Pedido de: Anónimo
▬Donde les gusta follarte▬
▬Steve Harrington - En su cama.
A Steve le gusta interpretar al chico pervertido y grosero, pero de hecho es muy dulce contigo. Tiene un poco de miedo de ser atrapado por otros, así que tener sexo en la seguridad de su casa, en su cama, es lo mejor para él, de verdad.
Le encanta tomar tus manos mientras se hunde en ti, su cabello hace cosquillas en tu pecho desnudo mientras murmura dulces palabras en tus oídos.
Él te hace el amor, y absolutamente moriría por ti.
"Te quiero mucho, ¿lo sabías?" Asintiendo suavemente hacia él, arqueaste la espalda cuando las embestidas de Steve se volvieron más irregulares, una señal de que estaba cerca.
Sus labios encontraron tu cuello y chupar tu piel te hizo gemir su nombre lentamente, con los ojos cerrados.
"Dios, Steve, solo así, por favor", tarareó mientras capturaba tus labios en un dulce beso, amando la forma en que te apretabas con fuerza a su alrededor. Te sentías tan bien, tan cálida y acogedora, que lo estaba volviendo loco.
"Joder, t/n"
Liberando una de tus manos de su agarre, tomaste su rostro y lo besaste de nuevo, girando tu lengua alrededor de la suya mientras lo acercabas aún más a ti con tus piernas, haciendo que se hundiera más profundamente en ti.
"¡Mhm!" Abrazándolo con fuerza, dejaste un rastro de besos húmedos por toda su piel mientras te sentías a punto de liberarte.
"Me-me voy a correr", tus ojos rodaron hacia la parte posterior de tu cabeza cuando Steve colocó una mano entre sus cuerpos y comenzó a frotar círculos sobre tu clítoris.
▬Billy Hargrove ‐ En su coche
Billy adora la emoción de ser atrapado. Quiero decir, el tipo está bueno y lo sabe. Le encanta el frío, y le encanta aún más verte luchar y esconderte cuando viene alguien. Simplemente le da demasiado poder, de verdad.
¿Lo peor que podía hacer? Vete a la mierda en su coche en el parking de la piscina. Es un hombre impaciente y codicioso, y Billy no espera; das.
Por eso estás cabalgando su polla en el asiento trasero de su Camaro azul en una soleada tarde de sábado. Cualquiera que pasara junto a su coche podría verte, e incluso si hicieras todo lo posible por no pensar en ello; fue dificil.
"Muñeca de mierda, vamos". Clavando tus dedos en sus hombros, levantaste lentamente tus caderas solo para volver a hundirlas en su longitud, su circunferencia te llenó tan bien que un fuerte gemido escapó de tu boca.
Echando la cabeza hacia atrás, empezaste a rodar tus labios en su regazo, su polla estirándote tan bien.
"Joder, estoy aquí", resopló Billy mientras sus ojos se posaban en el bulto en tu estómago, y llevando sus manos a tus senos, los tomó a ambos, amasándolos mientras jugaba con tus duros pezones.
"¡Dios!" Con los ojos cerrados, estabas experimentando pura felicidad mientras Billy te ayudaba levantando las caderas, empujándolas con fuerza contra ti, enterrando su polla dentro de ti más profundo de lo que creías posible.
Soltó tus tetas para envolver un brazo alrededor de tu cintura, la otra mano alrededor de tu garganta.
Porque eso era lo que pasaba con Billy; le encantaba tener el control.
Apretando tu garganta y haciéndote jadear, sonrió, hundiéndote más en su polla que antes, la parte interna de tus muslos ardiendo debido a la posición.
"Qué zorra tan bonita, ¿eh? No ensucies mi auto, o haré que lo limpies con tu lengua. ¿Entendido?" Solo asentiste con la cabeza, tus paredes se sujetaron alrededor de su gorda circunferencia. La punta de su polla seguía besando tu cuello uterino y estabas lista para correrte.
"¡V-voy a correrme!"
"Entonces córrete, maldita puta", desarrollándose bajo sus ojos, eras la cogida más bonita que Billy había tenido. Maldiciendo lentamente por lo bajo mientras tus jugos se filtraban en sus muslos y el cuero del auto, estrelló sus labios contra los tuyos. Tensando sus abdominales, eventualmente se vació dentro de ti, follando su semen profundamente en tu coño con algunas embestidas más duras.
Y cuando apoyó la cabeza en su hombro, miró hacia afuera y se encontró con los ojos de Karen Wheeler.
Quizás follar en el trabajo de Billy no fue tan malo al final.
▬Eddie - en el salón de clases después de una campaña de d&d.
Tan pronto como los chicos salieron de la habitación, Eddie te hizo inclinar sobre la mesa de madera con todas las figuras y los dados esparcidos sobre ella. Sin embargo, no le importaba, porque lo habías estado molestando durante las últimas horas con tu falda muy corta y su camisa Hellfire Club. A decir verdad, te veías mejor usándolo que él, y por eso Eddie nunca trató de recuperarlo.
"¿Estás satisfecho ahora?"
"Sí", inclinándose y besando tu omóplato, Eddie tarareó mientras deslizaba tu ropa interior por tus muslos.
"Eras tan bromista antes, cariño"
"¡Porque no me estabas prestando atención!" Hiciste pucheros mientras él se reía, desabrochándose el cinturón al mismo tiempo. Escuchaste sus jeans caer al suelo, y lanzaste una mirada sobre tu hombro, frunciendo el ceño ante la vista.
"¿Qué estás- hey!"
"Déjame darle un buen uso a eso". No tuviste tiempo de moverte cuando Eddie atrapó tus dos muñecas detrás de tu espalda y las ató con su pañuelo, atrapándote efectivamente.
Él ya estaba duro, y tú ya estabas mojada. Eddie sabía que no tenía mucho tiempo por delante, así que simplemente abrió las nalgas antes de sonreír dulcemente a tu rostro sonrojado
"Cállate, mi amor, Dustin y Mike probablemente todavía estén por aquí".
E incluso si supieras que tenía razón, no pudiste evitar el grito cuando se deslizó dentro de tu coño, tus pliegues se abrieron ante su intrusión.
"Mierda, tan buena para mí", una mano estaba en tu cadera mientras que la otra mantenía tus muñecas en su lugar, usándolas como una forma de follarte más profundamente.
Presionando tu frente contra el material frío, te mordiste el labio, haciendo todo lo posible por ahogar los gemidos, pero Eddie era demasiado bueno. Sabía exactamente qué tan rápido y profundo tenía que ser para hacerte ver las estrellas, sabía qué decir para despertarte.
Con bastante rapidez, movió su mano desde tu cadera hasta tu clítoris, y frotando círculos rápidos sobre él, susurró elogios en tu oído, consciente de tu torcedura.
"Eres una chica tan dulce para mí, bebé". "Joder, te sientes tan bien conmigo que podría follarte toda la noche". "Tengo tanta suerte de tenerte", "Te quiero mucho",
Y no se detenía. Tú también lo amabas, por supuesto, pero la vena que adornaba su polla estaba provocando tus aleteos interiores y tu orgasmo ya estaba llegando tan rápido.
Puntos negros comenzaron a llenar tu visión cuando Eddie golpeó un punto particular dentro de ti, uno al que apuntaba desde el principio. "Aquí tienes, te tengo".
Al minuto siguiente, él lo golpeó repetidamente, lo que resultó en un fuerte grito amortiguado por su mano. Olas de felicidad se estrellaron sobre tu cuerpo, Eddie se corrió dentro de ti unos segundos después de que lo hicieras.
Siempre se tomaba el tiempo para acurrucarse después, algo que volvió a hacer aquí. Él fregó tus muñecas y dejó besos amorosos por toda tu tierna piel antes de tomar una toalla para limpiar los fluidos tuyos y suyos de tu cuerpo.
“Te amo, Eddie Munson”
"Y yo también te amo, t/n".
(Que lindo❤️❤️)