๐•ฎ๐šž๐š›๐šœ๐šŽ๐š [Actualizรกndose...

By JeanRedWolf

4.5K 448 86

[Los capรญtulos que tengan este icono: [*] son los que estรกn editados] ๐™ด๐š• ๐šŒ๐šŠ๐š˜๐šœ, ๐š›๐šŽ๐šœ๐š๐šž๐šŠ๐š›๐š๐šŠ๐š๐š˜ ๏ฟฝ... More

0. ยซIniciando...ยป
1. Atรญpico a lo convencional [*]
2. Sobrevive a cualquier precio [*]
3. No me abandones [*]
4. La peculiaridad de un Amo [*]
5. Tan joven y estรบpido [*]
6. Renacido y jodido [*]
8. Algo peor que el ego [*]
9. Sujeto de pruebas [*]
10. ร‰rase la bรบsqueda de un oficio [*]
11. Un mal momento para el placer [*]
12. ร‰rase un cortejo y un momento de lรกstima [*]
13. Cuando el castigo sobrepasa la crueldad [*]
14. Saborea tu culpa [*]
15. Engaรฑos y trampas [*]
16. Obligado a luchar [*]

7. Adiestra a un gato [*]

169 26 1
By JeanRedWolf

Dicen que cuando, de niño, cambias de lugar a lo que estás habituado el cambio te resulta impresionante. En mi caso, más que sobrecogido, lo que estoy es más confuso de lo que me gustaría admitir. Quizás es porque he pasado más de veinte años bajo tierra, y el sol a duras penas se podía ver reflejado desde las cristalizadas piedras de la cueva por donde salía el escuadrón aéreo de mi padre. O quizás porque esos dos meses en aquel lugar, lo que solía ver al despertar era un lugar de ensueño y con el equilibrio perfecto entre lo "antiguo" y lo "moderno".

El clima a nuestro alrededor se aprecia gélido por la nieve acumulada en todos los lugares y pedazo de hielo colgando como murciélagos en las puntas de algunos árboles. Claro que no para mí porque tengo inmunidad al clima y no me puedo congelar, aunque mi cuerpo sí "sufre" el sentirse demasiado expuesto ―no todo puede ser perfecto―. Las ráfagas de viento tampoco se quedan muy atrás, generará en algunas personas ciertas rojeces en zonas como las mejillas o la nariz.

Cuanto más miro, más creo que esto es diferente a lo que tenía pensando sobre el concepto de "edad media" o "aspecto medieval".

Volteo a mirar a Crimson, quien parece también desubicado como lo estoy yo en estos momentos, pero al mismo tiempo también animado y curioso. A veces su cuerpo lo traiciona y se mueve un poco de un lado a otro, curioseando desde la distancia ―aunque sin separarse de mí― todo lo que le resulta "raro". Hay cierto aire nostálgico y tierno que lo hace sentir diferente a lo que estoy acostumbrado a verle cada día, casi pareciendo un niño que pisa por primera vez una nueva ciudad con sus padres.

―Crimson ―advierto en un tono bajo, pero firme, para comprobar si sigue atento a lo que estamos haciendo.

―Disculpe mi emoción, mi señor ―se mueve hasta mi lado e inclina la cabeza para hablar en voz baja―. Todo está tan... vivo. Es nuevo. Incluso me atrevo a decir que brilla más que cuando yo era un niño, ya que en mi época y territorio el cielo siempre estaba plagado de nubes negras prácticamente casi todo el año. Rara vez teníamos unas pocas horas de luz solar. Y, aunque esto suene extraño, teníamos una vez al mes una noche roja en el cielo.

Resoplo.

―Ni que estuvieras viviendo en Noruega...

―¿Noruega? ―pregunta él con curiosidad―. No conozco ese lugar. ¿En qué reino se ubica exactamente?

Suelto un ligero jadeo a modo de negación, sacudiendo la cabeza, y procedo a caminar a un ritmo algo más calmado en dirección al bosque.

Puedo entender que alguien como él, que ha pasado tanto tiempo encerrado, vea todo este lugar como un nuevo patio de recreo. Yo también lo creía, pero confieso que estoy un poco decepcionado. El viento sisea entre los pinos, donde la mayoría están pelados, del mismo modo que lo haría un barrio de chismosas durante las noches; las hojas ejercen un rumor entre los roces de los que son un poco afortunados y no están desnudos, y las ramas crujen por las cosas escondidas entre las capas de verde y blanco. A simple vista no se ve nada que llame la atención, pero llevo un rato sintiéndome observado y la sensación es muy molesta.

Es como si me estuvieran estudiando bajo la capa de lino, aquella que me he colocado sobre la ropa para no llamar demasiado la atención. Sé que hay vida más allá, en la distancia, que se mantiene un grupos gracias a que tengo la habilidad de ver los cuerpos que generan calor. Intuyo que serán aventureros, o leñadores, o alguien que está paseando por las inmediaciones.

Y eso significa que hay un pueblo o ciudad cerca, lo que es una buena manera de empezar.

―Busquemos un pueblo cercano y estudiemos los siguientes pasos con detenimiento ―comento con calma, alzando la cabeza para expresar seguridad en mí mismo y no parecer débil―. Si tenemos un poco de suerte, quizás podamos vender un poco de armamento básico con calificaciones terribles, y toda esa morralla que ocupa espacio en el inventario.

Crimson no comenta nada, sino que que me sigue sin pronunciar ninguna palabra aunque no tengamos ni la menor idea de dónde nos encontremos. Es obvio. Como la Tienda de Jugador vuelve a estar bloqueada y he perdido mis habilidades de mapeado y localización, nos toca ir a ciegas aunque eso pueda ser un poco peligroso.


Casi treinta o cuarenta minutos después conseguimos encontrar lo que sería el primer pueblo, lo que hace que Sabio me alerté con un logro llamado "Primera Civilización". ¿Siendo honesto? Yo no puedo tratar a esa cosa como un pueblo en realidad: Hay una empalizada ridícula y pequeña creada por palos de madera puntiagudos delimitando el pequeño territorio, el cual está compuestos por algunas tiendas de campaña de tela al principio y, conforme te adelantas, unas casas enanas que no tendrán más de dos habitaciones.

Cinco tiendas y cinco casas. ¿Cómo se le llama a eso? ¿Aldea? ¿Asentamiento?

Hay algunas personas en la calle, donde la inmensa mayoría son criaturas con rasgos animales que se diferencian entre sí. Los escasos humanos que hemos visto nada más entrar están en un lado, cercados como animales y metidos en jaulas de madera. Desnutridos, sucios, algunos incluso muestran heridas de latigazos en las extremidades o la cara. Me gustaría decir que verles en ese estado me generaba cierta pena y empatía... pero lo cierto es que no. En realidad, por todo lo que he leído sobre ellos, sólo me causan una gran e insondable indiferencia; además sólo hay hombres adultos, ni niños ni mujeres.

Conforme miro en los escasos puestos expuestos a la intemperie, sólo diferenciados por mantas y diferencias de clase de objetos, ya intuyo que vender aquí no sale para nada rentable. 

A veces la gente nos mira caminar con una mezcla de curiosidad y desconfianza, lo que es habitual si ves a un tipo de ojos rojos como la sangre y un cuerno sobresaliendo de su frente, y a un tipo con los ojos tan amarilloso como lo sería el sol. Nos persiguen con la mirada conforme caminamos como si nada, casi como si lleváramos en nuestra cabeza un cartel de neón anunciando que somos "extranjeros" y "bichos raros".

Yo los ignoro porque estadísticamente hablando soy más débil que un preadolescente con cierto entrenamiento básico. Además, mi habilidad de hálito no-elemental todavía no la domino bastante bien y no estoy seguro de qué efectos habría si otros lugares cercanos se enteran de esto. Por supuesto que si esta gentuza se atreve a joderme, no voy a dudar en joderlos a todos destrozando todo lo que esté a mi paso.

Por otro lado, el comportamiento animado de Crimson hace que llamar la atención sea mucho más pronunciado en nosotros. Parecemos turistas. Supongo que también es porque lo considerarán algún tipo de semi-demonio por su cuerno, aunque por alguna razón que desconozco, nadie se nos acerca ni siquiera para intentar robarnos. Intuyo que es porque Crimson tiene alguna habilidad que repele a los débiles o algo similar, sino no me lo explico.

―Sigue persiguiéndonos esa rata ―le murmuro en voz baja, deteniéndome para "leer" un agujereado y maltrecho tablón con papeles bastantes desgastados. Informarse es lo primero en lo que te tienes que enfocar, pero también estar atento y armado―. Y no me refiero a los que quieren robarnos pero nos temen, sino al que estaba escondido en el árbol una vez pisamos tierra firme.

―¿Lo ha notado también? ―cuestiona, esta vez como portándose un poco al estar a mi vera. Asiento y él sonríe levemente. Debe de ser bastante grande para emanar esa cantidad de calor que vi, pero no entiendo cómo es capaz de ocultarse tan bien entre la nieve―. En mi opinión, debe de ser un gato bastante grande y no precisamente joven. Me arriesgo a decir que superará la veintena dado su tamaño, pero al mismo tiempo conservando cierta advertencia en la distancia para hacernos creer que no hemos reparado en él.

―También se nota que ese tipo no pertenece a este lugar ―opino, llevando mi mano al mentón para parecer centrado aunque en realidad la mayoría de papeles sean porquería―. Algunos tenderos lo han mirado con desconfianza también aunque se intentara ocultar detrás de las carpas y las casas.

―¿Cree que intentará robarnos en cuanto bajemos la guardia?

Eso es gracioso. Sé que Crimson es lo bastante fuerte para reventarlo de un simple bofetón ―lo que, al mismo tiempo, me asusta porque eso significa que su nivel de ataque debe de superar los quinientos puntos como mínimo― y no le daría ni tiempo a reaccionar. Es imposible que una bofetada, literalmente, reviente una piedra en miles de mini-trocitos que se diseminan en todas las direcciones como un metralleta. Si no lo hubiera visto yo mismo, creo que ni lo creería que un tipo como él, tan delgado, tenga semejante fuerza.

―Si ese ladrón de poca monta cree que somos nobles o tipos débiles, mejor que tenga cuidado o le aplastaré la cola hasta transformarla en forraje... ―murmuro en voz baja con una mueca de molestia. 

A Crimson le hace gracia el comentario, por lo que responde con una sonrisa divertida. Seguidamente me fijo un poco mejor en el tablón, hallando un mapa lo bastante viejo para decir que llevará ahí al menos cincuenta años por su color. No es más que un papel con detalles de carreteras, dibujos muy mal hechos y supongo que el nombre de algunos lugares representativos. Intuyo que el arte no es el punto fuerte de las bestias.

―Estamos aquí ―dice Crimson, tocando el punto amarronado con su dedo―, lo que significa que la ciudad, y no aldea, que tendríamos cerca es Belekhia si no queremos dar tanto rodeo entre pequeñas montañas y cañones semi-boscosos. 

―Intuyo que como mínimo tardaríamos una semana si paráramos y durmiéramos lo justo ―opino entrecerrando los ojos―. A tu velocidad... quizás dos días, pero llamaríamos demasiado la atención y de momento eso no nos conviene.

Belekhia está al norte del país, y por lo que he leído es la tercera ciudad de Bestias más grande. Hell me informó que las Bestias son criaturas interesantes, pues su cultura es diversa y sus rarezas únicas porque van anclada a su especie. Capaces de hacer que su piel se llene de pelo, transformarse en animal o forzar a que su cuerpo muestre alguna característica muy concreta ―como por ejemplo sacar garras o transformar los brazos en alas―. Cuanto más carnívora es la especie de la bestia, y más "depredador" entraría en el mundo animal, más fiero es su carácter y fuerte su ego. Son orgullosos hasta más no poder, e incluso las mujeres pueden ser peligrosas en algunas especies.

Suelen trabajar con artesanías de madera y telas, siendo posible encontrar ropa y objetos caseros con bastante frecuencia. De alimentación tienden a comercializar con cereales, pan, fruta y ciertas partes de carne. En cuanto a armas, se especializan en armas pesadas a dos manos o a distancia como arcos o dagas arrojadizas.

Es una buena zona para comercializar mis horribles espadas, vender ropa con resultados mediocres, y podría colarle a algún noble esa joyería hortera que simplemente es inútil.

―Entonces deberíamos de tomárnoslo con calma, mi señor.

―Estoy de acuerdo ―asiento―. Creo que es una buena oportunidad para que suba mi nivel en combate, y de paso estudie la flora y la fauna para futuros proyectos. No tengo que olvidar que todavía soy débil y mi habilidad principal se basa en crear; así que sin material, por ende, no puedo generar objetos.

Vender aquí no vale la pena, y tampoco descansar. En mi opinión sería mejor irnos al bosque, montar la tienda y mantener la guardia alternada para no ser molestados por nada. Es una lástima que Sabio no funcione tan perfecto como me gustaría, pero ya de por sí soy una trampa andante con ciertas restricciones. Como mucho podría utilizarlo para volver a ganar logros, investigar materias primas y conversar un poco sobre cuestiones que me vayan surgiendo.

Saco un papel y un lápiz bajo la capa, a la vez que sale desde el almacén sin que nadie lo perciba, y aprovecho para dibujar el mapa a ojo. Eso de utilizar la bolsa del mago y transformarlo en habilidad es interesante, pero creo que eso fue creado en base a mi suerte. Así que me apoyo sobre la madera, alternando la vista entre el mapa cutre y el mío cada cierto tiempo, y puedo confirmar que aunque yo no sea un artista pienso que esto puede servir.

«Habilidad "Dibujo" adquirida. Grado E. Siga practicando para aumentar su grado».

Maravilloso, habilidades gratis. Seguro que mataré monstruos enseñándoles un boceto horrendo de mi mapa.

Terminado el mapa, nos damos nos vamos la vuelta para dirigirnos a la salir y así lejos de este lugar apestoso. Conforme nos movemos, la gente que está en la "distancia segura" sigue vigilándonos a la distancia mientras nos quieren hacer creer que están ocupados; pero en realidad no lo están, y estoy seguro que esa Bestia gorda en forma de toro que está molestando a los humanos con un palo mientras se burla de ellos tampoco. Fue durante un segundo para mirar en nuestra dirección, pero siguió con lo suyo.


Parte de esa mañana y de la tarde sólo nos centramos en buscar presas: Al principio animales para poder utilizar carne para comer, piel para ropa y huesos para tallar. Sin embargo, debido al clima y el entorno, al parecer lo que más se encuentran son pájaros y rara vez algún conejo que no dista demasiado de los de mi mundo. Ni un monstruo. Cero. Después procedemos a hacer la parte aburrida de cortar corteza, hojas, alguna flor sepultada por la nieve y piedras. La gran mayoría de cosas son corrientes y no poseían ninguna utilidad, aunque Crimson estuvo durante todo este tiempo muy contento de ir de un lado a otro.

Ya en la noche creamos un campamento en una zona que me gustó su ubicación, cercana a un río que está deshaciéndose el hielo por la temperatura que aumenta poco a poco por alguna extraña razón que al menos yo no comprendo. Saco la tienda que se materializa en segundos, mientras Crimson prepara una pequeña hoguera como le he enseñado, y yo me pongo a tallar objetos básicos ―una tabla para cortar, dos cuencos, cucharas, vasos y el mango del cuchillo, ya que el filo lo he hecho con  un metal ligero―; pero todavía tengo esa maldita sensación de sentir observado desde la distancia. Es inquietante y molesto.

«Habilidad "Ebanista" ha aumentado su nivel. Ahora es grado D ».

Gracias por nada, Sabio. Ahora podré matar a alguien con un plato de madera o usarlo como frisbee cuando adoptemos un perro.

Lo cierto es que he comprobado que mis habilidades están tardando muchísimo en subir, a diferencia de antes que era una subida bastante constante. Sin embargo, la calidad del producto es mayor. Aunque es molesto. En dos meses todas mis habilidades de creación se han quedado estancadas en C y subir al siguiente nivel parece imposible, es como si tuviera que golpear cien mil veces un pedazo de hierro sólo para que Herrería ascienda a B. Terrible.

Terminado el tallaje, guardo las herramientas y saco un libro del almacén. Nada interesante ni novedoso, o al menos en principio.

―¿Qué está leyendo, mi señor? ―pregunta Crimon con curiosidad―. ¿Es lo que le intercambió a ese chico que estaba estudiando en la ladera en la tarde?

―Sí.

Fue por la tarde, quizás cerca de las cuatro, cuando después de tanto recoger materiales decidimos hacer un descanso y movernos para estudiar un poco más el terreno. En una ladera bastante baja, donde el aire pasaba bastante bien para sentirse fresco, había un grupo de chicos pegándose golpes con espadas de madera que iban y venían; y sin embargo, mi interés se inclinó hacia el que estaba sentado en un árbol con un puñado de libros a su lado. En cierto modo me vi un poco reflejado en él, en todo ese tiempo que estuve con Hell leyendo libros porque era lo único que podía hacer a mi edad por falta de fuerza y resistencia.

Era cauto, lo suficiente para mostrar una pequeña daga que tenía guardada en el bolsillo trasero con su funda, así que le pregunté sobre si tenía algún libro básico sobre economía del país, mapeado, creación... algo que no fuera literatura de ocio. ¿Su respuesta? Ignorarme por completo, por lo que no me quedó otro remedio que optar por responder a las malas: Saqué una espada larga del almacén con un filo acuoso por las piedras empleadas, y el brillo del sol, para luego moverme rápido y clavarla muy cerca de su pierna.

Obtuve su atención, toda, y como no era tan hijo de puta le cambié uno de sus libros por un saquito de sal. ¿Honestamente? Cuando se largó pitando con una cara de sorpresa, pensé que quizás la sal aquí era algo muy caro. 

No tenía ni idea, pero al menos saqué algo que por lo menos podía leer.

―¿Es divertido?

―Hace mucho que dejé de leer por diversión, Crimson ―le digo, pasando la siguiente página con calma―. No estamos de vacaciones y, aunque sea una aventura para ambos, ya sabes cuál es la primera cosa que necesito hacer hasta concluir toda mi lista de deseos. No son pocos.

―Deseos muy interesantes, Amo ―concuerda, procediendo a sentarse para verificar un poco el guiso―. ¿Cómo se siente en su nuevo cuerpo?

Levanto la mirada de la lectura, ofreciéndole un pequeño fruncimiento de cejas blancas. A Crimson le encanta hablar por los codos, a lo que supongo que se debe a que llevaba mucho tiempo sólo y no tenía ninguna compañía que le devolviera la charla. Aun así, conforme me habló un poco ―durante la cueva de magma― sobre el supuesto "Guardián" iba cada vez más perdido, pues se sentía como explicarle a un niño algo que ocurrió hace quinientos años sin ninguna explicación lógica.

Sabio arrojó un poco de luz en la historia de las Deidades, pero me quedé un poco igual porque no es mi campo de estudio.

―Diría que es más pesado que el anterior, pero aprendo bastante rápido a llevar las diferencias en base a la práctica ―explico, golpeándome la pierda que he recuperado al renacer―. Por otro lado, la sensación de que los pulmones me ardan cada vez que respiro, como si tuviera fuego dentro, hace la acción un tanto confusa. Claro que si soy un dragón debería de ser así, pero mi elemento es "Vacío".

―Es un elemento maravilloso, si me lo permite decir. Inusual.

Miro el guiso y frunzo el ceño otra vez, intentando conservar la expresión estoica que me caracteriza. La carne de animal es escasa, y la carne de monstruo del almacén se está terminando aunque sea repugnante. Lo único bueno es que Crimson no necesita alimentarse como una persona normal, pues con sangre tiene suficiente.

―Respecto a tu duda sobre el libro ―retomo la conversación después de unos minutos callado―, son sobre civismo. Aburrido para un chico promedio, pero al menos me ayuda a conocer un poco más la sociedad de las Bestias y romper algunos clichés que creí que existían en la realidad.

La moneda que se emplea tiene un uso extraño: Cada sociedad racial posee un tipo de moneda con un nombre en concreto, en representación a la raza que pertenece, pero el uso de las mismas es bastante igual. Blanco, cobre, bronce, plata y oro son los colores predominantes desde el más barato al más caro, aunque la forma de equilibrar el valor de la moneda me resultaba un poco lioso. Quizás la idea más sencilla sería acumular, cambiar por una moneda superior y así no quemarse tanto el coco.

Por otra parte, considero estúpido que existan tantas variantes de moneda. Económicamente hablando es insostenible, y el cambio entre ciudades bastante incómodo. Es como si los altos cargos no quisieran que las personas visitaran territorios vecinos de otras razas, haciéndoles dudar de si es mejor quedarse en "su lugar" en lugar de viajar libremente.

―Mi señor, ¿puedo pedir... un favor personal y egoísta?

Mi mirada se va del caldero malformado a la mirada rojiza de Crimson. Lo sé. Yo ya sé lo que me va a pedir, especialmente porque hace muchas horas que no me ha pedido beber nada de sangre para reponer su energía. Palabra que, en realidad, es un eufemismo para decir que la sangre recupera poco a poco su maná al ser un usuario que emplea magia. Al mismo tiempo es confuso, pues los esgrimidores usan "Ki", la energía de los guerreros, que se repara con alimentación, descanso y meditación.

―Ya sé lo que quieres, así que vamos a la tienda ―se la señalo con el dedo, al mismo tiempo que me pongo de pie―. No me siento muy cómodo haciéndolo en el exterior, ya que siento que los pájaros nos observan como si fueran unos voyeurs...

―¿Vo... qué?

―¡Vete a la puta tienda ahora mismo, Crimson! ―espeto a modo de orden, y él obedece de inmediato sin siquiera decir ni una palabra más.

Durante los dos primeros días por el territorio, dimos por sentado que no podíamos sacar más de lo que ya habíamos hecho. Lo único interesante era el bosque, pero ya me empezaba a cansar estar en el mismo lugar dos noches seguidas.

En este tiempo, la nieve terminó por derretirse y las temperaturas subieron para mostrar un cariz estival. Esa fue la verdadera razón para quedarnos un poco más. Sin embargo, la aparición de monstruos seguía siendo ridícula. Alguna vez muy puntual encontrábamos cosas con cuerpo gelatinoso llamado "slime" que prácticamente tenía la única función de alimentarse de hierbajos y esparcirse como conejos.

Sabio recomendó estudiarlos, pero era aburrido. Los veías ahí, comiendo todo lo que entraba en su cuerpo hasta derretirlo, y luego pasaban a descansar durante largo rato en zonas donde daba el sol. Eran inofensivos, y por supuesto que intentar hablar con ellos era inútil. Quizás por la ausencia del cerebro carecían de lenguaje.

El tercer día por la mañana nos preparamos para irnos, ignorando por completo que teníamos un ladrón muy hambriento que asaltaba la olla mientras estábamos investigando el ambiente. Robar comida no era la gran cosa, pero tenerlo como un carroñero sí. Durante el camino hacia el primer asentamiento que estaba a un par de horas de viaje, la presencia de esa cosa la sentía en los árboles; y cuando volteaba sólo encontraba pájaros.

Malditos pájaros. A ver si tenéis huevos de cagarme de nuevo.

Cuanto más avanzábamos, más diferente me resultaban los territorios: A veces los árboles eran más frondoso y altos, en otros la vida animal comenzaba a mostrar pequeñas briznas de actividad, el aire, la riqueza de la tierra, el tipo de rocas... Ser un estudioso por obligación era un asco, pero aun así era necesario para que Crimson fuera la parte "ofensiva" del grupo.

No podía debatir sobre ello, ya que hasta el golpe más suave de él mataba todo lo que tocaba y yo no obtenía experiencia. ¿Y luchar solo? Bueno... dejaba bastante que desear.

Para cuando llega el tercer día, ya estamos viendo el primer asentamiento. Pero un de verdad, y no esa porquería de cuatro tiendas de lonas y ese ambiente que se parecía demasiado a un campo de refugiados en tiempos de guerra. De hecho, lo que me sigue frustrando es el no haber encontrado más monstruos aparte de "slimes". Esas cosas están por todos lados. A veces algunos pájaros encuentras volando el cielo, pero yo no soy bueno con el arco y no puedo usar a Crimson como un perro para una tarea tan aburrida.

Capaz sería de arrancarle la cabeza en pleno salto.

―Ya he preparado todo el campamento, mi señor ―informa, mirando en mi misma dirección desde nos hemos asentado―. El mundo es interesante, ¿verdad? Tiene muchas cosas por descubrir, y estoy seguro que podremos averiguar cosas interesantes.

Más bien es aburrido. Aun estando este tiempo a fuera, siento que cumpliré noventa años cuando suba a un nivel decente, porque estoy estancado en el dos por esos putos slimes de mierda que no dan nada de experiencia.

―Supongo..

―¿Qué tal si se da un refrescante baño y se relaja? ―ofrece amablemente, haciéndome mover la cabeza para verle un pco contento. Al menos alguien se lo pasa bien―. Yo haré una ronda por los alrededores, por si encuentro a esa rata, y le doy un sermón para que aprenda a no molestar a gente decente como nosotros.

―Haz lo que quieras, pero un baño no es una mala opción.

Él asiente.

―¿Algo que decir antes de marcharme?

―Sí ―asiento―. Si encuentras algo que no recuerdes haber encontrado, no dudes en traérmelo a la tienda... vivo o muerto. ―Me alejo un poco de la elevación y miro hacia el campamento, el cual se encuentra a unos quince metros de donde nos situamos ahora―. No entiendo por qué estoy creciendo estadísticamente con tanta lentitud, pero estoy seguro de que hay una razón lógica para que esto ocurra y todavía no la he descubierto ―digo para mí mismo, sacudiendo la cabeza poco después para no pensar ahora en ello―. Me marcho ya.

Crimson se larga a la velocidad de un suspiro, y yo me dispongo a moverme en dirección al río más cercano. Antes teníamos que bajar una pequeña cuesta, atravesar un campamento que hacía de "barrera" y luego ir cien metros a la derecha de la salida trasera para encontrarlo. 

Mientras camino, meditabundo, me pregunto sobre qué reacción habría tenido mi padre, Drake, al descubrir que yo ya no estoy ahí. Quizás Trak inventó alguna mierda de historia, o quizás echaría la culpa a Hell; pero quizás las cosas sean mejor así, que crean que estoy muerto y no esperen volverme a ver.

Diez años te cambian mucho. Es bastante tiempo empujándote a que reflexiones sobre tu vida y tomes caminos alternativos, siendo no todos buenas opciones. Puede ser que a rabia y el odio, creando una venganza personal, me haya ofrecido este cambio tan drástico en comparación a lo que hubiera sido en mi vida pasada. He decidido dejar de ser un ciudadano amable y modélico, y me he esforzado en adaptarme a una personalidad algo más tosca.

Quizás algunos me considerarían un villano si supieran que he intimidado, golpeado, torturado y matado a varios seres vivos con tal de sobrevivir en un mundo mezquino y cruel. 

Ya no soy ese muchacho que aceptaba lo que le daba la gente, bueno o malo, con una tímida sonrisa para no generar malestar a nadie. El pensar que todo lo que ocurre para mal es culpa mía, que a lo mejor es porque no he prestado atención o me he vuelto un poco tonto... pero en realidad la culpa siempre fue de ellos, de la gente que se aprovechaba de mi buena personalidad. 

Me usaron como les dio la gana, y cuando dejé de servirles yo era peor que una rata que acababa de salir de una alcantarilla.

No más amabilidad gratuita. 


Minutos después llego al río, aunque tan rápido como pongo un pie decido esconderme detrás de una enorme piedra que cubre mi cuerpo con facilidad. La razón de haber hecho esa completa estupidez es que he visto algo o, mejor dicho, a alguien. Hay un tipo con el cabello negro como el tizón con un montón de mechones blancos esparcidos por todos lados. Posiblemente metro noventa y cinco de puro músculo lleno de tatuajes en forma de líneas inclinadas , de espalda ancha que podrías usar como tabla salvavidas en una playa... y completamente desnudo. Afortunadamente me está dando la espalda mientras se lleva el agua al cuerpo con ayuda de sus manos, por lo que dudo que me haya escuchado llegar ya que me lo he tomado con calma.

Joder, ¿qué hago? ¿Y si el tipo de es de esos idiotas que golpea antes de preguntar?

Asegurándome un poco de que a lo mejor ese cuerpo es una fachada, tomo la decisión de que sería buena idea analizarlo con Sabio para saber si al menos no está tan roto como Crimson. Además, no tengo ni idea de a qué raza puede pertenecer un tipo como él que no parece tener ningún rasgo animal. Un enano seguro que no, ya que es demasiado alto; un elfo tampoco, ya que es estúpidamente musculado y sus orejas no se aprecian en punta; un gigante tampoco porque no tiene una altura tan anormal. Estoy seguro que los gigante miden más de dos metros y medio como mínimo, sino no tendría lógica. Entonces eso deja en el tintero cuatro opciones: Humano, demonio, vampiro o bestia.

¿O quizá existan otras cosas que yo desconozco de momento?

En cuanto decido asomarme, el tipo ya no está. Ha desaparecido del agua.

¿Cómo demonios ha salido sin hacer ruido un tipo tan enorme?

―¿Qué...?

Mi pregunta se me queda atorada en la garganta justo cuando siento un tirón de la ropa hacia atrás. Mi espalda toca la pared de piedra, clavándomelas por la fuerza aplicada por lo que emito un quejido de dolor, pero lo sorprendente es que me encuentro con unos ojos felinos que muestran un auténtico peligro para mi vida. Parece un amanecer furioso, entre amarillo y naranja.

―Espiar a un hombre desnudo, mientras se lava sin intenciones de molestar a nadie, es de ser un auténtico pervertido, mocoso. ―Tiene un voz grave y profunda que, siendo honesto, es la clase de voz que escucharías en una película y podrías quedarte un poco idiota. Lo peor es que esta situación se parece mucho a ese cliché estúpido de Wattpad, donde el tipo más dominante hace este tipo de cosas con el que es más débil que él―. ¿O quizás te has visto atraído por mi cuerpo porque te resulta atractivo? 

Me lo quedo mirando con cara de póker, pese a recordar que este pervertido sigue completamente desnudo y con todo al aire, aunque sólo me esté mirando directamente a la cara. Su mano, mucho más grande que la mía, me tiene atrapado del hombro para impedir que me mueva del sitio; mientras que los pies se aprecian en una postura para moverse rápido en el caso de que intente ladearlo.

―Había escuchado que los hombres Bestia eran unos guarros y unos pervertidos que no les importa exponer su desnudez a los demás, y por lo que veo es cierto. ―He mentido descaradamente con esa afirmación, porque en realidad no tengo ni puta idea de si esa información es veraz o un cliché que recuerdo de haber leído en novelas gráficas. Lo único que sé de este mundo sobre ellos es que ciertos comportamientos y costumbres están atados a la biología de su animal ligado al nacer, por lo que eso me deja con una información un tanto escasa. Por supuesto que mi comentario lo termina cabreando, porque me dedica un gruñido bronco de pecho que vibra a través de su brazo hasta mi hombro―. Vine a bañarme al río como lo haría una persona normal, por si tanta curiosidad tienes, así que quítame las manos de encima o te pegaré una patada en tu peluda polla de gato.

Sabio, abre su ficha ahora mismo.

«Orden aceptada. Reproduciendo».

◈ Nombre: Toga
◈ Género: Masculino
◈ Especie: Hombre Bestia (Tipo 1: Tigre) [Reversión genética]
◈ Oficio: Cazarrecompensas.
◈ Clase Principal: Explorador (C)
◈ Clases secundarias: Cocinero (C) || Aventurero (C)
◈ Título: Orgullo Felino || Amante Dominante || Pánico a los monstruos || El que es odiado por muchos

◈Nivel: 20

Vitalidad: 450
◈Maná: 100
◈Velocidad: 200
◈Evasión: 90
◈Fuerza: 350
◈Defensa: 150
◈Inteligencia: 50
◈Magia: 0
◈Destreza: 40
Carisma: 400
◈Suerte: 20

Para ser nivel veinte tiene unas estadísticas de mierda, y eso de tener el carisma alto significa que puede ser una persona que se le dé bien hablar con la gente. Tampoco estoy impresionado con que su ataque sea bastante alto, aunque sí que su velocidad sea estúpidamente destacable con lo enorme que es. Supongo que es porque viene de la familia de los felinos.

―Arrogante y estúpido, como es habitual con los de tu calaña... ―sisea cabreado, apretándome tan fuerte del hombro que me obliga a ahogar un grito. Eso va a dejar marca, porque este tipo es un bruto de manual―. Meterse con una bestia, desarmado y con ese aspecto tan mediocre sólo es típico para humanos como tú. Sois todos igual de idiotas y engreídos.

Oh... cree que soy humano...

―¿A quién llamas estúpido, cerdo gordo y pervertido? ―escupo las palabras con rabia, intentando quitármelo de encima. Pero la verdad es que no puedo moverme, lo que me hace sentir mucho más cabreado por segundos, porque me recuerdo a mis matones de instituto, siendo años terribles. Además, si me hubiera pillado con mis estadísticas cuando estaba en el laberinto, como mínimo le doblaría el brazo―. ¡Quítame las manos de encima!

Antes de que el tipo se atreva a hacer algo, o que yo le pegue una buena patada en los cojones, algo mucho más fuerte que él lo arranca de mi lado agarrándolo del pelo mientras suelta un rugido de dolor. 

Mis ojos, estúpidos, caen por un momento por el cuerpo desnudo de la Bestia: Rasgos faciales rudos y marcados, con una barba ligera que ladea su cara de mentón grueso; pecho ancho pero no demasiado prominente para dejar claro que no se alimenta adecuadamente con proteínas, con una explosión de pelo blanquinegro cubriendo parte de la piel humana; abdominales marcados, pero afeados por la ridícula e insuficiente ingesta de comida después de mucho tiempo; y finalmente la joya que todo hombre con un alma sucia por la lujuria estaría encantado de juzgar o alabar. 

Y ahí esta esa... cosa. No estoy si se le puede llamar "polla" a lo que carga este tipo: Más grande y gruesa de lo que podría considerarse por un humano, y por toda la base se aprecian puntitos blancos que no estoy seguro de si eso es lo que imagino que es. Y espero que no, porque este tipo al follar hará un daño terrorífico una vez se enganche a algo.

A ver, siendo honestos, yo no es que haya visto muchas pollas en mi vida, pero supongo que sé lo que se puede calificar como "normal" o no. Supongo.

Seguidamente mi mirada se fija en Crimson, quien le está agarrando firme mente del pelo con una mano y, con la otra, torciéndole el brazo con la suficiente "delicadeza" para no arrancárselo. Por su expresión puedo apreciar que está serio y enfadado, bastante. Lo aleja de mí lo suficiente para que no pueda siquiera golpearme con los pies que sacude como anguilas fuera del agua y, por supuesto, provocando gruñidos con palabras distorsionadas que no se entienden en absoluto conforme intenta zafarse sin ningún éxito del vampiro.

―No toques a mi amo, gato maleducado y sucio ―le dice en un tono lúgubre. Sus ojos rojos se prenden a sí mismos del mismo modo que lo harían las bombillas incandescentes, casi pareciendo deseoso de que le dé la orden de descuartizarlo en ese momento―. Mi señor es la criatura más hermosa y majestuosa de esta Tierra, así que un sucio animal como tú debe de conocer su lugar. No es excusa que tengas una piedra por cerebro, porque eso de acercársele desnudo y forzarlo a que no se mueva es de muy mala educación.

―¡Suéltame de una jodida vez, lameculos de mierda!

―Mi señor, ¿podemos matarlo ahora mismo para que no vuelva a estorbarnos? ―Ignora completamente al tipo, el cual intenta quitárselo de todas las formas posibles sin poder conseguir nada. Crimson es jodidamente fuerte, y a saber si existe alguien mucho más fuerte que él en los alrededores. Si quisiera, con un par de bofetones, podría destrozar el bosque entero y no dejar ningún árbol en pie con la fuerza que posee―. Estoy seguro de que si le forzamos a transformarse, y le arrancamos su piel, podríamos hacer una decente alfombra que...

―¡¿ARRANCARME LA PIEL, PEDAZO DE BÁRBARO!? ―grazna en un tono aterrado―. ¡Ni de puta coña! ¡Todavía no me he vuelto un hombre de éxito y popular entre las mujeres! ¡Todavía no tengo ni treinta, joder!

Ruidoso, bruto, estúpido... Mi intuición dice que debo de pensar en ello en lugar de terminar con su vida, pero el sentido común dicta que ante un enemigo hay que eliminarlo. La pregunta es... ¿es realmente un enemigo?

―No lo mates ―decido, encaminándome hacia ellos con paso firme mientras masajeo mi hombro para que vaya regenerándose con lentitud. Debo de cavilar todas las posibilidades para solucionar esto, porque si mi intuición me está cuestionando el no matarlo ahora mismo, es porque quizás sirva para algo―. ¿Puedes atarlo a un árbol mientras pienso en lo que haremos con él? ―Saco las cuerdas, ignorando el griterío del tipo desnudo, y se las lanzo a Crimson a un lado para verle asentir―. Átalo de la forma que practiqué contigo, esa en la que literalmente no puedes moverte en ninguna de las quince posturas básicas de escape que leímos en aquel libro. Eso incluye que también tengas en consideración que se transforme en tigre, porque si huye me voy a cabrear mucho contigo y ya sabes qué clase de enfados tengo.

Les doy la espalda y procedo a quitarme la ropa antes incluso de meter un pie en el agua. Estoy muy seguro de que ni siquiera ha tardado en llevárselo para que no sea capaz de ver mi desnudez. Crimson ejercer bien su papel de protector, pero también tiene fugas: Si lo envío de incursión, entonces estoy desprotegido; y si cosas como estas pasan, nada me garantiza que podría terminar muerto antes de que él llegara.


Me tiro en el río durante un largo rato, quizás alrededor de una hora. A veces me pongo a pensar en lo que tengo que hacer con Toga, en cuáles son los mejores pasos para seguir mejorando, cómo encontrar a esa Diosa hija de puta que me ha jodido la existencia... y también gruñirle a Crimson que deje de fisgonear a escondidas como un pervertido mientras termino secándome poco después de darle vueltas a todo. 

Lo primero que se me ocurre es en matarlo ―con sus pros y contras hipotéticos―, pero la idea me resulta estúpida e inviable porque las ganancia no merecen la pena. Después cavilo sobre la posibilidad de que nos guíe hasta Belekhia, pero sé que no lo hará por las buenas y sin crear alboroto, por lo que cabe la posibilidad de que, ante la desesperación, decida matarse a sí mismo para escapar de su destino.

Termino de vestirme y vuelvo por el camino al campamento mientras pienso en una forma de controlarlo. Necesito hallar algo que pueda mantener a un tipo como él atado, como si estuviera interesado en adiestrar un gato salvaje que no se deja mandar por nada ni nadie.

―Sabio, ¿sabes si se puede usar contrato sangriento con otras razas?

«Afirmativo. Esa habilidad puede usarse con cualquier especie, siempre y cuando entre en contacto con el interior del usuario».

Me cruzo de brazos cuando los encuentro. 

Crimson está entretenido afilando una rama con una piedra por aburrimiento, sentado sobre una piedra que ha nivelado seguramente a golpes, y el tigre me mira con una mezcla de prepotencia y asco. No me ve como un rival digno, y tampoco como alguien a quien temer porque sabe que tengo un guardaespaldas que puede reducirlo en segundos.

Sin embargo Toga está equivocado en que yo soy débil. Es cierto que mi nivel es ridículo, y que mi mejor daño es el hálito no-elemental, pero él desconoce completamente que existen muchas formas de ganar una guerra más allá de la sangre y la fuerza bruta. No he pasado dos meses tocándome los huevos en la cama, leyendo libros y dejando que Crimson me dé de comer como si fuera un emperador en la Antigua roma.

He aprendido mucho, y no todo mi estudio es lícito o moralmente aceptado. 

Puedo envenenarlo con un escupitajo, quemarle la piel con un bofetón si me concentro, o electrocutarle los cojones hasta que me aburra. Pero en mi opinión la tortura física es aburrida y simplista, porque él tiene una buena resistencia y quizás sea muy terco para dejarse amilanar fácilmente de ese modo. 

A tipos como Toga debes de doblegarlos de una manera astuta y cruel, sin importar que moralmente lo que tengo pensado sea muy cuestionable.

―¿Te vas a esconder detrás de tu bruto todo el rato, mocoso? ―Me escupe, literalmente, en el pecho con un gruñido enfadado―. Cuando consiga quitarme estas cuerdas y tu flacucho guardia baje la guardia... ya veréis lo que os haré...

Crimson lanza el palo en dirección a Toga, clavándosele en el árbol a milímetros del cuello, lo que hace que el tigre se quede estático por un momento. Yo volteo hacia el vampiro para hacerle una señal de la mano para que no intervenga, y tampoco lo dañe. Eso es lo que él quiere: Que lo maten y así librarse de nosotros en el caso de no poder escapar.

Limpio el esputo con la borde de mi capa, y me acerco más todavía para demostrarle que yo no le temo a los tipos que se creen muy machos y valientes para tratarme como una mierda. No estoy confiado por el hecho de que esté atado desde los hombros hasta los tobillos, sino porque en mi adolescencia y en la universidad lidié con muchos tipos como él: Atletas enormes, sexy y de gran cuerpo, además de bastante fuerza. Son el tipo de bully que le encanta meter tu cabeza dentro del váter, robarte el dinero o patearte por diversión.

El tipo es un cretino, un abusón, y yo estoy aburrido de estas personas. Ahora no soy el mismo debilucho que cuando era humano, sino que ahora mismo tengo otros métodos para demostrar que hay que temerme de verdad y no por pura palabrería. A los tipos como él sólo los puedes domesticar de una manera: Debes de robarles la libertad que les ayuda a crecerse, pisoteándolo, y así demostrar que tú eres mejor que ellos aunque no seas fuerte físicamente. Pero eres inteligente y taimado, posees métodos crueles para enseñarle que el verdadero terror no lo consigue una espada afilada sino un veneno con un suero que sólo tú sabes fabricar para que así no muera.

Aquí soy otra persona, soy distinto. El civismo de esta época no se acercará a la era actual donde los humanos pueden llamar a la policía, quejarse en redes sociales y crear huelgas contra las injusticias. Ese yo está muerto.

―Crimson, ven aquí y échame una mano en algo que he pensado ―ordeno, y el vampiro se desliza hasta mi lado como una exhalación―. Necesito que te saques un poco de tu sangre. Repito: Sólo un poco, tampoco te pases, y mucho menos la conviertas en veneno o ácido porque entonces verás lo que ocurre si me desobedeces.

―¿Va a perder el tiempo con este bruto dándole algo tan valioso?

―¿Cuestionas mi decisiones, a sabiendas de que jamás tomo decisiones estúpidas cuando las medido detalladamente? ―le devuelvo la pregunta con un tono firme y una mirada llena de reproche.

El vampiro agacha la cabeza en señal de disculpa.

―Lo lamento... ―murmura muy bajo―. No era mi intención socavar su autoridad frente al pervertido...

―Parecéis un matrimonio, ya que el chico parece la clásica mujercita gruñona y tú el hombre que no tiene los pantalones en la relación ―le expresa Toga a Crimson con una risita socarrona, recibiendo éste de vuelta una mirada de advertencia por parte del vampiro para que cierre la boca y no siga ofendiéndome―. ¿Te ha molestado que opinara sobre tu esposita?

Bocazas y gilipollas, cada vez tengo más claro que he tomado la decisión correcta; pero... va a dar mucho trabajo a la hora de educarlo.

Crimson clava su uña contra la yema de su dedo, sacando una densa gota carmesí que no dudo siquiera en tomarla con el mío. Yo mismo provoco mi propio sangrado al morderlo los labios, mezclando la sangre mi compañero con la mía para hacer un contrato de sangre forzado. No es que me vaya a librar de las consecuencias, pero es lo mejor que tengo ahora mismo a mi mano.

―Bájalo ―ordeno, ya que Toga está literalmente colgado de una rama gruesa del árbol, como si fuera la crisálida de un insecto o una colmena.

El vampiro no demorara nada, pero el tigre no parece estar entendiendo lo que está pasando. Hay un regustillo de placer que sientes cuando, en algún momento de tu vida, sabes que la vida de tu bully del instituto está siendo una auténtica mierda. Y esto va a ser lo mismo.

―De rodillas ―acoto, viendo a Crimson obligando al tipo a arrodillarse a la fuerza, en lo que yo le tomo fuerte de la mandíbula con mi mano. Es fuerte y cuadrada, muy masculina. Quizás Toga es popular entre las hembras―. Con que... soy una mujercita gruñona que tiene los pantalones en la relación, ¿eh? ―cuestiono con una sonrisa arrogante. Él no responde, por lo que prosigo―. He decidido no matarte, y tampoco reventarte las pelotas a patadas por haberme hecho un moratón enorme y feo en el hombro con tu mano; pero vas a pagar un precio muy alto por haberte metido en mi camino, escupirme, y tomarme como algo de lo que no hay nada que temer. Oh, sí, yo conozco a los hombres como tú, y te voy a demostrar que el más peligroso entre Crimson y yo no no es él y su fuerza.

Toga frunce el ceño blanquinegro con confusión.

―¿Y que coño vas a hacerme, si es que eres "peor" que él? 

Me acerco a su rostro, obligándome a abrir la boca cuando le clavo las uñas y le doy un pequeño calambrazo a los músculos para que se tensen sin pronunciar el hechizo. Los ojos amarillos-anaranjados de él se agrandan, e incluso su pecho comienza a moverse rápido cuando parece que empieza a tener una idea de lo que voy a hacerle justo cuando la sangre cae sobre su propia lengua sin poder evitar escupirla.

―Te voy a quitar la libertad, ya que puedo hacer pactos de sangre sin recitar el cántico ni aceptar el permiso de nadie, aunque eso sea... peligroso para ambos ―le informo, observando cierta duda que hay en sus ojos cuando se lo digo―. Pero no es lo único que te haré, Toga... ―Al pronunciar su nombre sí que parece que comienza a tener un poco de miedo, lo que eso me hace engrandecerme un poco más frente a él―. Ya que tanto te gusta pavonearte de querer ser un macho muy adorado por mujeres, voy ha hacerte un regalo muy especial que te enseñará a que no debes de meterte con gente más inteligente que tú. ―Aprieto más las uñas, provocándole un grito, a lo que le susurro―: Felicidades, Toga... Tu vida va a cambiar, pero yo seré quien lleve tu bonita correa.

―¡¿De qu...!?

Interrumpo su grito al juntar nuestros labios, mientras Crimson lo sujeta y aparta la mirada en el momento en el que lo hago. Mezclo la sangre en su lengua, la cual se mueve espesa y rasposa al entrar en contacto con la mía, demostrando el rechazo de que un hombre lo esté besando a la fuerza. Es inútil. El vampiro lo sujeta del cuerpo y yo de la cabeza para que no cierre la boca y me parta la lengua.

Lo beso largo, húmedo e intensamente conforme mi pie se aprieta contra sus bolas y así arrancarme un gemido profundo de su parte. Es ahí cuando me separo, viéndole escupir a un lado, dejando a la vista la lengua manchada de rosa y rojo intenso.

―Te recomiendo que no huyas muy lejos o... podría pasarte algo muy malo. Sólo digo.

Recibo una mirada fiera y furiosa de su parte, enseñándome por primera vez los enormes y apretados dientes con una furia insana mientras me mantengo sonriéndole con cierto despotismo.

Como dije, hay cierto placer en aplastar a tu bully... pero es mucho más placentero cuando tienes su vida moviéndose alrededor de tus dedos.

Continue Reading

You'll Also Like

26.8K 3.2K 19
En un mundo donde la magia y los seres mรกgicos son una parte fundamental de la vida cotidiana, existe una antigua tradiciรณn entre los clanes del Rein...
21.6K 3.5K 44
Karla es una joven universitaria la cual, por obra del destino, presencia por error a uno de los pocos seres en el universo incapaz de ser visto por...
203K 34.9K 160
Cuando se despertรณ, Wen Chi habรญa transmigrado a un libro. En el libro, el protagonista obtuvo accidentalmente un sistema y, con la ayuda del sistema...
350K 22.2K 28
Todo en mi vida era normal. Hasta que entre a ese bar. ยฟDirรกs cuรกl es el problema? Ahi los conocรญ, conocรญ el secreto de este pueblo. No puedes confia...