"Tendencia + Torpeza" (Adap.)...

By jjkkbunie

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En donde Jungkook no tolera a su reconocido jefe y Seokjin está harto de su torpe asistente. 🎖#1 btsstory ▪0... More

• Sinopsis •
━ Prólogo ━
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𝐄𝐏𝐈𝐋𝐎𝐆𝐎
𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥 #𝟏: "El Niño"

𝟒𝟒 (𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋)

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By jjkkbunie

Me despierto sabiendo que hoy, exactamente a las cinco de la tarde, las vidas de Seokjin y Yunbi cambiarán de manera radical.

Naturalmente la mía también. Me siento ansioso, nervioso... ¿Asustado? No, eso no. Nunca más.

Minhyung ayer cumplió su primer mes de vida, y lo celebramos con una rica cena y tomándole varias fotos sobre el colchón de almohadas y cojines que improvisamos en la sala. No obstante, todos nos fuimos a dormir a las nueve de la noche.

Mi día comienza a las seis y media de la mañana. Después de conseguir apartarme de la hermosa cama —en la cual mi hermoso novio ronca como un oso—, voy al baño a descargar mi vejiga y a lavarme la cara. Reviso mi teléfono, dando como resultado un profundo suspiro al notificar que Jimin no me ha respondido los mensajes. Carajo. Está jodidamente enojado, lo sé.

Ayer tuvimos un almuerzo en su nuevo apartamento y le dijimos cada una de las verdades. Todas. Se lo merecía. Pero, como creímos, no se lo tomó muy bien. Se enfadó porque habíamos estado tantos meses (en el caso de Seokjin, años) sin decirle nada.

«Luego te encargas de solucionar las cosas con tu amigo de la infancia», me digo. Y finalmente me encamino hacia el cuarto del bebé. Ahí está él en brazos de Sushi, quien acaba de alimentarlo.

Nuestras rutinas giran en torno a la pequeña bolita, y me encanta. Ya es habitual: Yunbi y yo somos los primeros en levantarnos. Ella le da de comer, y luego pasa un rato conmigo (siempre y cuando yo no esté en mi casa) hasta que Joo y Seokjin despiertan. Por supuesto, su padre le escoge el outfit todas las mañanas.

Y hablando de outfit... ¡Hoy me voy a ver increíble! Resulta que cuando yo le dije a Seokjin que el viernes tenía una invitación a la graduación de San... Él me contestó que con también debía asistir a una graduación, la de Jongho. Intercambiando información entre nosotros, llegamos a la conclusión de que ambos jovencitos son compañeros de escuela, y no teníamos ni la menor idea. En fin. El emocionado de mi novio me regaló un increíble y elegante traje de Gucci que él diseñó para que luzca en dicho evento.

Pero después de la graduación... Tendremos un almuerzo con toda mi familia.

Y por fin les contaré acerca de mi relación...

¡Carajo!, ¡fuck!, ¡merda!, ¡scheisse!, ¡tawagoto!

Me tomo un momento para recuperar el aliento que perdí en medio de mi ola de pensamientos y respiro profundamente. Todo va a salir bien.

La mañana se pasa rapidísimo y la hora de salir se aproxima, así que Seokjin y yo nos despedimos de las chicas y del bebé, para luego emprender el viaje hacia la ciudad. A medida que nos acercamos a la concurrida escuela secundaria de arte, el tráfico se vuelve más pesado; desde mi coche (bueno, el que mi novio me ha prestado indefinidamente) avanzo con los ojos bien abiertos, buscando un lugar en donde me pueda aparcar.

Y las risas sonoras se me escapan cuando consigo ganarle un espacio a Seokjin. Él, en respuesta, hace tocar la bocina de su Audi como un desquiciado y me muestra el dedo medio antes de continuar con su búsqueda exhaustiva.

Cuando me bajo del vehículo le envío un mensaje a mi novio en el cual le expreso mi satisfacción por haberle robado el puesto en el parking, avisándole que iré a sentarme con la familia de San y que lo esperaré en la puerta principal cuando el acto concluya.

Encuentro a Shin y me presenta brevemente a su familia. También tengo el placer de conocer a la madre de San, con quien el jovencito que tanto quiero convive la mayor parte del tiempo.

Sé que Seokjin ha entrado al establecimiento cuando una ola de murmullos empieza a llegar a mis oídos. Veo la imponente y elegante figura de mi pareja caminar con pasos parsimoniosos hasta el espacio reservado para la familia de Jongho y no puedo dejar de pensar en lo bien que se ve. A pesar de que ha decidido usar una máscara en el rostro para no llamar tanto la atención, se ve delicioso. Ya quiero que regresemos a la casa.

¡Cálmate, Jungcock, por amor al carajo!

A medida que el evento se lleva a cabo, llega el momento de la entrega de diplomas. Los graduados, tanto hombres como mujeres, pasan uno por uno para recibir el certificado que acredita el fin de todas las cursadas en la escuela secundaria de artes. Por supuesto, cuando es el turno de San, toda su familia alrededor se pone de pie para aplaudirlo, y yo no dudo en imitarlos. ¡¿Cuándo creció tanto?! Soy un hyung favorito al borde de las lágrimas.

Cuando vuelvo a sentarme, mi teléfono vibra dos veces. Lo tomo para revisar y notificar que se trata de un mensaje de Seokjin. Al abrir dicho texto, me encuentro con una vieja foto suya de un anuario, vistiendo el mismo exacto uniforme que todos los jóvenes que me rodean... Esperen. ¿Él asistió a esta preparatoria? ¡No puede ser! Inevitablemente levanto la mirada en su dirección y lo veo estar cabizbajo con su teléfono, pero apuesto a que debajo del barbijo está sonriendo. Mis orbes regresan a la imagen y me quedo apreciándola un par de minutos más.

Una vez que la entrega de diplomas concluye, el establecimiento se llena de bullicio alegre; risas, abrazos e incluso lágrimas de algunos padres mientras felicitan a sus hijos. Shin recibe con un gran abrazo a San y, con voz cargada de emoción, lo felicita una vez más. Y una vez que el jovencito saluda a toda su familia, es mi turno de darle una gran felicitación.

— ¡Hyung! —Exclama en medio del abrazo que compartimos—. ¡Muchas gracias por venir!

—Felicidades, Sannie. Te lo mereces —le doy una palmadita en el hombro y él hace una reverencia larga frente a mí—. Nunca dejes de perseguir a tus sueños, ¿de acuerdo? Toma —digo, extendiéndole el sobre blanco que contiene su regalo—, esto es para ti.

— ¿Qué es? —Sus ojos pequeños adoptan un brillo curioso y abre el pliegue del papel. Su semblante cambia rotundamente al notificar que se trata de dinero y lo primero que hace es negar con la cabeza—. Hyung, no, no puedo aceptar esto.

Levanto mis manos a la altura de mi pecho cuando él tiene intenciones de devolverme el sobre.

—Me enojaré si no lo haces —advierto, con la voz calmada y el semblante serio.

San traga saliva y su expresión se carga de gratitud. Vuelve a inclinarse, regalándome una larga reverencia.

—Gracias.

Es casi la una de la tarde cuando Seokjin y yo emprendemos el camino hacia nuestro próximo destino en nuestros respectivos coches. Estando a solas frente al volante, las manos comienzan a sudarme sin explicación alguna y también percibo que mi pulso se acelera. Carajo, debo tranquilizarme. Tengo que tener presente en todo momento que nada será catastrófico, no puedo darle espacio a mi ansiedad para que me arruine esto, no puedo permitir que mis pensamientos se vuelvan un caos.

Tengo que confiar en mi familia y recordar que me aman. Siempre han querido lo mejor para mí, al igual que yo para cada uno de ellos. Nada malo ocurrirá.

Volvemos a aparcar los coches cuando llegamos a la casa de mis padres y me tomo un momento para apoyar la frente sobre mis manos. Parece que estoy rezando, pero en realidad estoy ofreciéndole mi alma a cualquier ente sobrenatural para que me libere de los nervios que me mantienen prisionero.

Me sobresalto involuntariamente al escuchar un leve golpeteo a la ventanilla a mi izquierda. De inmediato, media sonrisa se dibuja en mi rostro al notificar la figura de mi novio, quien está esperando por mí. Tomo mis pertenencias esenciales y bajo del coche.

— ¿Estás listo? —Siento la necesidad de preguntarle ya que, a diferencia de mí, él no se ve para nada alterado.

—Jamás he estado más preparado —su determinación al contestarme es como una caricia a mis nervios alocados.

Trago saliva.

— ¿Tienes miedo?

Niega con la cabeza rápidamente.

—En absoluto —dice, elevando un poco las comisuras de sus labios.

—Te amo.

—Te amo, niño —me responde, acercándose a dejar un rápido beso en mi mejilla.

Tomo una profunda respiración y comenzamos a caminar hacia la entrada. En el proceso, aprovecho para echar un vistazo y verificar quiénes han llegado al almuerzo familiar hasta el momento: reconozco el coche de mis tíos Yunho y Yunjae, el de Hye y también el de Hojung.

Cuando llamo a la puerta, ambos podemos escuchar que en el interior de la casa están al ritmo de la música de Blackpink y sabemos quién ha sido: Yunho, por supuesto. Seokjin suelta una risa.

Estoy a punto de hacer sonar el timbre otra vez, pero la puerta frente a nosotros finalmente se abre y la sonrisa de Nayeon se expande por su bonito rostro al vernos. Mi prima levanta sus brazos en mi dirección y yo no dudo en atrapar su diminuto metro sesenta para saludarla con un abrazo apropiado. En el medio de nuestro reencuentro, no duda en reprocharme que cada vez me demoro más en contestar sus mensajes... Lo cual es cierto. ¡Pero la amo de todas formas, lo juro!

Una vez que nos soltamos, ella le dedica una larga reverencia a Seokjin, pero él la interrumpe rápidamente para regalarle un corto abrazo.

—Por cierto, felicidades por su pequeño, Seokjin —mi prima le dice.

—Muchas gracias, Nayeon. —Él contesta, haciendo uso de un tono tan tierno como tímido que me estruja el corazón en el mejor de los sentidos.

Cuando se trata de Minnie, Seokjin literalmente se transforma en el ser más amoroso y cálido.

—Seguramente su hijo y la bebé de mis tíos sean buenos amigos en el futuro, ¿no cree?

Frunzo el ceño y me entrometo en la charla de ambos. Escaneo el rostro de Nayeon y ladeo un poco la cabeza.

— ¿La bebé? —Repito, confundido.

Ella se ve un poco desconcertada.

—Pensé que sabías...

— ¡Acabo de llegar! —Exclamo lo obvio.

Nayeon rueda los ojos con gracia y levanta su dedo índice para apuntar hacia la cocina. Dejo a mi prima y a mi novio para que se pongan al día con sus chismes, y yo voy en busca de Hyanie.

A la mencionada la encuentro junto al mostrador de la cocina, donde está ocupada cortando verduras. No obstante, abandona su tarea cuando me ve.

— ¡Jungkookie! —Ella vocifera con euforia y una sonrisa en el rostro.

— ¿Es una niña? —Le pregunto casi sin aire.

Se le escapa una risa. Hyanie se limpia las manos y toma de su bolsillo una pequeña fotografía, lo que rápidamente reconozco como una imagen del ultrasonido que se hizo hoy.

—Sorpresa.

Me quedo perplejo mientras veo la imagen que mamá me ha entregado y, cuando consigo reaccionar, no dudo en abrazarla con fuerza. Y en el cálido encuentro, puedo sentir su diminuta pancita (¡donde vive mi hermana momentáneamente!) estar en contacto con mi figura. Siento que esto ya lo he vivido hace poco; un deja-vu me azota y otra sonrisa se me escapa ante el pensamiento.

—Voy a decírselo a todos hoy. —Le confieso a Hyanie, mientras aún permanecemos unidos.

Un destello de emoción mezclado con orgullo se filtra en los ojos de mi mamá cuando se separa para mirarme. Me acaricia la mejilla y sus comisuras labiales se elevan en un gesto dulce.

—Te apoyo siempre.

Asiento, sabiendo que no miente. Le doy un beso en la mano y luego ella se va a saludar a Seokjin. En su lugar, me ofrezco a seguir cortando las verduras.

Mientras el tiempo corre, escucho la voz de mi novio y logro comprender que está inmerso en una interesante charla con mi tío Yunho sobre lugares turísticos en Noruega, el cual es su próximo destino en el verano que se aproxima. Carajo, él se ha integrado tan bien a mi familia... Espero que estos vínculos que ha creado no se rompan luego del almuerzo de hoy. Doble carajo, Jeon Jungkook, ¡deja de imaginar el peor escenario!

Al cabo de unos minutos, soy capaz de oír que otro integrante del clan Jeon ha llegado. E instantes más tarde, la figura de Dae aparece en mi campo de visión. Me murmura un ligero «hola» antes de volcar toda su concentración en lavarse las manos para continuar con la preparación de la comida que vamos a degustar más tarde.

Frunzo el ceño, sabiendo que algo le ocurre a esta hembra. Decido no indagar (por ahora) sobre lo que le ocurre y ambos permanecemos en silencio, preparando el almuerzo.

Una vez que vuelco las papas cortadas en la olla para que se cocinen, me lavo las manos y tomo la imagen de mi hermanita.

—Mira —digo, colocando la mencionada junto a mi rostro—. ¿No tenemos un parecido indiscutible?

—Sí, idénticos —ella me responde sin siquiera mirarme.

—Eh —vuelvo a fruncir el ceño y corroboro que no haya nadie cerca—, ¿qué te tiene tan malhumorada?

Dae resopla y creo que va a desahogarse.

—Empieza con "Ji" y termina en "min" —dice, y automáticamente toma su móvil del bolsillo trasero de su pantalón—. Observa esto.

Luego de deslizar su pulgar un par de veces por la pantalla, me la enseña. Hay veinte llamadas perdidas de Jimin... De ayer.

—Son muchas llamadas... —A continuación, y deseando no enojarla aún más, agrego—: ¿Por qué no le contestas?

— ¡Terminamos hace un mes! —Exclama.

Me abstengo de rodas los ojos. Al mismo tiempo, tomo el recipiente repleto de snacks crocantes y salados que Hyanie preparó rato antes y empiezo a comer.

—Él se enamoró de ti, hembra —suelto lo obvio, atento a su reacción—. ¿Qué es lo que te produce tanto temor?

Creo que mi pregunta la ha exasperado por completo. Rueda los ojos con desgano y me enfrenta con la mirada, para luego robar un puñado de papitas.

—No vamos a hablar sobre esto cuando tienes un bol de papas en las manos.

— ¡Ustedes dos! —La voz de mi abuelo se hace presente en la cocina, y tanto Dae como yo nos sobresaltamos—. ¡Mantengan una distancia de cincuenta metros el uno del otro!

Mi reacción es reír y ofrecerle una obediente reverencia, mientras que mi prima le da la espalda a nuestro abuelo para poder rodar los ojos sin que el mayor se dé cuenta. Claramente no estará de buen humor en lo que resta de día.

Cuarenta minutos más tarde toda la comida está preparada y lista para servirse; de ello se ocupan mis tíos y mi papá. La primera en recibir el fogoso kimchi es Hyanie porque está embarazada y tiene prioridad. A ella, le sigue Hojung, por ser el próximo que cumplirá años.

Como siempre, la mesa se llena de conversaciones, risas, anécdotas e incluso lágrimas, porque las carcajadas son muy potentes. No obstante, procuramos comer a un ritmo continuo para que la comida no se enfríe. Seokjin, que está sentado a mi lado, parece un miembro más de mi alocada y numerosa familia; los últimos diez minutos ha estado dialogando con los mayores de mis tíos sobre cómo está llevando sus primeros días paternidad.

En cuanto a Dae, todo se vuelve incómodo para ella cuando Yunho pregunta dónde está Jimin. Pero su hermano menor, Seojung, llega al rescate comentando sobre sus notas del último semestre para salvarla de responder. Por supuesto, todavía nadie sabe que ella y mi amigo terminaron. Se enterarán cuando Dae traiga a alguien nuevo a la mesa.

La intensidad de las conversaciones cesa un poco porque todos estamos demasiado llenos, pero como es costumbre, los más jóvenes del clan jugamos a «piedra, papel o tijera» para determinar quiénes levantarán la mesa y quiénes lavarán todos los platos. Afortunadamente, hoy sólo me toca lo primero.

Una vez que la mesa está despejada, todos estamos de acuerdo en que debemos esperar un poco antes del postre, porque de lo contrario, explotaremos. Y sé, carajo, que es mi momento de hablar.

Respiro hondo y, con el corazón latiéndome violentamente, me aclaro la garganta.

—Familia —pronuncio—, ¿puedo tomar la palabra?

—No. —Yunho y Jungnam contestan al unísono.

—Callen, estorbos —mi abuelito regaña a todos por igual y me regala una sonrisa amable—. Adelante, Kookie.

—Gracias, abuelito.

Me siento como si hubiera esperado muchísimo tiempo para decir la confesión que estoy a punto de expresar, y creo que es por eso que me encuentro tan alterado. Aunque no tengo miedo, mis palmas no dejan de sudar. Muchas palabras se arremolinan en mi cavidad bucal y sé que debo hablar pronto, porque muchos pares de ojos están expectantes sobre mí.

Respiro profundamente y comienzo.

—Hace aproximadamente un año conseguí empleo en una empresa que jamás imaginé que visitaría. De hecho, yo pensaba que era una compañía de indumentaria creada por Madonna —al igual que yo, todos los presentes sueltan una pequeña risita antes de proseguir—: Y me tocó ser el asistente de una persona que odiaba, realmente no lo soportaba, este antipático ser humano era un dolor de culo con sus órdenes y sus quejas —desde mi posición, percibo que Seokjin ha bajado la mirada para ocultar una sonrisa—. El punto es que el destino me hizo girar como si fuese un molino de viento... —Hago otra pausa para tragar saliva y soltar un suspiro—. Y terminé enamorándome de ese sujeto. Además, sorprendentemente, fue recíproco.

Todo parece congelarse de repente. El silencio abunda y las miradas que eran curiosas, se han convertido en genuina confusión. Todos (excepto Dae y Hyanie) me observan perplejos. Aprovecho el bug para ponerme de pie.

—Oh, carajo... —El maknae del clan espeta.

—Seokjin, ponte de pie un momento, por favor —le solicito a mi novio y él obedece tranquilamente. Pongo mi mano sobre su hombro y prosigo—: Todos ustedes son lo más importante que tengo, y por eso quería contarles que finalmente aprendí el significado de la palabra amor y lo que se siente cuando se ama a alguien. Porque a este sujeto le tengo un cariño inmenso. Por él siento cosas que pensé que sólo existían en las películas y los libros.

Otro silencio. Parece que la tensión es capaz de cortarse con un cuchillo, pero... No hay miradas de rechazo, y eso me tranquiliza mucho.

De repente, Yunho abre la boca y dice:

—Dae, hiciste gay a tu primo.

Como una reacción automática de mi exasperado cuerpo, dos de mis dedos sujetan el puente de mi nariz y niego con la cabeza.

A continuación, es mi prima Nayeon la que, todavía perpleja, agrega:

—Pero... Tiene un hijo con...

—Yunbi es mi mejor amiga desde hace casi quince años —Seokjin interfiere rápidamente—. Jamás hemos tenido una relación romántica.

Me sorprende lo elegante que sonó la manera de mi novio para decir que su relación que Sushi sólo ha sido una pantalla.

—Ni en el juego de Resident Evil hay tanta información de repente. —Jungil dice, y su melliza asiente.

Le dedico una suave mirada a mi familia y luego a mi pareja, para dar por finalizado mi explosivo discurso.

—Quería decírselos porque esta tarde, él y Yunbi le pondrán fin a este secreto que tanto los condicionó.

Mi comentario es acogido por el resto en el más profundo y extraño de los silencios. Todos me miran, y parece que están conteniendo la respiración. No obstante, no hay rechazo en sus miradas opacas, tampoco desagrado. Sé que es algo fuerte de asimilar, pero estoy seguro de que ninguno lo ha tomado a mal.

Pasados unos instantes, mi abuelo se pone de pie con cuidado y yo siento que el suelo tiembla debajo de mis pies. Trago saliva, asustado. Nos observa de manera insondable y mi mente pesimista comienza a pensar en lo peor.

Pero todos esos pensamientos se esfuman cuando alza su copa y esboza una pequeña sonrisa.

—Bienvenido a la familia, Seokjin.

La mudez dura sólo un segundo, porque instantáneamente Dae celebra con un eufórico "¡woo!" antes de que comenzar a aplaudir.

— ¡Al fin un Kim! —Mi abuelita vocifera y se une a la ola de aplausos.

Mi novio se dedica a hacer reverencias a todos los miembros de mi familia, mientras que yo intento procesar todo lo que acaba de pasar, lo que acabo de decir. No puedo creerlo. Siento que me he quitado un peso innecesario de la espalda e incluso creo que puedo respirar mejor.

Todo parece estar bien. El panorama es perfecto. Excepto por...

Carajo.

Mi padre está observándome como si yo fuese una criatura perversa y repugnante. Sin poder evitarlo, mi corazón se detiene una fracción de segundo y reanuda su marcha a una velocidad antinatural. Noto que Hyanie le dice algo, pero él niega con la cabeza y sus labios se separan para hablar.

— ¿Por qué nunca me dijiste nada?

—Jungsoo... —Mi madrastra advierte con calma.

—Tenía miedo.

—No vengas con esa mierda, Jungkook —escupe, notablemente molesto, y con rapidez continúa—: Se supone que soy tu padre, pero a veces me haces sentir como alguien más del montón. Tuviste a tu madre en tu casa y no me lo dijiste. Sigues sin decirme por qué carajos no quisiste denunciar con la policía sobre la paliza que te dieron y la que casi te mata. Tenías... relaciones con tu prima y jamás lo hablamos, de hecho, me jurabas que seguías siendo virgen y que no había ninguna chica —su voz se eleva cada vez más—. Ahora me dices que tienes un novio desde hace tiempo ¡y apenas me estoy enterando!

Sus palabras me mortifican y me obligo a tragar saliva. No sé qué puedo decir a su planteo. De repente me siento mal, porque en el fondo sé que tiene razón.

—Jungsoo, tienes que comprender que tu hijo ya no es un niño —mi abuelito espeta, procurando ser cuidadoso en su elección de palabras—. Tiene derecho a mantener cosas en privado.

—No, él tiene razón —digo—. Lo lamento. Perdón si te defraudé, papá. Jamás fue mi intención herirte o hacerte pensar que no eres importante para mí.

Sé que debo decir más, mucho más, pero ahora mismo, no encuentro las palabras. Además, es un poco incómodo tener a toda la familia pendiente de la discusión. No. Tenemos que arreglar esto a solas y con tiempo. No quiero estar en malos términos con la única persona que ha hecho todo lo que estaba a su alcance para darme una vida digna e inculcarme valores irremplazables.

— ¿No confías en mí?

La pregunta que suelta en combinación con su expresión facial me quiebra. Y automáticamente confirmo que sí, soy el peor hijo del mundo.

El silencio reina por un breve instante, ya que Yunho le da una palmada en la espalda a su hermano mayor mientras chasquea la lengua.

—No seas tan dramático, bro —dice, intentando restarle importancia a lo acontecido—. ¿O acaso tú le contabas todo a papá cuando eras joven? —Mueve las cejas con picardía—. ¿Recuerdas cuando rompiste su uniforme del servicio y culpaste al perro?

Mi abuelo suelta un grito ahogado, casi quedándose sin aire, y estrella las palmas en la mesa antes de ponerse de pie. Oh, carajo.

— ¡¿Cómo?!

Siento que este día ha durado seiscientas horas, y apenas son las cuatro y media de la tarde. Carajo, ¡ha pasado muchísimo hoy! A pesar de que mi familia se ha tomado bastante bien la noticia de mi relación con Seokjin, mi abuelito ahora está enojado con sus cinco hijos por el asunto de su uniforme del ejército que, hasta hace dos horas, juraba que su mascota de aquel momento había destrozado.

Soy consciente de que estoy arrastrando los pies cuando bajo del coche, dando todo de mí para poder llegar a la puerta del garaje que comunica con la casa. Estoy agotado, carajo. Y todavía queda un montón de jornada. En media hora las vidas de Seokjin y Yunbi van a dar un giro icónico, y aquí estoy yo, pensando en todo lo que tengo que hacer en el Apex Legends... Por supuesto, luego de terminar con el organigrama... O quizás primero juegue y luego trabaje. ¡Me lo merezco!

Apenas ingresamos a la casa, mi novio y yo somos recibidos por los tres perritos, cuyas colas no dejan de girar debido a la alegría. Mantae (como es habitual) me mete el hocico en el culo y yo suelto un quejido, mientras que Seokjin comienza a reírse.

Un momento después, la pequeña y adorable figura de Yunbi aparece en mi campo de visión. Se ve radiante y contenta, y eso me llena el alma.

—Mis chicos. ¿Cómo les fue? —Nos pregunta, mientras se toma la molestia de recibir nuestros sacos para colgarlos.

—De maravilla. —Respondo, luego de dudarlo por un instante.

—Jungkookie lloró cuando le entregaron el diploma a su amigo. —Jin dice.

—Silencio.

— ¿Y la reunión familiar?

Trago saliva. No quiero amargarla ni entrar en detalles ahora, no cuando la hora del cambio está cerca. El drama familiar puede esperar un poco.

—Todo salió perfecto —espeto, forzando una pequeña sonrisa.

Pero Seokjin no se demora en refutarme luego de soltar un bufido sarcástico.

—Sí, excepto por la parte en la que todos los Jeon ahora están peleados.

Automáticamente mi noona se gira hacia su mejor amigo para fulminarlo con la mirada.

— ¿Qué hiciste, Seokjin?

— ¡Yo no tuve la culpa! —Mi novio se defiende, pero Sushi de todas formas le da un golpecito en el brazo.

Mientras ellos discuten burlonamente yo voy hacia la sala, donde encuentro a Minhyung en brazos de Joo. Mi noona, con su mano libre, está tratando de conectar la video llamada con el abogado de Yunbj y Seokjin. Carajo, ¡el momento se acerca! El reconocido hombre llamado Choi Woohyun fue el que ayudó a mi novio a armar su carta escrita a mano para hoy, y él le pidió si podía estar de alguna manera presente al momento que haga su publicación en las redes sociales. Como el profesional tenía otros compromisos, le dijo que podían organizar una reunión virtual y Jin estuvo de acuerdo.

—Hola, bebé —le digo a Minhyung mientras me inclino para besarle la cabeza—. Te extrañé mucho.

—Yo igual —Joo responde, y yo no puedo evitar reír.

Una vez que el abogado está en línea le digo a Taehyung que se acerque y ellos charlan un poco. Woohyun le sugiere a sus clientes que le resten importancia a los primeros artículos que vayan a publicarse en los portales virtuales y que, luego de esto, todos procuremos mantener bajo perfil y evitar los eventos públicos; a pesar de que no vamos a revelar nuestras respectivas relaciones por ahora, el abogado dice que es probable que se descubran, ya que Seokjin y Yunbi van a robarse toda la atención en el ámbito mediático.

El momento se acerca. Minhyung se ha quedado dormido y lo dejo en la cuna de la sala para que descanse cómodamente. Cuando regreso a la cocina donde se encuentran todos, me acerco con cautela hacia Seikjin, que está de pie frente a la ventana, con sus manos entrelazadas delante de la boca y los ojos cerrados. Un breve momento después se persigna y besa el crucifijo que le cuelga en el cuello. Al darse la vuelta luego de terminar su plegaria, nuestras miradas se encuentran y me regala una sonrisita.

— ¿Están listos? —Minjoo pregunta con ánimo.

Sushi asiente y sonríe.

—Lo estamos, al fin.

Con mi mano le acaricio la espalda a mi novio mientras él toma su teléfono, listo para hacer la publicación.

Y me aproximo a su oído para susurrarle:

— ¿Listo para ser tendencia otra vez?

Hoy es un día muy importante para nosotros, porque hemos decidido quitarle el control de nuestras propias vidas al miedo que nos dominó y paralizó durante años.

Estamos listos para hablar.

Porque estamos dispuestos a decir la verdad y hablar con el corazón de una vez por todas. Hoy, Jiwon y yo, aceptamos con orgullo nuestro lesbianismo y homosexualidad respectivamente. Admitimos que hemos estado ocultos detrás de una máscara de silencio para protegernos a nosotros mismos, aunque suene egoísta.

A pesar de que la mirada pública en su mayoría siempre fue amable con nosotros y hemos sido capaces de llevar una vida normal, hoy queremos y decidimos dejar de vivir en las sombras del engaño. Saboteamos nuestras propias vidas durante más de una década por miedo, pero este es el fin. Es el momento de hacer las cosas BIEN. Sin miedo a nuestra verdad.

Sabemos cómo piensa nuestro país con respecto a la homosexualidad, al menos los políticos. Durante mucho tiempo pensamos que esto no era necesario, porque creímos que todo por lo que trabajamos y lo que hemos logrado colapsaría hasta hacerse añicos.

Pero entonces, ella y yo comenzamos a darnos cuenta de que la vida es muchísimo más que tenerle terror a la condena social. Nos dimos cuenta de que es más valioso ser nosotros mismos; cometer errores y aprender de ellos, tomar plena responsabilidad por nuestras acciones, decir respetuosamente nuestra postura sin miedo a lo que opinarán los demás. Y, especialmente, ser honestos.

Nuestro pequeño hijo fue la luz que nos ha guiado por ese túnel oscuro hasta nuestra liberación. Minhyung es la principal razón por la que estamos abriendo nuestros corazones hoy, el verdadero motivo por el cual nos sentimos llenos de valentía y valor. Porque queremos que él crezca sabiendo que a su papá le gustan los hombres y a su mamá las mujeres, pero que eso nunca impedirá que ambos lo adoremos y cuidemos más que a nada en este planeta. Porque deseamos que crezca y se rodee de gente amorosa, educada, que no lo cohíban ni lo burlen respecto a sus padres biológicos. Porque la discriminación a las personas por su orientación sexual debe acabar ya. Las cosas tienen que cambiar ahora.

Amamos a nuestro país y confiamos que los gobernantes tendrán en cuenta, tarde o temprano, nuestras exigencias. En algún momento tienen que aceptar nuestra naturaleza. Un hombre tiene que tener el derecho de contraer matrimonio legalmente con un hombre que ame, y una mujer debe contar con el mismo derecho. Tarde o temprano deben quitarse la venda de los ojos y enfrentar a la realidad, porque les aseguramos que no hay nada de malo en ella. Reflexionemos para ser mejores.

La madre de mi hijo es, sin duda, el amor de mi vida. Lo supe desde que la vi por primera vez. Y aunque entre nosotros nunca hubo interés romántico, hablo por ambos al decir que nos amamos y que adoramos a nuestro hijo. Esto sonará extraño para muchos, somos conscientes, solamente pedimos que se nos respete.

Los prejuicios y la falta de aceptación injustamente le han robado la vida a muchas personas alrededor del mundo; personas con talento, bondad y un corazón cálido.

No más.

Es hora de sentirnos libres.
Gracias.

Ya hemos llegado al final por fin de esta adaptacion que la verdad me ha traído muchas alegrías a lo largo de estos meses. No saben lo gratificante que fue leer sus mensajes, sus alientos pidiendo actualizaciones, los votos y la gente que fue uniéndose conmigo, es algo que nunca hasta el momento me había pasado con una historia. De verdad no se como agradecerles, pero si pedirles que sigan conmigo en próximas historias/adaptaciones que estarán en este perfil.
Así que sin mas esperen a el epilogo este viernes sin falta, MÁS especiales que se subirán.

Simplemente gracias.

¿Cual fue su personaje favorito?
En mi caso es tan comun, que es Jungkook. Me encantó en la historia original y lo hará siempre xD

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