Ya se estaba haciendo algo tarde cuando se encontraban en el trailer de Max, así que Emma les dijo que podían ir a su casa, donde no había nadie.
Así descansarían y al día siguiente empezarían con el plan que estaban armando.
Se encontraban todos en la sala de estar en casa de Emma.
Eddie tomó un periódico que vio por ahí y lo colocó encima de la mesita que había en el centro.
-Miren esto. -Señaló un anuncio con el dedo.
Todos le pusieron atención.
-Zona de guerra. Fui una vez. Es inmensa. -Explicó él. -Tienen todo lo necesario para ahh...em pues para matar básicamente.
-¿Es una granada? -Señaló Robin. -¿Como por que eso es legal?
-Bueno, por suerte lo es ¿No? -Dijo Eddie. -Este lugar está suficientemente lejos de Hawkins. Mientras no tomemos caminos principales, evitaremos policías y ahh aldeanos violentos.
-Si queremos evitar aldeanos violentos; tal vez no deberíamos ir a un lugar que se llame zona de guerra.
-Pero aún así necesitamos armas. Vale la pena ir. -Dijo Emma.
-Pero en bicicleta tardaremos mucho. -Dijo Dustin.
-¿Quien habló de bicicletas? -Sonrió Eddie. Eso sonaba a que tenía una idea.
-¿Hay un auto del que no nos habías dicho? -Preguntó Steve.
-No es exactamente un auto, Steve. -Dijo Eddie mirándolo. -Y no es exactamente mío. -Miró de reojo a Emma. -Pero funcionará. -Dijo mientras miraba a todos. -Emma ¿Tienes un pasamontañas, un pañuelo o algo parecido?
Emma se encogió de hombros.
-Algo así. -Respondió. -Una máscara.
-Funcionara.
-Bien, debemos descansar para mañana temprano empezar con todo esto. -Dijo Steve.
-Si, traeré mantas y almohadas y podríamos dormir aquí, y otros en el sofá o también en la habitación de invitados. -Dijo Emma.
-Te ayudó. -Dijo Max.
-Steve prepara la cena. -Dijo Dustin mientras se dejaba caer en el sofá.
-Ven, me ayudas. -Steve tomó a Dustin de la camisa y lo jalo.
[...]
Al final Emma y Nancy tuvieron que ayudar arreglar el desastre que habían hecho Dustin y Steve.
-Eran unos simples macarrones con queso. -Dijo Nancy.
-Lo sé. -Murmuró Emma. Y tomó algo de la refrigeradora.
-Oye Emma.
Emma miró a Nancy, quien revolvía algo en una olla.
-De verdad lo siento...lo de ese día.
-Nancy no te preocupes, yo...nunca le dije nada a Steve. No quería que se pusieran raras las cosas entre nosotros. -Suspiró. -Pero bueno, ya lo sabe.
-Lamentó eso también.
-Deja de lamentarte. Ya pasó, eres mi amiga ¿Cierto?
-Claro que sí.
-Nunca pondría a un chico por encima de una amiga, aún si ese chico es Steve. Lo quiero, y lo quise mucho, pero gracias a eso conocí a Billy. Aunque no todo salió bien. -Dijo esto último con voz apagada.
-Y...¿Eddie? -Preguntó curiosa.
Emma levantó la mirada y vio a Eddie junto a Dustin y Lucas riendo de alguna estupidez.
-No lo sé. Creí que al principio lo hacía por ayudarlo, pero...creo que es más que eso. Y es raro, porque después de lo de Billy no he vuelto a sentirme así nunca.
Nancy la miró, sabía lo mucho que había sufrido Emma con lo de Billy y le alegraba que sintiera ilusión con Eddie.
-Creo que le gustas.
-No lo sé. -Rió ella. -Cuando todo esto acabe le dire yo.
-Espero que si. -Rió Nancy.
Ambas tomaron una bandeja cada una con comida, galletas y gaseosas para ponerlas sobre la mesa.
-Cena preparada. -Aviso Nancy.
-Bon apetit. -Dijo Emma con acento.
Todos corrieron a tomar un plato y un refresco.
Eddie notó como Emma no había tomado un plato, solo un refresco y en cómo se fue a sentar en el sofá, así que tomó dos platos y se acomodó al lado de ella.
-Creo que se te olvidó algo. -Dijo y le entregó el plato.
Emma lo tomó con una pequeña sonrisa; aquello le había recordado a Billy.
-Gracias Eddie.
-Son los mejores macarrones con queso que he probado en mi vida. -Dijo Dustin quien se había sentado en frente de ellos a comer.
-Es receta secreta. -Le dijo Emma a Dustin.
-Si, están buenos. -Dijo Eddie. -Pero no creo que mejores que los míos.
-¿Ah sí? -Ella lo miró desafiante. -Tendría que probar.
-Claro, irás a mi remolque y te prepare los mejores macarrones con queso que nunca has probado.
-Claro, es una cita.
-Si, una cita. -Le sonrió él. -El viernes.
[...]
Estuvieron viendo televisión, hablando un poco, riendo, pasando un buen rato antes de un día muy pesado.
Emma había estado lo más que podía junto a Max y muchas veces quiso hacerla desistir de ese plan, lo que no logró.
Al final ya algo tarde, Dustin, Lucas y Eddie quienes veían televisión en el suelo se habían quedado dormidos.
Max se había quedado dormida sobre el sofá grande, Nancy y Robin fueron a dormir al cuarto de visitas, Ericka como era tan pequeña se quedó dormida en uno de los sofás pequeños.
-Ven Steve, puedes dormir en la habitación de mi madre. -Le dijo Emma.
Él se levantó y la siguió.
Llegaron a la habitación y Emma buscó alguna manta en el closet.
-Emma. -Dijo Steve.
-Si. -Dijo y se volteó con la manta en sus manos.
-Lo siento.
-Ya pasó mucho tiempo. -Dijo ella mientras colocaba la manta sobre la cama.
-Siempre te he querido, muchísimo. Y nunca me perdonaré lo que te hice.
Ella solo lo miró.
-Y sé que no es el momento, pero algún día quisiera recuperarte y enmendar lo que hice. -Siguió hablando Steve.
Emma solo suspiró y lo miró a los ojos.
-Tienes razón, no es el momento. -Dijo con tono apagado. -Te quiero, descansa. -Dijo esto último y salió de la habitación para dirigirse a la suya.
[...]
Emma se acosto pero sabía que no podría dormir bien, aún tenía miedo sobre lo de Vecna, tenía miedo por Max y se sentía ansiosa por las palabras de Steve.
Escuchó la puerta de su habitación, así que fue abrir, pensó que sería alguno de los chicos, era Eddie.
-Hola. -Dijo él.
-¿No puedes dormir?
-Bueno, Dustin ronca demasiado.
Emma rió.
Se hizo a un lado para dejarlo entrar, a final de cuentas ella tampoco podía dormir.
Eddie entró e inspeccionó la habitación de la chica con la mirada.
-Wow, sabes mucho de la música buena. -Dijo mirando algunos posters en la pared. -¿Guns n Roses?
-Son muy buenos, vienen empezando. -Dijo ella desde la cama donde estaba sentada mirando a Eddie. -¿Quieres escucharlos?
Él se volteó a mirarla.
-Si, claro. -Se acercó y se sentó sobre la cama, al frente de ella.
Emma tomó el Walkman y colocó una cinta de la banda, le entregó los auriculares a Eddie y presionó el botón "play".
Eddie sonrió luego de unos segundos.
-Son buenos. -Dijo ya quitándose los auriculares, la canción había terminado. -¿Te gusta Metallica?
-Claro, mi favorita es Master Of Puppets.
-Estoy enamorado. -Dijo con una sonrisa.
Ella rió apenada.
-Ah si que, la chica que te trae loco. -Dijo recordando lo del lago.
-Si, tuve que imaginarla mientras te besaba.
Emma rió mientras le daba un pequeño golpe en el hombro.
-Ay, pegas fuerte. -Dijo sobándose el hombro de forma dramática. -Es broma, siempre estuve enamorado de ti y nunca me volviste a ver.
-Lo lamento. -Rió suave. -Nunca se me hubiera ocurrido.
-Lo sé, vives en las nubes. ¿Sabes que te copie todas tus pruebas un año? Tenía buen promedio gracias a ti.
-Eres increíble Munson. -Rió. -Pero si, si lo sabía.
-¿Qué? -Parpadeó perplejo.
-Te dejaba copiarme. Me daba igual la verdad. -Se encogió de hombros. -Así que dije ¿Por qué no?
-Vez, eres increíble. -Sonrió él. -¿Nuestra cita sigue en pie?
-Claro que sí. Estoy deseando matar a Vecna y terminar con todo esto.
-Lo haremos y te prometo que será la mejor cita y los mejores macarrones con queso que hayas probado.
-Eso lo veremos.
-Emma ¿Podría besarte? -Preguntó de repente.
-Si, si puedes. -Respondió ella.
Eddie se acercó hasta lograr unir sus labios con los de ella, un beso lento que se fue intensificando, uniéndolos más y al final quedando él sobre ella, se separaron por falta de aire.
-De verdad me traes loco.
-Creo que tú a mi también.
-Ese "creo" no me convence. -Rió y la beso de nuevo, está vez un pequeño beso para luego recostarse al lado de ella.
Ambos miraban el techo, Eddie estiró su mano y apagó la lámpara que había al lado en la mesita de noche.
Emma en su habitación tenía unas figuritas que brillaban en la oscuridad, pequeñas estrellas.
-Siempre quise de esas estrellas. -Dijo Eddie.
-Te regalare algunas.
-Así me recordarán a ti.
Ambos se quedaron en silencio, un silencio cómodo.
-¿Puedo preguntar algo? -Preguntó Eddie en un murmullo.
-Claro.
-¿Qué sucedió entre tú, Steve y Wheeler?
Emma suspiró.
-Si quieres no respondas. Soy un idiota por preguntar.
-No. No importa. -Tomo un poco de aire. -Los rumores de aquel tiempo de que Steve y yo salíamos juntos eran ciertos, pero no duro mucho, me ilusione yo pero él no, y un día lo vi en casa de Nancy, no le dije nada a él, Nancy solo me lo confirmó con la mirada y desde ahí se acabó todo, aunque él no lo sabía, no quise hacer un gran problema de todo eso. -Suspiró. -Y luego conocí a Billy y bueno, ya sabes como terminó.
-Lo siento. -Dijo Eddie.
Miró a Emma en la oscuridad, se notaba en su voz tristeza cuando hablaba de Billy.
Eddie la atrajo con suavidad hacía él, ella se dejó llevar y colocó su cabeza sobre el pecho de Eddie.
-Yo te cuidare, te lo prometo. -Beso su cabeza.
Los ojos de Emma se aguaron un poco, y se aferró a Eddie, estaba sumamente agradecida de tenerlo ahí.
-Puedes dormir un poco, aquí estaré yo para cuidarte. -Dijo él suavemente.
Emma tomó el Walkman y lo colocó cerca de ella.
-Si algo ocurre, esta cinta me ayudará. -Le explicó a Eddie.
Él afirmó con un movimiento de cabeza.
-Y si algo me ocurre a mi, cántame una canción. La que sea, no importa. Pero me gustaría escucharte cantar de nuevo. -Dijo él.
Emma decidió cerrar sus ojos, aún con miedo, pero se sentía reconfortada de tener a Eddie a su lado.
-Lo haré, te lo prometo.
-¿Por qué dejaste de cantar?
-Lo hacía todo el tiempo con mi padre, pero murió. Y desde ese día no canto. -Bostezó. -Pero lo haré solo si algo te ocurre.
-Gracias. -Murmuró y la apretó suavemente a él. -Sé que es muy raro pero...te quiero Emma, siempre lo he hecho. Y no tienes que responder. -Se apresuró a decir. -Pero llevó mucho tiempo guardándome esto así que ¿Por qué no decirlo?
-Odio las circunstancias en las que está sucediendo algo así.
-Yo también las odio. -Bostezó. -Buenas noches, preciosa.
-Buenas noches, Munson.