Maniac [Hyunlix]

By JongZeloLove

84 5 0

Un estudiante de psicología, Félix, tiene un flechazo en una discoteca con un chico muy guapo, pero conflicti... More

Capítulo 1: Nuestras miradas
Capítulo 2: Fin de curso

Capítulo 3: Reencuentro

16 2 0
By JongZeloLove


Era viernes. Bangchan se había ido el jueves ya que empezaba a trabajar en el campamento. Félix tenía más amigos y los que habían presentado el trabajo final el mismo día que él decidieron irse de fiesta para celebrar que oficialmente habían comenzado sus vacaciones.

Muy pocas veces salía sin Bangchan a discotecas, de hecho, solía ser arrastrado por él, pero por un día no pasaba nada, al final era el plan que le gustaba a todos sus amigos y no quería poner pegas.

Se arregló un poco más que de costumbre, sabía que los demás iban a ir guapos así que se maquilló un poco los ojos con sombra y eyeliner, se peinó el flequillo hacia delante y luego se atrevió a ponerse un poco de brillo en el párpado. Se echó colonia y se puso unos pantalones negros, una camiseta un poco transparente de tirantes negra y encima una chaqueta fina vaquera de color blanca, era verano y no se quería morir de calor pero tampoco enseñar en exceso.

Primero se fueron a cenar, los amigos le hicieron algunos comentarios sorprendidos de lo sexy que iba, pero todos eran buenos, así que eso le hizo sentir tímido pero se le subió la moral.

Después de cenar fueron a una discoteca que dijo uno de sus compañeros. Probablemente aquella sería la última noche que saldrían así, pues algunos estudiarían algún máster, otros se irían del país, otros buscarían trabajo... Pero sabía que ninguno iba a estudiar con él, así que quería aprovechar y pasarlo genial. La cena había sido muy divertida, se hicieron fotos, vídeos y comieron bastante... Bueno, Félix no, no quería hincharse demasiado porque iba enseñando el cuerpo.

Cuando llegaron a la discoteca fueron directos a pedir algo a la barra.

—¿Nos sentamos en alguna mesa?

—En la parte de arriba.

Los amigos hablaban a gritos pero a todos les quedó claro dónde iban a sentarse. Allí estaban algunos mientras otros se bajaron a bailar a la pista. Félix miró el ambiente, no terminaba de entender cómo la gente podía salir tanto si siempre era lo mismo, música alta, casi no puedes hablar, gente que se empuja por llegar a la barra, los baños bastante sucios... Y pocas veces ponían canciones que le gustasen. Eso sí, cuando salía alguna que conocía bailaba como el que más, aunque de momento esa noche no había pasado.

Se fue a la barra para pedirse otra copa, no bebía mucho tampoco, pero cuando se acercó vio al chico charlando con un par de chicas. Se quedó estático mirándolo, es que era realmente guapo.

Él se dio cuenta de que alguien le miraba y ladeó la cabeza, entonces también lo vio, y sus miradas se cruzaron como la otra vez. Las chicas que hablaban con él dejaron de existir en ese momento, solo le miraba a él, pero no se le iba a escapar de nuevo. Dio un paso hacia el rubio y le sonrió.

—Cuánto tiempo.

¿Cuánto tiempo? Eso le decía después de haber estado mirándolo por una eternidad y haberse ido a liarse con otra cinco minutos después. Desde luego aquel chico era... curioso.

Félix no sabía qué responder así que se quedó callado viendo como el más alto daba otro paso para quedar más cerca de él.

—¿Bailas conmigo?

El rubio parpadeó y luego asintió, tampoco quería que se le escapase.

Se fueron a la pista dejando abandonadas a las otras dos chicas y se quedaron el uno enfrente del otro. La música no era la más idónea para bailar agarraditos así que el moreno empezó a moverse delante de él. Félix le miraba porque bailaba realmente bien, a parte de la sensualidad que desprendía, tenía algo que hacía que no pudiera quitar sus ojos de encima. El más alto se cansó un poco de bailar solo y se acercó a su oído para hablarle, la música estaba más alta en aquella zona.

—¿Solo vas a mirar? Baila conmigo.

Félix le miró, parecía mudo, no había dicho ni una sola palabra desde que se habían encontrado, ni la primera vez ni esta segunda. La canción terminó y empezó una un poco más latina, perfecto. Primero bailaron uno frente al otro siguiéndose los pasos y luego pasaron a agarrarse las manos. El alto era incluso aún más sensual que antes, pero el mejor momento llegó cuando le dio una vuelta y luego lo pegó a él.

El rubio le rodeó con los brazos por el cuello y notó como el otro hacía lo propio con su cintura, y así bailaron, frotándose un poco y bien pegados, cada vez más.

Él no lo sabía pero sus amigos ya se habían dado cuenta de lo que estaba pasando, todos, aunque nadie fue a molestarle.

Cuando terminó la canción se miraron sin separarse mucho y al más bajito se le escapó una sonrisa, el otro se la devolvió. La siguiente canción no tenía nada que ver con lo que ellos hicieron, pero siguieron bailando así de pegaditos. Tanto roce y tanta mirada al final provocó aún más deseo.

Félix notó como el chico le miraba los labios y luego se acercó a besarle. Él hizo lo mismo y se besaron un ratito pequeño. Todos los amigos se dieron cuenta pero, de nuevo, no quisieron molestar, por lo menos al principio, luego uno de ellos se acercó.

—Sí que estás celebrando el fin de curso ehhh.

Se separaron cuando escucharon aquello, claro, como lo dijo gritando. El alto ladeó la cabeza intentando descubrir si tenía que pegarse con él o era su amigo. Tenían los labios hinchados. Félix le pegó un golpe en el brazo riéndose un poco avergonzado. El amigo le sonrió y luego se fue.

El rubio le agarró la mano y se lo llevó a la salida. No le apetecía que sus amigos estuvieran mirándolo, de hecho se acababan de enterar de su sexualidad y no le apetecía estar allí.

—¿No te despides? Por cierto... ¿Eres mudo?

—¿Qué? No, no soy mudo...

Por fin pudo escuchar su voz, así que le sonrió.

Félix se quedó mirándole, tenía una sonrisa tierna, a veces era lasciva. Ese chico tenía tantas facetas que le daban ganas de conocerlas todas.

—¿Y entonces? ¿No te despides? Solo me miras —dijo el alto dejando escuchar otra risita.

—¿Eh? No, no, ya les hablaré en otro momento.

—¿Y a dónde vamos?

—No sé... ¿A dónde vamos?

—Tú me has traído a la calle —respondió el alto, le estaba pareciendo incluso adorable con esa sonrisa.

—Podemos... pasear.

¿Pasear? No se le ocurrió nada mejor en ese momento. Aún tenían las manos cogidas y desvió la mirada hacia ellas, sintiéndose un poco nervioso.

—¿Vamos a tu casa o a la mía? —preguntó el moreno.

—Ahm... en mi casa está mi compañero de piso —mintió Félix, pero no quería llevarse a un extraño, además sentía tanta curiosidad por saber de él.

—Vamos a la mía.

—¿Está lejos?

—No mucho —dijo el alto.

Empezaron a caminar, aunque se soltaron las manos.

—¿Y no se van a enfadar contigo?

—No, tampoco sabría qué decirles, no me apetece gritarles en la discoteca que soy gay.

—Bueno, creo que se han dado cuenta.

Se rieron los dos.

—¿Vives solo? —preguntó Félix intentando averiguar más sobre él.

—Sí.

No parecía que tuviera muchas ganas de hablar.

—¿Alguna vez has hecho esto?

—¿El qué?

—Liarte con alguien en la discoteca y luego irte a su casa...

—Ahh... realmente no... ¿Por?

—No sé... Eres adorablemente torpe.

—¿Eso es bueno? —preguntó Félix.

—A mí me gusta.

—Oh...

Se quedaron en silencio hasta que se les ocurriera algún nuevo tema de conversación a alguno de ellos.

—Bailas muy bien —dijo el más bajo.

—Bueno, me gusta mucho bailar... ¿Y a ti? ¿Te da vergüenza?

—Me gusta bailar, pero... Debes de pensar que soy idiota por mirarte tanto pero eres tan... obviamente eres guapo pero... tienes algo hipnótico...

—Nunca me ha mirado tanto alguien, creo —dijo el chico sonriente.

Parecía tan lindo y sin embargo bailando o simplemente cuando se miraban le había parecido tan sensual que era increíble que fuera la misma persona. Entendió a la gente que le decían eso de él mismo.

—A mí tampoco me había mirado nadie tanto.

—¿En serio? Eres muy guapo.

—Tú también.

Se sonrieron y dejaron escapar una risa.

—Mi casa está subiendo por allí —dijo señalando una cuesta bastante pronunciada.

—¿Qué? ¿Hay que subir todo eso?

—Piensa que mañana es cuesta abajo.

Félix pasó de tener cara de sorpresa a reírse por el comentario.

Subieron hasta su casa, el alto parecía no estar cansado pero él quería sacarse un pulmón. Estaba acostumbrado a que en Corea todo eran cuestas, quizá era lo que más odiaba del país, pero la casa del moreno estaba en una demasiado empinada.

—¿Estás cansado?

—¿Tú no? —preguntó el rubio.

El otro dejó escapar una risita y abrió la puerta. Vivía en una casa de una planta, tenía una entrada que daba a un mini recibidor exterior y luego ya estaba la puerta de la casa. Estaba claro que era una casa antigua y le parecía raro que viviera él solo en un lugar así, los chicos jóvenes solían vivir en pisos pequeños, pero él tenía una casa para él solo, sin compañeros de piso.

El moreno se descalzó y él hizo lo mismo. Dejaron los zapatos en la entrada y entonces el chico se giró y le miró. Félix también cruzó la mirada con él y notó cómo le sonreía. Luego se giró y abrió la puerta para que entrasen.

Continue Reading

You'll Also Like

59.1K 1.9K 58
➡𝘭𝘢𝘴 𝘵𝘳𝘢𝘥𝘶𝘤𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘴𝘰𝘯 𝘥𝘦 𝘵𝘶𝘮𝘣𝘭𝘳 (𝙘𝙧𝙚𝙙𝙞𝙩𝙤𝙨 𝙨𝙞𝙚𝙢𝙥𝙧𝙚 𝙙𝙖𝙙𝙤𝙨 𝙚𝙣 𝙘𝙖𝙙𝙖 𝙘𝙖𝙥) ➡𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴, 𝘳𝘦�...
81.5K 4.2K 53
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...
38.7K 2.2K 18
La vida universitaria no es buena para todos, he oído, pero para mí es perfecta, te preguntarás por qué, y es fácil. Estoy descubriendo la carrera de...