Una vez más, reprimías tus ganas de llorar, y apenas empezaba la semana.
Estrellaste tu cara contra tu cuaderno, la frustración y impotencia cada vez se hacían más insoportables, no eras la persona más atenta que existía, pero ponía tu empeño, ahora el doble para tus exámenes.
Severus se percató de ello, el llevar una vida cotidiana, normal y corriente llevaba sus contras, una de esas eran los colegios, escuelas, universidades, en todas habían exámenes. Y eso no era algo fácil.
Él te vio sobrecargar tu cerebro con información, fórmulas y datos, de los cuales no todos estarían en tu prueba.
Para ti, era algo indispensable sacar una alta calificación, algo que le recordaba vagamente a él.
"No puedo, Severus" te quejaste, aún contra el cuaderno. Sentiste el otro lado de la cama hundirse y supiste que se compadeció de tu mediocre existencia.
"Obviamente no si sigues quejándote"
Sí, tal vez no era el mejor recorfontando, ¡Pero lo intentaba!.
¿Realmente podías culparlo? No tuvo a nadie para reconfortarlo mientras él tenía sus exámenes, no puede saber mucho de ello.
Se arrepintió de lo que había dicho al ver como no te hacia ni una pizca de gracia. Se levantó y se dirigió al baño, poniendo a llenar la bañera con agua ni muy fría ni muy caliente, simplemente fresca. Un poco de burbujas y velas aromáticas.
"Lamento haberte hablado así, cariño. Ven aquí" ofreció, te quejaste de tener que estudiar pero te lanzaste a sus brazos. Severus, te quito suavemente tu ropa y te hizo meter a la bañera.
Comenzó masajeando tu cuero cabelludo, movimiento lentos con ligera presión que te hacía suspirar, deslizo sus manos de tu cabeza a tus hombros, siguiendo el mismo patrón encargándose de todos tus nudos de tensión, en la hora del baño nunca faltaron los besos y caricias, por lo tanto, los besos húmedos por el agua se hicieron presente por parte de Severus.
Besó tu sien, tus mejillas y tu frente, cuidó te ti mientras te relajabas en el agua fresca, durante un momento, tus exámenes desaparecieron de tu mente, y la tranquilidad ahora ocupaba su lugar.
"Apenas es martes, me queda toda una semana... Ayer solo tuve suerte" comentaste, por lo visto, tu tranquilidad no duraba demasiado.
"Eso no es cierto y lo sabes. Pasaste el fin de semana estudiando, si pasaste eso exámenes de ayer fue por tu esfuerzo. Eres muy inteligente, T/n, no hay duda alguna. Eres capaz de lograr pasar la semana con las mejores notas, y si no, tu y yo sabremos que pusiste todo de ti, amor, pase lo que pase, me enorgulleces, lo digo en serio, estoy tan orgulloso de ti, mi amor" para este punto, tus lagrimas se fusionaban con el agua, solo necesitabas que alguien reconociera tu esfuerzo, alguien que te hiciera sentir que una nota no cambiaría el amor que siente por ti.
Tomaste su mano y la acariciaste, no tenías palabras para expresar lo agradecida que estabas con él. Sólo acciones, eso bastaba para él.
Después del baño, ambos estuvieron en la cama, con una taza de té para ti y un refrigerio, Severus te leía toda la información y tu la repetias después de él, en ocasiones el opinaba sobre un tema y escuchabas atentamente, tratando de no perderte el su ceño fruncido que tenia al explicar algo, o como sus finos labios se movía y dejaban ver ligeramente sus dientes, tampoco podías olvidar las pequeñas arrugas que se habían alrededor de sus ojos o boca. O tal vez como sus voz...
"Me estas prestando atención, T/n" Preguntó con una ceja alzada.
"Lo siento, me perdí en tus ojos soñadores, querido" susurraste. Sabías como ponerlo nervioso, y esos cumplidos inconsientes que le dabas lo ponía loco, le recordaba el porqué había accedido a dejar el mundo mágico y el porqué te amaba.
"Vas a ser mi perdición..." dijo con una sonrisa.
Finalmente, viernes por la tarde, recogiste todas tus notas, no estaban mal, de hecho, eran perfectas.
Corriste a casa, emocionada de presumir tus notas con Severus. Embestiste las puerta, sin detenerte a fijarte en el dolor.
"¡Mira, Severusito!" Exclamaste con euforia, plantando tus notas en la cara de él.
Calmadamente, las tomó, revisandolas meticulosamente, para al final sonreír, te miró a los ojos, había algo detrás de su mirada, algo que te había sentir bien, algo tan domestico, el amor que te transmitia era incomparable.
El orgullo que le dabas era infinito, sabía que eras capaz de todo lo que te propusieras. Nunca dudó de ti, y aunque él te ayudo a estudiar, todo el mérito era solamente tuyo.
Severus sabe que eres capaz de eso y muchas cosas más, pero no te sobreesfuerces, su amor y su orgullo por ti nunca cambiaría.
que no se note que ando preocupada por mis examenes u.u