-Levihan- First Experiences

By YepYepYeap

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Cuando Hange comienza a tratar de enseñarle a Levi cosas nuevas nunca se imaginó que todo se desarrollaría ta... More

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9th
10th part

11th part

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By YepYepYeap

Gracias a tod@s los que esperaron este capítulo por tanto tiempo.

Todo esto está especialmente dedicado a ustedes.

⚠️ Advertencia ⚠️

Este capítulo contiene escenas explícitas de sexo, masturbación, chistes malos, y sarcasmo, así como menciones románticas que podrían no ser del agrado de todos.

Si NO te agradan este tipo de temas, este es el momento indicado para dejar de leer.

Para los que continuarán...

Una pequeña aclaración antes de comenzar: En este capítulo al igual que el anterior habrá narración de parte de ambos, pero se intuye cuando habla cada uno, al comienzo es Levi, después Hange y al final volvemos con Levi, no lo hice tan complicado como el capítulo anterior, habrá una separación, encontrarán estos puntos • • • cuando cambie quien narra.

Espero que así sea mucho más sencillo de entender.

¡Espero les guste!

Nos leemos al final



—Hange... deja de moverte —dije en un susurro abrazándome aún mas a ella, ya que no tenía intenciones de despertar aún.

Ella se detuvo un instante y luego susurró.

—La sabana se enredó en mis piernas —realizó una pausa y después continuó—. No me puedo mover —comentó con humor.

Aquello me sacó un momento de mi letargo y pude sentir el esfuerzo que intentaba hacer por desenredar sus piernas de aquel pedazo de tela.

Con un gruñido me incorporé y la ayude a salir de aquello, colocando la sábana sobre nosotros de nuevo, y una vez había quedado arreglado me dejé caer sobre la cama, abrazándome a ella de nueva cuenta.

—Creí que no era muy de tu agrado el contacto físico —dijo aquello y sonó a que estaba disfrutando hacer esa afirmación, ya que solo lo decía por molestar.

—Eres la excepción, ¿contenta? —dije de mal humor, quería seguir durmiendo y ella no me lo permitía.

Su cuerpo comenzó a vibrar a causa de su risa, yo solamente frotaba mi mejilla contra su pecho intentando encontrar la posición en la que me encontraba antes de despertar a causa del incidente con la sábana.

—Sí, eso me gusta —respondió dejando de reír y soltando un suspiro.

Aún era de madrugada, o eso creía yo, no tenía idea de cuanto tiempo llevábamos durmiendo pero me sentía bastante repuesto, la explicación podría ser la misma actividad a la que nos habíamos dedicado unas horas antes, aunque no estaba del todo seguro.

En un par de horas, o podría ser que incluso menos, era probable que la luz del sol comenzara a despuntar el horizonte, así que me enfoque en continuar con mi labor de dormir por un momento más.

La sentí pasar las puntas de sus dedos sobre mi espalda y cabello, y fue justo debido a aquello que nuevamente volví a caer dormido.

Me estire sobre la cama y noté que Levi ya no estaba abrazado a mi, de hecho en la cama solo me encontraba yo.

Aquello me hizo despertar de inmediato.

¿Había sucedido algo?, ¿Una emergencia?

No puede ser... ¿qué tal si todo había pasado tan rápido que no tuvo tiempo de despertarme y simplemente se fue sin más?

Era muy poco probable pero podría haber sucedido.

Me incorporé y miré hacia la ventana con urgencia, un color azul claro y algo de la brillante luz matutina entraba desde afuera, finalmente dejé la cama para poder observar directamente el exterior, eso me daría una pista de si lo que pensaba era correcto.

La prenda que Levi me había puesto hace algunas horas se encontraba enrollada en mi cintura dejando prácticamente todo a la vista desde esa parte hacia abajo.

Ah, no pasa nada de cualquier forma estaba sola en la habitación.

Me puse de pie con el trasero al aire y baje la prenda de nuevo, acomodándola para que tapara hasta la mitad de mis muslos.

Me acerqué a la ventana y vi a la mayoría de los reclutas realizando trabajos diversos, de la forma en que normalmente lo hacían... eso quería decir que no había sucedido nada.

Entonces, ¿dónde estaba Levi?

La respuesta a mi pregunta me la dio el sonido de la puerta del baño abriéndose lentamente y dejándome ver a Levi con una toalla sobre la cara, al deshacerse de ella pasó su mirada rápidamente sobre la cama y luego a donde me encontraba junto a la ventana.

—Hmm... ya despertaste —dijo limpiando algunas gotas de agua de su mentón.

Le sonreí y asentí.

—Creí que te habías ido y me habías abandonado aquí —dije en tono dramático caminando hacia la cama y dejándome caer sobre ella, tapando mi rostro con mi antebrazo.

Él soltó algo parecido a una risa ahogada y luego se sentó sobre la cama.

—¿Me iba a ir y te dejaría aquí sola? —preguntó y antes de que pudiera responder continuó—. Eso no sería buena idea —finalizó sarcástico.

Su tono fue el que me indicó que estaba por hacerse el gracioso.

—Oye, ¿a que te refieres? —dije retirando mi brazo de mi rostro para verlo mientras me dedicaba una mirada divertida.

Levantó una ceja mirando hacia la ventana mientras decía.

—Eres un peligro, y es por eso que debes tener supervisión a todas horas, ademas de que está es mi habitación —dijo con una actitud de superioridad volviendo a mirarme mientras se acercaba y tomaba con la punta de sus dedos mi nariz y presionaba ligeramente.

Hice un gesto de desaprobación y golpee su mano para quitarla de mi nariz, aquello sí que lo hizo reír en voz baja.

Volví a mirar hacia el techo recordando nuevamente lo que habíamos hecho unas horas atrás y antes de poder procesarlo por completo mis necesidades corporales me obligaron a ponerme de pie.

—No creas que esto se va a quedar así —dije mientras caminaba hacia el baño. 

—Qué miedo —dijo en respuesta a mi amenaza mientras recargaba su rostro sobre la palma de su mano, su tono fue uno de completa aburricion.

Le apunte con un dedo antes de decirle.

—Idiota —y cerré la puerta.

Aquel sonido tan característico que hacía cuando algo le causaba gracia (un resoplido) pudo escucharse dentro del minúsculo baño.

Lo ignoré y me dedique a hacer mis necesidades, escuché algo de ruido en el exterior pero creí que Levi estaba haciendo un drama por algo sucio en su habitación así que no le di mayor importancia.

Terminé y seguí el ejemplo de Levi, empape mi cara para poder estar totalmente despierta para comenzar el día, me sequé con una toalla que encontré cerca y a continuación me dirigí de nuevo hacia la salida.

Abrí la puerta del baño y me quede petrificada en dicho lugar...ahí estaban ambos, mirándome desde la entrada de la habitación.

Levi suspiró y cerró fuertemente los ojos cuando me vio ahí de pie sin hacer nada más que observarlos a ambos.

Erwin me sonrío y luego dirigió su expresión divertida y conocedora hacia Levi, quien únicamente se pasó ambas manos por el rostro en una clara señal de que necesitaba con urgencia que se lo tragara la tierra.

Después de divertirse observando a Levi se giró para mirarme nuevamente, yo solo estaba parada como idiota, aún sujetando la puerta del baño con mi mano derecha, mientras que con la izquierda sujetaba la pequeña toalla con la que anteriormente me había secado el rostro.

No es que me incomodara particularmente que Erwin supiera que estaba sucediendo entre ambos (a estas alturas la mayoría podía darse una idea) pero tampoco es como si tuviera especial prisa por contárselo.

Así transcurrieron los segundos más largos que había tenido oportunidad de vivir en algún tiempo...esperando a que Erwin se animara a decir algo.

Todo ese silencio era bastante enervante, hasta que por fin el rubio se aclaró la garganta antes de comenzar a hablar.

—Así que a esto se refería Armin —dijo sin un ápice de sorpresa y luego como dándose cuenta de algo agregó—. ¿Es ese el regalo de Mike? —preguntó refiriéndose a la prenda que llevaba encima.

Levi asintió, enrojeciendo gradualmente, mi rostro debía ser un vivo reflejo del suyo.

Enseguida Erwin se quedó con expresión de analizar algo y luego mencionó.

—Creo que dadas las circunstancias y que ahora mismo no tenemos nada del todo urgente que atender, supongo que se han ganado un día libre —dijo mencionándolo todo con lentitud como esperando que rechazáramos la oferta y podríamos haberlo hecho de no estar tan ensimismados intentando analizar lo que nos decía, y después continuó.

—¡Ah!, pero en verdad necesito tu firma en estos documentos Hange, en un momento alguien de la policía militar vendrá a buscarlos así que es urgente —finalizó extendiendo los documentos para que los tomara.

Me tomé un instante para observar con mayor detenimiento del necesario aquellas hojas de papel, sintiendo mi cara arder al darme cuenta que, en primer lugar aún estaba desnuda debajo de aquella enorme prenda que vestía, la cual solo tapaba lo absolutamente necesario (y que Erwin sabía de dónde provenía).

Y en segundo lugar aunque intentáramos negar lo que obviamente había sucedido (si le dabas un vistazo a la cama era más que obvio) él seguramente haría algún comentario gracioso que nos dejaría aún más avergonzados de lo que ya nos encontrábamos... eso sin mencionar lo que había dicho acerca de Armin.

¿Acaso nos había escuchado?

Estaba segura de que mi cara nunca antes había enrojecido tanto como ahora, no era que me avergonzara de lo que había sucedido entre Levi y yo eso jamas, si no el cómo se había terminado enterando Erwin acerca de ello.

—¿Qué fue lo que dijo Armin? —pregunté saliendo de mi letargo y tomando las hojas entre mis manos.

Me aproxime rápidamente hacia el escritorio de Levi, buscando lo necesario para firmar los documentos tan rápido como mis sentidos me lo permitieran mientras esperaba la respuesta del rubio.

—Si lo que les preocupa es que Armin los descubriera, creo que no es el caso, simplemente estaba preocupado por que creyó haber escuchado algo extraño en ti... —hizo una pausa, misma que nos obligó a mirarlo de nuevo, se refería a mi...y después agregó —. Pero es Armin de quien hablamos —finalizó su comentario sonriéndonos.

Un sonido de queja abandonó los labios de Levi mientras se cruzaba de brazos, terminé de firmar los documentos mientras sentía que ya había pasado una eternidad desde el mismo momento en el que había atravesado la puerta del cuarto de baño aunque sabía que únicamente habían transcurrido unos pocos minutos desde aquello.

Finalmente tomé aquellas hojas ya firmadas y me acerqué Erwin, las entregué, él revisó todo de inmediato y asintió al verificar que se encontraban en orden.

—Bien, eso es todo, no quiero verlos trabajando en su día libre, si me entero que alguien los vio en algún lugar que no sea esta habitación o la ciudad más cercana tendré que aplicarles un castigo —hizo una pausa —. Y créanme no será divertido, pueden verificarlo con Nanaba y Mike, ellos ya pasaron por ese correctivo un par de veces —dijo riendo con humor acerca de su propio chiste.

Observe a Levi y él me devolvió la mirada.

¿Qué hacemos ahora?

Nada... esperemos a que se largue.

—Me voy, nos vemos —dijo Erwin mirándonos una última vez, girándose para abandonar el lugar y antes de llegar a las escaleras habló de nuevo.

—Deberían cerrar la puerta —mencionó riendo abiertamente esta vez, antes de desaparecer por completo.

Levi enrojeció, haciendo que su cara se ruborizara quedando al mismo tono que la mía, creo que nunca habíamos sentido tanta vergüenza por algo sin importancia como esto, en mi defensa la mera presencia de Erwin era algo que imponía respeto pero que nos encontrara en una situación tan inesperada cómo está, fue demasiado sorpresivo.

Levi no espero más, tomó la puerta y la cerró con fuerza, no sin antes asegurarse de cerrarla con seguro, garantizando así que no habría más incidentes como el de ayer.

—¿Qué fue eso? —pregunté sentándome sobre el borde de la cama.

—Escuché la puerta, abrí y era él —dijo relatando cómo había sucedido todo con la elocuencia que lo caracterizaba—. No debí haber abierto así sin más... —comentó mientras negaba con la cabeza.

—Sí supuse que así había sucedido pero... es que todo fue muy raro, ¿fue mi imaginación o nos dio autorización para continuar? —pregunté casi comenzando a reír, toda esta situación era de lo más irónica.

Levi tomo asiento junto a mi y me observo con detenimiento.

—¿Qué? —pregunté sin saber que más decir.

En más de una ocasión Levi me había hecho comprender el significado de... quedarse sin palabras.

—Él lo sabía —afirmó.

Me reí a causa de su solemnidad, y aquello sirvió para aligerar el ambiente raro que se había instalado a causa de lo sucedido.

—Es obvio que sabía, si dieras un vistazo a la cama, y a mi saliendo del baño llevando solamente esto —hice una pausa para tomar la enorme prenda sobre mi y jalarla un poco —continué—. Creo que habría sido difícil no darte una idea —dije dándole una sonrisa.

Él negó haciendo un sonido de desaprobación con su garganta.

—No, no entiendes... él sabía que había sucedido —asentí ya que esa parte la había escuchado la primera vez que él la mencionó, así que no sabía porque volvía a repetirlo, le indiqué con la mirada que continuará y así lo hizo—. Lo supo desde mucho antes de que pasara —dijo sin terminar de creerlo.

Eso no hizo más que confundirme.

—¿Qué? —fue mí turno de preguntar con elocuencia.

—Lo que escuchaste... —dijo en un susurro.

Estaba demasiado confundida por todo lo que había sucedido en tan poco tiempo, y por lo que Levi seguía diciendo, abrí la boca para preguntar de nuevo a que se refería pero no fue necesario ya que él tomó la palabra una vez más.

—No entendía su actitud, pero siempre se pasaba un par de veces por aquí... todo desde hace algunas semanas, así sin razón aparente simplemente aparecía y yo preguntaba qué quería, él me observaba y después decía '¿aún no?', y bueno se marchaba... —se tomó un par de minutos antes de continuar.

—Nunca entendí a qué se refería, hasta hoy, al abrir la puerta lo primero que dijo sin tener que mirar la cama fue 'finalmente' y asintió como un maldito sabelotodo psicopata, aquello de la firma fue una mera excusa para asegurarse —dijo escondiendo su rostro entre la palma de sus manos.

—¿Eso cuenta como acoso o es simple observación? —me pregunté a mi misma en voz baja, aunque lo suficientemente alto para que Levi me escuchara.

Me observó separando ligeramente sus dedos para poder verme, aquello me hizo gracia así que comencé a reír, el finalmente retiró sus manos de sobre su rostro.

Un par de minutos después pare de reír, y me deje caer sobre la cama una vez más, no sin antes poner mis manos sobre los hombros de Levi y arrastrarlo conmigo sobre el colchón.

Con las piernas en el borde de la cama y nuestros torsos sobre ella nos giramos para poder observarnos mejor.

Levi bajo un poco la mirada hacia mi pecho.

—¿Qué? —pregunté.

Negó mientras mencionaba.

—No es nada, es solo que te queda mucho mejor esa cosa a ti que a mi —dijo tomando entre sus dedos un poco de la tela de la prenda.

Aquel movimiento fue tan inocente y simple que por un momento me olvidé que debajo de aquello no había nada más que piel, y justamente la punta de sus dedos había rozado ligeramente uno de mis pezones.

Eso me hizo soltar un sonido de sorpresa que causó que Levi terminara alejando su mano.

—¡No pasa nada, es solo que me sorprendió lo que hiciste! —dije ocultando el hecho de lo que en realidad había sucedido.

Él asintió, indicándome que había comprendido que no había sido más que un malentendido.

—Entonces... cuéntame, ¿Qué te pareció lo de ayer? —pregunté como si nada.

Y no es que le diera poca importancia a lo que habíamos hecho...al contrario, fue excesivamente satisfactorio y había disfrutado bastante de ello pero con Levi era mejor hablar de forma directa que andarse por las ramas.

—Me gustó, fue interesante poder experimentar personalmente de lo que todos hablan maravillas —sonrío ligeramente—. Aunque mi espalda me duele bastante, creo que aunque estoy acostumbrado a hacer muchas cosas en los entrenamientos esto lo sobrepaso con creces —dijo pasando una mano entre sus cabellos.

Asentí.

—Tienes razón, a mi me duele el trasero y bueno no es que lo hubiera ocupado mucho, bueno no es el trasero en realidad es la espalda baja, y mis piernas están algo adoloridas pero igual que tu lo disfrute mucho, mucho —dije pasando mis manos por encima de mi cabeza asintiendo y estirándome con libertad.

Levi siguió ese movimiento con la mirada, observando con atención todo lo que había hecho.

—¿Quieres repetirlo? —dije moviendo las cejas de arriba a abajo, insinuándole lo de hace algunas horas.

Y lo había dicho solo por decirlo, aún me sentía un poco cansada pero mucho más relajada que en días anteriores, si este tipo de prácticas nos hacia sentir así a ambos no me opondría a que sucediera varias veces por semana.

—Si tú quieres, está bien —respondió.

Me incorpore sobre la cama quedando sentada sobre mis muslos, mirándolo fijamente.

—¿Hablas en serio? —pregunté aún sin estar segura de que había escuchado correctamente.

Él asintió mientras seguía mi ejemplo y se incorporaba quedando igual que yo, sentado sobre la cama.

—¿Por qué la cara de sorpresa? —preguntó retirando un mechón de cabello de mi rostro.

Me tomé un momento para acomodar mis ideas antes de decirle.

—Creí que ya que esto sólo era de prueba, tú sabes para experimentar únicamente accederías a hacerlo una vez conmigo y luego aprovecharías lo que aprendiste con alguien más —dije como si fuera lo más obvio del mundo.

Negó suavemente, retirando su mano de mi rostro.

—¿Y si no quiero aprovecharlo con nadie más? —y lo que sucedió en seguida creí haberlo vivido con una lentitud increíble.

Ya que Levi se detuvo por un instante, me miró a los ojos y pareció darse cuenta de algo y después enrojeció, un minuto o si acaso dos pasaron de forma lentísima, Levi volvió a tomar la palabra, no sin antes aclararse la garganta.

—No espera eso sonó demasiado egoísta de mi parte, es decir... yo no quiero aprovecharlo con nadie más, tú eres libre de hacer lo que mejor te parezca —dijo cruzándose de brazos mientras finalizaba aquello.

Lo observé con ojos entrecerrados, analizando con lentitud la información que acababa de proporcionarme.

Y si lo entendía de forma correcta, lo que acababa de decir Levi era que él solo quería hacer aquello conmigo pero ¿yo podía hacerlo con quien quisiera?

Podía sentir como mis labios se curvaban dando así pasó a una sonrisa.

'Así que de eso se trata'... me dije a mi misma y por ende no pude resistirme a molestarlo.

—Oh, ya veo.... entonces dime Levi —hice una pausa para que pudiera prestarme toda su atención y enseguida continué—. ¿Desde cuando estas enamorado de mi? —moví de nuevo mis cejas de forma insinuadora de la misma forma que sabía que él odiaba mientras sonreía esperando su reacción de molestia.

Aquello lo hizo enrojecer aún más que cuando Erwin nos había encontrado hace algunos minutos atrás e incluso dejó de mirarme para enfocarse en el exterior pero no lo hizo hablar, al contrario pareció haberlo cohibido y  obligado a cerrarse de todo, de mi incluso ya que volvió a usar aquella expresión de indiferencia que hacía bastante no usaba conmigo, años quizá.

—Oye... —dije tomando sus antebrazos con mis manos mientras lo sacudía un poco, mantuve el tono divertido mientras hablé—. Tú no estás enamorado de mi, ¿verdad? —dije sonriendo pero aquella sonrisa poco a poco se desvaneció de mi rostro.

Levi seguía sin decir una sola palabra.

¿Qué demonios estaba pasando?

Retire mis manos de los antebrazos de Levi lentamente, volviendo a quedar sentada en donde antes me encontraba, justo frente a él sobre la cama, en silencio... con la boca ligeramente entreabierta mientras pensaba que todo esto era un simple malentendido.

Pero al mismo tiempo hizo acto de presencia por mi cabeza todo lo que él había hecho por mi desde que comenzamos a tratarnos con aquella característica familiaridad, que por cierto de eso ya hacia bastante.

El que me tratara como su igual, que no menospreciará mis ideas, que se molestará conmigo por ser bastante inconsciente cuando se trataba de mi trabajo, la preocupación que siempre había tenido por mi, por saber si había dormido o comido, e incluso si me había molestado en salir aunque sea un instante a respirar un poco de aire fresco al exterior.

No era ciega aunque lo pareciera, sabía que Levi sentía aprecio por mi, pero el aprecio y el amor son cosas diferentes... provienen de la misma causa un sentimiento amistoso hacia alguien pero no era lo mismo.

¿Era por eso que se preocupaba tanto por mi?

Oh...

Sacudí mi cabeza.

¿Era por eso que yo me preocupaba tanto por él?

Mierda...

Mordí mi labio inferior al darme cuenta que probablemente yo había estado haciendo el mismo tipo de cosas que Levi hacia por mi pero demostrándolas de forma diferente, frecuentándolo en su habitación cuando se sentía solo o no podía dormir o incluso solo por el hecho de que yo sabía que estaba ocupado trabajando y quería cerciorarme de que terminaría pronto.

No era solo hacerle compañía, era... ¿qué era?.

Era gritarle a mitad de la enfermería que era un idiota mientras todos nos miraban, era obligarlo a dormir en su cama porque hacía días no lo veía descansar ni un poco, era hablarle de todo lo que se me ocurriera cuando me parecía verlo más triste de lo común.

¿Así se sentía estar enamorado de alguien?

Podía sentir mi cara ardiendo por el peso de mis propios pensamientos.

Había dormido tantas veces con él sin siquiera darme cuenta que lo que él sentía yo también lo compartía.

Vaya idiota...

Sin duda alguna esto era lo más idiota que me había sucedido...

¿Cómo es que haciéndole una simple pregunta a Levi terminé dándome cuenta que en realidad era yo la que estaba enamorada de él?

No, no.

—Levi... —dije en voz baja.

Él me miró de nuevo, lucía preocupado por el tono de voz que utilicé.

—Hmmm... —dijo indicándome que me escuchaba mientras observaba con atención el cómo apretaba mis manos en puños.

Aclare mi garganta antes de decirle aquello.

—¡Creo que soy yo quien está enamorada de ti! —dije en voz alta.

Y la expresión en mi cara debió haber sido lo suficientemente trágica y dramática como para hacerlo reír en una situación como esta.

La escena que se desarrollaba dentro de su habitación era surreal, él riendo de forma controlada e intentando no dejar salir su risa y yo con una cara de preocupación digna de la persona que tenía frente a mi, y solo por un instante me pasó por la mente la posibilidad de haber cambiado personalidades.

Negué para sacarme aquel pensamiento raro de la mente y luego tomé a Levi por los hombros intentando que dejara de reír, sin mucho éxito debo mencionar, él aún continuaba riendo en voz baja, algunas lágrimas se dejaban ver en la comisura de sus ojos.

—¿Qué es tan gracioso, idiota? —pregunté aún preocupada.

—¿Qué no lo es? —respondió de inmediato tomando una respiración profunda para enseguida volver a reír.

No entendía que estaba pasando y honestamente esto ya estaba comenzando a preocuparme.

Lo dejé terminar de reír aún pensando en lo que estaba sucediendo y sabiendo que todos conocían la personalidad de Levi y nunca nadie me creería si me atreviera a contarles lo que estaba sucediendo frente a mi.

Levi tomo varias respiraciones cortas y profundas para después limpiarse el rastro de lágrimas de los ojos, nunca antes lo había visto así, se veía tan joven y tan lleno de vida.

Sonreí a causa de aquel pensamiento.

—Deberías reír más a menudo, tu cara se ve bien cuando lo haces —dije dándole ánimos a que continuara. 

Pero resultó en lo contrario ya que se detuvo, todo se quedó en un silencio abrasador dentro del lugar, de vez en cuando se podían escuchar las risas o comentarios de los reclutas en el patio.

—Tú deberías bañarte más seguido, así te verías mejor, más limpia —respondió él a la defensiva.

Hice una mueca de molestia, él sonrió.

—No es tan sencillo, ¿verdad? —preguntó sabiendo que la respuesta era no.

—Bueno olvídalo entonces, ahora explícame ¿por qué comenzaste a reír? —pregunté intrigada.

Él soltó un suspiro mientras se tocaba el torso con las palmas de sus manos.

—La cara que hiciste, fue demasiado graciosa, fue por eso —dijo cerrando los ojos mientras asentía, se notaba cómodo con todo esto.

—Me da gusto que te divierta esta situación, ¿escuchaste siquiera lo que dije? —pregunté creyendo que él ni siquiera se estaba tomando en serio lo que había dicho.

Enseguida se pasó ambas manos por el cabello para tomar la palabra.

—No me mal entiendas, lo que dijiste no es lo que me causó aquel episodio raro, fue tu expresión, solo eso —dijo cruzándose de brazos.

Entendía lo que me decía, claro que lo hacía pero aún estaba la incógnita de él 'tema'.

—Entonces cuéntame, ¿qué piensas acerca de..? —finalice dejando el resto de la pregunta al aire, y usando mis manos para indicarle de que se trataba, al mismo tiempo que comenzaba a sentir un poco de ansiedad por su posible respuesta.

Al cederle la palabra lo noté cohibido, como intentando encontrar las palabras correctas para mencionarlas.

—Yo... —comenzó pero tan pronto como habló se detuvo y me observo con intensidad—. ¿Estas segura de lo que dijiste? —preguntó de forma lenta y por alguna razón lo noté nervioso.

Asentí lentamente mientras lo miraba dándole toda mi atención.

—Bastante, sí —afirmé y él pareció un poco más seguro—. ¿Por qué lo preguntas?—fue mi turno de insistir.

Nos observamos cómo era costumbre, y por un largo momento ninguno se animó a decir nada, solo intentábamos descubrir los secretos que guardábamos del otro.

—¿Por qué no lo dijiste antes? —preguntó entrecerrando los ojos.

Esta plática estaba saliendo sorpresivamente bien, hasta ahora.

Solté un suspiro.

—¡Me acabo de dar cuenta! —dije con un tono agudo de voz para después continuar—. Yo... lo había pensado antes, no te voy a mentir pero nunca de forma seria, nunca como una posibilidad real, yo... creo que nunca había tenido oportunidad de analizarlo seriamente, lo pensé después de decirte aquello, tú sabes conectar los puntos y todo eso —me vi obligada a hacer una pausa y tomar aire.

—Y bueno al comienzo solamente lo había dicho para molestarte, ¡nunca creí que la que terminaría respondiendo a la pregunta que hice fuera yo! —dije poniendo la palma de mis manos sobre mis mejillas.

Él me observo realizar aquello con atención mientras asentía lentamente.

—Entonces... creo que tengo algo que decir al respecto —dijo mostrándose algo tenso al hablar.

Asentí con entusiasmo.

—Te escucho.

Tomó aire, y al dejarlo salir pareció sentirse un poco más tranquilo, o por lo menos esa fue la impresión que me dio.

—No quería decir nada hasta estar completamente seguro de lo que se supone que siento pero al haber tenido contacto con ciertas parejas tanto fuera como dentro de la legión creo que si tuviera que ponerle un nombre a lo que siento creo que lo mismo que dijiste tú sería lo más adecuado —terminó de hablar mientras soltaba un suspiro.

—Creo que también me... —hizo una pausa, le estaba causando algo de molestia poner en palabras lo que estaba por decir—. ¿Me gustas? —dijo en voz baja—. Pero por mi reacción creo que te diste cuenta desde que lo mencionaste, esto de los sentimientos es un tema extraño para mi —mencionó después de un instante de silencio.

Sonreí lentamente, esa sinceridad es lo que me gustaba de él, desde el mismo momento en el que nuestra amistad comenzó a afianzarse, ya que era complicado escucharlo decir sus pensamientos en voz alta pero si lo hacía me aseguraba de prestarle toda mi atención para poder guardar aquello en mi memoria.

Que sentimental me había puesto.

—No creo que sea lo mismo el que te guste alguien a estar enamorado —dije aún con la misma sonrisa, era obvio lo que quería escuchar y él por su parte lo notó de inmediato apenas finalice.

Se aclaró la garganta en ese gesto tan particular que mostraba cada vez que estaba nervioso.

—Yo... ehmm —escuché algo rápido que no entendí y pudo haber sido mi imaginación pero lo escuché hablar bastante más rápido que de costumbre—. También estoy enamorado de ti, ¿feliz? —dijo mirándome directamente a los ojos, con las mejillas coloreadas de un tenue color carmín.

Suspiré con alivio.

—Sí.

Y bueno que mejor manera de afirmar que toda esta conversación había sido un completo éxito que demostrándonos lo que sentíamos el uno por el otro de una mejor forma que no fuera verbal.

—Ahora que ya sabemos que somos el uno para el otro y que estamos locamente enamorados...

—¿Locamente? —preguntó con sarcasmo.

Estaba dispuesta a continuar pero era deber de Levi el agregar algún comentario tonto, así que lo observé con expresión aburrida y continué.

—Sí, como te decía...ahora que sabemos que estamos locamente enamorados que mejor manera de demostrarlo que teniendo otra intensa sesión de sexo, ¿qué te parece? —pregunté abrazándome a él.

Pase mis brazos sobre sus hombros y hundí mi nariz en sus cabellos, él posó sus manos sobre mi cintura y yo lo abracé con toda la fuerza que pude.

—No puedo respirar —lo escuché mencionar un momento más tarde, el sonido había salido amortiguado por la prenda que llevaba puesta.

Reí y me separé de él para dedicarle una sonrisa.

El día de hoy desde la madrugada todo había sido sonrisas, ¡ah, no quería atormentarme justo ahora con lo que pasaría si algo nos llegara a suceder!

Deja los malos pensamientos para después, Hange.

Asentí, dispuesta a dejar aquello de lado por el momento, Levi solo me miro confundido.

—¿Qué...? —preguntó pero no lo deje terminar aquello.

—Nada, no es nada, entonces ¿que dices? —pregunté dejándole un beso sobre los labios, de forma superficial...por el momento.

—Creo que ya había respondido a esa pregunta.

Finalizó deslizando sus manos hacia mis mejillas y dándome un beso, pero uno con entusiasmo.

Lo sentí ladear mi rostro para poder tener un mejor acceso a mi boca, y después intuyendo lo que quería dejé que nuestras lenguas se saborearan la una a la otra.

Aquello había sido tan espontáneo de parte suya que sentí mi interior calentarse con la idea de que volveríamos a repetir lo de hace algunas horas, y debido al entusiasmo no pude demostrarlo de otra forma más que mordiendo el labio de Levi con más fuerza de la necesaria.

Él dejó salir un gruñido pero aquello no parecía haberle incomodado, al contrario, pareció incitarle a continuar aquel beso con mucha más intensidad, estaba siendo tan demandante que me quede sin aliento y tuve que separarme de él.

—Así que te gustan ese tipo de cosas, ¿eh? —pregunté intentando recuperarme y sonriéndole burlonamente.

—Creo que a ti también te gustan ese tipo de cosas, por qué estoy seguro que ni siquiera notaste que jale tu cabello y dejaste salir un sonido que a desagrado no sonó —respondió con entusiasmo y una sonrisa autosuficiente.

¿Acaso también me gustaban ese tipo de cosas?

—Hmm... no se, creo que debemos intentarlo de nuevo para probar, pero todo lo que hablamos ayer sigue siendo válido tanto para este momento como nuestros próximos repasos —dije de forma sugerente mientras volvía a mover las cejas de aquella forma que Levi tanto odiaba.

—¿De qué hablas? —preguntó, y pudo haber sido mi imaginación pero se notaba algo aturdido, y estaba bastante segura que no tenía nada que ver con el beso que habíamos compartido, más bien creo que había sido por la sugerencia de realizar este tipo de acciones de forma regular como había insinuado previamente.

—El consentimiento Levi, si algo no te agrada o te lastimo sin querer, porque bueno tú sabes que puedo llegar a entusiasmarme de más y no medir las consecuencias de mis actos —hice una pausa para tocar de forma consciente su torso donde la noche anterior había dejado varios rastros de sangre, cortesía de mis uñas —. Así que a eso me refiero, tú solo di que me detenga y lo haré —él únicamente mostraba una diminuta sonrisa sobre sus labios.

—Bien lo entiendo, y si es el caso y soy demasiado torpe haciendo algo y no te agrada dímelo y haré lo mismo que tú, detenerme —dijo acercándose de nuevo hacia mi.

Pase mis manos debajo de sus brazos para llegar a su espalda y así poder arañar ligeramente la piel de aquel sitio, sobre la tela de su camiseta.

—No creo que nada pueda salirte mal —respondí acallando con mis labios un sonido que provenía desde el fondo de su garganta cuando ejercí más presión con mis uñas sobre su piel.

Me separé un poco para mencionarle.

—Eso te gustó —no fue una pregunta, fue una afirmación.

Afirmó con un movimiento de cabeza y enseguida tomó buena parte de mi cabello y tiro de él hacia atrás sin mucha fuerza, ni intención de hacerme daño, una sensación un tanto punzante pero agradable me recorrió la espalda provocando que esta vez la que soltara un gemido fuera yo.

—Creo que eso te gustó —acercándose a mi oído derecho mencionó con un tono similar al que había usado yo previamente.

—Hmm —asentí rápidamente.

Podía sentir su aliento sobre mi cuello y la verdad estaba comenzando a desesperarme la falta de atención de su parte, y estuve a nada de hacérselo saber cuando sentí algo húmedo deslizarse sobre la piel de mi cuello y enseguida algo hacer presión sobre la misma piel húmeda.

No hizo falta de mucha imaginación o inteligencia para saber lo que hacía y la verdad es que aquello que hizo terminó provocando que comenzara a sentir cierta humedad no solo en mi cuello, si no también entre mis piernas.

Primero intuí que solamente estaba besando la piel de mi cuello para después comenzar a dejar besos húmedos sobre la misma área, y lo que me orillo a entrar en tal estado de excitación fue la sensación de sus dientes sobre mi piel.

Aquello se sintió tan estúpidamente delicioso que un escalofrío aún más intenso que aquel que sentí previamente cuando tiro de mi cabello se hizo presente pero esta vez en todo mi cuerpo, y provocó que suspiros entrecortados abandonaran mis labios.

Siendo totalmente honesta no podía pensar con claridad, solo podía enfocarme en lo placentero que se sentía el tenerlo pegado a mi cuello, involuntariamente me encontré buscando más fricción entre ambos, y fue así como me di cuenta que la punta de mis pezones estaba tan endurecida que si por alguna razón bajaba la mirada podría ver aquella parte de mi anatomía sin tener que levantar la prenda que llevaba puesta.

Aquello y que había comenzado a frotarme contra su muslo, no sabía cómo es que habíamos llegado hasta la posición en la que nos encontrábamos pero de qué sería divertido no tenía la menor duda.

Me encontraba con las piernas abiertas, una a cada lado de la pierna izquierda de Levi, tomando prisionera la pierna de él y usando su muslo para así poder saciar esa hambre de sensaciones que mi cuerpo pedía a gritos ser atendida.

Él continuaba con su tarea de fundirme el cerebro a base de roces con sus dientes y lengua, mientras que sus manos que antes se hallaban sobre mi cintura ahora se deslizaban lentamente hacia arriba de mi torso por los costados.

Estaba tan ansiosa por lo que haría que continué restregándome sobre su muslo con más vigor, podía sentir la humedad emanar de mi vagina y dejando un rastro sobre él, a él no parecía importarle mucho que estuviera haciendo uso de esa parte en específico de su cuerpo, pero antes de que pudiera sentir con mucha más claridad el roce de su miembro a un costado de mi pierna izquierda él se detuvo.

—¿Puedo? —preguntó en un murmullo.

Debido a aquella pausa tan repentina no supe exactamente de qué me hablaba, hasta que sentí sus pulgares justo debajo de mis senos, estaba pidiendo permiso para tocarme.

—Levi —conteste irritada—. Si vuelves a detenerte, voy a tener que golpearte—dije a la defensiva mientras retiraba mis manos de su espalda y tomaba sus manos entre las mías solo para de una buena vez colocarlas encima de mis senos cubiertos con la tela de aquella enorme prenda que aún llevaba encima.

—Ah~

Solté varios suspiros al sentirlo amasar con suavidad ambos pechos.

Él reía en voz baja a causa de aquel regaño de parte mía pero comenzando a enfocarse de nuevo en lo que realizaba y retomando su actividad de antes sobre la piel debajo de mi mentón.

Si aquel roce de sus dientes sobre mi me tenía extasiada, el solo sentirlo recorrer con sus manos mi pecho me tenía con la mente en blanco, vagamente recordaba continuar frotándome contra su muslo mientras soltaba suspiros cada vez más altos, por lo que tuve que morder mi labio inferior con un poco de fuerza para controlarme.

Y tan rápido como había comenzado, terminó.

Así fue como obtuve mi primer orgasmo del día a manos de Levi, si mi mente antes se encontraba en blanco por enfocarme en las sensaciones que Levi me proporcionaba ahora no podía hacer más que recargar todo mi peso en su torso, las luces de colores que había visto pasearse frente a mis ojos ayer por la noche habían vuelto pero con mucha más fuerza.

Sentía mi cuerpo contraerse y mis piernas ejerciendo presión sobre el muslo de Levi mientras que la humedad ahora era mucho más notoria sobre su piel, ya que la fricción que había estado llevando a cabo se realizaba cada vez más fácilmente.

Mi respiración era demasiado elaborada, este orgasmo había sido aún más fuerte que el de antes, así que tuve que permanecer un momento sentada sobre la pierna de Levi y mi cara escondida en su pecho mientras disfrutaba de las pulsaciones en mi vagina y los deliciosos escalofríos que me recorrían todo el cuerpo.

—¿Todo bien? —preguntó un par de minutos después.

Con la boca entreabierta y un poco de cabello tapándome la vista asentí mientras me dejaba caer sobre el colchón de su cama.

Mi respiración aún no se encontraba del todo recuperada pero no era justo hacerlo esperar por algo que él también ansiaba.

—Ven —dije indicándole que obedeciera.

Enseguida se acercó a mi y en esa misma posición en la que ambos nos encontrábamos previamente, hincados sobre la cama se colocó entre mis piernas y enseguida las coloqué a sus costados, rodeándolo con ellas.

Él dejo salir un suspiro largo.

Podía sentir su endurecido miembro palpitando cerca de mi sexo, estaba ansiosa, deseando con desespero que lo de anoche se repitiera.

—Hazlo —dije en voz baja pero autoritaria.

Él me observo con recelo pero asintió.

—¿No crees que pueda dolerte?, no se si sea buena idea... —respondió levantando un poco la prenda hasta mi cintura.

—¿Por que no intentas metiendo un par? —dije levantando mi mano y poniendo dos dedos frente a él.

Asintió, sabía que estaba más que lista, podía sentirlo en mi interior pero no quería que pensara que algo podría suceder si solamente accedía así como así y él terminara sintiéndose culpable.

Ingresó un dígito con cuidado, y aquello simplemente me hizo suspirar de forma sonora, aún me encontraba bastante sensible a causa del orgasmo que acababa de experimentar.

Por lo que él bajó el ritmo inicial a uno muy lento, demasiado para mi gusto pero me hizo recobrar la postura y la consciencia poco a poco, así que ya más enfocada en lo que sucedía  coloqué de forma instintiva una mano sobre su hombro izquierdo y la otra sobre la sábana mientras cerraba los ojos, la sensación de tener algo dentro mío seguía siendo nueva pero no era algo que me desagradara.

Notando la humedad fue que ingresó el segundo dígito y comenzó a moverlo con facilidad dentro mío.

Lo atraje hacia mi en un intento de acallar mis gemidos, que poco a poco se habían vuelto más subidos de tono, besándolo en su lugar.

La noche anterior yo había estado sobre él y había sido muy placentero pero tenerlo encima mío ahora mismo me hacía sentir poderosa de una forma bastante retorcida.

—Más~

Indiqué haciendo alusión a los dígitos dentro mío mientras mordía su labio inferior.

Él asintió e ingresó un tercer dedo en mi, pude sentir las paredes contraerse a causa de aquello por lo que siendo insuficiente la fricción, comencé a moverme, intentando encontrar la sincronización perfecta entre el movimiento de sus dedos entrando y saliendo de mi como en el vaivén de mis caderas para poder sentir aún más esa enloquecedora sensación tan pronto como fuera posible.

Levi comenzó a notar mi desesperación y agregó un dígito más, el grito que abandonó mis labios sin duda debió haber sido escuchado por alguien si se encontraba en el pasillo pero de eso nos ocuparíamos después, ahora mismo la sensación era tan intensa que me sentí al borde del orgasmo de nuevo.

—Espera —dije quedándome quieta, casi sin aliento, él de inmediato se detuvo, y en su semblante se notaba la preocupación.

Negué.

—No pasa nada, es solo que si sigues haciendo eso vas a provocarme otro orgasmo y aún es demasiado pronto —dije intentando controlar mi respiración.

Él pareció conforme con mi comentario por lo que se incorporó para al igual que yo recuperar el aliento.

—¿Por que aún llevas puesta esa cosa? —preguntó.

Se refería a la prenda que me había prestado y que se encontraba enrollada hasta casi dejar ver mis pechos, no estaba cumpliendo con la función que tenía pero llevarla puesta me estaba gustando.

—Me gusta como se siente la tela —respondí sonriendo mientras levantaba mis manos y las colocaba sobre mis senos.

Aquello provocó un sonrojo sobre el rostro de Levi que si no fuera por cómo nos encontrábamos ahora mismo habría provocado que varias carcajadas abandonaran mis labios.

En su lugar él solo observó lo que hacía, presionando con la palma de mis manos mis pechos y tocando con la punta de mis dedos los pezones, provocando que se irguieran de nueva cuenta.

Dejé mi mano izquierda sobre mi seno de ese mismo lado y la derecha la baje hasta poder sentir la tela de su ropa interior y comenzar a tirar de ella.

—Creo que vas a tener que quitarte eso —dije en voz más alta y luego agregué—. Y esto también —dije pasando la misma mano sobre su pecho a la altura de donde intuía se encontraban sus pezones y presionando el que se encontraba a mi alcance con algo de fuerza.

Él dejó salir un suspiro entrecortado de sus labios y aquello entró directamente a mi lista de sonidos favoritos, presione de nuevo aquella parte sensible de su pecho y los sonidos que abandonaron sus labios no me decepcionaron.

Le sonreí con malicia ante aquellas muestras de aceptación de su parte.

—¿Y bien? —pregunté de nuevo pero ahora abandonando lo que previamente le había hecho para poder colar ambas manos debajo de aquella prenda que cubría su torso y recorrer de una vez por todas ese cuerpo bien definido.

Asintió rápidamente y enseguida se despojó de la prenda superior y me indicó que también se desharía de la inferior por lo que se levantó y deslizó su ropa interior de entre sus piernas.

Le sonreí desde la cama, todo lo que veía honestamente hacía que la boca se me hiciera agua, pero debía esperar, solo un poco más a que él finalmente hiciera lo que necesitaba.

En cuanto terminó le indique que volviera a la posición donde se encontraba y así lo hizo, enseguida volví a envolver mis piernas alrededor de su cintura, provocando que su miembro quedaba atrapado entre la superficie de mis labios vaginales, el sonido que dejó escapar de entre sus labios sonó a todo menos a sufrimiento.

—¡Levi, vamos! —dije con tono apresurado.

Podía sentir mi interior aún bastante húmedo por las acciones que sus dedos habían provocado pero necesitaba de algo más con urgencia.

—Ya voy —respondió alineando la punta de su pene frente a mi entrada.

Me mordí los labios en un intento por aminorar mi estado de excitación un poco y claro para evitar soltar algo que no debía, como un grito por ejemplo.

Y enseguida cambie de opinión.

—¡Espera! —dije con urgencia.

Él me observo contrariado pero se incorporó de inmediato preguntándome silenciosamente que había sucedido.

—Es solo que quiero intentar algo antes, ¿puedo? —pregunté con algo parecido a la timidez en mi voz.

Ya que no había dejado de mirarme solo negó.

—No tienes porque preguntar, solo dime que tienes en mente —comentó quedando sentado sobre la cama.

Mi cara enrojeció al pensar en lo que estaba a punto de decirle y ya que él estaba poniendo demasiada atención a mis acciones entonces comenzó a mostrar una pequeña pero malévola sonrisa, por lo que me decidí a hablar antes de que él dijera algo.

—Una vez escuché en la enfermería una platica bastante poco común, no era mi intención escuchar lo que escuché —dije aclarando ese punto y hablando lo más rápido que podía para hacer entender a lo que me refería y poder pasar a lo siguiente.

—Claro —respondió él con sarcasmo cuando mencioné lo anterior.

Lo ignore y continué.

—Había dos jóvenes enfermeras hablando de algo que de principio no entendí porque la plática al parecer ya había avanzado bastante al momento en el que yo llegue, el punto es que ellas estaban hablando de lo increíble que era hacer algo con sus novios, era parecido a un intercambio de experiencias —lo noté asentir con lentitud intentando seguir el hilo de pensamiento a donde me dirigía con todo este contexto.

Hice una pausa dramática.

Él abrió un poco más los ojos indicándome que quería saber más.

—¡Un intercambio de experiencias sexuales! —dije con asombro.

Me observo con aburrimiento.

—No se si lo has notado pero la mayor parte de los nuevos son jóvenes y por eso es que a veces entran a este tipo de lugares, para poder tener muchas más experiencias de ese tipo mientras están aquí, antes de conocer el horror, claro... —mencionó sin interés.

• • •

Ella sonrió al escucharme decir aquello.

Y esa sonrisa me pareció extraña, solo la había visto usarla cuando quería autorización para algo que probablemente saldría mal, fue por ello que de inmediato me aventuré a preguntar.

—¿Qué estás proponiendo exactamente? —mencioné con lentitud.

Cerró los ojos, por supuesto que sabía que estaba tramando algo pero si previamente ya le había dado autorización para hacer conmigo lo que le viniera en gana no sabía porque estábamos teniendo esta platica ahora mismo, cuando podríamos estar aprovechando el tiempo de otras formas.

Se incorporó sobre el colchón quedando sentada frente a mi, como inicialmente nos encontrábamos y luego se acercó con lentitud hacia mi rostro.

—¿Sigo teniendo luz verde para lo que quiera? —preguntó con decisión.

Me tarde más de lo necesario en responder.

¿Miedo?... claro que no, es solo que no sabía con exactitud qué planeaba hacer, pero al final terminé asintiendo.

Dándole autorización 'de nuevo'...

Ella pareció emocionarse y enseguida me indicó.

—Necesito que te recuestes, vamos —y antes de que yo pudiera hacerlo por mi mismo ella simplemente recargo las palmas de sus manos sobre mi torso obligándome a recostarme.

Aquella súbita acción de su parte me instó a estirar mis piernas y a esperar a que haría a continuación ya que por el momento solo me observaba de arriba hacia abajo.

—Entonces, ellas estaban hablando de lo mucho que parecía gustarles a sus respectivas parejas el que ellas les hicieran lo que voy a hacerte —dijo, y aquello no hizo más que dejarme con muchas más dudas que antes—. No mires —me ordenó.

Espere un momento observando el techo, acatando aquello.

Y ya que no era la persona más paciente de la legión me decidí a preguntar de una vez por todas de qué se trataba todo esto.

—Hange, ¿qué se supone que....?, ¡ahhhhgg! —aquella pregunta no pudo terminar de abandonar mi boca.

Ya que la sensación de algo cálido, demasiado cálido envolviendo mi miembro borro toda idea de mi mente en ese instante.

Me lleve ambas manos al rostro, sin saber que hacer con ellas, ni siquiera sabía porque las había levantado, fue más un acto reflejo, pero recordé la hora que era y que probablemente habría gente en el pasillo y para evitar futuros traumas intentaría acallar los gemidos que salían de mis labios.

Por eso es que había levantado ambas manos...

Me incorpore un poco recargando mi peso sobre mis antebrazos para ver de qué se trataba y lo que vi ante mi, fue sin duda alguna lo más erótico que había tenido la fortuna de ver.

Un suspiro involuntario se escapó de mi garganta al observar a Hange envolviendo cálidamente entre sus labios a mi endurecido pene.

—¡Aaaah, HaAnge! —dije intentando permanecer incorporado pero en cuanto su mirada se cruzó con la mía, supe que haría algo que me haría querer poner mi mano sobre mi boca.

E intuí correctamente ya que ella succiono tentativamente la punta de mi miembro.

Aquella sensación tan abrumadora que me invadió fue lo suficientemente fuerte como para que perdiera fuerza en mis antebrazos y me dejara caer nuevamente sobre el colchón de la cama, soltando jadeos esporádicos, intentando que no escaparan de mi boca, sin tanto éxito como me hubiera gustado, mientras ella continuaba con aquella succión leve que me estaba haciendo perder control de mis funciones corporales básicas como era el poder pensar y controlar mi cuerpo.

Los sonidos de succión se escuchaban claramente en la habitación, la obscenidad de ello no hacía más que contribuir de forma positiva al enorme grado de excitación al que me encontraba expuesto.

Ligeros espasmos sentía recorrer a través de todo mi ser, desde la punta de los pies hasta mis manos, podía sentir mi agitada respiración obligar a mi pecho a subir y bajar de forma errática, así como poder escuchar la fuerza de mi pulso en mis oídos, tan fuertes eran las sensaciones, tan desesperadamente intensas que me encontré queriendo más de ellas.

No podía pensar en otra cosa que no fuera Hange pasando la extensión de su lengua sobre la sensible punta de mi pene, y luego realizaba de nuevo esa acción de succión que me dejaba en blanco total la mente.

Estaba demasiado ensimismado intentando acallar mis ahora gemidos que registre un instante después el dolor que me recorrió el pene e invadió mi cuerpo.

—¡Ah!, ¿qué hiciste? —dije saliendo de aquel trance, ¡eso me había dolido!

Sentí la necesidad de aminorar el dolor que experimente en mi pene pero ella ya se encontraba frotando el area derecha del mismo.

—Perdón, no me di cuenta que había aplicado demasiada presión... si te soy honesta no se como hacer esto, simplemente estoy copiando algo que vi hacer a Helena... tú sabes la chica de cabello castaño de la policía militar que esta saliendo con Erik de... —decidí que esa conversación no nos estaba llevando a ningún lado.

Así que me incorporé y le indiqué que se tranquilizara.

—Oye más despacio, después me cuentas esa historia, siempre tienes tanto en tu cabeza todo el tiempo que me resulta difícil pensar que puedas concentrarte en una sola cosa a la vez... —incluso yo me había sorprendido de poder realizar ese comentario tan elocuente.

Y volviendo al tema.

No era una queja, era más bien un pensamiento que me acababa de cruzar por la mente, la expresión que me dedico me indicó que si dejaba que algo saliera de su boca tendríamos una discusión que podría alargarse.

—No es que no quiera escucharte, es solo que para no saber lo que hacías lo estabas haciendo de maravilla —dije dándole un cumplido de forma sincera y espontánea.

Aquello nos sorprendió a ambos ya que nos miramos en silencio, procesando lo que acababa de salir de mi boca.

—Hmmm... entonces no lo hice tan mal —dijo ella en voz baja, y creo que aquello había sido más para sí misma que para mi—. Bien, voy a continuar —dijo tan pronto como pudo.

Eso me tomo por sorpresa por segunda vez en tan poco tiempo, y no fui lo suficientemente rápido como para volver a tomar la posición en la que me encontraba previamente, ella se agachó sobre mi y comenzó a lamer la punta de mi miembro con más rapidez que antes.

Aquella sensación abrumadora volvió con mucha más fuerza y me obligué a no eyacular en sus labios, eso sería demasiado pronto.

Los suspiros largos que abandonaban mi boca no podían ser acallados por el momento, estaba demasiado ocupado disfrutando del espectáculo delante mío.

Hange envolviendo con su lengua una parte de mi miembro para enseguida sentir la calidez de su boca envolverlo y después esa sensación de succión de nuevo, estaba siendo demasiado para mi.

—Hange... ahghh.... más despacio... —dije sin aliento, ella levantó la mirada y el grave gemido que escapó de mi garganta fue debido a ese inesperado intercambio de miradas que experimente—. Vas a hacer que termine —dije intentando que eso no saliera como si lo estuviera susurrando.

No tuve mucho éxito, pero ella me entendió de inmediato, lo supe porque lo que dijo a continuación me lo confirmo.

—Hazlo... —mencionó con una sonrisa bastante malvada, para continuar succionando con más entusiasmo que antes.

Me sentía a escasos segundos de poder alcanzar aquel clímax tan esperado, que ni siquiera noté cuando mi mano derecha se posicionó sobre la cabellera de Hange, jalando algunos mechones de cabello hacia atrás, y aunque estaba a nada de perder la consciencia por tanto placer, siempre me mantuve al tanto de no hacerle daño.

Mi capacidad mental al parecer estaba en su límite, intentando retener mi orgasmo mientras vigilaba que mis acciones en el cabello de Hange no le causaran algún malestar, y lo siguiente que sucedió fue tan inesperado como placentero...

Ya que cuando ella sintió aquel movimiento mío sobre sus castaños cabellos, soltó un gemido que provino desde el fondo de su garganta, el cual resonó a través de mi miembro, y esto fue lo último que necesitaba para deshacerme del poco autocontrol que me quedaba.

Mi orgasmo me golpeo con tal fuerza que por un instante y aunque tenía los ojos abiertos no pude ver nada más que blanco, así como puntos de colores frente a mis ojos... era como si una luz intensa me hubiera deslumbrado sorpresivamente.

No estoy seguro de cuánto tiempo permanecí así, intentando aminorar los temblores que recorrían mi cuerpo, las luces aún bailaban y brillaban con intensidad delante de mis ojos, mi respiración elaborada parecía no entrar por completo en mi sistema ya que era como si me faltara el aire, todo en conjunto.

Los espasmos fueron aminorándose y poco a poco comencé a recobrar la consciencia.

Estaba completamente recostado, con la mirada perdida en algún punto del techo de mi habitación, mi respiración me hizo saber el enorme esfuerzo al que había terminado sometiendo a mi cuerpo, así como los agitados latidos de mi corazón.

—¿Qué te pareció? —preguntó Hange.

No podía verla desde desde la posición en la que me encontraba pero podía sentir sus manos pasando por mi abdomen.

—¡Ahhhg...! —dije en voz baja, mientras la sentía pasar las puntas de sus dedos sobre mi pene.

La sensación de mi orgasmo volvió a intensificarse por ese movimiento que ella acababa de realizar.

—Hange, no, detente... detente —dije con la voz desesperada y tomando la sabana en puños con ambas manos—. D-Demasiado sensible —dije a modo de explicación casi sin aliento de nueva cuenta.

—Bien, dejare que te recuperes —dijo pasando la misma mano con la que había comenzado a tocar mi miembro sobre mi abdomen mientras reía.

—Ah —soltaba ocasionalmente intentando aclarar mi mente de aquella niebla placentera en la que se encontraba envuelto mi cerebro.

Pasaron lo que parecieron ser algunos minutos.

Ella se recostó a mi lado, giré mi rostro para que pudiéramos mirarnos.

—No sabe tan mal —mencionó.

Entrecerré los ojos sin saber muy bien a qué se refería.

Ella sonrió y señaló hacia mi entrepierna.

—¿Por qué...? —me detuve, sería mejor replantear la pregunta que le haría—. ¿Acaso no te dio asco?—pregunté con expresión de disgusto.

Negó cerrando los ojos y comenzando a acercarse a mi rostro.

—¿Por que habría de darme asco?, eso es lo que quería de cualquier forma, comprobar el sabor —suspiré al escucharla hablar tan cerca mío.

¿Si nos besábamos ahora mismo me daría asco?, habría que comprobarlo, ¿no?

Ella terminó con aquella mínima distancia que nos separaba y me beso con entusiasmo, mucho más del que había esperado venir de ella inicialmente y lo cierto es que no me avergonzaba el hecho de que me tenía suspirando entre besos, sin lugar a duda ella era mucho mejor que yo en eso de los besos y en todo en realidad.

—Ah, bien. —dijo despegándose de mi, confundido intente seguirla mientras se alejaba para continuar hablando—. Espera —dijo poniendo una de sus manos sobre mi hombro, impidiendo de esta forma que la siguiera.

Me quede inmóvil acatando la orden.

—Ahora que ya comprobé lo que quería podemos continuar en lo que nos quedamos —dijo con una sonrisa de satisfacción difícil de confundir.

Se recostó sobre la cama de nuevo pero esta vez del lado contrario a mi, es decir, como normalmente solíamos usar la cama para dormir.

—Nunca te cansas —dije aún desde la posición en la que me había dejado.

Ella soltó una risa antes de hablar.

—Claro que me canso, cuando estoy haciendo papeleo... es horrible siempre hay que llenar documento tras documento tras documento, y no es lo mismo que documentar algún experimento por si pensabas decirlo, además, estoy segura de que a las personas a las que van dirigidos tantos papeles ni siquiera se toman la molestia de leerlos, o si lo hacen y ven mi nombre en alguno de ellos los desechan —hizo una pausa.

Eso me dio tiempo de incorporarme y aspirar una bocanada de aire, mientras me indicaba que me acercara de nuevo.

—¿A que te refieres con eso? —pregunté confundido ya que toda la información que acababa de salir de su boca no la conocía.

Ella asintió, mientras comenzaba de nuevo.

—No es un secreto para nadie pero ya que insistes te contaré —dijo con aire dramático—. Esto sucedió en uno de mis tantos viajes al cuartel general de la policía militar, en aquella ocasión viajé con Nifa, tú sabes el cuartel que se encuentra dentro de las murallas donde está el Rey, bien nosotras fuimos a dejar algunos documentos que según palabras de Erwin "eran urgentes", llegamos los dejamos y estábamos listas para irnos cuando un par de hombres llegaron a la oficina donde habíamos dejado los documentos y adivina —mencionó ella con fingido entusiasmo.

—¿Qué? —me vi obligado a preguntar mientras ella me volvía a indicar que me acercara hasta donde quería que estuviera, al parecer su intención era ocupar la posición que yo había tomado la noche/madrugada anterior.

Avance ayudándome de mis rodillas y las palmas de mis manos para deslizarme con mucha más rapidez y así poder posicionarme entre sus piernas abiertas a modo de invitación.

Ya estando posicionado, le indiqué que continuara con esa repentina historia.

—Las risas que venían del lugar tan pronto entraron nos hicieron detenernos y tanto Nifa como yo siendo las personas rectas y confiables que somos nos vimos en la imperiosa necesidad de comprobar porque tanto alboroto, al final fui yo la que terminó convenciendo a Nifa —hizo una pausa pequeñísima para después continuar—. La pobre estaba muerta de miedo pero terminó por seguirme en cuanto me acerque a la puerta de nuevo —terminó su comentario para poder tomar aire.

—¿De que se reían? —pregunté sin saber muy bien de qué se trataba todo esto e inconscientemente coloque mis manos sobre sus muslos, es que no me cansaba de pasear mis manos por aquella parte específica de su cuerpo por lo visto.

Su rostro se ensombreció un instante y luego volvió a recuperar su siempre alegre semblante para decir.

—Estaban leyendo los informes y cada vez que encontraban mi nombre y el de Erwin se reían y enseguida los rompían, ¿te das cuenta? —dijo exasperada—. Tanto trabajar para nada —aquellas palabras habían salido con un tinte de molestia e irritación.

Le sonreí de forma leve.

—Seguramente lo hicieron porque están celosos del cargo que tienes, ya pasamos por un incidente así, ¿recuerdas? —pregunté alejando algunos mechones de mi vista.

Ella se lo pensó un momento y después asintió.

—Tienes razón, esos cerdos... ¿cómo se atrevieron siquiera a insinuar que había llegado a mi puesto gracias a que me había estado metiendo con Erwin? —dijo irónica.

Moví mis hombros en una clara señal de que yo tampoco lo entendía.

—Podría ser que amen a Erwin y no pueden evitar molestarse si ven que alguien es cercano a él —dije con semblante serio pero de forma sarcástica, como siempre.

Ella comenzó a reír sonoramente.

Definitivamente la mejor parte de estar con ella era que todo era mucho más disfrutable.

—Buen punto —mencionó después de aquel ataque de risa—. Bueno dejemos de hablar de los celos desmedidos que la policía militar parece tener conmigo por culpa de Erwin y sigamos con esto—dijo señalando las partes inferiores de nuestros cuerpos.

Típico de ella.

—¡Vamos, vamos! —dijo entusiasmada indicándome que entrará en ella.

Negué antes de que ella pudiera decir otra cosa.

—Déjame comprobar primero —dije mientras ella enrollaba sus piernas a mi alrededor con una cara de absoluta molestia, para después asentir.

Ingrese un par de dedos en su interior con cuidado, aquello provocó que una serie de suspiros ahogados abandonaran su garganta, nada como lo de antes pero era un buen indicador para hacerme saber que iba por buen camino.

Aún se encontraba húmeda por lo que antes habíamos estado haciendo.

—¿Quieres que siga con esto? —pregunté moviendo mis dedos en un ademán de tijeras en su interior.

Ella negó con entusiasmo.

—¡Ponlo dentro, ya espere suficiente! —soltó exasperada.

Aquello me hizo soltar una ligera risa pero obedecí, tomando con mi mano derecha mi semi-endurecido pene y haciendo que la punta del mismo se deslizara dentro de la húmeda y cálida cavidad.

Ella soltó un suspiro largo cuando aquello sucedió.

Continué entrando lentamente, después de todo aunque mi pene se encontraba entusiasmado por repetir lo de antes, aun no se encontraba en su mejor forma después de aquel abrasador orgasmo que había experimentado.

Continué de forma lenta y prestando atención a algún sonido o expresión de desagrado que mostrara Hange. 

Ella únicamente se limitaba a intentar respirar de forma calmada, no estaba teniendo mucho éxito pero lo estaba intentando, su respiración parecía cada vez más rápida.

Al llegar al límite y que mi pelvis se encontrara completamente conectada a la suya espere su indicación, con unas ganas increíbles de comenzar a moverme pero sin hacerlo, no quería arruinar esto y terminar lastimándola o algo así.

—Ya —dijo con la respiración más agitada que antes.

Esa fue mi señal para comenzar a moverme de forma lenta.

Desde este ángulo era mucho más sencillo el ver como mi pene era engullido por la vagina de Hange, a diferencia de la ocasión anterior en la que tanto los sentidos como la coordinación no me permitieron apreciar esto que ahora observaba, los sonidos de chasquidos no tardaron en hacerse notar, aunque de forma leve por el momento, siempre y cuando continuara con este ritmo los sonidos se mantendrían a raya.

—¡Ahggg! —gruñó Hange buscando algo a lo que sujetarse, y terminando por colocar ambas manos a los costados de su rostro mientras su espalda dejaba de tocar ligeramente el colchón, irguiéndose.

Aquello me hizo saber que podía aumentar un poco la velocidad.

Y en cuanto lo hice ella pareció conforme ya que los sonidos que abandonaban sus labios no los había escuchado antes, ni siquiera la noche anterior.

—¡Aaaaaghhh, más... rápido! —decía entre balbuceos poco comprensibles.

Afortunadamente me encontraba lo suficientemente cerca de ella como para escucharla y sobretodo entender que había dicho.

Y aprovechando que el ritmo había subido de intensidad fue que me tomé la libertad de colocar mis manos sobre sus muslos (de nuevo), rosando con las palmas toda su extensión, la piel del área era tan suave y solamente las marcas del arnés que estábamos obligados a usar día a día se hacían presentes sobre ella y claro alguna cicatriz por aquí y por allá.

Los sonidos que dejó escapar de sus labios me indicaron que estaba disfrutando de las caricias que le brindaba, ello y la piel crispada de sus brazos y piernas.

Las paredes de su interior se cerraban esporádicamente alrededor mío, y esa sensación... estaba seguro que nunca me cansaría de experimentarla.

Aquello también me estaba obligando a tener que guardar silencio ya que la fricción entre ambos era de lo más agradable que había tenido el placer de sentir.

—Tus manos —mencionó entre aquel vaivén controlado.

Me detuve un momento para mostrarle ambas, ella las tomo y las coloco sobre sus pechos, haciéndome saber que quería que hiciera con ellas.

Le indiqué que lo haría con un movimiento afirmativo de cabeza y comenzando a disfrutar de la sensación de tener sus senos en la palma de mis manos.

Los gemidos que comenzaron a salir con mucho menor control de su boca me instaron a marcar un ritmo aún más rápido en el vaivén.

Sentía sus piernas presionar mis costados de una forma tan firme al igual que mi miembro siendo estrujado por sus paredes que estuve cerca de tener mi segundo orgasmo en ese mismo instante, pero me contuve bajando un poco la intensidad de las estocadas.

—¡Más rápido! —exigió con voz aguda.

Respire profundamente esperando no acabar tan pronto como aumentara la velocidad de las penetraciones.

Y ya que la noté un poco más repuesta fue que decidí hacerle sentir un poco de lo que yo estaba sintiendo, había descubierto más temprano que la sensación de mis dientes sobre su piel le había encantado, así que decidí hacer uso de esa información para hacerla llegar a su límite.

Intente continuar con la velocidad de las penetraciones, provocando que los sonidos obscenos volviera a llenar la habitación junto con nuestros gemidos ahogados mientas que me acerqué a ella.

No fue difícil ya que ella estaba recostada y yo prácticamente sobre su cuerpo, así que tomé uno de sus senos con mi mano y me acerqué hasta donde sentí se encontraba su endurecido centro, y de manera experimental pasé mi lengua por sobre la tela.

Ella comenzó a retorcerse, la noté sin aliento cuando me miró, se notaba sorprendida, al parecer ni ella misma sabía muy bien que fue lo que había sucedido para que su cuerpo reaccionara de aquella forma.

Y manteniendo el contacto visual volví a repetir mi acción, aunque esta vez también utilice mis dientes para tomar entre ellos el pezón y la tela al mismo tiempo.

Su espalda se curvó de forma inmediata y por un momento me pregunté si debía detenerme porque ella tardó un instante en reaccionar de nueva cuenta.

—Ah.... Levi —mencionó por primera vez con la voz algo ronca por intentar acallar sus gemidos, trabajo que se le daba pésimo, por cierto.

—¿Hmm? —respondí pasando mi lengua una y otra vez sobre la tela donde se encontraba el seno contrario.

—¿Podrías repetir eso? —dijo y nunca la había escuchado tan desesperada por algo tan simple como un roce.

Asentí y procedí a realizar la misma acción, morder con poca fuerza su pezon, viéndome obligado a morder al mismo tiempo la tela que lo cubría.

Las paredes en su interior se cerraron de forma repentina alrededor de mi pene provocando que las luces blancas hicieran acto de presencia frente a mis ojos.

—Más fuerte — exigió.

—¿Estás segura? —pregunté con voz grave.

La miré sin saber si proceder, y al notar la impaciencia en su mirada, decidí que era mejor no hacerla enojar.

Mientras mordía el pezon de su seno izquierdo con mi mano derecha me encargaba de estrujar ligeramente el seno contrario.

Las contracciones de sus paredes vaginales que mi pene estaba experimentando eran lo más placentero y erótico que alguna vez hubiera sentido. 

Por lo que tuve que detenerme para recuperar el aliento, no duraríamos mucho más si continuábamos así y ella pareció darse cuenta también.

-Déjame cambiar de posición.- dijo incorporándose y obligando a mi pene a abandonar su interior.

Aquello nos arrancó un suspiro de desagrado mismo que decidimos ignorar por nuestro propio bien.

En cuanto se incorporó y quedó sentada sobre la cama me observo con una sonrisa entre sus labios.

—Quiero intentarlo así —dijo girándose y posando ambas manos sobre la pared, dándome la espalda.

Al realizar aquello la prenda que llevaba puesta se acomodó sobre su cuerpo por si sola, evitando que pudiera observar lo que se encontraba debajo de ella.

—¿Ya? —preguntó impaciente mientras me miraba por sobre su hombro.

—Alguien está desesperada —dije con humor.

Y enseguida me acerqué a ella mencionándole en voz baja.

—Igual que yo —ya que yo también estaba desesperado por continuar.

Ella comenzó a reír por aquel comentario mío.

En ese momento aproveché para colocarme detrás suyo, enrollando de nuevo la prenda hasta que dejara de estorbar, la deje sobre su espalda baja, obteniendo así una vista increíble de su trasero.

Y antes de permitirme penetrarla de nuevo no pude evitar recorrer con ambas manos su trasero, separando los glúteos y arañando ligeramente la piel hasta que se notaban algunas líneas rosadas.

Los suspiros que estaba dejando salir me hacían saber que le estaba gustando todo eso, así que sin previo aviso le di un ligero golpe a su glúteo izquierdo con la palma de mi mano, fue algo experimental ya que mi intención era molestarla pero la reacción que obtuve fue totalmente diferente.

Ya que a modo de respuesta arqueó su espalda, levantando aún más su trasero, reí a causa de ello, ya que había sido interesante...así que le gustaban ese tipo de cosas también, ¿eh?... bueno no había que perder más el tiempo.

Volví a tomar mi pene en mi mano haciéndolo ingresar a su vagina desde esa nueva posición.

Y de alguna forma en la manera en la que ahora nos encontrábamos la fricción era diferente, más... placentera, al parecer ese ángulo era más disfrutable que el anterior.

De inmediato pude sentir a Hange tensarse al tenerme de nuevo dentro suyo, mientras me indicaba con sus caderas que me moviera de una vez.

Comencé con el vaivén en la misma intensidad donde habíamos estado, los gemidos comenzaron a brotar de nuestros labios así como el sonido del choque de nuestras pieles, la una contra la otra.

—Hange... —dije de forma involuntaria, para después morder mi labio, intentando acallar cualquier otra cosa que quisiera abandonar mis labios.

Era demasiado, tantas sensaciones juntas... todo esto estaba por sobrepasarme, pero no quería que solo yo experimentara el orgasmo, así qué haciendo uso de mi fuerza de voluntad y autocontrol fue que comencé a pasear mis manos por la espalda de Hange.

Ella soltó más suspiros tan pronto sintió las caricias sobre la tela.

—L,Levi... más rápido —exigió ella.

Y sabiendo que aquello no sería suficiente fue que metí ambas manos por debajo de la prenda, llegando hasta el frente y tocando por primera vez desde anoche sus senos.

El grito a medias que salió de sus labios casi me hizo terminar aquel acto tan placentero, estaba tan cerca... tan deliciosamente cerca que por el movimiento de las paredes alrededor de mi miembro supe que ella también se encontraba a algunos minutos de terminar.

Así que me propuse hacerle experimentar tanto placer como fuera posible.

Gracias a que ella aún se encontraba con ambas manos sobre la pared era más sencillo tener un mejor agarre de su cuerpo, pasar mis manos por donde quisiera era lo que la hacía estremecer con mucha mas facilidad así que continué, pasando mis manos por sobre sus pezones, y apretando la punta con cuidado.

Me acerqué a su oído derecho, sin descuidar la fuerza de mis embestidas contra su interior, o la presión de mis manos sobre su pecho.

—¿Más? —pregunté en voz baja.

Ella al no esperarse aquello soltó un gemido lo suficientemente agudo como para dejarme un poco descolocado, pero al asegurarme que aquello fue debido al placer que estaba sintiendo y no porque la hubiese asustado o algo así, fue que me animé a continuar.

Embistiendo con mayor fuerza, mientras intentaba amasar con mis manos ambos pechos de forma directa, para terminar mordiendo de forma superficial el lóbulo de su oído derecho.

Aquello fue lo que desencadenó su orgasmo y al sentir sus paredes contraerse de una forma aún más placentera que antes fue que finalmente deje mi autocontrol para otro día y me permití disfrutar de mi segundo orgasmo a la par de ella.

Todo se quedó en silencio por un instante a mi alrededor.

No, había un sonido agudo, un sonido que me ensordecía.

Era bastante raro pero no podía escuchar nada más que aquello, no podía pensar en nada, pero a la vez podía sentir que no era tan descabellado el pensar en todo.

Era demasiado.

Era sentirlo todo y nada a la vez.

Recordé que debía continuar respirando...

Tomé una bocanada de aire y tan pronto como ingreso a mi sistema poco a poco pude notar mi  consciencia volver lentamente.

Intente respirar de forma acompasada para recuperarme pero estaba resultando un tanto imposible, así que simplemente creí que quien mejor para tomar ese tipo de decisiones que mi propio cuerpo por si solo.

Me enfoque en mi entorno mientras tanto, los brillantes colores del exterior que se dejaban ver a través de la ventana, el crujir ocasional de la madera, el sonido de nuestra respiraciones elaboradas, cerré los ojos, permitiéndome un instante más el disfrutar de aquellas sensaciones tan intensas que aún nublaban mis sentidos.

Los minutos pasaron de forma lenta.

Terminé de sentir las pulsaciones de mi pene siendo apretado por el interior de Hange de forma agitada, al recuperarme un poco de ver aquellas luces coloridas paseándose por mis ojos fue que me di cuenta que había estado recargando mi peso sobre la espalda de ella.

Quien aún continuaba con las manos extendidas haciendo presión entre ella y la pared, obligándose a permanecer incorporada y luego noté su cabeza gacha colgando entre aquella abertura entre ambos brazos y el espacio libre de la pared.

Su respiración era errática, igual a la mía pero aquello no es que me importara mucho a decir verdad, está segunda práctica había sido muchísimo mejor que la primera, había sobrepasado toda expectativa que la madrugada anterior me había dejado en mente.

Retire lentamente mis manos de su cuerpo, y en verdad esperaba no haberle hecho algún daño ya que la fuerza con la que había estado sujetándola cuando nuestros orgasmos se presentaron no había sido la más gentil que digamos.

Termine sentado sobre mi cama, ella aún parecía estar recuperando el aliento, esperé con paciencia a que se girara o mencionara algo.

Al transcurrir algunos minutos más y ella no hacer ningún otro movimiento más que el de su respiración fue que me decidí a llamarle.

—¿Hange, estás bien? —dije con la voz un poco más grave que de costumbre.

Ella se incorporó un poco, retirando las palmas de ambas manos de la pared y supuse que intentaría sentarse sobre la cama al igual que yo pero en cuanto retiro sus manos de su único soporte su cuerpo se fue de lado.

Así que asustado y alarmado fue que terminé incorporándome sobre mis rodillas una vez más para frenar algún golpe que pudiera suceder.

La tomé por la espalda haciendo presión en su hombro derecho y pasando mi brazo por su cintura atrayéndola hacia donde me encontraba.

No parecía tener mucho control de su cuerpo todavía ya que al recargar su cuerpo contra mi pecho no se detuvo, si no que con la fuerza con la que se había deslizado de la pared y la rapidez con la que reaccione para evitar percances fue que el movimiento nos devolvió directamente al colchón de la cama con más fuerza de la que hubiese querido.

Al caerme sobre el pecho de inmediato sentí la falta de aire, pero de cualquier forma no la solté.

Ella simplemente parecía no darse cuenta de que estaba pasando, ya que no emitió algún sonido o nada parecido.

Me quede mirando hacia el techo mientras intentaba recobrar el aliento por segunda vez desde mi orgasmo.

Hange pareció reaccionar unos segundos después ya que se deslizó de haber quedado encima mío para poder quedar a mi costado, y luego girarse para que pudiéramos observarnos.

—¿Cómo llegue aquí? —preguntó incorporándose un poco para después volver a dejarse caer sobre la cama, su cabello estaba en todos lados, lucía bastante bien la forma en la que acentuaba los rasgos de su rostro.

—¿De qué hablas? —pregunté con la voz entrecortada por mi anterior pensamiento de su cabello y rostro.

Ella me miro confundida.

—Yo estaba recargada en esa pared —hizo una pausa para mostrarme la pared y luego continuó—. ¿Que pasó? —preguntó con genuino interés.

—Creo que perdiste un momento la consciencia y tuve que sujetarte para que no salieras rodando directamente al suelo —mi respiración por fin estaba comenzando a normalizarse.

Me miró como preguntando si aquello era cierto.

—Es verdad, yo mismo experimenté algo así —dije mientras cerraba los ojos y asentía.

Continuó en silencio por otro momento más antes de decir.

—¿Así se siente el ser expertos? —preguntó.

Reí a causa de aquello y ella me siguió la corriente.

—No creo que estemos ni cerca de ser expertos pero de qué estuvo increíble, no tengo la menor duda —dije sin aliento, ¿qué no acababa de recuperarme?

—Esto te dolerá cuando te levantes —dijo ella abrazándose a mi apretando con fuerza mi torso.

—¿El qué? —pregunté y creí que se refería a aquel abrazo al que me tenía sometido.

—Esto —dijo separándose de mi e incorporándose quedando sentada, para poder observarme mejor.

Tenía marcas de rasguños a la altura de los hombros, pero ella continuó señalando otras áreas.

—Esto —dijo moviendo su mano a mi labio.

Pase mi lengua experimentalmente y un ardor recorrió toda esa zona.

—Esto también —dijo mostrándome una parte de mi torso que se notaba un poco amoratada—. Somos unos animales... eso estuvo bastante agresivo, eso sin contar la zona donde te golpeé —dijo ella riendo mientras pasaba las yemas de sus dedos por las zonas afectadas de mi cuerpo.

Eso me hizo recordar.

Me incorpore rápidamente y tomé con ambas manos los extremos de la prenda que ella llevaba puesta para de forma indirecta indicarle que levantara ambos brazos, esta vez no rechisto y los levanto enseguida, facilitándome el despojarla de aquella molesta tela.

—¿Qué buscas? —preguntó observando su torso desnudo.

Al parecer aquel movimiento inesperado provocó que su piel se crispara debido al cambio de temperatura.

La observé con atención, la piel alrededor de sus pezones se notaba un poco irritada pero nada lo suficientemente violento para dejar marcas o moretones sobre la piel, a excepción de...

—Sí que fuimos agresivos —dije pasando la palma de mi mano sobre una marca idéntica a cómo se veían mis dedos sobre la piel de su cadera y muslo izquierdos.

¿En que momento le había tocado los muslos de esa forma?

—Ah, esa marca se parece a la que me dejaste cuando estábamos haciendo la clase de muestra para los nuevos, intentaste lanzarme al suelo y no pudiste, jajajajaja —finalizó riendo, como siempre.

Eso me tomó desprevenido, el comentario y todo pero acostumbrado a sus cambios de tema esporádicos fue que me tomó solo un momento el comentar aquello que había dicho.

—Aun no entiendo como es que lograste mantenerte en pie esa vez —dije recordando con claridad aquella ocasión.

—¡Ni lo entenderás! —comentó divertida.

Agregando a aquello una expresión burlona y sacando la lengua, una respuesta que se adecuaba totalmente a la persona de quien venía aquel gesto.

—Estuvo increíble, insuperable, magnífico, fue absurdamente placentero y eso que hiciste al final, uh... de solo recordarlo me dieron escalofríos, necesito documentarlo todo, todo, todo.... —mencionó con entusiasmo abrazándose a sí misma para reafirmar su último comentario.

Le sonreí, todo lo que acababa de mencionar era cierto, después de todo ella era mucho mejor con las palabras a diferencia mía.

—Solo no dejes tus documentos donde alguien pueda leerlos —dije negando.

Ella me observo de forma analítica para después mencionar.

—¿Alguien como tú? —preguntó con una sonrisa que dejaba ver la maldad dentro de ella.

Solté un gruñido y cubrí mi rostro con ambas manos, no me dejaría vivir un solo día de paz después de lo que había hecho al leer sobre su hombro aquello que escribió sobre ambos.

Comenzó a reír al verme realizar mi anterior acción, y estaba seguro de que me había sonrojado a un nivel insospechado, después se tranquilizó y al cabo de un par de minutos en silencio la escuché hablar de nueva cuenta.

—Puedo sentir el cansancio apoderándose de mi, esto es genial, que buena manera de descargar las preocupaciones y molestias —dijo dejándose caer, desnuda sobre la cama mientras cerraba los ojos.

Permaneció unos segundos así, aparentando haberse quedado dormida, aunque sabía que estaba fingiendo.

—No creas que vas a dormir así, ve al baño, y límpiate o lo haré yo, ya sabes lo que debes hacer —dije sacudiéndola mientras ella reía.

Al parecer estaba de muy buen humor ya que se puso de pie sin ningún problema y entró al baño.

Aproveche ese instante para cambiar las sábanas de nuevo, por lo menos le estábamos dando uso a toda la ropa de cama limpia que tenía guardada en mi habitación.

Antes de que pudiera terminar, Hange ya estaba saliendo del baño.

-¡Listo, te toca!.- y no es que hubiera entrado a bañarse solo me hizo saber que había orinado para deshacerse de todo lo que aún había en su interior y luego se había limpiado el sudor con una toalla húmeda.

Por el momento eso bastaba, más tarde claro que la obligaría a bañarse de nuevo, no importaba que hubiera tomado una ducha la noche anterior.

Yo también entré al baño rápidamente y cuando salí ella ya estaba medio inconsciente sobre la cama, murmurando cosas que no alcanzaba a entender.

Sonreí mientras tomaba el lugar vacío a su lado y nos cubría con una ligera sábana, después de todo era si acaso el algo tarde por la mañana, no debíamos preocuparnos por el frío, por el momento, claro.

Teniendo eso en mente fue que cualquier cosa que necesitáramos discutir respecto a nuestra inesperada confesión romántica, cambio de nombre en nuestra relación o nuestra animalística sesión sexual podría esperar hasta un poco más tarde.

Así fue como decidí abrazarla por la espalda y perderme ante la sensación de somnolencia que se apoderó de mi.

¿Se dan cuenta que este par siempre acaban dormidos al final de la mayoría de los capítulos?

Bueno no se que decirles, solo espero que la espera valiera la pena.

Ya saben, no tenía ganas de continuar con la historia porque justo se atravesaron varias circunstancias importantes pero es gracias a ustedes que esta historia tendrá un final.

Puede ser que esta no fuera la forma en que esperaba sucedieran las cosas pero creo que al final me pareció la manera más lógica en que este par se diera cuenta que su relación de mejores amigos no era tan común que digamos 🤣

Y como siempre, la pregunta obligada.

¿Qué les pareció?, quejas/sugerencias son bienvenidas.

¡Todos aman los votos y los comentarios!

Nos leemos pronto.

✌🏻

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