Terraria Girls: La Aventura

By NicoletteMaire

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Despertando en una tierra nueva y extraña, un joven tratará de hacer una nueva vida mientras intenta descubri... More

La Zoóloga. Corrupción e Investigación
Devoradores de Almas. Un camino oscuro.
Arañas de cuevas y La Estilista
Cuando cae la noche...
Expedición a: Las cuevas de las Hormigas León
Re-Encuentros, Luna de Sangre
Selene, La Olvidada
El Ojo de Cthulhu
La última Druida y los secretos de la vida eterna
Reviviendo el Gran Árbol (+18)
El Devorador de Mundos
Viaje al centro de la Jungla
La Ninfa, y luego - La Reina Abeja

Un amanecer como cualquier otro en un mundo diferente

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By NicoletteMaire

Hay cierta belleza en el estado en el que nuestras mentes se encuentran al recién despertar. Creo recordar que fue el escritor francés Paul Valéry que escribió ese poema comparando el silencio del estado en el que estamos al despertar con la inconsciencia de estar vivos. Efectivamente, al despertar estamos en el umbral de regresar a la existencia, en el que no podemos decir que estamos conscientes de existir.

Los pájaros cantaban, el aire hacía sacudir suavemente los árboles y las hojas se sacudían entre sí. El sol golpeaba mi rostro, e instintivamente, volteé mi cabeza para cubrir mis ojos de sus rayos y girar mi almohada al lado frío. En su lugar, mi rostro fue acariciado por césped bañado por el rocío de la mañana.

Solo un pequeño problema.
YO NO VIVO EN EL BOSQUE.

Me levanté rápidamente. No estaba en mi cama. Estaba en medio de un claro en el bosque. El pánico iba creciendo en mi interior, porque no tenía la más mínima idea de dónde estaba.
Me pellizqué un par de veces y puse la palma de mi mano en mi mejilla. Se sentía demasiado realista como para estar en un sueño. Pero, ¿Dónde demonios estoy?

Me puse de pie y miré a mi alrededor. Los rayos del sol caían suavemente sobre mi piel, el viento era fresco y era un día agradable. No sé cómo llegué aquí, pero era un sitio bastante pintoresco. Debería...- Ah, por allí hay una persona. No sé si me haya visto, voy a llamar su atención.

- Em... ¡Hola! ¡Disculpa! ¿Me puedes ayudar? - Dije, en mi tono más amigable posible. Levanté mi brazo y lo agité para que vea en dónde estoy.

Alzó el brazo y me respondió el saludo, entonces corrió hacia mí. Tenía una sonrisa bastante grande en el rostro. - ¡Wow! ¡No puedo creer que realmente estés aquí! ¡Es realmente un honor! - Me hablaba como si me conociera de toda la vida, y yo no sabía quién era este tipo. Era un chico joven, tal vez de mi edad, quizás un poco mayor. Su cabello era castaño claro, quizás un poco de pelirrojo. No lo sé, no sé mucho de colores. - Ya que finalmente estás aquí, nos podemos poner manos a la obra... No tienes ni idea de lo mucho que esperé este día, ¡estudié tanto! - Estiró su mano hacia mí, ofreciéndome un apretón de manos.

Ahora, yo estaba allí parado y quieto como un árbol, con la cara un poco de idiota y confusión. Reaccioné un par de segundos después, estrechando su mano. - Heyyy... Discúlpame, pero, eh... esto sonará un poco grosero, pero... ¿Quién eres? - Agh, qué nervios

- Ah, ¿Dónde están mis modales? Perdóname, es mi primera vez haciendo esto, ¡jaja! - Soltó una risita. No sé quién es, pero al menos es bastante agradable. - La verdad es que no nos habíamos visto antes. Mi nombre es Dylan, y soy el Guía encargado de ayudarte en tu viaje.

Ahh, así que un viaje... Claro, por eso debo estar aquí... Um, ¿por qué no puedo recordar nada acerca de este "viaje"? ... - Heyy, Dylan. Mi nombre es- Uh- Mi nombre es... *Ejem* Yo me llamo- Yo soy- ... - Vamos, pedazo de tarado, sé que estás nervioso, pero ¡dile tu nombre y ya! - ... ¿Qué...? ... Disculpa, pero parece que no puedo recordar mi nomb-...
Ay por el amor de dios, no puedo recordar nada.

Esto no está bien.
Esto no está para nada bien.

- ¡Ah, no te preocupes por eso! - Agregó Dylan con un tono de voz bastante alegre. - Me han dicho que es normal, ya que te han invocado aquí.

- La verdad no creo qu- Espera, ¿Qué dijiste? ¿Quién me trajo aquí? ¿Por qué?

- ¡Es que eres el héroe de la leyenda! El continente de Terraria se encuentra en un peligro grave, solo tú puedes salvarnos a todos, y yo - Se apuntó a sí mismo bastante animado - Yo, soy el guía asignado para ayudarte en tu viaje, ¿Es muy genial, cierto?

Así que, ahí estaba él. Con una gran sonrisa. Acababa de decirme que se supone que yo soy un héroe destinado a salvar el mundo.

- No amigo, yo me quiero ir a mi casa. No tengo tiempo para gente loc- Me detuve un momento para pensar en lo que decir. - Creo que te has debido de confundir de persona. - Sí, eso está mejor. A la gente loca lo mejor es darle la razón, pero al mismo tiempo ser asertivo y decirles que no tienes nada que ver. - Así que, si, um... Si me podrías decir dónde está la... ciudad, pueblo, asentamiento más cercano, estaría muy agradecido. - "Tal vez una vez esté dentro de la ciudad, alguien me reconocerá o mi memoria volverá. Eventualmente". Eso es lo que pensaba en ese momento. Y también quería alejarme del loquito.

- Oh, ¿Quieres explorar ya? ¡Esa es la actitud! Toma, te hará falta - Me entregó una mochila. Bastante espaciosa, de hecho. Tenía dentro una espada, un pico y un hacha. Todos de cobre- Y no te preocupes por cosas tan insignificantes como "memoria perdida", ¡estoy seguro de que pronto te acostumbrarás a tu papel en el mundo!

- Ajá... - Lo miré, estupefacto. ¿De verdad se cree eso de que estoy aquí para una profecía? No hermano, yo solo quiero irme a casa. Si pudiera- Recordar dónde está "casa". - Mira amigo- em, Dylan. Aprecio tu entusiasmo y... pareces una persona muy agradable, pero de verdad. Estoy perdidísimo. Así que... Solo me voy a ir y te dejaré aquí, a ver si ese "héroe legendario" aparece, ¿sí? ¡Hasta luego!

- ¿Eh? Pero... H-Hey, no te puedes ir sin más. - Dijo Dylan, mientras me veía irme sin más.

- ¡Nop! ¡Quédate ahí! - Le dije, señalándole con el dedo - Quédate ahí, voy a ir a dar un paseo. A ver si los alrededores me refrescan la memoria. Voy a- ¡Te he dicho que no me sigas!

La figura de Dylan se hacía cada vez más pequeña, mientras me alejaba. No estoy muy seguro de las direcciones, pero creo que este es el norte. Malo será que en unos minutos de caminata no recuerde dónde está mi casa.

- ¡No vayas por ahí! ¡Ese camino es-------- con la Corrup------- volver----!

- ¡No te escuchooo! - Levanté el brazo y agité la mano, despidiéndome de él. En verdad, no podía escucharlo ya. Si lo hubiera escuchado, tal vez... Tal vez habría tomado una decisión diferente.

==========================================================

Había caminado un buen rato. El atardecer estaba más cerca de lo que parecía.

- Joder joder joder, coño-coño-coño-coño- No puede ser, no puede ser...

Yo estaba afuera cuando cayó la noche. Corría por las planicies, mi aliento entrecortado y desesperado, buscando un lugar donde esconderme.

- Tenían que ser zombies, no puedo creerlo, existen de verdad- MierdaMierdaMierda...

Mientras caminaba hacia aquí, vi pequeñas masas gelatinosas, que saltaban torpe y alegremente por el mundo. "¿Slimes?", pensé. Y efectivamente, eran slimes. No tenía idea de que existían de verdad, pero... Nunca pensé que-

- ¡TÚ, FUERA DE AHÍ, ES MI CUEVA AHORA! - Demandé.

Desenvainé la espada. La figura frente a mí estaba parada en la entrada de la cueva, como resguardándola. La cabeza cabizbaja, la postura tambaleante y precaria... Sin lugar a dudas, eso que tenía frente a mí, ya no era humano.

Levantó la cabeza. La mirada perdida, los ojos ya no tenían ese brillo que los dotaban de personalidad y alma. Nunca fui demasiado creyente, (¿creo?) pero esa cosa... No tenía alma.

Levanté la espada con ambas manos. Esa cosa se tambaleó adelante, los brazos levantados como el típico zombie de película de terror antigua. Solo que, en vez de ser aterrador, era... Triste. Sus gemidos, sonaban más como aire escapando de su cuerpo. Como si nunca hubiera habido alma en él en primer lugar.

Con un movimiento rápido y firme, con la fuerza de un carnicero cortando huesos, mi espada cortó su cabeza a la mitad.
Por un momento, sus ojos muertos se clavaron en mí. Y entonces, cayó al suelo para nunca más moverse.

- ... Ojalá encuentres un descanso ahora que vuelves a la Nada. - Dije, solemnemente. Esta criatura obviamente ya no era un ser humano, pero... Quizás lo fue alguna vez. Pero no me podía quedar a discutir las implicaciones filosóficas de esto. Tenía una multitud (por no decir una horda) de zombies detrás, no muy lejos. Me metí dentro de la cueva, esperando perderlos.

...

Y así es como llegamos a donde estoy ahora. Dentro de una húmeda y oscura cueva, hambriento, con frío, tengo la garganta seca, me duelen los pies, y afuera hay una banda de zombies listos para molerme a golpes.
No me siento muy feliz. Especialmente porque estoy hablando conmigo mismo, o como si hubiera alguien escuchándome. No han pasado ni 24 horas y parece que ya me estoy volviendo loco. Es de esperar, nunca nadie está preparado para zombi- Hey, ¿Qué es eso?

En el suelo de la cueva, había una vasija. Se veía bastante vieja, pero ornamentada... ¿Me metí a un sitio de entierro? ¿Es por eso que hay zombies? ¿Son los espíritus que vienen a defender este lugar que es tierra santa?

Abrí la vasija. Dentro, había algunas antorchas y unas monedas. Mmm... No, no creo que este sea un sitio sagrado. Oh, más vasijas. Aquí hay unos metros de cuerda, más antorchas... ¡Oh! Estos son shurikens, ¡genial! también hay... este recipiente de vidrio lleno de un líquido rojo...

Lo abrí. No olía a sangre, sino a hierbas y a algo dulce. Le di un sorbo. Mmm, no sabía mal.

Todo lo que encontré, lo guardé en la mochila.

Al parecer este lugar no era un sitio funerario, sino como... un lugar donde la gente dejó sus vasijas, llenas de cosas... ¿Quizás era un grupo de exploradores de cuevas? Tendría sentido, con las antorchas y la cuerda, pero... ¿Por qué dejar sus cosas aquí, en vasijas, en lugar de cajas o mochilas?

No importaba. Encendí la antorcha, y me introduje cada vez más adentro de las profundidades de la tierra. Era una cueva recta, pero que gradualmente descendía cada vez más.

Hasta que dejó de descender, y me topé con una puerta.
El resto de la cueva estaba bloqueada por una pared de madera, y en el centro, una única puerta. Así que al menos no soy el único que llegó hasta aquí.

Cauteloso, toqué la puerta. Y luego hablé en voz alta para ver si alguien respondía. Toqué la puerta otra vez, más fuerte.
Nada.

Saqué mi espada, y lentamente abrí la puerta con mi mano izquierda, mi espada en la derecha por si cualquier cosa pasaba. Un terrible chirrido de bisagras viejas fue lo único que me recibió en ese lugar. Era como una caseta abandonada, dónde antiguamente mineros o explorados venían a descansar o almorzar. Lo digo por la gran mesa tirada en el piso, cubierta de polvo, y los barriles llenos de telarañas que hay en el lugar. La atmósfera era pesada. Seguramente nadie había venido a este lugar en años.
Más adentro, había escaleras que llevaban a un piso todavía más abajo.
Bajé.

Era mucho más espacioso que el piso de arriba. Había un piano, roto y lleno de polvo, con muchas teclas faltantes. Una cama, también polvorienta y en muy mal estado. En el techo, colgaba como una araña un viejo candelabro de plata. Pero, en el fondo de esta habitación, como escondido y olvidado, había un viejo cofre.
Lo abrí, y después de que una fina capa de polvo me golpeara la cara, me encontré con algo que no sabía que quería hasta ese momento.

- (Dios mío, esto es un mosquete...) - Pensé. Al lado, cuidadosamente colocado había una bolsa llena de pequeñas bolitas de metal. Munición, para el mosquete. - (Este es un sueño hecho realidad...)

No sé mucho de armas de fuego, pero con una horda de zombies allá arriba en la superficie...
Inspeccioné el arma. Como digo, no sé mucho, pero parecía en buen estado, considerando lo viejo que debe ser. Me senté en el suelo de la vieja casa, lo limpié con cuidado y cariño a la luz de la antorcha.
Me familiaricé con su funcionamiento. Cargar una bolita, y... Espera un momento, ¡este mosquete no es un mosquete en absoluto! No tiene...¿Sabes? Esa vara de metal para cargar la munición y pólvora dentro, es... Debe ser un arma fabricada a mano hecha para parecerse a un mosquete, pero sin ser un mosquete.

...Ahora tengo miedo de usarla, ¿Qué pasa si me explota en las manos? ¿Siquiera tiene pólvora? ¿Siquiera va a disparar? Creo q-

*TOC-TOC*

Algo golpeó con fuerza la puerta. Me puse de pie rápidamente, el mosquete apuntando a la fuente del ruido.

- ... ¿Qu- ¡Si eres humano, di algo! ...Te- ¡Tengo un arma, así que no intentes nada raro!

Por unos segundos, el ruido paró, hast- *BAM*
La figura oscura abrió la vieja puerta a la fuerza. Se tambaleaba y tenía los brazos alzados. Sin duda, un zombie, pero era mucho más grande y alto que los que había visto hasta ahora. También, más alto y grande que yo.

- Carajo... - Sin nada que perder (excepto la mano) y con el gran zombie gruñendo mientras caminaba hacia mí, apunté a su cabeza, y tiré el gatillo. La criatura dejó escapar un amargo gruñido mientras retrocedía un buen par de pasos, la cabeza echada atrás por el impacto de la bala. Pero entonces, resistiéndose a caer, tiró todo su cuerpo hacia adelante para seguir atacando.

- Agh, no puede ser... - Nerviosamente, cargué otra bala. No tuve tiempo de apuntar bien, pero logré impactar al gran zombie en el pecho. Esta vez, con otro gruñido enojado, cayó al piso. Sin querer ser demasiado precavido, saqué la espada, y usando toda mi fuerza, la enterré en su cráneo.

Finalmente, después de asegurarme de que no se iba a levantar, me permití sentarme en el piso y calmarme, porque mi corazón estaba latiendo como loco.
El mosquete no había estado mal. Logró tirarlo varios pasos atrás. Pensé que iba a ser más incómodo para recargar, pero no fue gran cosa. La espada, en cambio... Cortaba bien, sí, pero necesitaba usar gran cantidad de fuerza y empuñarla con ambas manos para cortar hueso. Hasta ahora que he peleado con zombies uno a uno, no era un problema, pero cuando vengan en grupo...

Me acerqué al cuerpo. Ya que voy a pasar la noche aquí, no quisiera que el cadáver se quede aquí apestando. Pero cuando estaba a punto de agarrarle las piernas y arrastrarlo fuera de la caseta, el cuerpo se volatilizó en una vil nube de humo negro. Lo único que dejó, fueron... algunas monedas. No queriendo ser malagradecido, las guardé en el bolsillo.

Afortunadamente, el zombie no había dejado inservible la puerta. Solo la abrió a la fuerza. La cerré. Moví el pequeño cofre y lo puse contra ella para que no se pueda abrir fácilmente. Lo mismo con una silla y la puerta de arriba.

Bueno...

¿Ahora qué? ...

==========================================================

Logré dormir algunas horas. No sé cuántas. Me hice bolita en un rincón, y con el calor de una fogata improvisada (es bastante irresponsable hacer una fogata en una casa de madera. Tuve que hacer un espacio rompiendo el piso con el hacha) me quedé dormido un rato.

Al abrir la puerta, me vi con dos opciones: Un camino que iba más profundo en la cueva, hacia lo desconocido. Otro, que era algo empinado pero parecía que iba a la superficie.
Ahora estoy (se supone) yendo hacia la superficie, pero no estoy viendo la "luz al final del túnel".

Mmm... Acabo de recordar, aún tengo los shurikens que encontré en las vasijas al inicio de la cueva. Debería tenerlos a mano, pero... Espero no cortarme la mano al intentar utilizarlos.

Ah, ya veo por qué no había luz. Miré al cielo. Estaba oscuro, pero pronto iba a amanecer. Así que seguí caminando... Y entonces- A la lejanía, veía humo elevarse en el cielo- ¡Eso significa o una chimenea, un campamento, o un fuego forestal! ¡Puede que haya gente cerca!
Fui corriendo, lleno de esperanza. Llegué a un hermoso campo de girasoles, elevándose orgullosamente encima de la tierra. No sé por qué, pero me sentí muy bien al ver los girasoles. Estoy tan cerca de la fuente del humo, no sé si hay gente, pero si la hay... Dios, finalmente. Quiero ir a casa, comer algo, tirarme en una cama tibia...

...
Los restos de una fogata. Un tronco al costado sirviendo de asiento. Pero... No había nadie. -Pero si había humo hasta hace unos momentos, ¡alguien debe estar cerca! Puede que vuelvan... Aquí en el piso, deben de haber pisadas, ¿a dónde han podido ir? ...

Me agaché para revisar el suelo, buscando pisadas frescas, cuando escuché algo que me hizo quedar helado y quieto.
Algo grande se movía entre los arbustos detrás de mí.

Con el mosquete en mano, lentamente, mi corazón en la garganta, me di la vuelta y apunté hacia donde provenían los ruidos. Si era un zombie, no era problema. Pero si era un oso... No creo que un disparo de esta cosa lo mate. Es más, creo que solo lo pondría furioso...

- ... Tienes cinco segundos para decirme que eres humano o mueres, seas lo que seas. - Dije. Los arbustos dejaron de moverse. Un sudor frío recorría mi frente.

- ¡AYYYY! ¡Perdón, perdón! - Una voz femenina salió de los arbustos.- ¡O sea, no sabía que- Yo me voy, no dispares! - Saliendo de los arbustos, con las manos arriba, apareció una chica. Una chica morena, con el pelo naranja y... ¿Orejas y cola...? Con un conejo en la cabeza.

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