Yo también [Kookgi-Jimsu] ONE...

By yoon-gichi

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Jungkook es el mejor policía de la FBI. Jimin es el mejor mafioso de Estados Unidos. Ambos han tenido una ri... More

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By yoon-gichi

Aclaración: Yoongi es chica, por lo cual su nombre es Min YoonJi.

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Jungkook miró la pared llena de fotos y pruebas de dónde podría estar Park Jimin, se las había entregado su compañero Taehyung. Era bueno el muchacho, Jungkook analizó las fotografías, él maldito era guapo y por su mirada se veía intimidante. Incluso habían conseguido una huella lo que hacía más fácil el trabajo. Su mirada se detuvo en una fotografía y sintió que se le calentaba la sangre, había una foto de una mujer que él conocía en cuerpo y alma.

Acaso Yoonji...

-¿Todo en orden jefe?

-Buen trabajo Taehyung.

El chico sonrió emocionado e hizo una reverencia para seguir uniendo las pistas en el tablero, recibir un elogio del mejor policía del lugar  lo hizo sentirse importante, además que era demasiado guapo.

Jungkook entró a su oficina y fue recibido por un abrazo en la espalda, por un momento pensó en tomar la pistola que siempre anda portando para disparar ante la agresión vista, pero cuando aquél olor a jazmín inundó sus fosas nasales supo que era su bello y pequeño amante.

-¿Pensaste en dispararme?-YoonJi soltó una risa y acarició su abdomen por encima de la camisa blanca-Debí haberte avisado, lo siento.

Jungkook se separó para voltear a verla y sonrió como un tonto. Ver a Yoonji vestir un vestido negro que resaltaba el blanco de su piel y su hermosa figura,  sus pestañas negras largas y risadas lo hizo sentirse como un estúpido enamorado. Su cabello, el cual era largo y completamente lizo rozaba su cintura en una caída perfecta. Simplemente un ángel mandado por Dios.

-¿Cómo es que siempre te ves tan bien?-Jungkook acarició su mejilla y besó su nariz, haciendo qué Yoonji riera levemente-¿Dónde estuviste estos días?

Yoonji contuvo una sonrisa y besó su mejilla, no iba a decirle que se estaba viendo con el mafioso qué Jungkook llevaba buscando desde hace años. Sabía que estaba haciendo mal en meterse con ambos hombres, pero no era nada formalmente. Ella era libre de estar con la persona que le gustara, ni Jungkook ni Jimin le habían hecho alguna propuesta formal por lo cual ella estaba soltera.

-Anduve por ahí-sonrió y pasó sus manos por su pecho-¿Así es como recibes a tu amante? Me arreglé para ti-hizo un puchero.

Jungkook se alejó para verla bien y sonrió de lado, ahora pudo apreciar qué debajo de ese vestido había una lencería para mostrársela. Miró a Yoonji y ella señaló la puerta para indicar que la cerrara, era atrevida pero tampoco quería que la vieran los demás.

Jungkook puso el seguro y se giró para tomar a Yoonji de la cintura y besar aquellos labios tan pequeños qué lo habían vuelto loco desde la primera vez que la vio.

Ellos se conocieron en un antro una noche, para más exactos fue un sábado. Jungkook acostumbraba a ir cada sábado para distraerse, era muy cansado tener tantas expectativas en los hombros, ser el mejor oficial del FBI era algo que le gustaba presumir pero que odiaba por los comentarios de las personas.

Estaba bebiendo wisky cuando la vio.

Yoonji iba entrando, llevaba un vestido rojo que se ajustaba a su pequeña cintura, resaltando sus caderas, su busto y su trasero. En ese tiempo ella tenía el cabello más corto, lo llevaba recogido en un pequeño chongo. Sus labios estaban pintados de rojos, resaltando aquella piel pálida.

Le hizo una seña al mesero y le pidió que le llevara una copa de forma anónima. Se quedó expectante a la reacción de ella, quien parecía algo confundida por aquél gesto. Las chicas que habían llegado con ella rieron y buscaron con la mirada a algún sospechoso.

Entonces ahí cruzaron miradas.

Yoonji miró a Jungkook, quien alzó alzó copa y guiño un ojo. Sonrió al ver que las mejillas de aquella mujer se volvieron rojas y se escondió detrás de aquél vaso de mojito.

La noche transcurrió con normalidad, con personas bailando, otras cayéndose de borrachos. Pero Yoonji no era ninguna de esas personas, ella permaneció sentada en su mesa mientras reía al ver a sus amigas bailar entre ellas. Jungkook pudo ver que ella era más tímida y reservada, cuando alguien se acercaba a invitarla a bailar ella solo negaba con la cabeza.

Jungkook sintió que su respiración se fue por unos segundos cuando Yoonji se puso de pie y caminó hacía él con una elegancia jamás antes vista. Movía sus caderas con ritmo, mientras su rostro se veía neutral y sus brazos reposara a cada lado de su cuerpo. Simplemente perfecta.

-Así que usted me mandó la copa, señor...

-Jeon Jungkook-el chico estiró su mano, ella dudó por un momento pero finalmente la estrechó-Me atreví a hacerlo porque desde que entró usted llamó mi atención, pido disculpas si la incomodé.

-Nada de eso, agradezco el detalle-sonrió levemente-Mi nombre es Min Yoonji, es un gusto conocerlo.

Jungkook la invitó a sentarse con él en su mesa y estuvieron charlando. Por primera vez no sintió la necesidad de seducirla y llevarla a la cama, Yoonji era muy linda y tenía una risa preciosa. Estaba haciendo lo posible para verla, adoraba que sus encías salieran a la luz en cada sonrisa.

La noche se pasó entre charlas y tragos hasta que llegó la hora de irse. Yoonji se encargó de mandar a sus amigas en un taxi (verificando qué fuera seguro, claro) y finalmente marcó para pedir uno, pero fue interrumpida por Jungkook quien le quitó su celular y colgó.

-Yo puedo llevarte a tu casa, ya es bastante noche y un taxi es peligroso.

Hablando se dieron cuenta que Yoonji era mayor que Jungkook así que dejaron de lado la formalidad.

-No tienes que hacerlo, tampoco es la primera vez que me voy sola.

-Pues ahora ya no será así.

Yoonji lo vio con una sonrisa y asintió, dejándose guiar hasta el auto de aquél chico. No podía negar que estaba algo asustada, claro que ya había ido con algún hombre a su casa después de una borrachera, pero por alguna extraña razón Jungkook la ponía nerviosa.

El camino no fue incómodo, la música de la radio hizo un ambiente acogedor y perfecto para una charla.

-No te pregunté pero, ¿tienes novio?-Jungkook la vio, el semáforo estaba en rojo así que quería observar su cuerpo y rostro para ver si mentía.

Pero Yoonji seguía cómoda, con la seriedad que la caracterizaba.

-No tengo novio, estoy sola.

Jungkook asintió y cuando el semáforo cambió de color siguió el camino. La radio seguía tocando música relajada hasta que se puso una canción algo peculiar.

Animals de Marron 5 sonó en la radio y el ambiente se volvió tenso y caluroso.

Yoonji juntó sus piernas y sus manos se apretaron en su vestido, esa canción siempre había despertado emociones en ella.

Jungkook lo notó y la miró de reojo, mentiría si dijera que no estaba sintiendo nada con verla tan vulnerable y sonrojada.

Sin pensarlo dos veces puso una mano en su muslo mientras que con la otra manejaba, lentamente fue metiéndola entre sus piernas y llegó hasta la entrepierna de Yoonji. Pudo sentir que ella ya estaba húmeda y exitada por ese roce.

-Jung...Jungkook-gimió.

Era de madrugada, ya no había gente caminando por las calles ni locales cercanos abiertos así que mandó todo a la mierda y orilló el auto en la banqueta.

Yoonji sin pensarlo se pasó a su regazo y comenzaron a besarse como si de eso dependiera su vida. Jungkook pasó sus manos por sus muslos hasta llegar a su espalda, bajó el cierre con fuerza y le quitó el vestido por encima.

Admiró sus pechos, quienes lo invitaban a meterselos a la boca. Sin pensarlo comenzó a lamer sus pezones ganándose un gemido agudo por parte de Yoonji, quien solo pudo comenzar a moverse sobre la erección deJungkook.

Su coño estaba húmedo y dolía por la exitacion que estaba sintiendo por todo su cuerpo. Quería que Jungkook la tomara ahí y ahora.

Parecía haber leído su mente porque dejó de lamer sus pechos y bajó sus manos para desabrocharse el pantalón. Yoonji lo ayudó a hacerlo y liberó su erección, si estuvieran en otro lugar podría chuparlo hasta que se corriera en su boca, pero estaban ambos necesitados y no querían esperar más.

Jungkook solo hizo a un lado la ropa interior de Yoonji y lentamente se introdujo por completo en ella. Yoonji soltó un suspiro de alivio y pasó sus manos por el pecho de Jungkook, se sentía completamente llena y satisfecha.

Jungkook tomó su cuello y la acercó a él para poder besarla. Yoonji comenzó a mover sus caderas en círculos y Jungkook enterró sus dedos en su cintura al sentir el placer recorrer su cuerpo. Ella se movía con rapidez, queriendo cada vez más y más de aquél hombre que la sedujo con una copa.

El auto se movía y los cristales se empañaban en cada posición nueva que hacían. Los gemidos, gruñidos y roces crearon un vínculo que además de ser sexo, se convirtió en amor y aprecio por el otro. A los pasos de los meses y citas románticas, Yoonji se dio cuenta que estaba enamorada de Jungkook.

🐣


Yoonji soltó un jadeo y enterró su rostro en el cuello de Jimin, quien acariciaba con sus dedos el clitoris de su bella amante.

La forma en la que ellos se conocieron fue peculiar y extraña, Yoonji estaba segura que nadie en el mundo se había conocido de ese modo.

Yoonji estaba en el banco revisando que todos sus papeles estuvieran en orden, era conductora de televisión y tenía que abrir otra cuenta de banco. Mentiría si dijera que no estaba asustada, era un banco importante y podría haber algún robo en cualquier momento.

El destino parece haberlo oído, porque entraron unos hombres armados y sin pensarlo comenzaron a disparar a cualquiera que se le atravesara enfrente. Yoonji se quedó estática, jamás pensó estar en un robo real. Cuando tomó su bolso para escapar sintió que alguien la apuntaba con una pistola en la espalda, aquél hombro la pegó a él por la cintura.

-Dame tu cuenta de banco si no quieres morir.

Yoonji con las manos temblorosas sacó de su bolsa su cartera para darle los datos, el hombre había aflojado el agarre y ahora solamente apuntaba con la pistola su cabeza. Todo fue muy rápido, había sonado un disparo y el hombre ahora estaba tirado juntó a ella con una bala en la cabeza.

Levantó la mirada y vio a un hombre de traje, su cabello rubio estaba peinado hacia atrás y su mirada era profunda. Parecía que estaba solo, porque corrió hacia ella para tomarla de la cintura y esconderse detrás de un escritorio. Varias balas impactaron contra el escritorio, el hombre misterioso se asomaba para disparar y Yoonji quedó asombrada de la puntería del desconocido.

-Ven por aquí, vamos a escapar.

El hombre la tomó de la mano y corrieron hacia la puerta trasera, escuchó un "siganlos" y sus manos sudaron. Salieron a un callejón y escucharon un claxon, el hombre sonrió aliviado y subieron con rapidez al auto.

-Gracias Nam, pensé que moriría ahí.

-Vamos amigo, un mafioso como tú es duro de matar.

-¡¿Mafioso?!

Yoonji chilló y se arrinconó en el asiento trasero, tomando una distancia considerable de aquél hombre el cual hace unos minutos se había vuelto su héroe. El chico se golpeó la frente y miró con molestia a Nam, quien sonrió com nerviosismo y siguió manejando. Se giró a ver a Yoonji quien le apuntaba con un lapicero y sonrió.

-Tranquila chica, no voy a hacerte nada.

-No puedo confiar en un tipo que mata gente-lo miró asustada-Quizáz usted me robó para matarme en su mansión de rico-el hombre comenzó a reír a carcajadas, provocando enojó en la pequeña chica-¡No se burle de mi miedo!

-Es inevitable, lo lamento-sonrió y se acomodó en el asiento-Me llamo Park Jimin y este idiota es Kim Namjoon, es cierto que soy un mafioso y no es por presumir pero soy el mejor del país. El FBI lleva años detrás de mí pero jamás me atraparon.

-De seguro eres de esos que secuestran chicas y las venden-el rostro de Jimin se volvió serio y negó.

-No es así linda. Mi clan odia a los tipos que se aprovechan de las mujeres y más de las niñas, hace dos meses ayudé al FBI a tomar el clan Seok-cuando Jimin mencionó eso, Yoonji dejó su miedo y se acomodó mejor en el asiento-Esos idiotas robaban niñas y las prostituian a los malditos extranjeros, un día tuvimos una reunión y me ofrecieron a una niña de 4 años, ¿puedes imaginar lo repugnante que fue aquello?

Yoonji negó, era algo sorprendente y asqueroso saber que incluso entre mafiosos detestaba aquello. Ella creía que todos eran iguales, que cualquier clan se dedicaba a violar mujeres y matar inocentes, pero Jimin le estaba demostrando que no.

-Esa noche contuve las ganas de matarlos, pero era mejor meterlos a la cárcel. Uno de mis hombres le habló al FBI y le dio las pistas, unos minutos antes de que llegaron nos fuimos como si nada hubiera pasado, los detuvieron y los metieron a la cárcel-una sonrisa adornó su rostro y la miró-En la cárcel volaron a esos imbéciles, fue satisfactorio. Si los mataba no iban a pagar el verdadero precio, en la cárcel los que hacen justicia son los presos.

Yoonji había quedado impresionada por aquél hombre, saber que prefería hacer justicia por esas niñas la hizo sentirse segura.

-¿Entonces por qué eres el mejor?

-Porque no soy malo, me gusta traficar armas y drogas. Eso deja más más qué nada.

-Pero matas a personas inocentes-Park negó.

-Yo no los mato Yoonji, ellos eligen el camino fácil y deciden darme dinero a cambio de mierda. Puedo controlar todo esto, pero jamás me he metido droga porque no soy idiota.

Yoonji asintió y aunque no lo dijo le había dado la razón. Era cierto lo que dijo Jimin, no podían culparlo por la muerte de personas a manos de las drogas porque él no los obligaba a consumir, la gente era estúpida y lo hacían.

-Lamento interrumpir, pero necesitamos saber la casa de la señorita.

-Cierto, ¿Dónde vives?

Yoonji le dio la dirección a Namjoon y él manejó camioneta hasta su casa. El camino fue silencioso y algo incómodo, aquellos hombres solo hablaban de armas y drogas que faltaban por exportar a México.

Al llegar Jimin le ayudó a bajar y entró a su casa para verificar que estaba seguro todo, sabía que habían identificado ya a la chica y no quería que hubiera peligro para ella. La muchacha no era nada suyo, solo la había ayudado.

-Te daré mi número y el de Namjoon si algo sucede.

-Estaré bien.

-No es así, los demás no ven si te conozco o no. Con solo habernos visto juntos ya te convertiste en un factor que está en peligro.

Yoonji se estremeció y se abrazó, en la mañana estaba feliz de poder tener otra cuenta en el bando y ahora estaba en peligro de muerte.

-Min Yoonji.

Jimin elevó una ceja y la miró.

-Ese es mi nombre.

-Ya lo sé.

Le guiño el ojo y salió del departamento para bajar a su auto e irse. Yoonji se asomó por la ventana y vio el vehículo alejarse por las calles de New York.

Los siguientes días estuvieron tranquilos, dio sus noticias con normalidad e incluso habló del clan Seok. Le habían preguntado por mensaje a Jimin si podía revelar aquella información y él se lo permitió.

Un martes en la mañana su teléfono sonó y sonrió al ver que era Jimin.

Jimin♡
Te mandé un paquete y quiero que te lo pongas.

Dejó su teléfono en la mesa y abrió la puerta de su departamento para ver que había una caja grande. Le costó cargarla así que la empujó hasta tenerla por completo dentro de su departamento, tomó un cuchillo y rompió la cinta para ver su contenido.

Había un vestido amarillo juntó a unas zapatillas del mismo color las cuales tenían una mariposa en la punta. Había otra caja pequeña la cuál abrió y se sonrojó al ver que era lencería negra, era muy bonita.

Tomó su teléfono cuando volvió a sonar.

Jimin♡
Si aceptas tener una cita conmigo, usa ese vestido en tu noticiero.

Jimin sonrió cuando Yoonji apareció frente a camara con aquél vestido amarillo que abrazaba su figura. Podía ver un leve rubor en las mejillas de la pelinegra y algo de nerviosismo, pero seguía siendo preciosa.

Yoonji no usó la ropa interior hasta que Jimin la invitó a una cena en su mansión. Para ese día se llevó un vestido color vino que le regaló un mes después de conocerse.

-Te ves preciosa.

Jimin la tomó de la cintura y besó su mejilla, ganándose un suspiro por parte de Yoonji. Sus manos acariciaron su cintura hasta bajarlas por sus caderas y trasero. Sus labios rozaron los de la chica, quien estaba ansiosa por probar aquellos labios esponjosos. Sabía que Jimin era demasiado atractivo y sexy, era tan caliente que muchas veces se había tocado pensando en él.

La cena se pospuso, pues ambos estaban ansiosos por probarse. La tensión por llamadas y mensajes de texto estaba por liberarse esa noche.

Jimin acariciaba sus piernas desnudas mientras Yoonji besaba su cuello y desabrochaba aquella camisa blanca. Algo que amaba de los hombres era verlos en traje, y aunque aquél hombre no era musculoso sin duda era tan malditamente atractivo.

-Quiero ver cómo te tocas, ábrete de piernas mi amor.

Yoonji se acomodó en la orilla de la cama y se quitó la ropa interior quedando completamente desnuda. Estaba nerviosa, Jimin la miraba con seriedad y de forma intimidante. Al principio solo acarició sus pechos y fue bajando sus manos por su abdomen y vientre hasta llegar a su zona, la cual ya estaba bastante húmeda.

Yoonji no se metía los dedos, claro que le gustaba pero para ella era más placentero acariciar su clitoris. Se abrió por completo de piernas dejando ver todo y comenzó a masturbarse.

Yoonji era muy sensible, con el mínimo roce en su piel se volvía vulnerable y eso Jimin lo había descubierto. Verla ahora agitarse, doblar los dedos de sus pies y encurvarse fue algo que no esperaba. Siempre había sido dominante y ver a una mujer tan perdida y sumisa lo hizo prenderse.

Esa noche se hicieron uno, Yoonji se entregó a un hombre que siempre la cuidó y protegió como algo valioso. Es por eso que Yoonji amaba a Jimin.

🐱

Yoonji se dejó caer en su cama y miró su teléfono, estaba aburrida en su departamento y quería salir a pasear pero ninguna de sus amigas respondía los mensajes. Tampoco Jimin y Jungkook, parecía ser el día de ignorar a Yoonji.

Se puso de pie y tomó su bolso para salir de su departamento, no mecesitaba a alguien para poder disfrutar de su día. Bajó hasta el parking y se subió a su nueva camioneta, Jimin la había comprado y la hizo blindada para proteger a Yoonji de cualquier tipo que la molestara. También Jungkook la había equipado, debajo de su asiento había una pistola y cartuchos para protegerse.

Todos menos ellos sabían que tenían a la misma mujer, así que Yoonji tenía a mafiosos y policías detrás de ella todo el tiempo aunque no los viera porque siempre había guardaespaldas cuidandola.

Puso la radio para despejar su mente mientras manejaba a la plaza, llevaba semanas sin comprarse un nuevo bolso y ya había usado todos.

Todo el camino estuvo normal, pero al abrir la puerta de la camioneta una bala impactó contra el cristal de la ventana. Rápidamente la cerró y guardó en su bolso las armas juntó a los cartuchos para salir corriendo por la otra puerta, pues las balas no dejaban de impactarse contra la camioneta.

Mientras corría por la plaza sacó su teléfono y con manos temblorosas le marcó a Jungkook.

-Hola cariño, ¿qué pasó?

-Kookie, Kookie...-YoonJi soltó un grito cuando una bala impactó frente a ella, haciéndola caer.

-Joder Yoonji, ¿qué está pasando?-mientras estaba la llamada, Jungkook aprovechó para rastrear su ubicación.

-No lo sé, vine a la plaza y cuando me bajé comenzaron a dispararme. Jungkook, tengo miedo.

-No te preocupes mi amor, ya voy para allá.

Yoonji colgó y corrió hacia el cine, ahí siempre había gente y era más fácil perderlos. Confiaba en que Jungkook iba a protegerla, porque siempre podía confiar en él.

Los disparos y gritos no se hicieron esperar, así que ella se escondió detrás de las máquinas de comida para no ser vista, pero pareciera que Dios no estaba de su lado porque un hombre se paró frente a ella mientras sonreía.

-Veo que Park no tiene mal gusto-se acercó a ella y pasó un mechón por detrás de su oreja-Eres muy bonita, ¿te lo habían dicho?-olfateo su cuello y Yoonji sollozó, aquél hombre ya tenía sus manos encima de ella-Mi jefe estará muy felíz de poder tenerte.

Dos hombres se acercaron y pusieron de pie a Yoonji, uno de ellos la tomó del mentón para que levantara la mirada y observara al dueño del clan.

-Buenas tardes princesa, espero que nos llevemos bien.

Y todo se volvió negro.

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