El Adiós Dorado 1L

By Sele_Aspiazu

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Todos sabemos que entre policías y ladrones solo hay una regla en cada bando: Arrestar al delicuente Salir... More

DEDICATORIA
PRÓLOGO:
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPITULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPÍTULO 41
CAPÍTULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48 (EPÍLOGO)

CAPÍTULO 34

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By Sele_Aspiazu

ALEXANDER VITAL

El cuerpo de Victoria cayó hacía un lado mientras mi mirada se dirigía hacía delante, mis manos picaban para agarrarla para evitar que su cabeza rebotara contra la acera pero mi labor no me lo permitía y tampoco era que iba a hacerlo por más que mi deber fuera ese.

La maldita había usurpado mi trono, mi poder y mi corazón aunque me molesta admitirlo.

Cuadré los hombros al momento que levantaba mi pierna izquierda para luego alargarla hacía unos centímetros para pasar por encima del cuerpo inerte de Smirnova a la vez que ignoraba el hecho de que estuve por poco de pisar su mano, en ellas vivía la marca que nos hicimos una vez que peleamos cuerpo a cuerpo, baje la mirada hacía ella al instante que sonreía cuando recordé el corté que estaba en mi mano izquierda y la de ella estaba en la derecha.

Moví la cabeza hacía el frente a la vez que caminaba hacía la presencia del Boss que tenía los brazos abiertos y una sonrisa enorme en sus labios, en completo silencio todos los hombres de Victoria se quedaron quietos observando como su jefa quedaba abandonada en la acera mientras la sangre se esparcía por el asfalto, cuando mis pies se detuvieron a unos metros del hombre que me dio la vida me giré hacía Nicolás que simplemente bajó la cabeza mientras observaba a la chica que sostuvo su mano con fuerza.

Viendo esa escena mis celos incrementaron en sobremanera, pero cuando me quise girar para hacerlo trizas una mano me detuvo desde el hombro para luego sostenerme en el brazo logrando detenerme.

Me giraron mientras sostenía mi cabeza y me mostraban como Nicolás subía a Victoria en sus brazos, mi padre acercó su boca a mi oído al momento que susurraba.

-Vengamos la muerte de tu madre Hijo, ahora hay que reinar sobre los Smirnova, le informaremos a todo el mundo la caída de la heredera de la mafia, haremos millones por solamente decir unas cuantas palabras- dijo orgulloso.
Anunciar la muerte de esa chica me dolía pero me molestaba más saber que ella había ganado y que mi corazón le pertenecía aunque fuera una traidora.

Asentí a sus palabras al momento que me giraba hacía el auto que nos llevaría lejos de esa masacre de una sola persona, antes de subirme en el asiento del acompañante escuché el gritó de Nicolás sacando a sus hombres de la escena, había ganado pero no me sentía el campeón de nada y nunca lo sentiría.

El auto aceleró dejando atrás cómo varios hombres de negro hacían desaparecer todo lo que tuviera en común con Victoria, trataba de ignorar cómo el pinchazo en mi corazón se hacía más grande a manera que dejabamos atrás a la chica con la que había pasado más de dos semanas, su visita a mi oficina se hacía presente en mi mente en el momento que movía mi cabeza hacía atrás a la vez que cerraba los ojos, necesitaba verla y sólo recordar su sonrisa, sus gestos, los insultos y la cantidad de palabras que salieron de mi boca cuando el ofició no estaba de por medio.

Mi mente se perdió entré esos recuerdos de tal manera que no noté cuándo el auto se paró bruscamente frente a las puertas de reja de una gran mansión que se encontraba perdida entré los alrededores de un gran huerto de vegetación extenso que me hizo acordarme la vez que golpeé a Victoria en esa oscuridad y cuándo la salve de ese tipo que murió por su mano.

Una sonrisa surcó mis labios cuando mis pensamientos eran hacía lo que sentí cuando la vi asesinarlo cómo si fuera un animal.

-Me encanta que te guste la casa pero espera a entrar que te tengo una sorpresa- me informó mi padre con seriedad.

Ignoré sus palabras al momento que el auto tomaba el retorno hacía dentro de la fachada de la mansión la cual nos dio la bienvenida con dos filas de empleados que miraba hacía el suelo tratando de no levantar la mirada mientras mi padre estacionaba a un lado del perímetro de la casa enorme de un color aburrido, esa residencia sería la última que Victoria hubiera elegido en su vida.

Sacudí la cabeza tratando de sacarla de mi mente pero sabía que sería imposible.
Me bajé del vehículo arreglando mi ropa para darme cuenta que mis manos estaban llenas de sangre seca, las examiné sin una pizca de culpabilidad al momento que seguía a mi padre en completo silencio, mi mente retorcida no dejaba que sintiera pena por alguien que fue un juego.

Mis pasos se detuvieron frente a ambas filas que en ningún momento levantaron sus miradas y en ése instante lo agradecí por el hecho de que no tenía la intención de verles la cara a ninguno, todavía me esperaba una presentación ante los tipos que seguían a mi padre y entré ellos estaba Tairon Smirnova, según las voces era igual a su hija mayor.

-A partir de hoy mi hijo será dueño y señor de ésta casa, quiero que lo traten cómo a un alto jefe si es necesario o que se arrodillen si él quiere, ¿Entendieron?- preguntó con diversión.

Vi cómo todos asintieron en acuerdo a él, sin más que hablar caminé hacía las puertas de la mansión mientras escuchaba los pasos de mi padre que iba detrás de mí con velocidad, traspasé la entrada al momento que veía las caras de Víctor y Calum frente a mí siendo seguidos por dos chicas que no cruzaron miradas entre sí para seguir a los hombres que pasaron a mi lado con la vista fija en mis manos.

Les sonreí al momento que colocaba mis brazos detrás de mí a la vez que los dejaba atrás entré susurros de su parte que no alcance a oír y cómo que tampoco me parecían inteligentes para prestarles aunque sea un poco de atención.

Caminé en silencio al mismo tiempo que oía cómo toda las personas que se encontraban dentro de la residencia se reían a diestra y siniestra sin importarles quien estaba a su alrededor o si ése alguien le podría molestar sus estúpidas risas de psicópatas, trataba de ignorar todos los pensamientos extraños que tenía sobre la muerte de Vic pero ella estaba empecinada en seguirme a donde fuera, sabía que ése sería mi castigo por hacerle daño y lo recibiría con los brazos abiertos porque era un puto traidor.

Sin verlo venir unas manos me tomaron desde abajo de los hombros a la vez que me alzaban para llevarme hacia una habitación oscura mientras que uno de los tipos que me sostuvo colocó una bolsa sobre mi cabeza consiguiendo que todo a mi alrededor se desplomara por completo, su acción  me dejó desorientado hasta que el olor de cigarrillos caros inundó mi nariz consiguiendo que supiera ante quien me tenía.

Caí de rodillas ante lo que entendí era una mesa repleta de personas que no conocía pero en el puesto principal se encontraría el individuo que había creado al monstruo de Victoria.

-Ella no es una monstruosidad, esa chica es lo más cercano a la vida que podrás tener alguna vez- reprendió mi mente.

Sonreí al momento que me sacaban la bolsa que habían usado para llevarme al lugar extraño que no tenía mucha explicación ya que en pocas palabras era una mansión segura, por unos minutos mis ojos se fueron acostumbrando a la luz mortecina que parecía estar por apagándose en pocos minutos, observé mi alrededor con una sonrisa juguetona que hizo reír a más de uno.

-¿Esto de esconderse en el sótano es común entre los mafiosos?- les pregunté con sinceridad.

Un hombre ya mayor se levantó de su silla al momento que colocaba sus manos sobre la madera sin quitarme la mirada de encima tratando de invocar algún miedo dentro de mí.

-¿Cómo sabes que estamos en un sótano?- contraataco como si fuera algún buen enigma que era difícil de descifrar.

-¿En serio pensaron que sería un novato en esto de los secuestros y la patética idea de cubrirse la cabeza conseguirían que no supiera dónde me encontraba? Señores que sea policía de profesión no quiere decir que sea un imbécil en las cuestiones de mafiosos, llevo dedicándome a esto desde que prácticamente supe que quería hacerlo además les cuento que mi altura me ayuda para hacerles más difícil el papel de llevarme, vi cómo llegamos y estoy seguro que me dormirán para sacarme de aquí, no es muy complicado saberlo- les explique al momento que me paraba sobre mis pies mientras colocaba mis manos hacía delante al mismo tiempo que desataba mis extremidades de las sogas que me habían colocado.

La habitación se quedó en silencio por unos minutos hasta que de repente escuche una risa carente de diversión que provenía desde unos asientos alejados de mí lugar, mi mirada se dirigió hacía la persona que se encontraba escondida entre las sombras.

-Mi hija tiene buenos gustos en hombres lastima que ponga sus intereses en primer lugar, me disculpo por los comportamientos de mis herederos, la mayor carece de sentimientos y el menor es idiota- se disculpo Tairon con una sonrisa al momento que las luces se hacían más brillantes.

Mis manos crujieron cuando menciono a Victoria, su nombre era infame en sus labios y la falta de compasión que tenía me daba las principales bases para asesinarlo frente a los presentes.

-Cuida tus pensamientos Coba, que mi hija no te haya matado no significa que yo seré benévolo contigo, traidor de cuarta- amenazó girando su silla y parándose de golpe.

Los hombres que estaban detrás de mí me hicieron volver a mi posición inicial al momento que Tairon se colocaba a mí lado, me hicieron girarme quedando arrodillado ante él con la mirada fija en él, su porte logró que un recuerdo se desbloqueara de pronto dejándome en un transe que fue difícil de sacar de mi mente.

Mis manos se aferraban contra el barandal de la escalera mientras trataba de no hacer ruido por la simple orden que mi padre me había impartido en el momento que me mencionó la visita de alguien importante, en completo silencio bajé dos escalones a la vez que mis pies sentían el frío que emanaba el escalón.

Observé como mi padre dejaba entrar a un hombre vestido completamente de negro a la vez que se saludaban de manera profesional, ignoraron mi presencia al mismo tiempo que se transportaban hacía la sala de estar donde los esperaba una cena cordial que la sirvienta había preparado para los dos hombres.

Los vi como se encaminaron hacía la sala a la vez que yo bajaba los últimos escalones que me separaban de la entrada de casa, la presencia de esa persona había sido la conversación más frecuente que había tenido en mi corta edad de diez años, mi padre como la cantidad de personas de negro que se paseaban por casa habían estado hablando sobre la visita del hombre que en este momento se sentaba frente a mi padre con una sonrisa malvada en sus labios que causo un escalofrio que recorrio mi cuerpo de manera alarmante.

Me escabullí entre las paredes de casa al momento que abría una pequeña puerta que se encontraba abajo de la escalera que había sido construida para mí cuando mi padre quería jugar conmigo a las escondías, aunque sabía que era una excusa para dejarme de lado para sus asuntos que no tenían nada que ver conmigo, como todas sus cosas y hasta su amor de padre.

Abrí la pequeña rejilla la cual estaba escondida en la pared que daba justo al frente de la sala de estar, el objeto se abrió a mi disposición mientras me daba una vista completa de la cena que se estaba llevando a cabo en mis narices, vi como ambos comían en silencio mientras mi padre lo analizaba como lo hacía con los ladrones que tenía en su cuartel que en cualquier momento pasaría a mis manos.

-¿Tienes el suero?- le preguntó el hombre misterioso mientras llevaba un bocado pequeño hacía sus labios que se abrieron despacio.

Mi padre comió despacio sin siquiera inmutarse en contestar con velocidad, por lo visto eran viejos amigos ya que nunca había visto compañeros de trabajo de él dentro de casa y que haya alguien que provocaba revuelto me parecía extraño.

-Sabes los pros y contras de la infusión que te puedo proporcionar, es recomendable dar en pequeñas dosis a mentes débiles que no tendrán problemas en incorporarlas ya que se irán acoplando a sus pensamientos como sus sentimientos, es efectivo cuando quieres soldados a tu disposición- explicó papá con seriedad.

El hombre se quedó callado analizando las recomendaciones del tipo que se encontraba frente a él.

-Vic lo soportara, necesito una heredera fuerte y disculpa por la usurpación de tu trono pero mi hija tiene más potencial que tu muchacho- alardeo el hombre misterioso.

-Mi hijo destronará a la tuya cuando tenga la oportunidad- rebatió con confianza.

El misterioso hombre de negro coloco los codos sobre la mesa al instante que colocaba sus manos sobre su mentón y miraba a mi padre con egocentrismo.

-Victoria es una caja de sorpresa, nunca lo olvides Farag- dijo.

Volví a la realidad cuando sentí como un puño me golpeaba el mentón con fuerza logrando derribarme por completo.

-Esto es el comienzo soldadito de juguete- susurro el padre de Victoria.


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