Blake
Llegamos al otro motel, entré a la habitación con rapidez mientras Scott bajaba las maletas. Me encerré en el baño y observé mi reflejo en el espejo, mis ojos rojos e hinchados. No estoy lista para volver a verlo, volver a hablar con él, pero estoy consciente que no podré evitarlo por mucho tiempo más.
Es solo que no sé si sea capaz de soportarlo, no solo el hecho de que llevo meses sin verlo, ni el hecho de que sigo sintiendo la traición, si no el hecho de que en estas semanas cambié demasiado y no sé si el me seguirá viendo como antes.
Lo que pasó con él, más lo que sufrí tras el ataque, o lo que viví encerrada con Hans me cambiaron demasiado. Ahora no solo tengo miedo a confiar, si no a todos, incluso a Scott que no ha sido nada más que un gran tipo conmigo.
Pero Aarón Me importa más de lo que me gustaría admitir, me importa lo que piense, me importa todo de él. ¿Y si deja de mirarme como lo hacía antes?
—¿Por qué sonríes? —preguntó, con una sonrisa torcida.
Recostada sobre su desnudo torso, lo observaba con una sonrisa tonta. Las luces de París iluminaban la habitación pero nuestras respiraciones eran lo único que se escuchaba. Él no dejó de mirarme un solo segundo, su miraba mostraba adoración, deseo Amor.
Me sentía feliz. Me acerqué a su rostro y planté un corto beso sobre sus labios.
—Es solo Me encanta como me miras—me sonrojé.
Sonaba estúpido Pero era verdad.
Su sonrisa se incrementó, me tomó de la cintura y cambió de posición, ahora él estaba sobre mí con una sonrisa pícara.
—Da por hecho que te miraré así por el resto de mis días.
Una lágrima más cayó por mi mejilla. Oh, que ingenua fui, le creí a pesar de saber que ilusionarme así dolería. Pero es que sonaba tan sincero, sigo creyendo que lo fue, pero mi confianza en él se destruyó y ya nada de lo que pasamos me parece real.
De pronto escuché golpes en la puerta de entrada, salí del baño con cautela y Scott me miraba con un dedo sobre sus labios en señal de silencio.
—¿Quién? —preguntó
No hubo respuesta, agarró su arma con delicadeza y se acercó con lentitud a la puerta. Yo misma agarré mi arma y apunté en dirección a la puerta.
Cuando la abrió de lado, ésta se abrió entera de golpe y frente a mí estaba él. Con sus ojos esmeralda fijos en mí, su cabello mojado pegado a su frente y gotas chorreando de su ropa. Antes de que pudiera decir algo, Scott lo tomó por el cuello y apuntó el arma a su cabeza.
—¿Quién eres y qué buscas? —preguntó.
Fui incapaz de hablar y de evitar el llanto. Por otro lado, Aarón no parecía preocupado por el arma sobre su cabeza, o el hombre que lo sostenía, siendo sincera no hay necesidad de preocuparse.
Aarón sigue siendo más alto e intimidante que él, incluso en el estado en el que se encuentra sigue siendo mejor.
—Te hice una pregunta—volvió a hablar Scott.
—Y yo no vine a hablar contigo—respondió, con una voz tranquila y gruesa que tembló en mi interior.
—Repito, te hice una pregunta—inquirió, bastante molesto.
—Repito, no he venido a charlar contigo—murmuró.
Antes de que Scott pudiera hacer algo, Aarón ya lo había estrellado contra la pared. Fue tan rápido que ni siquiera noté como fue, solo sé que el arma terminó en el suelo y Scott pegado a la pared con el brazo detrás siendo torcido por Aarón.
—Aarón, basta—dije, firmemente.
Volteó a verme con un brillo en su mirada que me lastimaba. Lo soltó y se acercó a mí incrédulo, cuanto más se acercaba más miedo tenía. Quería abrazarlo, evitar que siguiera sufriendo por mi culpa pero en el fondo sé que no debo.
—Blake—dijo con la voz entrecortada.
Totalmente opuesto a como le habló a Scott. Conmigo su tono siempre era más suave, más cálido, más seguro. Se acercó, quedó tan cerca de mí que me era casi imposible mantener el control.
Tomó mi rostro entre sus manos, cerré los ojos antes su contacto conmigo, había extrañado tanto ésta sensación. Pero de pronto llegó a mi el recuero de que solo fui su motivo de venganza, que solo me usó y todo el dolor que eso me causó.
Tomé sus manos y las aparté de mí a pesar de que en el fondo quisiera dejarlo hacer lo que quisiera. El dolor en su mirada fue como una apuñalada al corazón pero es lo que debo hacer.
—Blake, ¿conoces a éste imbécil? —habló Scott.
Por un momento lo olvidé y me sentí culpable.
—Sí
—¿Y por qué no te veo feliz como con los demás? —eso lo dijo a propósito, lo sé porque no lo dijo mirándome a mí.
Aarón me miró confuso.
—¿Los demás?
No pude sostenerle la mirada por más tiempo, simplemente asentí con la cabeza.
—Sí, los que han venido hace rato, un rubio y una rubia, la hermana y el pelinegro—dijo Scott con lujo de detalle— Creí que habías dicho que eran todos los que deberían de saber.
—¿Estuvieron todos aquí? ¿Blake? —el dolor en su voz me lastimaba.
—Sí—murmuré.
—Y no ibas a decirme a mí—dijo más para si mismo—Claro, es mejor si seguía creyendo que estabas muerta.
—Aarón No es como crees
—¿Aarón? ¿Ese Aarón? —inquirió Scott.
Ambos lo ignoramos, aún después de todo sigue pareciendo que siempre somos nosotros dos en una burbuja lejos del resto.
—¿Entonces cómo? ¡Sufrí estos meses como si en verdad estuvieras muerta y seguramente ya lo sabes y aún así preferiste no decirme!
—¡¿Qué querías que hiciera?! ¡Me duele verte, me lástima oír tu voz, me tortura sentirte! —reproché—No estaba lista para volverte a ver
—Entonces me iré, así no me vuelves a ver en tu puta vida, Blake—dijo, con un terrible dolor en su voz.
—No quiero que te vayas—solté sin pensar
Me observó un segundo antes de soltar una risa burlona.
—Sé que fui un idiota, pero te demostré que te quería de mil maneras distintas y sigues creyendo que fue falso—murmuró—No te entiendo.
—Todavía que la trataste como mierda te preguntas por qué ya no te cree—interrumpió Scott—Eso sí que es ser un imbécil.
—Scott, déjanos solos—ordené.
Me miró un segundo y salió enfadado.
—¿Y ese? ¿Es tu nuevo juguete?
Lo miré, confusa. ¿Ahora él está enojado?
—¿Qué?
—Que yo sepa, no fui el único que usó al otro en la relación, ¿recuerdas? —evadió la pregunta—¿O ya se te olvidó que te acercaste a mí para sacarme información y acabar con tu padre?
—Yo quería tu ayuda, tu querías venganza y me usaste para ello—corregí—no hay punto de comparación, Aarón.
Suspiró y se sentó sobre la cama.
—Fui un idiota, lo sé, pienso en ello todos los días desde que te fuiste—murmuró—Pero me di cuenta de ello y quise parar, cambié toda la estrategia del plan para dejarte fuera de todo pero fue demasiado tarde Mi padre ya se había adelantada y no me di cuenta.
—Ya lo sé, Aarón, pero no quita el hecho de que me mentiste, que rompiste mi absoluta confianza hacia ti.
—Entiendo Supongo que ya tienes un plan, por algo tardaste tanto en aparecer
Notó mi expresión confusa y sonrió.
—No creerás que creeré que recién escapaste, ¿o sí? —se encogió de hombros—Seguro lograste huir hace semanas y comenzaste a pensar en algo, ahora que ya estás segura necesitas de todos para ejecutar tu maravilloso plan, volviste aquí porque sabías que nunca buscan en el mismo lugar, siempre se huye no se vuelve. Y ese exnovio tuyo no te conoce tanto como para saberlo—explicó y al notar mi rostro supo que preguntaba como sabía sobre Jace—Charlotte encontró los vídeos del día de tu supuesta muerte.
¿Cómo?
—Te conozco y sé que no actúas sin haberlo pensado bien, nunca se te interpone nada ni siquiera las ganas inmensas que seguro tenías de ver a todos, en especial a Charlotte—agregó.
Me conoce tan bien que asusta. Nunca nada se había interpuesto entre algún plan mío hasta él, era un plan perfecto y me distraje, solo tenía una cosa que hacer pero me perdí en su mirada y perdí.
Puede que sepa que nada me podría detener, pero no sabe que en cuanto se trató de él detendría todo con solo saber que algo podría pasarle. Éste plan que tengo es sin duda el más riesgoso que he hecho y en el mínimo indicio de riesgo hacia él sería capaz de entregarme a mi padre de nuevo.
—¿Planeas quedarte aquí? —señaló el lugar.
—Debo esconderme, me temo que no hay otro lugar donde pueda quedarme—respondí.
He vivido en más de cinco moteles diferentes, no puedo quedarme en un mismo lugar por mucho tiempo y menos si es un lugar público. Scott salía a hacer las compras mientras yo me la pasaba encerrada en mi habitación. A él no lo buscan, pues se las ingenió para sacarme de las garras de mi padre sin que se supiera que fue él.
Es una pieza importante del plan y lo necesito cerca.
—En casa hay espacio y lo sabes—dijo, casi podría decir que estaba nervioso—Tu habitación sigue ahí Por si quieres.
—¿No sería peligroso? Digo, estoy muerta y prófuga con mi padre—traté de bromear un poco.
—La única que entra es Josephine, te aprecia así que no dirá nada—dijo—además, nadie podría saberlo si sigo pretendiendo que soy un alcohólico deprimido.
Charlotte me dijo que se encontraba mal, no pensé que tanto. La última vez que lo vi tomar tanto fue la vez que me llamó a su casa y lo encontré a nada de morir.
—No lo sé, Aarón No sé si sea buena idea pasar tiempo juntos—murmuré—Además, debería preguntarle a Scott.
—Scott—soltó un bufido—¿Desde cuándo pides permiso?
—No pido permiso, pero me ayudó a escapar del infierno que me pusieron Jace y papá, no puedo tomar una decisión así sin consultarle—expliqué—Además, tampoco tiene donde vivir No podría irme y dejarlo así nada más después de todo lo que me ha ayudado.
—Wow, Scotty debe ser maravilloso, tu nuevo perro guardián.
—No me gusta lo que estás insinuando.
Después de unos minutos de puro silencio, se puso de pie y resopló. Caminó a la puerta y lo seguí con la mirada, inquieta. ¿Se va? Me molesta lo mucho que me preocupa que se vaya.
—El idiota de tu amigo puede quedarse también—habló de pronto.
—¿Qué?
—Solo No me gusta que estés en lugares como éste y si la única forma de que vayas a casa es trayendo a ese idiota lo acepto—explicó.
Que fácil me hace sonreír. Todo sería más fácil si simplemente olvidara todo y lo perdonara, pero mi corazón no quiere volver a sufrir.
—Está bien.
Sin embargo, a mi tampoco me gusta estar aquí. Sé que estar más tiempo juntos no es la mejor idea, pero si me hace sentir mejor De igual manera, no pienso pasar mucho tiempo con él. No puedo hacerlo, me haría daño a mí misma.
—Pero mañana en la noche, de día no me puedo mover, es peligroso—agregué—y no lo hago por ti, lo hago porque me conviene.
Lo vi sonreír pero enseguida lo ocultó, asintió y salió de la habitación.
¿Cómo es posible? Puedo soportar todo, puedo seguir adelante, pero llega él y me mueve el piso.