Annie
Siento mi cara húmeda en todas partes, algo un poco áspero pero suave a la vez me recorre por toda la cara... cosquillas, muchas cosquillas.
—Ya... ya basta me dan cosquillas —digo en medio de sonrisas y risitas. Al abrir mis ojos veo a mi nueva mascota encima de mi —, hola, infierno, mi algodoncito de azúcar...
Las cabezas de mi canino comienzan a lamerle las manos.
—Otro día más aquí, y no sé cuánto más duraré —besó sus cabecitas.
Se oyen unos toques a mi puerta así que pronuncio un pase.
—Buenos días, Reina Annie —entra Tarantina a mi habitación con mi desayuno. Frunzo el entrecejo sin entender porque lo trae y no desayunaré junto a Dereck esta vez —, oh, el señor Dereck acordó una salida hacia una junta muy importante, así que desayunará aquí y procurará estar lista en treinta minutos.
Después de deje el desayuno esta apunto de salir de la habitación pero la detengo.
—Tarantina... —la llamo y ella se gira y me hace una reverencia otra vez —, ¿eres mi acompañante no? —ella asiente —, si te pido que me acompañes a la reunión ¿me dirías que si? Luego de eso saldremos un rato a conocer varios lugares del reino.
Tarantina asiente y sale de la habitación.
Miro a mi fiel mascota que está apunto de atacar mi plato pero lo agarro para después bajarlo de la cama.
—No, no, no, mi comida te hace daño, bebé —le acaricio la cabecita —, también te llevaré conmigo a esa junta, Dereck que se joda —lo acaeció —, si que se joda, estarás conmigo mi amor...
—¿A mi no me dirás mi amor y me rascarás la panza? —me sobresalto cuando escucho la voz de Dereck de fondo.
Mi mascota corre hacia Dereck para luego sentarse frente a él esperando una caricia. Dereck se agacha y le acaricia las cabezas.
—¿Que haces aquí? —lo encaro.
—¿Acaso no puedo estar en cualquier lugar de mi castillo? —se pone de pie sonriéndome para luego mirarme de arriba a abajo.
Iba solo en bragas así que me cubro con las sábanas.
El calor me inunda por todo el cuerpo y la maldita locura está apunto de cegarme otra vez, respiro despacio y me repito a mi misma que no me dejare vencer por todas esas sensaciones de placer.
Sino hubiera sido por las secciones de su lengua en mi coño anoche las los orgasmos que me saco con el vibrador aunque no estuviera presente en la misma habitación creo que estaría delirando ahora mismo.
—No, no cuando yo esté y más si es mi habitación —lo veo árquese una ceja y me sonríe.
—Eso se arreglará —se da la vuelta y yo lo miro confundida.
—¿A que te refieres? —le digo pero no se detiene —, espera... ¿que significa eso?
—Ya lo verás... te estaré esperando —sale de mi habitación como si nada.
****
—¿Está segura que aceptará que vaya con usted el señor? —ruedo los ojos y asiento con la cabeza.
—Pues claro, tiene que, me ayudaras con infierno —ella siente y seguimos bajando las escaleras.
Cuando salimos de la casa nos topamos con Dereck que miraba si reloj. Cuando me ve con infierno y Tarantina arquea un ceja.
Tarantina frena y yo continúo hasta él y le sonrió.
—Me lo traje conmigo —señaló al perro —, y Tarantina lo cuidará después de la junta.
Dereck no protesta así que subo al auto con infierno y Tarantina sube pero al copiloto.
El viaje no fue tan largo, y ver el inframundo de día me dejo sorprendida, un lugar totalmente diferente, la gente anda por las calles normal, hacen sus cosas como cualquier persona que estaría en la calle, nada de sexo, nada de gemidos, nada de nada.
Trago saliva al sentir el aroma de Dereck amplificado y recuesto la cabeza en la ventana mientras suspiro al sentir mi coño húmedo.
—Esto es totalmente distinto a lo qué pasa de noche —suelto el comentario.
—Así es, soy amante a la perversion y el caos, pero esto tiene que ir sobre ruedas así que de día se esfuerzan el doble para poder gozar de noche —dice relajado.
Infierno como traicionero se fue a las piernas de Dereck. Dereck sonríe y lo acaricia como si fuera su padre.
No hice más comentarios hasta que llegando a un edificio antiguo y piedroso, como si fuera otro castillo pero más pequeño.
La entrada fue mucho más fácil de lo que creí, eso como... es como si Dereck fuera una llave capaz de abrir mil puertas con solo su presencia. Nos van abriendo cada puerta y agachando la cabeza al paso que damos.
No lo quería pensar ni por un segundo más pero al recordar que Dereck una vez me dijo que ya sabía lo que era esa palabra con cinco letras me taladran el cerebro...
«Reina... reina...»
Una y otra vez sin parar de escucharlas cada vez que veo a la gente inclinando la cabeza hacia nosotros, pero claro, la inclinan para Dereck, yo no he sido nombrada reina oficialmente.
Millones de preguntas se atraviesan por la cabeza pero una sola es la más escuchada y es una que me hace mi loba Clo.
¿Por qué nosotras como reina entre tantas?,
Y de la nada me eligió, ¿acaso le gustó? No entiendo, si apenas y hemos hablado con oraciones más largas desde que me encontró aquí en el inframundo, ni sabía que existía, y la vez que me vio en la cena en casa de mis padres hace muchos años.
No entiendo... la verdad que no comprendo que rayos está pasando, ¿acaso los demonios también tienen parejas para toda o eternidad y soy yo la de Dereck? No, eso no es posible, ningún libro habla sobre eso.
Los libros dicen que ellos son libres de elegir a quien amar.
Pero... ¿entonces? Hoy me desharé de esa duda.
Al subir las escaleras al piso de arriba e ir por los pasillos hasta una puerta gigante con dos guardias a los lados de la puerta.
Me detengo un momento y le digo a Dereck que me quedare unos minutos con Tarantina para indicarle los cuidados de infierno, este asiente y se va a su reunión.
Esto me sirve para respirar de él.
—Bueno, Tarantina, no lo dejes morder cualquier cosa... o a alguien, con sus tiernos dientecitos es capaz de arrancar un pie —Tarantina asiente asustada —, es un perro muy obediente así que si le digo que no te haga nada... creo que no lo hará.
Tarantina me mira asustada y yo le sonrió.
—Tranquila —la calmo —, es cachorro pero si hace caso, estaba bromeando... eso espero —digo lo último en voz baja y me agacho hasta infierno —, bebé, mami tiene cosas importantes que hacer —acaricio sus cabezas —, te dejare con tia Tarantina un rato, no muerdas a nadie —le dejo un hueso a cada cabeza. Le besó sus cabezas y me levantó —, puedes ir a...
Me quedo callada cuando veo a Tarantina embobada mirando detrás de mi, cuando me giro disimuladamente noto a alguien... joder... también la ve igual...
El rey del aquelarre de brujas se acerca, lo reconozco porque... bueno, estaba con su madre cuando fui en busca del libro...
Sal de esta Annie, escapa.
—Bueno, me voy, vez a ese balcón y distráete un rato —le doy la vuelta a Tarantina haciendo que reaccione, le entrego la correa y la hago caminar para luego yo acercarme a la puerta.
Los guardias colocan sus espadas en cruz evitándome El Paso y suelto un suspiro cansada... ahora se viene el drama...
Tarantina
Un brujo... por la diosa... jamás había visto un hombre tan guapo... ¿será la mano derecha de la reina del aquelarre? nunca he ido al mundo de las brujas...
Desde que mi padre murió a manos de las hadas y mi madre no tuvo más opción que venir al inframundo a trabajar de sirvienta, y para alargar mi desgracia un día cuando solo tenia un año de edad a mi madre la busco el rey troll para que siguiera con la encomienda de mi padre, mi madre se negó y estos le juraron que si no contribuía me matarían, que aunque no fuera hoy tal vez seria en cualquier momento pero lo harían, mi madre accedió y se fue con ellos.
Tiempo después la mataron porque ya estaba cansada de contribuir con esa matanza.
¿Por qué no acudimos con el aquelarre? Bueno... que me haya pasado cosas malas no significa que mi historia sea de víctimas que la han pasado fatal.. mi padre... mi padre era un traidor.
Como brujo trabajo para los trolls que buscaban matar a rey de cada reino, mi padre tenia encomendado matar al rey Hada como lo hizo con el rey del aquelarre de las brujas.
Estábamos siendo cazados por todos lados, sin ayuda, viviendo entre las sombras en la zona hibrida con mi madre hasta que mataron a mi padre y nos toco huir de ahí porque ya sabían de nuestra ubicación, al llegar al inframundo nos acogió la ex reina, la madre de Dereck, ella fue la que me conto la historia de mi pasado —acabe comentar que sus hijos o sea Dereck y Laika no saben que yo soy la hija de aquellos traidores —se volvió una madre para mi y aunque no me dieran los mismos privilegios que sus hijos siempre fui muy querida por todos ellos, me escondieron tanto que para las hadas y brujas no existo, para ellos morí con mi madre en manos de los trolls.
Y el ver a un brujo aquí en el inframundo me pone nerviosa, nunca había visto a otro brujo antes.
Al llegar al balcón suelto un suspiro cerrando los ojos intentando controlarme.
—Vaya... primera vez que veo a una bruja en el inframundo —me sobresalto cuando escucho esa voz gruesa y rasposa a mis espaldas —, ¿Quién eres? date la vuelta.
Estoy petrificada viendo hacia el jardín del castillo de juntas.
—¿Acaso no escuchas las ordenes de tu rey?
¿QUÉ DIJO? ¡REY! dijo rey, respira... Tarantina, respira, vamos, inhala, exhala.
Me giro lentamente para toparme de frente con él... ¿mi padre no mato al rey?... ¡claro! pero que idiota soy, tiene que ser su hijo.
Miro hacia otro lado agachando la cabeza.
—No respondo hacia usted, vivo aquí, me he criado aquí, eso quiere decir que no es mi rey —el rey sonrió un poco sorprendido.
—Y no tienes filtro en esa lengua al parecer, ¿Cómo te llamas? —palidezco y doy un paso hacia atrás pegando mi trasero con el balcón cuando se acerca.
—Eso no le importa... —desvió la mirada hacia otro lado joder creo que mi corazón se saldrá de mi pecho.
Lo tengo tan cerca que puedo oler esa colonia que embriaga. Sus dedos van directo a mi mandíbula y me hacen verlo a los ojos.
—Mírame a los ojos —mis ojos chocan con los suyos y me sonríe pero de inmediato esa sonrisa se borra y me suelta como si lo quemara —, tantos años... eres tú... —mis manos comienzan a temblar del susto —. la hija del traidor del aquelarre —aprieto la correa de infierno porque siento que sino la tomo fuerte entre mi dedos se me va a escapar —, tu padre mato al mío ¿sabias? —mis ojos se nublaron de lagrimas.
Mierda, voy a morir.
Dereck me entregara... y me mataran... mis ojos se humedecen.
—Yo...
Suelto un suspiro cuando sus dedos se envuelven en mi garganta y aprietan levemente.
—¿El aquelarre se quedo con el sinsabor de poder matar a tu padre en una hoguera, quemarlo vivo... es el peor castigo para un brujo, tu padre siendo un brujo del corriente logro matar a un rey... y el castigo mayor es erradicar toda su decencia —lo veo apretar la mandíbula —, tu madre se libro de una muerte a manos de mi madre. ¿pero adivina que?
Trago saliva aferrando a la correa del perro que juega tranquilo como si yo no me estuviera muriendo por dentro..
—Me transformare en tu perdición querida Tarantina —me suelta y se va.
Caminando con airé de imponencia y superioridad.
¿Cómo podría luchar contra un rey...?
Las lagrimas recorren mis mejillas y la desesperación hace que mis pies fallen y caiga al piso. Infierno me lame las manos invitándome a jugar con él.
Creo... creo que estoy muerta, o bueno, un que viva en el inframundo mi verdadero infierno se acerca y no tengo escapatoria.
Annie
—¿Es enserio? —movía mis brazos de un lado a otro para que los guardias reaccionaran y dejaran su pose de idiotas serios —, ya les dije que vengo con el rey Dereck —ya me estaba quedando sin opción de que decir —, yo... yo soy su próxima reina —al decirlo uno de los guardias empuña los labios aguantando la risa —, ¿ahí si reaccionas? idiota. Déjenme pasar...
—¿Esta es otra de tus aventuras, Annie? —me giro para toparme con el nuevo rey del aquelarre —, veo que eres fanática de buscarle problemas a tu hermano, pero esta vez me impresionaste.
—Ammh, cállate —le digo rápidamente alejándolo de los guardias —, digamos que estoy aquí porque... deja de hacerme preguntas, no te lo diré, no te interesa y puede que seas tú el de la magia, pero como mi hermano se entere de que estuve aquí por tu culpa, te lanzare mil demonios —lo señale con mi dedo índice y este lo baja sonriéndome.
—Te tengo un trato, aventurera Annie —arqueé una ceja y lo mire de arriba a bajo.
—¿Qué quieres?
—Mi silencio a cambio de... que me digas donde trabaja aquella joven con la que hablabas —ladeo la cabeza y doy un paso hacia atrás.
—¿Para que? —lo miro entrecerrando los ojos, enderezando mi cabeza.
—Asuntos personales.
—¿Acaso te gusta? —no me dice nada, solo guarda silencio y eso me responde —, ¡sííí! te gusta ella, trabaja con Dereck, tendrias que hablar con él.
—¿Desde hace cuanto?
—No lo sé, apenas llegue aquí hace poco, como te dije, tienes que hablar con Dereck —asiente y me sonríe.
—Tú secreto esta a salvo, aventurera Annie —le sonríe agradecida y lo veo retirarse y sea luego entrar a la sala de juntas.
Cuando reaccionó ya han cerrado la puerta y corro hacia allá pero me vuelven a poner las espadas evitandome el paso.
—¿Es en serio? —chillo frustrada.
Vamos Annie, tú eres descendiente de Alpha rey y una máquina asesina, ellos no son nadie, solo por no quererlos lastimar pero ya me aburrí.
Retrocedo y les sonrió, vuelven a quitar sus lanzas dejando el espacio libre pero cuando me acerco las vuelven a poner en cruz.
Estoy apunto de atacar cuando siento un vibrato en mi coño que me hace estremecer y Dereck me está jodiendo el plan... no me detengo y ataco, con mi pie tumbó a un guardiá, el otro se me abalanza pero lo esquivo y golpeé en el estómago con una parada que lo manda como a unos diez metros contra una pared.
El que estaba en el suelo se intenta levantar así que lo tomo de la pata de cabra y lo tiro lejos cayendo sobre el otro.
—Les dije de buenas maneras que me... —me corro.
Malditamente me corrí, aprieto las piernas y suelto un gemido bajo pegando mi cabeza con la puerta.
Ahora tiene la costumbre de darme dosis de esto cada cuatro horas para evitar que me vuelva loca, es delicioso pero mortificante a la vez.
No mido mi peso así que la puerta se abre y caigo al piso.
Todo el mundo me mira desde el suelo; el rey del aquelarre sonriendo divertido, el rey y su reina Troll, la reina de las sirenas, la reina de las hadas, los reyes de los elfos, el secuaz Alestey y por último... Dereck, con su expresión de fastidio repiqueteando los dedos en la mesa.
Me levanto y me incorporo, Dereck hace un movimiento con las manos cerrando las puertas a mis espaldas, haciendo que me sobresalté.
Todos me miran como si fuera un objeto extraño.
—No sabía que dejabas a pulgosos entrar en tu reino —dijo la reina de las hadas —, tampoco tenía idea que Danton Black tuviera una beta, la última vez que lo vi creo que era un lobo barón... aunque no tiene aspecto de beta, tiene cara de andrajosa para eso —se burla provocando un fuerte golpe de puño en la mesa de parte de Dereck.
La reina de las hadas se sobresalto y callo al instante.
—Annie, ven acá —me mando y fui casi que corriendo a su dirección.
La vibraciones se habían detenido y eso me tranquilizaba aunque sintiera la entrepierna pegajosa por mi crema.
Me siento al lado de Dereck y todo el mundo me mira impaciente, a la espera de que Dereck revelé quien soy y porque me siento a su izquierda, mejor dicho, ¿por qué me siento en la postura de reina?
—Continuemos —la reunión prosiguió y con lo que escuche al parecer era un plan de ataque para el rey vampiro.
Entre otras cosas que estaban discutiendo.
—Dereck... —comienza a hablar la reina de las hadas —, ¿has pensado en mi propuesta? —lo dice por lo bajo y cómo está al lado de Alestey sólo nosotros lo escuchamos.
Dereck se tensa a mi lado y me mira de reojo, le lanza una sonrisa fingienda a la reina de las hadas.
—Ese era un tema que quería tocar —todos miran a Dereck —, Annie será la nueva reina del inframundo.
Silencio... más que silencio tensión, tanta que se podía comentar.
—Pero... —dice la reina de las hadas para luego mirarme atónita —. ¿El trató?
—Se cancela, yo veré como me las arreglo sino quieres colaborar, entonces...
—No. —lo corta con rapidez —, si que podemos llegar a otro acuerdo —mira hacia otro lado desesperada y luego regresa su mirada a Dereck sonriendo —. Déjame conocer a tu pueblo, déjame quedarme unos días en tu casa, déjame pensarlo y te daré respuesta en unos días, ¿que te parece? Solo me quedare aquí en el inframundo no por mucho tiempo.
Dereck se lo pensó, y la gente los miro como si tuvieran tres cabezas porque no entendían a qué se referían.
—Está bien —Dereck accede y no sé porque siento como si hubiera hecho un pacto con el rey del inframundo.
O sea un pacto de Dereck con el mismo, gracioso pero raro a la vez, la reina de las hadas, Lila, no me aspira confianza.
Sus ojos aterrizan en los míos y me sonríe.
—Nos llevaremos muy bien —dice sonriéndome.
Esa vieja me dará problemas, tiene la edad de mis padres y actúa como si tuviera cien años apenas, parece que ella tiene un alrededor de trescientos años, no lo sé.
—Annie, vamos, tenemos que hacer otra parada —dice Dereck levantándose.
—Rey Dereck, necesito hablar un momento —lo detiene el rey del aquelarre.
Dereck asiente y el rey del aquelarre se va detrás de él, por mi parte salgo del lugar sintiendo todas las miradas como agujas a mi cuerpo.
—Respira, reina Annie —dice Alestey a mi lado —, ya todos saben que serás la nueva reina y los demoras pronto se enterarán que les gobernarás los culos.
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Hi mushashas
Llegue con nuevos caps, espero y les guste ❤️