Mitsuya podía ser la pareja más cariñosa y atenta en el mundo, se preocupaba tanto por la salud y el como se sentía su pareja. Para Takashi, su familia y su novia lo eran todo, la amaba con locura ¿y cómo no?, si ella estuvo siempre ahí, apoyandolo desde sus inicios, desde que ganaba sus concursos de diseñador y fue ganando fama. Mitsuya se sentía como él hombre más afortunado de la tierra, ¿qué más le podía pedir a la vida?, tenía una hermosa novia que trabajaba en una floreria.
La relación que tenían _______ y Mitsuya era desde años atrás, ambos se habían conocido cuando él de cabello lila estaba en ToMan, en ese entonces ella tenía a su mejor amigo ahí; Baji Keisuke. Por lo que era inevitable que él pelinegro no la llevará a esas reuniones. Al principio no intercambiaban palabras, solo era un simple « buenas noches », pero cuando Mitsuya se interesó en la fémina, no pudo evitar caer en sus encantos.
Desde entonces eran pareja.
Pero ahora las cosas eran extrañas entre ambos, Mitsuya a veces evitaba verla a los ojos. Siempre era alguien cariñoso, que no evitaba darle besos en sus labios o mejillas, siempre la abrazaba por las noches, porque según él, amaba sentir su tacto tan cálido.
Pero ¿hace cuanto qué no lo hacía?
La tristeza invadía a la fémina, ella lo amaba con todo él alma, era obvio que su rechazo le dolía, pero incluso con cosas tan obvias, jamás pensaba en una; que él le era infiel. Lo podía creer de otras personas, pero no de su amado Mitsuya, ¡Él era tan atento! ¡sería incapaz! ¿cierto?, lamentablemente el amor la cegaba.
—Hola, cariño.—saludo la fémina con una sonrisa.—¿Qué tal el trabajo?
Él suspiró y sonrió.
—Estuvo muy cansado y estresante.
La de cabello oscuro hizo una mueca.
—¿Por qué no te sientas un poco y te relajas? ¡podría prepárate un baño y cocinarte tu comida favorita!—sonrió con emoción.
Porque claro, incluso si él no la besaba o decía que la amaba como antes, ella seguía tratando de ser quien diera el amor suficiente para ambos. Lo cual era triste, porque solo se negaba a creer que su relación ya no era la misma.
Tal vez solo era su corazón que trataba se protegerse, porque su mente le decía que era hora de irse de su lado.
Mitsuya se quedó sin palabras, sintiendo una ola de arrepentimiento. Sus ojos se llenaron de lágrimas, ______ lo miro preocupada.
—¿Amor, qué pasa?—pregunto con suavidad.
Él peli-lila no respondió, solo la abrazo con fuerza, escondía su rostro en el cuello de su novia.
—Lo siento, lo siento, lo siento...—murmuraba.
La chica no entendía que pasaba, pero aquello la hizo entrar en pánico.
—¿Takashi...?
—Lamento haberte dejalo de lado, no lo mereces.
El miedo que había recorrido a la mujer se esfumó, cualquier duda se había ido, y es que por primera vez, pensó lo peor, pero ahora quería creer que era porque tenía mucho trabajo y no por otra cosa.
—Está bien, tenías trabajo, no siempre puedes estar aquí.—sus manos lo tomaron el rostro, lo atrajo a ella y dejo un corto beso en sus labios.
El vacío que Mitsuya le había dejado tiempo atrás, volvía a sentirse como antes; una hermosa calidez, llena de felicidad y amor, algo que siempre le gusto de su relación.
¿Pero cuanto tiempo iba durar su felicidad?
—Prometo que las cosas van a cambiar, nada será igual.
—Te creo.—respondió con simpleza, mientras le daba un abrazo, cuantas noches no lloro por no sentirlo cerca, pero ahora que lo tenía, se sentía realmente feliz.
Él había dejado su almuerzo, había salido tan rápido que incluso olvidó sus bocetos de nuevos dieños. La fémina se mordió el labio, tenía tanto que hacer, su floreria tenía que abrir a las siete de la mañana, pero le preocupaba que su novio se metiera en problemas, pues había olvidado lo que quería presentar. Con una sonrisa, pensó en llevarle sus cosas, sería una buena excusa para verlo.
Entro al edifico sin problema, ya todos la conocían por ser la novia del gran diseñador Mitsuya Takashi, lo que le pareció raro, fue ver que la secretaria del peli-lila la veía con cierta pena, pero le indicó en donde estaba su novio, rápidamente le agradeció.
—Me tienes muy abandonada, Mitsuya.—reclamó aquélla mujer desconocida para la fémina.
______ se quedó en la puerta, sabía que estaba mal escuchar las conversaciones ajenas, pero que esa mujer le dijera eso a su novio, la hacía sentir un tanto rara.
—Ya te dije que no podíamos vernos, tengo pareja.
Escuchó una risa por parte de ella.
—Eso no decías hace poco, ¿te tengo que recordar qué me decías ❝oh Michiru, eres la mujer más hermosa. Creó que dejaré a mi novia por ti, hace mucho que deje de amarla❞.
El corazón de ______ se rompía ante tales palabras, sus ojos se llenaban de lágrimas, no podía creer esas palabras, eso era mentira, Mitsuya no diría cosas así ¿cierto?, él la amaba mucho y ella a él, era imposible que él amor de su vida la engañara.
—¿Necesitas qué te de otra prueba?—preguntó Michiru.
Para desgracia de la pelinegra, la puerta estaba entreabierta, por lo que podía ver como Mitsuya estaba sentando y aquella castaña se subía en su regazo. Le dolía ver que él no la quitaba, no rechazaba aquél beso, las manos de Mitsuya recorrían el cuerpo de aquella mujer.
—Dime de nuevo esa palabra.
Él solo rió.
—¿Para qué?
—Porque hace mucho que no me la dices.
—Te amo, Michiru.
La pelinegra estaba destrozada.
—Que bonita sorpresa.—dijo con una sonrisa forzada.
Ambos amantes giraron rápidamente a la puerta, ella finalmente la había abierto por completo.
—Es muy bonita.—continuó, sus ojos retenian las lágrimas acumuladas, no quería darles el gusto de llorar frente a ellos.
Sus manos temblaban, por lo que accidentalmente dejo caer las cosas que tenía.
—Mierda.—se quejó, su visita se dirigió al de orbes color lavanda.
—¿No dirás nada, Mitsuya? ¿Ni un 'lo siento'?
—Cariño...—quito de su regazo a la castaña, intento acercarse.
—No te acerques.
—Perdóname, esto fue un error, yo ya había dejado esto.—sus ojos mostraban arrepentimiento.
—¿Hace cuánto paso?
Él no contesto.
—¡Responde!—gritó.
No sabía como reaccionar, la situación le parecía tan irreal.
—Un mes.
_______ soltó una risa forzada.
—Un mes...¿Y no podías simplemente terminar conmigo? ¡¿No podías ser un maldito hombre y decirme las cosas a la cara?! ¡Eres un imbécil!
—¡Lo que paso fue un error! ¡Ella no significa nada!
—¿Y por qué le decías 'te amo'?, ¿A caso eso no significaba algo Mitsuya? ¿Para ti esa palabra es poca cosa? Porque también me la decías a mí, y si no la tomas en serio, entonces solo eran palabras vacías.
Mitsuya trato de tomarla del rostro.
—Por favor, perdóname.—sus ojos soltaban lágrimas.
—¿Cómo podría hacerlo? Ya no confío en ti. No se porque haces esto, mostrando falso arrepentimiento.
—¿A qué te refieres?
—Ella acaba de decir que tu ya no me amabas, y ni siquiera te atreviste a negarlo.
Mitsuya ya no sabía que decir, ¿qué se supone qué debía responder?
—Te daré lo que tanto quieres; terminamos. Listo, ambos ya pueden ser felices juntos.—dijo, miraba a la castaña y luego a Mitsuya.
—Tomaré mis cosas y me iré, no quiero que vuelvas hablarme, ni buscarme.
—¡No puedes dejarme! ¡Me amas, y yo a ti!
La mujer no contesto, solo se alejo de aquel lugar, sus ojos ya no podían retener sus lágrimas.
Espero les haya gustado el primer
One-shot infiel ♡