Narrador Omnisciente.
.....Antes de llegar a la salida, alguien los detiene lazando un rayo, pero no logran ver quién es. Nuevamente se ponen de pie, intentan caminar en dirección al puente de hielo, algo no les permite avanzar.
Es una luz oscura que transmite energía pesada para no dejarlos escapar. Polisuki con su anillo de metal, rompe con el campo energético que los rodea, eso los deja pasar sin ningún problema.
Todos están asustados, en especial Saki, no esperaban éste percanse. Pero ellos sabían el riesgo que corrían al visitar a la reina Luna.
Rojo ya no puede dominar su fuerza, su desesperación por enfrentar a los enemigos puede más.
Pluto y Saki encienden las antorchas que Polisuki le da para ahuyentar a los monstruos hasta que lleguen al otro lado.
Esos pequeños monstruos nocturnos, le temen a la luz, son negros con alas puntiagudas, cola largisima en forma de hoja y círculos alrededor de la misma, no tienen oídos. Se guían por su olfato, sienten el miedo, angustia o tristeza en cualquier ser vivo y atacan, inyectando un veneno que causa muerte en menos de dos minutos. También succionan toda la sangre que su víctima posee en sus venas. El ruido que producen es aterrador, es un cascabel que suena en la punta de sus astas, en la cabeza. Causando irritación y un zumbido permanente en los oídos.
Pluto se tapa con las palmas de las manos, pero igual obstruye sus orejas, les impide avanzar. Él cae de rodillas porque no soporta el sonido del cascabel, quedando a mitad del puente, Saki lo auxilia levantándolo del brazo, él también intenta seguir a pesar de lo que sucede.
Mientras tanto los monstruos nocturnos esperan a fuera ansiosos por devorar a sus presas.
A Rojo no le afecta tanto esos sonidos, es inmune debido a los poderes que heredó de su madre.
Por un momento ya no se escuchan a los monstruos, eso los alivia hasta llegar a la entrada principal de la cárcel, Pluto y Saki descansan sentados en el hielo al costado del muro. Polisuki y Rojo planean como salir con vida.
-No creo que esos bichos se hayan ido- comenta Rojo con una respiración dificultosa.
-Yo tampoco, ¿dónde estarán los guardianes de hierro? - pregunta Polisuki.
Es un silencio más aterrador que escucharon en sus vidas, tendrán que arriesgarse a buscar una salida. La oscuridad no es de ayuda para sus ojos.
-Yo ire a ver que sucede allá fuera- dice Rojo, Pluto la mira con pánico en sus ojos.
-Es muy arriesgado que salgas sola- habla Pluto- yo también ire contigo.
Ella asiente, él lleva en una de las manos la antorcha encendida, el muro se separa automáticamente. Pone en alerta a los monstruos, avanzan a paso firme, Rojo va detrás de Pluto.
El único sonido que se oye es el andar de sus pies, apuran cada vez más sus extremidades en movimiento, exploran el lugar para encontrar la nave pero está. O al menos ellos no la ven.
Una ráfaga de viento apaga la única luz que le proporcionaba una vista de lo que tenían alrededor.
-¿Y ahora que hacemos? - le susurra a Rojo.
-Esto es una trampa estoy segura. Lucho por encender mis manos y no puedo.
-¿Por qué?
-Creo que es por la desesperación que tengo, mi cuerpo no se concentra para liberar energía- responde Rojo con la voz alterada.
-Debemos volver al muro hasta que amanezca- la lleva de la mano.
Un titán los separa en un círculo a cada uno, no pueden escapar debido a la llama celeste que los rodea.
La fuerte carcajada que escucharon desde la oscuridad, los dejas desconcertados.
-¿Quién eres? - pregunta Pluto a la nada, no hay respuesta.
El silencio los envuelve una vez más. El irritante ruido del escabel los aturde, no pueden visualizar en que dirección vienen, Pluto cae suplicante debido al efecto que le causan los sonidos.
También se oyen pasos que sé acercan lentamente a ellos. Rojo piensa una posible solución ya que no conoce la causa de porque sus poderes no funcionan.
Ella no se da cuenta que alguien la observa disfrutando verla en éste problema. Critonita es una persona llena de oscurida, de odio y es motivada por la venganza.
Los titanes muestran su cara, antes no los veían, son hielo puro.
El sonido desaparecio una vez más. Los están provocando.
-Si puedes hacer fuego los titanes se derretirán - habla Pluto de pie.
-Tiene logica- sonríe Rojo- pero algo me detiene no se que es.
-Lo vas a lograr. No te preocupes- le da ánimos para que no se de por vencidad.
Del otro lado del muro Polisuki y Saki tiemblan del frío debido a que sus cuerpos ya no tienen calor. El sueño los vence durmiéndose sin saber lo que pasa allá fuera.
La luz del círculo el cuál están encerrados, Rojo y Pluto, se desvanece. Sienten alivio en sus cuerpos, corren a abrazarse pero una bola de fuego los alcanza.
-ES UNA TRAMPA- grita Pluto cuando cae a un lado y Rojo al otro, muy lejos uno del otro en la completa oscuridad.
Los ojos de ella se transforman produciendo luz azul, no ve a su amigo, avanza lentamente a la direción en donde estaban. Algo la sostiene de los brazos, no muestra la cara, ella lo ataca lanzandolo lejos.
Solo ve personas con túnicas negras y capuchas, la rodean impidiendole el paso. Ellos se abren para que pase Cromañón, disfruta ver la cara de Rojo totalmente furiosa, a ella la rabia la consume por dentro.
-La niña novata- camina en círculos haciéndola retroceder en dirección contraria-, ¿creíste que te irias sin ningún problema? Tú pagaras lo que el rey Neptuno me hizo.
-El rey está muerto. Yo no tengo nada que ver con él.
-¡MIENTES! - exclama furioso.
-¿Qué quieres de mí? - pregunta Rojo.
Él no le infunde miedo, no es su defecto tenerlo, aunque desconfía de lo que pueda hacer.
-Aún no te das cuenta que todos mienten, te esconden más de un secreto- se detiene en un extremo para mirarla.
-No te creo, si es así, porque tú no me lo dices- su paciencia va llegando a su limite de no poderse controlar.
-Ya no es necesario, tú final se acerca.
-¡De qué rayos hablas! - habla impaciente Rojo.
-Tú padre fue un traidor, que vendio a su nación por salvar a su querida Marte, una don nadie.
-ESO NO ES CIERTO- grita quedando sin aire en sus pulmones.
El fuego hace acto de presencia, su cabellera brilla una luz colorada, y alza sus manos lanzando bolas de fuego en todas direciones. Cromañón se escuda con sus brazos en forma de X desviando el fuego. Sus carcajadas resuenan en todo el lugar.
-Eres valiente niñita- la provoca burlándose de ella.
-Mejor callate- dice apretando los dientes fuerte.
-Ya vienen los monstruos nocturnos, es mejor que te prepares para pelear co ellos.
Sus palabras quedan en el aire desapareciendo por completo, junto con él esas personas se van. Su poder se apaga pero lo vuelve a encender para encontrar a Pluto. Se guía por los pasos en el hielo rastreando cada milímetro.
Aparecen de nuevo esas personas vestidas de negro, ella no saben que son, de lo que está segura es que la van a atacar o lastimar. Actua antes que sea demasiado tarde, los enfrenta prendiendo fuego a sus cuerpo, lanza varias llamas corriendo hacia ellos, salta lo más alto que puede para lastimarlo por la espalda.
Cuando todo es ceniza, ese polvo, comienza a elevarse hacia arriba. Todos es silencio, oscuridad y el ruido de los monstruos que se acercan rápidamente.
Eso la pone en alerta, regresa a buscar a su amigo, aunque no sabe en que dirección lo dejo ese rayo. Los nervios la traicionan yendose por el lado aquivocado, mantiene el fuego encendido para auyentar a esos animales. No por mucho tiempo, su energía comienza a agotarse, lo que produce que la llama se apague a cada minuto.
Lo que la alienta a estar parada es una voz que no distingue bien, tampoco lo ubica de donde proviene, camina a la deriva.
-Rojooo- grita alguien.
Gira bruscamente encontrandose con los ojos rojos de un monstruo, no se dio cuenta de su presencia por estar atenta a la voz que escucho. No se mueve, tampoco la lastima, le da tiempo de volver a prender la llama. Lo quema vivo, sus quejidos por las quemaduras son insoportable, hace que de marcha atrás chocando con una pared, es el muro de la cárcel.
No sabe que hacer -piensa rápido,- dice en voz alta. De inmediato recuerda que Pluto todavía sigue perdido y que los monstruos lo van a matar.
-Rojooo- vuelve a escuchar.
-Por aquí- contesta elevando sus brazos con luz celeste.
La llama o luz de su fuego cambia de color debido a la grave de la situación.
Va al encuentro de esa voz definitivamente es su amado Pluto, camina un poco rengo, su rostro con algunas heridas y su respiración bien agitada. Lo abraza, derramando unas pocas lágrimas.
-¿Estás bien? ¿dónde te encontrabas? Me asuste mucho por no poder encontrarse.
-Si lo se. Caí cerca de la nave, hay que caminar un buen trecho hasta llegar- dice todo emocionado.
-Pero los monstruos ya vienen, es muy peligroso- habla Rojo con tono preocupado.
-Hay que salir de éste lugar, primero hay que buscar a Saki y Polisuki.
-Por allá está el muro- señala con el dedo hacia su izquierda- ¿puedes caminar?
-Creo que sí aunque la pierda duele un poco- responde el chico de ojos verdes claros.
-Te voy a ayudar- la chica pasa su brazo por su cuello para que no haga fuerza en apoyar el pies, ni su perna.
Guiados por su llama, llegan a rescatar a los otros dos, deja sentado al chico al lado de la pared. Toca, explorando con los dedos para abrir las puertas.
-Saki ¿estás ahí?- grita con el objetivo de saber si siguen vivos.
No obtiene respuesta. Lo vuelve a intentar.
-Polisuki responde- se da por vencida cuando la directora de su escuela habla.
-Sacanos de aquí, tenemos mucho frío- dice perdiendose el hilo de su voz.
-Me apuraré en sacarlos, no se preocupen.
Se dirije hasta Pluto para ver como se encuentra.
-Quedate aquí en seguida vuelvo- y le da un beso en la frente.
Hace el impulso hacia arriba, volando hasta estar del otro lado. La escena que encuentra no es nada agradable, ellos, pegados uno al otro temblando la asusta. No habla solo se limita a llevarlo al lado de Pluto. Primero a Polisuki, luego a Saki que ni se dio cuenta de lo que sucedía.
Ya todos juntos, Rojo le pasa calor a sus cuerpo, el profesor se resistia al principio aunque era su única alternativa.
-No me vas a quemar- dijo abrazandose solo.
-Claro que no- dice con una sonrisa.
Los demás se le ríen de lo que habla. Un poco más tranquilos, respiran profundo para alcanzar la nave, sin morir por un ataque de los monstruos. Van en una hilera, Polisuki va primero, Saki en el medio gira su cabeza a todos lados temblando de miedo, Rojo y Pluto en el último lugar.
-¿Falta mucho? - pregunta el profesor Saki.
-Bastante. Ves esa luz, pues, es la nave. Dejé prendida la lámpara para que sepamos su ubicación- contesta el chico.
-Hagan silencio- Polisuki los hace callar- eviten hablar o ellos vendrán hacia nosotros.
El recorrido sé hace largo, Pluto ya no puede caminar, está vez lo ayuda Saki. Solo faltan algunos pasos hasta cuervo, de pronto el sonido los aturde, ya es tarde para escapar. Rojo comienza a lanzar fuego a todos lados, los otros corren a la nave. Pluto salta para llegar.
-Corran yo los cubro- grita la chica que emana puro fuego.
Ya dentro, Polisuki enciende a su nave, esparando Rojo. Ella sube lo más rápido posible, justo cuando sé cierran las puertas unos de esos animales se incrusta en el techo. Sus garras aruñan el metal, la nave se eleva provocando que el bicho se caiga.
Creen estar a salvo, pero no, ellos los persiguen. Golpean fuertemente que se balancea perdiendo estabilidad. Todos se sujetan de lo que pueden. A Rojo se le ocurre hacer uso de los farol que tiene la nave, eso los irrita ahuyentándolos hasta salir de la galaxia.
Más tranquilos, se sientan en sus respetivos asientos, Saki bebe agua en cantidad para calmar sus nervios.
El silencio se hace presente. Rojo se acomoda a la par de su amigo que no dice nada quedandosé dormida en menos de un minuto.
Al igual que los otros dos acompañantes.