Soy otra mujer

By EasyCuteWat

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La alocada hermana gemela de Camila se había quedado embarazada para atrapar a un rico playboy. Pero su amant... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15

Final

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By EasyCuteWat

Camila decidió no tomar un avión en Nápoles sino un taxi hasta Roma. Compró el primer billete de avión que encontró para volver a Sidney. Cuando llegó, destrozada, se quedó durante una semana con Allyson, sin apenas salir de su habitación. Tenía los ojos rojos de tanto llorar y se estaba quedando cada día más delgada.

Cuando ya llevaba siete días en su casa, Allyson se sentó en la cama de Camila y frunció el ceño, preocupada. Su amiga siempre con una sonrisa y riendo cada dos por tres se encontraba desolada, triste y deprimida, siempre acostada. Su piel pálida y sus ojos opacos, sin ningún tipo de brillo de animación.

Odiaba verla de esa manera, tan deplorable.

—Vamos, Camila—Animó viéndola envolverse en las cobijas—No te quedes aquí tumbada. Ve y dile cómo te sientes—Tocó su hombro delgado sintiendo tanta pena por su amiga—En el periódico de ayer decían que ha vuelto a la ciudad.

—No puedo —Sollozó Camila encogiéndose, sintiendo las caricias de su amiga sobre su hombro.

—Sí que puedes—Insistió su amiga—La quieres a ella y quieres a Georgia. Ella necesita saberlo—La morena escuchaba el ruego de su amiga, pero ella no podía.

Al cerrar los ojos, cada maldita vez, veía el repudio en esos rencorosos ojos verdes, en momentos de silencios podia escuchar los gritos e insultos de la italiana contra ella. Escuchaba las mentirosas palabras de su hermana gemela y los llantos de Georgia.

—Ella me odia—Susurró sintiendo las lágrimas resbalar por sus mejillas y caer a la almohada que se había convertido en su acompañante después de Allyson.

—¿Cómo lo sabes? Tal vez las cosas hayan cambiado. ¿Quién sabe? Una buena dosis de Nadia quizá le haya abierto los ojos—Podía escuchar la ilusión y esperanza en su amiga, pero eso ya no funcionaba en Camila, ella ya había perdido la esperanza ante tanto odio que recibió.

—Es mi culpa, por no haberle dicho la verdad desde un principio. Tiene todo el derecho de estar enfadada. Se casó con la mujer que no era—Sus manos se envlvieron en las cobija, triste y enojada con ella misma.

—¡Vaya estupidez! —Exclamó Allyson  soltandola mientras se cruzaba de brazos, o eso pensaba al escuchar el moviendo brusco de su ropa—Si me pides mi opinión, se casó con lamujer que debía. Tú tienes todo lo que ella necesita. Eres leal y fiel y prefieres hacertedaño a ti misma antes que hacérselo a otra persona. ¿Qué más puede desear alguien en una pareja?—Allyson se encontraba tan indignada con lo sucedido y dicho por su deprimida amiga—Volteate, Mila, quiero verte la cara—Pidió haciéndose un poco más a la orilla para darle espacio a la morena para darse la vuelta.

El quejido de Camila la hizo sonreír, sin embargo, aún así la morena se volteó, aún bajo las cobijas, y la volteó a ver, y Allyson pudo ver el brillo en sus ojos que hacía días no veia.

—Quisiera poder decirle cómo me siento —Admitió Camila, con la emoción reflejada enla cara.

—Hazlo —Allyson se paró inmediatamente y tomo el teléfono más cercano para darselo en la mano, quien renuente lo tomo—Llamala y dile que quieres verla.

Camila se quedó mirando el teléfono durante un largo rato. Volteó a ver a su pequeña amiga y vio como señalaba el teléfono alentandola a llamarla.

—Vamos —Insistió Allyson, y al ver la incertidumbre de Camila, extendió la mano para tomar el teléfono—Dime su teléfono y yo lo marcaré por ti.

—No… no. Le llamo yo —Balbuceó Camila, tomando nuevamente el teléfono de las manos de Allyson, incorporándose en la cama para solo sentarse en la cama. 

Tomó el teléfono con las manos temblorosas.

—¡Muy bien! —Allyson le dirigió una sonrisa esperanzadora—Me marcho paraque llames tranquila. Buena suerte —Dijo en voz alta desde la puerta, había volado hacia ella que la morena solo parpadeo cuando ya la vio alla.

Camila le dirigió una tímida sonrisa a su amiga y empezó a marcar el número deteléfono. Acercó el teléfono a su oído y esperó, con el corazón acelerado mientras escuchaba el timbre del teléfono, sonaba una y otra vez. Empezó a perder la esperanza de que contestaran cuando sonó más de 3 veces, y estuvo por colgar antes de escuchar la voz de una mujer.

—¿Camila? —Contestó Lucía jadeante, como si hubiera corrido a contestar—¡Dio! ¿Dónde estás?, ¡Hemos estado tan preocupadas! Georgia no duerme y Lauren está…

—¿La niña está bien? —Preguntó entrecortadamente Camila, no queriendo escuchar por el momento absolutamente nada de Lauren y su típico odio.

—Echa de menos a su madre —Respondió Lucía con tristeza.

—¿Dónde está Nadia?—Se levantó de la cama de golpe, preocupada por la desaparición de su gemela y la soledad de Georgia.

—A esa madre no… a ti—Señaló la ama de llaves, haciendo que Camila sintiera culpabilidad por el dolor de su sobrina—Tu hermana agarró el dinero y se marchó —Explicó Lucía  indignada.

—¿Qué dinero?—Frunció el ceño Camila.

—El dinero que pidió a cambio de Georgia —Le informó Lucía.

—Y… ¿Lauren? ¿Cómo… cómo está? —Interrogó Camila con los ojos cerrados

—Está enfadada.

—Ya lo sé —Camila se mordisqueó el labio—Ella no tiene la culpa.

—¿Dónde estás? —Cambió el tema, Lucía—Ella querrá verte.

—Me dijo que no quería verme nunca más.

—Eso era entonces—Bufó la ama de llaves— Ahora es distinto. Ven esta noche. Me llevaré a Georgia a mi casa para que ustedes dos puedan arreglar las cosas.

—No sé si se pueden arreglar—Replicó la morena pesimista.

—Simplemente ven, Camila. Es aquí donde debes estar.

----

Habían pasado horas desde la llamada de Lucía, estaba indecisa, pero finalmente decidió ir a la casa de Jauregui. No tendría otra oportunidad y se lamentaría el no haber ido en un futuro. Se excusaba que lo hacía por Georgia, pero la verdad es que también extrañaba miserablemente a la Lauren.

Así que horas después, Camila estaba sentada en el sofá en la casa de Lauren, estando con los nervios a tope, pero su corazón dio un vuelco cuando oyó que su coche llegaba.

Anteriormente, había estado una hora con Georgia antes de que Lucía se la llevara con ella asu casa. Cuando oyó que se abría la puerta del salón, se levantó nerviosa al instante que vio a la italiana entrar.

Ambas se quedaron viendo, con los ojos sorprendidos. Lauren se quedó paralizada cuando vio a Camila, su mirada vagó por todo su cuerpo, sin ningún tipo de sexualidad, solamente la analizaba, regresó su vista a su cara. Su piel normalmente pálida, palideció aún más cuando terminó de analizarla. Su boca se abrió y cerro un par de veces sin encontrar que decir, parecía un pez fuera del agua, pero Camila temía verse igual o peor que ella.

—¿Camila? —Preguntó finalmente, acercándose a ella con tanta lentitud y torpez que la morena no creía que esa mujer era Lauren Jauregui, la mujer segura de sí misma—¿Eres tú?

—Sí, soy yo—Respondió en voz baja, nerviosa de recibir una mala contestación.

—No estaba segura…—Lauren se revolvió su largo y negro cabello, nerviosamente—Esperaba a tu hermana. Ha llamado hoy, pidiendo más dinero—Balbuceó nerviosa, causando una impresión en la morena pero rápidamente se compuso al escuchar lo de su hermana.

—¿Qué le has dicho?—Frunció el ceño viendo a Lauren tragar saliva.

—No puedo decir mucho hasta que los papeles de la adopción estén en regla—Contestó Lauren mirándola fugazmente.

—¿Te está permitiendo adoptar a Georgia?—Camila la miró horrorizada.

—Sí, por un precio, desde luego.

—Desde luego—Rodó los ojos, su hermana era tan predecible.

—¿Por qué estás aquí? —Preguntó Lauren, mirándola de nuevo.

—Quería ver a Georgia—Admitió una parte de la verdad.

—¿Eso es todo? —Lauren sostuvo la mirada de la morena durante unos interminables segundos, anhelando escuchar su nombre en los labios de mujer.

—No —Camila respiró profundamente—Quería verte a ti también.

—¿Por qué? —Inquirió como si creyera que ella también le iba a pedir dinero.

—Quería decirte que siento lo que hice. Pensaba que estaba haciendo lo mejor para Georgia pero… ahora me doy cuenta de lo equivocada que estaba—Expulsó aire nerviosamente ante la penetrante mirada verde—Pensaba que me la ibas a quitar, pero ahora sé que no eres esa persona dura que aparentas ser—Eres… —Tuvo que parar unos instantes, sino caería en sollozos, lamentablemente no era una mujer tan fuerte como su hermana—Eres una de las personas más maravillosas que jamás he conocido.

La ojiverde soltó aire, tan emocionada que sintió las lágrimas escaparse de sus ojos, rápidamente subió sus manos y se limpio las lágrimas bajo la sorprendida mirada de camila.

—Tú... tú eres la madre de Georgia de una manera que tu hermana nunca podrá ser—Habló Lauren emocionada, con la voz forzada para no quebrarse aún más—No debí hablarte de la manera en que lo hice. Estaba tan enfadada—Sus labios temblaban mientras hablaba, frustrada con ella misma por la traición de su cuerpo que dejaba liberar sus lágrimas, limpiaba cada una de ellas mientras hablaba—Por cómo me habías engañado, que no me paré a pensar en... en lo que hastenido que sacrificar para proteger a Georgia de Nadia—Finalmente dejo soltar un sollozó que hizo abrir ampliamente los ojos a Camila, que escuchaba y veía todo con impacto.

—¿Qué… qué quieres decir?—Su voz quebrada de igual manera, mientras veía a Lauren mirar el techo respirando profundamente, tranquilizando su leve llanto.

La italiana se tardó un par de segundos en tranquilizarse, con una inhalación bajo la mirada a Camila, y soltó el aire antes de contestar.

—Te entregaste a mí—Habló con voz ronquecina—No tenía ni idea de lo que estabas haciendo en aquel momento. Simplemente pensé que habías tenido un parto difícil, jamás pensé que fueras virgen.

Camila se enrojeció y miró hacia otro lado rápidamente, avergonzada por lo dicho por Lauren.

—No, no, no—Lauren se acercó a ella y la abrazó—No me escondas más la verdad. Te entregaste a mí y quiero saber por qué.

—Yo… —Camila apartó su mirada de la de Lauren—No lo pude evitar. Nunca antes Me había sentido así. Creo que me enamoré de ti aquel primer día que fuiste a mipiso—Admitió en voz baja.

—He sido tan injusta contigo de una manera tan detestable. ¿Cómo puedes amarme?—El cuerpo de la ojiverde temblaba mientras la abrazaba fuertemente, su cabeza escondiendose en el cuello de Camila, al no ser mucho más alta que ella.

—Simplemente te amo. No hay ninguna razón. Simplemente te amo—Suspiró recargando su cabeza en su hombro, no dejando ni un solo espacio en ella.

—No me puedo creer lo que estoy oyendo—Si fue posible, la apretó aún más contra su cuerpo—¿Quieres decir que me perdonas lo quete dije?—Preguntó Lauren atormentada, cerrando fuertemente los ojos, apreciando cada segundo de ese fuerte abrazo.

—Estabas enfadada—Susurró Camila.

—No sólo enfadada—Admitió arrepentida, separándose solo unos instantes para ver su rostro, sus manos tomando su rostro con temor a que Camila solo fuera una de sus miles de alucinaciones—¡Estaba tan herida! Te imaginaba riéndote a mis espaldas por cómo me habías engañado—Con tanta delicadeza junto sus frentes, sus manos acariciando sus mejillas.

—¿Creía que dijiste que nunca permitirías que te hicieran daño?—Su voz entrecortada por la cercanía y el cariño que recibía.

—No eres la única que puede mentir. Claro que me hiciste daño—Su frente cayó hacie el delgado hombro de la morena, sus manos deslizandose hasta volverla a abrazar—Me había
enamorado de ti a pesar de pensar que eras como tu hermana; a veces te comportabas como ella.

—¿Y aun así te enamoraste de mí?—Camila estaba atónita, mientras abrazaba a la encogida Lauren contra ella.

—¿Cómo no me iba a enamorar de ti?—Preguntó—Eras siempre tan cariñosa con Georgia y te portabas conmigo maravillosamente. Suspiraba por ti día y noche y, mientras que me odiaba a mí misma por ser tan débil, no podía evitar tocarte —Admitió Lauren, subiendo levemente su cabeza para esconderla en su cuello una vez más, sintiendo a Camila abrazarla fuertemente.

—No me puedo creer que me quieras de regreso —Suspiró Camila, recargando su cabeza en el hombro cerca de ella.

—Pues será mejor que te lo creas—Advirtió casi refunfuñando, cosa que causó una sonrisa en Camila—Me he vuelto loca tratando de encontrarte. No he comido ni dormido durante días—Confesó antes de inhalar el olor que había extrañado con el alma.

—Yo tampoco. Te he echado tanto de menos —Camila le sonrió, cosa que Lauren no pudo ver pero si sentir cuando habló.

—He estado tumbada despierta en la cama, angustiándome por el modo en que te insulté—Expulsó aire, tan molesta con ella misma por ser tan idiota y cabezota—Eres la persona más maravillosa que conozco y he sido una tonta en no darme cuenta desde un principio—Se recriminó Lauren muy seriamente.

—No seas tan dura contigo—Suspiró separándose un poco de ella, obligando a la italiana a verla a la cara, sus ojos verdes rojizos por el llanto de hace unos minutos—Yo fui la que me equivoqué. Te debería de haber dicho la verdad desde el principio.

—Yo te incité a actuar de esa forma, cara —Replicó Lauren con arrepentimiento, mirando con tristeza el rostro delgado de la morena, aún más delgado que cuando la había conocido—Me doy cuenta ahora. No permití que me demostraras cómo eras...

—Pero eso ya es el pasado —Cortó Camila detuviendo a la italiana—Nos tenemos la una a la otra, y tenemos a Georgia con nosotras.

—Pero tú has perdido tantas cosas —Volvió a decir Lauren, de nuevo muy seria y arrepentida—Una boda por la iglesia, y una luna de miel. No sé cómo voy a ser capaz de empezar a recuperar esas cosas para ti.

—No me importa tanto la boda como la luna de miel—Rio suavemente haciendo, sorprendentemente, sonrojar a la italiana—¿Cuándo nos podemos ir?—Camila sonrió y se acurrucó en Lauren.

—¿Qué te parece si nos vamos ahora mismo? —Preguntó Lauren sonriendo.

Sus mejillas sonrojadas con alegría, y al recibir asentimiento de la morena, soltó un chillido que hizo carcajear a la morena, y no dudo en levantar a Camila e sus brazos, dándole vueltas con alegría mientras la morena reía con ella.

Fin
****

Espero les haya gustado está adaptación, si hay algún error me gustaría que me dijeran, que de vez en cuando se me va.

También decidí no poner que era una adaptación en la descripción de la historia porque he leído que son más suceptibles a borrarlas de esa manera, por lo cual no me quiero arriesgar. Esta historia es una adaptación de la historia soy otra mujer, Melanie Milburne.

Nos vemos en la próxima, que tengan un maravilloso fin de semana. 🥰

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