Steve acomodo el arreglo floral, dió unos pasos hacia atrás para apreciar la mesa. Aplaudió emocionado antes de regresar a su habitación donde estaba Valerie.
—Buenos días, linda—La rubia termino de recogerse el cabello—. ¿Esa es mi sudadera?
—Sip, es lo único que encontré que me queda bien— da una vuelta frente al espejo—. ¿Te molesta?
—No, no, para nada— sonríe—. Te ves encantadora como siempre.
—Eso dices porque soy tu novia.
—Eso digo porque es cierto— la atrae hacía el con una mano en su cintura—. Me gusta como se ve mi ropa en ti.
Val sonríe poniéndose de puntitas para darle un beso a su novio.
—¿Te ayudo con el desayuno?— pregunta separándose un poco.
—Está listo todo, vamos, porque si me sigues besando terminaremos como anoche—la rubia le pega un golpecito avergonzada.
Steve la toma de la mano para llevarla hasta la cocina. Luego de preparar galletas y un rato de pláticas bajo las sábanas, las cosas subieron de tono.
Así que Harrington se encargó del desayuno mientras su novia se daba una ducha rápida para que Val se fuera a su casa y el a su trabajo.
—Ayer hablé poco con Crissy, me alegra que no haya cambiado ahora que sale con Carver.
La rubia suelta un resoplido. Conocía a Cunningham por el club de porristas, era una de las chicas más dulces que había conocido, y tal vez porque sus personalidades eran similares se llevaron bien. Aunque a veces las personas solían abusar de la amabilidad de Crissy.
Claro que eso ya no sucedió desde que Valerie se volvió algo así como su mentora. De ahí, si alguien hacia enojar a la linda y tierna Crissy Cunningham era como despertar a una fiera. Cortesía de las enseñanzas de Val.
Hablaron un rato luego de despedirse de Lucas. Le alegraba que le fuera bien aunque ella estuviera graduada.
—Oye, linda— la rubia mira a Steve—. Robin estaba muy interesada en Vega.
—¿Eh?
—Si, ya sabes...— hace unos movimientos extraños—. Quiere saber si a Vega también le gustan las chicas.
—No lo sé— frunce el ceño.
—Es tu prima, ¿No?— pregunta el tranquilo sirviendo un poco de jugo de naranja—. ¿Por que no la llamas y salimos en una cita doble?
—No será posible— se niega la rubia—. Ella se va a ir de hawkins, no quiero que Robin se ilusione.
—Oh...
Valerie sacude su cabello algo incómoda con el tema de Vega, no por ella si no porque Susan venía a su mente enseguida. Y no quería eso.
—Te quedaron bien las galletas para ser tu primera vez— dice la rubia cambiando el tema con una sonrisa—. ¿Hay algo que no hagas bien?
—Quiero ser mejor persona para ti.
—Ya lo eres, cariño.
La rubia le lanza un beso al aire. Steve finge atraparlo y guardarlo en su bolsillo. Ambos se ríen continuando con el desayuno.
(...)
Valerie estaba sentada en su escritorio escuchando el radio con la noticia de una joven asesinada en el parque de remolques. Preocupada busco su radio para llamar a Max.
Pero antes de hacerlo escucho como alguien abría su puerta de golpe encontrándose con Dustin y Max.
—Valerie toma las llaves de tu auto y llévanos a Family video— ordena Dustin.
—Por favor— frunce el ceño la rubia por la interrupción y la demanda de su hermano.
—Es... Importante, te contaremos todo cuando estemos ahí.
—¿Okey?
Busco sus llaves rápidamente tomando su mochila donde siempre tenía lo esencial, apresurando su paso para seguirlos.
—¿A dónde van?— pregunta su madre.
—Iremos con un amigo— avisa rápidamente Dustin.
—Ya escucharon que no es seguro
—No te preocupes, los cuidare, mamá, te amamos.
Los tres salen de inmediato. Ante la insistencia de los menores tuvo que conducir lo más rápido que podía para llegará hasta el trabajo de Steve.
No termino de estacionarse cuando esos dos salieron. Maldijo apagando el motor mientras los seguía luego de estacionar correctamente el auto.
—Eso funcionará— afirma Max.
Valerie llega saludando con la mano a su amiga y su novio quienes estaban confundidos por las actitudes de esos dos.
—Hey, rodea el mostrador— detiene la rubia a su hermanito jalandoló antes de que esté salte tirando todo a su paso—. No me hagas esa cara.
Dustin rodeo el mostrador apoderándose del computador. Max imitó su acción.
—¿Que haces?— pregunta Steve.
—Armando una base de operaciones — sentencia.
—¿Una base de operaciones?— Robin inclina la cabeza curiosa.
—Basta, deja eso— ordena Harrington tratando de quitar a Dustin de la computadora.
—No, lo necesito.
—¿Para que?
—Para llamar a los amigos de Eddie— aviso.
—¿Eddie? El amigo que es mejor que yo porque le gusta su juego de nerds— eleva las cejas el muchacho mirando al hermanito de su novia.
—Ah si... Nunca dije eso—se queja.
Valerie suspira. No creía que la situación tan importante que esos dos se traían entre manos era solo hablarle a los amigos de Edward Munson.
—Oigan, les juro que si fuera Lunes, podrían venir a divertirse pero es Sábado, nuestro día más ocupado— resopla Robin molesta.
—Oye, Robin, te entiendo muy bien, pero esto no puede esperar, danos un momento.
—¿Llamar a los amigos de Eddie es una emergencia?
—¡Exacto!— exclama.
—¡Valerie!—los dos trabajadores se quejan al mismo tiempo por la actitud de su hermano menor.
—Dustin, alejate de ese teclado, ya— ordena la rubia harta—. ¡Ya!
Dustin levantó las manos en señal de rendición.
—¿Puedes explicarles?— pregunta en dirección de Max.
La pelirroja miro a Valerie titubeando, así que ella rodeo el mostrador para escuchar lo que ella tenía que decir.
(...)
Steve siguió a su novia mientras todos seguían buscando a Eddie. Tocó dos veces la puerta del baño, antes de abrirla sabiendo el estado de su novia. Valerie estaba sentada en el retrete tapando su boca llorando por lo que Max había dicho.
Crissy Cunningham había muerto y podría ser que Eddie la había asesinado.
El harrington cerro la puerta arrodillándose frente a su novia para tomar su otra mano.
Por la forma que Valerie hablo de Crissy, su muerte era un golpe muy duro para ella. Tomando en cuenta que estaba superando lo de Billy, algo que causaba estragos en ella.
—Llora, mi vida— besa con dulzura el dorso de la mano de Valerie—. Estoy aquí.
Val se inclino hasta el para seguir llorando con fuerza.
Así estuvieron unos minutos, afortunadamente, Valerie siempre que lloraba lo único que podía delatarla eran sus ojos rojos. Pero estos se iban después de unos minutos.
Steve salió del baño porque Robin le gritaba que va la clientes, asi que tuvo que atender sin ganas de dejar a su novia sola.
Valerie respiraba hondo, mientras lavaba su cara con agua fría. Miro su reflejó en el espejo. Quería volver a llorar, pero no era el momento, quería aclarar la situación.
Había coincidido varias veces con Eddie y ciertamente no lo creia capaz de ser un asesino. Seco su rostro con una pedazo de papel.
Sonriéndole a su reflejo lo más convincente posible.
Expulsó todo el aire de sus pulmones para volver con los demás, encontrándose con su novio que iba a entrar.
—Lo encontramos— avisa—. ¿Cómo te sientes? ¿Estás mejor?— pregunta.
—Si— parpadea varias veces seguidas nerviosa—. Estoy mejor.
Steve la abraza nuevamente besando la coronilla con delicadeza. Val lo abraza por la cintura aspirando su olor.
—¡Idiota, suelta a mi hermana y apresúrate!— ordena Dustin apurado.
El harrington hace una mueca harto de ese mocoso.
(...)
Ya que debían dejar el auto de Valerie cerca de su casa perdieron un poco de tiempo para llegar hasta la casa del que le surtía a la droga a Eddie. Así que la noche los alcanzo. Agregando el hecho de que la casa estaba muy alejada. Steve estacionó el auto.
Todos bajaron con sus linternas para inspeccionar la casa en busca de Munson. Dustin tocó el timbre, pero sin respuestas lo siguió.
—Bueno... Con eso basta, no está aquí— sentencia el harrington.
—¡EDDIE! ¡SOY DUSTIN!
—Exelente— bufa el porque Dustin no le hacía caso.
—¡SOLO QUEREMOS HABLAR! ¿OKEY? ¡SIN POLICIAS, LO JURO! ¡QUEREMOS AYUDAR!— insistió el menor golpeando la ventana—. ¡EDDIE!—Val tocó el timbre de nueva cuenta—. ¡RICK! ¡RICK EL GRIFO!
—No grites— reprende Steve—. Ya viste que no está.
—¡RICK! ¡RICK EL GRIFO! —Mira al castaño—. Podría estar muy drogado.
—¡Oigan aquí!— llama Max quien se alejo de los demás para hechar un vistazo a los alrededores.
Van hasta ella encontrando un garage. Steve mira a Robin y Valerie un poco cansado. Pero al final optaron por verificar si Eddie estaba ahí.
La rubia iba al frente así que fue ella quien abrió la puerta, está rechino por el movimiento.
—¿Hola?— su voz retumba por el lugar pero sin respuesta—. ¿Hay alguien aquí?
Robin que sostenía con fuerza el dobladillo de la sudadera de Valerie se separó de ella cuando entraron. Iluminaban su camino revisando todo rincón del lugar.
—Que basurero— dice Steve.
Las tablas rechinaban a cada paso, había una pequeña lancha aparcada con una lona azul que la cubría. Valerie noto que su novio apagó la linterna para tomar un remo. Ella estaba del otro lado teniendo a Robin y Max detrás.
Dustin que estaba siguiendo a Steve se asustó cuando esté golpeó con el remo las lonas que estaban en el bote.
—¡¿Que estás haciendo?!— dijo alterado—. ¿Que estás haciendo— regulo su tono.
—Podría estar aquí— menciona Harrington golpeando la lona.
—¡Quita la lona y ya!
—Si eres tan valiente, quítala tu.
Val rodó los ojos concentrándose en mirar por el lugar.
—Mira esto— Max jala la mano de Valerie para llevarla hasta una mesa—. Alguien estuvo aquí.
Robin apareció del otro lado. En la mesa había cervezas y servilletas usadas. Muchas migajas. Era un buen indicio.
—Pudo habernos oído— suspiro la de cabello corto—. Se espanto y se fue.
— Tranquila, Steve lo encontrará con su remo.
—Se que te parece gracioso, Henderson, pero si considerás que todos aquí casi morimos como cien veces... La verdad— deja de golpear la lona—. No me parece...
Un fuerte estruendo los asusta, era Eddie que había saltado quitándose la lona de encima de golpe y como instinto se apresuró a someter a Steve pegándolo a la pared poniéndole una botella rota en su cuello.
—¡Wow, wow, wow!— grita Dustin—. ¡Eddie, ya basta!
Robin quería ir a salvar así amigo pero fue detenida por Dustin. Valerie sabía que nada ganarían con alterarlo más. Aunque su corazón se estrujaba en su pecho de verlo en peligro.
—¡Eddie!— grita la rubia llamando la atención.
—Soy tu amigo, soy Dustin— se señala el menor—. El es Steve, no quiere hacerte daño, ¿Cierto, Steve?
—Si eso...
—Steve, suelta el remo— pide con delicadeza su novia, el obedece abriendo su palma para que el remo caiga, pero Eddie tensa su agarré—. El es bueno... Eddie... Lo prometo, es mi novio, por favor...
—¿Que están haciendo aquí?— pregunta el de cabello largo.
—Queríamos encontrarte— Dustin se muestra ansioso.
—Venimos a ayudar— murmura Robin armandosé de valor.
—Eddie, son mis amigos— habla el menor de los Henderson—. Ya conoces a Robin, de la banda— la nombrada hace unos ruidos imitando su instrumento—. Ella es mi amiga max, la que nunca juega calabozos y dragones— la pelirroja saluda—. Mi hermana y su novio...
—Eddie, estamos de tu lado— calma la rubia.
—¡Lo juramos por nuestra madre!— exclama Dustin señalando a su hermana—. ¿Verdad? ¡Díganle!
—Si, si, si, lo juramos— dice Maxine.
—Por la madre de Valerie y Dustin— continúa Robin.
—Si, por la madre de Valerie y Dustin— susurra Steve.
Eddie lo duda mucho, pero al final quita la botella rota del cuello de Steve Harrington. El se alivia alejándose rápidamente del de cabello largo. Valerie lo recibe en sus brazos.
Revisa que este bien. Dándole un abrazo que el correspondió de inmediato.
—Eddie, solo... Queremos... Hablar— Dustin quería quitarle la botella pero el se puso alerta de nuevo—. Okey...
Robin se acercó al muchacho igualmente con cautela.
—Queremos saber que paso.
—No van a creerme— niega con la voz quebrada.
—Inténtalo— dice Max con simpleza
Eddie dudo un buen rato hasta que decidió contar lo que había pasado con Crissy. A casa palabra del chico, Valerie sentía que todo su cuerpo se ponía rígido.
—Y se quedó ahí... En el aire... Y después— estaba conmocionado por lo que había visto que era duro hablar de eso—. Empezaron a romperse sus huesos en partes... Sus ojos en serio, fue como si en su cabeza...algo adentro jalandolos—intenta explicar con sus manos—. No supe que hacer así que... Salí corriendo, la dejé ahí...— hace un ruidito ante el inevitable silencio de todos—. ¿Creen que estoy loco? ¿O no?
—No... No creemos que estés loco.
—¡NO ME DIGAS MENTIRAS SE COMO SUENA!— vocifera en contra de Dustin.
—No es mentira— intervino la pelirroja.
—Te creemos— asegura Robin.
—Oye, lo que voy a decirte podría ser algo difícil de aceptar— murmura Dustin.
—¿Okey?
—¿Has escuchado decir que Hawkins está... Maldito?— cuestiona lentamente—. Pues no sé equivocan, hay otro mundo... Un mundo oculto debajo de Hawkins... A veces se filtra al nuestro.
—¿Cómo fantasmas y así?— pregunta.
—Hay cosas peores— dice Maxine—. Que los fantasmas.
—Esos monstruos del otro mundo, creímos que se habían ido— confiesa la rubia—. Pero ya han vuelto otras veces y por eso teníamos que encontrarte.
—Si volvieron, debemos saberlo— la pelirroja estaba preocupada.
—¿Esa noche viste algo?— pregunta Robin.
—Particulas o algo— sugiere Max para activar la memoria de Eddie.
El mueve la cabeza negando.
—Puede parecer polvo, un remolino de polvo— necesitaban saber si el desuellamentes estaba ahí, de nuevo.
—No, amigo, no ví nada... Ni sentí nada— asegura el—. Les juro que trate de despertarla, pero no sé movía, estaba como en trance o algo así.
—Bajo un hechizo— Dustin mira fijamente a Eddie.
—Una maldición— siguió el de pelo largo.
—La maldición de Vecna.
—¿Quien es Vecna?— pregunta Steve.
—Es un muerto viviente de... Gran poder.
—Un poderosa hechicero— Valerie sintió como su novio apretaba su mano.
Y es que de habían enfrentado al desuellamentes y a los demogorgones, pero no sabían que hacer ante Vecna, ni siquiera entendían porque había atacado o como.
—Un mago oscuro.