—¿Baji aceptó?—preguntó el rubio mientras hablaba por teléfono con Chifuyu.
—Si, al principio parecía furioso conmigo por decirle que era parte de Black Dragon pero después de unos días volvió y dijo que debíamos dejar Japón cuanto antes.
Después de aceptar que ya no podía seguir en Black Dragon se encontró con Baji y le confesó que todo ese tiempo había sido un miembro de Black Dragon, al principio Keisuke se sorprendió ya que no esperaba aquello y tuvieron una discusión.
Al segundo día Baji volvió al departamento de Chifuyu y lo abrazó, confesando que se había sentido asustado ya que si alguien de Bonten lo hubiera descubierto antes, lo habrían matado. También fue a buscarlo ya que había renunciado a Bonten y como las cosas estaban muy agitadas dentro, Mikey no pareció impedirlo y solo lo aceptó, diciéndole que debían abandonar Japón de lo contrario cualquier otra organización lo matarían por ser un ex miembro de Bonten.
Fue entonces que Chifuyu le contó su sueño de viajar por el mundo y tras planear las cosas, Baji terminó aceptando.
—¿Cuándo se irán?—preguntó exhalando el humo del cigarro mientras miraba la ciudad a través de la ventana de su departamento.
—Pasado mañana—respondió, su tono parecía muy feliz—el vuelo sale en la mañana.
Takemichi asintió pensativo. Se irían después de la "reunión" que tendría con Bonten, si las cosas se retrasan probablemente Chifuyu estuviera saliendo de la ciudad.
Se sintió un tanto aliviado ya que si moría en la batalla temía que Chifuyu se quedara en Japón a causa de su muerte. Sería mejor que se enterara cuando saliera de la ciudad.
—Ahorita estamos empacando las cosas pero mañana tengo tiempo libre y quiero despedirme de ti, compañero.
Permaneció en silencio.
—No sé si tenga tiempo, las cosas en Black Dragon están un poco agitadas y no tengo mucho tiempo—mintió.
—Entiendo... Entonces te llamaré antes de que el vuelo salga… además todavía tenemos que planear a dónde vamos a viajar, no creas que he olvidado nuestra promesa.
Takemichi sonrió con tristeza.
Probablemente no haya ningún viaje. Tal vez ese dia era su última noche con vida o antes de ir a prisión si no moría.
—Yo tampoco—respondió, justo cuando pensaba en una excusa para cortar la llamada, otra llamada entrante llegó para salvarlo—me tengo que ir, tengo que atender otra llamada.
Se despidió del rubio tomándose un par de segundos para recuperarse y responder la nueva llamada.
—¿¡Qué mierda estás planeando hacer!?—cuestionó Naoto del otro lado de la línea—¿Por qué de repente me das toda la evidencia sobre Bonten para tener la autorización para ir tras ellos?
Sabía que tarde o temprano recibiría esa llamada.
Le había mandado toda información posible que había obtenido sobre Bonten, la suficiente información como para que las fuerzas armadas tomara cartas sobre el asunto en contra de Bonten. Le había mandado incluso evidencias sobre las ventas de drogas, el tráfico de armas militares ilegales y los asesinatos de gente importante que había hecho Bonten.
Si moría mañana, al menos Naoto podrá meter a todo Bonten a la cárcel. Cualquiera que sea el resultado, acabe con Mikey o pierda la vida, él ganaría.
—Creí que la necesitarías—mintió—supe que estabas buscando información suficiente para levantar la orden de arresto y con la información que te mandé es suficiente para obtenerla.
—¿Por qué?—cuestionó en un hilo de voz—¿No habías dicho que te vengarías a tú manera y yo a la mía? ¿Entonces por qué ahora haces esto?
Se encogió de hombros apagando el cigarrillo contra el cristal de la ventana.
—Mañana por la noche Bonten estará reunido, es la oportunidad perfecta para que vayas tras ellos—dijo en cambio—te mandaré la dirección, si toman el vuelo cuanto antes podrán llegar a tiempo.
Naoto trató de decir algo pero el rubio cortó la llamada y apagó el teléfono, tomó un martillo lleno de sangre que había usado anteriormente y rompió el teléfono.
Al día siguiente todos estaban agitados preparándose y armándose para la batalla que tendrían en unas horas.
Takemichi ya estaba listo vistiendo el uniforme de Black Dragon, era la primera vez que lo usaba desde que se había vuelto el líder. Estaba sentado en las escaleras en la espera de sus hombres, Hanma se encontraba a su lado vistiendo de igual forma el uniforme de los Black Dragon, Senju estaba organizando aquellos que ya estaba listos.
Inupi estaba junto a Takemichi esperando, Wakasa y Taiju también organizaban y daban instrucciones a los demás. Todos ellos también vestían el uniforme.
Al cabo de varias horas, cuando faltaba poco para que el atardecer pintara el cielo de tonos naranjas todo Black Dragon ya estaba listo.
Takemichi se levantó y miró a los cientos de hombres frente a él.
—Hoy será una noche larga pero también de las más importantes por que hoy, le pondremos fin a la enemistad que hay con Bonten—comenzó diciendo—. Esta noche muchos morirán y otros vivirán pero lo más importante es el honor que dejarán después de esto, nos volveremos una leyenda. No tengan piedad porque ellos no la tendrán con nosotros ¡Recuerden que la vida de todos ustedes me perteneció desde el momento que se unieron a Black Dragon... Y mi vida les pertenece a ustedes!
Tras esas palabras, todo el lugar se llenaron de gritos de ovación y admiración. Finalmente llegó el día para el que se habían preparado. Ya no había juegos previos, era la batalla final y verdadera.
Hanma dio un paso adelante y miró a todos.
—¡Vayan a sus posiciones—ordenó—, partiremos en diez minutos!
Tras esas palabras los cientos de hombres sujetaron con fuerza sus armas y corrieron al estacionamiento subterráneo donde había alrededor de cincuenta vehículos, entre ellos camionetas, autos de marca y motocicletas. Cada unidad tenía diferentes rutas y horas para llegar así que no se levantarían muchas sospechas.
Takemichi subió en el asiento de copiloto; Wakasa, Inupi y Taiju estaban en los asientos de atrás mientras que Hanma era el conductor.
El silencio en el auto era algo tenso pero a Takemichi no le importó, solo planeaba como llegaría hasta Mikey. Fue entonces que Hanma encendió la radio y Lost On You comenzó a sonar.
—¿Qué estás haciendo?—cuestionó frunciedo el ceño.
—¡Vamos, hombre! Podría ser la última vez que escuche una canción—contestó Hanma tarareando—. Además necesitamos relajar el ambiente.
So Smoke 'em if you got 'em 'Cause it's going down. Cantó la hermosa voz por la radio.
All I ever wanted was you, let's take a drink of heaven this can turn around.
El rubio rodó los ojos y no dijo nada, volteó su mirada a la ventana mientras la canción sonaba dulcemente en sus oídos.
—Let's raise a glass or two to all the things I've lost on you— cantó Hanma con sentimiento.
Tell me, are they lost on you?
Just that you could cut me loose, after everything I've lost on you...
El edificio frente a él parecía más grande haciéndole sentir como alguien insignificante. Habían llegado al edificio principal de Bonten, cuando llegaron varios de sus hombres también ya se encontraban ahí, armados y esperando sus órdenes.
Taiju bajó del auto junto con los demás, este primero le abrió la puerta al rubio.
—No dejen a nadie vivo—les ordenó saliendo—y nadie se atreva a matar a Mikey, él es mío.
Tras esas palabras hizo un ademán y todos comenzaron a dirigirse a sus posiciones, algunos entrarían por las puertas traseras, otros por el estacionamiento y el junto a varios de sus hombres entrarían por la puerta principal.
En cuanto llegó ya había varios hombres de Bonten esperándolo igual de armados, entre ellos se encontraba los hermanos Haitani.
—¿Estoy viendo fantasmas o me he vuelto loco?—comentó Ran con media sonrisa—¿Es esto una alucinación?
—Parece real—bromeó Rindou de vuelta.— ¿A qué se debe esta visita desde el más allá?
—Vengo arreglar unos asuntos que no pude terminar en vida—respondió Takemichi con aburrimiento.
Probablemente Naoto llegue con un gran ejercito de policías así que no tenía tiempo para bromear, en especial con esos estúpidos hermanos.
—Entonces supongo que no te dejaremos hacer las cosas fáciles—dijo Ran sujetando una G36C al igual que su hermano y los siete hombres que estaban con los hermanos.
De inmediato cuando se dieron cuenta que comenzaría la lluvia de balas, cinco de sus hombres corrieron delante de Takemichi para cubrirlo y comenzaron a disparar.
El rubio aprovechó el caos para entrar no sin antes matar a uno de esos hombres que trató de impedirle el paso, detrás de Takemichi lo siguió Inupi y Taiju. Wakasa y Hanma se quedaron enfrentando a los hermanos.
En el momento que llegaron al lobby alrededor de quince hombres vistiendo el uniforme de Bonten llegaron armados y comenzaron a dispararles, de inmediato los tres se cubrieron detrás de algunos pilares, cuando tenían la oportunidad les disparaban de vuelta.
Parecía que la ventaja la tenía Bonten sin embargo varios de sus hombres que entraron por otras de las entradas llegaron detrás de los miembros de Bonten y comenzaron a dispararles de vuelta. Los tres chicos aprovecharon esa emboscada para salir y dispararles también.
Había varias bajas tanto de Black Dragon como de Bonten y la batalla parecía que no llegaría a su fin ya que otros hombres de Bonten también llegaron para contraatacar.
Inupi buscó una apertura en medio de la batalla para poder escapar y en cuanto la vio, le hizo una señal a Takemichi y ambos salieron de ahí a través de uno de los pasillos.
Probablemente Mikey se encontraba al último piso donde se encontraba una de sus oficinas y lo más lógico para llegar cuanto antes a él era usar el elevador pero la opción más viable era subir por las escaleras ya que usar el elevador haría que los acorralen antes de que pudieran hacer algo así que no les quedaba de otra que llegar a pie hasta el último piso.
—¡Estamos subiendo hacia el segundo piso!—habló Inupi por el comunicador mientras subía junto a Takemichi a paso rápido las escaleras— ¿Cómo están las cosas por ese lado?
—Hemos vaciado el segundo piso—informó Senju— Nos dirigimos al tercer piso.
Ambos rubios asintieron mirándose y cuando llegaron al tercer piso entraron dándole una patada a la puerta, en el momento que entraron la unidad de Senju ya se encontraba masacrando a todo miembro de Bonten por lo que Inupi y él se unieron.
Inupi y Takemichi no solo se entendían perfectamente, sino que eran una gran duo que podía armonizar sin siquiera planearlo, se complementaban por completo en el campo de batalla por lo que no se les hizo complicado entender los movimientos del otro.
Aunque por una parte Inupi se encontraba preocupado, no veía a Kokonoi por ningún lado y tenía miedo de lo que pasaría si se llegaran a encontrar frente a frente, ¿Se matarían mutuamente?
Las cosas entre ellos aún no se habían arreglado por completo y si bien Inupi se había divertido ese día jugando cartas con Koko aún estaba esa duda en su corazón. Parecía que Kokonoi quería arreglar las cosas, parecía muy arrepentido por el pasada y realmente le hacía sentir como si Koko lo amara de verdad.
Pero había pasado por mucho y esa herida que Kokonoi causó aún no parecía sanar, ¿Podría ser capaz de seguir su corazón y perdonarlo? ¿O tenía que usar la cabeza y pedirle que siguieran diferentes caminos?
Esa noche podría terminar con la muerte de alguno de los dos así que tenía que decidir si renunciar a su corazón o perdonar.
De repente, un cilindro rodó por el suelo en medio de la batalla hasta detenerse a los pies de Takemichi, este cuando sintió algo miró hacia abajo y se sorprendió de ver la bomba de humo. Apenas fue lo suficientemente rápido para patearla cuando una inmensa cantidad de humo comenzó a salir de ella y cubrir todo el piso de aquel humo gris, por la cantidad que había parecía que habían lanzado más de uno ya que era imposible ver más allá de varios pasos.
La luz de las armas era lo único que podía permitir saber donde se encontraba una persona, el problema era saber si se trataba de uno de los suyos o de Bonten.
Aquellas bombas de humo parecía que se trataba de alguna señal ya que de repente más hombres de Bonten llegaron a ese piso y comenzaron a dispararles, dificultando las cosas.
Takemichi maldijo por lo bajo, tenía que llegar hacia Mikey antes de que Naoto llegara con sus tropas y si Bonten seguía dificultando las cosas para él sería demasiado tarde.
Además, aún tenía que encontrar a Sanzu para matarlo con sus propias manos y dudaba que se encontrara con Mikey ya que Sanzu pensaba lo mismo que él, matarlo.
—¡Deberías adelantarte!— gritó Inupi, se encontraba cerca ya que podía escucharlo con claridad— ¡Te alcanzaré cuando hayamos acabado con la mayoría!
Takemichi no quería dejar a Inupi en aquella situación pero no servía de nada insistir, además no había tiempo por lo que buscó una manera de cruzar y salir de ahí para dirigirse al siguiente piso.
Inupi permaneció junto con Senju en aquel campo de guerra, no habían pasado más de diez minutos cuando el humo se había dispersado, revelando los cuerpos de los miembros de Bonten y algunos suyos, los pocos que permanecía de pie eran pocos miembros de Black Dragon.
—Tenemos problemas en el primer piso— informó Wakasa por el comunicador— Vinieron más de ellos y estamos teniendo muchas bajas, Takemichi vació el cuarto piso y la unidad de Tenjiu está dirigiéndose al quinto piso.
Inupi miró a Senju y los pocos miembros que habían quedado de pie.
—Vayan ustedes— ordenó Inupi—también informales a la unidad cinco y seis que les ayuden.
Senju asintió y con un ademán les indicó a sus hombres que la siguieran.
Inupi aprovechó ese momento de tranquilidad para recargar por milésima vez cada una de sus armas para poder llegar con Takemichi.
Subió al cuarto piso donde solo habían cuerpos tirados pero no parecían haber nadie con vida por lo que se dirigió al quinto piso pero la situación era la misma, parecía que Takemichi se había adelantado demasiado.
Se detuvo de repente en medio de la sala cuando escuchó el sonido de unas pisadas acercándose, se puso en guardia y levantó su arma hacia el lugar donde se aproximaban esas pisadas.
En ese momento una persona de cabello rosa y cicatrices entró a la misma sala que él, sus ojos con un brillo perturbador seguían tal y como los recordaba, su cuerpo se tensó con la presencia del recién llegado.
Anteriormente no era conveniente para Bonten matarlo pero aún así Sanzu no dudó en herirlo y hacerlo sufrir, y ahora que se veían de nuevo ya nada importaba porque ahora Sanzu realmente podía matarlo.
—¿Cómo es qué estás aquí?— preguntó el rubio ya que creía que Takemichi se encontraría con él primero.
—Deduje que llegaría un momento en el que se separarían así que esperé y vine a buscarte— respondió con tranquilidad mientras sujetaba su arma con tranquilidad.
Inupi lo miró mientras daba un par de pasos hacia atrás cuando su espalda chocó con el de dos hombres, no hizo falta voltear para saber que venían con Sanzu.
—Takemichi parece tenerte mucho aprecio así que esperé el momento perfecto para venir a matarte— dijo el pelirrosa— no puedo esperar ver a Takemichi agonizar mientras lo mató y le digo que te asesiné.
Después de esas palabras, el sonido de un disparó perforó los oídos de Inupi.