Una de las cosas que Beomgyu estaba notando ahora que él y Yeonjun estaban juntos, y que se había anunciado como oficial, era que ya no estaba viendo a Soobin.
Beomgyu anduvo buscándolo. Intentó hacerlo sin que nadie se diera cuenta de lo que estaba haciendo.
No quería que Yeonjun se preocupara, y tampoco quería darle al rey y a la reina algo por lo que preocuparse.
Beomgyu solo quería asegurarse de que Soobin todavía tuviera un trabajo aquí.
¿Lo habían despedido? Beomgyu sabía que Yeonjun no habría sido el único en hacerlo.
Beomgyu no estaría con él si algo sucediera allí, pero al mismo tiempo...
Él no podía evitarlo. Beomgyu volvió a la cocina. Saludó agradablemente a sus amigos que todavía trabajaban allí, pero ya no le hacían más preguntas.
Sin duda porque les habían dicho que no lo hicieran.
Beomgyu fue al lugar donde se publicaron los turnos programados, y echó un vistazo.
El nombre de Soobin todavía estaba allí. De hecho, estaba en el día de hoy. Un medio turno.
Eso era bueno. Beomgyu dejó escapar un suspiro de alivio al saber que su amigo no había salido corriendo de aquí, pero luego, mientras revisaba el resto de los turnos para la próxima semana, Beomgyu frunció el ceño.
Hubo un turno más dos días a partir de ahora y luego nada.
Beomgyu levantó la página para mostrar el calendario debajo, y en todo el nombre de Soobin había grandes X.
Como si él no estuviera entrando en absoluto.
¿Había sido despedido después de todo? ¿Acababa de terminar su semana?
No, eso no estaba bien. Cuando un hombre fue despedido, solía ser despedido de inmediato. Esto parecía ser algo diferente. Como si Soobin estuviera terminando sus turnos antes de irse.
Beomgyu se apartó de la pizarra. Apretando los puños, salió de allí, ignorando las miradas de sus amigos mientras se iba.
Esto fue una gran mierda. Deseaba poder simplemente preguntar dónde demonios estaba Soobin, pero como la gente equivocada lo tomaría de la manera incorrecta, no pudo.
Todo lo que Beomgyu quería saber era qué estaba pasando con su amigo. ¿Por qué demonios se iba Soobin? Este fue un buen trabajo para tener. ¿Fue trasladado a otra casa?
¿Para quién más podría estar trabajando para que le pague tanto como él llegaría?
Incluso los sirvientes de nivel inferior no recibían mucho, pero aún era más que el salario mínimo, y trabajar a tiempo completo era suficiente para mantener a alguien cómodo. Soobin era inteligente y estaba ahorrando su dinero. Él simplemente no tiraría eso.
Beomgyu comprobó todos los lugares habituales. Revisó el cuarto de lavado. Revisó el gran salón en caso de que Soobin estuviera limpiando.
No encontró al otro hombre hasta que vio a Soobin sacando la basura.
—¡Soobin!
Soobin se detuvo y miró a Beomgyu, pero su expresión no era del todo feliz de verlo.
Beomgyu corrió hacia él de todos modos.
—Soobin, espera.
No es que el otro hombre se estuviera moviendo de todos modos. Beomgyu se detuvo frente a él, pero su sonrisa se desvaneció cuando Soobin no lo miró.
—Oye, ¿estás bien? Vi tu nombre tachado en el horario. ¿Qué está pasando? ¿Te despidieron?
Si alguien a cargo lo había despedido, Beomgyu podría hacer algo al respecto. Si Soobin se iba por su propia voluntad, entonces Beomgyu no podía hacer mucho.
—¿Qué está pasando?
Soobin apretó los labios. Apenas se obligó a mirar a Beomgyu en absoluto.
—No debería estar aquí.
—¿Qué? ¿Por qué? Estás genial aquí. Has trabajado aquí mucho tiempo. Tienes antigüedad. Si vas a otro lugar, comenzarás de nuevo desde abajo.
Había tenido algunos ascensos a lo largo de los años. Tenía amigos aquí.
—No quiero que te vayas.
Soobin lo miró con los ojos bien abiertos durante una fracción de segundo antes de apartar la mirada. Parecía enojado.
—Cristo, Beomgyu. No seas un niño. Sabes que tengo que irme.
Beomgyu abrió la boca, enojado al principio, pero luego la cerró cuando no tenía nada que decir al respecto.
Porque estaba siendo un niño, y sabía por qué Soobin se iba.
—Es... ¿es realmente tan malo? Querer que te quedes, quiero decir-
—Beomgyu, no lo hagas—. Soobin sacudió la cabeza. —Sabes lo que siento por ti. Te vas a casar con el hombre. No estoy trabajando aquí cuando vas a vivir aquí con él. Esta va a ser tu casa. Es tu casa ahora. No podré trabajar o seguir adelante si tengo que servirte el desayuno todas las noches con él a tu lado. Tendré que fingir que no te veré cada vez que lo tomes de la mano o pretender que no sé que te vas a acostar con él todas las noches o incluso...
Soobin se calló. Tal vez fue por lo mejor que hizo. Beomgyu no estaba tan seguro de que estuviera bien para los dos si seguía hablando.
Y a Beomgyu le dolía por él. No quería que Soobin sufriera de esta manera, y odiaba el hecho de que él era el que le estaba haciendo daño.
—Lo siento mucho.
Ambos estuvieron en silencio por un tiempo. Beomgyu deseaba que Soobin le gritara, que dijera algo cruel o incluso que lo golpeara por haberlo alentado como lo había hecho.
Lo que empeoró las cosas cuando Soobin fue tan amable al respecto.
—No hiciste nada malo. No estoy enojado contigo.
—¿Qué? —Beomgyu no podía creerlo. —¿Por qué? ¿Por qué no estarías enojado conmigo? Te estaba alentando.
—No realmente. Nos besamos un par de veces, pero eso fue todo. En todo caso, fui yo quien trató de alejarte del Príncipe Yeonjun. Muy bien que me ayudó.
—¿Es por eso que te vas? ¿Porque me besaste? —Soobin fue honesto al respecto.
—Esa es una de las razones. Si no hubiera hecho eso, entonces quizás podría fingir... aún podríamos ser amigos porque nunca hubiera sabido cómo se siente tu boca, pero esto es... diferente. Tú, Yeonjun y yo. Estoy bastante seguro de que todos en el castillo saben lo que siento por ti. Eventualmente, eso llegará a la prensa, y si todavía estoy trabajando aquí, entonces esa es una razón más para no querer quedarse.
—¿Te vas para evitar responder a las preguntas de la prensa? Soobin lo fulminó con la mirada.
—No, me voy porque se verá mal para ti y para Yeonjun si el tipo que estaba llegando a la nueva pareja del príncipe todavía está trabajando aquí. La gente especulará.
—Pensé que no te importaba ese tipo de cosas.
—No cuando se trata de ti. Mira, hay diez mil razones por las que renuncio. Muchas de ellas te involucran, claro, pero tampoco soy feliz aquí. Quiero intentar en otro lugar. No me importa el recorte salarial. Lo resolveré. Sobreviviré.
—Puedo pedirle a Yeonjun que te brinde una buena referencia. Tal vez quien te contrate mantendrá tu salario por encima del mínimo.
Beomgyu no quería que Soobin tuviera que trabajar cinco años para acercarse a donde estaba ahora. No quería que Soobin sufriera por dinero porque necesitaba poner espacio entre él y Beomgyu.
Simplemente no parecía justo.
—No te preocupes por eso. No quiero ninguna referencia.
Soobin comenzó a moverse.
—Tengo que volver al trabajo. Esto apestará el pasillo si me quedo por aquí demasiado tiempo.
Soobin miró a Beomgyu y se dio cuenta de que se había salido del camino del hombre.
Soobin comenzó a empujar el basurero por el pasillo otra vez, y Beomgyu no pudo hacer nada más que verlo ir.
Quería llamar al hombre. Quería abrazarlo una vez más. Quería decirle a Soobin que lo sentía, que lo amaba, incluso.
Pero no era el tipo de amor que Soobin quería, y tenía razón. Si Beomgyu dijo o hizo algo como eso en este momento, solo estaría invitando a los problemas.
Eso no hizo que el ardor en sus ojos o el dolor en su garganta fueran más fáciles de tratar.
Beomgyu contuvo el aliento tembloroso cuando Soobin dobló la esquina y desapareció.
No estaba bien. Beomgyu no era mejor que Soobin o las personas con las que solía trabajar en este palacio.
Y, sin embargo, él ya no estaba trabajando. Ellos estaban. Sus propios amigos pronto estarían sirviéndole bebidas y comida. Si él se convirtiera en un vampiro, también estarían sirviendo su sangre.
Plancharían su ropa, lavarían sus sábanas, y había algo al respecto que parecía completamente equivocado.
Pero así era como debían ser las cosas si iba a pasar el resto de su vida con Yeonjun.
Beomgyu amaba a Yeonjun, lo que significaba que tenía que tomar lo malo y lo bueno.
Beomgyu se dio la vuelta y se fue. Necesitaba a Yeonjun ahora mismo.
Necesitaba ver la sonrisa del hombre y sentir su toque.
No es que le iba a decir eso al otro hombre. Yeonjun solo se preocuparía, pero no era como si sospechara algo si Beomgyu solo quería quedarse, agarrar su mano y tal vez robarle un beso.
Beomgyu iba a tener que asegurarse de mantener esos toques ligeros y besos robados al mínimo hasta que Soobin se fuera.
Beomgyu ya se sentía como un imbécil por todo esto sin frotar en la cara del chico que estaba con alguien más.