SeroKami Week 2022

By Lady_Wox

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Una semana dedicada a uno de los shipps más queridos del fandom Del 28 de julio al 3 de agosto. Hanta Sero x... More

Introducción
Día 1: Operación C.O.N.Q.U.I.S.T.A
Día 2: ¿Como conociste a mamá?
Día 3: Recuerdos impresos
Día 5: Ese viaje escolar que cambió todo
Día 6: La suavidad de tu sonido
Día 7: Lo único que me importa en esta jodida vida

Día 4: Esencia de margaritas

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By Lady_Wox

Flores.

Mención del Dabishiga.

Rosas, alcatraces, azucenas, girasoles...

Todas esas flores tan hermosas están decorando la habitación de un pequeño rubio, quien recientemente cursa el segundo año de su carrera universitaria.

Es fin de semana, y Denki se ha levantado con toda la actitud. Hoy decide hacer una de sus actividades favoritas: regalar ramitos de margaritas.

Él mismo las hace con toda la gentileza del mundo. Los detalles pequeños y bonitos siempre le cambian el día a las personas, o eso es lo que su madre suele decirle. Desde pequeño ha amado las flores y sus significados, por lo que, cuando no sabe que decirle a alguien, le da un ramo pequeño con la flor correcta.

Alista su bolsa marrón con sus cosas necesarias, se pone su suéter blanco con un dibujo de amapolas bordado en las orillas y se va de los dormitorios para dar un agradable paseo en sábado.

Todos los transeúntes le regalaban una sonrisa a Denki cuando les entregaba uno de sus ramitos. Sus flores tienen el efecto de felicidad que tanto le gusta, más con los niños.

Justo cuando se aproxima a una esquina, cae de bruses contra el suelo, escuchando carcajadas a sus espaldas.

—Miren, a la mariposita le falló el vuelo.

Que mala suerte. Hoy se tuvo que topar con los chicos groseros de la universidad rival, entre los cuales está su ex amigo Minoru Mineta, quien lo botó de su círculo de amigos en cuanto supo de su bisexualidad.

Además del cabellos morados, también se encuentran Camie, una estudiante de dudosa reputación sexual, Seiji, un traficante de sustancias, y Chizaki, maestro conocido por aceptar sobornos y pasar materias a cambio de noches solitarias en un motel.

—Buenos días —a pesar de la enemistad, sigue siendo amable.

—¿Qué esperas para levantarte? —reprocha Camie mientras se lima las uñas—. Ni creas que nos tomaremos la molestia de ayudarte

—No esperaba su ayuda de todos modos —se levanta—. Solo estoy haciendo un paseo. ¡Oh! Por cierto, tomen —les da unos ramitos

—Quita eso de mi vista —Mineta le azota la mano.

—¡Hey! —se agacha a recogerlo—, me toma mucho tiempo hacerlas.

—¿Y a nosotros que rayos nos importa? —Seiji aplasta las flores enfrente de Kaminari—. Ups, lo siento.

A pesar de la amabilidad del chico por regalar esos detalles silvestres, hay gente que se burla de este gusto tan "afeminado".  Cuando era niño, nadie lo molestaba, pero en secundaria y preparatoria no faltaban aquellos y aquellas que lo llegaban a agredir por su gentileza. Hace falta agregar que el responsable de hacer saber su gusto por las flores fue nadie más que Mineta.

Tuvo que ser cambiado de escuela 3 veces por tanta agresión física y piscológica por parte de sus antiguos compañeros. Por suerte para el, en la universidad nadie lo molesta por eso, incluso le regalan girasoles en su cumpleaños.

Con los ojitos algo acuosos, Denki se levanta del piso y está a punto de darse media vuelta e irse sin rechistar, hasta que un último comentario de Chizaki lo hace enojar.

—Dime, ¿te hiciste bisexual porque ninguna mujer te hacía caso y decidiste ofrecerle tu trasero a los hombres? Que pena que no seas de mi escuela, bien que tú y yo podríamos...

Ante los ojos de todos, la cara del castaño fue empapada con una botella de refresco de uva, rápidamente destapado por Kaminari, quien no tarda en reaccionar al darse cuenta de lo que acaba de hacer.

—¡Adiós! —comienza a correr.

—¡Que no escape!.

Es en estos momentos que Denki agradece que Eijirou y Katsuki lo obligarán a correr con ellos durante todos sus años de secundaria y preparatoria, de lo contrario rápidamente lo alcanzaría la pandilla.

Por casualidad, se detiene enfrente de un bar, luciendo como un buen escondite. Sin embargo, tiene miedo de que la gente adentro lo dañe. Pero bueno, mejor daño recibido en el bar que por los sujetos de la universidad rival.

El lugar está totalmente vacío, posiblemente por ser temprano. Ni siquiera hay alguien en el mostrador, en dónde decide esconderse. Por desgracia, escucha las voces de sus perseguidores en el lugar, por lo que ellos saben que se encuentra allí.

Empieza a respirar con más calma, para minimizar su sonido y que no decidan buscar en el mostrador, pero por alguna maldita razón, los pasos de uno de ellos van en su dirección. Cubre su boca con un temblor en sus manos y trata de regular su respiración para evitar entrar en un ataque de pánico.

Parece que Seiji está a punto de atraparlo con una simple mirada, pero su salvación llega justo a tiempo.

La camisa de Seiji es tomada por la parte trasera y es arrastrado fuera de su alcance. El pelimorado comenzó a patalear exigiendo su liberación.

—Oye Dabi, parece que tenemos un intruso.

—Lo sé, y no solo es uno.

El grupo fue rápidamente capturado.  Camie es sujetada por el cabello por una rubia más baja que ella, la cual mantiene un cuchillo apuntando a su estómago, Mineta está siendo levantado por un muchacho de pelos azules y ojos rojos, Chizaki está retenido de los brazos por un joven tatuado de cabello negro y piercings y, finalmente, Seiji está siendo sujetado por un chico de cabello y ojos negros, que de los cuatro parece ser el más normal.

—Pero si son mis idiotas favoritos —Dabi se burla—: la prostituta, el acosador, el corrupto y el traficante. Dime Seiji, ¿aún le vendes a los menores? Que vergüenza.

—Métete en tus asuntos Dabi —le aprietan el hombro.

—Solo puedes decirle Dabi si eres su amigo.

—O cariño si eres Tomura —la rubia suelta una risita.

Por la puerta de la cocina salieron un hombre de cabellos morados largos y ojos amarillos, vestido con un chaleco y corbata, y una pelirroja robusta, también vestida con saco y corbata pero usando falda.

—Mamá Magne —toma la voz la rubia—. Estos idiotas se atrevieron a causar problemas en el local.

—¿En serio?, ¿Tan temprano y creando problemas? Ustedes nunca parecen entender su lección.

—Magne, yo manejo esto —habla el hombre de cabello morado—. Si no se van en este momento, habrán perdido la oportunidad de salir ilesos de este lugar.

—¿¡Crees que me das miedo flacucho!? —Mineta patalea— ¡Yo puedo con todos ustedes, y cuando acabe iré tras ese medio homosexual de Denki!

—Espera, además de imbécil, ¿eres homofóbico?.

—¡Si, payaso!, ¿¡Y qué...!?

El hombre rápidamente tomo el rostro de Mineta con fuerza y lo lanzó a través de la puerta del bar, chocando contra unos botes de basura.

—¿Alguien más se quiere quedar?

El intimidante ya nada intimidante grupo salió corriendo del lugar, sin siquiera mirar al chico entre los botes de basura.

—Muy bien amigo, ya puedes salir —traga saliva—. Sí, tú, el que se esconde detrás del mostrador.

Con miedo a salir, se queda estático durante unos segundos, hasta que ve frente a el al chico más genial del mundo.

Ojos negros como tulipán Queen of Night, cabello de aspecto suave como pétalos de rosa, piel hermosa como una dalia. Unos aretes rojos, uñas pintadas de negro, eso es genial.

Pero no tanto como su rostro.

—Oye, ¿estás bien? —repite—. Soy Hanta Sero —le extiende la mano.

—De-Denki Kaminari —se levanta con ayuda de Hanta.

—¿Tu estás...? —como un pequeño impulso, Denki se abalanza a los brazos de Sero, a quien considera su salvador.

—Aw, ¿pero quién es este chiquitín? —la pandilla que lo salvaron se acerca a él, mirándolo como si fuera un especimen único.

—Que cosita tan tierna —Magne le jala las mejillas.

—Bienvenido a nuestro bar. Yo Soy Himiko Toga, el es Dabi —señala al tipo de tatuajes—, el es Tomura —señala al chico sonriente de cabello azul—, este hombre de aquí es Kurogiri y ella es Mamá Magne. Ah, y el es Hanta Sero, el más reciente del grupo.

—Yo soy Denki Kaminari. Muchas gracias por salvarme.

—No te preocupes, gracias a ti por ayudarnos a darles su paliza semanal a esos idiotas —Dabi se cruza de brazos.

—En fin. Estábamos a punto de desayunar, ¿te nos quieres unir?

—No, no es... —le ruge la panza—. Bueno, solo un poco.

Lo llevaron al comedor dentro de la cocina, en donde hay varios platos y una cazuela con panqueques en medio. Botellas de cajeta, lechera y miel descansan también en la superficie.

—Toma asiento —Hanta le ofrece una silla.

—Gracias.

—Eres universitario, ¿verdad? —pregunta Himiko.

—Si, estoy cursando segundo año de Artes.

—¿Y como vas en las clases?

—A la única que no le entiendo es a la del profesor Ken.

—¿El viejo Cementoss sigue dando clases?

—¡Dabi! —lo regaña su novio.

—¿Qué? Cuando yo iba a la universidad ese tipo me dió clases.

—¿También fueron a la universidad?

—Que no te engañe nuestra facha —Himiko presume—. Todos aqui ya tenemos una carrera hecha, excepto Hanta, él sigue estudiando.

—¿En que universidad?

—Por suerte no en la de los idiotas esos. Estudio en Gardenias.

—¿¡Qué!?, ¡Pero si esa es una universidad muy prestigiosa!

—Estoy becado. Y claro, me tengo que quitar los aretes y despintarme las uñas, pero fuera de eso no me quejo.

Siguieron desayunando tranquilamente. Denki se dió cuenta enseguida que amaba ese ambiente y, sobre todo, a esas personas. Son tan unidos como una familia a pesar de sus diferencias.

—Me tengo que retirar —se levanta y rebusca en su mochila— pero antes...

A cada uno de ellos les fue entregando un ramillo de margaritas excepto a Hanta. A él le tocaron dos, más una pequeña hortensia.

—¿No eres la cosita mas tierna del mundo? —chilla Toga.

A diferencia de los demás, que veían el regalito con ternura, Sero lo miro con los ojos llenos de sorpresa y shock. Sus manos se empezaron a ver diferentes, de la nada veía en ella agua, lodo y algunas cortadas. Al parpadear, la imagen parece intercalarse entre ese recuerdo y la actualidad.

—Denki —Hanta lo mira—. Dejame acompañarte a tu universidad.

—Pero no has acabado tu desayuno.

—Puedes esperar, me importa más tu seguridad.

—O-Ok —se van.

—¿Estan pensando lo mismo que yo? —murmura Magne.

—Vamos a tener muy pronto a un nuevo miembro en este lugar.

Hanta y Denki caminan por las calles de mediodía rumbo a los dormitorios universitarios, con Denki aún regalando margaritas. Uno de los ramos descansa en la solapa de la chaqueta de cuero del pelinegro.

Lo que el tierno chico desconoce es que Hanta tiene algo muy importante que decirle, algo que acaba de regresar a su mente desde hace más de 5 años.

—¿Siempre regalas margaritas?

—¡Claro! Siento que estos gestos pequeños alegran el día de cualquiera. Y también se la doy a la gente que me cae bien, como los chicos y tú. Aunque también otras flores. Me gustan los significados que tienen. Por ejemplo, tu hortensia significa gratitud, es por haberme ayudado con los chicos.

—Una pregunta, ¿qué edad tienes? Yo tengo 20

—Yo también, aunque parece que eres mayor que yo.

—Tú... ¿tienes buena memoria?

—Un poco, jeje.

—¿Acaso tú... puedes recordar cosas que hiciste hace varios años... 7 para ser aproximados?

—Mmm —se detiene cerca de un callejón—. Tal vez, como la vez que mi amigo Eijirou y yo robamos un pastel de chocolate y culpamos a Bakugou. O cuando obtuve a mi primera mascota, el pez Clavel. Que en paz descanse.

—Y tú... ¿Recuerdas quizás... haberte topado con alguien bajo una lluvia torrencial... entre unos montes de césped?

—¿Qué? —gira a verlo.

—¿Tú recuerdas... haberle dado de comer y dejarlo dormir en el sillón de tu sala?, ¿a quién le diste un ramo de margaritas y un guisante de olor?, ¿a quién le diste una gran velada, pero desapareció al día siguiente? —los ojos de Sero ya se están llenando de lágrimas al igual que los de Kaminari.

—¿Tú... tú eres...?

—Ese día... mis padres habían muerto y mi abuela me echo de casa a los pocos días de luto por ser gay. Estaba asustado, dolido, con ganas de quitarme la vida en ese momento. ¿De qué me serviría seguir con vida si no tenía nada de paz o a una familia?

Después de tomar una pequeña pausa, se fue acercando cada vez más al rubio florido, entrando un poco al callejón.

—Mientras me debatía entre ser atropellado o dejarme morir de hambre, para mí la lluvia se detuvo, y fue cuando te vi por primera vez. Estabas tan tierno con ese impermeable y esa sombrilla.  Aún con trece años te veias más maduro que yo. Me llevaste a tu casa, me diste una toalla y alimento delicioso, incluso me diste una cama cómoda. También me regalaste un precioso ramo de flores, el cuál dijiste que me traería un poco de paz. ¿Y como te lo pagué? Me fui sin siquiera decirte —toma sus mejillas—. Gracias.

—Eres el chico de mi vecindario —limpia sus ojos—. No supe de ti durante mucho tiempo y ahora... Dios, varias veces recé para que estuvieras bien, al parecer mis plegarias fueron escuchadas.

—Luego de irme de allí, me encontré con el bar. Magne me abrió sus puertas y me acogió como a una madre junto a sus otros pequeños mayores que yo. Poco después se nos unió Kurogiri al grupo, quien ejerció como una figura paterna. Cuando recordé que gracias a ti ahora tenía un techo y una familia que me apoyaría, me empeñé en dedicar todo mi esfuerzo por ti. Trabajé, estudié, me supere a mí mismo. Y cada vez que... tenía un triunfo, por mas pequeño que este fuera... pensaba en ese ramo de flores.

—¿Y... y yo que tengo que ver?

—No lo entiendes —sujeta su rostro—. Fue tu amabilidad la que me salvó. Esa comida, la cama, tu bondad, esas flores tan hermosas... —comienza a llorar—...todo eso cambió mi decisión de dejarme morir. Ese momento me hizo darme cuenta de que quería seguir viviendo. Por eso, Denki —lo abraza con fuerza—. Gracias, muchas gracias.

El par se había convertido un mar de lágrimas gigantes, más por parte de Hanta, quien mantiene su rostro hundido en el cuello del más pequeño.

—Cuánto me alegra verte tan bien, Hanta.

—Denki —se separa un poco—. Yo te debo la vida, y por eso, a partir de ahora, juro que nadie te lastimará otra vez. Seré tu amigo y guardián o, quien sabe, quizás con el tiempo algo más.

—Acaso... ¿Estudias literatura? —sueltan una pequeña risa—, sonó muy poético y lindo.

—De hecho sí. Entonces Denki, mi precioso ángel de esencia a margaritas —toma gentilmente sus manos—, ¿me permites ser parte de tu vida?

—Desde luego

Y ese día de reencuentro marcó una parte esencial de su historia.

Luego de haberse hecho amigos, Denki prácticamente se volvió un miembro más de la banda del bar, encargados de protegerlo de todo aquel que pensará lastimarlo, más especialmente Camie, Seiji, Mineta y Chizaki, los cuales fueron expulsados de la universidad en poco tiempo luego de que Tomura, especialista en tecnología, mostrará evidencia digital de sus fechorías. 

Camie fue desheredara por sus padres y obligada a buscar trabajo, Seiji y Chizaki terminaron en prisión, el primero durante 12 por tráfico de drogas y el segundo durante 20 años por exhibisionimso, abuso de confianza y acoso sexual, más la pérdida de su trabajo definitivo como profesor. Finalmente, Mineta no pudo ser admitido en ninguna otra institución por su historial de mala conducta y terminar en arresto domiciliario por el acoso a varias compañeras.

Sus graduaciones coincidieron el mismo día, y el grupo se había dividido en grupos para asistir. Kurogiri y Magne fueron a la de Sero, y Tomura, Dabi y Toga a la de Kaminari, y ambos chicos se graduaron como los mejores de su carrera.

Al finalizar la ceremonia, se reunieron todos para celebrar el triunfo de sus recién graduados, quienes pasaron de mejores amigos a pareja en menos de 3 meses en esos dos años.

—¡Por nuestros niños! —levanta la copa Magne.

—Por nuestros niños —chocan las copas.

—Este año sí que fue una locura —Tomura bebe su trago.

—Más porque te terminaste casando con la cara tostada de Dabi —Himiko suelta una carcajada.

—En primera, si soy una cara tostada es por culpa de tu margarita en llamas. Y en segunda, gracias por recordarme que tengo al esposo más bello del mundo —besa los labios de Tomura.

—Estoy orgulloso de ti, Hanta —Denki besa su mejilla.

—Yo también lo estoy de ti, cariño —lo contempla—. ¿Sabes? Desde que te reencontré, mi vida cambio aún más. Antes yo sobrevivía, luego comencé a vivir y, contigo, siento como si quisiera iniciar una nueva vida. Una donde nada ni nadie nos haga daño por ser como somos. Por eso —se arrodilla—. Denki Kaminari —abre una cajita de terciopelo con una sortija brillante— ¿quisieras casarte conmigo?

—¡Oh cielos —cubre su boca y empieza a lagrimear—, claro que sí! —lo abraza

—¡Felicidades chicos! —Tomura aplaude con los demás.

Tiempo después de la unión de sus vidas en matrimonio, Hanta finalmente pudo tomar posesión de la casa de sus padres, aun bajo las protestas de su abuela, quien también había administrado de mala forma la herencia del chico y terminó siendo desalojada de ahi. Ni el noble corazón de Kaminari sintió pena por esa mujer.

Gracias a una de sus pasantías, Sero logró conseguir un trabajo en una prestigiosa editorial. En palabras de los directores, si demostraba un buen trabajo, considerarían lanzar algun libro de su autoría. No hace falta decir que en serio se ha estado esforzando en la empresa.

Con el dinero heredado de sus padres, Hanta decidió levantar una pequeña florería, gracias al gran conocimiento de Denki sobre ellas, quién además vendía hermosos retratos de ellas los sábados en el parque, dando como un plus un pequeño ramo de margaritas a los compradores.

Con el pasar de los meses, el libro de Hanta Sero fue lanzado y recibiendo una gran aceptación comercial, al mismo tiempo que la florería de Denki consiguió gran prestigio. Curiosamente, el local y el libro comparten el mismo nombre: Esencia de margaritas.


CURIOSIDADES.

1-Este fue de los días más largos que escribí, sin mencionar que me puse muy sentimental

(necesito helado de Oreo 😥)

2-Originalmente iba a poner una aparición de Kyoka y una mención al Bakushima, pero no pude estructurarlo bien y lamentablemente los suprimí. No tenían una relevancia como tal en la trama, era solo un poco de relleno.

3-No es que odie a Mineta, mucho. Lo que pasa es que en una Serokami Week 2020, en la temática de Mafia, por culpa de Mineta los chicos no tuvieron su final feliz, y quise vengar su nombre de alguna manera >:3 (a mis chicos no los dañas, maldita uva con tumores)

4-Necesito una mamá Magne y un papá Kurogiri en mi vida.

5-El guisante de olor es una flor cuyo significado representa felicidad y recuerdos de la infancia.

6-Siento que este capítulo representa un poco de lo que quiero en la vida: un amigo que me regale flores, adultos que me protegan sin ser mis padres, y un grupo de amigos a quien les guste como soy.

Próximo cap: Ese viaje escolar que cambió todo.

Sayonara, Woxi fuera.

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