;Gage mordió su labio cuando caminó hasta mí. Yo estaba nervioso, no tenía idea de lo que me esperaba. Sólo esperaba que fuera placentero.
"¿Estás seguro?" Preguntó Gage.
Asentí y posicionó sus manos en mis rodillas. Miró hacia arriba, regalándome una sonrisa descarada, separando lentamente mis piernas.
Mi respiración era inexistente y podía decir que él lo estaba disfrutando.
"Dime cuando te duele." Dijo Gage.
Sus manos se desplazaron desde mis rodillas hacia mis muslos. Dieron un pequeño apretón ahí. La sensación era desconocida para mí. Continuó moviendo sus manos hasta que tomé sus muñecas. Sus manos descansaron ahí, en mis muslos. Estaba temblando.
"P-para." Tartamudeé.
Gage sonrió inocentemente mientras retiraba sus manos. Se levantó y apoyó delicadamente sus manos sobre mis hombros. Comenzó a recorrer mis brazos con sus dedos, apenas rozando mi piel, lo cual provocaba escalofríos en mi espina dorsal.
Lo que vino después no lo esperaba. Tomó mi cintura y me tumbó lentamente sobre la cama. Lamió mis clavículas para luego soplar sobre ellas. Los escalofríos corrían libremente por mi cuerpo. ¿Arqueé mi espalda?
"Dime dónde te duele." Dijo suavemente.
Me retorcí ante esta extraña sensación. Mi estómago dolía, mi cuerpo dolía. Esto es pecado. Gage no debería estar tocándome así. Estaba mal, pero se sentía muy bien.
Gage se levantó y se sentó a mi lado. Me incorporé y dejé caer mis manos sobre mi regazo.
"¿Estás bien, Zachary?" Cuestionó riéndose.
Asentí. "¿Cómo dijiste que se llamaba el juego?"
"El juego de tocar. No tiene ningún propósito, solamente me gusta verte sonrojado. Es un juego muy divertido cuando lo haces con gente nueva. Mi padre me dijo que es más divertido así."