55LOVE (Runner 1)

By Basummers2020

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A Carlos Sainz , su equipo le da un ultimátum. Tiene que cambiar su actitud o el año que viene lo echan de la... More

♥️🅵🅸🆁🆂🆃 🅿🅻🅰🅲🅴♥️
🏎️ 🅿🆁ó🅻🅾🅶🅾 🏎️
𝟣. 𝐿𝒶 "𝓈𝓅𝑜𝓈𝒶" 𝒹𝑒 𝒫𝒾𝑒𝓇𝑜
𝟤. 𝒩𝑜 𝑒𝓈 𝟧𝟢 𝓈𝑜𝓂𝒷𝓇𝒶𝓈
𝟥. 𝒬𝓊𝒾𝑒𝓃 𝓃𝑜 𝒶𝓇𝓇𝒾𝑒𝓈𝑔𝒶 𝓃𝑜 𝑔𝒶𝓃𝒶
4. 𝑀í𝒶
5. 𝐿𝒶 𝒽𝑒𝒸𝒽𝒾𝒸𝑒𝓇𝒶
6. 𝐿𝒶 𝓅𝒶𝓇𝓉𝒾𝒹𝒶 𝒹𝑒 𝒹𝒶𝓇𝒹𝑜𝓈
7. 𝑀𝒾 𝒻𝒶𝒾 𝒾𝓂𝓅𝒶𝓏𝓏𝒾𝓇𝑒
8. 𝐿𝒶 𝓅𝓇𝒾𝓃𝒸𝑒𝓈𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝒸𝒶𝓈𝓉𝒾𝓁𝓁𝑜
9. 𝒯𝑒𝓈𝓉 𝒪𝓃𝑒. 𝐵𝒶𝓇𝒸𝑒𝓁𝑜𝓃𝒶
10. 𝑅𝑜𝒸𝓀𝒶𝓁𝑒𝓉𝒶
11. 𝒟𝑒𝓈𝓅𝒶𝒸𝒾𝓉𝑜
12. 𝒯𝑒𝓈𝓉 𝒯𝓌𝑜. 𝐵𝒶𝒽𝓇𝑒𝒾𝓂
13. 𝑀𝒶𝓁𝒹𝒾𝓉𝑜 𝓈𝒶𝒷𝑜𝓇 𝒶 𝒸𝑒𝓇𝑒𝓏𝒶
14. 𝒩𝑒𝒸𝑒𝓈𝒾𝓉𝑜 𝓊𝓃 𝒸𝒶𝒻é, 𝓋𝒶𝓁𝑒, 𝓎𝑜 𝓉𝒶𝓂𝒷𝒾é𝓃
16. 20 Horas y 12.800 metros
17. 𝟤𝟧 𝓅𝑜𝒾𝓃𝓉𝓈
18. 𝒜𝓈𝒻𝒶𝓁𝓉𝑜
19. 𝐸𝓈𝓉𝒶𝓂𝑜𝓈
20. 𝒰𝓃 𝓁𝒶𝓂𝒷𝑜𝓇𝑔𝒽𝒾𝓃𝒾 𝓎 𝓊𝓃𝑜𝓈 𝓉𝒶𝒸𝑜𝓃𝑒𝓈 𝓇𝑜𝒿𝑜𝓈
21. 𝐸𝓁 𝒶𝒷𝓊𝑒𝓁𝑜 𝒫𝒾𝑒𝓇𝑜
22. 𝒯ú 𝑔𝒶𝓃𝒶 𝓆𝓊𝑒 𝓎𝒶 𝓋𝑒𝓇𝑒𝓂𝑜𝓈 𝒹𝑒𝓈𝓅𝓊é𝓈
23. 𝒫𝓊𝑒𝓈 𝓁𝑜 𝑒𝒸𝒽𝒶𝓂𝑜𝓈 𝒶𝓁 𝓈𝓊𝑒𝓁𝑜
24. 𝒞𝓊𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒸𝒶𝓁𝒾𝑒𝓃𝓉𝒶 𝑒𝓁 𝓈𝑜𝓁
25. ¿𝒫𝑜𝓇𝓆𝓊é 𝓃𝑜 𝓅𝓊𝑒𝒹𝑜 𝒹𝑒𝒿𝒶𝓇 𝒹𝑒 𝓅𝑒𝓃𝓈𝒶𝓇 𝑒𝓃 𝓉𝒾?
26. 𝒱𝓊𝑒𝓁𝓋𝑒 𝒶 𝓂𝒾
𝟤𝟩. 𝒩𝑜 𝑒𝓇𝑒𝓈 𝒱𝒶𝓁𝑒𝓇𝒾𝒶
𝟤𝟪. 𝐸𝓈𝒶 𝓈𝑜𝓃𝓇𝒾𝓈𝒶
𝟤𝟫. 𝒱𝑒𝓃 𝒸𝑜𝓃𝓂𝒾𝑔𝑜
𝟥𝟢. 𝐿𝒶 𝑅𝑜𝒸𝒽𝑒𝓇
𝟥𝟣. 𝑀𝒾 𝒿𝓊𝑒𝑔𝑜 𝒻𝒶𝓋𝑜𝓇𝒾𝓉𝑜
𝟥𝟤. 𝐸𝓈𝓉𝒶 𝑒𝓈 𝓂𝒾 𝓉𝑜𝓇𝓇𝑒
𝟥𝟥. ¿𝒬𝓊𝒾é𝓃 𝑒𝓈 𝓁𝒶 𝓇𝓊𝒷𝒾𝒶?
𝟥𝟦. 𝒯𝑜𝒸𝒶𝒹𝒶 𝓎 𝒽𝓊𝓃𝒹𝒾𝒹𝒶
𝟥𝟧. 𝐿𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓃𝓊𝓃𝒸𝒶 𝒻𝓊𝑒 𝓂𝒾𝑜
𝟥𝟨. 𝒟𝒶𝓂𝑒 𝓊𝓃𝒶 𝑜𝓅𝑜𝓇𝓉𝓊𝓃𝒾𝒹𝒶𝒹
𝟥𝟩. 𝑀𝒾 𝒹𝑒𝓈𝒶𝓈𝓉𝓇𝑒
𝟥𝟪. 𝐸𝓁 𝓉𝒾𝑒𝓂𝓅𝑜
𝟥𝟫. 𝒩𝒶𝓀𝓊𝓅𝑒𝓃𝒹𝒶
𝟦𝟢. 𝐿𝒶 𝓃𝓊𝑒𝓇𝒶
𝟦𝟣. 𝒞𝒶𝓇𝒶 𝒶 𝒸𝒶𝓇𝒶 𝒸𝑜𝓃 𝓂𝒾𝓈 𝑒𝓇𝓇𝑜𝓇𝑒𝓈
𝟦𝟤. 𝒱𝑜𝓁𝒶𝓇 𝓈𝒾𝓃 𝒶𝓁𝒶𝓈
𝟦𝟥. 𝑀𝒾 𝒽𝑜𝑔𝒶𝓇 𝓈𝑒𝓇á𝓈 𝓉ú
𝟦𝟦. 𝐿𝒶 𝒩𝑜𝒸𝒽𝑒 𝒟𝑒 𝒞𝒽𝒾𝒸𝑜𝓈
𝟦𝟧. 𝒯𝑒 𝒟𝒾𝓇é 𝒬𝓊𝑒 𝒯𝑒 𝒬𝓊𝒾𝑒𝓇𝑜
𝟦𝟨. 𝒩𝓊𝓇𝒷𝓊𝓇𝑔𝓇𝒾𝓃𝑔
𝟦𝟩. 𝐵𝓊𝑜𝓃𝑔𝒾𝑜𝓇𝓃𝑜 𝒫𝓇𝒾𝓃𝒸𝒾𝓅𝑒𝓈𝓈𝒶
𝟦𝟪. 𝒫𝑜𝒹𝓇í𝒶 𝒮𝑒𝓇 𝒞𝓊𝒶𝓁𝓆𝓊𝒾𝑒𝓇𝒶
𝟦𝟫. 𝑀𝒶𝓇𝒾𝓃𝒶 𝐵𝒶𝓎 𝒮𝓉𝓇𝑒𝑒𝓉 𝒞𝒾𝓇𝒸𝓊𝒾𝓉
𝟧𝟢. 𝐿𝒶 𝓂𝒾𝒶 𝓇𝒶𝑔𝒶𝓏𝓏𝒶
𝟧𝟣. 𝐿𝑒 𝓋𝒶𝓈 𝒶 𝒹𝒶𝓇 𝓊𝓃 𝒹𝒾𝓈𝑔𝓊𝓈𝓉𝑜
𝟧𝟤. 𝒮𝓊𝓅𝓁í𝒸𝒶𝓂𝑒
𝟧𝟥. 𝑅𝑒𝓃𝒹𝒾𝒹𝑜 𝒜 𝒯𝒾
𝟧𝟦. 𝒮ó𝓁𝑜 𝐸𝓈 𝒰𝓃 𝒩ú𝓂𝑒𝓇𝑜
𝟧𝟧. 𝒟𝑒𝒷í 𝐻𝒶𝒷𝑒𝓇𝓁𝑜 𝐻𝑒𝒸𝒽𝑜 𝒜𝓃𝓉𝑒𝓈
𝟧𝟨. 𝒯𝑜𝒹𝑜𝓈 𝑀𝒾𝓈 𝑀𝒾𝑒𝒹𝑜𝓈
𝟧𝟩. 𝒞𝓇𝒶𝓈𝒽
𝟧𝟪. 𝒪𝓇𝑔𝓊𝓁𝓁𝑜 𝒴 𝒞𝒶𝒷𝑒𝓏𝒶 𝒜𝓁𝓉𝒶
𝟧𝟫. 𝐼𝓁 𝒫𝓇𝑜𝓉𝑒𝓉𝓉𝑜
𝟨𝟢. 𝟣𝟦.𝟧𝟢𝟢 𝒞𝑜𝓂𝓅𝑜𝓃𝑒𝓃𝓉𝑒𝓈 𝐼𝓃𝒹𝒾𝓋𝒾𝒹𝓊𝒶𝓁𝑒𝓈
𝟨𝟣. 𝒞𝒶𝓃𝓃𝑜𝓁𝒾 𝒶𝓁𝓁𝒶 𝓈𝑜𝓇𝓇𝑒𝓃𝓉𝒾𝓃𝒶
𝟨𝟤. 𝒞𝑜𝓂𝑜 𝓈𝒾 𝒻𝓊𝑒𝓇𝒶 𝓊𝓃 𝒶𝒹𝒾ó𝓈
𝟨𝟥. 𝐿𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝒸𝒶𝒹𝒶 𝓊𝓃𝑜 𝓆𝓊𝒾𝑒𝓇𝑒
𝟨𝟦. 𝐿𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓁𝓁𝑒𝓋𝑜 𝑒𝓃 𝑒𝓁 𝒷𝑜𝓁𝓈𝒾𝓁𝓁𝑜
65. 𝐼𝓁 𝓂𝑜𝓂𝑒𝓃𝓉𝑜
𝟨𝟨. 𝐿𝒶𝓈 𝒹𝓊𝒹𝒶𝓈
67. 𝒜𝓂𝒶𝓇𝑔𝒶𝓈 𝒸𝒶𝓈𝓉𝒶ñ𝒶𝓈
𝟨𝟪. 𝐿'𝓊𝓁𝓉𝒾𝓂𝑜 𝒶𝒹𝒹𝒾𝑜
𝟨𝟫. 𝒱𝒾𝓋𝑒, 𝒶𝓂𝒶 𝓎 𝓃𝑜 𝓁𝓁𝑜𝓇𝑒𝓈 𝓂á𝓈
𝟩0. 𝒬𝓊𝑒𝓇𝒾𝒹𝒶 𝒱𝒶𝓁𝑒𝓇𝒾𝒶
𝟩1. 𝐿𝒶 𝓅𝒾ù 𝒷𝑒𝓁𝓁𝒶 𝓈𝓉𝑜𝓇𝒾𝒶 𝒹'𝒶𝓂𝑜𝓇𝑒
72. 𝒩𝑜 𝓉𝑒 𝓆𝓊𝑒𝒹𝑒𝓈 𝒸𝑜𝓃 𝓁𝒶𝓈 𝑔𝒶𝓃𝒶𝓈
𝒞𝓊𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒱𝒶𝓁𝑒𝓇𝒾𝒶 𝒹𝒾𝒿𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓈𝒾
𝒫𝓇𝑒𝓂𝒾𝑜𝓈
𝐸𝓍𝓉𝓇𝒶 𝟣. 𝒩𝑜 𝒽𝒶𝓎 𝓆𝓊𝑒 𝒽𝒶𝒸𝑒𝓇 𝓃𝒾𝓃𝑔ú𝓃 𝒹𝓇𝒶𝓂𝒶

15. 𝒦𝓁𝓊𝒷 𝟥𝟨𝟢

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By Basummers2020

El Klub 360 de Bahrein, era uno de los clubs de lujo más selectos del reino de Bahrein. Los Dj mas afamados alguna que otra vez habían pinchado aquí, y decían que el champan lo servían en copas de oro a sus invitados más Vip.

Esta noche, la parte de arriba acogía a una clientela de lo más selecta, algunos de los pilotos de Fórmula Uno que ese mismo día habían competido en el primer Gran Premio de la temporada. Los camareros y casi todos los empleados del club, se desvivian por atenderlos y que esa noche fuera una experiencia única para ellos.

Carlos apuró su copa de ginebra mientras movía su nariz cabreado. Estaba enfadado consigo mismo por ser un gilipollas. Aún no sé le iba va de la cabeza, la cara de desconcierto que tenía Valeria, cuando la dejó en el baño después de besarla. Estaba desilusionada y dolida. Y no se lo podía reprochar. Apenas le hablaba. Casi ni lo miraba. Él no quiso tratarla así. No quiso ser tan duro con ella, pero las putas palabras habían salido solas de su boca.

No pensaba lo que le dijo. Ni mucho menos fue un error besarla. Al contrario, quería más de esos besos. Pero dudaba de que ella se los volviera a dar alguna vez.

Sobre todo si al final acababa saliendo con Aless, como mucho se temía. Carlos los había visto salir juntos del hotel desde el balcón de su habitación. Iban a cenar. Al CUT. Donde él le había prometido que la llevaría. Pero esa noche era otro el que había puesto su mano en su cintura y no se la había quitado hasta que se habían subido en el coche. Ese podría haber sido él, sino fuera tan imbécil.

- ¿Llorando por Valeria?

Charles Leclerc, Lord Percival o su grano en el culo, pensó el madrileño. Su compañero se sentó a su lado, copa en mano mirando alrededor de la zona VIP. El club estaba bastante concurrido esa noche. Casi toda la familia que componía la Fórmula Uno, estaba aquí. Bailando, bebiendo, disfrutando. Celebrando lo que esperaban que sería una temporada de éxitos.

- ¿No tienes vasallos a los que atender? -le preguntó Carlos intentando quitárselo de enmedio. Esta noche le molestaba la presencia de todo el mundo a su lado. Sólo quería ahogar sus penas en alcohol.

- Hace años que erradicaron el vasallaje, Carlitos. Estoy esperando a ver si esas dos rubias vienen hacia aquí

Charlie le hizo un gesto con sus ojos señalando a las dos chicas que estaban en la barra y se reían mirando a los pilotos. El monegasco le guiñó el ojo a una de ellas y volvió a su conversación con su amigo.

- En algún momento tendrás que pedirle perdón por ser tan capullo

- ¿Por decirle la verdad? No debería estar besando a mi jefa de Ingenieros

Charlie le dio un puñetazo en el hombro que le arrancó un buen gemido de dolor por su parte.

- ¿Otra vez con esa pollada Chilly? Dila más veces a ver si te la acabas creyendo

Charlie le hizo un gesto a las dos chicas para que fueran a sentarse con ellos, algo que la rubias no se tuvieron ni que pensar . Caminaron hacia ellos riéndose y felicitándose por haber conseguido su objetivo, que los dos pilotos se fijaran en ellas, y con suerte, que la noche la acabaran en su cama.

- ¡Y que más da! Tampoco es que a ella le importe mucho. Ha tardado poco en correr a los brazos de Aless -le contestó Carlos con un deje de enfado en su voz

- No va a estar esperándote eternamente. Además, yo creo que a ella no le gusta Aless

Las dos rubias se sentaron una a cada lado de los chicos. Les saludaron y les dijeron sus nombres ofreciéndoles una generosa vista de su escote. Carlos pensó que quizás era esto lo que necesitaba. Sexo rápido y sin compromiso. Porque desde que conocía a la hechicera de Valeria, desde aquel día que la vio en la Fábrica de Ferrari con sus dos trenzas, no había sido capaz de acostarse con nadie. Hasta la capacidad de estar con otras le había quitado.

- Me da igual lo que haga o deje de hacer ella -le respondió a Charlie mientras la rubia de su lado se acercaba más a él. La chica le puso una de sus manos en el muslo subiéndola y bajándola sin ningún tipo de disimulo

- Me alegro que pienses eso, porque acaba de entrar por la puerta con Aless. Hala, a gozarla

Carlos se tensó en su asiento del sofá. Desvió su mirada hasta la entrada de la sala Vip y todo su cuerpo ardió con furia. Valeria acababa de llegar. Con ese vestido rojo que le quedaba por encima del muslo y que le encajaba en su cuerpo como una segunda piel. Ese escote asimétrico que dejaba uno de sus hombros desnudos. Y su pelo rubio cayendo por encima de sus hombros.

No podía dejar de mirarla. Por más que la rubia de al lado subiera su mano llamando su atención, la suya estaba en la otra rubia. En la hechicera de ojos verdes que cruzaba su mirada con la suya. Que por más que Aless tuviera su mano en su cintura, su mirada, era para él.

Porque si, Valeria lo estaba mirando. Desde el primer momento que entró en el club, se percató de su presencia. Su cuerpo entero reaccionó a él. Pero cuando lo vio con esa chica a su lado, la decepción y la desilusión eran más que palpables. Se ve con ella si que no le importaba que lo vieran, ni que le tocara su muslo, ni que su boca se acercara peligrosamente a su cuello. Valeria parpadeó y giró su cabeza para sonreírle a su acompañante. Su cuerpo ardía también furioso. Y no iba a darle la satisfacción al piloto de que él la viera mal por su culpa.

- Allí están Carlos y Charlie, ¿quieres que nos acerquemos? -le preguntó Aless cerca de su oído. Su aliento le cosquilleaba en la cara haciendo que la piel del cuello se le pusiera de gallina

- Quedémonos en la barra, están muy ocupados -le dijo ella mientras señalaba con la cabeza hacia donde estaban los dos chicos

- Bueno, es lo que tiene ser piloto de Fórmula Uno, las chicas siempre los rodean

Valeria le dio una pequeña sonrisa a Aless y se dejó guiar por él hacia la barra. Sabía que él la estaba mirando. Notaba esa mirada en su espalda, y eso la ponía nerviosa. Y mucho. El italiano le pidió al camarero una botella de Sassicaia, el vino más prestigioso de Italia. Se lo descorcharon delante de ellos y les sirvieron en dos copas.

- Por ti Valeria -le dijo Aless chocando su copa con la suya mientras la miraba con esos penetrantes ojos marrones- porque encontrarte fue una odisea y valió la pena la espera

Valeria bebió de su copa, no sin antes sentir el rubor en sus mejillas. No le gustaba que la alabaran. De nunca. Ella no tenía que demostrar lo que era capaz de hacer. Lo hacía y punto. Sin esperar recompensas. Sólo por gusto. Y desde luego, que estar en Ferrari, cumplía todas sus expectativas.

Siguieron bebiendo mientras hablaban de banalidades. Valeria estaba haciendo verdaderos esfuerzos por no desviar su mirada hacia ese sofá donde estaba el objeto de sus desvelos. La mano de Aless rozó su brazo, en una caricia sútil y suave. Valeria pensó que sería muy fácil acabar en la cama del italiano esta noche. Sólo tenía que ser algo más audaz con él y responder a sus pequeños avances.

Porque tal vez eso era lo que necesitaba. Sexo y sólo sexo. Con alguien que de verdad, estaba interesado en ella. Alguien con quien sabia que pasaría un buen rato. Y Aless, era el candidato idóneo.

Lo miró de nuevo a través de su copa y se preguntó a si misma si sería capaz de acabar en la cama con el italiano.

Hasta ellos se acercaron algunos conocidos para saludar a Aless, para cambiar impresiones, o simplemente, hablar con él. Esos momentos eran los que aprovechaba Valeria para mirar a Carlos. El cual, tampoco es que le hubiera quitado la vista de encima.

La rubia, de un nombre tan insulso que ni recordaba, quiso besarlo un par de veces, pero Carlos desviaba su cara para que ella acabara estampando sus labios en su mejilla. Ya no quería tenerla cerca. Ya no quería que lo tocara. La únicas manos que deseaba tener en su piel, eran las de la rubia de ojos verdes que se reía con cada palabra que el puto italiano le susurraba al oído.

Valeria lo miró una vez más, y bebió de su copa dándose la vuelta. Aless estaba solo de nuevo. Y él también la miraba. No era un secreto que la deseaba. Desde la primera vez que la vio con aquel peto vaquero manchado de grasa. La quería en su cama. La quería en su vida.

- Estás preciosa con ese vestido Valeria

- Gracias -le dijo ella con una leve sonrisa en su cara- pero tengo que confesarte que no es mío. Me lo ha prestado una amiga. Apenas me he traído ropa para salir

- Debiste habérmelo dicho. Hay varias boutiques en el hotel en las que seguramente hubieras encontrado algo de tu agrado

- Oh, no te preocupes. La próxima vez estaré preparada

- Yo también espero que lo estés...para la próxima vez

Valeria se bebió la copa que acababan de ponerle delante suya. La mirada de Aless recorría su cuerpo haciéndola sentir nerviosa. Siempre había pensado que el italiano era guapo. Muy, muy atractivo. De los que seguro que acostarse con él tenía que ser una más que grata experiencia. Pero, a lo mejor, era una idiota y estaba dejando escapar la oportunidad de pasar más que un buen rato con Aless, pero, la única cama en la que ella quería estar, es en la que nunca estaría, en la de Carlos.

Alguien de la organización del premio de Bahrein se acercó a hablar con Aless. La música de un DJ muy conocido resonaba en toda la sala. Valeria movió su cuerpo lentamente al ritmo de la música sin llamar mucho la atención. Le pegó un sorbo a su copa y decidió que ésta sería la última. Miró a Carlos. Él la miró a ella. Se relamió los labios pensando que el frescor de la bebida era su boca. Se paso la lengua por su labio superior sabiendo perfectamente que él la estaba mirando y que no se perdía ni un ápice de lo que ella hacía.

Fue un poco más audaz y puso sus manos a ambos lados de sus caderas. Se movió despacio al ritmo de la música y fue subiendo sus manos lentamente por sus costados. Las cruzó por debajo de su pecho y se balanceó de nuevo hasta ver como Carlos se revolvía en ese maldito sofá.

El miembro de Carlos se removió en sus pantalones. Apartó la mano de la rubia de su muslo y casi de su cuerpo ante sus protestas. No quería que nadie lo tocara mientras la miraba. Mientras ella lo provocaba con sus labios y con sus gestos.

Mía.

Era el grito que todo su cuerpo emitía.

Lo que reclamaba.

-Voy al baño -le dijo Valeria a Aless dejando su copa en la barra. Él le hizo un gesto con la cabeza y siguió hablando animadamente con el mismo hombre de antes

Valeria atravesó la zona Vip y salió a un largo pasillo que llevaban a los baños. Entró al de mujeres y después de hacer sus necesidades, fue a lavarse las manos. Mientras se miraba al espejo, la puerta se abrió haciendo que desviara su mirada hacia ella, viendo como Carlos entraba en el baño. Algo que no le sorprendió pero, que supo disimular bastante bien.

- El servicio de caballeros está enfrente, no aquí -le dijo Valeria sin apenas mirarlo. Saco una barra de labios de su bolso y la abrió para repasar su maquillaje

- ¿Te acuestas con él?

Valeria giró su cabeza hasta mirar a Carlos. Él estaba a su lado con su vista fija en la imagen que le devolvía el espejo. La rubia estaba preciosa con ese vestido. Toda una tentación.

- No soy como tú, Aless y yo somos amigos -le respondió ella sin perder la compostura. Estaba celoso. Bien. Un punto para ella

- Eso es lo que tú te crees -siguió diciéndole Carlos. Apretaba sus puños a ambos lados de sus costados haciendo verdaderos esfuerzos por no besarla de nuevo- le gustas a Aless

- Pues vale. Por lo menos espero, que si pasa algo entre nosotros, él no me diga que soy poco profesional, o un error

Valeria recalcó ésta última palabra con ironía y terminó de pintarse los labios ante la atenta mirada del madrileño. Era consciente de que él no perdía detalle de cada uno de sus movimientos, y hasta ella llegó la fragancia tan masculina que desprendía todo su cuerpo. Realmente Carlos la afectaba. Porque estaba temblando al sentirlo tan cerca suya.

Guardó la barra y se dio la vuelta para encarar a Carlos. Se puso justo a su lado y escuchó su agitada respiración.

- ¿Y tú? ¿lo estás pasando bien, Carlitos? -el madrileño apretó su mandíbula y se relamió los labios mirándola. La tenía muy cerca, demasiado. De un solo movimiento la podría sentar encima del lavabo, subirle ese vestido y hundirse entre sus piernas mientras ella le gritaba que no parara

- En un rato te lo digo, depende de la rubia

Valeria escondió su disgusto mordiendo su lengua justo delante de él. Su olor avainillado inundó las fosas nasales de Carlos haciéndole tragar saliva con demasiada fuerza. Valeria le afectaba como ninguna mujer lo había hecho en la vida.

- ¿Sabes? A lo mejor besarme para ti fue un error -Valeria se acercó aún más a él poniendo su boca justo en su oído. El cuerpo del piloto reaccionó a su cercanía como si fuera un volcán a punto de estallar - tú podrás engañarte pero tus besos no me engañan y está claro que mi boca es la única que quieres besar esta noche

La rubia le dio un pequeño beso en la oreja y salió del baño dejando a Carlos aún peor de lo que estaba. Porque es que encima, ella tenía toda la razón. Solo quería besarla a ella. Esta noche y todas las noches que pudiera.

Casi pasadas las tres de la mañana, un coche dejaba a Valeria y a Aless en el hotel. Durante el resto de la noche, la chica y Carlos se habían lanzado sutiles y airadas miradas, demostrándose el uno al otro que se gustaban. Pero, el orgullo podía más que otros sentimientos. Ella fue la primera en abandonar la discoteca, sin darse cuenta de que el madrileño, hacía lo mismo minutos después. No tenía sentido estar en un sitio donde ella ya no estaba.

- ¿Estás cansada? -le preguntó Aless a Valeria mientras la miraba apoyado en la pared del ascensor

- Un poco. La primera carrera, el primer Gran Premio...todo esto es tan nuevo para mi... -le contestó ella con una media sonrisa.

- Te acostumbrarás. Sólo es el primer Premio. Aún no has visto nada

El ascensor se paró en la planta de la chica. Fue a salir y despedirse del italiano cuando él la cogió del brazo. Los ojos de ambos hicieron contacto. Unos, con deseo y con ganas de más. Esta podía ser esa noche. La noche en la que se dejaran llevar por la pasión, sin importar absolutamente nada más.

- ¿Te apetece que nos tomemos una copa en mi habitación, Valeria?

*** Esta noche quiero darle las gracias por el banner de comienzo de capítulo a Sevi_Roler. Me ha encantado como te ha quedado con el poco tiempo en el que lo has hecho. Enhorabuena artista.

Espero que os haya gustado el capítulo y si es así, que lo votéis si os apetece. Que a mi me hace ilusión ver las estrellitas.

A partir de aquí, todo va a cambiar entre Carlos y Valeria, no sabemos si para bien, o para mal. Lo que está claro que los siguientes capítulos, serán un torbellino.

Muchos besos y abrazos ***

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