AVISO IMPORTANTISIMO ⚠️ : TIENEN QUE LEER EL CAPÍTULO HASTA EL FINAL.
Disfruteennn...
Y les recuerdo que quedan 3 o 4 capítulos para el final así que...
El destino todavía puede ser cambiado
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POV NOBARA
Ahí estábamos todos, reunidos en una pequeña sala, en la que solo habitaba el silencio y las lágrimas. No faltaba casi nadie.
Estaba Gojo, pálido todavía por su recuperación muscular después de su envenenamiento, sin apenas poder ponerse en pie, con la mirada perdida y sus ojos color mar cristalino completamente apagados, con un semblante serio y lágrimas deslizándose por sus mejillas sin su permiso.
Maki se mantenía fuerte y de semblante serio, con el ceño fruncido y mirando fijamente al suelo,intentando parecer tranquila ante todos, aunque tristemente, sus movimientos nerviosos decían todo lo contrario. Su pierna temblaba sin control por la desesperación y empezaba a arañarse las manos sin darse cuenta.
También estaba Nanami, aunque de este no podía decir mucho. Mantenía su cara de costumbre, sus brazos estaban cruzados y de vez en cuando miraba el reloj de su muñeca o ajustaba su corbata.
También había otro hombre, se había presentado como "Máximo" al entrar en la sala y dijo que era un familiar de T/N, aunque ella nunca me había hablado de él.
Faltaba Itadori, el cuál todavía no se había enterado de la notícia. Lo había llamado más de 50 veces, pero no contestaba la llamada, así que supuse que realmente estaría muy ocupado.
Por último estaba yo, la verdad, era la más escandalosa de todas. Yo no era tan fuerte como los demás, las lágrimas no paraban de salir y me ardía la garganta. Mi maquillaje estaba destrozado desde hacía mucho, y aunque normalmente lo habría arreglado al instante, hoy ni siquiera tenía fuerzas para ello. Mi mejor amiga estaba luchando contra la muerte, dicho directamente por los médicos. Nos habían dicho, sin pelos en la lengua, que se sorprendían de que T/N siguiera con vida.
La sala mantuvo el silencio, hasta que él llegó.
La puerta se abrió con delicadeza, algo que me sorprendió tratandose de él.
Entró a la sala en silencio, despeinado y echo trizas, ojos rojos de llorar y mirada muerta, casi arrastrando sus pies.
Aunque no me gustaba decirlo, parecía que no le quedaban ganas de seguir viviendo.
Estaba muerto en vida
Se sentó en uno de los sillones —¿La han metido ya al quirófano? — preguntó con un hilo de voz.
—Si, hace tan solo unos minutos —respondió Satoru.
Puso una cara más triste todavía después de la respuesta de Satoru. Sukuna no había llegado a tiempo antes de que comenzaran su operación—¿Sabeis algo de su estado?—
—Han dicho que tiene suerte de seguir con vida — esta vez, respondió Nanami.
—Joder... — se quejó por lo bajo Sukuna.
—¿Dónde está Itadori? — me atreví a preguntar.
—No lo sé, me dijo que tenía que hacer algo muy importante y que no intentara contactar con él hasta mañana — respondió Sukuna, por algun motivo, parecía molesto al escuchar el nombre de su hermano.
—Maldita sea... — gruñí en voz baja.
La sala guardó el silencio un largo tiempo, hasta que el más inesperado comenzó a hablar.
—La vamos a perder a ella también— habló Satoru entre lágrimas.
—No digas gilipolleces, no es momento de decir estas cosas — respondió de mala gana Maki.
—¿Qué no es momento de decir estas cosas? — Satoru se levantó del sillón con agresividad, manteniendo un tono amenazante de voz, pero sin gritar — ¿Cuándo hablaremos de todo esto entonces?—
—En cualquier otro momento pero hoy no — gruñó Maki.
—Siempre decís la misma mierda... Hoy no, otro día, ahora no se puede, hay otras cosas que hacer... — hizo una pausa y apretó sus puños — Me tenéis hasta los cojones — se sinceró.
—Mira Gojo, no nos perdamos el respeto porque te aseguro que me da igual pegarte un buen golpe y quedarme tan agusto — amenazó Maki.
Nadie se atrevía a intervenir en la pelea.
—Os perderé el maldito respeto las veces que haga falta si eso conlleva a que se os meta la realidad en la cabeza — Satoru se encaró con Maki, aprovechando su diferencia de altura —Nos están matando, uno a uno, poco a poco, y tenéis los cojones de hacer como que no pasa nada. El asesino sigue suelto y seguirá matando como no le atrapemos y siento comunicaros que la única persona que ha hecho algo para salvaros el maldito culo es T/N —
—Pero- — Satoru no dejó hablar a Maki.
— T/N es la única que está haciendo algo para que no nos maten y mirad donde ha acabado — la voz de Satoru volvía a romperse — ¡A todos os ha dado exactamente igual la muerte de Megumi! —
Satoru estaba cada vez más molesto — ¿Y sabéis lo más triste de todo? — soltó una risita mientras las lágrimas se le deslizaban por las mejillas — Que no era tan solo un compañero de policía para ninguno, él era nuestro amigo, un hermano, y aún así nadie de aquí a movido el culo por él —
Maki pareció quedarse sin argumentos — ¡Nanami dile algo! —
—Por una sola vez en mi vida...— se puso más serio de lo normal —Le voy a dar la razón a Satoru—
—Oh genial, estáis perdiendo la cabeza todos — Maki no creía lo que veía.
—No te vuelvas a atrever a decir que estoy perdiendo la cabeza porque soy el único que se está preocupando un mínimo por esta situación — amenazó Satoru.
—¿Qué pasa? ¿El veneno te ha hecho más histérico o qué? — vaciló Maki.
Estuve a punto de meterme en ese momento, pero alguien se me adelantó.
De pronto, una voz ronca, grave y aterradora se metió en la discusión — Callad, ahora — Sukuna los mató con la mirada.
—¿Y tu quien te crees? — respondió Maki
—No me creo nadie, pero vuestra compañera, la mujer a la que amo,está muriendose, así que tendría el mínimo respeto y me sentaría a esperar con calma — hizo una pausa terrorífica, el que estaba de peor humor era él — Por mucho que griteis, Megumi está muerto y no volverá nunca — sus palabras atravesaron como cuchillos.
Maki no volvió a contestar, la conocía y las palabras sinceras y directas de Sukuna le habían dolido. Un par de lágrimas se dejaron ver por su parte.
—Gracias — agradeció Satoru.
Sukuna se encogió de hombros y se acomodó para esperar algún aviso sobre T/N.
Las horas pasaban y todavía no sabíamos nada, nadie agarraba el móvil ni hablaba, tan solo esperabamos alguna esperanza.
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De pronto, la puerta se abrió y todos casi saltamos de nuestros asientos con la esperanza de que fuera algún médico.
Pero la persona que vimos... No era para nada eso.
Un hombre alto, con el pelo recogido en un moño, con grandes músculos y un tatuaje de un dragón que le llegaba por el cuello había entrado con cara de pocos amigos.
—¿Suguru...? — los ojos de Satoru se iluminaron un poco.
—¿Eh? ¿Quién es él? — le pregunté a Maki.
—Ni idea pero... Por el uniforme... — Maki tragó su propia saliva con nerviosismo — No son buenas notícias—
—Estabas tardando en llegar — habló Máximo.
—No tengo tiempo para tus lecciones Máximo — habló frío.
El hombre sacó una placa de su bolsillo y todos los de la sala nos sorprendimos al verla. No era una placa de policía normal y corriente, si no la mismísima placa del FBI.
Extendió su brazo con placa en mano y habló con firmeza — Suguru Geto, agente de la organización de seguridad nacional que responde a amenazas y que es regida por la recopilación e interpretación de información. Mi misión es proteger y defender el país contra amenazas terroristas y de inteligencia extranjera —
Todos entendimos la gravedad del asunto en aquel momento.
Guardó su placa —Lamento comunicar que el caso de la muerte de Megumi Fushiguro y el atentado contra T/N T/A, se ha considerado oficialmente como un acto terrorista de gran gravedad —
—¿Qué?— soltó Satoru, aterrorizado.
—Les explicaré los términos que nos han llevado a esta declaración — sacó un papel y comenzó a leerlo — Desde la base oficial del FBI hemos llegado a la conclusión de que el asesinato de Megumi Fushiguro y T/N T/A es un acto terrorista de gran nivel por los siguientes términos que se han estado investigando—
Empezó a dictar — Se ha llegado a la conclusión de que el asesino de Megumi y el atacante de T/N es la misma persona u organización, y que por lo tanto al tratarse ambos de compañeros de la unión policial el asesino tiene el objetivo de impartir el terror sobre nuestros ciudadanos y cuerpo policial, declarandose así, un ataque terrorista de alto grado —
—Joder... — se quejó Satoru.
—No tengo mucho tiempo así que haré las cosas rápido, la parte de información ya está hecha así que ahora procedo con mi verdadera misión aquí — guardó el papel.
Geto miró con frialdad a Sukuna — Ryomen Sukuna, quedas oficialmente arrestado temporalmente en la comisaria de la ciudad por llevar acabo varios actos terroristas contra el cuerpo policial, por la muerte de en este caso Megumi Fushiguro y atentar contra la vida de T/N T/A. También se han destapado varios delitos que T/N te había encubierto, entre ellos robo a joyerías, robos a mano armada, contrabando de drogas y llevar armamento de forma completamente ilegal —
Todos pensábamos en la misma reacción que Sukuna tendría en aquel momento pero...
Sukuna no hizo nada
Sukuna se levantó con cautela y colocó las manos en su espalda para ser esposado. Tenía la cabeza agachada, ni siquiera quería resistirse.
—¿Qué cojones es esto Sukuna? — preguntó Satoru con los ojos llorosos.
—Lo que ves, canoso — habló en voz baja
—Fuiste tú... — me acerqué a el lentamente — Fuiste tú todo el tiempo — se me rompió la voz y agarré a Sukuna con rabia de la camiseta.
—¡Nobara! — Maki trató de detenerme.
—¡Eres horrible! — empecé a pegarle golpes mientras le gritaba todo lo que había guardado.
Geto no detenía la pelea.
De pronto fui apartada por Satoru el cual le dio un fuerte golpe en la cara sin dudarlo.
Después, Satoru lo agarró del cuello con todas sus fuerzas intentando asfixiarlo— Hijo de la gran puta... Confié en ti — apretó incluso más el agarre — Confié en que serías mejor pareja para ella que yo. Pensé que la merecías más, pero ahora me doy cuenta de que tan solo eres un trozo de mierda —
Sukuna no podía defenderse, estaba esposado y a punto de morir asfixiado.
Por suerte una de las enfermeras llegó a tiempo para detener aquello.
—Estáis en un hospital y sois agentes de policía, y para colmo vuestra compañera estaba en peligro, así que tened un mínimo de vergüenza y callad — soltó seria.
Sukuna cayó al suelo de rodillas. Comenzó a toser con fuerza mientras intentaba de recuperar algo de aire con los ojos llorosos.
—¿Hay notícias de T/N? — preguntó Geto.
—Está estable, y sorprendentemente despierta — dijo con una leve sonrisa.
Incluso después de tener al asesino de todo esto delante de nuestros ojos, una sonrisa se dibujó en nuestras caras. Nuestros ojos volvieron a tener vida y ahora estabamos casi saltando de la alegría.
—¿Podemos verla? — preguntó rápidamente Satoru.
—Solo puede asistir una persona— comunicó la enfermera.
Aunque todos queríamos ir, sabíamos quien se merecía más estar allí — Adelante Satoru —
—¿Puedo ir yo enfermera? — preguntó casi suplicando.
—Todavía no, la paciente a rogado la presencia de uno de ustedes allí — la cara de la enfermera cambió.
—¿Quién es? — pregunté.
La médica hizo una pausa y miró a Geto
—T/N quiere ver a un tal... — la espera se nos hizo eterna.
—Ryomen Sukuna — todos nos quedamos en silencio sin creer el nombre que acababa de pronunciar.
Sukuna se levantó rápidamente del suelo — Ese soy yo—
—Pero no irás a ninguna parte — soltó Geto de forma fría.
Frunció el ceño —Me da igual lo que me digas, tengo que ir —
—No lo creo — Geto avisó a otros agentes del FBI que esperaban fuera para que retuvieran a Sukuna.
El último en hablar con Sukuna, fue Nanami, diciendo una frase bastante confusa que tan solo llegué a escuchar yo.
—¿Qué locura tienes en mente Sukuna? — por primera vez en mi vida ví a Nanami con cara de no entender nada y estar preocupado de verdad.
Sukuna le habló en voz baja a Nanami —Salvarla, esa es mi locura en mente — sonrió con tristeza antes de que se lo llevaran a empujones de la sala.
Geto habló una última vez — Satoru, ve con T/N — ordenó
—Gracias — Satoru salió de la sala, corriendo hacia la sala que le había especificado la enfermera.
Ahora tan solo estábamos en la sala Maki, Nanami, Máximo y yo.
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POV SUKUNA
Ahí estaba yo, siendo bruscamente empujado por los pasillos del hospital hacia la salida de este, con las esposas haciéndome pequeños cortes en las manos y prácticamente rogando por algo de aire.
Me revolví ante los guardias,intentando escapar —Por favor Geto, déjame verla —
—No puedo hacer eso — respondió con simpleza.
—Por favor , te lo ruego — se me comenzaba a romper la voz.
—¿Quieres que tu maldito plan funcione? — preguntó con agresividad
—Claro que sí, pero necesito verla , ella me necesita — intenté convencerlo, pero con él nada funcionaba.
—Si vas a verla todo el plan que construimos se irá con el viento y me tocará hacer lo que me pediste que no hiciera, así que aguantate y asume las consecuencias de nuestro trato — exigió.
No había solución, el no aceptaría que yo la viera — Joder... — el nudo en mi garganta ya no lo soportó más y empecé a llorar en silencio.
Geto se dio cuenta de eso — No llores por esto Sukuna — me miró directamente — Eres una buena persona —
—En sus ojos... ya no lo seré nunca más —por fin salimos del hospital y ahora estaban a punto de meterme en el coche.
—Ese era el precio a pagar de nuestro trato, junto a tu libertad — recordó
En el fondo, estaba haciendo las cosas bien, aunque mi corazón me pidiera a gritos tumbar a los guardias e ir con ella, debía ceñirme al plan.
Subimos al coche de camino a comisaria.
—Estarás 3 meses en la comisaría de la ciudad para después tener tu traslado a federal — me informó mientras íbamos de camino allí.
—Está bien — de todas formas, ya no tenía otra opción.
Espero...
Espero que ella nunca entienda el por qué de todo esto
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Sigan esperando...
No está todo decidido todavía...
Pista: presten atención a la canción del enlace...
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