A través de la Lluvia [Hidalg...

Door Ariana_Godoy

23.9M 1.8M 3.4M

¡'Hidalgos' la trilogía original de Wattpad que inspiró las películas de Netflix! La última película se estr... Meer

Prólogo
|| C A P Í TULO UNO ||
|| CAPÍTULO DOS ||
|| CAPÍTULO TRES ||
|| CAPÍTULO CUATRO ||
|| CAPÍTULO CINCO ||
|| CAPÍTULO SEIS ||
|| CAPÍTULO SIETE ||
|| CAPÍTULO OCHO ||
|| CAPITULO NUEVE ||
|| CAPÍTULO DIEZ ||
|| CAPÍTULO ONCE ||
|| CAPÍTULO DOCE ||
|| CAPÍTULO TRECE ||
|| CAPÍTULO CATORCE ||
|| CAPÍTULO DIECISÉIS ||
|| CAPÍTULO DIECISIETE ||
|| CAPÍTULO DIECIOCHO ||
|| CAPÍTULO DIECINUEVE ||
|| CAPÍTULO VEINTE ||
|| CAPÍTULO VEINTIUNO ||
|| CAPÍTULO VEINTIDÓS ||
|| CAPÍTULO VEINTITRES ||
|| CAPÍTULO VEINTICUATRO ||
|| CAPÍTULO VEINTICINCO ||
|| CAPÍTULO VEINTISEIS ||
|| CAPÍTULO VEINTISIETE ||
|| CAPÍTULO VEINTIOCHO ||
|| CAPÍTULO VEINTINUEVE ||
|| CAPÍTULO FINAL ||
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|| CAPÍTULO QUINCE ||

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Door Ariana_Godoy

CAPÍTULO QUINCE

APOLO

BIENVENIDOS AL FESTIVAL DE OTOÑO

La pancarta es inmensa y cuelga precariamente de la pared del edificio principal de la universidad. Sus letras rojas y negras, los colores que representan la mascota y todo del equipo de fútbol americano. Este evento es una especie de preparación antes del juego de esta noche y también para recaudar fondos, los cuales serán usados para el programa de becas y la reparación de algunas cosas del equipo.

El clima no está colaborando mucho, está nublado y una brisa helada nos roza cada cierto tiempo. Estoy agradecido de estar en la parrilla, asando la carne de las hamburguesas porque estoy cálido, cuando Érica me dijo que ese sería mi trabajo, me quejé bastante, ahora ya veo que no fue tan mala idea. Por su parte, mi amiga escogió ser guía de padres y de cualquier transeúnte que decida pasar a ser parte del evento. Hay toldos blancos desplegados por todo el pasto porque al parecer, alguien no leyó el reporte del clima, no hay nada de sol. Los estudiantes llevamos una camisa roja para identificarnos, aunque no sirve de mucho, todos cargamos chaqueta.

Érica aparece a mi lado, con una gran sonrisa y su cabello recogido en una cola alta. Mechones ondulados escapan y adornan su cara.

—¿Qué tal tu primer evento universitario?

Suspiro.

—Las hamburguesas se están vendiendo.

—Y se venderían más si sonrieras un poco. —Señala, dándome una palmada en el hombro—. Tienes que usar tu encanto, Apolo, ¿por qué crees que te di este trabajo?

—¿Por qué soy bueno con la parrilla?

Ella voltea los ojos.

—A ver, una sonrisa. —Me agarra la cara con ambas manos—. Vamos, tú puedes.

Finjo sonreír, levantando las esquinas de mi boca. Érica hace una mueca.

—Olvídalo, pareces un asesino en serie.

Ella me ayuda a voltear la carne sobre la parrilla.

—¿Qué te pasa? —pregunta directamente. Si algo que he aprendido con ella, es a no irme con rodeos—. Has estado en otro mundo, bueno, más de lo usual.

—Estoy bien.

Ella alza una ceja así que bajo las pinzas de voltear la carne y me limpio las manos con unas servilletas antes de sentarme en una de las mesas de picnic.

—Bien, —dejo salir una bocanada de aire—. Digamos que pasaron cosas... con... alguien y le he enviado un par de mensajes y no me responde.

Érica se cruza de brazos.

—¿Pasaron cosas? ¿Follaron?

—¡Érica!

—Relájate, estás grandecito para andar endulzando hechos.

—No follamos, pero si... nos tocamos. Y pensé que había sido genial para ambos, y ahora no me responde, entonces, estoy dudando si solo fue bueno en mi cabeza.

—Fue Rain, ¿no? —No digo nada—. Quizás lo está procesando, Apolo, porque la ultima vez que hablé contigo, solo eran amigos que coqueteaban un poco. Y ahora pasó esto, tal vez, se está tomando su tiempo asimilándolo.

—O tal vez se arrepiente, o no le gustó... y ya no quiere saber nada de mí.

—¿Por qué no me sorprende que seas tan pesimista hasta para el amor?

Abro la boca para protestar cuando Érica palidece, viendo algo detrás de mí. Me giro para ver a Gregory, viene saludando a media universidad porque por supuesto que todo el mundo lo conoce. Él sonríe y bromea y cuando vuelvo a ver a Érica, cualquier indicio de la chica cálida y conversadora se ha ido, solo está ahí sentada, su cuerpo tenso y su expresión helada.

—En algún momento, tienes que contarme que pasó entre ustedes —digo honestamente.

—Es mi ex, es todo. —Hasta su tono ha cambiado.

—¡Apolo! —exclama Gregory llegando a nuestro lado, su sonrisa se mantiene cuando la ve—. Érica.

—Gregory —Ella asiente a modo de saludo.

—¿Qué tenemos por aquí? ¿Estás de cocinero? ¿Eso quiere decir hamburguesa gratis para mí?

Suspiro y me pongo de pie.

—No seas tacaño, son cinco dólares, siete si quieres el combo.

—Para él, son diez dólares —interrumpe Érica. Gregory y yo compartimos una mirada—. Acaba de darle diez dólares a los chicos que venden limonadas y ni siquiera se la bebió. Puede darnos diez a nosotros.

Gregory se lame los labios, metiendo el inferior en su boca.

—Alguien ha estado pendiente de lo que hago, pensé que no querías saber nada de mí.

—Soy una mujer de negocios, mi deber es observar a los posibles clientes, ver cuanto dinero les puedo sacar.

Gregory bufa.

—Bien, te doy veinte si me acompañas a comer. —Él ofrece la mesa de picnic.

—No estoy a la venta.

—No dije que lo estuvieras, solo pido tu compañía.

Érica suelta una risa de burla.

—Compañía nunca le falta a alguien como tú.

—Ah, ¿celosa, Érizito?

Ella se sonroja, aunque no sé si de rabia o de vergüenza.

—No me llames así.

—¿Por qué? ¿Te trae recuerdos?

Érica se pone aún más roja.

—Voy... a... ver la carne —digo a nadie en particular porque ninguno de los dos me mira mientras siguen con su discusión.

Hay mucha tensión ahí. Y eso despierta mi curiosidad, ¿por qué terminaron? Me enfoco en mi trabajo, cuando levanto la mirada, veo ese destello de cabello azul venir en la distancia: Xan. Es la primera vez que lo veo desde la última conversación que tuvimos fuera de su café.

¿Por qué debería darte explicaciones? Eres un recién llegado en mi vida, no tienes ningún derecho.

Ah, sus palabras aún arden un poco. Y aunque quiero ayudar y tengo las mejores intenciones, sigue siendo su vida y yo soy un recién llegado, necesito recordar mis límites. Xan camina entre los estudiantes, está bien abrigado con un suéter negro y una chaqueta de jean por encima. Sus mejillas se mantienen ligeramente sonrojadas como de costumbre. Noto que tiene un corte en el labio y que está hinchado. Aprieto mis puños a mis costados porque sé que eso no ha sido un accidente. Cuando Xan me ve, levanta una mano para saludar. Hago lo mismo, confundido porque la última vez que lo vi, él no parecía querer hablarme de nuevo.

—Hola —saluda al llegar y quedar al otro lado de la parrilla.

—Hola.

—¿Recomiendas las hamburguesas? —Él se lame los labios y creo que está nervioso, aunque puede que solo me lo esté imaginando.

—No mucho, pero están decentes si tienes hambre y quieres colaborar con la universidad.

—¿Tienes alguna opción sin... carne?

—Eh, ¿el pan, la lechuga y el tomate?

—Está bien, entonces, paso. —Él se rasca la parte superior de la oreja donde tiene los aretes, lo he visto hacer eso un par de veces en Nora cuando está incómodo.

—¿Cómo estás?

—Bien, ¿tú?

—Bien.

Silencio, y es extraño, es como si hubiera algo en el aire que no hemos aclarado. Xan toma una respiración profunda.

—Escucha, Apolo, sé que no he sido... bueno, la verdad es que... —Otra pausa—. Quería disculparme, intentabas ayudar, y fui un idiota. Mi vida es... complicada, pero eso no significa que pueda tratar mal a los demás.

—Xan.

—Fui grosero.

—Xan, está bien, lo entiendo —digo honestamente porque sé que no es una mala persona, ni tampoco grosero a propósito. Creo que cuando se siente acorralado, o vulnerable, se aleja. Él aparta la mirada, pero puedo verlo claramente en sus ojos: Xan tiene miedo. Le asustan muchas cosas que no me ha dicho y una persona en especifico: Vance. Aún así, está aquí, disculpándose, eso requiere valor de su parte porque estoy seguro de que Vance le ha pedido que se aleje de mí. Cambio el tema, Xan está demasiado tenso—. ¿Cómo está Nora? ¿Sigues preparando el mejor latte del campus?

Él relaja los hombros.

—Nope, mi nueva especialidad es el matcha.

—¿De verdad? No me apetece una bebida verde, tengo trauma con unos batidos que me hacía Clau en casa cuando me enfermaba.

—¿Clau?

—Mi cuñada.

—Ah, cierto, tienes hermanos. Rain mencionó algo.

Finjo tranquilidad.

—¿La has visto?

—Hace unos días... —Su expresión se ensombrece—. Y hoy quedamos en vernos aquí, pero no la veo por ninguna parte.

—Está en los salones con el grupo que vende chocolate caliente —responde Gregory, uniéndose a nosotros. Le echa un vistazo a Xan—. El chico del café.

Xan sonríe.

—El mismo.

—¿Qué te trae por acá? —Gregory descansa una mano sobre mi hombro—. Espero que no sean las hamburguesas de Apolo porque saben horrible.

Le quito la mano.

—Cállate.

—¿Qué? No puedo permitir que el chico que hace esos cafés divinos, que me dan la energía que necesito para sobrevivir la universidad, se muera probando tus hamburguesas.

—No las has probado.

—No necesito hacerlo, Apolo. —Gregory se encoje de hombros—. Solo tengo que ver a mi alrededor. Mira los platos en las mesas de picnic, ¿qué ves?

Le hago caso y veo que hay varios platos con restos de hamburguesas casi enteras. Ah, genial.

—Érica dijo que estaban buenas. —Fue lo único que pude decir.

Gregory hace un puchero y me acaricia la cabeza dramáticamente.

—Aww, Érica te mintió, Apolo, lo sé, el mundo real es cruel y despiadado.

Xan sonríe y me le quedo viendo por unos segundos. Cuando él lo nota, traga y se enfoca en Gregory.

—Apolo es demasiado bueno para este mundo —agrega Xan con un tono de broma.

—Genial, ahora son dos en mi contra.

—Solo queremos protegerte. —Gregory vuelve a sobarme la cabeza y le aparto la mano.

—Bueno, voy a ver si encuentro a Rain dentro. —Xan se despide con la mano y se va.

Gregory y yo nos ponemos cómodos en la mesa de picnic. Ya he preparado suficiente carne y dudo que alguien más venga a comprar.

—¿A dónde se fue Érica? —pregunto para iniciar el tema porque alguno de estos dos me tiene que contar. Y Gregory es uno de mis mejores amigos.

El semblante alegre de Greg disminuye.

—No lo sé.

—Ah, Greg, ¿qué pasó entre ustedes?

Mi amigo suspira y se rasca la parte de atrás de la cabeza.

—Éramos muy diferentes, yo quería estar de fiesta todo el tiempo, y ella, bueno ya la conoces, no le gusta salir tan seguido. Y entonces, conocí a Kelly, y era como una versión de mí en chica. Salíamos juntos, nos emborrachábamos, nos divertíamos y por un momento, pensé que Kelly era exactamente lo que necesitaba. Éramos tan iguales en cuanto a personalidad. Así que decidí terminar con Érica, para salir con Kelly.

—Idiota.

—Lo sé, no estoy orgulloso, ¿de acuerdo? Las primeras semanas con Kelly fueron geniales, de fiesta en fiesta, sexo alocado, todo lo que pensé que quería. Pero luego, cada noche cuando me iba a dormir después de una fiesta o de un día cualquiera, empecé a sentir un vacío. Me encontré ahí mirando el techo, sintiéndome mal porque las fiestas y la diversión eran geniales, pero me faltaba profundidad, algo más.

—Déjame adivinar, ese algo más era lo que Érica te daba.

—Lo sé, soy un básico que se dio cuenta demasiado tarde. Empecé a extrañarlo todo, la forma en la que las cosas más simples con Érica me llenaban profundamente: ver una película juntos enrollados en el sofá, pelearnos por la última dona, su cara de emoción y expectativa cuando me ponía a escuchar su nueva canción favorita. —Una sonrisa triste se forma en sus labios—. La amo, Apolo, nunca se lo dije. Y ella no quiere saber nada de mí, con toda razón.

—Guao, no sé que decir, Greg, creo que nunca te había escuchado tan profundo.

—No soy tan idiota como parezco, Apolo, soy un loco extrovertido, pero tengo mi corazón.

—¿Kelly sabe todo esto?

—No se lo he dicho directamente, pero creo que lo sabe. Lo de nosotros siempre se ha mantenido en la superficie, es como si nos necesitáramos para fiestas, para pasarla bien, pero no hay... nada más allá.

—Yo... —me aclaro la garganta porque tengo que ser honesto sobre lo que pasó la otra noche entre Kelly y yo—. Ella... yo...

—¿Se besaron en el sofá la otra noche?

—¿Lo sabías?

—Bro, no pudieron ser más obvios.

—Ah.

—No hay rollo, creo que ya te he dado una idea de lo que pasa entre ella y yo. No es nada serio y ella puede hacer lo que quiera.

—Sí, pero igual... ¿no te incomoda?

—¿A ti te incomoda?

Sacudo la cabeza y él sigue:

—¿Entonces? Ahora es diferente si me dices que te gusta Érica, porque ahí sí, te golpearía, solo un poco.

—Ella ya no es tu novia.

Gregory se tensa.

—¿Te gusta?

—No, claro que no.

—Bien.

Nos quedamos callados por unos segundos y en la distancia, vemos a Xan salir junto a Rain del edificio, tienen tazas de chocolate caliente en las manos. Rain va de vaqueros con un suéter grueso rojo que me recuerda al que llevaba puesto el día que nos conocimos en Nora. Su cabello rubio va suelto a los lados de su cara. Al lado de Xan, es muy notable que ella es más alta que él. Y mi mente va a lo que pasó en el pasillo, sus gemidos, mis dedos dentro de ella, sentirla presionada contra mí, su boca...

—¿Hola? —Gregory me saca de mi espiral lujurioso. Él sigue mi mirada—. ¿Qué pasó con Rain?

—Es... complicado.

Y como si el universo también quisiera responder, escuchamos un alboroto en la entrada del evento. Vance sonríe y camina como si fuera dueño del lugar mientras todos lo saludan y le piden una foto. Arrugo las cejas en confusión.

—¿De qué va eso? —pregunto.

Greg suspira.

—Supongo que ya lo conoces, es el hermano de Rain y es un streamer súper popular de videojuegos. Casi nunca viene por estos lados, que raro que esté aquí, tal vez vino a visitar a su hermana.

—Está aquí por Xan.

Greg levanta una ceja.

—¿Ah? ¿Por qué estaría aquí por Xan?

Me quiero golpear ahí mismo. Pensé que todos sabían de su relación. ¡Imprudente, Apolo Hidalgo!

—Porque... él también trabaja en el café de Xan, quizás quedaron en verse aquí.

—Ah, tienes razón, he visto a Vance en Nora.

Vance se dirige a Xan y a Rain y comienza a hablar con ellos de lo más normal. Me parece injusto que dos personas tan cálidas y agradables como ellos dos, tengan una sombra negativa como Vance encima.

—Ay, Apolo —susurra Greg.

—¿Qué?

—Con esa mirada de corderito perdido que tienes, me he dado cuenta de que tienes razón.

—¿Razón en que?

—En que lo que sea que está pasando contigo y—señala en dirección donde está Rain y su grupo—. Es ridículamente complicado. 


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Nota de la autora: ¡Wenas! ¿A que no esperaban verme tan pronto? Lo sé, igualadas, no lo nieguen. En fin, no me tienen fe jajajaja

F por las hamburguesas de Apolo. 

XAN, quiero abrazarte y apretarte esas mejillas sonrojadas. 

Yo cuando Gregory empezó a echar el chisme: Ahuevo, chismecito. ¿Qué opinan de él y Érica? ¿Hay esperanza? ¿O lo dejamos sufrir en la eternidad? 

VOLVIÓ EL MEME TIME, quiero agradecer a mi madre, a mi padre por este momento en el que por fin puedo actualizar seguido para poder hacer la sección de meme time: 

Y por último, esta canción siento que es tan A través de la lluvia:

Muakatela,

Ariana G. 

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