·𝑬𝒎𝒑𝒂𝒕𝒉𝒚 & 𝑰𝒍𝒍𝒖𝒔�...

Por lagatanegra03

2.7K 436 2.9K

Escrita junto con @anfitriteytalasa ✿.。.:* ☆:**:. Fanfic Fate: The Winx Saga .:**:.☆*.:。.✿ Alphea, el interna... Más

●Cast de personajes●
💜🧚🏻‍♀️💚 PREMIOS 💚🧚🏻‍♀️💜
Capítulo 2: Hada del engaño
Capítulo 3: Lío de habitaciones
Capítulo 4: El hipotético rubio
Capítulo 5: ¿Has tenido un mal día?
Capítulo 6: Meteduras de pata
Capítulo 7: Temperamento explosivo
Capítulo 8: Habilidades sociales
Capítulo 9: Cobarde, capullo e insoportable puercoespín
Capítulo 10: Exnovias y futuras novias
Capítulo 11: Encuentros fortuitos, los Haaly y una nueva amenaza
Capítulo 12: Una mañana catastrófica
Capítulo 13: Las comparaciones son odiosas
Capítulo 14: La cólera del hada verde
Capítulo 15: La fuerza de la mente y del cuerpo
MUSA
Capítulo 16: El estratega
Capítulo 17: Los celos del traidor
Capítulo 18: Susurros tras la puerta
Capítulo 19: Presentimientos y champú de coco
Capítulo 20: Espiando conversaciones y enfrentando monstruos
Capítulo 21: Los poderes de Melody

Capítulo 1: El chico de los cuchillos

344 38 171
Por lagatanegra03

Alphea, escuela de hadas y de especialistas, aquí estoy y vengo para quedarme. Suelto mi maleta y sonrío muy contenta al exterior de la escuela de tejados azules y paredes de piedra antigua. Enorme, imponente, elegante y cargado de un aura mágica. Algunas personas se quedan cerca mía apreciando el edificio con admiración y algunos con temor. Yo tengo una mezcla de las dos y una pizquita de emoción por esta nueva etapa.

Llevó años, muchos años deseando venir. Mis dos hermanos mayores, Pitt y Brandon, son los primeros que me han calentado las orejas desde que entraron. Que si se hacen unas fiestas tremendas, que si son unas leyendas en la escuela por lo bien que pelean, que si el lugar es maravilloso y los profesores son muy agradables. A mí me extraña que alcohol y espada vayan bien juntas pero, salvo algunos casos aislados, han sido alumnos ejemplares del internado que lleva desde tiempos inmemoriales enseñando a hadas y a especialistas para ser parte de una comunidad mejor y del cual ahora es mi tiempo para aprender a controlar mis poderes. Yo soy una hada, no una especialista pero no soy una hada de tierra sino que sigo la línea empática de la que se salió mi querida madre. Empatía, eso es lo mío.

Vivo con esos dos a los que llamo hermanos por no decirles otras cosas menos agradables y con mis padres en Linphea, un reino cercano a la escuela. Desde luego somos una familia especialita. Mis padres son ambos hadas de la tierra, de ahí que nuestra casa esté rodeada de naturaleza (y dentro también) y cerca haya una gran selva amazónica en la que nunca jamás he entrado ni entraré. Siempre he sabido que no encajaba en ese reino y he tenido la suerte de que mis hermanos son tan ovejas negras como yo...aunque entonces ya no seríamos ovejas negras porque los tres hemos salido mal.

Camino pensativa hasta un banquito y coloco la maleta a mi izquierda. Echaré de menos a mi familia porque les quiero mucho pero siento que esto va a ser un soplo de aire fresco para mí y por fin voy a encontrar mi lugar. Que ya no voy a ser la rara y conmigo tengo la suerte de que venga Ellie, mi amiga desde que tengo memoria del reino de Linphea. Es la única a la que puedo contar mis cosas en confianza y saber seguro que las guardara a pesar de lo mucho que la gente, en general, desconfía de ella. Es un hada especial y que el hecho de cómo la trata la gente la ha cambiado ligeramente a cómo era cuando era pequeña. Para mí es una amiga perfecta: buena, leal y valiente.

Un momento, para cabeza de mostrarme recuerdos y ubícate en el presente. ¿Acaso no había quedado en la entrada con ella? Llamo a mi amiga pero no responde. Maravilloso, seguro que lo tiene apagado o en silencio. ¿Qué hago ahora? Quizás no haya llegado...o sí, no lo sé porque no contesta. Echo un vistazo a mi alrededor, a las personas que tengo cerca con sonante nerviosismo y no veo a ninguna morena alta. También quedé con mi prima Musa en la misma zona. No veo sus dos moñetes por ningún lado. ¡Menudo par de despistadas!

Me levanto y deambulo por el patio del lugar sin saber adónde ir. Al fin y al cabo, solo estuve una o dos veces cuando era pequeña. La escuela de hadas y la de los especialistas no ha cambiado en el exterior, seguro que en el interior sí. ¿Quizás Musa o Ellie o las dos estén allí dentro? ¿Me atreveré a entrar sola?

Les dije que en la entrada, yo estoy en la entrada. ¿Por qué no están en la entrada? Con un gruñido vuelvo a marcar el número de Musa, por si hay suerte y decide contestar. El móvil da tono pero no lo descuelga. Estará sumida en las canciones que esté escuchando...como siempre. A Ellie ni me molesto, sé que si no ha contestado es que está en silencio. La conozco demasiado bien.

Miro de un lado a otro mientras camino entre la agitada multitud en busca del cabello ondulado y castaño oscuro de mi amiga. Algunos se toman fotos juntos, otros charlan a gritos que revientan tímpanos y luego estoy yo, caminando con mi maleta bolsa morada y notando cómo los rayos de sol queman poco a poco los poros de mi cara.

—¡Por todas las hadas, Ellie! ¿No había otro momento para desaparecer? —resoplo cansada y un tanto asustada.

Me retiro hasta un lugar a la sombra y miro la pantalla de mi teléfono angustiada. Ni rastro de Ellie ni de Musa. No me puedo rendir eso está claro, pero para ello tengo que seguir buscando y enfrentarme al brillante sol. Salgo de mi pequeño escondrijo donde no había mucha gente y voy hacia la entrada de nuevo, evitando los círculos de amigos histriónicos y queriendo llamar la atención.

De nuevo, nada. Me muerdo el labio con fuerza y dejo mi maleta aparcada un momento. Chica con coleta de ropas llamativas, no. Chica pelirroja con pinta de perdida como yo, no. Chica con trenzas y de piel morena con camiseta azul, no tampoco. Me da algo de vergüenza pedir ayuda pero tarde o temprano tendré que pedirla.

Agarro el asa de mi maleta y camino unos pasos hacia atrás para tomar perspectiva de la enorme zona. Me pongo de puntillas pero me hace daño así que regreso la planta de los pies a la dura piedra del camino. De repente, siento que algo roza mi pelo en la zona izquierda. Veo asomando por ahí el filo de un cuchillo negro y afilado que bien ha podido cortarme unos pocos pelos.

Con sorpresa, me doy la vuelta y, retirando el cuchillo de mi cabello ágilmente, se encuentra un chico de ojos azules pequeños, pelo castaño oscuro y despeinado y ropa negra y ancha. Es un poco más alto que yo y me observa con una sonrisa burlona, jugueteando con el cuchillo hasta guardarlo en el interior de su chaqueta negra con capucha gris. Tiene una mirada tan intensa que hace que, por un segundo, no sepa qué hacer. Rápidamente se me pasa y puedo quejarme.

—Oye, ¿pero qué te he hecho? —suelto indignada y con una mueca de desagrado.

—Bueno perdona, hada, pero eras tú la que no miraba —me responde con las manos en los bolsillos y sin dejar de mirarme a los ojos.

—¿Y tú qué? —le inquiero entrecerrando los ojos—. Si tú mirabas tan atentamente podías haberme evitado y, sin embargo, casi me clavas un cuchillo en la cabeza.

—Te has puesto en medio, no te podía evitar —me reprocha elevando los ojos al cielo.

—Déjalo, no me apetece discutir. Mantén tus cuchillos y tus manos torpes lejos de mí, por favor —me recoloco mi cabello con las manos. Primer día, no quiero tensiones. He venido a aprender y a conocer gente. Además el chaval aparenta ser más mayor que yo y si quiere, puede ponerme en ridículo en menos de lo que se dice Linphea—. Adiós.

Echo a andar con la cabeza gacha e intentando olvidar la humillación de no poder ni saber contestarle adecuadamente. Normalmente cuando alguien venía con esos alces de superioridad y chulescos era Ellie quien me ayudaba a lidiar con ellos callándoles la boca con su agudeza mental. Por ello, ahora prefiero poner distancia. Soy algo cobarde en esos aspectos, lo reconozco. Y tampoco tengo la perspicacia de mi amiga...soy un poco desastre.

—¿Estás perdida? —el chico de las narices camina a mi lado. Resulta ser que quiere seguir molestándome.

—Sí —le contesto sincera. Tampoco le voy a mentir y es bastante evidente mi situación. Me aparto suavemente una gotita de sudor de mi frente. Hace calor, demasiado para mi gusto—. No encuentro a mis amigas —digo escuetamente. Me freno y le miro con curiosidad. Él para también y arruga el ceño. Es mayor por lo que quizás sepa quién es mi prima aunque ambas seamos de primer año. Me arriesgaré— ¿Sabes quién es Musa?

El chico se cruza de brazos y tarda unos segundos en responder.

—Hmm...Musa. ¿Es una rubia, con ojos verdes y un cuerpazo flipante?

Sabía que no debía haberle preguntado. Soy idiota, siempre confío en los estúpidos. Inocente...Se está burlando en mi cara.

—Eh, no —murmuro. Me muerdo la lengua para no mandarle a paseo—. No tengo tiempo para que un chulo loco por los cuchillos me vacile. Haz como que no me has visto y no hemos hablado. Adiós, otra vez.

Reinició mi marcha con enfado y evitando que salgan lágrimas de impotencia de mis ojos. Escucho sus pasos de nuevo a mi lado y le miro con furia. ¿Por qué no me deja en paz?

—¡Oh, venga! —exclama él caminando detrás de mí—. Era una broma, para romper el hielo. Me ofrezco a ayudarte, de verdad —y suena sincero, pero ya no le creo.

—Ajá —digo poco convencida y girando mi cabeza en busca de mi prima. Será muy guapo pero es un completo inútil.

—Descríbemela —no abro la boca y sigo caminando, a ver si le pierdo de vista—. Descríbemela —insiste alzando la voz—, llevo dos horas dando vueltas solo por el sitio y he visto a bastante gente. ¡Venga chica de pelo multicolor!

Refunfuño aunque no me escucha decir que mi pelo no es multicolor. Bueno sí, tiene reflejos morados porque he hecho experimentos con tintes y demás. Tengo tonos morados oscuros, magentas en algunos mechones y lila claro pero en sí, mi cabello es oscuro. Solo es que, a la luz del sol, brillan y se pueden apreciar. He dejado descansar mi cabello por unos meses para no estropeármelo y poder continuar tiñéndome.

Le devuelvo la mirada y veo que en su rostro se ha suavizado el gesto de chulería y altivez. Parece sincero y preocupado, ¿me fío? Se acerca unos pasos hacia el lugar donde me he parado y yo suspiro. Espero no arrepentirme porque si me la vuelve a liar, se lo haré pasar mal. Creo que lo ha notado en mi mirada y me lanza una pequeña sonrisita.

—Pelo castaño —comienzo a describir a mi prima con pasmosa rapidez para que el arrepentimiento no llegara a mí y él escucha atentamente—, normalmente lo lleva en dos moños. Ojos marrón claro, de mi estatura y que va...no sé qué ropa llevará pero seguro que no es llamativa como algunos modelitos que vi por aquí —recuerdo un detalle importante y lo añado—. Siempre lleva unos grandes cascos negros.

El chico, del que todavía no sé ni su nombre, se queda pensativo y mirando alrededor. Bajo la vista al suelo. Por dentro estoy aliviada, no me han vuelto a tomar el pelo y no me ha hecho falta usar mi don.

—¿Tiene la misma mirada de perdida en el mundo que tú cuando te he encontrado y una maleta azul? —pregunta con una mueca.

Observa un punto detrás de mí. Me giro pero sigo sin ubicar a mi prima, él agarra mi mentón y de manera tosca me guía a mirar ligeramente a la derecha. Ahí está Musa, apoyada en el asa de la maleta azul con el codo, revisando absorta la pantalla de su teléfono. Levanta su cabeza de golpe y preocupada se pone a buscar a alguien. Nuestras miradas por fin coinciden y sonreímos al mismo tiempo.

Olvidando al chico de ojos azules, me apresuro a correr hasta mi prima quien abre los brazos nada más verme y yo suelto la maleta de golpe. Nos fundimos en un fuerte abrazo que nos deja casi sin respiración. Al separarnos nos reímos suavemente.

Hacía casi más de dos meses que no la veía. Videollamada por el móvil cada semana era nuestra religión pero no tiene punto de comparación el tenerla a mi lado que verla por una pequeña pantalla. El hecho de que ya he encontrado a una de las dos personas que tenía que localizar y que ya no estoy sola en mi primer día en Alphea me alegra bastante también.

—¿Para qué quieres un móvil si te llamo y no contestas? —le reprocho a Musa poniendo un puchero triste. Ella suelta una pequeña risa y se quita los cascos de los oídos.

—Lo siento, ya sabes que entre tanta gente necesito aislarme un poco —se disculpa. Niego con la cabeza y la sonrío—. No volverá a pasar, tranquila. ¿Has llegado bien, no? —asiento levemente— ¡Bienvenida a Alphea, prima!

—Ya da igual, ya no estoy sola —digo en tono alegre tomando su mano.

—Bueno, no estabas sola —me mira con las cejas levantadas ligeramente y una sonrisilla. Señala con un gesto de la cabeza a alguien detrás de mí y veo que el chico que me ayudó se acerca. Se planta a mi lado tranquilamente y saluda con un movimiento de cabeza a Musa—. ¿Quién es él?

—Riven, me llamo Riven —contesta él pero me mira a mí y no a mi prima. Mejor, porque no sabía su nombre—. De nada por encontrar a tu amiga.

—¡Gracias, chico de los cuchillos! —le agradezco sincera.

Con la emoción de volver a estar con Musa se me ha pasado el enfado con Riven. Ahora que lo sé, me gusta su nombre la verdad. Le dedico una dulce sonrisa y doy un pequeño saltito contenta. Recojo la maleta del suelo dando unos manotazos a la parte trasera ya que, al haberla tirado como una pelota, se ha ensuciado. Cuando vuelvo me doy cuenta de que Riven me observa con una mezcla de diversión y confusión. 

Por lo general, la impresión que doy a la gente es de chica simpática, alegre y que sabe trasmitir esa alegría. Precisamente ese es mi poder, trasmitir lo que siento pero solo sé hacerlo a través del tacto por el momento...quizás por eso esté contento, porque al tocarme en la barbilla le trasmití mi felicidad por volver a ver a Musa. Suelo hacerlo inconscientemente y eso, en ocasiones, es peligroso.

También puedo absorber un sentimiento aunque se me da un poco mal y me cansa bastante más. El caso es que él me ha sacado de mis casillas y obviamente no siempre se puede estar feliz y contenta, pero los enfados se me pasan rápido y no guardo rencor.

—¿Chico de los cuchillos? —pregunta Musa divertida—. Melody, ¿qué me he perdido?

—¡Ah, Melody! Bonito nombre —menciona Riven. Niego con la cabeza, seguro que lo dice de broma. No para de sonreír y ahora tengo miedo de haberle trasmitido demasiada alegría.

—Perdido lo único que hay es una persona. Su nombre es Ellie y nunca ha pisado este lugar en su vida —digo mordiéndome el interior del labio. Musa se ríe y me contagia su risa—. Tenemos que ir a buscarla.

—Me parece haber visto su cara de odio contra el mundo y su largo pelo por ahí. Estaba hablando con una compañera de cuarto —pensativa se pone un momento los cascos y se los vuelve a quitar poco después, dedicándome una pequeña sonrisa.

Menudo rollo de empatía. Musa tiene la peor parte de la rama de esta magia, a mi parecer. Ella siente todo lo que los demás sientan en ese momento aunque no quiera, ese es su don...o maldición según se vea. Debe estar agobiándose con tantos sentimientos de adolescentes pululando por el inicio de curso. Tengo que sacarla de aquí rápido.

—¿Ya sabes cómo nos han dividido? —inquiero curiosa. Ella asiente y me enseña en su móvil una especie de cuadrante donde hay muchos nombres—. Mierda, me han separado de Ellie —gruño poco contenta con esa decisión. Tampoco creo que le haga gracia teniendo en cuenta lo poco que le gusta hacer amistades—. Voy con una tal Stella...

—Yo voy con una que se llama Terra —dice Musa, se encoge de hombros y no vuelve a hablar. Supongo que no le hará gracia como a mí el estar separadas.

—Te ayudaría encantado a encontrar más personas que solo tú no ves, Melody, pero me espera mi amigo —comenta Riven sonriendo de lado. Echa a andar hacia atrás y me entran ganas de reír. La verdad que sí que estoy un poco ciega para no haber visto a Musa teniéndola casi en las narices. Ninguna masa de gente la ocultaba—. Eres extraña, pelo multicolor —menea el dedo índice señalándome. Eso me hace sonreír.

—Tú sí que sabes halagar a una chica —elevo los ojos al cielo pero realmente me divierte el chico. No tengo tanta queja de él, solo es malo iniciando conversaciones.

—Te podría decir otras cosas buenas —sugiere él. Frena sus pasos—. Es más, otro día que no me pilles ocupado y nos veamos te las puedo enumerar —me mira de arriba abajo y me guiña un ojo. 

Suelto una carcajada ante su descaro y le saco el dedo corazón. Él se gira con esa sonrisa traviesa que se me ha quedado grabada en la mente dirección a la chica pelirroja que vi antes y a un chico rubio que parecía un mismísimo hada celestial. Pasos chulescos como quien se cree alguien importante para interrumpir la conversación de esos dos.

—Le gustas —canturrea Musa. Ella comienza a caminar dirección a la escuela y la sigo.

—¿Es un especialista, no?

Ignoro su comentario anterior porque sé perfectamente que lo dice de broma. No puede gustarle una chica a la que acaba de conocer y además le dice que es extraña, un bicho raro. No es la primera vez que me lo dicen y no me importa porque es verdad pero no suelo gustar al primer instante...En realidad, nunca le he gustado a alguien que yo sepa. Nadie nunca se me ha declarado, no es algo que me disguste en exceso pero sí que hubiera sido bonito que alguien se atreviera a pedirme salir. Si lo tengo que hacer yo, me muero de la vergüenza. Tengo clara una cosa: no soy su tipo, los bichos estoy segura de que no le gustan. Deduzco por su aspecto que quiere una chica mala, como él, sino es que ya tiene novia y estoy aquí haciendo mis propios cuentos.

—Sí, de segundo año me parece si se junta con ese chaval rubio—escucho que contesta Musa. Muevo la cabeza para despejar los pensamientos sobre el de ojos azules mientras a ella se le escapa un bostezo. Se tapa la boca con la mano con pereza—. Veamos nuestras habitaciones, prima. Tengo la sensación de que nos espera un intenso año aquí.

—Y Ellie perdida o con su compañera —recuerdo. Entro con Musa por las enormes puertas de madera de la escuela de hadas pensando en cómo estará la morena.

No me gusta mucho que este primer día haya empezado así y no haber ido con ella para poder charlar y criticar a las ruidosas chicas que dan la nota para llamar la atención a los especialistas. Me doy la vuelta curiosa, a lo lejos veo a Riven abrazándose con el chico rubio y riéndose. Eso me hace sonreír, es un poco estúpido pero no parece mala gente. Dudo que me lo vuelva a encontrar en esta pedazo de escuela y que se acuerde de mí...Siempre será mejor así, para que no me lance más cuchillos a la cabeza de nuevo.


¡PRIMER CAPÍTULO PUBLICADO! Llevamos anfitriteytalasa y yo trabajando en este proyecto este verano poquito a poco, a raíz de la bonita amistad que hemos creado. Hoy, 16 de septiembre, se estrena la segunda temporada de la serie en la que se basa este fan-fic. No esperéis que todo sea igual que ocurre en la serie, principalmente por los principales intereses amorosos que hay. Si sois fan de la Saga Winx lo entenderéis, si no, sois bienvenidas a este mundo. ¡Hemos conseguido que RM_Brown la vea y se haga fan como nosotras!

¡Agradecemos las dos, Mar y yo, cualquier comentario constructivo y os animamos a veros a la serie y a leer nuestra historia! ¡PROMETEMOS: CHISME, AMOR, AMISTAD, ENGAÑOS, PELIGROS, MAGIA Y PERSONAJES A LOS QUE COGER CARIÑO!

💚💜💚💜


Seguir leyendo

También te gustarán

1.5M 135K 41
¡Está historia ya no está disponible para su adaptación!. →Dónde Jungkook es el padrastro de Jimin y descubre que Jimin tiene OnlyFans← - Quiero que...
259K 32.3K 55
En la Iglesia de Moscú, se encuentra Max Verstappen jurando venganza hacia su amado Daniel, jurando tomar lo mas sagrado para el agente Hamilton, jur...
513K 52.6K 132
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...