Ser mujer significa ser más que un género o un sexo que engloba a una población con ciertas características.
Ser mujer es un ser lleno de libertad en todos los sentidos, el tener derecho a elegir y a no seguir lo establecido, ser mujer es ser una guerrera que ha luchado a lo largo de la historia para darse renombre y que sigue luchando.
Cada día es una nueva batalla, una batalla en la que se enfrentan estereotipos y desafíos muchas veces impuestos por la sociedad de generaciones pasadas.
Ser mujer es recordar un pasado lleno de historias marcadas con las huellas de todas esas guerreras que no creyeron necesitar a un hombre para salir adelante demostrando su fortaleza y alzando su voz sin miedo a lo que establecía la sociedad de mente estrecha.
Ser mujer es mirarse al cuerpo y amarse por cada uno de sus bordes, respetar lo que muchas personas no han respetado.
Ser mujer es levantarse cada día con una larga lista de cosas por hacer para salir adelante en un mundo en el que se ha acostumbrado la figura del hombre, en un mundo en el que se le ha tratado como lugar para dar placer sin consentimiento pero vamos paso a paso caminando hacia la igualdad.