¿Hace cuánto hacia eso?
¿Desde cuándo me importaba tan poco quitarles la vida a las personas?
¿En qué momento deje de mi humanidad?
Lo sabia, fue esa noche.
-Estamos por entrar jefe.- me avisaron desde el auricular mientras estaba en el coche.
-Iré yo- abrí la puerta -nadie ingresara hasta que dé la orden-
-Pero..- Mike que estaba a mi lado me detuvo -No puedes hacerlo por tu cuenta, te van a matar-
-¿Tienes miedo de que muera?- sonreí.
-Claro que si-
-Que considerado de tu parte- salí de coche -pero recuerda, a mí nadie me puede matar-
-Vuelve- lo oí decir mientras me alejaba e ingresaba a la bodega. Con gran sigilo logré escabullirme hasta donde el jefe estaba teniendo una reunión con sus subordinados. Pateé la puerta y les apunté con la ametralladora que llevaba.
-Disculpen por interrumpir, pero no recibí mi invitación-
-Tú- grito el cabecilla.
-Tenemos cosas que hablar ¿lo olvidaste?- inicié la balacera, y pronto mi gente llego a apoyarme. No se cuanto tiempo llevaba disparando, ni cuantas personas habían caído bajo mi arma.
¿Qué demonios estaba haciendo? Miré mi mano manchada de sangre y mi ropa igual, mientras el sujeto frente a mi se arrastraba dejando un rastro debajo de él.
-No...no me mates-
Suspiré, escuchando lo que siempre decían. Esas palabras no eran mas que suplicas de bastardos que tenían miedo de ir al infierno.
-Yo te diré todo lo que se, lo juro- dejé que se pusiera de pie mientras sostenía su herida.
Observé cuidadosamente donde le había disparado, estaba segura de que le di en el bazo y que pronto moriría desangrado. Pero solo necesitaba esperar a que eso ocurriera y no veía por que seria malo darle una oportunidad a alguien que ya estaba muerto desde un principio. Sus palabras podrían ayudarme en algo.
-¿Qué sabes?-
-Tú buscas a quienes mataron a tu familia ¿cierto?- levantó sus manos
Eso de que el tiempo sirve para curar todo, definitivamente era una mierda. Mentía si decía que me rendí buscando a los culpables. Quería matarlos, quería tenerlo bajo mi pie y ver como se ahogaba en su propia sangre.
-Habla-
Tosió, quizás le quedaba unos minutos -Lo planeo, siempre fue planeado. La felicidad que querías tener, nunca te iban a dejar vivirla-
-Dame su nombre-
-Él lo hizo, esta mas cerca de ti de lo que crees. Solo debes abrir bien tus ojos-
-Dame un nombre- me puse de cuclillas -dame su puto nombre- mis ojos se empañaron, recordando a mis dos personas amadas.
-Los perdiste por culpa de ...-
Como predije los minutos se acabaron y él murió en mis brazos. Quedé de rodillas al lado de un cuerpo inerte, mientras mi ropa se manchaba de sangre y los recursos me desbordaban nuevamente. Volviéndome incapaz de moverme, como en aquel momento.
Me levanté y caminé sin rumbo, sabia que a mi alrededor todavía las personas peleaban y se asesinaban entre si, pero solo caminé-Yo... los perdí- susurre solo para mi -los defraude otra vez- no lograba ver nada con los ojos empañados.
-¿Hey?- sentí la voz de alguien -¿Donde te dieron? ¿Dónde te dispararon?-
-Yo..- sabia que se trataba de Mike-
-Joder, dime donde te lastimaron-
-Quiero ir a casa- me desmaye por el estrés.
Desperté en mi cama, con mis personas queridas a mi alrededor. Mis amigos, Mike y mi doctor, también amigo de la infancia Greg.
-¿Cuanto llevo inconsciente?- pregunté al ver la cara de ambos muy preocupados.
-Una semana- respondió uno de ellos.
-¿Has tomado tu medicina?- el doctor me revisó los signos vitales.
Asentí.
-¿Mareos?-
-Ninguno tan grave como para llamarte- sonreí queriendo aligerar el ambiente pero no fue posible.
-Debes cuidarte mejor- Greg estaba algo enfadado -fue imprudente de tu parte entrar a un lugar sin compañía-
-Puedo hacerlo por mi cuenta- miré a un costado.
-¿Vas a seguir siendo tan egoísta?- Mike habló un poco mas alto.
-Yo...-
-¿Cuantas veces te tengo que ver al borde de la muerte para que sea suficiente para ti?-
No sabia que responder.
-No te importa que nosotros estemos aquí, no te importa nada. Pues a mi si me importa que vivas, y...- decidió quedarse callado cuando el otro toco su hombro. -lo siento, mejor me voy.-
El silencio reinó entre nosotros dos, aunque podía sentir la mirada penetrante de mi amigo en mi. -Esta preocupado, ambos lo estamos-
-Lo se, lo siento. Actué imprudentemente-
Suspiró -¿Sabes que me da miedo?-
-¿No poder encontrar una mujer que le guste jugar al Candy Crush contigo?- bromeé.
Por sus ojos, podía ver que no era momento para chistes por lo que continué.
-¿Qué?-
-Que tu imprudencia, un día. Me lleve a estar delante de tu ataúd, celebrando un nuevo funeral-
Tragué saliva.
-Ya hemos perdido suficiente, no me hagas vestir de luto por ti. No lo soportaría- me dejo en la soledad de la habitación.
Cuando mi cuerpo se recuperó totalmente, le pedí a mi seguridad que me llevara al cementerio porque hacia varios meses que me encontraba fuera del país y no pude visitarlos. Me dejaron en la puerta y entré por mi cuenta con dos ramos de flores.
Al caminar por ese lugar, me di cuenta de la paz que se conservaba en el predio, era como si ese lugar fuera ajeno a todo lo que ocurría fuera. Como si al entrar, el tiempo se detuviera.
Me detuve frente a dos placas en las que detallaba la fecha de dos años atrás, con sus nombres. Con cuidado me arrodillé en la hierba verde, y limpié un poco de polvo que había sobre ellas.
-Los he extrañado- pasé mi pulgar por una de ellas. -Los chicos me dicen que los deje ir, que ya es hora de seguir.-
Mi voz se quebró.
-¿Cómo puedo hacer eso?- me concentre en la placa que tenia el nombre de mi bebé -¿Cómo puedo dejarte ir? Si solo te tuve poco tiempo en mis brazos-
Volví a la que contenía el nombre de mi gran amor -Dijiste que estaríamos juntos por siempre, que debería estar en soledad jamás-
Golpee el césped -Me amabas, lo prometiste cuando nos casamos- me estaba derrumbando nuevamente -¿Por qué me dejaste? ¿Por qué yo debo seguir aquí? No es justo, no es justo-
Mi móvil sonó y tuve que obligarme a calmarme para poder responder la llamada de Mike.
-¿Dime?-
-Los encontré-
-¿A quiénes?-
-Son tres, ellos-
-Lo que sea, paga lo que sea por sacarlos de ahí- quizás estaba entrando en un estado de locura, pero en algún momento. Cuando vi a uno de ellos en una fiesta, decidí que los iba a salvar.
Quizás fue la mirada de perdido que tenia uno, o que me veía a mi. Igual de roto que estaba el otro. Lo que tenia seguro era, que los haría vivir una vida decente, por mi familia.
De verdad, tenia mucha emoción de subir este libro como lo había planeado desde un principio. Bueno antes que nada, gracias por todo el apoyo que tuvo esta historia en su primer versión y espero que esta nueva les guste tanto como a mi, cuando la escribí.
Se les quiere
Voten y comenten
Abrazo de koala
Nela<3