—Estás muy cursi últimamente —comentó el pelinegro divertido mientras su amigo acariciaba su rostro.
—Siempre lo soy —señaló con un puchero—. Te amo Jungkookie.
—Yo también a ti Tae.
Ambos estaban despidiéndose en la puerta de la casa del pelinegro, Tae había ido a despertarlo para pasar toda la mañana juntos y ahora habían vuelto a la casa después de un corto paseo.
—Que hipócrita eres, Jungkookie —ambos voltearon viendo a un enojado Jimin, que los veía molesto con los brazos cruzados a la altura del pecho y la mandíbula apretada.
La verdad era que la situación podía malinterpretarse para alguien que no conociera la amistad de esos dos, ya que el pelirrojo estaba demasiado pegado al menor, con sus manos acariciando sus mejillas y diciéndole que lo amaba; para alguien ajeno podía tergiversarse la situación.
—Podrías haber sido sincero desde el inicio —reclamó acercándose a ellos—, dijiste que no querías una relación pero aquí estás con el cabeza de fósforo diciéndole que lo amas.
—¡Oye!
—Jimin estás malentendiendo las... —intentó explicar pero el mencionado no lo dejó.
—¡No! ¿Por qué simplemente no me dijiste qué no te gustaba? ¡Así te hubiera dejado en paz de una vez por todas! —comenzó a alzar un poco la voz—. ¡Me mentiste todas estas semanas, y yo cómo idiota tratando de qué te fijaras en mí!
—Tae es solo mi amigo Jimin —profirió seriamente.
—No tenemos nada, sería como...incesto, iugh —Kim hizo una mueca denotando asco.
—¡¿Y por qué estaban a punto de besarse?!
—¡No lo iba a besar, solo me estaba despidiendo de él! —exclamó el pelirrojo incrédulo, en verdad le parecía increíble lo celoso y terco que podía llegar a ser ese pequeño castaño.
—¿Por qué será qué no te creo? —dijo de forma irónica.
—¿Quieres dejar ya tu ataque de celos? Te estoy diciendo que es mi mejor amigo —el pelinegro se cruzó de brazos.
—Hay una forma de probártelo —comentó encogiéndose de hombros el pelirrojo, viendo la ceja alzada del castaño—, te puedo besar.
—¡¿Qué?! —gritó el menor de los tres en shock— ¡No te atrevas Kim Taehyung!
—Solo es un beso Jungkook no seas dramático —dijo Tae restándole importancia mientras se acercaba a Jimin, quien lo miraba con el ceño fruncido.
—¿Y quién te dijo qué dejaré qué tú me...?
Calló cuando un par de labios tomaron los suyos moviéndolos con suavidad, para segundos después alejarse.
—Pero que...
—Ya quedó comprobado que no hay nada entre nosotros —dijo el pelinegro rodando los ojos, fingiendo estar completamente bien cuando sabía perfectamente que no era así, su corazón bombeando fuerte en su pecho era una fiel evidencia de ello.
—Jungkook tú... —Jimin llevó una mano a sus labios, casi soltando una gran sonrisa, pero conteniéndose un poco, no quería gritar y que pensaran que se había vuelto loco.
—Joder, a veces eres más rápido que Flash —declaró divertido el pelirrojo viendo las mejillas rojas de su mejor amigo.
Al ver a su amigo acercarse al castaño el menor de los tres no lo había pensado dos veces para correr hacia Jimin y besarle él, y ahora le estaba tirando cuchillos con la mirada al pelirrojo.
A pesar de que quería disimular indiferencia su mejor amigo se había dado cuenta de que ese beso había causado miles de cosas en él, no simpre veías a Jeon Jungkook sonrojado y tratando de disimular los nervios.
—Bueno yo me voy, los dejo solos —se despidió con la mano mientras se marchaba riendo de lo tonto que podía llegar a ser su amigo cuando estaba frente a la persona que le gusta.
—Yo... perdón, no tengo derecho a reclamarte nada, no somos novios ni nada por el estilo —murmuró avergonzado el castaño por la escena que había montado anteriormente, rascando su nuca con la miraba baja.
El pelinegro lo miró incrédulo, sin saber cómo era posible que Park Jimin fuera capaz de acelerar tanto su corazón con una acción tan simple, con el paso de las semanas solo había confirmado lo que ya venía sospechando, se estaba enamorando de Jimin demasiado rápido para su gusto, ya ni siquiera creía ser capaz de controlar sus impulsos de besarle en algunas ocasiones.
—No importa —le restó importancia haciendo un ademán con las manos— ¿Por qué viniste?
—Oh, cierto, venía a invitarte a un picnic —sonrió acercándose a él y enrrollando su brazo en el del pelinegro—, y no acepto un no por respuesta.
—Está bien, sabes que me gusta pasar tiempo contigo —acarició su cabello con suavidad ganándose una linda sonrisa por parte de Jimin.
«Dañas mi corazón cuando me sonríes así Park!»
-—¡Bien! Andando entonces —señaló al frente con emoción y ambos comenzaron a caminar hacia el auto del mayor.
Durante el camino disfrutaron conversando un poco y cantando un par de canciones, la mano de Jimin entrelazada con la del pelinegro y la otra en el volante. Definitivamente parecían una pareja, ambos venían actuando así desde hace días. A pesar de que Jungkook había evitado encariñarse con Jimin, le había resultado imposible no hacerlo, no hay alguien que sea capaz de no encariñarse con él luego de conocerlo.
—Boy, you know I want your love —Jungkook sonrió de lado cuando Jimin cambió la primera parte de la canción, "Shape if you" estaba sonando en la radio inundando el auto con la voz de Ed Sheeran—. Your love was handmade for somebody like me, come on now, follow my lead, I may be crazy, don't mind me.
—Say, boy, let's not talk too much, grab on my waist and put that body on me, come on now, follow my lead —continuó la canción apretando un poco la mano de Jimin—, come, come on now, follow my lead.
—I'm in love with the shape if you —comenzaron a cantar ambos al mismo tiempo—, we push and pull like a magnet do, although my heart is falling too, I'm in love with your body.
Ambos se miraron por un momento y comenzaron a reír, Jimin volvió a centrarse en la carretera mientras Jungkook no paraba de mirarle profundamente.
—Cantas hermoso Jimin —alagó consiguiendo que las mejillas del mayor se colorearan de un tono rojizo—. ¡¿Park Jimin sonrojado por mi causa?! ¡No me lo creo! —dijo en forma de broma.
—¡Yah! ¡No seas tonto! —se quejó avergonzado—, tú cantas aún más hermoso.
—Lo sé —bromeó ganándose un suave golpe del castaño—, era una broma.
—¡Llegamos! —dijo con emoción estacionando el auto.
—¿El río Han? —Jimin asintió sacando una cesta del auto—. Debo decir que escogiste un buen lugar.
—Tengo buenos gustos —afirmó mientras buscaban un lugar donde el sol no les molestara.
Se encontraban en uno de los parques verdes que se hallaban a la orilla del río, habían unas cuantas personas allí, familias, algunas parejas besándose discretamente y uno que otro niño correteando por todo el lugar.
—Creo que este es un buen lugar —profirió el castaño extendiendo una manta blanca de cuadros rojos, justo debajo de un árbol que les otorgaba una buena sombra, sentándose recostados al tronco.
—Gracias por hacer todo esto por mí Jimin —dijo Jungkook acariciando el dorso de la mano del más bajo—, todo esto significa mucho para mí aunque no lo creas.
—No te pongas cursi ahora, espera a que te muestre los dulces que traje, ahí si me vas a adorar —bromeó haciendo reír al menor.
Los minutos pasaron de forma rápida, ambos conversaban de cualquier tontería, reían por los malos chistes que se contaban, observaban a algunos niños jugar de acá para allá y comían los dulces que había llevado Jimin.
—Tienes un poco de chocolate —le dijo el pelinegro señalando su labio inferior.
—Quitámelo —se acercó bastante al menor, quién tenía la mirada fija en sus labios.
Tragó saliva audiblemente antes de llevar su pulgar al labio inferior de Jimin, quitando con delicadeza el chocolate, y no evitando relamer sus propios labios al sentir la suavidad de estos
Sin darse cuenta se iba acercando de manera lenta, sin despegar los ojos de los rojizos labios del mayor, quién para ese momento había comenzado a acercarse a él también.
Finalmente sus labios terminaron uniéndose en un suave beso, uno lleno de sensaciones y desbordante de sentimientos, permitiéndose, por primera vez besarse sin ningún tipo de restricciones.
Sus labios encajaban a la perfección, como si hubieran sido creados expresamente para el contrario, la última pieza de un rompecabezas encajando perfectamente con el resto, ambos dejando mostrar a través de ese simple acto todo el amor que habían desarrollado por el otro en tan solo unas cuantas semanas.
Jungkook llevó una mano a la mejilla de Jimin, acariciándola con suavidad, mientras Jimin posaba una de las suyas en su hombro y la otra la entrelazaba con fuerza con la mano libre del más alto.
Se separaron cuando el aire les hizo falta, solo para volver a unirlos en un beso un poco más intenso, Jungkook atrayendo a Jimin hacia el, haciendo que se sentara en su regazo, delineando su labio inferior con su lengua, adentrándola en la cavidad contraria cuando el castaño se lo permitió, sintiendo el sabor a chocolate que había quedado en la boca del mayor debido al dulce que estaban comiendo antes.
Se separaron una vez más, uniendo sus frentes mientras inhalaban un poco de aire, ambos estaban metidos en su burbuja cuando un carraspeo los interrumpió.
—¿No creen qué este no es lugar para qué hagan sus cosas? —preguntó una señora que aparentaba unos 40 y algo.
—No estamos haciendo nada malo, solo nos besábamos —dijo Jungkook con el ceño fruncido.
—Aquí hay niños, mi hijo me acaba de preguntar por qué dos chicos estaban besándose, dejen sus asquerosidades para luego —siseó de forma despectiva, con una mueca de asco evidente, poniéndose delante de su hijo para que no los viera.
El menor apretó los puños con rabia, y con cuidado bajó a Jimin de su regazo, poniéndose de pie.
—Jungkook —Jimin le sujetó de la mano, no queriendo que se pusiera a discutir con esa señora. Intentar hablar con ese tipo de personas era un caso perdido.
—Mire, mi pareja y yo no hacíamos nada malo, nos besamos como mismo están haciendo todas las parejas que están aquí —el corazón de Jimin saltó al escuchar esas palabras.
—Ustedes no son normales, de verdad no se que tienen los jóvenes de ahora, eso que hacen es pecado, se irán al infierno por...
—Jungkook mejor vámonos —dijo Jimin en voz baja, recogiendo las cosas, el quería evitar una discusión con esa mujer, sabía que había personas con la mente tan atrasada que no eran capaces de ver a dos chicos besarse y no meterse en ello, aún cuando no era problema suyo.
—Espérame en el auto Jimin —masculló Jungkook con la mandíbula apretada—. Señora yo tengo cáncer y voy a morir en unas jodidas semanas —dijo una vez que Jimin se había ido, la mujer lo miró con los ojos muy abiertos, quizás arrepintiéndose un poco, solo un poco, por haber interrumpido la paz de ambos chocos—, así que disculpe si me importa una mierda lo que tenga que decir, no es mi culpa que tenga una mente tan retrógrada como para entender que el amor no tiene género.
Suspiró, se acercó al pequeño y se agachó frente a él, Jimin llegó mirando la situación, para ver por qué el pelinegro tardaba, le preocupaba que el menor se pusiera mal por culpa de esa mujer.
—¿Quieres saber por qué lo besaba? —le preguntó al pequeño, quien miró a su madre y asintió—, porque ese chico me gusta ¿no crees que es lindo?
El niño observó a Jimin por un segundo, quien le sonrió gentilmente, el pequeño se sonrojó y asintió suavemente sonriendo un poco también. La madre lo tomó de la mano y se marchó exasperada.
—¿En serio te gusto? —Jimin se acercó a él pasando ambos brazos por su cuello.
—Creo que es bastante obvia la respuesta —lo tomó de la cintura, agachándose un poco para dejar un corto beso en los abultados labios del más bajo—. Mejor vámonos a casa.