Marie Anderson nunca creyó que estaría viviendo en otro lugar en su último año de preparatoria, gracias a la nueva oportunidad que su abuela Margaret le dió. Su abuela fue una pastelera excepcional desde que tenía 12 años, preparaba pasteles en la cochera de su casa mientras todo el vecindario iba a deleitarse con sus maravillas. Luego de un tiempo conoció al cual fue su esposo toda una vida y quien la ayudó a crear "Ander's Bakery" en Hawkins, el lugar de comida más famoso del pueblo.
— ¡Marie dos malteada de chocolate más 4 Cupcakes de vainilla con frambuesa! –dice Matt, hermano mayor de Marie.
— ¡Enseguida!
Desde que Marie tiene memoria ha estado cocinando con Margaret, ha heredado su talento y enseñado todas las recetas existentes, dejando a su nombre Ander's Bakery para poder seguir con el legado.
Marie sale de la cocina con una bandeja de cupcakes, posicionándolos en una gran y reluciente vitrina de vidrio vacía, ya que hace dos minutos se habían vendido todos.
— Ya llevamos casi una semana de la reapertura de Ander's y esto parece de locos –susurra Matt emocionado mientras se acomoda el cabello.
El local estaba repleto, predominando adolescentes de preparatoria y uno que otro de primaria.
¿Pues en que lugar del pequeño Hawkins existe un local que hace que por un momento se olviden de los problemas y el miedo de saber que el pueblo está maldito?
Como todos lo llamaban. Hawkins maldito.
— Pues este pueblo necesita un lugar en donde puedan dejar sus problemas y el misterio de lado. ¿Dónde es el pedido? –comenta Marie suspirando.
— Sí, tienes razón. Mesa 7
Marie acomoda su uniforme de camarera color rosa palo mientras toma la bandeja con el pedido para comenzar a dirigirse en patines hacia la mesa 7, el sello que Marie quería darle a su local, es de mera autenticidad y único. Cosa que funcionó de una manera increíble, siendo que los patines de cuatro ruedas están siendo un éxito este último tiempo.
— ¡Hola! Espero disfruten de sus malteadas.
— ¡Gracias!
Sonríe. Definitivamente Marie disfruta tratar de la mejor manera a los clientes, una de sus mejores virtudes es ser servicial y amable, cosa que el trabajo le queda perfecto.
Al término de la jornada Marie y Matt se dirigen a casa, al llegar se encuentran con Malcolm en ella, su hermano mayor de 25 años. Es policía y el nuevo encargado de los casos de desapariciones y asesinatos en Hawkins, su increíble pasión por el misterio y por encajar piezas ha sido la principal razón del cambio de la familia Anderson al pueblo, junto con el local obviamente.
— Hey, ¿qué tal Ander's?
Pregunta Malcolm, inmerso en uno de los cientos papeles ubicados de manera ordenada y en pequeñas torres a su lado izquierdo de la mesa de centro.
— Increíble, hoy ha ido mucha gente –comenta su hermana menor– ¿qué tal el trabajo?
— Bien, aún estoy descifrando aquellas misteriosas desapariciones de años...
— Tal vez todo esto sea como esos libros que lees, fantasmas, exorcismos, asesinos seriales. ¡Uhhhhh!
— Si, si, como digas, eso es imposible –responde Matt.
— ¿Por qué no? ¿Acaso no crees en fantasmas? –pregunta Marie, elevando una ceja.
— Mientras no me pase algo, seguiré creyendo en que son sólo mitos –dice metiéndose un pan a la boca– ¿Quieres uno?
— No gracias, iré a dormir. Mañana tengo un primer día al cual enfrentarme. Adiós idiot*s.
— Buenas noches –responden ambos.
— Gracias a dios que ya me gradué –dice Matt con la boca llena.
La relación de los tres hermanos siempre ha sido única, después de la muerte de los padres de los hermanos Anderson en un accidente automovilístico ha hecho que la relación de familia sea mucho más fuerte y especial.
Al día siguiente, Marie se levanta temprano para no llegar tarde a la escuela, se alista para salir junto con una camisa blanca holgada con cuello piqué, falda de mezclilla hasta un poco más arriba de las rodillas junto con un par de zapatos de taco delgado, emocionada por estrenarlos en su primer día de clases. Aquellos zapatos habían sido adquiridos de su bolsillo, se dió un adelanto para poder comprarlos y con eso llegó el sentimiento de lo orgullosa de sí misma que se sentía al comprar por primera vez algo para ella.
— Perfecto.
— Te paso a dejar a la escuela, Matt irá a las 09:00 al local. ¿Estás lista? –pregunta Malcolm.
— Sí, vamos. Comeré algo en la escuela.
— Creo que necesitamos tener, la conversación...
— ¿Conversación?
— Si, ya sabes... la conversación
— Oh, no Malcolm. No quiero volver a tener "la conversación" es asqueroso como explicas las cosas –comenta Marie.
Malcolm siempre ha sido muy sobre protector y celoso con Marie, fue cuando ella cumplió 15, al notar que los pechos de su hermana pequeña ya estaban creciendo, fue cuando Malcolm comenzó a volverse loco y a precipitarse en pensar en las mil y un veces que los niños hormonales de su edad se voltearán para verle las tet*s a su hermanita.
— ¡Sólo no quiero que te pase algo! –chilla Malcolm.
— ¡No me pasará nada idiota!
Suspira
— Está bien, no la tendremos. Sólo di que tu hermano mayor es policía y en cualquier momento puede visitarlos Carmen.
— ¿Carmen? –pregunta Marie, extrañada.
¿Quién caraj*s es Carmen?
— Mi pistola.
Marie ríe. La primera pregunta que se pasó en la cabeza de la chica fue: ¿Acaso mi hermano es tan retrasado mental que le da nombres a objetos?
— ¡No puedes llamar Carmen a tú pistola! –ríe.
— ¿Por qué no? Tu le tienes nombres feos a tus peluches y no te molesto, así que calla niña.
— Touché.
Luego de unos minutos más Malcolm se encontraba hablando cosas extraordinarias y casi imposibles de creer de unos casos del pueblo, mientras Marie escuchaba del con atención, realmente la intriga y el suspenso es una de las cosas que a Marie le llamaba mucho la atención y más si viene del mismo trabajo de su hermano. Al llegar a la escuela, Marie se baja del auto y este la llama por última vez.
— No dejes que nadie mire tus tetas y si lo hacen cínicamente, me llamas a la estación.
— ¡Imbécil! –grita Marie.
Malcolm se va rápidamente mientras Marie toma rumbo hacia la entrada de Hawkins High School.
Se dirige hacia la dirección para poder tomar su horario y poder enseñarle las zonas principales de la escuela. El tiempo pasó realmente rápido, la mañana empezó con matemáticas y física, realmente se le dan bien los números y fórmulas.
— Hey, hola
Marie toma sus libros de física para poder meterlos en su bolso, mientras que al frente se encuentra una chica de estatura mediana, cabello castaño y ojos claros.
— Hola –dice Marie sonriendo de lado.
Realmente la chica no le dió mala espina, Marie sabe que al ser la chica nueva del pueblo debe de tener nuevas amistades para poder mantener una vida relativamente normal, en la que pueda salir a divertirse, ir a fiestas, estudiar y contar cosas de chicos o chicas mientras comen pizza y refrescos.
Sí, sin duda esa es una buena idea.
— Eres la chica nueva. ¡Soy Megan!
— Yo Marie, un gusto –sonríe.
La energía que Megan transmitía era muy notable, una chica expresiva y entusiasta, a Marie le dio curiosidad el simple hecho que se le acercara a hablarle tan simpática. No es tonta, Marie notó que desde que entró a la escuela las miradas no cesaban en cada paso que daba, y ella sólo rezaba para que sea por los increíbles zapatos brillantes que compró.
— Ambas comenzamos con M, creo que seremos grandes amigas. ¡Mi horóscopo hoy me lo dijo que conoceré a alguien nuevo! –comentó feliz.
— ¿Acaso eres Acuario? –comenta Marie sorprendida.
— ¡¿No me digas que tú igual?!
Ambas chicas juntaron sus manos para dar pequeños saltos en el lugar, Marie pensaba que situación más extraña pero la ha dejado pasar ya que la chica le ha caído bien.
Megan es una chica con una pequeña hiperactividad detectada, siempre tiene un tema de qué hablar, dejando en que no hayan silencios entre ambas chicas.
El almuerzo se pasó entre Megan explicando cada espacio de la escuela junto con todas las personas que se encontraban ahí.
— Y ese de ahí es Liam, es jugador de los Tigers, su ex es Shay pero ahora está con esa de ahí
— ¿Esa no es la ex de su amigo?
— Elizabeth, así es. Aprendes rápido Anderson –dice Megan asintiendo.
— Qué puedo decir, soy buena
— ¿Te parece si te muestro afuera? Necesito caminar –dice Megan con ojos de súplica.
— ¡Sí, vamos!
Ambas chicas se levantan bajo la mirada del comedor.
— ¡Eso es lo que mata a los niños!
El grito de un chico de pelo largo hizo que ambas chicas lanzaran un grito ensordecedor y que Marie tirara al suelo su caja de jugo de manzana.
— Eres un idiota, Munson.
El chico se agacha a recoger aquel jugo que por suerte no se dió vuelta pudiendo haber dejando un charco en el suelo, cosa que Marie agradecía eternamente ya que tenía demasiada sed para que ese jugo fuera desperdiciado.
— Esto es tuyo, chica nueva
Marie no respondió y sólo tomó aquel jugo mientras miraba fijamente a Eddie Munson, quien este aún no dejaba de hacer contacto con los ojos avellana de la chica.
— No vuelvas a hacer algo así
Eddie sólo miró de una forma extraña a Marie, logrando no comprender lo que ella dijo.
"¿Acaso se ha enojado porque salté sobre ella y Henderson? Qué amargada"
Pensó el chico.
Por otro lado, Marie odia los sustos, desde pequeña Matt la asustaba cuando ella dormía y generó un tipo de trauma, la chica lo iba a asesinar si volvía a hacer algo como eso la próxima vez y le importaba realmente poco si no conoce al chico.
— Lo siento.
El chico se hace a un lado mientras estira sus brazos en forma de reverencia, para así poder dejarle el paso libre a Marie.
Eddie estaba escondiendo en su rostro una pequeña sonrisa.
— Bien –responde la chica.
— Un gusto, pastelito.
—Idiot*a
Desde ese momento, Eddie Munson, mostró una cierta intriga hacia la chica de los cupcakes, la cual vestía unos increíbles pares de zapatos que las chicas de todo Hawkins High School los deseaban.
•••
HOLAA<3
Este es mi segundo fic pero el primero de Joseph Quinn. Espero que realmente les guste ya que he tenido la historia en mente mucho tiempo y quise compartirla🥹
Las actualizaciones pretendo que sean rápidas<3
¡LAS LEO!❤️