Yeonjun casi parecía estar más nervioso por esta reunión que Beomgyu. Fue en la forma en que agarró la mano de Beomgyu.
No suficiente para hacerle daño. El hombre podría romper los huesos de Beomgyu si realmente quisiera, pero definitivamente había un aire tenso sobre él.
Él casi parecía más cálido, también. Como si su cuerpo se estuviera preparando para comenzar a sudar.
Beomgyu no creía que los vampiros pudieran sudar a menos que estuvieran bajo una tensión física extrema, por lo que era algo impresionante y muy preocupante.
Lia continuó contándoles mientras se dirigían a la oficina del rey.
No dirigía exactamente el país, por lo que Beomgyu no estaba seguro de por qué el rey incluso necesitaba una oficina, pero agradeció todos los consejos y sugerencias que Lia le dio en el camino de todos modos.
—Intenta no mirar a los ojos a lord y lady Hwang. Son sensibles ahora mismo. Mantente cerca de Yeonjun. Mamá no hablará por tu defensa, pero tampoco hablará mal de ti delante de Yeonjun.
—¿Por qué?
Lia le sonrió suavemente.
—Porque se espera que pongamos un frente fuerte para la familia. Beomgyu asintió.
—Correcto. Debería haberlo adivinado.
Llegaron a la oficina del rey antes de que Beomgyu pudiera preguntarle a Lia cómo era que ella había logrado escapar del aire snob que parecía infectar al resto de los aristócratas que gobernaban a los vampiros. A ella nunca pareció importarle lo que otras personas pensaran sobre ella o dijeran sobre ella. Era como el agua escurriendo del culo de un pato para ella.
Para su hermano, era diferente. A él le importaba, más de lo que quería admitir, y era por eso que constantemente intentaba frotar en sus caras que no era como ellos, pero Lia se manejó con una gracia equilibrada que Beomgyu no habría creído posible.
¿Cómo? ¿Cómo lo hizo? ¿Cómo pudo evitar que las palabras y las burlas de la gente y los comentarios directos le hicieran daño? Ella era tan agradable e incluso no era inmune a la conversación posterior de la Ton.
Yeonjun golpeó la puerta con el dorso de la mano. El rey le pidió que entrara, y Beomgyu no pudo preguntar.
La próxima vez. Le preguntaría la próxima vez cómo se las arreglaba para hacerlo. En este momento, Beomgyu tenía que sacar esto del camino.
Entraron en la oficina del rey. La lujosa alfombra bajo los pies de Beomgyu lo hacía sentir como si estuviera pisando nubes. El aire interior olía a los muchos libros en los estantes de caoba, y el rey hizo una figura imponente sentado en su escritorio.
La silla de respaldo alto de repente hizo que Beomgyu pensara en un trono. No había pensado en eso la última vez que había estado aquí. El rey de los vampiros no tenía una sala del trono, pero tal vez eso se debía a que su estudio debía ser la sala de su trono.
La reina se apartó a un lado con lady Hwang, como si la consolara para una dura experiencia que pronto tendría que enfrentar. Lord Hwang se paró frente al escritorio del rey. Su boca se adelgazó cuando apareció Beomgyu.
Beomgyu lo odiaba. Él no odiaba al tipo antes, y aunque su cara ya no le dolía tanto, de repente le latía, como si su cuerpo le estuviera recordando cuándo había sido atacado.
Odiaba a Lord Hwang, odiaba a su estúpida y exagerada esposa, y sobre todo odiaba la forma en que no podían controlarse, y sin embargo miraban a Beomgyu como si él fuera el único que causaba tantos problemas.
Así que Beomgyu sostuvo la mano de Yeonjun igual de fuerte, asegurándose de que el otro hombre y su insoportable esposa lo notaran.
Eso fue correcto. Yeonjun le pertenecía. Beomgyu no iba a dejarlo ir.
La única forma en que lo haría sería si Yeonjun quisiera irse.
Aparte de eso, estas personas podrían joderse.
—Ahora, ahora, —dijo el rey. —¿Es esa una manera de mirar a mis estimados invitados?
Una valentía que Beomgyu nunca sintió antes brotó dentro de él. Soobin tenía razón. Beomgyu tenía más cartas para jugar de las que sabía.
—Tus estimados invitados no se han disculpado por intentar golpearme.
Lord Hwang puso los ojos en blanco, cruzando los brazos y suspirando. Miró al rey.
—Mi Señor, si puede explicar por favor. Estoy seguro de que no entiende.
El rey asintió.
—Beomgyu, los lord y lady ofrecieron sus disculpas. Tendrías que estar honrado en saber que la reina y yo las aceptamos en tu nombre.
—No quiero que aceptes en mi nombre, y no quiero que te pidan disculpas—. Beomgyu tragó saliva. —No eras el que tenía una cara magullada cuando se despertó después del hecho. Tienen que disculparse conmigo.
Lord Hwang frunció el ceño. Miró de nuevo al rey, como preguntándose si había entrado en otra dimensión sin darse cuenta.
Lady Hwang soltó un grito de horror a la reina.
—¿Cómo puede decir eso? ¿Qué derecho tiene para hablarnos así?
La reina puso su mano alrededor de los hombros de lady Hwang, confortándola.
Pero como Lia había dicho, ella no dijo nada contra Beomgyu. No mientras su hijo estuviera en la habitación.
Beomgyu la ignoró. Si ella quería fingir ser frágil e incoherente, él no la detendría. Miró directamente a Lord Hwang.
—Quiero que digas que lo sientes, y en serio, por lo que hiciste, tú y tú esposa. De lo contrario, me marcho de aquí.
—Y yo iré con él, —afirmó Yeonjun.
El estómago de Beomgyu se calentó. Dios, él amaba tanto a este hombre.
Beomgyu lo quería tanto que le dolía, y no podía creer que hubiera pasado toda su vida sin tener a Yeonjun allí.
Fue un poco ridículo una vez que se detuvo a pensar en ello.
Necesitaba tanto a Yeonjun después de haberlo conocido durante un período de tiempo tan breve, pero ya no cabía duda de que era allí donde se suponía que estaba Beomgyu. No necesariamente en este palacio, pero definitivamente al lado de Yeonjun.
Lord y Lady Hwang se miraron entre sí, con diferentes etapas de horror e indignación en sus rostros.
—Nos disculpamos! ¡Fue aceptado! —Gritó lady Hwang. Sus ojos brillaban, pero parecía que no podía hacerlos llorar lo suficiente como para traer lágrimas.
Lord Hwang se hinchó.
—¡No veo por qué deberíamos tener que defender esto! Nosotros ya pedimos disculpas! ¡Lo hicimos! El asunto está cerrado.
Beomgyu asintió.
—Entonces me voy.
Se dio la vuelta. Yeonjun fue con él.
—Espera.
Beomgyu se detuvo cerca de la puerta, pero no se volvió al oír la voz del rey.
¿Podría ser encarcelado por eso? Insultar las sensibilidades del rey era algo muy diferente a insultar las sensibilidades de unos pocos vampiros nobles.
Aunque la gente todavía era encerrada por eso, también.
—¿Sí, su Majestad?
—¡Él ni siquiera te mira cuando habla! —Gritó Lord Hwang. Aunque no dijo nada más. Tal vez el rey le indicó que se callara.
—Beomgyu, por favor, gira y enfréntame.
Yeonjun le apretó la mano. Beomgyu no estaba completamente seguro de si se suponía que era un gesto de apoyo, pero de todos modos se dio la vuelta, permitiéndose que él y Yeonjun miraran al rey.
Lord Hwang parecía como si su cabeza se estaba preparando para explotar.
Beomgyu nunca había visto a un vampiro de cara roja antes. El rey miró gentilmente al señor Hwang.
—Estoy seguro de que a Beomgyu no le costará nada escuchar las palabras que salen de tus labios. Tal vez podamos incluso dejar a Lady Hwang fuera de esto? Ella parece fuera de lugar.
—No. —Beomgyu agarró la mano de Yeonjun con fuerza otra vez.
Era bueno que no fuera un vampiro, o podría haberle roto los huesos.
— Ella tiene que decirlo, también. Ella no es una niña. Ella debería saber mejor que atacar a la gente.
—¡No te ataqué! —Gritó lady Hwang.
Beomgyu luchó para no poner los ojos en blanco.
El rey se aclaró la garganta.
—Hwang, tal vez sea más fácil simplemente quitarlo del camino, ¿entonces?
Había algo en su tono que sugería que él tampoco estaba contento con esto. Tal vez Hwang lo escuchó y pensó que estaba dirigido a él, porque definitivamente puso los ojos en blanco.
—Mi amor, por favor, deja de temblar. Debemos permanecer fuertes.
Como si fueran ellos quienes debían sufrir algo. Lord Hwang hizo una reverencia. Apenas.
—Acepta mis disculpas.
Cuando Lady Hwang no lo hizo con amabilidad, él la miró bruscamente.
—Querida, ahora sería el momento si nos gustaría hablar.
Lady Hwang hizo un gesto de acariciar su cara con un pañuelo de tela, como secándose las lágrimas. Ella no miró a Beomgyu en absoluto.
—Sé generoso y toma mis disculpas.— Beomgyu apretó los dientes.
No quería ser uno de esos tipos que pensaban para sí mismo, no era lo que decían, era cómo lo decían, pero definitivamente había algo en la forma en que habían dicho sus disculpas que sugería que estaban siendo engañados. Generoso con su demanda para que Beomgyu los lleve.
Pero pensó que esto era lo mejor que iba a hacer. No era tan frecuente que un humano recibiera una disculpa personal de un vampiro, y mucho menos un don nadie como él, así que... tal vez debería tomarlo.
—Acepto sus disculpas. Muchas gracias por darlas.
Por lo menos de una manera indirecta, él podía considerarse a sí mismo como la persona más grande aquí.
Yeonjun le sonrió, como si estuviera muy orgulloso.
Tal vez lo estaba. Beomgyu esperaba que lo fuera. Quería hacer a este hombre tan orgulloso como podría ser.
—Ahora, todo ese asunto desordenado está detrás de nosotros, ¿sí?
—Dijo el rey, luciendo sumamente complacido mientras entrelazaba sus dedos sobre su escritorio.
—Hijo, Lord y Lady Hwang nos han hecho esta honorable visita para hablar sobre tu contrato de matrimonio. Lo que discutimos en la mesa.
El estómago de Beomgyu se tensó. Oh, mierda. Se había olvidado de esto. La oferta de Yeonjun para casarse con Lady Yeji y mantener a Beomgyu a un lado.
—He tomado mi decisión, padre. Lo siento, Lord Hwang, pero la respuesta seguirá siendo no. Por muy generosa que sea la oferta para que apruebes que yo engañe a tu estimada hija, tampoco haré tal cosa.
—¿Engañar? —Gritó Lady Hwang. —¡No sugerimos tal cosa! ¡Tenía que ser un arreglo adecuado para ti y esa cosa que está parada allí!
—Técnicamente todavía estoy haciendo trampa si Yeji no tiene voz en esto, —dijo Beomgyu. —¿Ella tuvo algo que decir en eso? ¿O ambos lo ofrecieron?
El rey puso su rostro en su mano. La reina, de rostro pétreo, se dio la vuelta y salió, abandonando a lady Hwang.
Parecía que incluso una amistad como la de ellas solo podía llegar tan lejos.
—¿Mi reina?
Ella no miró hacia atrás. Lia parecía desgarrada, como si quisiera perseguir a su madre, y Beomgyu sentía pena por ella.
Una de las únicas personas agradables en la habitación.
Mientras tanto, Yeonjun sonrió como si acabara de pasar un examen, como si acabara de ganar la lotería y tuviera su primer orgasmo todo en un día.
Fue una mirada bastante feliz, si Beomgyu lo dijo él mismo.
—Lord Hwang, padre, Lady Hwang, no me casaré con lady Yeji, ya que no creo que sea prudente honrar un acuerdo ilegal.
—Hijo, —dijo el rey entre dientes, dientes que de repente parecían increíblemente largos en su boca. —Les insto a que reconsideren esta generosa oferta. Esto es lo mejor que obtendrás.
—No. —Yeonjun miró a Beomgyu. —No lo es.
Las entrañas de Beomgyu se calentaron de nuevo. Se iba a derretir en un charco a los pies de Yeonjun si no lograba controlarse.
Por favor déjame controlarme. Por favor déjame controlarme.
—El acuerdo se realizó sin mi consentimiento, y no lo cumpliré. Me disculpo por la decepción que esto causará a su familia, Lord Hwang, pero estoy seguro de que usted y su esposa se recuperarán.
—¿Qué hay de nuestra hija? —Gritó Lady Hwang. —¿Qué hay de ella? ¡La tiras como si ella no fuera nada!
Yeonjun agitó su mano, girándose y saliendo de allí con Beomgyu a su lado.
—Estoy seguro de que su amante le ofrecerá mucho consuelo por esta terrible noticia.
Lord Hwang realmente sonaba como si se estuviera preparando para explotar.
—¿Qué?
Beomgyu estaba ansioso por salir de allí en caso de que fuera atacado de nuevo. Yeonjun salió tranquilamente por la puerta. Lia intentó y no pudo ocultar su sonrisa, pero al segundo que Yeonjun y Beomgyu doblaron la esquina y el rey ya no podía verlos, se echaron a correr.
—No puedo creer que hayas dicho eso, —dijo Beomgyu.
Yeonjun sonrió alegremente, como si lo hubieran liberado de una jaula.
—Te lo dije. No hay nadie más que tú por quien mi corazón late.
Nadie.
Beomgyu estaba entusiasmado. Estaba vivo, y estaba lleno de energía.
Esa mierda loca acababa de suceder. Él y Yeonjun le dijeron no, no solo al rey sino a una de las principales familias de vampiros del país.
Y ahora estaban corriendo, como si se estuvieran preparando para salir corriendo del palacio y cabalgar hacia el atardecer. Los sirvientes los miraron mientras corrían, y sus sonrisas deben haber sido contagiosas porque los sirvientes también sonrieron. Sonreían confundidos, pero seguían sonriendo.
—¿Fue eso cierto que Yeji tuvo un amante? —Yeonjun se encogió de hombros.
—Sospecho que muchos. ¿Por qué no tendría ella uno? Beomgyu no tenía respuesta para eso, y tampoco le importaba.
Todavía había sido divertido cuando Yeonjun lo dijo, y así Beomgyu agarró al hombre, evitando que corriera mientras se levantaba en sus brazos y, frente a los sirvientes que lo observaban, lo besó en la boca.
Quería que todos vieran que Yeonjun le pertenecía, y no había nada que el rey o la reina, o cualquier otro miembro de la Ton pudieran hacer al respecto.
Vayan a leer mi nueva historia yeongyu, El Principito. <3