Abri los ojos, todavia estaba en la biblioteca. Baje la mirada y la clave en Shuu, el seguia con su cabeza sobre mis piernas.
Suspire.
Lo aparte y me pare dandole la espalda.
Estire los brazos, no volveria a dormir sentada. Shuu no se habia despertado por suerte.
Observe a mi alrededor y decidi escojer algun libro.
Camine entre los estantes por mas de 10 minutos sin encontrar algo que llamara mi atencion.
Recorde que antes de que todo esto del castigo pasara, habia leido un libro hasta la mitad. Pero ya no podia lograr recordar el nombre del libro.
Pare en seco cuando un libro al fin llamo mi atencion. La tapa era verde y las letras doradas. Su nombre era "El lado bueno de una condena".
Pense en lo ironico y contradictorio que sonaba el titulo para mi. Y no pude evitar soltar una risita sarcastica.
Decido leerlo, y me sente en el sofa que estaba frente al sofa donde Shuu dormia.
(...)
-Akira....Akira.- Una voz dulce me desperto.
Abri los ojos lentamente para encontrarme con Kanato mirandome fijamente.
-¿Que hora es Kanato?.- Pregunte sin mirarlo.
-Ya es hora de almorzar Akira.- Asenti con la cabeza y lo segui cuando el comenzo a caminar delante de mi.
Tome asiento entre Subaru y Ayato. El lugar era completamente silencioso, como siempre.
Suspire y baje la mirada a mi plato que ya estaba vacio.
-Gracias por la comida.- Me levante sin dirigirles la mirada a ninguno y sali de la habitacion.
Era de noche, y decidi salir al patio. Me pare entre medio de los rosales blancos y rojos.
No me habia dado cuenta de que estaba tan desabrigada hasta que el viento se intensifico.
Trate de cubrirme, pero el frio seguia ahi. Tenia mucho frio, pero no queria entrar a la mansion.
Senti como algo me cubria y el frio desaparecia un poco. Me gire, y divise a Subaru parado frente a mi solamente con una sudadera de mangas largas negra y un poco rota.
-¿No tienes frio?.- Pregunte.
-No.- Respondio frio.
Me encoji de hombros y me gire, regresando mi vista a las rosas. Pasaron unos cuantos minutos, solo se escuchaba el sonido del viento y de mi respiracion entrecortada por el frio.
-Tienes que entrar Akira. Ya hace mucho frio, hasta para mi.- Al fin hablo Subaru.
Me gire con la mirada fria y clavada en el.
-Si lo que quieres es tu chaqueta, toma.- Me saque la chaqueta sintiendo como el frio me hacia estremecer y se la tendi.
El arrugo el ceño y apreto los puños con fuerza.
-No es eso lo que quiero. ¡SOLO ENTRA!.- Dijo alterado.
-No, no quiero. - Le tire la chaqueta al suelo enojada y me cruce de brazos.
-Eres una IDIOTA Akira.- Se acerco peligrosamente a mi, pero yo no retrocedi.
El era talvez era una cabeza y media mas alto que yo, por lo tanto mi cabeza quedo casi pegada a su pecho.
Llevo ambas manos a mis hombros, y cerre los ojos con fuerza.
Cuando los abri, me encontraba en mi habitacion. Subaru segui casi pegado a mi con ambas manos en mis hombros.
Lo empuje, camine a la cama, y me rescoste tapandome completamente, sin dejar ninguna parte descubierta.
Sentí como la cama se hundía y las frazadas se levantaban a mi lado, y suspire.
Estabamos frente a frente, el no dejaba de mirarme fijamente. Tambien estaba completamente tapado. Su expresion era seria. Nuestras miradas seguian conectadas despues de varios minutos.
-¿Recuerdas cuando me pediste que jugara contigo por primera vez?.- Pregunto serio.
-Si.- Respondi en un susurro.
-Algo en mi me obligo a decirte que si. Y no entendia por que. Algo en mi cambio desde ese momento Akira. Me hiciste pensar que tal vez, solo tal vez. Existia algo por lo que luchar. Y cuando probe tu sangre por primera vez, lo comprobe. -Se acerco mas a mi, y llevo una de sus manos a mi mejilla.
Cerre los ojos sintiendo su caricia en mi mejilla.
-Te, te quiero.- Abrí los ojos soprendida por su confesion.
No podia responder. Había quedado paralizada.
El se acerco a mi, y pego sus labios con los mios.
Cerre los ojos, dejandome llevar por la suavidad con la que el movia sus labios.
El aire se me estaba acabando y tuve que separarme de el, mi frente se pego a la de el, y con la respiracion entrecortada me perdi en sus ojos.
Cerre los ojos, y sin responderle a su confesion, me deje caer sobre los brazos de morfeo.
(...)
Subaru ya no estaba en la habitacion. La habitacion estaba completamente oscura, la unica luz era la de la luna que entraba por el gran ventanal.
Por un momento me quede mirando atravez de este. Pensando en la confesion de Subaru. Me sentia confundida. Mis sentimientos no paraban de dar mas y mas vueltas.
Cerre los ojos por un momento. Y suspire.
El sonido de mi estomago gruñiendo me saco de mis pensamientos. Una risita salio de mo boca ante el sonido, y rapidamente me cubri con mi mano derecha y me pusr seria.
No debía reir, no en mi situación.
Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina.
Abrí la heladera y saqué lo primero que encontré. Me llevé la manzana verde a la boca y le di un mordisco mientras me sentaba sobre la mesada.
Ayato entro por la puerta. Me miro fijamente, y se acerco a mi.
-Pensaba alimentarme de comida. Pero ya que estas aquí, me haces muy dificil elegir entre tu deliciosa sangre o un simple bodillo.- Se paro frente a mi, y yo corri la mirada.- Te dije que siempre me miraras a los ojos.- Con su mano derecha corrio mi rostro para que lo mirara. -Tu frialdad me hace desearte mas.- Se acerco más.
Puso sus labios sobre mi cuello, me estremici al sentir su lengua rozarlo, y gemi de dolor cuando sus colmillos se clavaron en mi.
Puso sus manos en mis hombros apretandome con fuerza, pasaron unos minutos hasta que se separo de mi.
Su rostro queso cerca del mio, su labios estaban pintados con mi sangre, y en ellos tenia dibujada una sonrisa sadica.
.-Esta noche, dormiras con Ore-Sama.- Cerre los ojos.
Cuando los abri me encontraba acostada sobre la cama de Ayato. El estaba a mi lado, y su mirada estaba fija en mi.
Me tape, y le di la espalda. Senti como me abrazaba de atras, y en un movimiento rapido me giro.
-No le des la espalda a tu Ore-Sama.- Lo mire fijamente.-Asi que, Subaru ya te confezo sus sentimientos.- No sono como una pregunta, si no mas bien como una afirmacion.
-¿Como lo sabes?.- Pregunte.
-Sabia que lo haría pronto.- Se acerco mas, hasta que su nariz rozaba con la mia. -Pero tu no le respondiste nada, ¿cierto?.- No respondi.- Tu silencio lo comfirma.- Pego sus labios con los mios.
El beso era lento al principio, pero luego se comenzo a tornar rapido y apasionado.
Sin darme cuenta, Ayato estaba sobre mi. Sus besos bajaron a mi cuello, y un gemido involuntario salio de mis cuerdas vocales.
El me escucho y se separo de mi.
-No puedes responderle, por que no sabes lo que quieres.....o más bien, a quien quieres.- Acerco su rostro al mio.
-Pero yo se lo que quiero, y es a ti. Seras mia Akira.- Negue con la cabeza.
(...)
Todos desayunabamos en en silencio.
-Akira-levante la mirada. Reiji me miraba fijamente. -Tienes que aprender a cocinar.-
- Y ¿Eso por que?.- Le pregunte ante su orden.
-Por que lo tienes que hacer.- Respondio sin mas, bufe.
Luego de cenar tenia que dirigirme a la cocina. El me enseñaria.
Segui a Reiji hasta que entramos a la cocina.
-Ponte esto.- Me entro un delantal, y lo obedeci. - Tienes que cortar esas verduras, yo pondre calentare el agua.- Que buena manera de enseñarme Reiji.
Claro, que la chica que es un banco de sangre use el cuchillo, cuando nunca cocino en su vida.
Y se supone que el era el inteligente.
Comence a cortar lentamente las verduras, pero la verdad es que lo hacía pesimo.
Frunci el ceño al casi cortarme. Y suspire.
-Eres una inutil.- Escuche a Reiji insultarme.- Es así.- Pego su torso a mi espalda puso su mano derecha sobre la mia que tenia el cuchillo, y su mano libre la llevo a mi otra mano que sostenia las verduras.
Estaba demasiado cerca, y eso me hacia sentir nerviosa. Ya lo habia tenido asi de cerca otras veses, pero esta vez era diferente.
Comenzo a mover mi mano cortando lentamente. Parecia que lo hacia aproposito.
Un suspiro salio de su boca. Solto el cuchillo y este quedo sobre la mesada. Me giro, haciendo que mi espalda quede pegada con la mesada.
-¿Por que me lo haces tan dificil?.- Pregunto enojado.
-Tu me pusiste a cortar las verduras.- Me defendi, esquivando la verdadera respuesta.
-Sabes perfectamente que no me refiero a eso.- Gruño.
-No se de que hablas.- Corri la mirada.
-Si lo sabes.- Fue lo ultimo que dijo antes de unir nuestros labios.
Reiji besaba de una manera rapida y desesperada. Y yo, como toda idiota, se lo seguí.
Me separe por falta de aire, sentia como mi respiracion iba a mil.
Cerre los ojos levemente, y cuando los abri. Reiji ya no estaba en la cocina.
Suspire.
(...)
Abrí los ojos, esta no era mi habitacion. Ya no traía puesto mi habitual camison. Tenía puesto un vestido blanco, parecia de novia. Mi cabello que usualmente estaba despeinado y bastante desparejo estaba perfectamente acomodado.
Me levante de ese banco donde estaba recostada, e inmediatamente reconoci la habitacion.
Estaba en la habitacion de las muñecas de Kanato.
El aparecio frente a mi, con una sonrisa inocente.
-¿Te gusta tu vestido Aki-chan?.- No respondi.
Me quede mirandolo fijamente, y eso parecio molestarle.
-¿Por que me has vestido así?.- Pregunte directamente.
El abrazo mas a Teddy, y su mirada cambio completamente.
-Por que Aki-chan es mía, quiero que seas una muñeca, seras la mas linda, lo prometo.- Comenzo a caminar hacia mi con esa sonrisa sadica. -Asi no dejaras que nadie te toque si no soy yo.-
Oh, ahora entendia.
-Yo no soy tuya.- Retrocedi. -Yo no soy de nadie Kanato.-
-¡¿Entonces por que dejas que los demas te besen y te toquen?! ¡¿Por que a mi no me dejas?!.- Con una rapidad que no pude esquivar me tomo fuerte del brazo. -¡ESTOY CANSADO DE SER YO SIEMPRE EL QUE TENGA QUE BUSCAR!.- Me movio com fuerza hasta que me pego a el. - Si eres una muñeca, nadie mas te tocara, solo seras mía, por siempre.- Su tono de voz cambio a uno dulce y con su mano libre acaricio mi mejilla.
Comenzo a caminar obligandome a mi tambien a hacerlo por su fuerte agarre.
Mi espala choco contra la pared con fuerza.
-Creo que no pasara nada si ensuciamos un poco este vestido con rojo, despues de todo, eso solo te hara ver mas dulce.- Sin darme tiempo a responder.
Clavo sus colmillos en mi cuello. Y estaria mintiendo si diria que me resisti. Por que en realidad no lo hice, no podia luchar contra ellos, solo podia resignarme y aceptar la vida de mierda que me habia tocado.
Al fin se separo de mi, me sentia mareada y debil.
El se acerco a mi oido, y antes de que todo se volviera negro, susurro.
-Tu sangre es damasiado dulce, y yo amo las cosas dulces.-
(...)
El sol nublo por un instante mi vista. Camine hacia el lago, y me sente en la orilla.
Al fin me habia cambiado de ropa, el día estaba lindo. Tenía puesta una sudadera holgada y grande, unos jeans negros y unas zapatillas negras.
Mire a mi lado, Raito estaba recostado sobre el pasto con los brazos bajo su cabeza y su sombrero cubriendo su rostro.
-Ne...Baby-Chan.- Hablo.
-¿Qué?.- Pregunte seca.
-¿Por que esa frialdad?.- Pregunto burlon mientras se sentaba bien.
Su cabello estaba desordenado y no se habia puesto su sombrero.
Lo tomo con ambas manos, se acerco un poco a mi, y me lo coloco.
-Me recuerdas a la Akira de 8 años con el sombrero puesto.- Rio. -Eras una niña muy alegre.- hizo una mueca.
Corri la mirada de el y la volvi a clavar en el lago.
-Si, lo era.- Susurre.
Pero no me quite el sombrero, tampoco pensaba hacerlo.
Senti como me empujaba con rapidez, en un movimiento yo estaba tendida sobre el pasto y el estaba casi sobre mi, con una de sus piernas entre las mias, y sus manos a cada lado de mi rostro sosteniendose.
-Podrias seguir siendo la Akira alegre.- Dijo.
-Lo dudo mucho Raito.- Respondi.
El se quedo en silencio por unos segundos.
-Cuando dije que talvez, ya no debía contenerme contigo. No estaba jugando.- Me acaricio la mejilla.
Se acerco a mi, y pego sus labios con los mios. Los movia de manera apasionada y lenta.
El aire estaba desapareciendo y el se separo de mi.
-Se que me deseas como yo a ti baby-chan.- Sonrio.
-No, claro que no.- Lo empuje, y el callo sentado sobre el pasto.
Me pare. El tambien lo hizo y volvio a acercarce a mi.
-Si eso es verdad ¿Por que me seguiste el beso?.-
Entonces quede paralizada. Y el se fue sin mas, dejando mi mente hecha un lio.
(...)
Iba por el segundo capitulo de "El lado bueno de una condena". La habitacion estaba en completo silencio. Pero yo no lograba concentrarme.
Mis pensamientos estaban en otra parte. ¿Como podia? No....eso era imposible. ¿Sentir algo por ellos despues de todo el daño que me causaron? Imposible. No, claro que no.
Bufe y cerre el libro.
-Has silencio..- Hablo Shuu.
Aparecio acostado en el sofa que estaba yo, con su cabeza apoyada en mis piernas y sus piernas estiradas.
-Ya Shuu, dejame.- Intente levantarme. -Ya es tarde, necesito ir a dormir.-
-Entonces duerme.- Dijo sin levantarce.
-No volvere a dormir sentada aqui.- Respondi.
-Entonces no duermas sentada.- Respondio.
-¿Como....- En un movimiento me acosto sobre el.-.....lo haría?.- Lo mire perpleja.
-Ahora callate.- Me ordeno.
No dije nada. Intente dormir, pero simplente no podia.
Suspire.
El abrío lo ojos. Y por un momento me perdi en sus ojos azules como zafiros.
No dijo nada, solo hizo algo. Algo que nunca pense que haría.
Se quito uno de sus audiculares, y me lo coloco.
La musica era relajante, era musica clasica. Lenta y suave.
Entonces mis ojos se cerraron, y caí en un sueño profundo.
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Holas mis Babys-chan
TRATE DE HACERLO LO MAS LARGO POSIBLE HIJ@S DE PUTA! (con amor) Asi que amenme B)