-Solo debo entretenerlo el tiempo suficiente para que ustedes entren al ático- la pelirroja estaba de brazos cruzados, su rostro estaba serio y su voz derrochaba seguridad - Y ahí pueden cortar su cabeza, disparar cientos de balas, apuñalarlo o hacerlo volar con explosivos caseros de Dustin. No me importa como carajo harán para llevar a ese imbecil a la tumba pero - suspiró- hagan lo que hagan, no fallen - los miró-.
Era una misión completamente suicida, de hecho, el plan ahora que la rubia lo pensaba bien era una estupidez. Se notó en el rostro de cada uno luego de que Max diese aquel discurso pequeño, ella se asustó.
-Creo que hay que pensar mejor las cosas - hizo un paso hacia adelante - No hemos planeado nada bien y no tenemos armas o explosivos y -.
-Lo haremos - la interrumpió - Hay que matarlo, porque de otra manera, él terminara matandonos a todos -.
El silencio volvió a reinar, cada quien en su interior pensando cómo, qué, cuándo. Daisy se arrepintió de haber sido tan impulsiva sabiendo que Nancy iba a acompañarla, y ahora Max.
-Se dónde conseguir armas - habló Eddie -.
La atención se fue directo al muchacho, el cual sin perder más tiempo se levantó del sillón para encaminarse hacia unos estantes, tiró varios libros, adornos, objetos que yacian ahí para sacar un periódico y extenderlo sobre la mesa. Abrió a la mitad y empezó a leer, señalando con su dedo.
-Aquí está- señaló- Zona de guerra- miró a su costado - fui una vez. Es enorme - codeó a Daisy, la cual le regaló una mirada seria por lo que codeó a Steve - tienen todo lo necesario para básicamente matar a alguien - levantó sus hombros esperando la aprobación del grupo -.
-¿El falso rambo tiene suficientes armas? - preguntó Robin - ¿Eso es una granada? - acercó su rostro al anuncio - ¿Cómo es legal esto? -.
-Bienvenida a los Estados Unidos - murmuró Daisy mirando el rambo que sostenía una granada en su mano -.
-Por suerte para nosotros, lo es - respondió Eddie - Este lugar está en las afueras de Hawkins, si esquivamos las calles centrales podremos evitar a los policías y a los brutos enojados -.
-Para evitar a los brutos enojados, mejor sería no ir a una tienda llamada "zona de guerra " - le respondió erika con sarcasmo-.
-Es cierto - apuntó con su dedo la castaña - pero necesitamos las armas, vale la pena el riesgo -.
-Concuerdo -.
-¿Y el tiempo? - preguntó Dustin- nos llevará todo el día en bici -.
-¿Quién dijo de ir en bicicletas? - le preguntó Eddie -.
-¿Tienes un auto? - Steve lo miraba con una mezcla de sorpresa y confunsión-.
-No es precisamente un auto, Steve - se levantó para apoyar su mano en el hombro del chico - Y no es precisamente mio pero servirá- sonrió mirando a Robin - Ey, pelirroja, ¿tienes un pasamontañas, bandada o algo así? - miró a Max -.
La chica ladeó su cabeza hacia un lado mientras levantaba un lado de su boca, en una media sonrisa divertida. Segundos después se perdió en un cuarto, se oía como arrojaba cosas al suelo y como las puertas se abrian y cerraban, apareció con una mascara blanca en su mano.
-Esto será divertido - habló la rubia mientras reía-.
-¿No tienes un pasamontañas? - preguntó quejoso cuando abría la mascara con cabello -.
El primero en salir del trailer fue Eddie, con su mascara de Halloween, la cual causó la burla de la rubia por largos minutos, tras él el resto del grupo se aproximó, mirando hacia sus costados con miedo a que los descubrieran. El chico enmascarado hizo una seña con su mano, avisandoles que el lugar estaba despejado, por lo que comenzaron a correr entre medio de los trailers.
Frenaron detrás de uno, y tras el asentamiento de cabeza del de rulos la rubia caminó hacia el matrimonio que se encontraba fuera descansando sobre unas reposeras.
-Disculpen - su apariencia era un asco, el plan se iba a ir a la mierda - Estoy buscando a Maxine, es una niña de como esta estatura - llevo su mano unos centímetros más abajo de su hombro- cabello rojo - sonrió-.
-Uhm, no conocemos a nadie asi - respondió la mujer para volver a ignorarla -.
-¿Seguros? Es que me dijeron que vivía por aquí y - volvió a insistir cuando oyó un golpe dentro del trailer -.
-Ya te ha dicho que no - respondió amargado el hombre -.
Se quedó callada delante del matrimonio cuando de repente el motor del trailer dió arranque, automáticamente la radio se encendió y ella abrió sus ojos. El matrimonio ignoró su presencia para comenzar a maldecir, golpeando la puerta y las ventanas, ante la insistencia de que abrieran. Decidió que era buena idea comenzar a correr, segundos después el trailer arrancó dejando al hombre en el suelo y a la mujer señalando mientras gritaba.
La puerta del trailer se abrió, allí Eddie se sujetaba del costado mientras extendía su mano para tomar a Daisy con el fin de que ingresará, se aproximó un poco más extendiendo su mano para finalmente tomar al chico y dejarse entrar, sacó su cabeza para saludar al matrimonio. Finalmente el cuerpo de la chica cayó hacia atrás, y la puerta se cerró, comenzó a reír mientras miraba a su novio.
-Van a arrestarnos - rió-.
Cuando el vehículo dobló, Steve llevó puesto los botes de basura logrando que pegara un salto al igual que los cuerpos dentro.
-Maldita sea - musitó Robin - pobres, no todos los dias pierden un auto y su casa -.
Cuando finalmente salieron a la ruta, Daisy se levantó para sentarse junto a Eddie. Ella no iba a pedir perdón hasta que él lo hiciera, sin embargo, abrió y cerró su boca varias veces queriendo decir algo pero no diciendo nada al final.
-Lo siento - dijeron ambos al mismo tiempo -.
-No debí dejarte ahí, y tampoco debí tratarte de aquella forma, lo siento tanto Daisy - repitió él - Últimamente tengo tanto miedo y lo único que hago es huir, no debí huir sin tí - tomó su mano-.
-Tambien lamento como te traté, Eddie - lo miró a los ojos- estaba molesta y asustada, y sigo preocupada por mi madre, terminé desquitandome contigo cuando no era tu culpa - admitió finalmente-.
-¿Estamos bien? - preguntó-.
-Estamos bien - asintió para abrazarlo -.
Se quedaron ahí unos segundos. Daisy no sabía cuán feliz era de amar a alguien hasta que abrazaba a su novio, y amaba esa palabra: novio, porque era un título, una validez de que sus sentimientos eran correspondidos y sanos, eran válidos, estaban bien.
-Cuando todo esto termine, iremos a la playa - repitió como siempre - Aprenderemos a surfear, tomaremos sol y haremos castillos de arena - se acostó, apoyando su cabeza en las piernas del chico mientras recibía suaves caricias en su cabello - Iremos con mi mamá, y podemos invitar a tu tío-.
-Podríamos irnos de Hawkins- le dijo él-.
-Me gusta Hawkins- admitió- tengo amigos ahora - miró al grupo de chicos- y te tengo a tí, casi toda mi vida ha estado ahí - volvió a mirarlo - pero, si tu quieres podemos irnos -.
-Podríamos empezar una nueva vida en otro lugar, ¿no crees? - sus ojos derrochaban amor, aquel sentimiento puro que nacía desde el más mínimo intercambio y comenzaba a forjarse con cada acción- Tú y yo, llevaríamos a tu mamá y a mi tío, y podriamos invitar a nuestros amigos - le sonrió- festejariamos navidad siempre, y no desarmariamos el árbol jamás- hablaba como un niño ilusionado -.
-Me gustaría tener un gato y dos perros - le dijo ella animada -.
-En nuestro hogar tendremos un gato, dos perros, siempre será navidad y tendremos habitaciones para visitas siempre - le sonrió achinando sus ojos - tendremos dos niños, una niña y un varón -.
-¿Nuestro hogar? - El corazón de la rubia dió un vuelco -.
-Si, nuestro hogar - le repitió -.
Luego de unos veinte minutos decidieron frenar a unos metros más adelante de una gasolinera, había un teléfono público, Steve y Nancy le habían dado dinero a la rubia para que pudiese hablar con su madre, Robin bajó con ella acompañándola en silencio.
Daisy entró a la cabina y cerró la puerta, suspiró asustada para descolgar el teléfono, ingresar las monedas y marcar el número. Un tono, dos tonos y cuando supuso que iba a ser el tercero se oyó.
-¿Hola? - La voz de su madre sonaba apagada, triste, vacía- ¿Hola? - repitió un poco más alto -.
-¿Mamá? - habló con su voz entre cortada, estaba alegre de que ella estuviese bien pero al mismo tiempo el hecho de oírla por un teléfono y no en su presencia le hacía mal -.
-¿Daisy? -se oyó un corto silencio- ¿eres tú, mi niña? -.
-Hola mamá- no aguantó y comenzó a llorar, de fondo su madre seguía su llanto - Te extraño tanto -.
-¿Estás bien? -preguntó- Yo te extraño mucho más, cariño -.
-Si, estoy bien -mintió- ¿y tú? -.
-Las cosas están locas por aquí, todos están dementes - respondió- ¿Daisy? -.
-¿Si? - preguntó preocupada -.
-No vuelvas cielo - admitió- no vuelvas hasta que todo esté en orden - hubo un corto silencio- por favor, cuídate, que no te vea nadie -.
-Voy a solucionar esto, lo prometo- respondió- tu también cuidate -.
-¿Cómo está Eddie? -preguntó finalmente -.
-Bien, dentro de lo que se puede decir - volteó a ver al trailer - mamá, tengo que irme -.
-Te amo cariño, por favor, recuerdalo siempre y cuidate -.
-Te amo mucho más- colgó el teléfono sin esperar a que respondiese porque sabía que si su madre decía otra cosa ella no iba a querer que la llamada terminara-.
Se quedó ahí unos segundos mirando el teléfono y llorando en silencio, cuando la puerta finalmente se abrió permitiendo a Robin entrar a abrazar por los hombros a la chica, dandole consuelo.