Perdidamente Enamorado

By Jasdero9

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Quién diría que una broma de Hermes terminaría despertando sentimientos ocultos que se tenían dos amigos. More

Perdidamente enamorado
Coqueteos
Cena romántica
Cada vez más cerca de tú corazón
Una pequeña exploración
Los sentimientos de una Diosa y una elfa
Una tarde lluviosa
El plan de Freya
Todo era falso
Dudas
Más problemas........para Hermes.
Rechazo
Puñetazo satisfactorio
Una cita
Plan en marcha
¿Es esto lo que quiero?
Fracaso
Me gustas
Y la vida sigue
Capitulo Final

¿Que me sucede?

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By Jasdero9

-¿Eh?.

Bell abrió los ojos desconcertado, casi parecía que se le iban a salir de sus cuencas.

Lo primero que vio fue el techo de su habitación el cual era iluminando por la luz del sol que apenas estaba comenzando a salir.

-¿Q-que sucedió?.

Bell se intentó sentar en su cama pero un fuerte dolor de cabeza lo detuvo haciendo que volviera a acostarse.

-¡Que dolor! ¿Porque me duele tanto la cabeza? -se pregunto confundido esperando que se le pasará el dolor.

¿Cuánto tiempo llevaba dormido? Sentía que llevaba días durmiendo, principalmente porque su mente estaba muy confusa.

-¿Q-que fue lo que hice? -se pregunto mentalmente intentando recordar todo.

Pero cuando intentaba recordar el fuerte dolor de cabeza regresaba pero no le tomo importancia y siguió haciendo el intento de recordar algo.

Entre tantos y tantos recuerdos que tenía hubo uno que le hizo abrir los ojos lleno de sorpresa.

-Mikoto-san -susurro el albino en shock.

Cómo si fuera una película nuestro protagonista empezó a recordar todo lo que hizo esa semana bajo los efectos de la poción, cada acción, cada palabra comenzaba a pasar por su mente.

Un sin fin de emociones se reunieron dentro de él mientras más recordaba.

Vergüenza, decepción, arrepentimiento, enojo y confusión.

Vergüenza al recordar todas las palabras y acciones que hizo con Mikoto, incluído los besos.

Decepción con él mismo al recordar la expresión de tristeza que tenía Mikoto ayer cuando se enteró de la verdad y le dolía más saber que el era el causante.

Arrepentimiento por haberse robado parte de los ahorros que habían comenzando a ahorrar, tendría que disculparse con Lili más tarde.

Enojo con él mismo y sorprendentemente con Hermes, si no fuera por culpa de él no hubiera lastimado a Mikoto de esa manera.

Y confusión por lo raro que se sentía su corazón al recordar a Mikoto.

-que he hecho -penso el conejo no sabiendo que hacer en ese momento.

¿Cómo vería a Mikoto a los ojos despues de haber jugado con sus sentimientos? Es cierto que el no tuvo la culpa pero era de Bell del que estamos hablando, obviamente se sentiría culpable y como una basura.

-tengo que hablar con Mikoto-san y disculparme por todo -penso decidido levantándose de la cama para ir a ducharse.

Aunque aún sentía un sentimiento de vergüenza al pensar en reunirse con Mikoto otra vez.

No podía pensar en Mikoto sin recordar los momentos amorosos y románticos que vivió junto con ella.

-¡Cálmate Bell! -se regaño dándose una bofetada-. Se supone que los efectos de la poción ya terminaron, no hagas nada estúpido que pueda incomodar a Mikoto-san.

E intentando sacar esos pensamientos Bell empezó a ducharse para poder preparase para su disculpa.

En el comedor de la mansión Chimenea.

En dicho comedor estaban Welf, Lili y Hestia desayunando aunque Hestia tenía unos vendajes en cada mano.

-¿No cree que se pasó con la paliza que le dió a Hermes? -pregunto Welf a Hestia la cual estaba observando su puño.

-nah, Hermes se merecía eso y más, deje de golpearlo nomás porque ya me dolían los nudillos pero la próxima vez que lo vea seguiré con la repartición de golpes -dijo la Loli aun enojada porque jugaron con dos de sus niños.

-Lili concuerda con usted, lo que hizo Hermes-sama no tiene perdón -dijo la pallum enojada.

Hubieran seguido con la plática si no fuera porque escucharon unos pasos los cuales se iban acercando al comedor.

Unos segundos después hizo su aparición el albino el cual entro al comedor con un rostro preocupado.

-¿Dónde está Mikoto-san? -fue lo primero que pregunto a su familia.

-esta muerta.

-¡Welf-sama! -regaño Lili.

-ya, lo siento.

-Mikoto-kun aún no baja Bell-kun, ¿Quieres disculparte verdad? -pregunto Hestia observando a su hijo.

-s-si, me siento culpable por lo que hice -dijo claramente arrepentido.

-sabes que no fue tu culpa, solo eres una víctima más del idiota de Hermes -dijo con asco refiriéndose al dios-. Pero conociéndote no estarás a gusto hasta disculparte.

-s-si -susurro avergonzado.

-tipico de Bell-sama -dijo Lili con una sonrisa.

-no te detendré Bell-kun pero procura utilizar las palabras correctas o de lo contrario empeoraras todo -advirtio la diosa con una expresión sería.

-l-lo tendré en cuenta -dijo nervioso y un poco asustado de lastimar más a su amiga Mikoto.

¿Amiga?.

Por alguna razón no le gusto como sonó la palabra amiga y Mikoto en la misma oración, sintió un pequeño dolor por esa palabra.

-¿Que me sucede? -se pregunto mentalmente confundido.

-podras disculparte si Mikoto llega a bajar de su habitación -dijo Welf recordando lo afectada que quedó Mikoto ayer.

-Mikoto-kun es una chica muy fuerte, dudo mucho que esto haga que se quede en su habitación en todo el día -dijo Hestia segura de sus palabras.

Segundos después se escucharon como unos pasos se acercaban al comedor haciendo que Hestia sonriera.

-ok, eso fue rápido -dijo Welf sorprendido.

-subestima a Mikoto-sama.

Bell al escuchar como Mikoto se acercaba no pudo evitar ponerse nervioso.

-¿Que sucede? ¿Porque me estoy sintiendo así? -penso el albino sintiéndose cada vez más nervioso observando la puerta del comedor.

Todos observaron atentamente como el pomo de la puerta se movía lentamente para que después la puerta se abriera.

-b-buenos días.

La oriental hizo acto de presencia en el comedor con una sonrisa forzada en su rostro.

Todos vieron como sus ojos estaban levemente rojos señal de que había llorado pero sabía ocultarlo muy bien.

-buenos días -saludaron todos menos Bell.

Este al momento en que vio el rostro de Mikoto quedó completamente congelado, era como si su mundo se hubiera detenido solo para apreciar a Mikoto tranquilamente.

Poco a poco su corazón iba aumentando el ritmo.

-b-buenos días Bell-dono -saludo la oriental cabizbaja evitando ver a Bell.

Le dolía mucho verlo, ahora que sabía que se había enamorado de él pero sus sentimientos no era correspondidos le era difícil verlo a los ojos, creía que si seguía viendo su inocente rostro se seguiría enamorando más y más del albino.

-b-b-b-buenos d-d-dias Mi-Mi-Mi-Mi-Mikoto-san.

Todos miraron confundidos al albino al ver cómo tartamudeo.

Era normal para el tartamudear pero está vez fue muy excesivo.

Mikoto al ya haber saludado a toda su familia decidió ir a sentarse al comedor y comer lo más rápido posible para salir de la mansión.

Sentía una presión en el pecho al estar cerca del albino, sabía que tenía que acostumbrarse a eso pero por el momento era muy difícil para ella.

Con la cabeza gacha Mikoto se dirigió a su asiento evitando mirar al albino a los ojos.

Aunque se sorprendió de gran manera al sentir como Bell tomo delicadamente su mano al momento que pasó a la par de él.

-¿B-Bell-dono? -tartamudeo avergonzada al sentir el tacto del albino.

-M-Mikoto y-yo......

Todos sabían que venía el momento de la disculpa, solo esperaban que Bell no empeorara las cosas con sus palabras.

-se va a disculpar -penso Mikoto con tristeza-. Eso dejara en claro que en ningún momento me amo -Mikoto hacia todo lo posible para retener sus lágrimas-. Era más que obvio pero aún así duele.

Mientras Bell solo miraba fijamente la expresión triste de Mikoto.

Aunque estuviera triste su rostro seguía igual de bello.

Poco a poco el corazón de Bell iba aumentando de ritmo mientras más contemplaba el rostro de la oriental.

Sus mejillas se iban calentando más y más mientras más tiempo seguía su mano tomando la suave mano de Mikoto.

-¿Q-que me sucede? -penso lleno de pánico al no saber porque se sentía así al ver a Mikoto.

Este sentimiento era muy distinto que cuando miraba a Aiz, este sentimiento era muy cálido.

-¿Bell-dono? -Mikoto nombró el nombre del albino al ver que esté no decía nada y solo se quedó estático viendo fijamente sus ojos.

-M-Mikoto y-yo....

El corazón de Bell se aceleraba cada vez más mientras más contemplaba el bello rostro de la oriental.

-¿Bell? -el resto de la familia solo dijo el nombre de su capitán confundidos al ver que se ponía cada vez más colorado.

-me gustas.

Sin saber porque Bell susurro esas palabras las cuales escucharon claramente cada uno de los presentes y más Mikoto la cual abrió los ojos llenos de sorpresa.

-¿Q-que dije? -Bell pensó en pánico al caer en cuenta de lo que había dicho.

El rostro de Mikoto se fue sonrojando poco a poco al procesar por completo las palabras que había dicho el albino.

-B-Bell-dono ¿A-acaso está bromeando? -pregunto la oriental negándose a creer lo que había escuchado.

-y-yo.......y-yo......

Bell empezó a entrar en pánico mientras su corazón parecía que se iba a salir de él de lo fuerte que estaba latiendo.

Y el hermoso sonrojo que adorno las mejillas de Mikoto fue la gota que derramó el vaso.

-¡AHHHHHH!.

Soltando un grito muy varonil Bell soltó la mano de Mikoto y corrió hacia la pared del comedor derribandola con su cuerpo para después correr por el patio y saltar la cerca para perderse en la ciudad.

-¿Q-que paso?.

Fue la pregunta que pasó por la mente de todos al ver el actuar que tuvo Bell frente a Mikoto.

Mientras Mikoto solo miraba asombrada el lugar por donde se fue corriendo el albino recordando las palabras que le dijo.

"Me gusta".

Un pequeño vuelco dió su corazón al recordar esas cortas palabras.

-Bell-dono -susurro la oriental llevando sus manos a su noble corazón guardando en el un poco de esperanza.

En lo alto de la torre de Babel.

Freya observaba en shock con su espejo divino la interacción que había tenido Bell con Mikoto mientras tenía una copa de vino en su mano.

Ella solo quería ver cómo Mikoto se derrumbaba más con la disculpa de Bell pero vio algo completamente distinto.

-¿A-acaso dijo me gustas? -se pregunto desconcertada recordando las palabras de Bell.

-interesante, se supone que ayer tenía que terminar los efectos de la poción, me preguntó si son efectos secundarios o sus sentimientos verdaderos -comento Ottar con una dedo en la barbilla.

De un momento a otro Freya aplastó la copa de vidrio con su mano obviamente haciéndose daño pero no le importo.

-¡HERMEES! -grito llena de enojo.

Con Bell.

Este corría por la ciudad aún con su rostro sonrojado y con su corazón a mil.

-¿Porque dije eso? -se pregunto avergonzado recordando las palabras que le dijo a Mikoto.

Las palabras salieron de la nada, se suponía que iba a ser una disculpa pero al final fue una confesión.

Y lo peor de todo es que su corazón no paraba de latir como loco cada vez que recordaba a Mikoto.

-¡Hermes-sama! ¡¿Que me hizo?! -grito a los cuatro vientos perdiéndose en la calle dedalo.

Mientras con Hermes.

Este se encontraba en su oficina con muchos vendajes en todo su cuerpo mientras preparaba la poción que le había prometido a Freya.

Eso fue hasta que sintió un escalofrío en toda su espalda.

-siento que me he vuelto a meter en problemas -penso con miedo y dolor por los golpes que le dió Hestia-. Creo que mandaré a Asfi a unas vacaciones fuera de Orario.

No queriendo correr riesgo Hermes empezó a pensar en dónde mandar a sus hijos por un posible arranque de irá de Freya.

Si alguien iba a recibir la ira de Freya tenía que ser el y nadie más.

-solo espero que solo sean paranoias mías -penso con una sonrisa nerviosa volviendo su atención a la poción.

Un nuevo acto en la vida amorosa de Bell y Mikoto había comenzado.

===Fin del capítulo===

Bueno aquí termina el capítulo de hoy espero que les haya gustado si es así voten y comenten que les pareció ya que eso me motiva a seguir escribiendo.

Perdón por no haber subido capitulo por un tiempo pero es que estaba deprimido ya que me corrieron del trabajo pero ya me siento un poco mejor así que otra vez seguiré con los capítulos semanales.

Sin más que decir me despido adiós cuidense y no tomen drogas.

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