sí el uno con el otro. Fue muy raro—. Y Candy las encontró; pero me abrazó a mí porque era la persona más cercana a él, fue un tierno abrazo.

—Dile también que… —Logan iba a hablar, Lezley le dio un ligero y discreto golpe en las costillas con su codo para que Logan cerrara la boca, después de eso, lo tomó por el cabello y se acercó a su oído. Seguro Logan iba a decirle a Richard que estuve abrazando a Ryck por un largo rato y que me preocupé porque pensé que Richard se había enterado y esa era la razón de su llamada—. Que Louis estaba bastante feliz de haber encontrado sus maletas.

—Gracias, Logan —mi actual novio le agradecía a mi exnovio… ¡qué tétrico era eso!

Richard se quedó hablando con nosotros un largo rato y todo el tiempo me decía que me extrañaba. ¡Qué hermoso y precioso era mi novio, qué bello era referirme a Richard como mi novio!

—¿Sabes? Si me hubieras dicho que estarías en Itaville, hubiera ido contigo. Por lo menos un rato —me vinieron mariposas en el estómago al pensar en qué hubiera pasado si Richard hubiera ido conmigo, me hubiera encontrado abrazado a Ryck y luego se enterara que lo abracé por un largo, largo, largo rato—. ¿Por qué no me comentaste nada? ¿Sabes si Jessie, Marcus, Sean, Kevin, Lemus y Graham están ahí?

—¿Solo querías venir a Itaville por estar con tu exnovia y con ellos? —decepción total—. Dios mío, ¡qué trágico!, hubiera preferido que no me dijeras nada —el resto de mis amistades me miraron con cierto detenimiento e incluso Lezley me dijo: no es cierto que de verdad le dijiste eso a Richard—. Él es uno como cualquiera de ustedes; una persona que hace lo mismo que hacemos.

—No, Louis Gerald, no solo quería ir a Itaville para estar con Jessie y con el resto; sino que también quiero verte a ti y las personas con las que estás: Lezley, Candy, Ryck y Logan.

—Te perdono —sonreí con un poco de sarcasmo.

—¿Perdón? —Richard parecía molesto.

—Sí, ya te dije que te perdono —volví a sonreír de forma sarcástica y le lancé un beso.

—No creo necesitar tu perdón, Louis Gerald, de hecho, tú deberías estar pidiéndome perdón por el amargo rato que me hiciste pasar —Richard puso los ojos en blanco.

—¿Te pido perdón de rodillas y con los ojos llorosos as I used to? —esta vez él se sonrojó, pero se sonrojó de ira, y dio por terminada la llamada, aunque fue videollamada. ¿Fue “too much”? Sí, fue “too much”.

—Yo también me hubiera sentido bastante incómoda si hubieras hecho lo mismo en una llamada conmigo en caso de que tú y yo hubiéramos sido pareja; me pongo en su lugar y le doy la razón al finalizar la llamada —Lezley fue la primera encargada de iniciar una cadena de comentarios; digo que es cadena porque cada quien fue diciendo que ella (Candy) o ellos (Ryck y Logan) también hubieran hecho lo mismo si hubieran estado en el lugar de Richard.

—Da igual —le resté importancia a sus comentarios, porque realmente sí me daba lo mismo.

—Como quieras, Louis Gerald —Logan notó que empecé a molestarme—. ¿Has tenido noticias de tu fan desde antes de que te enviara el mensaje que te envió hoy, antes de que Richard te llamara?

—Sí, se los dije hace un segundo, se los contaré más a detalle: me llegó un mensaje cuando estaba en México, pero no era un mensaje cualquiera, me llegó un mensaje que decía: «Ojalá estuviera en México para poder verte, y de una vez por todas, revelarte mi identidad, pequeño Louis» —borré el mensaje por accidente, ese era un problema en mi vida, siempre hacía cosas sin pensarlas (o las pensaba muy poco y simplemente ocurrían).

Ryck y Logan echaron su cabeza hacia atrás, abriendo los ojos de par en par, indicando un factor de sorpresa.

—¿Crees que algún día lo sabrás, Louis Gerald?

—No sé, Logan —admito que me porté bastante cortante con él—. Espero que algún día pueda conocerlo; aunque, el otro día le pregunté a Scott si era mi fan y Hades fue la razón por la que tuvimos que cambiar el tema —puse los ojos en blanco al recordar que Scott nunca me contestó nada—. comenzó a maullar, y tuve que alimentarlo, porque tenía hambre, después seguimos bebiendo y lo olvidé. Pero apuesto a que iba a decirme que no lo es…

—¿Por qué no te das por vencido y aceptas que quizás nunca lo vas a conocer? —Ryck levantó mucho la voz cuando dijo que «nunca» lo iba a conocer—. Solo piénsalo, ¿no crees que haya sido una broma de muy mal gusto?

—No, no creo, porque uno: ya duró mucho su broma y dos: me lo hubiera confesado cuando la escuela entera conoció acerca de lo que pasaba en mi vida —encogí los hombros—. ¿No creen?

—Tal vez —Ryck miró a Lezley, la cual estaba ubicada a su derecha.

—Todo esto es muy raro, Louis. ¿Por qué carajos no llega y te dice lo que siente por ti? Dime, ¿no crees que sería más eficiente, Lou? —Lezley me preguntó.

—Hablando de revelar sentimientos… —ella supo qué estaba a punto de decirle, ya que hizo una mirada de pocos amigos hacia Logan. Tal vez él no debió habernos dicho nada y lo hizo—. ¿Tú tienes novio, Lezley?

—Sí.

—Y se llama James, ¿cierto? —Lezley casi le arrancaba la piel a Logan con la mirada, «creo que Logan no debió decirnos», pensé por un instante.

—Sí, se llama James Worley —Lezley prosiguió y decidió contarnos todo lo que (al menos Ryck y yo) ya sabíamos—. ¿Alguna duda, Louis? —me respondió con una actitud seria y un poco soberbia.

—Cero dudas —le respondí igual de serio que ella, solo que sin actitud soberbia (porque Lezley no lo merecía)—. ¿Tú lo sabías, Candy? —me dirigí a la chica pelirroja que estaba a un lado de Logan.

—Sí —se me cayó el alma a los pies en cuanto escuché su confirmación—. ¿Por qué esa cara? ¿Tú no lo sabías o qué pasa, Louis? —miré a Ryck quien, a su vez, me miró y asintió con la cabeza; tendríamos que fingir que ni él ni yo sabíamos qué pasaba (mala idea porque yo le había cuestionado a Lezley acerca del novio que no nos comentó que tenía y Ryck dijo su nombre).

—No tenía ni idea, Candy —volví a ver a Lezley, esta se veía bastante molesta conmigo—. ¿Por qué no vamos por una pizza o algo? Me está dando hambre y parece que va a llover, ¿saben?

—¿Quién te dijo? —ahora parecía que, con la mirada, me estaba enterrando una daga en el corazón.

—Logan me lo contó a través de una videollamada por Zoom —dejé a Ryck fuera de todo esto; le conté lo que pasó (un día hablamos los tres, Logan y yo empezamos a discutir, Ryck se salió de la sesión en Zoom y no volvió; mentí en esa parte, porque sí volvió, nadie lo sabía).

—¿Fue el bocón de Logan? —asentí con la mirada y Lezley volteó a ver a Logan con una mirada intimidante y asesina—. En cuanto a ti, pequeño chismoso: ¿por qué no pudiste guardar un secreto?

—No es tan secreto, hasta Candy lo sabe.

—Sí, pero yo no le conté a Candy.

—Fui yo —ay, Logan, ¿cuántas promesas rompiste?—. En cuanto a Louis: se me escapó y tuve que contarle y en cuanto a Candy: le pregunté si no sabía sobre ti, me dijo que no y le comenté que seguro estabas con tu novio, de hecho, se lo dije hoy en cuanto la encontré a ella y a Ryck en Itaville. Solo que Ryck no lo sabía hasta ahora.

—¿Por qué carajos tanto misterio?

—No debí contarte nada, Logan —Lezley lo miró con ira y tenía una excelente razón para hacerlo—. Yo no quería contarle a nadie, te lo conté porque eres una de las personas en quién más confío, solo después de Louis Gerald.

—¿Por qué no…

—Cierra la boca —ni siquiera dejó que Candy terminara de hablar—. Y tú, Candy Ryan, eras la última persona que debía enterarse por lo que nos hiciste a cambio de estar con Katherine y Marie.

—¿Dónde está ahora? —pregunté con voz temblorosa por si Lezley me hablaba feo o si me hacía un comentario peor que el comentario que le hizo a Candy.

—Está en su casa, él es de Massachusetts.

—Gracias —le agradecí—. ¿Por qué carajos no querías que nos enteráramos de tu vida amorosa, Lezley? —me armé de valor y decidí preguntarle.

—No es nada personal, es solo que no quiero que nadie de Apple White se entere debido a ese rumor que hubo mientras estudiábamos en Apple White, jóvenes.

—¿Te refieres a… —todos siseamos a Ryck porque sabíamos que a Lezley le incomodaba un poquito (bastante) ese tema en particular que inició por Marcus Miller—. Ya entendí, perdón.

—Es un asunto personal; like myself and I.

—Entendemos, Lezley —Candy le sonrió, definitivamente algo le estaba pasando a esta nueva Candy and I kinda like it. Su sonrisa ahora era más bonita y decidió teñirse el cabello de rojo, casi anaranjado. La nueva Candy era una mejorada Candy; hasta me atrevería a decir que era una leyenda.

—Candy —la llamé—. ¿Puedo comentarte algo?

—Adelante —decidí contarle sobre su cambio y que me agradaba bastante (es que sí era así, se veía mucho más coqueta y bella que de costumbre)—. Gracias, Louis, ¿o sea que antes me veía fea o algo por el estilo?

—¡No! —tal vez me expresé mal al decir «te ves menos fea/no te ves tan fea», Candy solo soltó una fuerte carcajada.

—Estoy jugando, sé lo que quisiste decir y te lo agradezco; yo misma acepto que me veía bastante sosa y no cuidaba tanto mi aspecto: tenía mis dientes amarillos, mi peinado estaba horrible y un poco subida de peso.

—Juntarte con Katherine y Marie sí te hizo bien a tu persona.

—Cierra la boca, Ryck —Lezley habló con un tono bastante molesto—. Esas brujas; y no me importa lo que me digan ustedes tres acerca de ser misógina o machista —lo dijo en serio y lo supe porque nos señaló a Ryck, Logan y a mí; casi nunca lo hacía porque lo veía como una «falta de respeto y educación»—. Transformaron a mi mejor amiga en alguien que no es.Yo la conocí estando gorda, con los dientes amarillos y con su cabello sin peinar bien…

—Cálmate, Lezley, por favor —si Lezley odiaba algo, era que alguien la interrumpiera.

—Ya nos quedó claro, por favor.

—No he terminado de hablar, Logan —a pesar de todo, Lezley se veía bastante calmada—. Lo que trato de decir es que, aunque no te reconozco, el cambio me agrada bastante.

—Maldita bruja, Lezley —Candy y Lezley soltaron una fuerte carcajada y después se abrazaron con fuerza la una a la otra mientras se decían cosas lindas.

—Mujeres…, ¿quién las entiende? —estuve a punto de decirle un insulto con propiedad a Logan, cuando vi que de repente el cielo se tornaba nublado.

The sky is cloudy! —les avisé a mis amigas y amigos—. The sky is crying.

—Di algo que no sepamos, Louis Gerald.

—Pues es que la verdad, Logan… —me preparé—. Te fui infiel con Richard, porque besa mucho mejor que tú, me lo encontré un día en París y ese mismo día tuvimos sexo; tuve sexo con David, el primo de Marcus, y con Richard, pero no contigo porque no estaba interesado en tener algo tan íntimo con alguien que tiene Grindr, Tinder, Badoo, Bumble y Hornet —ahora sí, le dije mi insulto con propiedad.

—¡Bruja! —me gritó Logan, mientras veía las miradas de estupefacción de Lezley, Candy y Ryck, ante mi comentario—. Sabía lo de Richard, ¿por qué crees que te fui infiel en primer lugar?, pero insisto ¿por qué demonios tuviste la necesidad de recordarme cuáles y cuántas apps de coqueteo tengo?

—Sí, eso a quienes estamos aquí, no nos incumbe —Candy tenía razón.

—Logan me pidió que les dijera algo que no sepan, eso fue lo único que se me ocurrió y lo siento si puse un poco incómodo el ambiente —me pasé mi mano por mi cabello y lo sacudí, mientras seguía haciendo mi mirada de niño inocente (mosca muerta)—. Pero él me llamó «bruja», ¿lo escucharon? —lo señalé, quizá Ryck estaba muy decepcionado de mí, lo volteé a ver y pude confirmar lo peor: él sólo me miró, negó con la cabeza y bajó la mirada.

—Lo siento mucho, Gerald, no apoyo a nadie —Lezley tomó una postura unánime entre el conflicto de Logan y yo.

—Ni yo, lo siento mucho —Candy tomó la misma postura que Lezley.

—Yo te apoyo, Louis Gerald —¡por primera vez, alguien estaba de mi lado y era Ryck; Ryck, con esos ojos azules y su piel blanca como la porcelana!

—Gracias por apoyarme, Ryck —lo empecé a abrazar y él me devolvió el abrazo.

—No olvides que tienes novio, Louis Gerald, solo digo —Lezley me llamó la atención—. Y que está trabajando en Suiza para ti —solté a Ryck en cuanto dijo esto último.

—No tiene nada de malo abrazar a un amigo, Lezley —apunté a Ryck con mi dedo.

—Eso depende, ¿lo ves como un amigo o quisieras que fuera algo más? —¡auch!, eso definitivamente me dolió y mucho.

—Te pasaste, Lezley —Candy y yo pensábamos lo mismo, Lezley nunca me había tirado un insulto con propiedad de ese tamaño.

—Tal vez, y lo siento, solo que ya vi y escuché, a Richard llorar por Louis Gerald, mientras él estaba como si nada y tratándolo mal porque «quería acostumbrarse a estar sin él». No es justo, ¿verdad? —Candy, Ryck, Logan y yo nos quedamos callados y en shock por lo que nos dijo Lezley—. Ahora considero a Richard como a un amigo, y en mi opinión, no puedes ser cómplice de cómo la pareja de tu amigo le es infiel en tus narices sin hacer algo al respecto.

—Amo a Richard, sí —Ryck se alejó de mí cuando confesé que yo amaba a Richard.

—Demuéstralo —¿acaso Lezley no tenía un botón de apagado o algo por el estilo?

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