Pónganse la canción de aquí arriba mientras leen. Si no les sale, búsquenla en spotify)
La canción "Waiting for a girl like you" resonaba por toda la habitación de Max Mayfield, quien cantaba la canción emocionada, usando un peine como micrófono. Raven estaba sentada en la cama, mirando a su novia con algo de gracia.
—De qué te ríes? Canto tan bien que a la próxima te cobraré por escuchar un concierto mío.— Dijo la pelirroja, bajando el volumen de la radio, mirando a Raven con una sonrisa burlona.
—Pues creo que te pagaría, mientras me dejes tumbarme en tu cama.— Habló la mayor, con una sonrisa, dejándose caer hacia atrás. Max entreabrió un poco la boca, mirándola incrédula.
—Prefieres mi cama antes que mis conciertos?— Preguntó agarrándose el pecho de forma dramática, dejando caer el peine al suelo.
—Pues sí. Es mucho más cómodo estar aquí tumbada y el colchón no hace tanto ruido como tú.— Raven rió, aclarando poco después que era una broma. Max se empezó a acercar lentamente a ella, con una cara amenazante.
—Me las vas a pagar Harrington.— Se paró justo en el borde de la cama, mirándola con una expresión seria, y saltó de repente encima suyo, haciéndole cosquillas.
Raven estalló en carcajadas, intentando de todas las maneras posibles liberarse de las manos de la pelirroja, pero era totalmente imposible.
—Vale vale! Me rindo.— Max la miró fijamente, con una pequeña sonrisa, dejando de hacerle cosquillas. —Era broma, me gustan mucho tus conciertos Max.— Rió, mirando a su novia, que seguía encima suya, soltando unas carcajadas también. Juntó sus labios con los suyos en un pequeño beso en forma de disculpa.
—Te perdono, pero a la próxima te tumbas en el suelo y yo en mi cama.
—Estás segura de eso Mayfield? A quién le agarrarás la mano por las noches?!— Gritó Raven, con un tono dramático. —No me digas que tienes un amante!— Agarró a Max por los brazos y cambió su posición, quedando ella arriba de la pelirroja.
—Nah, con tu estúpida cara es suficiente, no necesito un amante.— Dijo con una sonrisa burlona, volviendo a besar sus labios, esta vez probándolos por más tiempo.
Se había vuelto muy común que ambas chicas pasaran los días en casa de Max, besándose todo el tiempo, ya que no podían hacerlo en público.
—Creo que deberíamos irnos al cine ya.— Dijo Max, levantándose de la cama y dirigiéndose a su armario a por algo de ropa.
—Como lleguemos las primeras me pego un tiro.— Harrington se levantó también, dejando salir un largo suspiro. Max fue al baño a arreglarse, mientras que Raven solo tenía que atarse los cordones de sus zapatillas, ya que ella ya tenía puesta la ropa con la que iban a salir.
Miró su brazo, que ahora tenía una larga cicatriz en él. No tenía la necesidad de taparla, pero cada vez que la veía, recordaba el terrible dolor que le causó el año anterior.
No le gustaba quedarse en silencio y empezar a pensar cosas, así que fue a buscar a Max.
—Max, puedo entrar?— Dijo pegando pequeñas palmadas a la puerta. Escuchó un "Sí" al otro lado, así que empujó suavemente la puerta y entró, encontrándose con su novia ya cambiada. Raven se quedó con la boca abierta cuando la vio.
—Cierra la boca Harrington, a ver si te entra una mosca.
—Te ves genial.— Dijo acercándose a ella, robándole un pequeño beso. Max se puso nerviosa por la repentina acción de su novia. Cuando le robaba besos o le abrazaba de repente le dejaba con los nervios hechos un desastre.
—Ahora sí, ya podemos irnos.
Entrelazaron sus manos y salieron de la casa, en dirección a Starcourt, el nuevo centro comercial que habían abierto.
—No entiendo por qué siempre tenemos que esperar al idiota de Mike.— Se quejó Raven, mientras Lucas, Will y Max miraban a todas partes en busca de su amigo.
—Lleva así todo el verano, no entiendo como no te has acostumbrado aún.— Dijo Lucas, volteando a verla. Raven solo se cruzó de brazos, situándose a un lado de su pelirroja, visiblemente enfadada. Max lo notó y entrelazó su mano con la de su novia.
Mike apareció unos minutos después, aparcando su bicicleta y corriendo para alcanzar a sus amigos.
—Llegas tarde.— Habló Raven, poniéndose en frente de su amigo.
—Perdón.— Se disculpó, comenzando a andar.
—Nos perderemos el principio.
—Pues dejad de quejaros y andar.— Dijo con la respiración agitada por la gran carrera que había hecho con su bicicleta. El grupo entró al lugar, que estaba completamente lleno de personas.
—A que adivino, estabas liado.— Lucas imitó el sonido de unos besos, haciendo que Mike haga una mueca de asco.
—Qué maduro Lucas.— Respondió de mala gana.
—"Oh Eleven, ojalá pudiéramos seguir besándonos y pasar completamente de nuestros amigos."— Dramatizó Lucas, haciendo gestos con los brazos. Will rió por lo bajo.
—Lucas, déjalo.— Dijo Max, harta de la estúpida conversación.
—A Will le hace gracia.
—Es normal que quiera dedicarle tiempo a mi novia.— Protestó Mike, sin dejar de caminar.
—Yo le dedico tiempo a mi novia y paso tiempo con mis amigos también Michael.— Dijo Raven, levantando la mano de Max y la suya, que seguían entrelazadas.
Los chicos bajaron por las escaleras con prisa, empujando a varias personas por el camino.
—Oye! Ten cuidado!— Le gritó una señora a Lucas. El chico solo se disculpó algo avergonzado.
—Eso, ten cuidado nerd!— La voz de Erika hizo que Raven volteara a verla con una sonrisa burlona. La
—No es tu hora de dormir?— Preguntó su hermano, alzando la voz para que pudiera escucharla.
—No es tu hora de estar muerto?
—Esa es mi Sinclair!— Gritó Raven, alzándole el pulgar. Erika le sonrió. Se llevaba muy bien con la hermana menor de su amigo.
Max agarró a ambos chicos de los brazos, haciendo que caminaran.
—Muy maduro chicos.
Entraron a Scoops Ahoy, donde ahora trabajaba el hermano de Raven, y aprovechaban esto para poder entrar gratis al cine.
Mike fue hasta el mostrador, seguido de los demás. Robin rodó los ojos cuando los vio.
—Dingus, tus niños están aquí!
—Hola Robin.— Saludó Raven, causando una sonrisa en la mayor.
—Hola Dingus junior.
—No puede ser. Otra vez?— Steve apareció por la puerta, con su gorro de marinero.
—Te queda bien ese gorro.— Dijo su hermana, guiñándole un ojo.
—Muchas gracias Raven, pero halagarme es un poco rastrero, no crees?
—Qué va, es que eres muy guapo.— Los chicos rieron y pasaron al pasillo de detrás de la heladería.
—Y como alguien se entere de esto...— Empezó a decir Steve, pero fue interrumpido por los chicos.
—Nos matas!
Entraron a la sala de cine, con el título de "El día de los muertos", una película para mayores de edad, pero obviamente nadie sabía que ellos estaban dentro.
Max, Raven y Will se sentaron unos al lado de otros, mientras que Lucas y Mike se sentaron unos asientos más atrás.
—Will, trafica comida por aquí.— Susurró Harrington, causando una risa en el chico. Sacó bebidas y algo de comida de su mochila y le dio a todos sus amigos.
—Ves? No hemos llegado a los tráilers.— Dijo Raven, cruzándose de brazos.
—Pero sí a la película.— Rió Max, entrelazando discretamente su mano con la suya.
Unos minutos después de empezar la película, la luz se fue, dejando a todo el cine a oscuras. Max dejó caer si cabeza en el asiento, quejándose en voz alta.
Raven y Will sintieron una extraña sensación. El chico se llevo la mano al cuello, con una mirada de terror en sus ojos, mientras que Raven notó como su brazo comenzaba a arder. Se llevó la mano a la cicatriz, sintiendo un fuerte ardor. Cerró los ojos ante el dolor, bajo la atenta mirada de su novia. Cuando la luz regresó, ambos chicos se miraron. Su dolor había desaparecido de repente.
—Hey, Rave, estás bien?— Preguntó Max, algo preocupada, colocando su mano en el hombro de la mayor.
—Estoy bien, no pasa nada.— Intentó tranquilizarla, haciendo como si nada hubiera pasado.
En el corazón de ambos chicos se había instalado un extraño sentimiento de miedo, un miedo que ya habían sentido antes.
La película siguió transcurriendo, pero ni Will ni Raven prestaron atención, su mente estaba en otro lado. Al acabar la película, el grupo se despidió y cada uno se fue por su lado. Las chicas fueron a la casa de Max, ya que dormirían ahí.
—Hey, seguro que estás bien? Desde que se fue la luz has estado actuando un poco raro.— Max vio a su novia con algo de preocupación. Raven estaba sentada en la cama, con la mirada baja.
—Estoy bien Max, ha sido solo un pequeño susto.
—Entonces, por qué te has agarrado del brazo?— Preguntó, sentándose a su lado, mientras pasaba una de sus manos por su espalda.
—Bueno, será porque la última vez que nos quedamos a oscuras un bicho me clavó las garras en el brazo y casi me desangra.— Respondió en un tono molesto. No le gustaba mentirle a su novia, pero tampoco quería preocuparla.
—Vale, perdón.— Max se sintió mal por preguntar. No le gustaba nada recordar ese día. La imagen en la que la sangre no paraba de salir del brazo de su novia se había quedado grabada en su mente. Se acostó, mirando al techo y soltando un suspiro que ni sabía que tenía guardado. Raven, al ver la manera en la que le había hablado, se arrepintió al momento y abrazó a su novia, escondiendo su cabeza en su pecho. Max no pudo negarse y simplemente se dedicó a acariciarle el pelo.
—Perdón por hablarte así. No era mi intención.— Dijo Raven, aún sin levantar su cabeza. —Es que no se que ha pasado realmente y me estresa no saberlo.— La pelirroja la miró con algo de pena y tomó su mentón para que la mirara, despegándola de su pecho.
—No te preocupes, no te atormentes con eso.— Juntó sus labios con los suyos en un pequeño y tierno beso, ambas con una sonrisa.
—Dios mío no se que haría sin ti Max.— Dijo hundiendo su cabeza en su cuello, cerrando lentamente los ojos. Sentía mucha comodidad cuando estaba con su novia, pero Max siempre se quejaba porque se dormía enseguida. Ella era la mayor, pero a veces era como si Max cuidaba siempre de ella. (momento mommy issues.)
—Eres muy cursi Harrington.— Respondió con una pequeña sonrisa. Los comentarios así por parte de la mayor le hacían muy feliz, pero no iba a admitirlo.
—Si no te quejas es porque te gusta que lo sea, verdad Mayfield?— Susurró pícaramente en su oído, causando que un escalofrío recorriera el cuerpo de Max. Raven rió ante la reacción de su novia.
—Vamos a dormir, que mañana será un día largo.— Dijo Max, intentando librarse de ese extraño sentimiento.
—Vale mamá.— Raven la abrazó por detrás, entrelazando su mano con la suya, mientras ambas sucumbían ante el sueño.
—Mike, tienes una letra horrible.— Se quejó Lucas, mientras agarraba la pancarta de bienvenida ya decorada.
—Perdóname don perfecto.
El grupo se encontraba detrás de una de las paredes de la casa de los Henderson. Eleven utilizó sus poderes para mover unos cuantos juguetes de Dustin, haciendo que caminen hasta el salón. El de rulos los siguió algo asustado, con una laca en sus manos por si acaso.
Cuando llegó al salón, los juguetes se pararon de repente. Se agachó, revisándolos con algo de confusión.
Los chicos se posicionaron detrás suya, mientras Max contaba con los dedos.
—Sorpresa!— Gritaron todos, pero Dustin se asustó y volteó, rociando la laca al primero que tenía delante. Desgraciadamente Lucas sufrió las consecuencias.
—Mis ojos!
—Joder Dustin, sé que las herramientas Harrington son increíbles, pero no las malgastes así.— Lo regañó Raven, mientras le daba un abrazo a su amigo. —Te extrañé.
—Yo también te extrañé mucho.— Se separó del abrazo, sonriendo ampliamente.
Mientras Dustin subió con los demás a su habitación, Max y Raven estaban en la cocina ayudando a Lucas.
—Dios mío, como pica.— Dijo levantando la cabeza del grifo, mirando a la pelirroja a la cara. —Eso es un nuevo grano?— Raven lo miró abriendo los ojos. Este chico no sobreviviría hoy.
—Cuál es tu problema?— Max agarró su cabeza, hundiéndolo en el agua de nuevo. Harrington solo soltó una carcajada.
Los chicos bajaron apresuradamente de la habitación de Dustin, abriendo la puerta de la casa.
—A dónde vais vosotros?— Preguntó Lucas, volviendo a rascarse los ojos.
—A ver a la novia de Dustin.— Dijo Will, mientras los tres abrían los ojos con sorpresa.
—Novia?— Preguntaron, creyendo haber escuchado mal.
—Henderson tiene novia y no me lo ha contado?— Gritó Raven, agarrando la mano de Max y saliendo junto a ellos, seguidas de Lucas.
Caminaron sobre una colina, cargando varias bolsas con materiales para montar la antena que el de rulos tanto quería.
—Hace mucho calor.— Dijo Max, quitando el sudor de su frente.
—Creo que me va a dar un golpe de calor.— Raven agitó su camiseta en busca de algo de aire. —Si no fuera por Suzie, ahora mismo estaría bañándome con hielo.
—No os quejéis tanto y vamos.— Dustin iba el primero. —Cerebro funciona mejor a cien metros.— Dijo con una expresión de emoción en su cara. Más atrás estaban Mike y El, que no cargaban ninguna bolsa y solo se dedicaban a coquetear. A Raven ya le estaba hartando lo empalagosos que eran esos dos.
—Hey tíos! Todo muy divertido pero...— Dijo Mike, pero siendo interrumpido por Eleven.
—Tengo que ir a casa.
—Pero si estamos muy cerca.— Protestó Dustin, señalando con su dedo hacia arriba. —Os vais a ir ya?
—Lo siento tío, toque de queda.— La pareja bajó corriendo la colina, soltando pequeñas carcajadas.
—Toque de queda a las cuatro?— El de rulos miró su reloj, algo confundido.
—Déjales, llevan así todo el verano.— Dijo Lucas, colocándose bien la gorra que llevaba puesta.
—Es romántico.— Hablaron Max y Raven, mirando como la pareja se alejaba.
—Romántico?
—Es terrible.
—Es una mierda. Acabo de llegar.— Dustin los miró con algo de pena, retomando el paso. Will y Raven se quedaron atrás. El chico volvía a sentir como su cuello se erizaba y Harrington notaba como la cicatriz le volvía a arder. Se quedaron petrificados durante unos segundos, mirándose entre ellos con algo de miedo, pero se sobresaltaron cuando escucharon a Max hablar.
—Vosotros dos venís o qué?— Los dos se miraron, mientras asentían y volvían con los demás.
Les costó unas horas más llegar hasta la cima. Cuando llegaron, Raven se tiró al suelo, respirando el aire que le faltaba. Lucas agarró una cantimplora y bebió una cantidad considerable de agua, bajo la atenta mirada de Max.
—Te acabas de beber el agua que nos quedaba.— Dijo la pelirroja, con una pequeña mueca. El chico escupió todo lo que había bebido dentro de la botella, tendiéndoselo.
—Bueno, manos a la obra chicos.— Dustin abrió las bolsas, mostrando grandes piezas de metal que había que unir. Ninguno de los chicos descansó mientras montaban la gran antena, ya que querían acabar lo antes posible y quitarse el trabajo de una vez.
Una vez montado todo, los chicos se tumbaron en el césped, mirando atentamente a su amigo.
—Preparados para conocer a mi amor?— Dijo con una pequeña sonrisa, algo emocionado, agarrando una especie de supercom en tamaño más pequeño. —Suzie, soy yo Dustin, me recibes, cambio?— No hubo respuesta, a lo que los chicos soltaron un gran suspiro. —A ver, tiene que estar ahí. Es la hora de cenar supongo. Suzie, soy Dustin, me recibes, cambio?
—No me puedo creer esto.— Dijo Raven, dejándose caer en la hierba, totalmente agotada.
Y así pasaron las horas. Dustin no perdía la fe en que su supuesta novia le respondería.
Max tenía su cabeza apoyada en el pecho de Raven, mientras la mayor le acariciaba el pelo.
—Suzie, soy Dustin. Me recibes, cambio.
—Venga Dustin! Suzie no está!— Gritó la pelirroja de repente, harta de escuchar siempre lo mismo.
—Si que está! Seguro que contestará en algún momento.
—Puede que cerebro no funcione.— Dijo Will, intentando encontrar una buena razón para justificar a su amigo.
—O a lo mejor Suzie no existe!— Lucas se levantó de repente y Raven copió su acción.
—Sí que existe!
—Es un genio está más buena que Phoebe Cates? No existe chica tan perfecta.— Dijo Raven, dándole algo de razón a su amigo.
—Ah no?— Preguntó Max, mirando a su novia con una ceja alzada.
—A ver, tu eres perfecta. Eres perfecta a tu manera, sí.— Justificó Raven, poniéndose nerviosa. —Eres la chica perfecta para mí.— Rió nerviosamente.
—Relájate Harrington, era solo una broma.— La pelirroja suavizó su expresión y soltó una carcajada, viendo como su novia no sabía que decir. —Está claro que soy perfecta y está claro que Dustin está mintiendo!— El de rulos la miro con incredulidad. —Vamos Romeo.— Le tendió la mano a su novia, que la aceptó sin dudar. Lucas también se levantó, siguiendo a la pareja.
—Henderson yo si que te creo, pero es que ella manda en la relación, no puedo negarme.— Dijo Raven, señalando las manos entrelazadas de Max y la suya. —Otro día volvemos a probarlo. Bienvenido a casa Dustin.
—Lo entiendo, no pasa nada. Gracias igualmente Raven.
Los tres chicos bajaron la colina corriendo. Poco después, Byers también se marchó, dejando a Dustin completamente solo.
—Sí, bienvenido a casa.