TÚ ENCANTO | CAMILO MADRIGAL...

By Aide_11

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Todos conocemos la leyenda de la vela, la leyenda que otorgo los dones a los Madrigales. Pero, ¿Conocen la le... More

⭑ Pʀᴏ́ʟᴏɢᴏ⭑
⁕Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1⁕
☀︎︎ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 2 ☀︎︎
⭑ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 3 ⭑
⁕Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 4⁕
☀︎︎Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 5☀︎︎
⭑Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 6⭑
⁕Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 7⁕
☀︎︎Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 8☀︎︎
⭑Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 9⭑
⁕Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 10⁕
☀︎︎︎Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 11 ☀︎
⭑Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 12⭑
⁕ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 13⁕
☀︎︎︎Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 14☀︎︎︎
⭑ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 15 ⭑
⁕ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 16⁕
☀︎︎︎Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 17☀︎︎︎
⭑ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 18 ⭑
⁕ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 19⁕
☀︎︎︎Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 20☀︎︎︎
⭑ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 21 ⭑
⁕ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 22 ⁕
☀︎︎︎Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 23☀︎︎︎
⭑ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 24 ⭑
⁕ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 25 ⁕
☀︎︎︎Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 26☀︎︎︎
⭑ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 27 ⭑
⁕ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 28 ⁕
☀︎︎︎Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 29☀︎︎︎
⁕Epílogo⁕
☀︎︎︎Agradecimientos + Curiosidades☀︎︎︎

⭑ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 30 ⭑

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By Aide_11

La cabeza de Carlos estaba procesando la información que Camilo le acaba de dar. Incluso se demoro tanto en decir algo que Camilo le volvió a decir:

"Es ____"

¿Qué? —preguntó después de tiempo. Negó varias veces con su cabeza al no entender el por qué le dijo eso —¿_____ causo un terremoto? ¿Estás bien? ¿Estas enfermo?

Camilo estaba impacientándose por varias cosas. Quería ir cuanto antes con su novia y ayudarla, pero no sabía como hacerlo, y además, que su amigo no entienda nada ni sepa el contexto, aumenta más sus nervios.

Sé que sonará increíblemente fantasioso lo que te diré a continuación, prométeme que me creerás —pidió.

Sí, claro, dime.

Ugh, bueno...¿Cómo empiezo? — soltó un suspiro profundo —Básicamente _____ esta siendo controlada por una pulsera, por lo que posiblemente la misma magia que la controla, es la misma magia que ocasiono este terremoto.

Nuevamente, Carlos quedo sumamente petrificado y confundido. Al ver que él era un caso perdido, decidió no perder más el tiempo tratándole de explicar por su cuenta.

¿Sabes qué? No hay tiempo que perder —dijo, tomando la mano del castaña para prácticamente comenzar a arrastrarlo y que caminaran rápido. —Mi tío Bruno te explicará mejor, nos explicara mejor lo que esta sucediendo.

O-okey —tartamudeó entre nervioso y no muy seguro de si, dejándose arrastrar por su amigo.

Volteó a ver la luna que estaba dejando su estado de eclipse atrás, suspiro con pesadez.

Se suponía que hoy sería una noche pacífica de eclipse en donde comería pastel con chocolate, ¿ahora en qué se había metido?

Mientras caminaban por el pueblo, podían ver como el pueblo estaba en pánico por el terremoto antes sucedido.

La gente estaba fuera de sus casas, el ganado estaba vuelto loco haciendo ruidos, y los perros y gatos ladraban y maullaban de forma sonora.

Justo cuando llegaron a la puerta de la casita, y Camilo iba a abrir la puerta, se les adelantó su abuela, abriendo la puerta antes que ellos.

Camilo —dijo su abuela, levantando la ceja por la impresión de verlo tan de repente. —Menos mal que estas aquí, tenemos que ayudar al pueblo después del terremoto que acaba de pasar.

El joven echó un vistazo a más para atrás y vio como su familia estaba detrás de su abuela, todos dispuestos a ayudar.

No fue solo un terremoto —anunció Camilo, con su pecho subiendo y bajando por haber corrido tanto. —Es algo grande —buscó palabras para tratar de decirlo —Es...es...

Es _____ —interrumpió Mirabel, haciendo que ahora todos le pusieran atención a ella —¿Es ella, cierto? La profecía decía que en el eclipse ella-

Otra persona interrumpió una vez más, tapándole la boca a la chica. Esto también desató que la atención se fuera a esa persona. Bruno.

¡Mhghh! —protestó Mirabel, siendo su boca aprisionada.

Bruno, deja que Mirabel hable —pidió Alma con el ceño fruncido.

Escuchen, ¿sí? Les explicaremos todo, pero primero tenemos que entrar a casa. —pidió él, y fue retirando lentamente su mano de la boca de la joven. —Si seguimos aquí afuera, estaremos en riesgo.

Se podría decir que la familia, exceptuando a Camilo, Mirabel y Bruno,  estaban igual de confundidos que Carlos.

Sí, Carlos seguía ahí.

Ahora, entremos a casita—pidió, volviendo a abrir la puerta para que todo pudieran pasar.

Cuando toda la familia entró, Bruno cerró la puerta de casita y comenzó a asegurarla con todas las llaves y cerraduras posibles.

Una vez que realizó todo eso, miró a su familia, y después miro a Camilo, como si buscara la autorización de poder hablar. Ambos sabían que lo que iba a decir, se trataría sobre su novia, _____.

Hace unos meses tuve una visión, una visión que me atemorizó —comenzó a platicar mientras que frotaba sus manos por los nervios que sentía —Me atemorizó por la predicción y porque la protagonista era alguien que conocíamos.

Toda la familia empezó a murmurar cosas, tratando de descifrar quien era esa persona. Incluso algunos pensaban que eran ellos mismos.

Y es...—sacó lentamente de su ruana el pedazo rectangular de material similar al vidrio y de color verde. Se los enseñó y vio sus caras desfiguradas por el asombro —...._____.

Esta vez no hubo murmullos, solo el silencio de la impresión por la noticia dada.

Todos veían con pánico la imagen de la profecía; una luna eclipsando y _____  en medio. Lo que más les atemorizaba era ver los cuerpos de cada uno sin vida al rededor de ella.

¿_____ nos matara? —desasió el silencio Toñito, con un peluche en su brazo que usaba cuando se iba a dormir, y que seguía abrazándolo porque el terremoto le cortó su sueño.

¡No, no! Ella no lo hará —dijo rápidamente el de rulos, poniéndose de lado de Bruno y negando con decisión —Esto tiene una explicación. Ustedes la conocen, sería incapaz.

Al principio pensaba eso —habló Mirabel a lo bajo, caminando lentamente para ponerse del otro lado de Bruno —Pero vi que portaba magia oscura en su muñeca, yo misma lo vi, Camilo. Si no hacemos algo, _____ nos matara.

¿Hablas de su pulsera, no? —preguntó con emoción. Emoción de que si le decía Mirabel que sí, su teoría podría ser verdadera. —La del dije de mariposa.

Sí, esa...—respondió con extrañeza.

Okey, okey —asintió en cuanto se lo confirmo y miro a su familia en general —_____ me habló hace mucho sobre que sentía que sus acciones a veces era controladas por una energía exterior, y cada acción mala o negativa que cometía, hacía que dije cambiara de color.

¿Eso es cierto, Camilo? —preguntó Bruno, tomándolo de los hombros y viéndolo con los ojos entre cerrados —Júralo que te dijo eso.

L-lo juro —tartamudeó por verlo tan serio.

¿Y por qué no nos lo dijiste antes? —cuestionó igual de serio.

E-es que pensé que estaba aluciando, había comido muchos dulces y pensé que no lo decía enserio, pero juntando las piezas puede que ella sea-

El títere —interrumpió Bruno en un susurró lo bastante fuerte para que lo escucharan.

Dejo de tomarlo de los hombros y se llevó su mano al mentón, pensando y pensando. Cuando obtuvo claridad de lo que pasaba, abrió sus ojos de golpe.

¡Claro! —chasqueó los dedos al tener la respuesta —_____ esta siendo controlada por el mal, esto para obtener energía maligna que se almacenaba dentro del dije, por eso cambiaba de color, y después ¡push! la energía se transformo por magia y se liberó y luego ¡bam! sucedió el terremoto.

Era algo cómico verlo tan expresivo, moviendo las manos con mímica mientras explicaba todo. Hubiera dado risa sino fuera porque sus vidas corrían riesgo.

Pero, ¿por qué el mal quiere acabar con nosotros específicamente? —preguntó Isabella.

Bueno, duh, porque somos el lado bueno —respondió Bruno con obviedad y con una mano en su cintura.

Mirabel miró de reojo a Camilo y pronunció entre labios un ligero "lo siento". Sabía que se había equivocado respecto a ______. Pensó que era maligna desde un comienzo, pero ahora sabe que nunca fue su intención el ser mala.

—¿_____ tiene algo que ver con la vela y nuestros dones? —preguntó ahora Julieta.

Puede ser —asintió Bruno, pensando en las probabilidades—...puede ser que sí. De hecho, sí. Para pasar de energía a magia, tomaba la magia de vela, por eso esta desgasta, al igual que nuestros dones.

Camilo vio como todos comenzaban a enojarse por esa noticia. No les gustó que por "culpa" de la castaña, sufrieran complicaciones con sus dones.

¡P-pero! ¡No olvidemos que _____ no estaba consiente! —pidió Camilo al verlos así. —Por favor, tenemos que salvarla.

¿Salvarla? —preguntó Alma, poniéndose de pie y cruzando los brazos —Perdón, Camilo, pero pides mucho. Primero, nos ocultan esta información. Segundo, nos dicen que estamos en riesgo de morir por ____. Y en tercero, nos pides que la que nos puede matar, la salvemos.

Cabe aclarar que lo de ocultar la información fue idea de Mirabel —corrigió, apuntando acusatoriamente a su prima.

¡Mirabel! —regañó su mamá, viéndola con desaprobación.

Cabe aclarar que lo hice porque no quería que sucediera lo mismo que paso a mi —se protegió —No quería que la juzgaran, pensé que tal vez si lo ocultábamos, podríamos resolverlo entre los tres, sin necesidad de que cometiéramos un error del cual nos fuéramos a arrepentir.

Eso definitivamente conmovió a su mamá, y a los demás.

Tenemos que intentarlo —dijo Dolores, quien iba de visita rápida a entregar unas cosas, pero que ahora, por todo lo que estaba pasando, se quedaría más de lo que esperaba. —Tenemos que ayudarla. Si nosotros no hacemos nada, ¿Quién lo hará?

Camilo asintió, feliz y orgulloso de que su hermana lo apoyará.

¿Aunque eso signifique que podríamos morir?—les preguntó Alma a todos en general.

Le sorprendió que la respuesta de todos fuera un "sí".

Tranqui, mami —dijo Bruno, poniendo un brazo al rededor del cuello de la señora —La profecía puede variar, como en el caso de Mirabel.

Lo sé, es solo que tengo miedo que esta vez no sea así —comentó, y en sus palabras se podía notar la verdadera sinceridad y temor que tenía de perder a toda su familia.

Al estar todos medianamente de acuerdo con luchar y salvar a _____, comenzaron a salir de casita.

E-esperen, yo no tengo don, ¿Cómo me enfrento a el mal? —preguntó Carlos, quien caminaba en medio del grupo de familia de Camilo.

Fue tristemente ignorado.

Solo quedaban Bruno y Camilo, cerrando las puertas de su hogar.

El mayor puso su mano en el hombro del joven, tratando de reconfortarlo. No sabía lo mal que se  lo debería de estar pasando al saber que la joven que tanto ama, esta en riesgo.

Tío Bruno...hay algo que no te quise preguntar —soltó de la nada, y volteó a ver a su tío con aflicción —¿Es posible salvarla...? —antes de que Bruno le respondiera, Camilo lo volvió a interrumpir —Y no, no me digas mentiras, por favor...

Bruno sonrió levemente, dándole a entender que no debía preocuparse.

Sí, Camilo, hay una manera —contestó con sinceridad, ocasionado el consuelo del chico —No es complicado, solo debemos romper su pulsera.

_____ me dijo que no se la podía quitar cuando ella quiere—el consuelo que tenía se había vuelto a esfumar.

La pulsera no se puede quitar si es por voluntad propia, pero si la distraemos, sin que ella sepa que se la queremos quitar, entonces saldrá igual de fácil que una pulsera normal. —dijo, y el consuelo del joven volvió a llegar.

Un consuelo que Bruno sabía que se volvería a ir en cuanto le dijera que pasaría después de que rompan la pulsera.

Pero, Camilo...si la pulsera se rompe, ella...

El chico volteó a verlo, no lo había escuchado del todo.

¿Sí?

O-olvídalo. —prefirió mejor guardárselo.

Después de todo solo era una tonta teoría que tenía.

Una teoría que esperaba que no fuera real.

Estela entró a la casa de _____, y se decepcionó bastante al ver que no fue recibida por galletas de chocolate.

¿_____? —la llamó —Sí entre a la escuela, aprobé el examen.

Pero _____ no contestó, en su lugar, contestó su tía.

¿Estela? —salió de su recámara y vio a la joven azabache —¿Qué no _____ estaba contigo?

La joven negó, pero después recordó sobre lo que le había dicho antes de irse.

Debe de estar con Camilo, me dijo que iría con él a hornear galletas —contestó.

Al principio, la tía Rosa lo creyó, pero después recordó haber visto a toda la familia de Camilo caminar hacía el bosque cuando ella iba de regreso de su restaurante.

Oye, pero yo vi a la familia de Camilo y a él mismo irse al bosque —comentó —No estaba mi sobrina.

Las dos se vieron con preocupación, sabían que posiblemente algo le había pasado.

¿Y si se perdió en el bosque? —preguntó Estela al ser su primera teoría— Por eso la fueron a buscar.

Puede que tengas razón —se dirigió a paso rápido a la salida de su casa —¡Ay no! Es que mi sobrina se pierde en todos lados, seguro esta solita pasándola mal.

La tía Rosa tomó las llaves de su casa y salió de esta, sin importar si iba ya en pijama y en pantuflas.

¡E-espere! —pidió Estela siguiéndole —¿A dónde va?

¡A encontrar a mi sobrina! —respondió decidida, luego miro por detrás de su hombro a la azabache —¿Vienes o te quedas?

No lo pensó dos veces cuando dijo:

Voy.

Haría todo lo posible para ayudar a _____ cuando lo necesitara. Tenia una deuda de vida que quería soldar.

No fue difícil encontrar a la castaña entre el bosque, a pesar que estuviera en medio de este.

Fue de gran ayuda el hecho de que una niebla negra los estuviera guiando a su ubicación.

Todos se sorprendieron al ver a la joven levitar, sus ojos iguales de negros como la niebla, y con un aura temible.

Incluso comenzaron a sentir un frio que los abrazaba y los comenzaba a hacer temblar.

Pensemos en un plan —murmuró Isabella, viendo a todos e intercambiando miradas —¿Alguna idea?

Ninguno tenía nada que pudiera ayudarlos, a excepción de Carlos.

¿Qué opinan de escondernos y hacer una emboscada cuando ella este distraída? —preguntó con el mismo tono bajito.

Prácticamente ya estamos escondidos entre los árboles —le recordó Luisa, pero el castaño negó.

Lo sé, pero me refiero a escondernos más cerca. Salgamos de los árboles y escondámonos en esa piedra —apuntó a una piedra que estaba convenientemente grande para ocultarse.

No era mala idea. La roca estaba dentro del circulo que era rodeado por los árboles. Se podría decir que estaban escondidos dentro de la misma área de donde _____ se encontraba, y eso ya era ganancia.

Buena idea, Carlos, solo una cosita insignificante —hablo Camilo con tranquilidad —¡¿CÓMO ESPERAS QUE _____ NO NOS VEA YENDO PARA ALLÁ?!

Desafortunadamente, gritó. Y eso atrajo la atención de _____, quien volteó a los árboles.

Carlos miro eso y después sonrió con altanería.

Con una distracción como la que nos acabas de otorgar.

Gracias al grito, la castaña empezó a deambular por encima de los árboles, intentando ver que lo había generado.

Cuando buscaba del lado contrario, todos corrieron en puntillas hasta estar detrás de la roca.

El miedo y nervios que habían sentido había sido el mismo que les dio adrenalina.

Okey, ¿ahora qué? —preguntó  Dolores al castaño.

Je, no sé —sonrió nervioso.

Tenían que pensar en algo, y rápido, pues _____ dejo de buscar en los árboles y volvió a donde estaba.

Básicamente, _____ se encontraba a unos metros detrás de la roca donde se escondían, así que tenían que hacer el menor ruido posible.

Si se podía, tenían que hablar con señas, y calmar sus respiraciones para que ningún movimiento en vano los delatara.

Carlos volvió a tener una idea antes que los demás. Agradecía haber leído tantos libros de persecución, ahora podía saber que hacer ante estas situaciones tan irreales.

¿Qué tal si-

Meow.

El maullido de un gato interrumpió su idea, por lo que miraron al pequeño felino que se encontraba a unos metros de ellos, cargando en su lomo una navaja.

¿Bigotes? —preguntó Carlos, parpadeando varias veces al no creérselo.

Meow— volvió a responder el gatito.

Al parecer, Bigotes lo había seguido desde que se fue, y sorprendentemente trajo una cuchillo consigo, como si supiera que su dueño la necesitaría.

El gato camino tranquilamente a la dirección de Carlos para darle el cuchillo, pero antes de poder llegar, levitó.

¡Meow! —maulló el gatito, y por falta de equilibrio, el cuchillo cayo al suelo.

¡Bigo-—pero Camilo lo cayó antes de que el castaño pudiera gritar.

El gatito, al estar lo suficientemente en el aire, se evaporizó, quedando solo cenizas de este.

Carlos soltó un grito que fue ahogado por la misma mano de Camilo. Todos, incluyéndole, estaban impactados por lo sucedido.

Las mejillas de Carlos fueron mojadas por varias lagrimas que salían de sus ojos. No podía ni quería creer que su gato, compañero y amigo, estaba muerto, y sus cenizas a unos metros de él.

Buenas noches —habló la voz bastante conocida.

Los vellos de todos se erizaron. Ya habían sido descubiertos.

¿Por qué no dejan su escondite y salen a decir buenas noches? —la voz de la joven era la misma, pero tenía un toque de altanería y maldad en sus palabras — Sean educados, por favor.

Estaban rodeados, ya no tenían que esconderse si ya sabían su escondite. No hacían tiempo escondiéndose.

Fueron saliendo uno a uno, poco a poco, pero estando todos alerta de cualquier cosa.

Que agradable verlos —dijo, actuando como si de verdad los hubiera extrañado —¿Es una linda noche, no?

No es del todo linda —susurró Carlos, mirando de reojo a la tumba de su gatito.

¿Qué dijiste? —preguntó la chica, haciendo que el joven se arrepintiera de hablar.

Nada —respondió cortante y serio.

No iba a ser cortes ni paciente con ella, no al saber que solo era un títere, y que en ese momento no era _____.

¿Te dolió lo de tu gatito? —hizo un puchero y lo miro con cierta burla —Awww, ¿sí te dolió?

Vio como el castaño apretó sus puños con impotencia, eso la hizo sonreír.

¿Estás enojado conmigo? —volvió a hacer una voz como si de un niño se tratase —Pensé que estabas contento conmigo, después de besarnos...

Eso colmo la paciencia del joven, quien agarró rápidamente el cuchillo que había traído Bigotes y se lo aventó directamente, procurando que su puntería no le fallara.

Hubiera atinado perfectamente si tan solo el cuchillo no hubiera sido inmovilizado.

Con una mano en el aire, _____ pudo detener el cuchillo fácilmente, después lo dejo caer al suelo.

¡¿Estás loco?! —regañó Camilo, dándole un zape al castaño. —¡Dijimos que no hacerle daño! ¡No vamos a matarla ni a dañarla! ¡Es el cuerpo de _____!

Oh, pero _____ ya no esta —corrigió las palabras del chico, dejando escapar una risita perversa.

Sé que ella sigue ahí —protestó.

No, Camilo. La _____ que conoces no está, es a lo que me refiero —dejo de sonreír para mirarlo con total seriedad —Solo estoy yo, su peor lado, su lado malvado.

¡Pero sigues siendo tú! La chica de la que me enamore, l-la chica que le encantan las mariposas, y-

¿Y la chica que engaña a su pareja? —interrumpió con brusquedad.

¿Qué...? —

¡Oh, vamos, Camilo! —lentamente fue bajando de los aires para aterrizar en el suelo y caminar hacia él.

Su familia se puso en posición de batalla, pero con un ademan con su mano, les dio a entender que no hicieran nada aún.

¡Todo esto es gracias a ti! —gritó con odio, parándose frente a él —¡Tú fuiste el último que desencadeno todo esto! ¡Tú me convertiste en esto! ¡Por tu culpa el dije se lleno!

N-no entiendo. Lo que menos quiero es hacerte daño.

¿Ah, sí? Porque tan solo hace unos minutos, rompiste conmigo, me destruiste el corazón —con su dedo índice le apuntó en el pecho, justo en el corazón —No me creíste. Yo te había dicho, te había dicho que algo andaba mal conmigo, ¿pero que hiciste?

Te ignore—contestó, odiándose por lo que había hecho, volteando hacía bajo desanimado.

¡Oh, pero cuando trató de explicarte que yo no quería besarme con Carlos y que había vuelto a ser víctima de lo que ya te había platicado! ¡¿Qué hiciste?! —cada vez aumentaba más su tono de voz —¡No me creíste! ¡Me abandonaste en el bosque!

Esta vez Camilo no contestó, solo siguió viendo a lo bajo.

Su mirada no duro mucho en el piso, pues _____ la levantó tomándolo de la mandíbula para que la viera.

Podía ver que en sus ojos negros ya no estaba el café que tanto le gustaba. Podía ver como salía una lagrima que era del mismo color, negro.

Perdón...—fue lo único que pudo decir en un hilo de voz.

Te perdono —sonrió de lado, pero una sonrisa que no era para nada amigable —, pero no olvido.

Dicho eso, movió su mano y con tan solo ese movimiento, derrumbó a todos al suelo. Fue similar a una ráfaga de aire, solo que era tan fuerte que los hizo caer.

Volvió levitar, quedando en el aire y viéndolos desde esa altura con supremacía.

¡Vamos, familia Madrigal! ¡Muéstrenme de que están hechos  los elegidos por el bien!

Todavía un poco aturdidos, Isabella arrojó una liana a la dirección de la chica. Desafortunadamente sus dones, como lo habían dicho antes, estaban dañados, por lo que la liana salió seca, quebrándose antes de llegar con _____.

Ja...—se burló por ese intento fallido —¿Eso es todo? ¡Esfuércense más! Quiero divertirme antes de matarlos.

Unos no sabían que hacer, sus dones no servían y tampoco ayudaban a pelar. Por ejemplo, Julieta, Bruno y  Dolores. Luego estaba Luisa, que tendría un gran potencial si tan solo pudiera seguir cargando cosas de mayor peso, pero ahora no podía cargar ni con una bolsa de verdura.

También estaba Camilo, su don lo convertía a personas que el no quería. Si el quería convertirse a alguien fuerte y grande, lo convertía a una bailarina.

Y además estaban los que no tenían don: Félix, Agustín, Alma, y Carlos.

Pepa trató de invocar una lluvia con relámpagos, pero todo lo que obtuvo fue que de las nubes cayera cereal.

¿Cereal? Gracias, no había cenado —agradeció con diversión, tomando un poco de ese cereal y llevándoselo a su boca.

Estaban más que perdidos.

Esto fue realmente aburrido —bostezó falsamente —Acabaré rápdio con esto, ¿listos para morir?

Su sonrisa se extendió por el genocidio que iba a realizar. La familia espero el impacto, pero nunca llegó. En su lugar, llegó la voz enojada de una señora.

La señora Rosa.

¡Oye, mija! ¡¿Pero qué andas haciendo?! —protestó enojada —¡¿Qué te dije sobre andar jugando a cosas que no son de Dios?! ¡Bájate ahorita mismo!

Volteó lentamente con la mujer y con su acompañante.

Que sorpresa, me alegra verte, tía —sus ojos se desplazaron a la otra mujer —A ti no, a ti te tengo un odio tan inmenso que, oh Estela, te prometo que imploraras por tu muerte cuando te torture.

La azabache paso grueso y retrocedió un poco involuntariamente. Algo estaba mal con _____, y no solo por el hecho de que estuviera levitando.

¡Señora Rosa! —gritó Camilo del otro lado —¡Sé que es extraño, pero su sobrina esta siendo poseída por la magia maligna! ¡Ahorita no es _____!

Sin duda, la mujer abogaría por una explicación, pero sintió como su cuello estaba siendo apretado, asfixiado, que no pudo decir nada.

A-ayuda —pidió, llevando sus manos a su cuello para aliviar el dolor, pero su tráquea estaba siendo cerrada por una fuerza externa.

La castaña estaba concentrada en quitarle la vida a su tía en primera instancia. Sería la más débil y fácil de hacerlo, además que no estorbaría.

Podía sentir como sus propias manos le estaban quitando poco a poco la vida, absorbiéndole  hasta lo último de lo que se considera alma.

En sus ojos negros se podía observar el fervor que ella sentía al estarla ahorcando. Pero, justo cuando iba a quitarle la vida, sintió como le caía cereal en su cabeza.

Mucho, mucho cereal.

Tanto que incluso no podía abrir los ojos, ocasionándole desconcentración del homicidio que estaba cometiendo.

Dejo de ahorcarla, haciendo que la señora cayera desmayada en cuanto la dejo respirar. Por otro lado, dirigió su vista a Pepa, quien era la responsable de descargar nubes de las cuales salían cereales.

¿Crees que un cereal me detendrá? ¿A mí? —refutó burlesca.

Sin embargo, en el fondo comenzó a sentir impaciencia, por lo que decidió acabar con la "broma" del cereal. Levantó su mano, dispuesta a arrebatarle la vida a Pepa, pero nuevamente su acción fue interrumpida.

Isabella había conseguido hacer lianas que tuvieran espinas, enrollándolas en las muñecas de la castaña. El agarre no fue tan fuerte, al menos no tanto para lastimarla, pero sí para contenerla.

Los ojos azabaches furiosos se dirigieron a las dos mujeres. Ahora no estaba divertida, estaba molesta.

Oh, entiendo —habló con una sonrisa ladina, pero con la misma voz enojada —Supieron aprovechar la falla de sus dones, muy lindo.

Pepa e Isabella fruncieron el ceño, sin dejar en ningún momento de "pelear".

Isabella se concentró en mover lentamente su liana de espinas cerca de la muñeca de _____, esto para poder quitarle la pulsera sin que se diera cuenta.

Sin embargó, _____ se dio cuenta, y si estaba molesta anteriormente, ahora estaba más.

¡Suficiente! —declaró con un grito que los alertó a todo. —Si quieren jugar, ¡bien! ¡juguemos!

Pronto, su estado divertido volvió a surgir. Cerró los ojos y se concentró en la vela, encontrándola, obviamente, en la casa de los Madrigales.

Los Madrigales estaban expectantes, confundidos de que estaba haciendo _____, pues esta solo estaba con los ojos cerrados y con suma concentración.

Volviendo con la joven, con tan solo soplar al viento, y con ayuda de sus poderes, pudo apagar desde la distancia la flama ardiente de la vela.

Abrió los ojos al dejar de sentir el cereal y las lianas de espinas hostigándola.

¿Qué sucedió? —preguntó Dolores alarmada —¿Mamá? ¿Isabella?

No sé, mija —respondió Pepa, tratando de pensar en pensamientos que la irritaran para volver  a invocar una nube de cereal —No funciona...

T-tampoco mis poderes —comentó Isabella, igualmente haciendo un esfuerzo para poder tener sus poderes.

Lentamente, _____ dejo de levitar en el aire, aterrizando levemente en la tierra.

Camilo abrió los ojos con terror al entender que podía estar pasando.

La vela...—soltó, llamando la atención de todos —_____ apagó la vela.

Se escuchó una risilla de fondo, dando como confirmada su teoría.

Estamos muertos...—dijo Bruno, comenzando a entrar en pánico y tomando a una de sus ratas para abrazarla —¡Ratita vamos a morir!

¡Nadie morirá! —exclamó Alma al ver que eso producía pánico.

Exacto, nadie morirá —confirmó la castaña las palabras de la  mayor, estando frente a frente a la familia —Ya no tienen sus dones, son indefensos...podría dejarlos vivir a cambio de que no estorben en mi camino, ¿qué dicen?

Alma miro a sus hijos y posteriormente a sus nietos, sabía que de esa oferta dependía su vida. Literalmente.

Extendió temblorosamente su brazo, con la esperanza de que se la estrechara y así cerraran con un trato en el que les perdonaría la vida.

La joven sonrió, levantado igualmente su brazo al ver que iban a aceptarle la oferta bastante generosa.

Trato hec-

¡No! —gritó Carlos, quien llegó sorpresivamente por la espalda de la chica con el cuchillo, clavándoselo.

¡Agh! —se retorció de dolor, expulsando con molestia el cuchillo de su cuerpo.

La herida no era tan grave como de riesgo de morir, pero si grave para hacerla sentir un dolor punzante. Tan solo pasaron segundos para que su herida se cerrara y su piel se regenerara como si nada hubiera pasado.

Miro a el chico con increíble rencor y sed de venganza, tanta que tomó el cuchillo con el que antes fue apuñalada y lo elevó con la intención de hacerle lo mismo, pero con la diferencia de acabar con su vida.

Carlos se quedo quieto, estaba congelado, no sabía que hacer al verla a ella y un cuchillo a centímetros de él. Posiblemente perdería la vida ahí, y él lo sabía.

Antes de clavarle el cuchillo, sus muñecas se vieron aprisionadas por las manos de Estela, quien con todas sus fuerzas intentaba detenerla.

Tú...—gruñó con odio viéndola.

E-escucha, tú me ayudaste, ¿recuerdas? A pesar de todo me ayudaste y es algo con lo que tengo una deuda enorme contigo —gimió al sentir que sus pocas fuerzas para detenerla se estaban acabando —Déjame ayudarte ahora a mí, por favor. P-podemos traerte de regreso, _____.

Jamás querré tu ayuda —gruño, poniendo sus ojos de un color rojo, rojo como la sangre.

Aplicó más fuerza, logrando vencer a Estela, y ocasionado que el cuchillo entrara en su costado derecho.

La joven soltó un grito por el ardor en ese lugar, y soltó otro cuando la chica saco el cuchillo de su costado en un movimiento brusco.

No dejo tiempo para que pudiera procesarlo y clavó el mismo cuchillo en el abdomen de Carlos, haciéndolo a este abrir la boca para soltar un gemido de sufrimiento.

Terminó con lo que iba a empezar.

Vio como los dos cuerpos de los dos chicos caían al suelo, retorciéndose lentamente en agonía, pero aún sin morir.

¡Espera! —gritó Camilo, corriendo con _____ y tomándola del hombro para girarla y que se vieran.

¡¿Ahora qué?! —exclamó esta, con sus ojos flameantes viéndolo.

Estaba desatada y Camilo sabía que interrumpirla le daría una muerte segura. Miro a sus dos amigos de reojo, y después miro a su familia, quienes estaban devastados.

Unos petrificados, otros sollozando por la escena trágica, e incluso el más pequeño, Toñito, cerrando los ojos mientras abrazaba su mamá con fuerza.

Tenía que hacer algo, tenía que hacer algo para terminar con ese martirio. Tenía que salvar a su familia, mantearlos a salvo a cualquier costa, ya que no pudo hacer lo mismo por sus amigos.

Mátame —pidió él.

Su familia abrió los ojos de golpe, y no tardaron en aparecer los gritos de estos diciéndole que se callara, que regresara con ellos, que qué estaba haciendo.

Oh, interesante —los ojos rojos de la joven se cambiaron a los negros, y una sonrisa socarrona se extendió en su rostro —¿Por qué quieres morir?

E-es más un trato —respondió sin poder evitar sentir algo de miedo. Se aclaró la garganta para escucharse seguro de si mismo—Mátame, pero a cambio deja vivir a mi familia.

¿Y por qué crees que tú serías un buen sacrificio?

Porque yo fui quien te convirtió en esto, ¿no es así? —respondió —T-tú misma me dijiste que por mí culpa, por romperte el corazón, por no creerte, tú...—bajo su cabeza, incapaz de poder seguir hablando.

Sí, tienes razón — su sonrisa solo se extendió más al saber que cobraría venganza.

Con sus manos creo una copa, una copa de plata que tenía un líquido negro dentro. Se la extendió al chico.

Bébela —ordenó.

Camilo, temblorosamente, tomó la copa.

¡Camilo no lo hagas!

¡Podemos hallar otra solución!

¡No!

¡Por favor, basta!

Eran algunos de los gritos que oía detrás por su familia.

¿Qué es? —le preguntó a _____, ignorando a los llamados de sus parientes.

Veneno —contestó simple, haciéndolo estremecer —No te quiero dar una muerte rápida, no te lo mereces, y el veneno será la mejor manera de torturarte.

Él suspiró, sabiendo que la bebida en su mano esta envenenada, pero, sin apartar la mirada de ella, le sonrió y se la llevó a los labios, bebiéndola toda lentamente.

La joven sonrió lentamente, creyendo que su plan estaba saliendo a la perfección.

Lo que la chica no sabía era que Camilo no tragó el veneno de la copa, solo lo mantuvo en su boca.

Tomó a _____ de la cintura, aprisionándola contra su propio cuerpo y en un movimiento rápido, besándola.

En el beso intento desesperadamente pasarle el veneno, el cual al principio fue una tarea difícil pues la chica se resistía. Por un momento sintió que su ______ regresaba, ya que lentamente sintió como esta le regresaba el beso.

Esto mismo ocasiono que ambos pudieran compartir del mismo veneno y que ambos pudieran digerirlo. Se alejo cuidadosamente de ella, goteándole el veneno de las comisuras de sus labios.

Sonrió victorioso, pero a la misa vez débilmente.

Si yo caigo, tu vendrás conmigo.

Esto solo hizo reír a la joven.

¿Eres tonto? ¿Crees que el mismo veneno que yo cree me hará algo? —negó mientras sonreía —Yo no moriré, Camilo, pero tú sí lo harás.

—Mi plan no era matarte —dijo, enseñándole lentamente que tenía consigo la pulsera —Solo distraerte.

Mi pulsera...—abrió los ojos de golpe, mirando su muñeca y confirmándose que se la había quitado cuando no se dio cuenta.

Regresó su mirada a él, no tenían que ser adivinos para saber que estaba nerviosa.

D-dame la pulsera, si me la das haré que vivas —le aseguró, mirando la pulsera y a él consecutivamente e inquieta. —¡Te prometo que haré que vivas, pero dame la pulsera!

¿No lo entiendes? —tosió un poco por el veneno que le consumía las entrañas —Ni muerto el amor por ti se irá.

No...—negó nerviosa, sabía que en estos momentos ella estaba indefensa —¡No! ¡Morirás si no me la das!

Pero prefiero morir sabiendo que te salve.

En ese precio momento arrojó la pulsera al suelo, impactándose y destrozando el dije de mariposa en pedacitos .

¡NO! —gritó, corriendo por los restos de la pulsera. Intentó unirlos, pero todo estaba en vano. Miró a el joven con odio—¿¡Qué hiciste?!

Este no contestó, pero sus piernas comenzaron a flaquear, haciéndolo descender lentamente al suelo.

Desde el dije de mariposa salió una bola de energía. —Que...—murmuró confundida. Fue interrumpida por como la bola de energía crecía y se formó en una onda que se extendió hasta esparcirse de golpe.

Esto ocasiono algunos quejidos por parte de todos, sintiendo un dolor de cabeza por el impacto de onda que los atravesó y se extendió, para después esparcirse.

El primero en reaccionar fue Bruno, quien soltó un "Yujuu" de victoria, saltando de felicidad.

¡Lo hizo! ¡Camilo lo hizo! —vitoreó. —¡Todo se acabo!

Comenzaron a verse entre ellos, viendo que todos estaban vivitos y viendo que parecía todo volver a la normalidad.

Festejaron por eso, riendo y llorando por el enrome susto de lo que había pasado.

Ah...—jadeó Camilo, llevándose sus manos a su estomago.

No tenían que olvidar que su sobrino, el "héroe" ,estaba a punto de morir si no hacían algo.

¡Ay no! ¡Camilo! —Pepa corrió hacía él, y junto a ella su hermana Pepa.

Ambas se arrodillaron frente a él, viendo como el chico se ponía cada vez más pálido.

Mamá...—susurró él.

Shhh no hables, cariño —pidió con los ojos llorosos, tratando de ofrecerle una sonrisa para no atemorizarlo. Volteó con su hermana. —Julieta, tú puedes cocinar algo, ¿no? Tú tienes el don de curar lo que sea con tu comida.

Pero la vela...

Por favor —pidió suplicante —Solo inténtalo.

Julieta no rechisto, iba a intentarlo, por su hermana y por su sobrino. Tomó una arepa que tenía en el bolsillo de su mandil y ablando con sus manos un poco la masa, después se la extendió a Camilo.

El joven masticó débilmente la arepa, sintiendo como el aliento llegaba a mezclarse con el veneno.

Sorpresivamente comenzó a sentir como el veneno dejaba de dañarlo, y en su lugar sentía calma. No una calma de esa que te da por estar a punto de morir, si no la otra, la que te hace sentir que todo esta bien.

Tosió un poco y tomó una bocanada de aire.

Pepa y Julieta sonrieron al ver como los colores de su piel volvían.

C-creo que funciono— comentó Camilo, intentando lentamente sentarse.

Su mamá le ayudo a sentarse y en cuanto lo hizo lo abrazó, llorando en el hombro del joven. Una vez que su familia vio eso, Dolores, Toñito y su papá, corrieron igualmente a abrazarlo, formando una bolita de cariño.

¡No vuelvas a hacer eso jamás! —pidió Pepa —¡¿Oíste?!

Sí, mamá... —rio un poco por el agua que le caía de su cabeza —Controla tu nube de lluvia, mamá.

¿Eh? —Pepa miró arriba, viendo como una nube con gotas de agua los envolvía —Pero como...

Regresaron los dones —avisó Bruno al leer la situación —Termínanos con el mal y todo volvió a la normalidad, la vela y los dones regresaron.

Eso quiere decir que...—los ojos de Camilo se dirigieron al cuerpo dormido de su novia —_____... —también sus ojos se movieron a los otros dos cuerpos que estaban sus lados —Carlos, Estela...

No necesitó decirle nada a nadie, pues Julieta le leyó la mente, acercándose primero con Carlos y extendiéndole una arepa.

No te preocupes, yo me encargo de ellos —guiñó un ojo —Ve por ella, ve por _____.

Camilo asintió, y miro una vez a sus papás como señal de que si podía ir a verla, y ellos claramente accedieron.

El chico se levantó tambaleándose un poco al principio y después corrió por su chica. Lo primero que hizo fue poner un dedo en su muñeca y suspiró de alivio al ver que aún tenía pulso.

Menos mal...—susurró. Se acercó lentamente a su oído —_____, despierta...ya todo acabo. Despierta, por favor.

Yo me encargó —una voz detrás de él lo hizo brincar un poquito.

Señora Rosa —murmuró el nombre de la mujer —¿E-está bien? ¿Usted se encuentra bien?

Tengo tantas preguntas que luego les haré...—rio un poco —, pero dejando a un lado que casi muero asfixiada por mi "sobrina", estoy bien. Y no te preocupes, Camilo, sé como despertarla.

El chico asintió, moviéndose a un lado para dejarle espacio y que pudiera acercarse a ella.

La señora Rosa tenía un método peculiar para despertarla. Básicamente constaba en hacerle cosquillas.

Le hacía cosquillas en todo el cuerpo, pero esta no despertaba. Vio como el joven se puso de nervios al ver que no despertaba y ella solo sonrió tranquilizándolo.

No te preocupes, suele tardar. Pero encontrare su hueso de cosquillas y verás que despertara —aseguró, después miró como atrás un señor intentaba llamarlo —Por mientras, ¿por qué no vas con tu tío? Creo que quiere decirte algo.

Camilo volteó para atrás, viendo que efectivamente su tío le hacía una seña de que fuera con él. Suspiró y se levantó, no sin antes ver una última vez a la chica y después comenzó a caminar a la dirección de su tío.

Bruno estaba a punto de arrepentirse de lo que le iba a decir a su sobrino. Pero era mejor que lo supiera.

Por otro lado, Carlos recobró lentamente la conciencia. No había muerto, pero sí se había desmayado. En cuanto abrió los ojos por sentir como un pan le llenaba el estomago, dirigió sus ojos a su herida, la cual comenzaba a cerrarse.

Pero que- —miró a la señora delante suyo —¿Qué sucedió..?

Te apuñalaron —contestó como si nada —Pero no te preocupes, ya paso todo, estás bien —le tranquilizó y posteriormente le dio la otra mitad de la arepa —¿Por qué no vas con la otra chica que apuñalaron y le compartes de la arepa? Al final de cuentas ella te intento salvar al principio.

¿Eh? —Carlos volteó a lado, viendo a quien se refería —¿Ella?

Julieta asintió y le dejo en sus manos el pedazo de pan. Se paró lentamente y se fue para dejarlos solos.

Carlos suspiró e intento levantarse lentamente. En cuanto lo logró se dirigió con la joven, viéndola temblar de escalofríos por lo mal que se sentía al haber perdido mucha sangre.

El castaño se arrodillo a su lado y le acercó la arepa cerca de su boca para que la moridera. No tuvo que decirle o pedirle nada para que Estela mordiera el alimento, sabiendo más o menos de lo que se trataba.

La chica se recuperó en un instante, y vio como en donde estaba su herida, ya no había nada. Exhaló de alivio por el miedo que sintió no hace mucho tiempo de morir.

Carlos le extendió la mano, parándose frente a ella y sonriéndole cuando vio que se sentía mejor.

Gracias...—susurró la azabache, y él solo asintió.

¿Sabes? Nunca nos han presentado formalmente—dijo, sintiendo como le aceptaba la mano para pararse —Me llamo Carlos, mucho gusto.

Yo soy Estela — dijo en cuanto estaba de pie, y a escasos centímetros de él —Mucho gusto.

Ambos se perdieron en la mirada del otro, incluso más de lo que deberían. Sus manos seguían unidas y compartieron un sonrojo al darse cuenta de eso.

Soltaron su agarre y se acercaron con los demás, no sin antes sonreírse mutuamente.

Camilo sonrió de oreja a oreja y se paró a lado de su tío, el cual no se le veía demasiado feliz.

¿Por qué esa cara, tío? ¡Lo logramos! Debemos de estar contentos —le recordó.

Sí,bueno...¿cómo te explico? —rio nervioso, pero dejo las risas al saber que era algo serio.

Camilo dejo de sonreír al verlo en ese estado. Pronto, sus nervios se dispararon.

¿Qué sucede? —cuestionó con impaciencia —Tío Bruno, ¿qué sucede?

El señor suspiro.

Cuando rompiste la pulsera hiciste que todo volviera a hacer como antes de que a _____ le dieran la pulsera.

Aja...

Por eso la vela esta encendida y por eso seguimos teniendo los poderes.

Pero eso es algo bueno, ¿no? —le preguntó, mas Bruno negó.

Es bueno para nosotros, pero para _____...—sus ojos se dirigieron a la chica.

Camilo lo siguió con su vista y sus labios se abrieron ligeramente cuando la vio pararse. Estaba despierta.

E-eh, ahora me dices —volteó rápido con su tío —Primero tengo que hablar con ella.

¡No, espera! —le pidió al verlo correr a la dirección de la joven —¡Camilo, no!

Vio que su sobrino no tenia intenciones en retroceder y hacerle caso, así que dejo de gritar, y en su lugar camino para seguirlo.

Sabía lo que pasaría a continuación, y sabría que su sobrino iba a pedir una explicación.

Cuando Camilo llegó con la chica, la abrazó lo más fuerte que pudo. Su corazón palpitaba y sus manos temblaban al sentir su piel contra él. Sentía su respiración en su cuello, cosa que le produjo lagrimas que poco a poco caían sobre sus mejillas.

M-me alegro que estés bien —dijo, su nudo de garganta no lo dejaba hablar bien —_____, te amo, te amo tanto. No vuelvas a asustarme así, por favor.

En lugar de devolverle el abrazo, utilizó sus manos para separarlo un poco de ella. Cuando se separaron, Camilo la vio confundido por su acción repentina de alejarlo, pero lo disfrazó sonriéndole.

¿T-todo bien?

D-disculpa —sonrió incomoda —¿Quién eres?

No...—susurró incrédulo, su sonrisa se borro por un momento, pero al instante volvió a sonreír con sus ojos llorosos —No. No, soy Camilo.

Mucho ,¿gusto? —le extendió el brazo como saludo —Me llamo _____.

El chico se quedo petrificado, tanto así que no le devolvió e saludo. Incómodamente, _____ bajo  el brazo al ver que no se lo estrecharía.

Volteó a los lados viendo como todo era bosque y luego miro al joven nuevamente.

Disculpa, ¿me puedes indicar dónde esta la tienda? Es noche de eclipse y mi tía me pidió traer harina —pidió amablemente —Y creo que me perdí.

Los ojos cristalizados de Camilo estaban liberando más y más lagrimas.

No entiendo — su respiración se volvió agitada —N-no entiendo.

¿Qué no entiendes? —preguntó insegura. —¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda...? ¿Cómo me dijiste que te llamabas? ¡Ah, sí! ¿Camilo?

S-sí, pero tú, yo...

¡_____! —exclamó Carlos, llegando de imprevisto con los dos chicos y a su lado Estela —Nunca pensé que me iba a pasar algo así como de película —rio un poco.

La joven solo rio y asintió no muy segura, mirando para todos lados por lo incómoda que se estaba sintiendo con la gente que no conocía.

No te preocupes con mi gato. Claro que me dolió, pero sé que no era tu intención —volvió a hablar.

Ah, sí, claro —dijo, e igualmente levantó su mano para saludarlo —Me llamó _____, ¿tú cómo te llamas?

El castaño cayó en cuanta de lo que dijo, y miro de inmediato a Camilo, viéndolo con la cabeza baja y con lagrimas goteando de sus ojos. Entendió que posiblemente no era una broma.

¿No recuerdas nada...? —se animó a preguntar la azabache —¿Me recuerdas?

La joven negó.

No, discúlpenme, lo que pasa es que soy nueva en el pueblo —informó sonriéndoles — Me encantaría conocerlos, parecen buenas perso-

¡Pero ya nos conoces! —le interrumpió Camilo, harto de todo lo que estaba pasando —Te conocemos, nosotros somos tus amigos, y-yo soy tu novio.

¿Novio? —cuestionó abriendo sus ojos de golpe. Retrocedió con sus pies un poco —O-oye, perdón, pero no sé quien eres.

Antes de que pudiera decir algo, sintió como su tío lo tomaba del hombro. Camilo miró atrás y vio como él solo miraba a _____.

¿_____, cierto? —vio como la chica asintió —Debes estar muy confundida, pero tu tía esta allá —apuntó con su dedo en dónde se encontraba la mujer — Ve con ella.

Oh, ¿qué hace aquí? Pensé que se había quedado en casa —habló confundida, luego miro a los chicos —Nos vemos, un gusto conocerlos. —sus ojos se dirigieron al otro chico, él que parecía más afectado.

Se acercó a él y le dio unas palmaditas reconfortantes en su hombro izquierdo.

Adiós a ti también, Camilo —sonrió debilmente —Y...de nuevo perdón si no te reconozco.

Sin decir nada más se fue lentamente con su tía, sorprendiéndose de que la mujer estaba sollozando. Decidió no preguntarle el motivo, demasiada rareza por hoy.

Ya le explique a su tía, ahora les toca a ustedes —informó Bruno.

Los jóvenes lo miraron, y se le rompió el corazón al ver devastados, y los tres con los ojos vidriosos.

Cuando Camilo rompió la pulsera, todo regresó como antes de que _____ la usara —explicó —Eso significa que _____-

No recuerda nada —interrumpió el joven en voz baja, haciendo que lo miraran a él —No recuerda nada de lo que paso después de que se puso esa pulsera.

Bruno asintió lentamente.

Lo siento, Camilo —suspiró impotente de no poder hacer más —Lo siento a ustedes dos también —dijo, refiriéndose a Carlos y Estela —Sé que eran amigos de ella.

Camilo escuchaba como su tío seguía dándole un discurso motivacional, diciéndole que todo estaría bien, pero él no lo escuchaba.

Se negaba rotundamente a perderla, no ahora que la volvió a recuperar.

No podía hacer como si nada hubiera pasado después de hoy. No podía dejar ir tan fácil esos recuerdos, esa calidez, simplemente no la podía perder a ella.

Sin saber bien lo que hacía, corrió.  Oía como lo llamaban preguntándole que intentaba hacer, pero este no respondió.

Sin dejar de correr se puso en frente de la joven abruptamente, haciendo que la chica diera un brinquito por el susto.

Hol-

Escucha, sé que no me recuerdas, pero-—miro de reojo los labios de la joven y rápidamente volvió a mirarla —...pero debeo intentarlo.

¿Intentar qu-

Rápidamente, la acercó a él para besarla profundamente de una manera que pudiera ser suave, pero que a la vez demostrará que la amaba y que no estaba dispuesto a quedarse con los brazos cruzados.

Ahí, besando debajo de un eclipse a una chica que ni siquiera sabía quien era él, pero que él sabía bien que era ella, le estaba demostrando al universo que no sería fácil arrebatársela por una perdida de memoria.

Al caer en cuenta que el beso no era correspondido, se separó lentamente avergonzado. Pasó sus dedos suavemente por sus mejillas y quintándose las lagrimas al reconocer que un beso no cambiaría nada.

Vio a la joven, quien solo tenía los ojos abiertos y estos, poco a poco, acumulándose de lagrimas. Eso solo lo hizo arrepentirse más.

¡Perdóname! ¡No llores, por favor! —quiso limpiarle las lagrimas, pero pensó que no debía agobiarla más. —¿S-sabes qué? Mi error, por favor olvida todo.  Buenas noches.

Se dio media vuelta para caminar de regresó, repitiéndose en su cabeza lo tonto que era por haber hecho eso.

Robador de harina...—murmuró la joven, y Camilo la escuchó al no estar aún tan lejos.

¿Eh? —volteó para atrás, viendo como la castaña también lo miraba a él.

Tú....—se acercó rápidamente a él chico.

Sonrió con sus ojos brillosos por las lagrimas y de la nada le soltó una bofetada.

O-oye, ya te dije que perdón por besa-

Hazlo de nuevo —interrumpió, y sin dejarlo procesar, lo tomó de su cuello para acercarlo a besarlo apasionadamente, sin importar que ambos lagrimearan agua salada de sus ojos.

El chico poco a poco fue regresándole el beso, rodeando sus manos en su cintura y moviendo sus labios suavemente junto con ella.

Cuando se separaron, ella se cubrió la boca con ambas manos para ocultar un grito de emoción.

No lo puedo creer...te recuerdo —dijo y soltó una risa temblorosa —T-te recuerdo, eres el que me robo la harina.

Camilo rio por eso.

Sí, _____ sí, yo robe tu harina —asintió sollozando, incrédulo de lo que estaba pasando.

Pero más importante...—se acercó nuevamente a él para abrazarlo con amor, cariño y alegría —...eres mi novio y te amo. Te amo, Camilo.

Yo te amo a ti, ______.

Escucharon aplausos, gritos y unos silbidos a unos metros. Cierto, aún había más personas ahí. Se separaron y se giraron a ver a Estela y a Carlos, y detrás de ellos a los demás.

Pequeña idiota —fue lo primero que dijo Carlos, saltando para abrazarla.

¿No que no groserías? — se burló para regresarle el abrazo.

C-cállate, te lo mereces. Me asustaste como tres veces hoy. —se quejó y se separó lentamente para verla.

Le revolvió el cabello con diversión y sonrió para dejar los regaños atrás.

Pero, me alegras que nos recuerdes, y sobre todo, que estés viva.

Hablando de eso —interrumpió Estela, tosiendo falsamente. —¿Recuerdas todo todo?

Sip, todo todo —rio al verla nerviosa.

¿De todo te refieres a todo? ¿C-cómo que antes intente acabar contigo y con la relación que tenias con Camilo?

Sí, todooo —vio como Estela jadeo de decepción, a lo que ella sonrió—Tranquila. Lo recuerdo, pero también recuerdo que estuviste aquí hace un rato, intentando salvarme con los demás, así que no te concentres en el pasado. Ya paso.

La azabache asintió rápidamente, feliz de que no tuviera rencores. Después de todo, y después de lo que habían pasado juntas, Estela había cambiado y quería que las dos pudieran seguir formando una relación de amistad.

¡_____!—exclamaron Mirabel, Luisa, Dolores e Isabella, ah, y Toñito, lanzándose a abrazarla.

¡Ho-hola! —los abrazó también —O-oigan, no respiro, auxilio. —ellas solo rieron y se alejaron para verla.

Nos asustaste tanto... —comentó Isabella —, pero lo importante es que ya paso.

La castaña asintió con una sonrisa.

¡Mija! —la zangoloteo ahora su tía —¡Me sacas un susto cada dos días!

¡Tía! —se rio mientras era sacudida —P-perdón, prometo no más sustos.

Más te vale o te regresó para tu pueblo natal —amenazó y escuchó que el silencio y seriedad embargó el lugar. Entendió que su amenaza era grande.—O-o sea no a esos extremos, pero si te castigare con no más tamales.

Okey okey —sonrió.

Más atrás estaba la familia de Camilo, quienes le sonrieron y se acercaron más.

En nombre de toda la familia Madrigal, estamos felices de que estas bien —habló Alma, y por primera vez, sonriéndole.

¡Cierto! —abrió sus ojos como platos y junto sus palmas como suplica. —¡Lo siento tanto! ¡Perdón por todo! Perdón por lo que les hice pasar, perdóneme por todo.

Miro a todos en general, mirando a cada uno y murmurando varias y seguidas disculpas.

N-no sabía que estaba haciendo, no tenía control sobre mí. Disculpe, disculpen, disculpen.

Relájate — pidió Bruno con una sonrisa para tranquilizarla — No debes disculparte por algo de lo que no tenías control.

Pero-

¡Pero nada! —interrumpió Alma con la misma sonrisa —Somos la familia Madrigal, eso hacemos, ayudar al pueblo, y tú...tú eres parte del pueblo y de la familia.

Esas palabras solo le hicieron acumular más lagrimas.

Mu-muchas gracias —pasó su brazo por sus ojos para limpiarse sus lagrimas—. En verdad, gracias.

Dio un brinquito de la nada cuando sintió como alguien la tomaba de la mano.

¿Mh? —miró a Camilo —¿Qué pasa?

Ven—pidió y camino un poco, después vio como los demás la seguían y miró atrás —...a solas.

Se detuvieron, decepcionados de no poder escuchar el chisme completo. Pero después Dolores se los daría.

Ambos caminaron unos metros más hasta estar lo suficientemente lejos.

Camilo la tomó delicadamente de su cintura y ella, como de costumbre, lo abrazó del cuello.

Al fin admitiste que robaste mi harina —comentó con gracia.

¿Ah, sí? No lo recuerdo —dijo con gracia.

Oh, yo sí. Dijiste "Sí, sí _____, robe tu harina" mientras estabas llorando como un bebe.

¡Oye! —se rio con las mejillas rojas —No te burles de mí, me había dado sentimiento.

La joven solo rio y se acercó a darle un piquito en la comisura de sus labios.

Que de hecho, ahora que lo piensas mejor, que raro fue como nos conocimos —dijo Camilo, recordando y analizando bien la situación.

Yo diría que es aún más raro como termino todo esto —comentó con la misma diversión —Ya sabes, debajo de los árboles de un bosque, con tú familia, mi familia, amigos y a solo minutos después de haber tenido una batalla con el mal y de casi haber perdido mi memoria.

¿Entonces aquí termina todo? —sonrió el joven, mirándole sus labios y acercándose un poco más a ella.

No, esto solo comienza. —respondió con seguridad y con sus labios estando a nada de tocarse.

Y por fin, se besaron. Posiblemente siendo el beso más especial que se han dado. Estaba mezclado con demasiadas emociones. Podían sentir que no era un sentimiento solamente, si no varias sensaciones encontradas que se unían para formar ese mismo beso.

Pero ese beso no demostraba solo eso, también demostraba el fin de una historia.

Y el comienzo de otra.

Hola hola

Espero les haya gustado el último capítulo.

Todavía faltaría el epílogo, pero también estoy pensando en hacer unos extras, ¿ustedes qué opinan? ¿les gustaría algunos extras?

Sin más que decir me despido

Bye bye.

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