TAIRON SMIRNOVA.
Mi vista viajaba entre las personas que se encontraban sentadas a mi alrededor pero ese hombre del cabello blanco el cual había cambiado desde que llegó a mis juegos perversos me observaba fijo, lo rompi cómo a una varilla la cual manipule a mi antojo.
Victoria hubiera durado más Tairon pero murió por un maldito Búho, la mejor de una elite completa está bajo tierra- recriminó mi conciencia.
Le sonreí a Vital al momento que lo hicieron levantar de su lugar los hombres que estaban a mi disposición, tipos que estaban menos o peor que yo en el ámbito mental los demás abandonaron la habitación, habían preparado a mi muchacho en las peleas cuerpo a cuerpo quitándole la posibilidad de ganar como era su costumbre, dos semanas habían pasado desde que lo tuve vulnerable frente a mí en esa sala del terror como lo llamaba Farag él cual había optado en no presenciar cómo destruía a su campeón.
-Ilumíname- le pedí con ironía al momento que encendía un cigarrillo pero sin quitarle la mirada de encima.
Alexander me devolvió la mirada a la vez que hacía crujir su cuello pero siempre sus ojos se juntaban con los míos, buscaba impresionarme pero solo hubo una persona que consiguió lo que él buscaba, mi creación analizó su alrededor con aburrimiento al momento que montaba guardía.
La primera en atacar fue Tara que fue por un golpe rápido en sus costillas que no consiguió acertar ya que Vital sostuvo su mano a la vez que lo torcía haciendo que la chica se girara sobre su eje para luego el mismo golpearla en la nuca con algo que parecía ser un bastón de madera que yo usaba para andar.
Sonreí por su velocidad.
Tara cayó inconsciente al mismo tiempo que Luke lo esperaba dándole ventaja, le sonrió con sarcasmo al mismo tiempo que alzaba los puños para luego invitarlo a que lo golpeara, ese hombrecito que estaba frente a Alexander fue el primer hijo varón del cual estuve orgulloso.
Lo encontré en las afueras de Francia mientras buscaba diferentes medicamentos que emplear en las drogas, la familia lo había abandonado en una caja con comida chatarra al intemperie con solo diez años, curiosamente tenía la misma edad que Victoria cuando empecé a utilizar las dosis en la pequeña de ojos azules.
Entrené su mente de la misma manera que lo hice con Vic, ambos son máquinas asesinas que me enorgullecen por lo que ellos nunca han sido maltratados por otra persona que no fuera yo, ése era mi propósito y ahora solo esperaba que me matará alguno de ellos aunque no se conocieran pero lo dudaba, mi hija era una sorpresa andante por lo que me daba una esperanza de que si supiera de la existencia de su copia exacta, son mi orgullo por generar mi misma manía por liderar a los demás sin importarles absolutamente nada.
Alexander empujó al otro hombre que estaba a su espalda a la vez que dirigía la mirada hacía el rubio que le siguió sonriendo sin ningún inconveniente, Luke tenía la misión de sacarlo de sus casillas así conseguir desestabilizarlo y que mejor que jugar con el nombre de mi hija.
-Lastima que Victoria conoció una copia nefasta de un buen hombre- murmuró mientras giraba a su alrededor.
Mi experimento río con histeria mientras movía el cuchillo que Luke le había dejado en su cinturón, me observó con una sonrisa en los labios mientras en un movimiento rápido atrapó al rubio contra la pared clavando el filo en la camisa deportiva que tenía Turner, Vital giro sobre su eje a la vez que sacaba un arma de entré sus pantalones de ejercicio y disparaba al hombre que quedaba en pie, suponía que esa segunda defensa la había sacado del tipo el cual cayó sobre el suelo cómo un peso ligero.
Vi cómo Alexander se acercaba a la cara de Luke sin dejar de reír, estaba quebrado y lo supe cuando su cuerpo comenzó a reaccionar de manera favorable para mí porque me daba la razón, había roto al General y eso me generaba una satisfacción mayor, porque ahora lo podía controlar como se me diera la gana.
-No pronuncies ni mucho menos piensen en él nombre de mi mujer, pequeña escoria- advirtió.
Luke lo observó de arriba abajo a la vez que dirigía su mirada hacía mí.
-Punto débil: Las habilidades que en la policía tendrían que haberle enseñado se ven opacadas por la cantidad de sentimientos que alberga en sus ojos consiguiendo que ellos lo cegen de tal manera que evita distracción alguna - comentó volteandolo mientras le quitaba el arma a la vez que le colocaba el cuchillo que antes se encontraba clavado contra la pared.
Lo lanzó al suelo sin dejar que el cuchillo le cortara mucho, Alexander levantó la mirada hacía mi mientras que yo me acercaba a él con los brazos puestos en mi espalda y mi mirada se dirigía al suelo donde la sangre de la pobre Tara se esparcía, parecía que había algo que ocasionó su muerte pero dudaba que fuera el golpe que sufrió en la cabeza cuando cayó.
Cuando escasos centímetros me separaban de mi nuevo experimento de laboratorio levanté la mirada mientras flexionaba mis rodillas para así quedar a su misma altura, moví mi cabeza hacía la izquierda a la vez que veía cómo él movía la suya hacía la dirección contraría a la mía, reí.
-Victoria está muerta Vital, tienes que aceptarlo- susurré.
Lo ví tragar saliva con dificultad a la vez que asentía con su cabeza.
-Lo sé, lo único que no entiendo es porque la asesinaron- pronunció con cierto dolor.
Moví mi cabeza con una clara orden para Luke que lo soltó para luego colocarse detrás de mí, propase las posibilidades de revelarle mi plan sobre destronar a su padre pero no encontraba la importancia necesaria para que el supiera cómo lo usaría de juguete hasta que no me sirviera pero en realidad necesitaba su presencia en la mafia, aunque mi hija fuera excepcional necesitaba a alguien para aniquilar a Máximo con su mujer y el bastardo que nacería consiguiendo que Victoria perdiera el mandato.
Por ahora lo mantendría vivo para después hacer lo que mi hija quisiera.
-Murió porque se convirtió en un estorbo, no quieres convertirte en uno ¿Verdad?- le dije con tranquilidad.
Antes de que pudiera siquiera pensar en alguna respuesta Luke colocó un calmante en su cuello mezclado con un somnífero que lo dormiría por las horas que necesitaría, vi cómo cayó hacía su costado izquierdo mientras tres hombres entraban por las puertas para sacar a los muertos y al inconsciente que cedió antes los brazos de los tipos que lo agarraron.
Me levanté de mi posición mientras Luke caminaba detrás de mí, salimos por las puertas trasera a la vez que nos dirigimos hacía mi habitación que se encontraba alejada del galpón donde hacíamos las pruebas de resistencias las cuales Alexander superaba a gran velocidad, me parecía irreal ver cómo masacraba a muchos guardias pero era solo el comienzo de su tormento, todavía no estaba listo para lo qué en verdad necesitaba para serme útil aunque lo era de todas formas.
Caminamos en silenció perdiendo de la vista los escoltas que Farag habia colocado a mis costados sin dejar nada a la azar, el idiota era inteligente por lo que nunca me dejó sólo vagando por los alrededores pero me acostumbre a mirar sobre mi hombro para encontrarme con hombres con uniforme siguiendome.
Entramos a la casa mientras escuchaba las murmuraciones de las personas las cuales eran invitados de Farag quienes venían a regodearse de que un policía logró tal nombre en el mundo de la mafia mientras fingía su retiro de las fuerzas armadas, parecía una celebridad la cual simplemente usaban para tener poder, era realmente irritante ver cómo las mujeres paseaban con menos ropa que las propias películas para adultos mientras intentaba buscar la respuesta a la interrogante para hacer a Alexander un ser retorcido.
Nunca admiré a otra persona como lo hice con Frida, la madre de Vital, era una mujer impresionante pero no algo que no lograría encontrar en mi vida por lo cual no tuve problema en asesinarla a sangre fría cuando supe que su hijo había nacido, gracias a esa noticia conseguí dar con su paradero.
Una muerte rápida para una persona extraordinaria.
Y unas memorias que nunca se fueron.
Llegamos a mi habitación mientras las risas maquiavélicas de las mujeres se presentaban en toda la casa, entré por las puertas dejando que mi acompañante siguiera mis pasos en completo silencio, cuando ambos estuvimos dentro cerré la entrada con velocidad dejando a los intentos de guardia fuera de mi habitación.
Luke quedó parado en medio de la sala a la vez que yo caminaba hacía el pequeño escritorio que me aguardaba, en el momento que tomé siento el olor característico a amapolas surgió de pronto consiguiendo que cerrara los ojos para recordar cómo Frida utilizaba el mismo olor, podía ser un asesino sin sentimientos pero esa sola mujer consiguió que me cuestionara sobre el diagnóstico sobre mis emociones que según las psicólogas desde pequeño eran nulas las posibilidades de conseguir sentir algo más que no fuera ira.
Observé a mi creación a la vez que le dejaba en claro lo que quería que hiciera, él podía salir de esta cárcel de lujo las veces que quisiera o viera necesarias.
-Necesito que encuentres a mi hija- le dije sin rodeos.
Lo único que recibí de su parte fue una sonrisa socarrona a la vez que asentí para luego inclinarse cómo si yo fuera su rey supremo y él un simple campesino, en silencio les mande las coordenadas que me habían dado mis espías mientras veía cómo fruncía el ceño por la cantidad de vueltas que había dado.
-Rusia- murmuró.
-Thompson la protege por lo que tienes que encontrar la posibilidad de escabullirte, tengo la información suficiente para decirte con claridad que buscan peones, se que Miles le da alas a Victoria por lo que a mi parecer la dejara montar su ejército así rebelarse frente de mí o hacer una entrada triunfal en la falsa boda de Vital aunque lo dudo, no es estúpida como para dejarse ver tan pronto- le explique.
Luke volvió la vista hacía mi a la vez que me decía.
-Conoceré a mi hermana y te la traeré sana y salva- comunicó.
-Un rasguño y mueres- amenace sin más.