Me gusta la soledad, estar conmigo misma reflexionando sobre absolutamente todo y nada a la vez, hablar sola es como si tuviera un espejo en frente con el reflejo de mi alma.
Estar sola es para mí el entrar a un mundo nuevo, mi mundo, con un gran campo y árboles por doquier, atardeceres infinitos, el viento chocando contra mi rostro y agitando mi cabello, los animalitos estando, y yo ahí sentada, viendo el infinito mundo en el que estoy y formo parte; puede que a veces llueva o sea un día soleado con los pajarillos cantando sus canciones de cuna.
Otras veces ese mundo se torna oscuro, la luna y las estrellas se ven durante días, días en el que el consuelo sale de mis pensamientos.
Asi que llegue a la conclusión de que me gusta estar sola, me gusta adentrarme a mundos por medio de los libros, me gusta escuchar musica a todo volumen y cantar con la voz más desafinada del planeta o bailar con los pasos más ridículos jamás hechos.
Me gusta conocerme.
Se que a veces no soy fácil ni para mí misma, que a veces me enojo con mi mundo, que a veces me gustaría cambiar todo de mi, pero entonces me adentro a ese lugar en el que la soledad ya no lastima, sino te encariñas con ella y ya no quieres salir de ahí, porque en ese lugar, puedo ser yo misma en todo mi esplendor, así como el sol.